Vatican Insider, 29/07/2016
REDACCIÓN
ROMA
El
amor construye siempre, no destruye ni siquiera a los enemigos. Es lo que dijo
el Papa en un video-mensaje a los jóvenes de Cuba, reunidos en una JMJ
alternativa en La Habana, organizada para todos los que no pudieron ir a
Cracovia por motivos económicos, titulada «En la Habana con el corazón en
Cracovia». Muchos de los jóvenes que participan en esta JMJ especial cubana
todavía tienen vivo el recuerdo del viaje de Papa Francisco a la isla caribeña
en septiembre del año pasado. El Papa los invitó a dejarse transformar por el
Evangelio para «construir puentes» y promover la «cultura del encuentro, la
cultura del respeto, la cultura de la compresión y del perdón recíproco. Eso es
“armar lío”; eso es soñar. Y los jóvenes tienen que “armar lío”».
«Jóvenes
cubanos: ¡Ábranse a cosas grandes! No tengan miedo –dijo el Papa–, no sean
tiquismiquis ¡Sueñen que el mundo con ustedes puede ser distinto! ¡Sueñen que
Cuba con ustedes puede ser distinta y cada día mejor! ¡No se rindan! En este
empeño, es importante, es preciso abrir el corazón y la mente a la esperanza
que da Jesús.Y nunca olviden que esa esperanza es sufrida; la esperanza sabe
sufrir para llevar a cabo un proyecto, pero tampoco olviden que ella da vida,
es fecunda. Y con esa esperanza no serán estériles, sino que darán vida a los
demás, harán patria, harán Iglesia, harán cosas grandes. ¿Por qué? Porque la
esperanza es convocadora para construir “la amistad social”, aunque se piense
diferente. No es necesario que todos piensen igual, no, no, todos tienen que
unirse en la “amistad social”, aunque uno piense de otra manera o tenga otra
convicción; pero todos tienen algo común: ese deseo de soñar y ese amor a la
patria. Lo importante, iguales y diferentes, es construir la “amistad social”
con todos; tender puentes, trabajar mancomunados. ¡Tender puentes! Alguno de
ustedes me podrá decir: ¿Y cómo puedo yo tender un puente, si no soy no
carpintero, ni ingeniero? Todos podemos tender puentes, con la palabra, con el
deseo, con el corazón. Pero ahora los invito a ser constructores de un puente
humano, del primer puente que se tendió en la historia: dense la mano, estiren
el brazo y dense la mano. ¡Háganlo! Y así, ya, todos juntos, con la mano
tendida, estamos dando testimonio de que queremos tender puentes y trabajar
mancomunados».
«Muchachos
y muchachas, reunidos en La Habana –concluyó–, pero con el corazón puesto en
Cracovia: ¡no se desencuentren! ¡Vayan juntos! Tiendan puentes, siempre con la
mano tendida. En ese caminar, los anima la Virgen María de la Caridad. Ella
desde hace más de400 años acompaña la fe, la esperanza y el encuentro entre
todos los cubanos. Pongo a sus pies, todo lo hermoso que su Hijo les regalará
en estos días. Y recuerden las palabras de Ella en Caná: “Hagan lo que él les
diga”. Les aseguro mi cercanía y mi oración por ustedes y por todo el amado
pueblo cubano, a la vez que, con particular afecto, los bendigo. Y como siempre
les pido: recen por mí. Un abrazo y un puente».
No hay comentarios.:
Publicar un comentario