La Comunidad judía tiene un pendiente con el mexicano Gilberto Bosques...
Justos
entre las naciones: Héroes que dieron hasta la vida por salvar a judíos de
nazis
Nota de Eduardo Berdejo
CRACOVIA,
29 Jul. 16 / 05:51 am (ACI).- Este viernes el Papa Francisco tuvo un breve
encuentro con representantes de personas reconocidas como “Justos entre las
naciones”, los no judíos y extranjeros que no dudaron en arriesgar sus vidas
para salvar a los judíos del exterminio nazi. Historias de heroísmo y
sacrificio entre las que destacan el testimonio de una congregación religiosa y
un matrimonio mártir en proceso de beatificación.
Francisco
tuvo este encuentro en Birkenau (conocido como Auschwitz II), luego de haber rezado
en silencio frente al “muro de la muerte” y la celda donde murió San
Maximiliano Kolbe; en Auschwitz I.
En
el sector de Birkenau los nazis instalaron 4 crematorios con cámaras de gas que
podían recibir hasta 2.500 presos por turno.
Heroísmo
de las religiosas franciscanas
Entre
las personas a las que el Pontífice pudo saludar está la hermana Janina
Kierstan, Madre General de las Hermanas Franciscanas de la Familia de María, en
representación de su congregación que salvó en Polonia a cerca de 500 niños
judíos, muchos de ellos gracias a la acción de la Madre Matylda Getter.
La
historia cuenta que en 1942, Malgosia Mirska y su hermana menor Irena llegaron
al convento en Varsovia para encontrar refugio. “A medida que cruzaba la
puerta, era consciente de mi dilema: era una cuestión de vida o muerte”,
recordó. “La Madre Superiora, Matylda Getter, nos miró y dijo: ‘sí’. Ella nos
recibió. Tuve la impresión de que los cielos se abrían ante mí”.
ran
miles los niños judíos que enfrentaban el mismo dilema, y las religiosas
espontáneamente trabajaron para salvarlos, siempre bajo la dirección de la
Superiora General, Ludwiga Lisówna (1874-1944) en Lviv, y la Madre Matylda
(1870-1968) —conocida como “Mamá”—, en Varsovia. Irena Sendlerowa cuenta que la
Madre Getter le aseguró que cada niño rescatado del gueto sería aceptado.
ambién
hubo jóvenes rescatadas por la religiosa. Una chica de nombre Mary contó que
llegó al convento en 1943. “La policía estaba tras mis pasos y no podía
regresar a mi apartamento, era una judía y no sabía a dónde ir (…). Las
hermanas me encontraron un trabajo y he visto con mis ojos que muchos judíos
llegaron al convento, especialmente un gran número de niños”.
Las
religiosas trabajaron junto con sacerdotes, consulados, laicos y otras congregaciones
religiosas en toda Polonia. Solo esta congregación salvó más de 500 niños y
jóvenes y cerca de 250 ancianos.
En
1985 la Madre Getter fue reconocida como “Justa entre las naciones”.
Un
matrimonio camino a los altares
Otra
de las personas que encontró Francisco fueron el Rabino de Polonia, Michael
Schudrich y el P. Stanislaw Ruszala. El sacerdote asistió en recuerdo de los
esposos Józef y Wiktoria Ulma, así como sus siete pequeños hijos asesinados por
los nazis por haber salvado a los judíos.
Józef
y Wiktoria Ulma vivían en el pueblo de Markowa, junto a otros 4.500 habitantes.
Durante la ocupación alemana, muy probablemente a finales de 1942, pese a la
pobreza y el riesgo, los esposos refugiaron a ocho judíos: Saul Goldman y sus
cuatro hijos; así como a dos hijas y una nieta de Chaim Goldman de Markowa.
Sin
embargo, probablemente fueron denunciados por esconder judíos y el 24 de marzo
de 1944, por la mañana, cinco gendarmes alemanes y otros policías comandados
por el teniente Eilert Dieken llegaron a la casa del matrimonio.
Primero
dispararon a los judíos y luego a Józef y Wiktoria (que estaba en el séptimo
mes de embarazo). Después Dieken mató a los niños. En pocos minutos murieron
diecisiete personas, incluyendo el bebé que Wiktoria comenzó a dar a luz en el
momento de la ejecución.
En
1995, Wiktoria y Józef Ulma fueron reconocidos "Justo entre las
Naciones". En 2003 se inició su proceso de beatificación y actualmente se
encuentra en el Vaticano.
Así
como estos dos casos, muchos otros se dieron durante los años de ocupación
nazi, protagonizados por congregaciones, obispos, sacerdotes, laicos, usando
diversos medios, incluyendo la expedición de “certificados de bautizo” para
ocultar la condición judía de los perseguidos.
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