Enfoque de Reforma, Xochistlahuaca, Guerrero
(20 enero 2013).- GUADALUPE VICTORIA.- Héctor cursa el primer
año de primaria, pero no es un estudiante sobresaliente porque la taza de café y
la tortilla que todos los días desayuna no le dan para serlo.
Al igual
que el resto de los alumnos de la escuela del pueblo, hace un año dejó de
recibir los desayunos escolares que todos los días le entregaban al medio
día.
Sin la leche y el cereal que contenían dichas raciones, su dieta se
limita a las tortillas, los frijoles y la sopa que prácticamente todos los días
prepara su madre, porque no le alcanza para incluir otro alimento.
Hace
un par de años su abuelo murió y, sin el ingreso por su trabajo de peón, su
abuela María Teresa comenzó a vender pollo casa por casa, actividad que abandonó
porque desde hace unos meses sus dolores de espalda y rodilla le impiden
caminar.
Actualmente el único sustento es su madre, Maribel, quien teje
telares que todos los domingos vende a alrededor de 150 pesos en el tianguis del
pueblo; de ellos, 130 los vuelve a invertir en el telar que venderá la semana
siguiente.
Maribel señala que en esta comunidad de indígenas amuzgos es
difícil conseguir comida, porque a pesar de que existen tiendas que ofertan los
productos básicos, no hay fuentes de empleo que permitan a los habitantes contar
con recursos para comprarlos.
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