El drama de los niños
migrantes es “un desafío humanitario a nuestra conciencia”, Mons. José Gómez, arzobispo de Los Ángeles, EU:
Según
datos oficiales, desde octubre de 2013 a la fecha han cruzado la frontera unos 52,000 niños y
adolescentes de manera ilegal, siendo interceptados por la Patrulla Fronteriza
y enviados a albergues temporales –a los que se han sumado las iglesias–, hasta
que “sus casos puedan ser revisados por los tribunales de inmigración”.
El
Arzobispo recordó que estos niños y adolescentes son hijos de Dios. “No son
diferentes de nuestros hijos e hijas, de nuestras sobrinas, sobrinos o primos”,
y necesitan ser protegidos de los traficantes de personas. “Tenemos que
ofrecerles orientación, calidez y ayudar a que se sientan bienvenidos. Sea como
sea, tenemos que recordar que son niños inocentes que se sienten solos, están
asustados y lejos de su casa, atrapados por circunstancias que ellos no crearon
y que no pueden controlar”.
“No
podemos volver la cabeza y mirar hacia otro lado”, advirtió Mons. Gómez, al
recordar el llamado de los obispos a las autoridades para que “sean valientes y
generosos al responder a este desafío”.
El prelado recordó la carta del Papa Francisco a un año de su visita a la isla
italiana de Lampedusa, a la que llegan constantemente migrantes africanos en
buscando refugio en Europa.
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