Muy
temprano Francisco dejó la Residencia de Sumaré y se dirigió en avión a
Aparecida, para celebrar la Santa Misa en el Santuario Nacional de Nossa
Senhora da Conceição Aparecida, el mayor santuario católico en Brasil.
El
avión que le trasportó desde Río de Janeiro, llegó esta mañana al aeropuerto de
San José de Campos a unos 70 kilómetro del Santuario. Desde allí se dirigió en
helicóptero hasta la Basílica, donde fue acogido por una multitud de fieles
entusiasmada que le esperaban protegiéndose con paraguas de la lluvia.
A
su llegada, el papa fue recibido por el arzobispo, el cardenal Raymundo Damasceno Assis y de algunas autoridades
locales. Las malas condiciones climatológicas no han sido un impedimento para
que el papa, subido al jeep descubierto, recorriera el camino que le llevaba
desde el helipuerto a la Basílica, sonriente, saludando y bendiciendo a los
presentes.
Un
vez en la Basílica del Santuario, el papa fue acogido en la entrada por el
rector. De ahí se ha dirigido directamente a la Capilla dedicada a los 12
apóstoles, donde está expuesta la estatua de la Virgen de Aparecida.
Ahí
Francisco se detuvo en unos minutos de oración y ha realizado la oración a la
Madre Aparecida, poniendo en sus manos a los jóvenes y la Jornada Mundial de la
Juventud.
El
papa ha recibido una réplica de la imagen de la Virgen de Aparecida y él ha
donado al Santuario un cáliz.
Durante
la homilía, en la que el papa ha hablado en portugués.
Después
de la bendición final, el pontífice se ha dirigido a las personas que estaban
en primera fila, principalmente enfermos, y les ha dado su bendición y saludado
con ternura, como acostumbra a hacer en tantas ocasiones.
Y
ya para finalizar la celebración en el Santuario mariano, salió al balcón para bendecir a todos los fieles que han seguido la misa por
las pantallas instaladas en el exterior.
“Yo no hablo "brasileño", perdónenme”, dijo el Papa en portugués con las manos juntas como si estuviera pidiendo perdón. “Debo hablar en español...”.
Agradeció a todos los peregrinos por su presencia, a pesar del frío y de la lluvia que está cayendo “Los bendigo, con todo mi corazón, a todos: que la Virgen de Aparecida los bendiga a todos, a toda la patria.
Vamos a ver si me entienden: ¿una madre se olvida de sus hijos”-, preguntó ante la multitud de fieles.
¡Noooo!, fue la respuesta. Ahora, pidamos la bendición de la Madre”, prosiguió Francisco, y tomó la estatuilla de la Virgen de Aparecida en sus manos.
Al final desde el balcón de la Basílica bendijo a los fieles reunidos en la explanada y concluyó con las siguientes palabras: “¡Recen por mí, recen por mí, lo necesito! Que Dios los bendiga, que Nuestra Señora de Aparecida los bendiga y hasta 2017, que voy a volver”.
Ell título de "Aparecida" viene del verbo "Aparecer" porque fue en un momento de gran necesidad cuando los pescadores la encontraron y se dieron cuenta de que este hecho indicaba una señal de la intercesión de la Virgen.
Al
margen:
El
Ejército de Brasil descartó la posibilidad de que e Francisco se desplace en
coche hasta el Santuario de Aparecida (Sao Paulo); se prefirió el uso de avión
y del helicóptero.
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