La
DEA da por muerto a “El Azul”, pero el Cártel de Sinaloa “se mantiene sólido”/J.
JESÚS ESQUIVEL
Revista
Proceso #1964, 21 de junio de 2014
En
coincidencia con lo que da por hecho la DEA, una llamada anónima al
corresponsal de este semanario en Washington la tarde del viernes 20 desde un
teléfono privado confirmó que en efecto Juan José Esparragoza, El Azul, murió
de un infarto después de un accidente automovilístico, tal como lo informó la
revista Riodoce el pasado domingo 8… La propia DEA revela que pese a esta baja
y a la captura del Chapo Guzmán, el Cártel de Sinaloa se mantiene intacto y
seguirá en expansión.
WASHINGTON.-
En palabras de un alto funcionario de la Drug Enforcement Administration (DEA),
el Cártel de Sinaloa es el “perro grande” del narcotráfico. Por eso ni la
muerte de Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, ni la captura de Joaquín El
Chapo Guzmán lograron debilitar sus lazos de poder e influencia en el trasiego
internacional de drogas.
“Después de todas estas guerras entre los
cárteles del narcotráfico mexicano por el control de las plazas –dice el mismo
funcionario a Proceso–, el único grupo que se ha mantenido sólido es el Cártel
de Sinaloa; y seguirá siéndolo, pese a la captura de El Chapo y el fallecimiento
del Azul”.
De
acuerdo con el análisis de los equipos de inteligencia de la DEA en Estados
Unidos, realizados a partir de la información y reportes enviados por sus
agentes desde México y de su amplia red de informantes sobre lo que está
ocurriendo en la organización sinaloense, el gobierno de Barack Obama tiene
bien establecido su nuevo perfil criminal.
“Creo
que continuaremos viendo la expansión del Cártel de Sinaloa, tomando en cuenta
que en los últimos tres años las otras organizaciones han sido minimizadas o
semidesmanteladas”, reitera el funcionario, quien pide el anonimato y advierte
que no quiere provocar “alguna molestia” al gobierno de Enrique Peña Nieto, al
tiempo que expone el perfil actualizado de la organización:
“Luego
del arresto del Chapo, todos –en la DEA– coincidíamos en una cosa: el mando
absoluto del Cártel de Sinaloa (decíamos) lo asumirían El Azul o El Mayo
(Ismael Zambada García); a los dos siempre los consideramos como iguales, con
el mismo nivel de poder y control dentro de la organización. ¡Claro!, sin
descartar la posibilidad de que uno intentara desbancar al otro.
“Con
la muerte del Azul vamos a ver cómo posiblemente algunos de sus lugartenientes
intentarán ganar puestos de autoridad más altos en la estructura de la
organización”, indica.
Por
lo pronto, para el gobierno de Estados Unidos el mando del Cártel de Sinaloa lo
tiene El Mayo, aunque ha pasado muy poco tiempo desde la captura del Chapo (el
22 de febrero pasado) y la muerte de Esparragoza Moreno. No obstante, el perfil
de la DEA sobre el grupo de narcotraficantes mexicanos se basa en cómo se
realiza el trasiego de drogas del vecino país a
Estados Unidos y cuál es el grado de violencia asociada a esa actividad.
El
entrevistado hace un apunte sobre El Mayo, un “hombre viejo” que, subraya, ha
estado en el mando del cártel desde hace mucho tiempo; tiene, insiste, “100% de
certeza” de ello, y agrega: “Nadie sabe el nivel del involucramiento” de
Zambada García en las operaciones cotidianas de la organización.
“La
gran interrogante es saber qué tan buenos y leales lugartenientes tiene El
Mayo; si de verdad conocen la logística de mando y cómo se hacen los negocios”,
enfatiza el alto funcionario antinarcóticos estadunidense.
Según
el perfil de la DEA, sin El Chapo y El Azul sus lugartenientes tendrán que
ceder una parte del liderazgo a la gente nueva, sobre todo a los jóvenes, que
son leales al Mayo.
“Esto
implica que habrá algunos ajustes de cuentas internas y cierto nivel de
violencia, pero dentro del mismo cártel. Es la regla del juego. Tendremos que
esperar para saber cómo se reacomodarán algunas de las piezas”, insiste el
entrevistado, quien lleva años intentando desmantelar a la organización
sinaloense.
Conjeturas
El
corresponsal le pregunta al funcionario de la DEA si es verdad que el de
Sinaloa es el único cártel del narcotráfico mexicano que se benefició con la
guerra interna por el control de las plazas del tráfico de drogas del sexenio
de Felipe Calderón a la fecha.
“La
lucha dentro de los cárteles y entre las organizaciones rivales afectó a todos,
pero la de Sinaloa sigue siendo el ‘perro grande’. El Cártel de Sinaloa ha
expandido su poder de influencia, y en tanto se está haciendo más poderoso, las
otros grupos no necesariamente se atreven a enfrentarlo”, responde.
