Los
límites del Pacto por México
Reportaje de Ernesto
Núñez
Enfoque de Reforma, 19 mayo 2013.- Una frase,
que quizás se convierta en una de las más memorables del sexenio de Enrique
Peña Nieto, fue suficiente para poner en jaque el Pacto por México.
"Rosario,
no te preocupes. Hay que aguantar", dijo el Presidente el 19 de abril en
un acto de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, en Zinacantán, Chiapas, apenas
dos días después de que el PAN denunciara la existencia de una red de
funcionarios públicos, de la Sedesol y del gobierno de Veracruz, encargada de
utilizar programas sociales para conseguir votos a favor del PRI.
La
frase de Peña Nieto encendió focos de alerta en la sede nacional del PAN, donde
Gustavo Madero y sus colaboradores resintieron la respuesta como una afrenta
política y personal; una grosera manera de responder a una dura pero comedida
carta que había enviado el líder panista a Los Pinos la noche del 17 de abril,
horas después de hacer público el caso Veracruz.
"Los
compromisos democratizadores y reformadores que suscribimos en el Pacto por
México no se están acatando ni por los funcionarios federales de su gobierno,
ni por los gobernadores de los estados donde gobierna su partido", acusaba
Madero en la misiva, para pedir –párrafos más adelante– la separación temporal
del cargo de la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, y del
gobernador de Veracruz, Javier Duarte.
Solicitaba
también la destitución de los funcionarios involucrados en las grabaciones que
el PAN había dado a conocer: Paula Hernández Olmos, coordinadora nacional del
Programa Oportunidades; Héctor Pablo Ramírez Puga, director general de Liconsa;
Eduardo Velasco Monroy, director general de Diconsa; Ranulfo Márquez Hernández,
delegado de Sedesol en Veracruz; Alejandro Baquedano Sánchez, coordinador de
Oportunidades en Veracruz, y Gonzalo Morgado Huesca, delegado del ISSSTE en
Veracruz.
Además
de pedir una serie de medidas a la Sedesol en los 14 estados donde habrá
elecciones el próximo 7 de julio –como el cese de los operadores políticos
priistas nombrados como delegados estatales de dicha Secretaría–, Madero
demandaba a Peña Nieto instruir a su secretario de Gobernación, Miguel Ángel
Osorio Chong, instalar una mesa con los dirigentes de los tres partidos
firmantes del Pacto para dar seguimiento a las denuncias del caso Veracruz.
La
carta ya había tenido una respuesta previa: el jueves 18 de abril Robles
anunció la separación temporal del delegado de la Sedesol en Veracruz, Ranulfo
Márquez, y seis funcionarios más: Felipe Sosa Hernández, coordinador operativo
de Sedesol; Eli Jesser Mendoza y Raúl Molina, jefes de zona; Graciela Tejeda,
enlace operativo de 65 y Más; Jesús Balbuena Buenrostro, enlace de
Oportunidades, y Mariana Molina, supervisora de Oportunidades en la entidad.
Pero
esa medida no satisfizo a los panistas –que esperaban la renuncia de los
funcionarios de primera línea en el equipo de Robles, además de una respuesta
directa de Peña Nieto–, y esa misma tarde Madero declaró que la remoción de
"siete funcionarios menores" no era suficiente. El caso había ameritado
una denuncia penal contra Duarte y 57 funcionarios priistas de Veracruz, pero
Madero recordó que su demanda política era blindar con acciones contundentes
las elecciones en 14 entidades.
Por
eso la frase "Rosario, no te preocupes" causó la irritación del líder
del blanquiazul, y exacerbó los ánimos de los panistas que ya antes habían
demandado que el PAN abandonara el Pacto por México.
Jesús
Zambrano, líder nacional del PRD, también acusó recibo de la frase de Peña
Nieto: "vamos a fijar como posición puntual la necesidad de que se
convoque a un juicio político al gobernador Duarte de Veracruz y a la renuncia
necesaria de Rosario Robles como secretaria de Desarrollo Social", declaró
horas después del discurso de peña Nieto en Chiapas, "más que secretaria
de Desarrollo Social, parece que es la secretaria de Asuntos Electorales del
PRI".
