Min Aung Hlaing, el poder militar que quiere la Presidencia
JAVIER ESPINOSA Enviado especial Rangún
El País, 28 NOV. 2017 03:08
El general birmano Min Aung Hlaing, en una parada en Naypyitaw. Soe Zeya Tun
No sólo controla las fuerzas armadas, tres de los ministerios más influyentes del país, la Administración local y una cuarta parte del Parlamento
El nombre de Min Aung Hlaing podría añadirse a los patronímicos de los muchos militares que han diseñado la historia reciente de Birmania desde que el propio padre de la premio Nobel Suu Kyi, el general Aung San, fundó el Ejército Independiente de Burma (así se llamaba el país) bajo la férula del Japón en 1941. El general de 61 años se ha convertido en un discípulo aventajado de personajes como el golpista Ne Win -que acabó en 1962 con los únicos años de democracia real del país-, su sucesor como hombre fuerte, Saw Maung, y los subsiguientes: los generales Than Shwe y Thein Sein.
El uniformado empezó a prodigarse en los medios al mismo tiempo que se le asociaba con campaña tan expeditivas como la que lideró en 2009 contra la guerrilla de etnia Kokang, que provocó el éxodo a China de 37.000 miembros de esta comunidad asentada en el norte del país.Nada extraño para un militar que, tras graduarse en 1977, forjó su carrera en los 80 y los 90 cuando el Tamadaw -así se llama al Ejército en Birmania- se ganó un fama atroz con operaciones como Cuatro cortes, que llevó a la destrucción de cientos de aldeas y la limpieza étnica de cientos de miles de miembros de minorías como los karen, shan, kachin o rohingya. Min Aung Hlaing no sólo controla las fuerzas armadas, tres de los ministerios más influyentes del país, la Administración local y una cuarta parte del Parlamento que le otorga derecho a veto frente a cualquier proyecto legislativo que no se ajuste a su ideario. Según escribió la publicación The Irrawaddy, "desde que asumió el puesto de comandante en jefe (en 2011) se sospecha que Min Aung Hlaing se opone a las reformas democráticas" que promovió Thein Sein.Sin embargo, la democracia le ha otorgado al ejército un barniz de respetabilidad que nunca tuvo en el pasado. Como apuntan los analistas, ahora la destinataria de las críticas no es otra que Aung San Suu Kyi. Los seguidores de esta última creen que la actuación del militar tiene por objeto socavar su popularidad para ser presidente en 2020.
JAVIER ESPINOSA Enviado especial Rangún
El País, 28 NOV. 2017 03:08
El general birmano Min Aung Hlaing, en una parada en Naypyitaw. Soe Zeya Tun
No sólo controla las fuerzas armadas, tres de los ministerios más influyentes del país, la Administración local y una cuarta parte del Parlamento
El nombre de Min Aung Hlaing podría añadirse a los patronímicos de los muchos militares que han diseñado la historia reciente de Birmania desde que el propio padre de la premio Nobel Suu Kyi, el general Aung San, fundó el Ejército Independiente de Burma (así se llamaba el país) bajo la férula del Japón en 1941. El general de 61 años se ha convertido en un discípulo aventajado de personajes como el golpista Ne Win -que acabó en 1962 con los únicos años de democracia real del país-, su sucesor como hombre fuerte, Saw Maung, y los subsiguientes: los generales Than Shwe y Thein Sein.
El uniformado empezó a prodigarse en los medios al mismo tiempo que se le asociaba con campaña tan expeditivas como la que lideró en 2009 contra la guerrilla de etnia Kokang, que provocó el éxodo a China de 37.000 miembros de esta comunidad asentada en el norte del país.Nada extraño para un militar que, tras graduarse en 1977, forjó su carrera en los 80 y los 90 cuando el Tamadaw -así se llama al Ejército en Birmania- se ganó un fama atroz con operaciones como Cuatro cortes, que llevó a la destrucción de cientos de aldeas y la limpieza étnica de cientos de miles de miembros de minorías como los karen, shan, kachin o rohingya. Min Aung Hlaing no sólo controla las fuerzas armadas, tres de los ministerios más influyentes del país, la Administración local y una cuarta parte del Parlamento que le otorga derecho a veto frente a cualquier proyecto legislativo que no se ajuste a su ideario. Según escribió la publicación The Irrawaddy, "desde que asumió el puesto de comandante en jefe (en 2011) se sospecha que Min Aung Hlaing se opone a las reformas democráticas" que promovió Thein Sein.Sin embargo, la democracia le ha otorgado al ejército un barniz de respetabilidad que nunca tuvo en el pasado. Como apuntan los analistas, ahora la destinataria de las críticas no es otra que Aung San Suu Kyi. Los seguidores de esta última creen que la actuación del militar tiene por objeto socavar su popularidad para ser presidente en 2020.
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