24 ene 2016

Desaparecidos: el Papa sigue sin responder

Revista Proceso # 2047, 23 de enero de 2016..
Desaparecidos: el Papa sigue sin responder/RODRIGO VERA

Organizaciones defensoras de los derechos humanos, en apoyo a los familiares de los desaparecidos del país, gestionan una reunión privada con el Papa Francisco, quien vendrá a México el próximo mes. Los padres de los normalistas de Ayotzinapa intentaron algo similar en Estados Unidos, cuando Bergoglio visitó ese país el año pasado, pero no lo consiguieron. Pese a la intercesión de la Compañía de Jesús –a la cual pertenece el pontífice–, y aun cuando el asunto no es ajeno a la agenda papal, la burocracia vaticana sigue sin dar respuesta.
 Con un enfoque de “derechos humanos” y por considerar “prioritario” el grave problema de los desaparecidos en México, la Compañía de Jesús realiza gestiones a fin de que el Papa Francisco, durante su viaje al país el próximo mes, tenga una audiencia privada con familiares de los miles de víctimas de desaparición forzada.
 La influyente congregación religiosa –a la cual pertenece Jorge Bergoglio– busca ese encuentro mediante sus centros de derechos humanos, principalmente el Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh), que ha apoyado sobre todo a los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
 El jesuita Sergio Cobo, director de la Fundación Loyola, de la Compañía de Jesús, comenta al respecto: “La iniciativa para que se dé la audiencia con el Papa proviene de los propios familiares de desaparecidos. Nosotros en la Compañía los apoyamos. Y echaremos toda la carne al asador para conseguir el encuentro”.

