Este sábado 21 de junio Francisco decidió ir a Calabria, región con gran
presencia de la mafia italiana denominada La N'dranghetta; fue a decirles a la mafia que están excomulgados.
En una región castigada por el desempleo y donde manda el crimen organizado Francisco lanza un grito de esperanza y anima a los fieles a oponerse “al mal, a las injusticias, a la violencia con la fuerza del bien, de la verdad y de la belleza”.
“¡Aquellos que en su vida tiene este camino del mal, como lo son los mafiosos, no están en comunión con Dios: están excomulgados!”, exclamó, en el servicio religioso en Sibari.
En una región castigada por el desempleo y donde manda el crimen organizado Francisco lanza un grito de esperanza y anima a los fieles a oponerse “al mal, a las injusticias, a la violencia con la fuerza del bien, de la verdad y de la belleza”.
“¡Aquellos que en su vida tiene este camino del mal, como lo son los mafiosos, no están en comunión con Dios: están excomulgados!”, exclamó, en el servicio religioso en Sibari.
Francisco
señaló que “su tierra, tan bella, conoce las marcas de este pecado.
¡L’Ndrangheta es esto: Adoración del mal y desprecio del bien común! Este mal
debe ser combatido, debe ser alejado y ¡es necesario decirle que no!”.
“La
Iglesia que sé que está tan comprometida con la educación de las conciencias,
debe siempre dedicarse más para que el bien pueda prevalecer. Nos lo piden
nuestros chicos, nos lo piden nuestros jóvenes necesitados de esperanza”.
El papa dijo que “hoy lo confesamos con la mirada dirigida al Corpus Domini, al
Sacramento del altar. Y por esta fe, nosotros renunciamos a Satanás y a todas
sus seducciones; renunciamos a los ídolos del dinero, de la vanidad, del
orgullo, del poder, de la violencia”.
En
la Misa que celebró en el área del ex Indud de la llanura de Sibari, en el marco de su visita pastoral a Calabria,
región al sur de Italia fuertemente dominada por la mafia italiana
N'dranghetta, aseguró que “cuando no se adora a Dios, al Señor, nos convertimos
en adoradores del mal”. Presidió el servicio religioso con los obispos de Calabria y 207 sacerdotes
La temperatura fue superior a los 40 grados; en explanada sobrevoló un helicóptero de la Policía, mientras decenas de televisiones italianas y extranjeras transmitián en directo el evento.
Hubo 30 mil sillas, 260 sanitarios ecológicos --0 de los cuales para discapacitados--, y seis pantallas gigantes.
La homilía papal completa, gracias a la traducción de Radio Vaticano:
En
la Fiesta del Corpus Domini celebramos a Jesús “pan vivo bajado del cielo”
(Jn.6,51) alimento para nuestra hambre de vida eterna, fuerza para nuestro
camino. Agradezco al Señor que hoy me dona celebrar el Corpus Domini con
ustedes, hermanos y hermanas de esta Iglesia que está en Cassano Allo Jonio. La
fiesta de hoy es la fiesta en la cual la Iglesia alaba al Señor por el don de
la Eucaristía.
Mientras
el Jueves Santo recordamos su institución en la Última Cena, hoy predomina la
acción de gracias y la adoración. Y de hecho, es tradicional en este día la
procesión con el Santísimo Sacramento.
Adorar
a Jesús Eucaristía y caminar con Él. Estos son los dos aspectos inseparables de
la fiesta de hoy, dos aspectos que dan huella a toda la vida del pueblo
cristiano: un pueblo que adora a Dios y un pueblo que camina, que no está
detenido, camina.
Ante
todo nosotros somos un pueblo que adora a Dios. Nosotros adoramos a Dios que es
amor, que en Jesucristo se ha dado a sí mismo por nosotros, se ha ofrecido en
la cruz para expiar nuestros pecados, y por el poder de este amor resucitó de
la muerte y vive en su Iglesia. ¡Nosotros no tenemos otro Dios fuera de Él!
Cuando
la adoración del señor se sustituye por la adoración del dinero, se abre camino
al pecado, a los intereses personales y al abuso. Cuando no se adora a Dios, el
Señor, se convierten en adoradores del mal como lo son aquellos que viven de
deshonestidad y de violencia.
Su
tierra, tan bella, conoce las marcas de este pecado. ¡L’Ndrangheta es esto:
Adoración del mal y desprecio del bien común! Este mal debe ser combatido, debe
ser alejado y ¡es necesario decirle que no!
La
Iglesia que sé que está tan comprometida con la educación de las conciencias,
debe siempre dedicarse más para que el bien pueda prevalecer. Nos lo piden
nuestros chicos, nos lo piden nuestros jóvenes necesitados de esperanza.
Para
poder responder a estas exigencias la fe nos puede ayudar. ¡Aquellos que en su
vida tiene este camino del mal, como lo son los mafiosos, no están en comunión
con Dios: están excomulgados!
Hoy
lo confesamos con la mirada dirigida al Corpus Domini, al Sacramento del altar.
Y por esta fe, nosotros renunciamos a Satanás y a todas sus seducciones;
renunciamos a los ídolos del dinero, de la vanidad, del orgullo, del poder, de
la violencia.
