“Pasaba
por Roma para encontrar al Papa, pero fue el Papa quien me encontró a mí”
ROMA,
19 Ene. 14 / 03:07 pm (ACI/EWTN Noticias).- “Pasaba por Roma para encontrar al
Papa, pero fue el Papa quien me encontró a mí”. Así explica el sacerdote
argentino Fabián Báez, su inesperado viaje en el papamóvil junto al Papa Francisco
el pasado miércoles 9 de enero.
En
una entrevista concedida a ACI Prensa desde Roma, el sacerdote de 42 años de
edad señaló que ni siquiera tenía un billete de entrada a la audiencia general
de los miércoles cuando llegó a la capital italiana -ya que por motivos de
seguridad las entradas deben pedirse con meses de antelación-, de manera que si
el Papa lo distinguió entre 120 mil personas, fue gracias a la providencia.
“Como
no tenía billete, no pude entrar al sector de la audiencia, me quedé afuera,
detrás de la última valla, cuando se acercó el papamóvil yo le sacaba una foto
al Santo Padre y él me reconoció y me preguntó ‘¿Qué hacés acá?’”.
“El
papamóvil siguió de largo, y en la segunda vuelta hizo ese gesto insólito.
¡Detuvo el papamóvil y me invitó a saltar la valla! Pensé que me quería
saludar. ¡Imagínate la alegría, lo estreché en un abrazo y ahí, es cuando me
invitó al papamóvil! Entonces me dijo: ‘Vení subí’. Y en el papamóvil me decía
de tanto en tanto ‘¿Cómo estás?’. Después, incluso, se preocupó porque al
llegar me pusieran una silla entre los embajadores”, señala todavía incrédulo.
Al
terminar el viaje, algunos instantes previos a la catequesis semanal que
imparte, el Pontífice le dijo: “Si estás apurado no te preocupes, pero si te quedás
hasta el final, hablamos diez minutos”.
“Después
de saludar como hace siempre uno por uno a los enfermos, con delicadeza, con
atención, tardó como dos horas en terminar los saludos, y al terminar, pude
charlar 10 minutos con él en la puerta de entrada antes de que llegar a su
casa, en Santa Marta”, dijo sonriendo y muy orgulloso el P. Fabián.
“Creo
que fue un signo, un Papa abrazando a un sacerdote, creo que es esta invitación
a todos los sacerdotes a sentirnos hijos de la Iglesia. Nosotros los cristianos
no creemos en casualidades, las coincidencias son, como dice un amigo mío:
‘Diosidencias’”, añadió.
El
sacerdote argentino refirió que conocía al Cardenal Bergoglio porque lo ordenó
sacerdote cuando era Arzobispo de Buenos Aires, y le sorprendió que el Papa
recordara su rostro.
“El
Papa no ha cambiado, es el mismo y es otro. Porque él era ya así, su cercanía
era la misma. Pero a la vez es otro porque irradia algo como una serenidad, una
paz… estar con el Papa, verlo, es como si fuera una entrada a una ventana a
Dios, al Cielo, y su sola presencia irradia algo especial”, añadió.
Para
el P. Fabián, el Espíritu Santo ha sido fundamental en esta historia:
“Evidentemente Dios, en su infinita misericordia ha tenido ese gesto de bondad
conmigo, pero este gesto del Papa no solo a mí persona, creo que es un gesto
para todos los sacerdotes nos recibe, nos invita a estar con él y a confiar en
él y en la Iglesia todas nuestras angustias, dolores, problemas, para sentirnos
hijos de la Iglesia”, dijo.
Cuando
vuelva a Argentina, el sacerdote explica que continuará trabajando como
siempre, entre la gente, “tal y como el Papa siempre nos invita”.
“Así
como el Papa Francisco está atento a cada uno, ojalá nosotros los sacerdotes
podamos tener la gracia y la sabiduría para estar más cerca de cada persona,
especialmente de los más pobres, de los que más sufren, de los más vulnerables,
ojalá podamos todos los sacerdotes vivir con este deseo y con la fuerza para
hacerlo”, concluyó con una gran sonrisa.
Actualmente,
el P. Báez está en Europa, pero a partir del mes de marzo trabajará en el
Santuario San Cayetano de Liniers, Buenos Aires, Argentina, un lugar muy
querido por el anterior Arzobispo de Buenos Aires, el Cardenal Jorge Mario
Bergoglio, quien iba los 7 de cada mes -el día de San Cayetano es el 7 de
agosto-, para presidir la Misa.
**
Papa
Francisco solo redujo los tiempos para canonizar a Juan XXIII, afirma Cardenal
Amato
El Prefecto de la Congregación para
la Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, afirmó la Positio de la causa
de canonización del Beato Juan XXIII “está llena de milagros y fama para
realizarlos”, por lo que el Papa Francisco “solo redujo los tiempos” para que
la Iglesia pueda celebrar este año al Pontífice que inició el Concilio Vaticano
II.
Según
L’Osservatore Romano, el Purpurado hizo esta afirmación cuando explicaba las
nuevas disposiciones del dicasterio para reducir el costo de los procesos de
beatificación y canonización.
En
la causa de Juan XXIII, explicó, “no se hicieron descuentos, y que el Papa
Francisco ha eximido –la canonización– del milagro”. Para el Purpurado, el
Santo Padre “sólo redujo los tiempos, para hacer posible la gran oportunidad en
la Iglesia entera de celebrar en 2014 a Juan XXIII, quien inició el Concilio
Vaticano II y con Juan Pablo II, el propulsor de las raíces pastorales,
espirituales, y doctrinales de los documentos conciliares”.
En
ese sentido, precisó que la Positio –la tesis sobre la vida– de Juan XXIII “está
llena de milagros y fama para realizarlos” por lo que su canonización quedaría
fuera de las llamadas equivalentes. Las canonizaciones equivalentes son
aquellas en las que no se necesita un milagro, sino que es suficiente con que
el Papa firme un decreto. El Papa Urbano VIII introdujo esta fórmula en 1632 y
sólo puede usarse cuando el beato es venerado desde hace mucho tiempo.
El
Cardenal aclaró que las señales de gracia y su fama para realizar milagros
“provienen de todo el mundo y que en muchas ocasiones están acompañadas de
documentación médica”. Entre los casos más interesantes, está la historia de
una mujer de Nápoles que en 2002 “ingirió sin querer una bolsa de cianuro”.
“Invocando
al beato se salvó del envenenamiento sin dañar los riñones, o el bazo, y
curando al mismo tiempo la cirrosis hepática”, precisó, para añadir que este
milagro “forma parte del proceso de beatificación y canonización”.
La
autoridad vaticana también se refirió al trabajo de la Congregación para las
Causas de los Santos. Recordó que en 2013 hubo 18 ceremonias de beatificación
para 540 nuevos beatos, entre los que había 528 mártires y 12 confesores.
Además,
el año pasado el Papa Francisco canonizó a 804 santos nuevos, de los cuales 800
eran mártires y 4 confesores. Además, decretó 2 canonizaciones equivalentes.
Una fue la de Pedro Fabro, el primer sacerdote jesuita; y la mística italiana
Angela de Foligno.
Antes
del Papa Francisco, Benedicto XVI usó la canonización equivalente con
Hildegarda de Bingen; mientras que Juan Pablo II la utilizó con Kinga de
Polonia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario