El papa Francisco en Aparecida; “voy a volver”, dijo/Fred Alvarez
La mañana de este miércoles -muy temprano- el papa Francisco dejó la Residencia de Sumaré y se dirigió en avión para celebrar un servicio religioso en el Santuario Nacional de Nossa Senhora da Conceição Aparecida, el mayor santuario católico en Brasil. El avión que le trasportó desde Río de Janeiro, llegó puntual al aeropuerto de San José de Campos a unos 70 kilómetro del santuario mariano; esos kilómetros los recorrió en helicóptero, al llegar fue acogido por una multitud de fieles entusiasmada que le esperaban protegiéndose con paraguas de la lluvia.
A su llegada, el papa fue recibido por el arzobispo Raymundo Damasceno Assis y de algunas autoridades locales. Las malas condiciones climatológicas no fueron un impedimento para que el papa, subido al jeep descubierto, recorriera el camino que le llevaba desde el helipuerto a la Basílica, sonriente, saludando y bendiciendo a los miles de presentes.
¡Iba feliz!
Un vez en el templo mariano fue acogido en la entrada por el rector. De ahí se ha dirigido directamente a la Capilla dedicada a los 12 apóstoles, donde está expuesta la estatua de la Virgen de Aparecida. Ahí Francisco se detuvo en unos minutos de oración.
Antes del comienzo de la misa, el cardenal arzobispo de Aparecida y presidente de los obispos brasileños, Raymundo Damasceno Assis, agradeció su presencia del papa y recordó que es la tercera vez que un pontífice visita el santuario nacional, después de Juan Pablo II en 1980 y Benedicto XVI en 2007. En el acto donó al papa una imagen de la Virgen, que Francisco ha besado. El pontífice correspondió con un cáliz.
La homilía preparada la pronunció en portugués, dijo:
“Qué alegría venir a la casa de la Madre de todo brasileño, el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida! Al día siguiente de mi elección como Obispo de Roma fui a la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, con el fin de encomendar a la Virgen mi ministerio como Sucesor de Pedro. Hoy he querido venir aquí para pedir a María, nuestra Madre, el éxito de la Jornada Mundial de la Juventud, y poner a sus pies la vida del pueblo latinoamericano....”
En su emotivo mensaje, el Papa alentó a los fieles a mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría.
Y ya para finalizar la celebración salió al balcón para bendecir a los 200 mil fieles que siguieron la misa por las pantallas instaladas en el exterior.
-Irmãos e irmãs, yo não falo brasileiro. Voy a hablar en español. Muchas gracias, obrigado porque están aquí.
“Yo no hablo "brasileño", perdónenme”, dijo el Papa en portugués con las manos juntas como si estuviera pidiendo perdón. “Debo hablar en español...”. “Muchas gracias de corazón, con todo mi corazón y le pido a la Virgen, Nuestra Señora de Aparecida, que los bendiga, que bendiga a sus familias, que bendiga a sus hijos, que bendiga a sus padres, que bendiga a toda la patria”, expresó Francisco ante los vítores de 200 mil fieles
Seguidamente, les dijo “a ver, ahora me voy a dar cuenta si me entienden, les hago una pregunta: --¿Una madre se olvida de sus hijos?”
La multitud respondió “¡No!”
Y el papa agregó: “-Ella no se olvida de nosotros, ella nos quiere y nos cuida, y ahora le vamos a pedir la bendición”.
Francisco administró la bendición haciendo la señal de la cruz con la imagen de la Virgen de Aparecida. Agradeció a todos los peregrinos por su presencia, a pesar del frío y de la lluvia que estaba cayendo Al final se entonó el himno de la virgen de Aparecida
Concluyó con las siguientes palabras: “¡Recen por mí, recen por mí, lo necesito! Que Dios los bendiga, que Nuestra Señora de Aparecida los bendiga y hasta 2017, que voy a volver”.
¡Increíble!
El papa no espera abdicar como Benedeicto XVI, piensa vivir por lo menos cinco años más; ese fue el compromiso hoy.
Luego de la bendición final, durante el procesional de salida, e encontró a su paso a un representante musulmán, un rabino y líderes religiosos ortodoxos, con los cuales se dedicó a intercambiar palabras y gestos amistosos. En el mismo sentido, Francisco, se acercó también para saludar y bendecir a niños, ancianos y enfermos a su salida del templo mariano.
Ese es Francisco, el papa jesuita.
Al margen:
Nuestra Señora de parecida
Es una imagen de 40 centímetros de altura y cuatro kilos de peso, fue hallada el 12 de octubre de 1717 en el río Paraíba por tres pescadores que habían sido enviados al lugar a pescar por el entonces gobernador de Sao Paulo y Minas Gerais, Pedro de Almeida.
La Virgen es una imagen negra, cuyo color, según los estudiosos, se debe al fango del río y al humo de las velas, aunque también se interpreta como una referencia al sufrimiento de los pobres y de los excluidos, especialmente el pueblo negro en la historia de aquellos años de Brasil.
El título de "Aparecida" viene del verbo "Aparecer" porque fue en un momento de gran necesidad cuando los pescadores la encontraron y se dieron cuenta de que este hecho indicaba una señal.
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