Según
el funcionario antidrogas, las conclusiones de la DEA no son aventuradas. Y
reitera: para entender la realidad del Cártel de Sinaloa, basta con recordar lo
que se decía de él hace algunos años.
“Cuando
mataron a Arturo Beltrán Leyva, por ejemplo, se pensó que la organización
estaría en problemas, que se colapsaría. No fue así. Sus integrantes hicieron
lo que tenían que hacer y listo”, expone.
–¿Es
cierto que el Cártel de Sinaloa ahora lleva a cabo una limpia de criminales
asociados a otros cárteles en varios puntos del país que no necesariamente eran
narcotraficantes, sino criminales comunes y corrientes?
–El
Cártel de Sinaloa está orillando a las organizaciones criminales que le están
compitiendo y las está minimizando; está absorbiendo más influencia sobre
grupos como el Cártel del Golfo y con ello está alineando a otros, como Los Zetas.
Para
contextualizar lo que sostiene la agrupación del Chapo y del Azul y que hoy
comanda El Mayo, el funcionario de la agencia antidrogas estadunidense destaca
que hasta no hace mucho su presencia en la zona del Golfo y Tijuana, plazas
controladas por Los Zetas y los hermanos Arellano Félix, respectivamente, era
nula.
Sin
embargo, dice, “ahora ya la tiene, incluso se expandió a Michoacán. El Cártel
de Sinaloa es el Big Brother que probablemente está ejecutando a algunas de sus
gentes para mantener en línea (a la organización)”, puntualiza.
En
los últimos cuatro meses, El Mayo Zambada pasó a ser el jefe de la organización
criminal más poderosa en México y en el ámbito internacional. Sin embargo, en
la DEA no apuestan a que esto signifique que el capo de capos sea inmune a
algún intento de derrocamiento por parte de los lugartenientes del Azul.
Sostiene
incluso que la mayoría de la gente tiene una idea equivocada sobre cómo
funciona un cártel tan poderoso como el de Sinaloa: “Es como una entidad
empresarial bien estructurada –comenta–. El Mayo, El Azul y El Chapo no estaban
sentados en los puestos de mando dictando órdenes. Los tres controlaban líneas
de influencia, pero no tomaban directamente todas las decisiones para mover los
cargamentos de la droga o eliminar a ciertas personas que les representaba una
amenaza”.
La
DEA afirma que la gente del Azul, dentro de la estructura de operaciones del
cártel, controla el tráfico de las metanfetaminas. Y aun sin él, “las cosas no
van a cambiar”, enfatiza.
Hace
una pausa y prosigue: “¿Por qué El Mayo tendría que cambiar las cosas que están
funcionando en la organización? No hay necesidad de hacerlo; a menos que los
lugartenientes del Azul intentaran arrebatarle el mando.
“Creo
que la visión del Mayo es decirle al grupo del Azul: ‘Hagan sus cosas, es su
negocio. Todos ganamos con ello’. Insisto, a menos que él sienta que están
creciendo mucho y se vea obligado a actuar contra ellos.”
Revelada
por el semanario sinaloense Ríodoce en su edición del domingo 8, la muerte de
El Azul no había sido confirmada por el gobierno de Enrique Peña Nieto hasta el
cierre de esta edición. Sin embargo, la DEA se le adelantó al gobierno
mexicano. En Sinaloa y en la capital tapatía dan por cierta la muerte del capo,
refiere el entrevistado.
“Juanjo”,
el reemplazo
El
viernes 20 por la tarde, el corresponsal recibió una llamada desde un número
privado de Sinaloa y una persona que no quiso dar su nombre comentó:
–Mire,
le hablo desde Sinaloa. Lo que publicó primero Ríodoce es cierto. El Azul se
nos fue; está muerto, pero faltan algunos detalles del asunto. ¿Le interesan?
–Claro,
cuénteme –respondió el corresponsal.
–El
Azul sí sufrió el accidente automovilístico. Iba manejando y se volcó porque le
bajó muchísimo el azúcar; padecía una diabetes muy aguda, colitis y otros achaques.
Fue un accidente grande, salió vivo de casualidad. La diabetes se le desarrolló
desde hace más de 30 años, cuando le dieron un balazo en el tobillo derecho.
Por eso caminaba renco.
“Cuando
se volcó en el auto, manejaba por una carretera cerca de Guadalajara. Lo
llevaron al hospital Country, de Zapopan. Allí lo atendió un especialista.
Durante la convalecencia, y cuando El Azul salió de los efectos de la
anestesia, se presentó el médico y le explicó que se había lastimado gravemente
la espina dorsal. Le dijo que iba a quedar paralítico.
“La
noticia le provocó un infarto y murió de inmediato. Era muy corajudo y con la
diabetes se le complicaron las cosas. Para que vea. Ya hasta su lugar (en el
Cártel de Sinaloa) lo ocupó su sobrino: Juan José, El Juanjo.”
–¿Es
verdad que lo cremaron?
–Sí,
el cuerpo del Azul se cremó… Que le vaya bien. Hasta luego.
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