Ante
estos reclamos, el sábado 20 de abril se celebró una reunión entre los
dirigentes partidistas y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio
Chong, en la que Madero les comunicó que el PAN no asistiría a eventos públicos
del Pacto hasta que no se atendiera satisfactoriamente el caso Veracruz.
Aunque
Osorio prometió tomar medidas, el lunes 22 los reclamos subieron de tono y, en
los hechos, el Pacto por México entró en crisis.
Al
mediodía, la Secretaría de Hacienda anunció en un comunicado que el martes 23
de abril, a las 10:00 horas, se presentarían las iniciativas de reforma
financiera contempladas en los compromisos 62 y 63 del Pacto por México.
Horas
más tarde, Madero anunció que el PAN no asistiría a la presentación de la
reforma financiera elaborada por el consejo rector del Pacto.
El
PRD volvió a criticar la frase del Presidente, al considerarla "una carta
de impunidad" para otros funcionarios priistas, y Zambrano pidió al
gobierno federal hacer un esfuerzo para evitar que el pacto fracasara por no
atender las denuncias en Veracruz.
Según
panistas y perredistas consultados, en la noche del 22 de abril los
funcionarios del gobierno federal decidieron tomarse en serio la denuncia, y
empezaron a hacer llamadas para salvar el Pacto.
El
secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien estaba en Washington desde el
jueves anterior, anunció la decisión en los primeros minutos del martes, a
través de dos mensajes en su cuenta de Twitter: "Para abrir un espacio al
diálogo que permita superar las diferencias, @EPN suspende temporalmente actividades
públicas del Pacto". "En consecuencia se pospone por unos días la
presentación de la reforma financiera, originalmente programada para hoy martes
10am".
La
confirmación de esta suspensión la hizo la Presidencia de la República, en
comunicado oficial, cerca de las 5 de la mañana.
En
lugar de presentar la reforma financiera, los miembros del consejo rector del
Pacto sostuvieron una nueva reunión con el secretario Osorio Chong, mientras en
el Senado legisladores del PAN y PRD vapuleaban a Rosario Robles en una intensa
comparecencia, en la que la funcionaria negó participar en la red de
funcionarios y priistas destapada en Veracruz y rechazó que tuviera que
renunciar al cargo.
En
Puebla, Peña Nieto modificó su discurso; sustituyó el "Rosario, no te
preocupes", por un llamado a los partidos a dialogar para salvar el Pacto.
De
las acusaciones a los abrazos
Pero
la crisis se prolongó dos semanas más.
El
PRI de Veracruz contraatacó, dando a conocer audios en los que exhibía el uso
que hacían los panistas de los programas sociales cuando eran gobierno. En las
grabaciones que dieron a conocer involucraban al ex candidato a la gubernatura,
Miguel Ángel Yunes, y a su hijo –diputado panista–, quienes habían armado el
caso Veracruz y lo habían entregado a Madero para hacer la denuncia.
El
PAN presentó una queja ante el IFE por el caso Veracruz el jueves 25, y sus
legisladores exhibieron la red de priistas colocados en las delegaciones de
diversas secretarías de Estado.
Madero
y Zambrano mantuvieron su tono de crítica al gobierno federal, aunque en
privado se sentaron a la mesa, casi diariamente, con los representantes del
gobierno federal en el Pacto: Osorio Chong, Videgaray; Felipe Solís Acero,
subsecretario de Enlace Legislativo de Segob, y Aurelio Nuño, jefe de la
Oficina de la Presidencia.
A
esas reuniones acudían también los representantes de los partidos en el consejo
rector: Santiago Creel, Juan Molinar, Alejandro Zapata y Marco Antonio Adame,
por parte del PAN; Pablo Gómez, Guadalupe Acosta Naranjo y Jesús Ortega, por
parte del PRD; César Camacho, Héctor Gutiérrez de la Garza y Martha Tamayo, por
parte del PRI.
En
esos encuentros, de acuerdo con sus participantes, se valoró la necesidad de
mantener vivo el Pacto bajo dos premisas: es bueno para México y es provechoso
para sus firmantes.
