Osorio,
Mondragón y la Gendarmería/Carlos Puig
Milenio, 2013-05-11
Quiero
pensar que lo que estamos viendo que sucede al interior de la Secretaría de
Gobernación es producto de ajustes y descontroles lógicos después de crear una
institución tan grande, metida en tantos asuntos de tan diversa índole. Y
pienso que es cosa de tiempo el que se ordene.
Quiero
pensarlo así porque si no es así, habría que empezar a preocuparse porque se
les está haciendo bolas el engrudo.
Cada
año la red por los juicios orales y el debido proceso organiza un foro para
revisar el estado que guarda la implementación del nuevo sistema de justicia
penal aprobado en 2008 y que en junio de 2016 debe estar operando en todo el
país.
El
miércoles compartieron una mesa, entre otros, el general Óscar Naranjo. El
académico Ernesto López Portillo y el inspector General de la Comisión Nacional
de Seguridad Carlos Humberto Toledo.
Ahí,
de la nada, Toledo dijo que la Gendarmería Nacional se estrenaría con 10 mil
elementos durante el desfile del 15 de septiembre. Toledo dijo que esos miles
de nuevos policías vendrán de las fuerzas armadas. Así lo reportó MILENIO: “Los
agentes, puntualizó Toledo, estarán bajo el mando del comisionado nacional de
Seguridad, Manuel Mondragón, y su función será ocupar los espacios donde no hay
presencia de la Policía Federal y donde las fuerzas armadas realizan
operaciones contra el crimen organizado o auxilian a la población, además de
resguardar zonas estratégicas. La Gendarmería estará en las zonas de conflicto.
Puede ser un conflicto violento, puede ser un desastre natural, y tendrá
unidades que puedan transportarse para apoyar a la sociedad”.
López
Portillo, director del Insyde, se dijo preocupado por el carácter militar de el
nuevo cuerpo. López Portillo no estaba solo preocupado sino sorprendido. El y
su organización acompañaron a otras asociaciones como Causa en Común de María
Elena Morera y el IMCO, para pedir con una carta pública que la creación de la
gendarmería se hiciera después de un amplio debate público. Decían en la carta:
“El lenguaje del Pacto por México hacía suponer que, para crear la Gendarmería,
se procedería por el Congreso de la Unión. Sin embargo, declaraciones recientes
sugieren que se está considerando la posibilidad de establecer la nueva
corporación por la vía de un decreto administrativo. A nuestro juicio, sería un
error serio utilizar ese procedimiento. En ausencia de acción legislativa, la
nueva corporación nacería con una estructura jurídica endeble y, sobre todo,
con un déficit de legitimidad política y social”.
Después
de la carta, los firmantes recibieron promesas desde el gobierno y el Pacto por
México de que habrían foros de consulta antes de la formación de la
Gendarmería. Ahora, desde la CNS, en un foro, en voz de alguien que no es el
titular de la CNS se decía otra cosa.
Ayer
mismo en la sección Trascendió de MILENIO decía: “En las fuerzas armadas
calculan que no puede haber gendarmería antes de diciembre, tanto por el tema
de reclutamiento, capacitación y entrenamiento, como por la delimitación de
funciones entre este cuerpo y la Policía Federal. Y algo han de saber, porque
cerca de la medianoche del miércoles, desde Gobernación intentaron desactivar
las declaraciones del inspector Toledo”.
Hasta
donde pude averiguar en otras áreas del gobierno las declaraciones de Toledo
los tomaron por sorpresa.
En
el mismo foro, Óscar Naranjo, el asesor del presidente Peña Nieto, pareció
construir el argumento contrario a una gendarmería surgida desde las fuerzas
castrenses. Entre otras cosas dijo que “Si algo necesitan las policías es
conducción política y liderazgo civil; cuando uno revisa lo que está sucediendo
en América Latina, encuentra que ante un pasivo de profesionalismo de las
policías hemos incurrido, varios países latinoamericanos han incurrido, en una
especie de militarización de las policías y eso realmente produce mucho daño.
“Un
policía no es un civil ni es un militar, es fundamentalmente un policía que
obedece al mandato político del gobernante en un estado de derecho. Por tanto,
una manera de asegurar que haya menos equívocos a la hora de participar del
proceso penal y no violentar el debido proceso tiene que ver con esos dos
liderazgos”, puntualizó el general colombiano.
Desde
el miércoles no hemos sabido nada más de la gendarmería.
Algo
no cuadra.
No
es la primera vez que esta discusión de la gendarmería se enreda. Ya había
habido un entuerto entre el comisionado Mondragón y la Secretaría de la Defensa
respecto a si ya se estaban entrenando algunos elementos o no. Nadie sabe en
qué quedó.
Es
notable el silencio del secretario de Gobernación —jefe de Mondragón— en el
asunto.
Algo,
insisto, no cuadra.
Ya
tuvimos un secretario de Seguridad Pública que más de una vez actuó por la
libre. No nos fue bien.
En
una administración como la de Peña Nieto obsesiva por el control y el orden
cuesta trabajo explicar lo que está sucediendo alrededor de un proyecto tan
grande y de tal relevancia.
Twitter:
@puigcarlos
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