El Estado de México, con potencial más explosivo que
Michoacán/JOSÉ GIL OLMOS
Revista Proceso # 1952, 29 de marzo de 2014
Los habitantes del Estado de México, desesperados ante la
ineficacia de sus autoridades para garantizarles seguridad, empiezan a
cuestionar a los alcaldes, a la policía y por supuesto a su gobernador, Eruviel
Ávila. Amenazan ya con tomar a su cargo el combate a la delincuencia porque no
pueden ni salir de sus casas. El senador Alejandro Encinas, alguna vez
candidato a gobernador del estado, advierte que ese alto nivel de violencia,
sumado a la densidad poblacional, los cinturones de pobreza, los conflictos
entre las élites políticas y la cercanía con la capital del país, hacen al
coctel mexiquense potencialmente más explosivo que el de Michoacán.
CUAUTITLÁN IZCALLI, Méx.- Hasta no hace mucho tiempo este
municipio estaba lleno de campos de cultivo, árboles, milpas y zanjas de agua
limpia. La Facultad de Estudios Superiores de la UNAM en los campos Uno y Dos
eran las principales construcciones de la zona. Pero en un par de décadas se
llenó de unidades habitacionales y centros comerciales. Hoy es el municipio más
violento del Estado de México y está controlado por Los Zetas, aunque se los
disputa el Cártel del Golfo.
La guerra entre las bandas del crimen organizado diezma a
la población. Algunos vecinos confiesan que evitan salir de sus casas, y cuando
saben que hay violencia piden sus alimentos por teléfono, para no exponerse a
robos, asaltos, extorsiones o asesinatos.
“La gente ya no quiere ir al centro del municipio a pagar
sus servicios. Tampoco a las plazas, porque ahí roban los carros y atracan a la
gente. Cuando tocan a las puertas de nuestra casa para vendernos cualquier
cosa, mejor no abrimos ni contestamos porque luego nos asaltan. La semana
pasada mi hijo se fue a trabajar y al llegar al Cedis –centro de distribución
de mercancías– vio que dejaron ahí cuatro cabezas y mejor se regresó. Es un
infierno”, dice una mujer, ama de
casa, que pide no publicar su nombre.
Ubica como las zonas más peligrosas la unidad de
Infonavit Norte, El Gallinero, Cofradía, San Antonio, la Aurora, Tepojaco, San
Martín Tepetlixpan y Perinorte. Recuerda que el pasado 23 de febrero, en el
puente peatonal cercano a la unidad habitacional militar del Campo Uno, en el
centro del municipio, colgaron una manta donde supuestamente el Cártel del
Golfo advertía a las autoridades que no quería problemas con ellas, y aseguraba
a la ciudadanía que habían llegado para limpiar las calles de rateros,
secuestradores, violadores y extorsionadores.
Dice que por eso se formó la agrupación Vecinos
Vigilantes, que corren las alertas por teléfono o en las redes sociales, pero
admite que esto no es suficiente.
Un hombre que vive en Cuautitlán Izcalli desde hace 25
años recuerda que desde hace seis la seguridad empezó a deteriorarse en el
municipio, pero en los tres últimos, y sobre todo el último año y medio, la
situación está fuera de control. Ya no puede salir a bares, a restaurantes y a
veces ni al supermercado.
De acuerdo con un conteo periodístico, hasta principios
de marzo se registraron 31 ejecuciones en este municipio, dejando en segundo
lugar a Ecatepec (con 16), que antes fue el más violento, así como a
Nezahualcóyotl (14), Naucalpan (11) y Chalco (10).
El presidente municipal Karim Carvallo argumentó que los
asesinatos, asaltos y extorsiones se deben a la pelea por el territorio que
libran los narcomenudistas. Pero de acuerdo con los documentos oficiales que
consultó Proceso, la causa de fondo es la que existe entre Los Zetas y el
Cártel del Golfo, las organizaciones delictivas que también se pelean el
control de Tamaulipas, Veracruz, Nuevo León, Coahuila y Zacatecas.
De acuerdo con el diario Reforma, en el Estado de México
el primer bimestre de 2014 se han registrado 160 ejecuciones, 19.3% de ellas en
Cuautitlán Izcalli.
Hacia la autodefensa
El jueves 27, una de las notas más difundidas en los
medios de comunicación fue sobre la muerte de un asaltante en Naucalpan. En el
cruce de Periférico Norte y Joselillo, los pasajeros de una camioneta de
transporte público se enfrentaron con un par de atracadores; uno de ellos murió
por un disparo y el otro recibió una golpiza.
El día anterior, en la comunidad de San José de los
Leones, Naucalpan, los habitantes encararon al alcalde David R. Sánchez Guevara
y le reclamaron su ineficacia en materia de seguridad. La representante vecinal
Verónica González advirtió que si la autoridad no respondía pronto, los
ciudadanos formarían sus propios grupos de autodefensa, como en Michoacán, y
tomarían en sus manos la vigilancia.
El pasado 27 de febrero, en San Francisco Chimalpa,
municipio de Naucalpan, los habitantes detuvieron a dos presuntos
extorsionadores que se presentaron como miembros de La Familia Michoacana ante
el dueño de una tlapalería para exigirle dinero. El afectado pidió auxilio y la
población se reunió, logró detener a los dos sujetos y los hubiera linchado si
no los rescata la Policía Municipal. “Si la policía no hace nada, nosotros sí”,
gritaban los colonos enfurecidos, que bloquearon por cinco horas la carretera
libre Naucalpan-Toluca.
Raúl Chaparro, presidente de la Asociación de Empresarios
y Ciudadanos del Estado de México, encabezó el domingo 23 una manifestación en
la explanada de las Torres de Satélite, símbolo de esta zona de clase media
alta que habitan sobre todo empresarios, profesionistas, funcionarios de
gobierno y comerciantes. Salieron a la calle luego de que el hijo de un miembro
de la asociación fue secuestrado durante más de una semana y sometido a
tortura, hasta que se hizo el pago y sus captores lo liberaron.
“Por eso salimos a hacer una manifestación por la paz, la
no violencia, contra los robos, por la participación ciudadana y para que nos
dijeran la realidad de las cosas. Sin embargo, algunos en el gobierno piensan
que estamos en su contra, pero no estamos contra nadie: lo que queremos es que
nos tomen en cuenta, que nos digan en qué podemos colaborar”, explica Chaparro
en entrevista.
Aunque colocaron en el puente peatonal unas mantas que
traían para protestar, tuvieron que quitarlas ante las amenazas del presidente
municipal Sánchez Guevara de que las mandaría arrancar.
–¿La violencia ha empeorado con el paso del tiempo?
–Claro, ha ido empeorando porque no hacemos nada. Cuando
mandaron a Alfredo Castillo como mediador de Michoacán, yo pregunté por qué no
tomó ese trabajo la PGR, porque esa es labor del procurador. Tuvieron que poner
a alguien que sí tiene los tamaños para enfrentar a la delincuencia. Aquí debe
pasar lo mismo, eso hace falta porque tememos que se dé el efecto cucaracha: si
están enfrentando a los criminales en Michoacán, se van a venir acá.
–En Cuautitlán Izcalli hay gente que ya no quiere salir a
la calle.
–¡Claro! En ese municipio hay una especie de toque de
queda por la situación que se está viviendo. Pero si el presidente municipal no
acepta que se ha equivocado en el manejo de la presunta seguridad que prometió,
no va a resolver nada. Por eso está así el municipio, porque él no tiene el
valor de reconocer que necesita ayuda y capacitar a la gente.
No obstante, el empresario dice que es igual de grave lo
que ocurre en Naucalpan, donde los índices de delincuencia se han disparado en
los últimos meses.
“Estoy preocupado por el índice tan alto de delincuencia
que existe en Satélite. Todo el mundo tiene miedo, en todo momento arriesgamos
nuestras vidas. La inseguridad ha aumentado muchísimo. En las 84 zonas
industriales que hay en el Estado de México se ven muchos anuncios de venta,
está horrible. La zona industrial de Cuautitlán Izcalli es un cementerio de
empresas que anuncian: se renta, se vende, se traspasa.”
–Entre las cosas que el gobernador no toma en cuenta
están las voces de ustedes.
–Nosotros lo hemos invitado tres o cuatro veces y no ha
aceptado, no nos considera sus aliados. Le pedimos que viniera o nos recibiera
en sus oficinas, pero tampoco nos ha contestado. Pero cuando estuvo en campaña
sí nos tomó en cuenta, hasta nos invitó.
La Asociación de Empresarios y Ciudadanos del Estado de
México tiene 827 afiliados de la zona del valle de México, Metepec, Lerdo,
Toluca, Cuautitlán, Tultitlán, Coacalco, Naucalpan, Tlalnepantla y
Huixquilucan. Es una de las pocas organizaciones que se han manifestado
públicamente en contra de la violencia en la entidad.