Ahí
surgió la idea de firmar un anexo al Pacto; una serie de reglas adicionales que
blindaran los procesos electorales permitiendo a los dirigentes de los
partidos, y al gobierno federal, amarrar las manos a los gobernadores, quienes
no son suscriptores del Pacto y a quienes se señala como principales
responsables del uso electoral de los programas sociales.
"Nos
reunimos en varias ocasiones, e hicimos una negociación nueva: si los asuntos
electorales no deben ser obstáculo para el Pacto, entonces ¿qué debemos hacer?
Y construimos el adendum , con
medidas que buscan evitar que prevalezcan esos pequeños intereses por sobre los
objetivos superiores del Pacto", relata el perredista Jesús Ortega.
"Los
firmantes del Pacto entendemos que éste tiene un valor tan importante que
supera cualquier interés particular. Estamos convencidos de que el Pacto sirve
para las grandes transformaciones que México necesita. La conciencia de ello,
el reconocimiento del valor del Pacto fue el elemento sustantivo para
preservarlo", añade.
Acordado
el adendum , Madero llevó la propuesta
a la Comisión Política del PAN, el lunes 29 de abril.
"Madero,
no te preocupes, aguanta", escribió ese día el ex dirigente nacional del
PAN, Germán Martínez, en su columna quincenal en Reforma , adelantando ahí los principales resolutivos que tomó su
partido: renegociar el Pacto y adelantar la reforma político-electoral.
En
la sesión de comisión política, Madero recibió el respaldo de Martínez y del
también ex dirigente, Luis Felipe Bravo Mena, para mantener el diálogo con el
gobierno de Peña Nieto.
El
coordinador de los senadores, Ernesto Cordero, mantuvo su postura crítica y en
un momento de la reunión dijo: "el PAN quiere elecciones libres, no
Pacto".
La
ex candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota, también se mostró crítica
frente al gobierno priista, e incluso puso sobre la mesa el caso de la Lady
Profeco para ilustrar la forma en la que están operando los funcionarios
peñistas cuando no están en la mesa del Pacto.
Pese
a las críticas, Madero obtuvo el respaldo de la comisión política para
mantenerse en el Pacto, pero comprometió, a cambio, exigir al PRI la
anticipación de la reforma electoral contemplada en el compromiso 90 del Pacto,
agendada originalmente para el primer semestre de 2014.
El
resolutivo del PAN, dado a conocer esa noche, contiene cinco puntos:
1.
Mantener la participación en el Pacto por México siempre que el gobierno
federal demuestre su compromiso con el cumplimiento de la ley, la transparencia
y la democracia. 2. Exigir todas aquellas medidas, previsiones y mesas de
diálogo necesarias, a fin de que en los 14 procesos electorales de julio de
2013 se blinde a la política social del uso electoral con un adendum al Pacto por México. 3. Acordar que en dicho
mecanismo de concertación política se le otorgue la máxima prioridad a la
agenda de la reforma política y electoral del país, que resuelva el déficit
democrático de nuestro sistema político. 4. Exigir que sean debidamente
sancionados todos los funcionarios que hayan incurrido en los delitos
electorales denunciados. 5. Replantear las iniciativas del Pacto que tienen
como objeto de su reforma la acción del gobierno, para lograr su máxima
transparencia, actuación democrática y combate a la corrupción.
El
PAN regresaba al Pacto, pero el gobierno aún no daba las señales esperadas para
formalizarlo.
El
1o. de mayo, Madero se reunió con Jesús Zambrano para dar a conocer un
posicionamiento conjunto, con nuevas exigencias al gobierno de Peña Nieto:
"Exigimos
que la voluntad expresada en los compromisos expuestos en los comunicados y
declaraciones difundidos en días anteriores se materialicen en hechos visibles
y verificables. Vigilaremos que las denuncias penales presentadas contra
diversos funcionarios públicos, así como las demandas de juicio político, sean
atendidas conforme a derecho. Compartimos la convicción de que el Pacto por
México es un instrumento útil y de que, en las actuales circunstancias, la
responsabilidad de que se conserve y fortalezca depende del gobierno
federal".