 –¿Qué gestiones realizan para lograrlo? –se le pregunta.
 –Hemos recurrido a los dos canales formales en México: la nunciatura apostólica y el episcopado mexicano. Ya hablamos directamente con el nuncio (Christophe Pierre) y con el secretario general del episcopado (Eugenio Lira Rugarcía). Quizás ellos, por cuestiones de discreción, no quieren hacer públicas estas gestiones. Pero estamos en eso. Nuestro provincial en México nos delegó esta encomienda a varios jesuitas.
 –Pero el Papa también es jesuita, ¿no le han hecho directamente la petición?
 –Mire, el Papa nos pide que todo lo tramitemos vía los canales formales, para darles su lugar a los obispos y a los nuncios, y así no haya una doble vertiente.
 –Tampoco favoritismo…
–Sí, para que no haya favoritismos, aunque se trate de causas justas, como ésta, de los desaparecidos. Pero nosotros tampoco queremos brincarnos los canales formales. Esto incluso nos ayuda a mantener una relación coordinada con la Iglesia. 
En sus oficinas de la sede provincial en México de la Compañía, en Coyoacán, Cobo se acoda en el escritorio y enfático, jura y perjura: “Mucha gente piensa que por ser jesuitas tenemos ‘teléfono rojo’ con el Papa y podemos comunicarnos de inmediato con él. ¡Falso! ¡Ningún ‘teléfono rojo’! No gozamos de tales privilegios”.
 –Entre tantas víctimas de la violencia, ¿por qué ustedes piden una audiencia justo con familiares de los desaparecidos? ¿Lo consideran el problema más grave?
 –En nuestros servicios como defensores de derechos humanos, hemos visto que estos familiares son los peor atendidos por las autoridades. Son gente muy pobre que se está acercando a nuestros centros de derechos humanos en busca de atención psicológica y jurídica, sobre todo al Centro Pro.
 “Además, el de los desaparecidos es un problema de gran magnitud; se habla de 26 mil a nivel nacional. ¡Son muchísimos! Y casos como el de Ayotzinapa se están replicando en otras partes, como los cinco jóvenes recién desaparecidos en el estado de Veracruz, que al parecer también fueron entregados por la policía a una banda de narcotraficantes. Para la Compañía el problema de los desaparecidos es una prioridad.”
 –¿En qué puede ayudar a los familiares tener un encuentro con el Papa?
–A estas familias se les ha querido acallar y cansar con el fin de que todo se olvide. Pero pese a todas las presiones en su contra han logrado que estos crímenes se mantengan a la luz pública. El Centro Pro, junto con otras organizaciones, logró que el caso Ayotzinapa fuera tomado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, justamente para que no quede impune.
“De manera que un encuentro con el Papa iría en la misma línea de derechos humanos; serviría para que el problema de los desaparecidos no se olvide. Él les podrá dar ánimo a los familiares para que continúen en su lucha. El Papa quiere tocar esa llaga durante su visita, más que convivir con políticos en recepciones palaciegas.”
Vías institucionales
Varias son las organizaciones de familiares de desaparecidos que, por medio de la nunciatura, han pedido audiencia con el Papa para exponerle de propia voz sus sufrimientos.
En noviembre pasado, el Grupo de Los Otros Desaparecidos de Iguala –que intenta encontrar a más de 400 de ellos– solicitó formalmente una audiencia papal ante la nunciatura y la diócesis de Chilpancingo-Chilapa. La encargada de las gestiones, May­ra Vergara, dijo entonces a este semanario:
“No pretendemos que el Papa nos reciba sólo a nosotros, sino también a los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa y de los desaparecidos de todo el país. Quizá pueda formarse una comisión por cada grupo, pues de otra manera seríamos miles y eso sería imposible.”
El propio obispo de Chilpancingo-Chilapa, el franciscano Santiago Rangel, quería entonces que el Papa visitara Iguala para tener ahí un encuentro con familiares de desaparecidos de todo el país. 
Dijo: “Tengo un deseo muy personal de que el Papa vaya a Iguala para darnos ahí un mensaje de paz y reconciliación. Sería muy bueno para las víctimas de la violencia de todo el país” (Proceso 2038).
 El Movimiento Nacional por Nuestros Desaparecidos en México –formado por 35 colectivos– también pide un encuentro con el Papa. El pasado 9 de diciembre hizo pública una carta dirigida a Bergoglio, en la cual dice: “(Solicitamos un espacio) donde hablemos con usted y le digamos que somos familias que diariamente luchamos con la esperanza de que pronto regresen los nuestros, las nuestras; que sin la fe, nuestra búsqueda no tiene sentido. Somos miles por todo el país que buscamos y buscamos, y no nos cansaremos hasta encontrarlos y encontrarlas”.
 Firmada por decenas de organizaciones civiles y reproducida en la agencia Apro por el reportero Luciano Campos, agrega la misiva: “Esperamos con mucha ilusión su venida porque queremos escuchar su mensaje de esperanza que aminore el dolor y la angustia que vivimos desde que nuestros familiares no están con nosotros, con nosotras. Queremos que su mensaje nos aliente a quienes luchamos por la Verdad y la Justicia. Necesitamos una luz para fortalecernos y no permitir que el corazón nos reviente de tanto extrañar a nuestros amados desaparecidos”.
 El Movimiento anexó a su carta los nombres de centenares de personas desaparecidas, las fechas en que fue detectada su ausencia, así como la identificación de los familiares que las siguen buscando.
 A su vez, el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (Cedehm) entregó a la nunciatura una solicitud de audiencia con el pontífice, firmada por 932 personas aglutinadas en 27 organizaciones civiles.
 En esa carta reconocen la “inédita sensibilidad” del Papa hacia las víctimas y narran así sus penas por sus desaparecidos: “Cada hora de ausencia nos preguntamos: ¿Quién les ayudará si tienen hambre, sed, frío o miedo? Estas preguntas sin respuesta nos tienen en constante dolor y sólo la fe en el Dios de la vida nos anima para continuar caminando por el derecho a la verdad y a la justicia”.
 El Cedehm –que busca a 736 desaparecidos–, agrega: “Hoy, amado Padre Francisco, reconocemos en ti al Buen Samaritano que puede curar nuestras heridas. Tu llegada a esta dolorida tierra es un signo de esperanza, es la respuesta a nuestro clamor: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.

Y concluye: “Te pedimos una audiencia para que bendigas nuestras luchas de resistencia y fortalezcas nuestra esperanza y nuestra fe en el Dios de la vida”.

Los padres de Ayotzinapa llevan más tiempo tratando de tener una audiencia con Bergoglio. En septiembre pasado viajaron incluso a Estados Unidos para encontrarse allá con el pontífice. Pero no tuvieron éxito. Ahora que viene a México, lo intentan de nuevo.