Nosotros
cristianos no queremos adorar a nada ni a nadie en este mundo sino a
Jesucristo, que está presente en la santa Eucaristía. Tal vez, no siempre nos
damos realmente cuenta de lo que esto significa, qué consecuencias tiene o
debería tener nuestra profesión de fe.
Esta
fe nuestra en la presencia real de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero
Hombre, en el pan y en el vino consagrados, es auténtica si nosotros nos
comprometemos a caminar detrás de Él y con Él. Adorar y caminar. ¡Un pueblo que
adora es un pueblo que camina! Caminar con Él y detrás de Él tratando de poner
en práctica Su mandamiento, aquél que dio a sus discípulos justamente en la
Última Cena: “Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los
otros”. (Jn.13,34). El pueblo que adora a Dios en la Eucaristía es el pueblo
que camina en la caridad. Adorar a Dios en la Eucaristía, caminar con Dios en
la caridad fraterna.
Hoy,
como Obispo de Roma, estoy aquí para confirmarlos no sólo en la fe, sino
también en la caridad, para acompañarlos y animarlos en su camino con Jesús
Caridad.
Quiero
expresar mi apoyo al Obispo, a los presbíteros y a los diáconos de esta
Iglesia, y también de la Eparquía de Lungro, rica en su tradición
greco-bizantina. ¡Pero lo extiendo a todos! ¡A todos los Pastores y fieles de
la Iglesia en Calabria, comprometida valientemente en la evangelización y en el
favorecer estilos de vida e iniciativas que pongan al centro las necesidades de
los pobres y de los últimos.
Y
lo extiendo también a las Autoridades civiles que buscan vivir el compromiso
político y administrativo por lo que es: un servicio al bien común.
Les
animo a todos ustedes a testimoniar la solidaridad concreta con los hermanos,
especialmente con los que tienen más necesidad de justicia, de esperanza, de
ternura. La ternura de Jesús, la ternura Eucarística: aquel amor tan delicado,
tan fraterno, tan puro.
Gracias
a Dios hay tantos signos de esperanza en sus familias, en las parroquias, en
las asociaciones, en los movimientos eclesiales. ¡El Señor Jesús no deja de
suscitar gestos de caridad en su Pueblo en camino!
Una
señal concreta de esperanza es el Proyecto Policoro, para los jóvenes que
quieren ponerse en juego y crear posibilidades de trabajo para ellos y para los
demás. Ustedes, queridos jóvenes, ¡no se dejen robar la esperanza! Lo he dicho
tantas veces y lo digo una vez más: ¡No se dejen robar la esperanza! Adorando a
Jesús en sus corazones y permaneciendo unidos a Él, sabrán oponerse al mal, a
las injusticias, a la violencia con la fuerza del bien, de lo verdadero y de lo
bello.
Queridos
hermanos y hermanas, la Eucaristía nos ha reunido. El Cuerpo del Señor hace de
nosotros una sola cosa, una sola familia, el Pueblo de Dios reunido entorno a
Jesús, Pan de Vida.
Lo
que dije a los jóvenes lo digo a todos: si adoraran a Cristo y caminaran detrás
de Él y con Él, su Iglesia diocesana y sus parroquias crecerán en la fe y en la
caridad, en la alegría de evangelizar.
Serán
una Iglesia en la cual padres, madres, sacerdotes, religiosos, catequistas,
niños, ancianos, jóvenes, caminan unos al lado de los otros, se apoyan, se
ayudan, se aman como hermanos, especialmente en los momentos de dificultad.
María,
nuestra Madre, Mujer Eucarística, que ustedes veneran en tantos Santuarios,
especialmente en aquel de Castrovillari, los precede en este peregrinaje de la
fe. Que Ella los ayude, los ayude siempre a permanecer unidos para que, también
a través de su testimonio, el Señor pueda continuar a dar la vida al mundo. Así
sea.
^^***
Durante
su visita Francisco saludó a los padres y
abuelas de Nicola "Cocó" Campolongo, un niño de tres años de edad que
fue quemado vivo por la mafia en enero de este año, dentro del vehículo de su
abuelo.
El
asesinato habría sido una “vendetta” contra la madre del pequeño,
que se encuentra en prisión por un proceso relacionado con la mafia.
Ya
el 26 de enero había expresado su oración por el pequeño y señaló que
“este ensañamiento sobre un niño tan pequeño parece no tener precedentes en la
historia de la criminalidad”.
“Rezamos
con Cocó, que seguramente está en el cielo. Por las personas que cometieron
este delito para que se arrepientan y se conviertan al señor", dijo en esa
ocasión.
El
Obispo de Cassano all'Jonio, región de Calabria, Mons. Nunzio Galantino, que
acompañó al Papa en su visita pastoral, Francisco “ha rezado mucho y está
orando por Cocó”, así como “por todos los niños víctimas de este sufrimiento”.
*
Durante
su visita pastoral ayer a Calabria, al sur de Italia, el Papa Francisco decidió
detener el vehículo en el que viajaba al ver a un niño con discapacidad junto a
su familia a un lado de la carretera.
Una
vez detenido el vehículo, el Santo Padre descendió, se acercó al niño, que se
encontraba recostado en una camilla móvil, lo bendijo, lo besó y saludó a la
familia y a los niños que lo rodeaban.
“¡Bravo,
Papa Francisco!”, exclamaban conmovidas las personas que lo rodeaban.
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