Las
señales esperadas comenzaron a darse el 4 de mayo, cuando Javier Duarte anunció
en Veracruz la separación de Salvador Manzur de la Secretaría estatal de
Finanzas. Y el 6 de mayo la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos
Electorales (inactiva durante los seis meses transcurridos de la nueva
administración) informó que había girado citatorios a seis funcionarios
involucrados en la denuncia en Veracruz.
El
martes 7 de mayo, en el Salón Tesorería del Palacio Nacional, reaparecieron las
sonrisas, los abrazos y las palmadas en la espalda entre los artífices del
Pacto. Peña Nieto flanqueado por Madero y Zambrano y, a lo largo de la mesa,
ocupando la primera fila del presidium, Camacho Quiroz, Osorio Chong, Videgaray
y Nuño.
Detrás
de ellos los negociadores: Creel, Adame, Zapata, Molinar; Pablo Gómez, Naranjo,
Ortega; Tamayo, Gutiérrez de la Garza, José Murat, Solís Acero.
"Los
notables", según los apodan en el Senado.
El
adendum agrega 11 compromisos a los
95 pactados originalmente en el Pacto por México: 1. Respeto a la ley y
limpieza electoral. 2. Blindaje electoral. 3. Participación de la sociedad
civil para vigilar la operación de los programas sociales. 4. Profesionalización
e imparcialidad de los delegados y operadores de programas federales. 5.
Instalación de comisiones plurales "de preservación del entorno político
de equidad" en los 14 estados donde habrá elecciones, con participación de
gobernadores y dirigentes partidistas locales. 6. Comisión plural nacional. 7.
Crear condiciones de equidad en los 14 estados con elecciones. 8. Gestionar la
participación de observadores electorales. 9. Darle prioridad máxima a la
reforma político electoral y la Ley de Partidos acordadas en los puntos 89 y 90
del Pacto. 10. Crear un sistema nacional de programas sociales. 11. Acelerar
las reformas en materia de transparencia, deudas estatales y combate a la
corrupción.
Después
de la firma del adendum , Luis
Videgaray pudo, finalmente, anunciar que la reforma financiera sería presentada
al día siguiente, miércoles 8 de mayo, en el alcázar del Castillo de
Chapultepec. Ocasión que sirvió para que reaparecieran los apretones de mano,
las carcajadas y los parabienes entre "los notables" del Pacto.
Hacia
una nueva reforma electoral
Marco
Antonio Adame, representante del PAN en el consejo rector, asegura que la
crisis del pacto quedó zanjada y confirma que el adendum fue prácticamente una renegociación del Pacto en la que
se definieron nuevas prioridades, colocando como próximo tema la reforma
político-electoral
"En
el momento en que se firma el adendum
se ratifica el Pacto por México en su contenido original y se agregan
compromisos adicionales que responden tanto a los temas de coyuntura, que
tienen que ver con lo sucedido en Veracruz en un primer momento y
posteriormente en Coahuila, como con compromisos originales del Pacto, como la
reforma político electoral y la ley de partidos", afirma.
Para
Martha Tamayo, ex senadora y actual coordinadora de asuntos jurídicos del CEN
del PRI, la crisis del caso Veracruz terminó fortaleciendo al Pacto.
"Desde
que se firmó el Pacto se sabía que en julio íbamos a estar sometidos a la
prueba del ácido. El adendum es
producto de uno de sus efectos y nosotros no tuvimos empacho en apoyarlo aunque
fue una reacción sí dada por lo electoral. Del caso Veracruz, y su consecuencia
que es el adendum , sale fortalecido el
Pacto, porque antes no había un espacio para discutir estos extremos y nos
dimos este espacio en un muy buen momento", afirma.
Para
la representante priista en el consejo rector, una vez que el Pacto supere el
tema político-electoral –con reforma de por medio– deben agendarse las reformas
económicas: fiscal y energética. Sin ellas, advierte, la mayoría de los 95
compromisos del Pacto se quedarían en buenas intenciones, pues no habría
recursos para ejecutar las acciones que permitan cumplirlos.