Su presidente, Raúl Chaparro, reconoce que tienen miedo,
pero lo vencen por la necesidad de manifestarse: “Esto es un grito desesperado
y ojalá comprendan el gobernador y los presidentes municipales que no estamos
contra ellos, sino que queremos ayudar”.
Como otro ejemplo de la inseguridad, el empresario
agrega: “En la calle donde vivo, de 52 casas 90% han sido asaltadas, se han
cometido secuestros y robo de autopartes, todos con una historia diferente”.
“Peor que Michoacán”
Desde el pasado 5 de febrero el Ejército patrulla algunas
de las calles de Ecatepec. Además, la Policía Federal, la Estatal y la
Municipal formaron una unidad de las Bases de Operaciones Mixtas (BOM) en la
colonia Urbana Ixhuatepec, con lo que este municipio es el único que tiene dos
de estas agrupaciones. A pesar de ello la lucha entre cárteles y por
consiguiente la inseguridad continúa cobrando víctimas en este municipio
conurbado con el Distrito Federal.
Lo mismo ocurre en 32 municipios con altos índices de
delincuencia. Tres de ellos –Ecatepec, Nezahualcóyotl y Toluca– recibieron este
año partidas especiales del Programa Nacional de Prevención del Delito: el
primero, 55 millones; el segundo, 36, y el tercero, 40 millones. Pero de nada
sirvió.
Toluca, la capital del estado, es parte de este
torbellino de violencia. La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios
operan en barrios como El Coporo, el mercado Palmillas y la colonia Seminario,
donde exigen cuotas a los comerciantes. La calle Santos Degollado, justo detrás
de Palacio de Gobierno, es muy peligrosa por los frecuentes asaltos, ante la
complacencia de las policías Estatal y Municipal.
Alejandro Encinas, senador del PRD y excandidato a
gobernador del Estado de México, advierte que las condiciones de la entidad
“son más graves porque el impacto social, político, y el hecho de permitir que
lleguen a la zona metropolitana ese tipo de grupos delictivos configuran un
coctel mucho más explosivo que el de Michoacán, no solamente por la densidad
demográfica, sino por el perfil de la población que está ahí establecida: es
gente en condición de marginación y pobreza extrema, desintegración familiar,
que pueden optar por la actividad delictiva con mucha facilidad”.
Añade: “Lo hemos visto hasta en las zonas residenciales
de Huixquilucan, pero en lo particular creo que los focos de atención están en
el oriente y en el corredor de Tepotzotlán hasta Huehuetoca, Zumpango,
Coyotepec, Cuautitlán Izcalli y Tultitlán, que es donde se están registrando
los incrementos más significativos en los índices de delitos”.
Se le plantea a Encinas si lo que ocurre en el Estado de
México es para Enrique Peña Nieto lo que le pasó a Calderón con Michoacán,
donde le declaró la “guerra” al narcotráfico y la perdió.
Encinas acepta la comparación, pero aclara que en el
Estado de México también tiene que considerarse el conflicto entre los grupos
políticos, como son el del Valle de México, al que pertenece el gobernador
Eruviel Ávila, y el de Toluca, del que forma parte Peña Nieto:
“Considero que a veces, como dicen, se calienta la plaza
por los diferendos que existen entre el propio PRI con el gobierno del estado,
entre el grupo Toluca y el grupo del Valle de México. Esta diferencia alienta
la falta de coordinación y de operación del conjunto del gobierno y las áreas
de seguridad.”
El senador perredista advierte que por cuestiones
políticas la situación de violencia se agrava más, a pesar de que el gobernador
aceptó esta semana la seriedad del problema y pidió la ayuda del Ejército y la
Policía Federal, como lo hizo Fausto Vallejo, el gobernador de Michoacán,
también priista.
“Lamentablemente –dice Encinas–, si vemos los indicadores
del primer bimestre respecto de los años anteriores, vemos que se incrementan
los índices delictivos, la diversificación de los delitos y el aumento en otras
regiones que antes no tenían el nivel de conflicto como el año pasado.”
Y aunque reconoce que
la violencia es mayor en Tamaulipas, Durango, Sinaloa, Chihuahua y
Guerrero, sostiene que el incremento de la misma en el Estado de México es un
foco rojo que debe atenderse de inmediato.
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