El gran regalo
presidencial a Televisa/JENARO VILLAMIL
Revista Proceso # 1952, 29 de marzo de 2014
La
mesa está puesta para que Televisa se despache con el estilo que le
caracteriza: a lo grande. Dos artículos de la iniciativa presidencial de la Ley
de Telecomunicaciones y Radiodifusión le permitirán al consorcio de Emilio
Azcárraga Jean no ser calificada de “preponderante” en el servicio de
televisión de paga, donde en realidad ya lo es, y seguir en su proceso de
eliminación de competidores. Todo indica que la iniciativa de Enrique Peña
Nieto será aprobada sin problemas, pues la oposición de algunos legisladores
del PRD o del PAN es sólo coyuntural.
Un
enorme “regalo” en los artículos 264 y 276 de la iniciativa presidencial sobre
telecomunicaciones y radiodifusión, presentada el lunes 24 al Senado, le
permitirá a Televisa no ser declarada “agente económico preponderante” en los
servicios de televisión restringida, donde la compañía de Emilio Azcárraga Jean
tiene ya casi 12 millones de suscriptores, 61% de este sector.
La
redacción ambigua y claramente sesgada hacia Televisa en ambos artículos le
permitirá concretar la adquisición de 51% de la empresa Cablecom por 7 mil
millones de pesos (545 millones de dólares), con lo cual tendrá más de 65% del
sector de televisión restringida, según el Instituto Federal de
Telecomunicaciones (IFT) y los cálculos de la empresa Signals Telecom.
En
enero Azcárraga creó la empresa Televisa-Cablecom y ha presionado a los
programadores para romper los contratos de distribución de contenidos que
tienen con PCTV, según fuentes consultadas por Proceso. La idea de Grupo
Televisa, advierte uno de los programadores quien habló a condición del
anonimato, es bajar de su programación, a partir del lunes 31, todos los
canales del Network de PCTV, quitándole fortaleza de ventas y distribución al
eliminar su presencia en los canales de Cablemás, Cablevisión, TVI y
posiblemente Cablecom.
Entrevistado
sobre este gran “regalo” al monopolio televisivo, el senador panista Javier
Corral explica a Proceso que “así como en 2006, cuando se aprobó la Ley
Televisa, la nuez del negocio fue el artículo 28 de la reforma a la Ley Federal
de Telecomunicaciones, que le permitiría quedarse con el espectro sobrante de
la transición digital sin pagar contraprestación alguna, ahora el gobierno de
Peña Nieto redacta unas reglas de preponderancia que protegen a Televisa en
televisión de paga y le imponen medidas absolutamente irrelevantes en
televisión abierta”.
Corral
advirtió que la redacción sobre la “preponderancia” en radiodifusión, contenida
en el artículo 260 y en especial en el 264 va contra lo establecido en el
artículo octavo transitorio de la reforma constitucional aprobada en 2013.
En
esa reforma se estableció que “se considerarán como agentes económicos
preponderantes en los servicios de radiodifusión o telecomunicaciones” a las
compañías que tengan una “participación mayor a 50%, medido este porcentaje ya
sea por el número de usuarios, suscriptores, por el tráfico en sus redes o por
la capacidad utilizada de las mismas de acuerdo con los datos de que disponga
el Instituto Federal de Telecomunicaciones”.
La
trampa, sentencia Corral, es que los redactores de la ley secundaria cambiaron
la noción de “servicios” por el de “sector” para la declaración de “agente
económico predominante”. De esta manera los servicios que presta Televisa en
televisión restringida, medidos en usuarios, suscriptores y audiencia,
claramente rebasan 50%, pero no son considerados en la ley como susceptibles de
una declaración de agente económico preponderante.
Esto
le permitirá a Televisa continuar con la operación de concentración y compra de
las compañías de televisión por cable, iniciada en 2006-2007 con la adquisición
de Cablemás, TVI y tener el control de 51% de las acciones de Cablecom,
propiedad ahora del enigmático financiero de origen regiomontano David
Martínez, quien posee a través de Tenedora Ares más de la mitad del control de
Grupo Cable TV o Cablemás.
Incluso
el legislador panista bautiza como “cláusula Cablemás” el siguiente párrafo del
artículo 276 sobre las medidas de fomento a la competencia:
“Tratándose
de la autorización de nuevas concesiones o de la concentración de agentes
económicos dentro de cada uno de los sectores de telecomunicaciones y
radiodifusión, el instituto: a) Deberá considerar la existencia o no de un
agente preponderante en el sector determinado o con poder sustancial.”
La
única autorización pendiente de nueva concentración es la adquisición de
Cablemás por Grupo Televisa, anunciada desde agosto de 2013 a la Bolsa Mexicana
de Valores, y se insiste en la palabra “sector” y no “servicios”, tal como
decía el texto original de la reforma constitucional.
“Por
la vía de la televisión de paga, Televisa puede burlar todas las 23
disposiciones que se establecen en el artículo 264 para el agente económico
predominante en radiodifusión”, sentencia Corral.
–¿Eso
qué significa?
–Que
podrá establecer barreras de entrada, bajar la programación de todos aquellos
canales de televisión restringida que no sean de su propiedad, de sus filiales
o de sus aliados y comercializar hasta el exceso en los contenidos. Podrán
quitarse a todos los competidores incómodos e incluso ejercer un dominio sobre
las otras compañías de televisión abierta.
–¿Este
es el único punto en donde se observa favoritísimo a Televisa? –se le pregunta.
–No.
El trazo de Televisa en la Ley Peña son los criterios de preponderancia
restringida sólo a sectores y no a servicios, excluyendo así a la televisión
restringida, pero también las inútiles medidas asimétricas que se le imponen
como preponderante en televisión abierta, la indefinición de la propiedad
cruzada, la inexistencia de límites a la concentración y la cláusula Cablecom.
“Al
no ser preponderante en televisión de paga, se le hace un traje a la medida
para que Televisa pueda adquirir ya Cablecom”, sentenció.
Corral
considera una auténtica “burla” algunas de las 23 disposiciones que el artículo
264 establece contra la preponderancia en radiodifusión. Por ejemplo, en el
numeral XVII se establece:
“Abstenerse
de participar en sociedades que lleven a cabo la impresión de periódicos
escritos de circulación diaria, ya sea local, regional o nacional, según lo
determine el instituto”.
El
legislador se cuestiona: “¿Por qué le ordenan abstenerse en periódicos? Porque
no tiene ningún periódico. ¡Es un traje a la medida! ¿Por qué no dice que debe
abstenerse de participar en revistas, que sí tiene, o en agencias de
publicidad, que también son suyas?”.
Hiperconcentración
En
contraste con las medidas muy concretas que se le imponen a América Móvil, el
agente económico predominante en telecomunicaciones que no podrá participar en
el mercado audiovisual hasta un mínimo de dos años y condicionado al
cumplimiento de una serie de medidas consideradas como “correctas” por la
mayoría de los especialistas, en televisión de paga se le permitirá a Televisa
tener prácticamente todo el control.
Uno
de los competidores más afectados sería PCTV, la compañía creada para la
producción y distribución de contenidos en televisión por cable formada en un
inicio por compañías independientes al control de Televisa.
Según
uno de los programadores consultados, la medida no es casual. Desde hace seis
años PCTV creó el canal TVC Deportes, que ha sido incómodo para la Federación
Mexicana de Futbol, y sus audiencias han creado “fuertes dolores de cabeza al
canal TDN, propiedad de Grupo Televisa”.
El
negocio de la posible desaparición de PCTV será redondo porque desintegrará el
paquete básico de industria conocido como PBI que el propio PCTV genera para
sus asociados, ya que también “pretende eliminar la compra conjunta de señales
internacionales que los programadores venden a PCTV para comprarlos ahora ellos
de manera directa y obtener beneficios individuales en la adquisición de dichas
señales”.
El
“golpe final”, advirtió esta fuente, será propiciar “la muerte de 300
cableoperadores pequeños que ante un PCTV debilitado, sin canales propios y sin
representación global de las señales extranjeras, ausente de distribución en el
área metropolitana y ciudades clave, e imposibilitado de bajar el costo de
señales por vía de la generación de volumen de compra, dejaría a su suerte a
los operadores del interior del país que finalmente su única salida será vender
sus sistemas de cable a un operador grande llamado justamente Televisa”.
No
solamente serán afectados los operadores independientes agrupados en PCTV, sino
los que forman parte de la Asociación de Redes de Telecomunicaciones de México.
Muchos han optado por vender a Grupo Televisa ante la imposibilidad de competir
con el gigante.
De
acuerdo con Signals Telecom, Televisa tiene a través de sus filiales Cablemás,
Cablevisión y Cablevisión del Norte (antes TVI) un control de 56.2% de los
suscriptores en cable y 38.4% de televisión satelital con Sky. Sólo en este
sector tiene una competencia seria con Grupo Dish, una sociedad de MVS con
EchoStar y Telmex, a la cual Grupo Televisa ha combatido frontalmente.
La
operación de compra-venta de 51% de Cablecom se anunció en agosto de 2013. Esta
empresa es considerada la tercera más grande del país, con presencia en 16
entidades, y con 3 millones de suscriptores y 800 usuarios de triple play, sólo
después de Megacable, de la familia Yamuni, y de Cablevisión, de Azcárraga
Jean. Megacable ya es socio de Televisa en la marca Yoo, pero Cablecom estaba
fuera de su dominio.
