31 mar 2010

Crisis vanticana

Acosado más que nunca por el escándalo de abusos sexuales por parte de religiosos, el Vaticano está preparando la defensa legal con que la Iglesia católica espera proteger al papa Benedicto XVI de una demanda en Kentucky que busca su destitución.
En documentos judiciales obtenidos el martes por la agencia Associated Press, los abogados del Vaticano trazan una estrategia triple, a presentar formalmente en las próximas semanas, para que se desestime la demanda antes de que Benedicto pueda ser interrogado o se ordene la presentación de documentos secretos.
Los abogados se proponen argumentar que el pontífice tiene inmunidad como jefe de estado, que los obispos estadounidenses que supervisaban a los religiosos abusivos no eran empleados del Vaticano, y que un documento de 1962 no es la prueba decisiva de un encubrimiento, según revela la documentación.
Tres hombres que dicen haber sido abusados por sacerdotes interpusieron la demanda contra la Santa Sede en el 2004, acusando a Roma de negligencia por no haber alertado a la policía o al público sobre los sacerdotes que vejaron a menores en Kentucky.
En la demanda de Kentucky, los hombres argumentaron que los obispos diocesanos eran empleados de la Santa Sede, y que por lo tanto eran responsables por su supuesta falla en denunciar los abusos. Sostienen que un documento del Vaticano de 1962 ordenó a los obispos a no reportar a la policía los casos de abusos sexuales.
El Vaticano afirma que el documento no impide a los obispos denunciar a los pedófilos a la policía.
En tanto, jóvenes universitarios de centros del Opus Dei expresaron hoy su solidaridad al Papa ante los ataques mediáticos de las últimas semanas por los escándalos de pederastia y exigieron "a esos sembradores de desconfianza" que "respeten" a Benedicto XVI.
Así lo manifestaron en una carta que entregaron hoy al Pontífice durante la audiencia pública de los miércoles, a la que asistieron los 4 mil estudiantes universitarios de centros del Opus Dei de varios países que participan estos días en Roma en el 43 Encuentro Internacional UNIV 2010.
"Vemos como muchos se aprovechan de hechos dolorosos para la Iglesia y para el Papa y siembran dudas y sospechas. A esos sembradores de desconfianza queremos decir con claridad que no aceptamos su ideología. Les respetamos, pero exigimos de ellos también el respeto por nuestra fe y el reconocimiento del derecho que tenemos de vivir como cristianos en una sociedad plural", escribieron en la carta.
Los universitarios aseguraron que todos, "incluso los que no tienen fe", conocen directamente a innumerables sacerdotes que no tienen nada que ver con casos de abusos y son personas que están siempre "disponibles, eficaces, sacrificadas y abiertas a todos".
Benedicto XVI animó a los jóvenes durante la audiencia a tener "amplitud de horizonte" y a profundizar con vigor "en todo aquello que es perenne en la ortodoxia católica".
La mayor parte de los jóvenes proceden de España, países de Latinoamérica e Italia, por lo que el Papa les saludó primero en español. En medio de palmas y vivas, le respondieron: "se ve, se siente, el Papa está presente".
Al término de la audiencia, un representante de los jóvenes le entregó la carta, en la que manifestaron asimismo su gratitud "por los cinco años de papado, por su ejemplo en la búsqueda de la verdad, por su servicio infatigable y por el ejemplo de apertura al diálogo que nos ofrece constantemente, para buscar la verdad de las cosas".
Los encuentros UNIV nacieron en 1968 por deseo de San Josemaría Escrivá, el fundador del Opus Dei. Desde entonces, todos los años, los participantes han sido recibidos por el Papa.

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