Marie José Paz o la poeta Yesé Amory/
FABIENNE BRADÚ
Revista Proceso # 2178, a 29 d julio de 2018...
Marie José Tramini falleció el jueves 26 en la Ciudad de México a los 83 años. En diciembre de 1974 su esposo, Octavio Paz, le publicó unos poemas traducidos por él en la revista Plural –que editaba el diario Excélsior, dirigido por Julio Scherer– firmados Yesé Amory, “Estrías”, sin mayor explicación.
En 2004, la UNAM y la Universidad Veracruzana coeditaron Los puentes de la traducción: Octavio Paz y la poesía francesa, de Fabienne Bradú, en el cual esta colaboradora de Vuelta –sucesora de Plural–, escribió el capítulo intitulado “Yesé Amory”, donde ahondó en la identidad de la poeta.
Por cortesía de la autora, reproducimos extractos del mismo, seguidos del principio de “Estrías”. (RP)
Para comentar las versiones de la “camuflageada” Yesé Amory habría que invertir el espejo y partir de las que ella hizo de los poemas de Ladera Este.
Entre todos los poemarios de Paz en francés, Versan Est (París, Gallimard, 1970) es el volumen más variopinto y multitudinario por la cantidad y diversidad de sus traductores… Con 22 poemas traducidos de un total de 29, Yesé Amory es la principal inquilina de este condominio de traductores. Cualquier francés quedaría inmediatamente intrigado por el nombre de Yesé Amory: no suena a nada conocido y, sin embargo, recuerda un sonido muy familiar a quienes hayan oído a Paz llamar a su mujer:
“¡Marie José!” (…)
Así, en el caso de Yesé Amory, no carece de relieve el hecho de que su traductor al español se contara entre las cumbres de la poesía hispanoamericana del siglo XX. Por supuesto, el honor de acceder por la cumbre a una existencia poética en su país de adopción, conllevaba para ella otros riesgos que el traductor advirtió e intentó sobrellevar conservando el relativo anonimato del anagrama. Se antoja que Octavio Paz estaba dividido entre su deseo –doblemente amoroso– de traducir los poemas de su esposa y de resguardarla a ella de ciertas murmuraciones que parecía oír anticipadamente (…)
Lo cierto es que la decisión de publicar las versiones de los poemas de Yesé Amory en la revista Plural bajo el anagrama era una defensa y una ingenuidad. Un fragmento de “Bronce” se publicó en Plural el 15 de marzo de 1974 (p. 35), sin mención del traductor y con una presentación de la autora: “Yesé Amory, joven escritora francesa. Ha publicado sus narraciones en diversas revistas de Europa y de Estados Unidos.” Pero en el índice correspondiente a aquel año, un paréntesis delata la identidad: Octavio Paz.
En cambio, cuando en diciembre de 1974, la revista publicó versiones de “Estrías”, el anagrama de la autora y el nombre del traductor se entrelazaban en el dibujo que encabeza la página. No pocos sabían la identidad que encubría al pudoroso y delatador anagrama. Sin embargo, el secreto a voces nunca fue develado públicamente y puede ser que, hasta la fecha, algunos ignoren el subterfugio. La ingenuidad que traiciona el recurso es propia del amor que quiere, a un tiempo, protegerse y afirmarse. (…)
Por lo general, los poemas de “Estrías” son un diálogo secreto y lúdico con el hombre-amante y, por eso, parecería que en la traducción, otro diálogo, igualmente secreto y lúdico, lo prolongara, le hiciera eco, le respondiera entre líneas, porque el autor y el traductor están unidos por una complicidad que va más allá de la que suele sellar el pacto del traslado… (…)
Si Marie José trocó la pluma por las tijeras del collage, el arte habría de reunir a los dos amantes en un nuevo libro: Figuras y figuraciones (Barcelona, Galaxia Gutenberg, 1999), que reúne una muestra de los collages de Marie José y una serie de poemas alusivos de Octavio Paz (…)
Pero el círculo vuelve a abrirse en espiral –una figura más fascinante que el círculo para el propio Paz– con la reciente publicación de la versión francesa del libro, cuya traductora no podía ser sino Yesé Amory… En Figures et Figurations (París, Mercure de France, 2000) Yves Bonnefoy, autor del prefacio, escribe: “Octavio Paz y Marie José, desde el día en que se encontraron, no podían ser imaginados el uno sin el otro por sus amigos…”.
* * *
Estrías
Yesé Amory
El río me trajo su carta. Decía: “Te espero. Entra por la vereda de las cañas. Mi sima está tendida de musgo. Abriré para ti el Jardín de las Metamorfosis; allí verás hasta la nervadura de las estatuas, cerca del sauce, donde las burbujas se interrogan. La cascada, toda ella a su solfeo, no hará caso de nuestras idas y venidas.
Tengo sed de tus puntas de arándano, tu ingle umbelífera, tus anclas a la deriva. Te espero: toma la primer corriente.
SANGUISUALMENTE,…”
El viento pluvial ha vuelto impracticable la circulación por el río y yo he tenido que permanecer en mi cuarto, presa de la fiebre de las marismas.
*
La próxima vez que te desmandes, te inoculo un virus. No un virus potente, no: un virus apenas virus, lo justo para atarantarte y, sin acabarte, hacer que pierdas un poco de tu arrogancia.
Entonces, ah, entonces, vuelves a ser eucalipto.
Dulce vuelv
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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