El pasado 17 de diciembre, el director del Prodh, Mario Patrón, se reunió con estos familiares en las instalaciones de la normal rural de Ayotzinapa y les informó de las gestiones de la Compañía para conseguir la audiencia papal.

Uno de los padres que estuvo presente, don Emiliano Navarrete, comenta: “En esa reunión participamos unos 35 familiares. Algunos estuvimos de acuerdo en reunirnos con el Papa, otros no. Finalmente acordamos que, de lograrse ese encuentro con el Papa, fueran los familiares que así lo quisieran”.

Sergio Cobo señala que nueve días después, el 26 de diciembre, durante una peregrinación a la Basílica de Guadalupe que realizaron los familiares de Ayotzinapa, “volvió a tocarse el asunto de la audiencia”.

Desde la dirección de la Fundación Loyola –creada en 2005 para ofrecer soporte institucional y financiero a los proyectos sociales y pastorales de la Compañía–, Cobo tiene un amplio panorama sobre los esfuerzos de los jesuitas para acercar al Papa con los familiares de los desaparecidos.

Y aclara: “Queremos que en esa reunión con el Papa haya una representación de los familiares de Ayotzinapa, así como de otras organizaciones de desaparecidos. Y en este esfuerzo están además coordinándose organizaciones no gubernamentales, universidades y grupos de derechos humanos. No es una bandera sólo de los jesuitas”.

–¿Qué tan preocupado estará el Papa con el tema?

–¡Mucho! No olvidemos que él fue la primera autoridad eclesiástica que denunció la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, en dos audiencias públicas en el Vaticano.

Alude a la audiencia general del 19 de octubre de 2014 en la Plaza de San Pedro, cuando Bergoglio les dijo a alrededor de 30 mil fieles: “Quisiera hoy elevar una oración y traer cerca de nuestro corazón al pueblo mexicano que sufre por la desaparición de sus estudiantes”.

También alude a la audiencia del siguiente 12 de noviembre, cuando el pontífice volvió a externar su dolor “por lo que legalmente es una desaparición, pero saben que es el asesinato de los estudiantes”. Estas muertes atroces –recalcó– “hacen visible la realidad criminal que existe detrás del tráfico y comercio de las drogas”.

Comenta Cobo: “El Papa está muy atento a todas las situaciones que provocan sufrimiento en nuestro país y quiere estar al lado de la gente que las padece. Él mismo ha dicho que ‘México está de terror’. Por eso, su agenda de actividades está organizada para que tenga un acercamiento con las cinco llagas de México.

“Su encuentro con los enfermos, en un país donde el sistema de salud es injusto, es tocar una llaga. Convivirá en Chiapas con los indígenas, quienes siempre han sido explotados y representan una llaga más. Otras dos son los migrantes y los presos, con quienes estará en Ciudad Juárez. Y también va a Michoacán, que representa la llaga de la violencia y el narcotráfico. Con la pura visita a esos lugares el Papa ya nos lanza un mensaje.”

–Sin embargo, en su agenda de actividades no figura ningún encuentro con los familiares de desaparecidos ¿realmente hay posibilidades de que se realice?

–En sus giras internacionales el Papa generalmente tiene encuentros privados que no se incluyen en su agenda de viaje. Algunas veces se dan a conocer casi al momento de realizarse. Y respecto a este viaje a México, programado del 12 al 17 de febrero, el mismo Papa ha dicho que le quedan algunos espacios libres en su agenda y que él decidirá cómo utilizarlos. De manera que esa audiencia es probable.

–¿Y dónde podría efectuarse el encuentro?

–Quizás en la nunciatura apostólica. Es probable. Pero también puede ser en cualquier otro lugar, durante alguno de sus recorridos. Él es muy hábil para manejar estos espacios.

Cobo observa la estatua en bronce de San Ignacio de Loyola, que adorna el amplio jardín de la sede provincial, y suspira esperanzado: “Sobre esa audiencia, hasta el momento no se nos ha dado un sí ni un no. No hay ninguna certeza. Pero nosotros tenemos la esperanza de que se lleve a cabo”. l


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