Al
día de hoy, el Pacto por México ha producido dos reformas constitucionales ya
aprobadas: la educativa y la de telecomunicaciones. Se envió ya la reforma
financiera. Y el Ejecutivo emprendió una veintena de acciones, como la
ampliación de la pensión a adultos mayores, el seguro a madres trabajadoras, la
creación de una oficina encargada de la agenda digital, y ha hecho una serie de
anuncios que implican el "inicio de implementación" de los
compromisos: avanzar hacia una economía de bajo carbono o propiciar que algún
día México invierta el 1 por ciento del PIB nacional en ciencia y tecnología.
En
una revisión del calendario original, contenido en los anexos del Pacto, son
notables los retrasos en la presentación de iniciativas, principalmente la
energética, la de la Gendarmería Nacional, la de coordinación de policías
estatales y la de explotación minera, que debían enviarse al Congreso en el
primer semestre del 2013.
Sin
embargo, los artífices del Pacto desestiman esos retrasos y anuncian que lo que
viene será la reforma política.
"La
razón fundamental de esos pequeños retrasos es que hemos enfrentado obstáculos
grandes, que han impedido que se cumpla totalmente con el calendario
establecido", explica Jesús Ortega.
"El
calendario el Pacto se va ajustando de forma razonable. No es que se haya
abandonado ninguno de los compromisos, sino que se va avanzando en distintas
formas, independientemente de que algunos temas deban ser apurados después para
que se acerquen al calendario original", afirma Adame.
"No
es un ejercicio fácil, no tiene la agilidad que quisiéramos, es complejo. Y por
eso puede haber algunos pequeños retrasos. Era la mejor de las intenciones
calendarizar los compromisos. Aunque son pocos los que no están
cumplidos", plantea Tamayo.
Los
tres miembros del consejo rector coinciden en tres puntos:
1.
No habrá nuevas iniciativas del Pacto por México hasta después de los comicios
del 7 de julio.
2.
Mientras transcurren las campañas en 14 estados, el consejo rector trabajará en
la legislación secundaria de lo ya aprobado para poder tener productos que se
traduzcan en iniciativas que podrían ser aprobadas en uno o varios periodos
extraordinarios del Congreso, después de las elecciones.
3.
Lo que sigue de inmediato es la reforma electoral. Y, para ello, instalarán una
mesa de negociación el próximo 27 de mayo, en la que definirán una agenda y los
límites de dicha reforma.
La
rebelión del Senado
Superada
la crisis del Pacto, Enrique Peña Nieto invitó a los miembros del consejo
rector a comer a Los Pinos, el pasado lunes 13 de mayo.
En
la comida, que se prolongó hasta convertirse en cena –según informaron miembros
del PAN y el PRD–, Peña Nieto y los líderes partidistas acordaron puntos
mínimos de una eventual reforma político-electoral.
La
creación del Instituto Nacional Electoral, ya contemplado en uno de los siete
incisos del compromiso 90 del Pacto, destacó como principal acuerdo.
En
la comida, Peña Nieto, sus funcionarios y los miembros del consejo rector
hicieron un balance del Pacto y acordaron experimentar un nuevo mecanismo para
la presentación de las iniciativas: dar a cada partido un tema y la oportunidad
de presentar públicamente la iniciativa correspondiente.
Así
se decidió que Gustavo Madero y el Grupo Parlamentario del PAN en la Cámara de
Diputados (donde no tiene disidentes internos) presentaran el martes 14 la
iniciativa para crear el Instituto Nacional Electoral, una nueva ley electoral
única de carácter nacional y darle autonomía a la fiscalía de delitos
electorales.
Pero
al día siguiente surgió una respuesta desde el Senado, que sorprendió al
consejo rector: los coordinadores parlamentarios del PAN y el PRD, Ernesto
Cordero y Miguel Barbosa, dieron a conocer una agenda de 30 puntos para una
reforma política profunda, y advirtieron que dicha reforma será negociada,
construida y aprobada en la Cámara alta y no en el pequeño grupo del Pacto por
México.
