Tomó éxtasis modelo colombiana
Nota de Antonio
Nieto y Cristina Hernández/
Reforma, Cd.
de México (18 agosto 2016).- La modelo colombiana Stephanie Magon consumió
éxtasis el día de su muerte.
A
esa conclusión llegaron especialistas del Instituto de Ciencias Forenses
(Incifo) y que se le fue notificado a la Procuraduría capitalina.
La
PGJ-CDMX indaga ahora si el éxtasis que consumió la sudamericana le fue
administrado por un tercero sin que ella lo supiera, ya que no tenía
antecedentes de consumo, salvo de mariguana.
Informes
a los que REFORMA tuvo acceso refieren que la modelo ingirió la droga -que
tiene como base la seudoefedrina- la noche que acudió al Foro Normandie.
Horas
después, Stephanie cayó de la azotea del edificio donde vivía en la Colonia
Nápoles, se impactó con un árbol de cerca de 20 metros y salió proyectada hacia
la acera, donde falleció, aseguró la dependencia.
"Los
metabolitos de esta sustancia fueron localizados en sangre en un estudio
conocido como cromatografía de gases, masas y es factible poder establecer que
esta persona, al momento de fallecer, estaba intoxicada con esta
sustancia", explicó en en conferencia de prensa.
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¿Qué es el éxtasis o cristal?
Es una de las drogas modelo producida en laboratorios clandestinas que ha dejado atrás, a la mariguana y cocaína. Su consumo es alto, y pudimos percatarnos desde hace 10 años cuando fue asegurado a Zhenli Ye Gon en diciembre de 2006 un enorme cargamento -19.5 toneladas- de importación legal de seudoefedrina para México, que sería usado para la fabricación de metanfetaminas.
La llamada a MDMA (abrevación de su nombre semisistemático 3,4-metilendioximetanfetamina), es una droga empatógena –que genera empatía- perteneciente a la familia de las anfetaminas sustituidas.
Se puede conseguir en forma de cristales o de polvo de cristal, de ahí que se le llame también cristal, o tachas.
Por lo general viene en forma de pastilla pero también se puede esnifarse y ocasionalmente se fuma, pero rara vez se inyecta. Sus efectos duran aproximadamente de cuatro a seis horas.
Su consumo está asociado a fiestas nocturnas de música electrónica, ya que puede inducir euforia, sensación de intimidad con los demás y disminución de la ansiedad. Pero también produce una pérdida de la timidez, volviendo a la persona más extrovertido, una sensación de alegría absoluta y de hiperactividad, aumento de la tensión muscular, dilatación de las pupilas y puede causar una pérdida parcial del sentimiento de dolor físico.
También puede producir náusea, escalofríos, sudoración, contractura involuntaria de los músculos de la mandíbula, calambres musculares y visión borrosa. Si ocurre una sobredosis, los síntomas
se caracteriza por alta presión sanguínea, desvanecimiento, ataques de pánico y en los casos más severos, pérdida de consciencia, convulsiones, y una drástica elevación de la temperatura del cuerpo. Las sobredosis pueden ser fatales, puesto que pueden resultar en falla cardíaca o en golpe de calor.
En general, los efectos comienzan entre 30 y 60 minutos tras su consumo, llegando al clímax entre 75 y 120 minutos después; los efectos más potentes se mantienen hasta más de 3 horas.
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