Dueño
de un taller mecánico, coordina tres grupos ‘‘en la trifulca, en la
revolución’’
Castillo
está equivocado; debemos estar unidos, afirma el Comandante Patancha
Arturo
Cano, enviado Periódico
La Jornada
Lunes
20 de enero de 2014, p. 7
Carretera
Apatzingán-Aguililla, Mich., 19 de enero.
Es
un hombre pequeño y lo conocen como Comandante Patancha. El corrido que
compusieron en su honor suena en la enorme camioneta en la que llega. ‘‘Por un
Aguaje libre’’, dice el letrero que la distingue.
Dueño
de un taller mecánico y comercializador de fierro viejo, Patancha coordina tres
grupos ‘‘en la trifulca, en la revolución’’, como él dice.
Cuenta
el Comandante Patancha que en El Aguaje la resistencia de los templarios se
tradujo en tres choques.
–¿Cuántas
bajas hubo?
–En
nosotros, ninguna. En ellos sí, pero no sé decirle cuántas porque así se dictó,
que se los tragaran los coyotes o los perros.
–¿Qué
ha pasado con las familias de los templarios?
–Muchas
de ellas tuvieron que huir o de plano los corrimos. No queríamos que tuvieran
comunicación de lo que ocurre y así es que les hemos ido limitando las
comunicaciones.
–El
comisionado del presidente Enrique Peña Nieto para Michoacán, Alfredo Castillo
Cervantes, dice que las autodefensas ya no tienen razón de ser.
–Le
contesto al señor que está realmente equivocado, porque él nada más se
encuentra sentado en su banquillo y no vive la realidad de la vida. Aquí, si se
desarman las autodefensas nos van a matar a todos. Las autodefensas son
necesarias hasta que acabe la lucha que tenemos emprendida con los federales y
con los soldados.
–¿Cuándo
sabrán que esa lucha ha terminado?
–Cuando
el señor Castillo ponga la atención en que debemos estar unidos en la defensa
de nuestro pueblo en Michoacán. Cuando él diga lo contrario de lo que está
diciendo.
–¿Ven
ustedes un cambio con respecto a la forma en que manejó este problema Felipe
Calderón Hinojosa?
–Calderón
vivió un problema grave, pero hoy lo vive más grave Peña Nieto. Si no se aplica
la ley, con el pueblo, con las autodefensas, no va a terminar. Hay buen
resultado cuando trabajamos en conjunto.
¿Por
qué no les permitieron llegar a Apatzingán?
–Apatzingán
es el nido mayor de Los caballeros templarios. En realidad no hemos llegado por
no ponernos en resistencia al gobierno, porque queremos que se vayan suavizando
las cosas para evitar muchos derrames de sangre. No seguimos a los templarios
para matar, los seguimos para que se retiren, para que no haya más
organizaciones que nos tengan atados de pies y manos.
–¿La
resistencia de los templarios ha sido poca o mucha?
–No
han opuesto resistencia porque saben que al hacerlo van a afectar a sus propias
familias. Se los digo clarito a los que están abajo, porque son cinco los que
están arriba y a ellos no les importa más que el dinero en abudancia. Y
ustedes, compañeros que están abajo, sus vidas no importan para ellos. Los
buscamos para perdonarlos y traerlos con sus familias. Yo tengo nueve punteros
(halcones) que he agarrado; no les he quitado la vida, ni siquiera los he
golpeado. Y ahora esos nueve están contra los templarios, porque saben bien que
estamos con la razón.
–¿Por
qué decidió incorporarse a las autodefensas?
–Porque
se quisieron burlar de mi familia. Querían llevarse a mi muchacha. Y yo tenía
que cuidarla. Casi me aventé dos semanas en lo que pedí auxilio a las
autodefensas para que llegaran a El Aguaje.
-¿Cómo
supo que se la querían llevar?
–(Uno
de los jefes) llegó y me dijo que él pretendía a mi muchacha y que se la iba a
llevar a güevo.
–¿Qué
edad tiene su hija?
–Anda
en la edad de 16 años.
–¿Qué
más le hicieron?
–Tenía
un compadre muy querido, Elías. Mataron a su papá, lo mataron a él, mataron a
su hija, a mi ahijado, a toda la familia. Un día van a ir a Chila y lo pueden
constatar donde están todas las cruces una detrás de otra, toda la familia.
–¿Por
qué los mataron?
–Dijeron
que porque andaba con los blancos (autodefensas), pero creo que fue por robarle
lo poquito que tenía, porque nunca anduvo con nosotros.
–¿Qué
hacían las autoridades municipales?
–Todos
los presidentes municipales que entraron por el Partido Revolucionario
Institucional en el estado de Michoacán fueron entrados por la maña. Los
comandantes de la seguridad todos eran caballeros templarios.
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