La
agenda –que incluye temas como la reelección, segunda vuelta, gobiernos de
coalición, leyes reglamentarias para candidaturas independientes, plebiscito,
referéndum y derecho de réplica– es producto de un acuerdo hecho entre Cordero
y Barbosa desde noviembre del año pasado, cuyos encargados de ejecutarlo son el
panista Roberto Gil y el perredista Manuel Camacho.
"Hemos
venido trabajando en una reforma profunda e integral, tanto en lo electoral
como en el funcionamiento de los poderes", confirma Gil, "es una
reforma ambiciosa, profunda, son 30 temas con pleno consenso de las dos fuerzas
parlamentarias y será el punto de partida de nuestra negociación con el PRI y
el gobierno".
En
un plazo de seis semanas, las bancadas del PAN y PRD presentarán esos 30 temas
en forma de iniciativas en la Comisión Permanente, con la idea de que en
septiembre pueda aprobarse la reforma.
"Para
nosotros, que se apruebe esta agenda es la verdadera muestra de voluntad de
transformar el régimen; cualquier cosa por debajo de esto será una reforma
meramente cosmética", añade Gil.
El
senador Manuel Camacho confirma que su intención es llevar a cabo una reforma
de mucho mayor profundidad, que no se quede simplemente en la creación de un
instituto nacional electoral.
"Esta
agenda es el paquete completo y no en términos muy genéricos, sino exactamente
qué es lo que representa el correctivo o la innovación institucional que
requiere el país, porque la manera en la que se están relacionando los poderes
no es la mejor. Tiene que ser una reforma en serio, levantemos la mira. No
hagamos una distribución de que tal parido se lleva tal tema y tal partido va a
anunciarlo", explica.
Luego
de recordar que este trabajo tiene el respaldo de 70 votos en el Senado (de las
bancadas del PAN y PRD), Camacho afirma que sería muy lamentable que los
senadores sólo se quedaran esperando a que el consejo rector les envíe
"paquetitos" de reforma, para que al final salga una "reformita
electoral" que no propicie la democratización del régimen.
"No
es un problema de celos institucionales, de quién lo hace; hagámoslo, pero que
cada quien cumpla con su responsabilidad, hagamos una buena reforma. Y no es
que el Pacto no sea un instrumento útil, estoy seguro de que es utilísimo para
el Presidente, y estoy también seguro de que no es útil para los partidos, pero
bueno, se entiende que todo esto ocurra. Pero si ahí se van a decidir la
agenda, los tiempos, los contenidos de las iniciativas y la manera de procesar
las cosas, entonces en esas circunstancias prácticamente es inexistente el
Congreso".
Según
Camacho Solís, Madero y Zambrano perdieron la oportunidad que les dio el caso Veracruz,
para renegociar en serio el Pacto por México y propiciar una agenda que
auténticamente modifique el régimen político.
"El
adendum es una vergüenza",
sentencia, "es penoso frente a tener en sus manos la posibilidad de hacer
una negociación para una reforma política y transformar el régimen político.
Eso hubiera levantado a los dirigentes de la oposición. Pero si ellos no lo
hicieron, nosotros no tenemos por qué atenernos a que nos manden lo que se les
ocurra, y por eso dijimos 'aquí está una agenda para equilibrar la mesa del
Pacto, para que tengamos una concertación nacional verdadera'".
Envueltos
en esta nueva confrontación, ahora con sus senadores, los artífices del Pacto
se reunieron el miércoles pasado para elaborar una exhaustiva agenda que los
mantendrá ocupados de aquí al 5 de junio: reuniones con el SNTE, empresarios,
gobernadores y alcaldes.
Al
día siguiente instalaron la comisión plural que se encargará de mantener el
"entorno político de civilidad y respeto a la ley". Ahí definieron su
acuerdo como un "pacto de buena fe", pero en paralelo intercambiaron
nuevas acusaciones: el PAN presentó un "semáforo de alerta de
precontingencia democrática" en varios estados, y el PRI descalificó las
nuevas denuncias afirmando que se trata de una nueva "puesta en
escena".
No
corren buenos tiempos para el Pacto por México, el "instrumento más eficaz
para la concertación de los tiempos presentes", según lo define César
Camacho, presidente en turno de los notables
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