Las
negociaciones empezaron meses antes. En mayo de 2013, en plena negociación de
la reforma constitucional de telecomunicaciones, David Martínez, propietario
del fondo de inversiones Fintech, adquirió 95% de Tenedora Ares, poseedora de
51% de Cablecom, con opción de compra del 49% restante a un precio de
aproximadamente 9.3 veces la utilidad operativa de los 12 meses precedentes a
la fecha en que se realice dicha operación.
Martínez
ha tenido con Televisa una relación de amor-odio. Considerado uno de los
personaje más enigmáticos de Wall Street, el dueño de Fintech apoyó el litigio
de Paula Cusi, última esposa de Emilio Azcárraga Milmo, contra Azcárraga Jean
por la sexta parte del legado del Tigre.
Experto
en comprar y reestructurar deudas de empresas y gobiernos, como el de
Argentina, Martínez ha pretendido ingresar al mercado de las telecomunicaciones
en México, pero tanto Televisa como Grupo Carso lo han bloqueado.
En
una jugada en apariencia astuta, Televisa anunció en agosto de 2013 ante la
Bolsa Mexicana de Valores una inversión de 7 mil millones de pesos para
adquirir el control de Cablecom, vía la compra de deuda convertible que le
permitiría hacerse del control de 95% de Tenedora Ares.
La
autorización de esta adquisición quedó suspendida en tanto se formaba la nueva
autoridad reguladora en competencia económica del sector, el IFT, y se conocían
las nuevas disposiciones secundarias a la reforma constitucional.
Si
el órgano regulador reconoce que con la adquisición de Cablecom, Televisa posee
más de 65% del mercado de televisión restringida, esta ambiciosa operación se
viene abajo.
El
“candado” a la participación del magnate Carlos Slim en el mercado de la
televisión restringida se prolongará por dos años más, según la iniciativa de
Peña Nieto enviada al Senado.
Si
América Móvil pudiera dar servicios de televisión por cable, expertos calculan
que de golpe se incrementarían entre 6 y 9 millones los nuevos usuarios de este
sistema, lo que modificaría el esquema de concentración que actualmente tiene
Televisa en este mercado.
En
su comunicado del jueves 27 América Móvil criticó duramente la iniciativa del
Ejecutivo federal y consideró que las disposiciones “crean barreras de entrada
a mercados altamente concentrados, como lo son el de radiodifusión y televisión
restringida, protegiendo así al agente económico preponderante en radiodifusión
y con poder de mercado en televisión restringida”, en clara referencia a
Televisa.
“Segunda
temporada”
Corral
no duda que estamos “ante la segunda temporada de la Ley Televisa”. “Recordemos
que en la primera hubo quienes salieron abiertamente a defenderla y ahora los
volveremos a ver en legisladores tanto del PRI, del PAN como del PRD.
“También
hubo actores que oponiéndose, supuestamente, en realidad estaban finteando,
reclamando cambios en asuntos meramente cosméticos con el argumento de buscar
alternativas racionales y no radicales”, dice.
–¿Observa
lo mismo en este proceso?
–Va
a haber actores en todos los partidos políticos que, supuestamente, son
opositores a la ley, pero quieren distraer lo fundamental que es el enorme
regalo que le darán a Televisa, por cosas menores o aledañas.
–¿Quién
encabeza ahora la defensa de la ley?
–Sin
duda el presidente de la Comisión de Comunicaciones, Javier Lozano.
Coincidentemente,
en esta “segunda temporada” también es un actor relevante el coordinador de la
bancada del PRI en el Senado, Emilio Gamboa Patrón, exsecretario de
Comunicaciones y Transportes, ampliamente reconocido como un aliado de los
concesionarios y en especial de Televisa.
Hace
ocho años Gamboa era su impulsor dentro de la bancada del PRI –entonces
coordinada por Enrique Jackson– y no pudo evitar la fractura de su grupo. Once
legisladores del tricolor votaron contra la Ley Televisa. De ellos sólo Manuel
Bartlett, actual coordinador de la bancada del PT, está de nuevo en el Senado.
En
la bancada del PRD, hasta donde se han expresado las distintas corrientes,
todos están contra la iniciativa. Algunos del PRD y del PAN han pedido cambios,
sobre todo relacionados con el control que se le otorga a la Secretaría de
Gobernación en materia de contenidos.
Pragmático,
Gamboa ya declaró que a la iniciativa del Ejecutivo “tendrán que hacerles
cambios” para ser aprobada en comisiones y luego en el pleno.
“Ninguno
de esos cambios que han planteado van a la esencia del gran regalo que Peña
Nieto quiere darle a Televisa”, sentencia Corral.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario