9 dic 2014

La Belisario Domínguez al escritor chiapaneco Eraclio Cepeda Ramos…Felicidades Laco!

Sesión del Senado de la República.martes 9 de diciembre de 2014
Discusión del dictamen de la comisión de la Medalla Belisario Domínguez.
  -LA C. SECRETARIA SALDAÑA PÉREZ: Acuerdo:

        Primero.- Se confiere la Medalla de Honor Belisario Domínguez, correspondiente al año 2114, al ciudadano Eraclio Zepeda Ramos, como un justo reconocimiento del Senado de la República, a su sobresaliente contribución a la literatura mexicana, a la defensa de los derechos de las comunidades indígenas y al desarrollo social de nuestro país.
         Segundo.- Celébrese Sesión Solemne del Senado de la República, en próximos días, en la antigua sede del Senado, en Xicoténcatl, para recordar el Centenario Luctuoso del Apóstol y Mártir de la Democracia, la Justicia y la Libertad de Expresión en México, doctor y senador chiapaneco, don Belisario Domínguez Palencia.
        Tercero.- Se instruye a la comisión de la Medalla Belisario Domínguez, a publicar la convocatoria de la Medalla correspondiente al año 2015, y a difundirla en la página de Internet del Senado de la República, y demás medios electrónicos.
        Dado en el Salón de Sesiones del Senado de la República, a los nueve días del mes de diciembre de dos mil catorce.
        Firma el dictamen la comisión de la Medalla Belisario Domínguez.
        -EL C. PRESIDENTE BARBOSA HUERTA: Gracias, secretaria.

        Para presentar el dictamen a nombre de la comisión, tiene el uso de la palabra el senador Roberto Armando Albores Gleason.
        -EL C. SENADOR ROBERTO ARMANDO ALBORES GLEASON: Muchas gracias, compañero presidente.
        Desde que en 1824, Chiapas, por la libre decisión de sus habitantes se unió a la República Mexicana, nuestro país aumentó el caudal de sus riquezas, no solamente con los recursos naturales y los paisajes de esa pródiga tierra, sino con la contribución siempre solidaria, con la patria grande de hombres y mujeres de Chiapas.
        Algunos son especialmente destacados por la entrega y el compromiso con su sociedad y su tiempo.
        Recuerdo a Belisario Domínguez, el héroe civil de México, por antonomasia.
        Rosario Castellanos, escritora de talle universal.
        El inolvidable poeta Jaime Sabines, entre otros.
        A este grupo de chiapanecos, cuya obra trasciende su espacio y su época, pertenece el escritor, promotor cultural y luchador social incansable que es Eraclio Zepeda.
        A él se refirió Octavio Paz, diciendo: “La primera y única vez que vi a Eraclio Zepeda, me pareció, en efecto, una montaña. Si se reía, la casa temblaba, si se quedaba quieto, veía nubes sobre su cabeza. Es la quietud, no la movilidad, un signo fuerte, la tierra áspera que esconde tesoros y dragones”
         Esa montaña a la que aludió nuestro Premio Nobel, es una montaña viva, construida con talento y generosidad, que sigue compartiendo con nosotros los frutos de décadas de creación y lucha.
         El mundo de Eraclio Zepeda, está lleno de vivencias y sentimientos que nos muestran por qué es el escritor de narrativa, más importante en la actualidad chiapaneca y uno de los más importantes de México y de la lengua española.
         En el transcurrir de su vida no se ha cansado de dar felicidad; conciencia y reflexión a miles, quizás millones de electores y oyentes, pues su papel como creador no se circunscribe a la edición de sus libros, sino a la antigua práctica de la narración oral, en la cual no tiene parangón.
         Es escritor, cuentista y poeta, pero además cuentero. Término que desde el siglo pasado puso él en el vocabulario de la literatura mexicana.

        Precisamente por esa razón, opina el también escritor Marco Antonio Campos, que el mundo hubiera sido menos mágico del Eraclio Zepeda.
         Otros expertos refieren con razón que leer a Zepeda, es una de las experiencias más gratificantes de la narrativa mexicana contemporánea, pues es considerado como una de sus voces más originales y sólidas. testimonio de ello son sus poemas, cuentos y novelas, reunidas en los libros Benzulul, Asalto Nocturno, Andando el Tiempo, Hora de Vuelo, Las Grandes Lluvias, Tocar el Fuego, Tocar El Fuego, Sobre esta Tierra y Viento del Siglo, estas cuatro últimas, una tetralogía que conforman una saga a través de varias siglos de la historia de Chiapas.
         Más vale publicar poco que arrepentirse mucho, dice el propio autor. Pero gracias a este conjunto literario, Eraclio ha logrado dar una visión más amplia de la realidad chiapaneca, a partir de los personales y anécdotas en gran parte vinculada a sus raíces y al profundo conocimiento de su natal estado.
         En ese sentido, el escenario chiapaneco surgido de la imaginación de Zepeda, equivale al de Rulfo, ambos muestran la diversidad que nos caracteriza como nación; ambos alcanzar la universalidad a partir de lo regional.
         Zepeda escribe porque está convencido que escribir es un acto solidario. Es capaz  de registrar momentos de cambio son sagacidad creadora y mostrarnos en el espejo de la literatura una sociedad llena de conflicto y permanente crisis.
         Para hacerlo, desde sus inicios Eraclio Zepeda ha poseído una fuerte conciencia social, que influye en el dramatismo de sus relatos; no exentos, por otro lado, de un fino sentido del humor.
         Benzulul, por ejemplo, apareció en una época crucial para la literatura y la historia de México, y puede considerarse, además, de una obra de arte, un documento antropológico escrito con la experiencia directa, con la gente y desde una perspectiva crítica una obra centrada en las relaciones sociales entre individuos y clases; una interpretación de la sociedad expresada, en un lenguaje que sabe reproducir y recrear con maestría el hablar popular.
        En sus obras, Zepeda nutrió de universalidad y sin vanidades ha dado voz a los pueblos originarios. Con esa misma voz el autor se sumó a la demanda legítima de paz, con justicia que todavía resuena en las montañas de Chiapas.
         Narrador sin parangón, literato excepcional, político y diplomático comprometido con la justicia y la dignidad; profesor de varias generaciones en México y en otras partes del mundo, Eraclio Zepeda encarna al ser humano, en sus más altos valores.
         Por ello esta comisión que honrosamente presido, propone a esta soberanía que la Medalla Belisario Domínguez 2014, sea el infatigable y pródigo narrador, al cuentista y cuentero…
 a Eraclio Zepeda, hacerlo, amigas y amigos senadores significa premiar la vigencia de lo mejor del país, significa premiar la capacidad de empatía por la que un ciudadano notable logra darle voz a los afanes de una comunidad; una comunidad que en su fortaleza significa tal vez, solamente con un pequeño valle entre las intrincada sierras, pero que en realidad representa los anhelos, las esperanzas  y las angustias de toda una nación en su grandeza, esa gran nación es la nuestra, es México. Muchas gracias. (Aplausos).
        -EL C. PRESIDENTE BARBOSA HUERTA: Gracias senador Presidente de la Comisión de la Medalla Belisario Domínguez del Senado de la República. Para fijar posición del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, tiene el uso de la palabra el senador Roberto Gil Zuarth.
        -EL C. SENADOR ROBERTO GIL ZUARTH:  Gracias, presidente. Cuentista, dramaturgo, novelista reciente, poeta retirado, exdiputado, maestro, antropólogo, luchador social. Heredero de la palabra por parte de su padre y de su abuelo, enamorado de la palabra en boca de su esposa; vocero de la palabra en el sin fin de relatos que lo mismo entristecen con la fatalidad que dicta la naturaleza, que lo mismos divierten con el recurso al absurdo como método crítico de nuestra realidad, la de ayer y la de hoy.
        De pluma y voz entrañable, un cuentista irremediable, un crítico “irredento” con el poder de esos que tanta falta le hacen al México de hoy.
        La capacidad de Eraclio Zepeda de combinar actividades e identidades se replica en su prosa, una escritura suelta que en unos relatos parece la vocera misma de la melancolía y en otros la estampa clara de la ironía.
        Zepeda asume la identidad nacional como una constante en su escritura, con la meticulosidadde, quien recuerde a “Ibargüengoitia” el arraigo que hace pensar en Rulfo y el coqueteo permanente con realismo mágico, Zepeda plantea la dicotomía, el contraste, como el hilo conductor de su narrativa.
        Al recuperar el tema indígena es cuidadoso de replicar sus significados y sus significantes, al comprender la palabra como manifestación del ser antes que del pensar, el autor se convierte en una figura de la tradición oral, de nuestra narrativa milenaria que se ha mantenido incólume, hasta nuestros días.
        Su obra se ocupa preponderante de la identidad nacional, únicamente se puede ser universal si se es profundamente nacional, si tus raíces están bien asentadas en tu tierra los frutos pueden estar en cualquier lugar del planeta, dice Zepeda.
        El indigenismo y el mundo de rituales y mitos, el “sincretismo” que nos constituye y que una y otra vez nos hace debatirnos con la “otra edad”, la naturaleza indomable, fatal que se enfrenta a la comprensión parcial que ofrece la ciencia, el arraigo a la tierra, a la comunidad, a las costumbres; la lucha armada permanente en la que se evidencia la humanidad, cobarde, vanidosa y torpe.
        Las costumbres como asideros de comportamiento y orden social, la muerte dispersa por tanto en sus cuentos como un acto solitario, e inevitable, y también liberador.
        En ello la escritura de Zepeda de refleja perenne, de esa prosa temporal que lo revela como antropólogo, y que nos plante y nos replantea a los debates que nos definen como mexicanos.
        Si reconstruimos su obra en anécdotas y pasajes, muchos de ellos guardan una vigencia incuestionable, por un lado refleja condiciones férreas, Zepeda siempre ha sido un hombre de convicciones y tradiciones de izquierda, la derecha no conduce a nada, nada más la izquierda, la izquierda va  para el corazón, dice por ejemplo el personaje del embotellador de almas.
        Hoy podríamos debatir con Zepeda que la concordia y la discordia dependen del lugar que se ocupa en el espectro político, sino del sentido de humanidad que se profesa en la izquierda o en la derecha.
        A pesar de su portentoso raigambre revolucionario Zepeda miró con escepticismo la insurgencia zapatista, no en razón de su causa sino en razón de los métodos planteados para la lucha.
        En una entrevista con la Revista Proceso reveló que fue propuesto por Luis Donaldo Colosio para encabezar la Comisión para la Paz frente al levantamiento zapatista, un levantamiento que pensaba era mediático, un ejército para la televisión, no para pelear.
        Pero su activismo que lo llevó a participar en la revolución cubana, no puede entenderse como una mera faceta, la denuncia  es la esencia de su obra, obra que es manifestación del entendimiento de un orden regido por la memoria y por la verdad; la memoria como garante de la sabiduría, heredera de los padres, la verdad en una concepción que no se reduce a una cuestión moral sino existencial, la palabra oral que siempre existe dentro de un contexto a diferencia de la palabra escrita; la denuncia a autoridades que fusilan de manera inmediata al protagonista para no perder el tiempo con un proceso legal, el acuso es insolvente.      La denuncia a un sistema de justicia que criminaliza a los indígenas.
        La complejidad del acuerdo, los alcances de la incomunicación entre quienes se conciben distintos aunque sean semejantes, el malentendido como el huérfano de la palabra que hoy parece replicarse en los debates de oídos sordos y de palabras huecas que muchas veces atestiguamos en nuestro tiempo actual.
        Pero también una y otra vez, en esos cuentos, cervezas frías, las terapeutas, nuestros agentes de tránsito, la denuncia, la burla de un gobierno absurdo, indolente, ostentoso y racional, la crítica de un gobierno que ostenta la opulencia y deja en el abandono de la miseria al resto, que "cimenta" en las formas que contrasta con el entorno, de un gobierno que asume causas que no comprende porque no conoce a quienes las ha de vivir, de una denuncia vigente y permanente, de una denuncia que viene de la empatía y de la observación, de una renuncia que refleja una profunda humanidad y que con ello ofrece reconciliación, un autor que eligió la fantasía para atestiguar una y otra vez la crónica crítica de nuestra realidad, esa es la voz de Eraclio Zepeda, es la voz de nuestro Eraclio Zepeda, nuestro premio Belisario Domínguez. Por su atención muchas gracias. (Aplausos).
        -EL C. PRESIDENTE BARBOSA HUERTA: Gracias, senador Roberto Gil.  Tiene el uso de la palabra, por el grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, el senador Zoé Robledo Aburto.
        -EL C. SENADOR ZOE ROBLEDO ABURTO: Muchas gracias, senador presidente. Hago uso de la palabra a nombre del grupo parlamentario del PRD, de este lado porque estamos acompañados por don Belisario Domínguez. Don Belisario Domínguez que en 1913 fue asesinado, y cuyo único delito había sido que en épocas de tribulación convirtió la verdad en argumento y su voz libre en arma de combate, a pesar de que en ese momento quizá era una voz que iba a contracorriente, Huerta lo mató pero las acciones de Belisario Domínguez continúan como un paradigma de la nación mexicana en general, y por supuesto para el Senado de la República como uno de nuestros compañeros, al que más hay que imitar.
        Ese es el origen de la Medalla Belisario Domínguez, hoy han cambiado los tiempos y las realidades nacionales, pero el ideal permanece, y don Belisario Domínguez es actual y por eso mismo su nombre sigue siendo intenso y sigue siendo el referente máximo para reconocer a los mexicanos de mayor valía en todos los órdenes de la vida nacional.
        La Medalla Belisario Domínguez convierte a quienes la reciben en miembros de la Orden de la Conciencia Crítica de los mexicanos, por eso hoy nos honramos en anunciar que la Comisión Medalla Belisario Domínguez ha tenido a bien que sea Eraclio Zepeda Ramos quien la reciba este año.
        Eraclio, mejor conocido como “Laco Zepeda”, es un mexicano de creaciones literarias universales, su dominio de la lengua castellana le ha permitido como a pocos a usar los aportes idiomáticos de los pueblos indios y mestizos vivientes en el Estado de Chiapas, es un hombre de ideas y de pensamientos con una excelente capacidad para convertirlos en una narrativa vigente, prometedora y activa.
        Su creación no es de panfletos, sino una comunión de inducciones para reflexionar sobre nuestras raíces o lo que nos ha legado Belisario Domínguez. Eraclio Zepeda es un hombre que convierte las “seis letras” pacíficas en razonamientos contestatarios  y simultáneamente lúdicos.
        Laco no inventa mundos, sino que nos crea los que ha visto, así sea en un poblado de los desiertos africanos o en las regiones próximas para Los Altos de Chipas.
        Laco Zepeda no nos recita un discurso a favor de alguna utopía, sino que nos induce a pensar críticamente con un sustrato profundo, y él transita impávido y divertido.
 Hace viajes y hace travesías que convierte en postales inquietantes.
        Introduce un lenguaje que no copia al realismo mágico, ni a las expresiones del costumbrismo.
        Como él mismo lo ha dicho, no hace una narrativa indigenista, sino que nos describe una comunión de evidencias.
        Nos habla de los indios y de los chinos, también de los nómadas del desierto y de las aventuras y desaventuras de un joven escritor en San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, y en el mismo corazón de China, con la misma intensidad.
        Él no pontificó sobre las ideas de justicias de libertad, aún cuando ocasionalmente tomó las armas para defender el compromiso.
        Lo hizo en Cuba, cuando siendo un profesor de la Universidad de Santiago, le sorprendió la invasión de Bahía de Cochinos, y no dudó en tomar su fusil, su Mauser para combatir al lado de Fidel Castro, y del Che Guevara, ante esta invasión.
        Lo hizo, incluso, para el cine. Eraclio Zepeda, como actor tiene el récord que pocos mexicanos pueden presumir de haber sido el único actor mexicano que ha dado vida 2 veces al papel de Pancho Villa.
        En Ring México-Insurgentes, en 1973; y en “Campanas Rojas”, de Felipe Cassaldro.
        Cuando ingresó en 2012 a la Academia Mexicana de la Lengua, Vicente Quitarte dijo lo siguiente en su discurso de bienvenida, al lado de poetas hermanos por elección, la espiga amotinada fue creada por Eraclio Zepeda.
        Su juventud, vivió cambios trascendentales de la historia, quiso y logró estar en primera fila.
        Fue testigo y actor de las grandes utopías formuladas por las revoluciones en Rusia, China y Cuba. Desde ahí manifestó sus calidades de militante, maestro y comunicador hipnótico.
        Cuando se lo ha exigido México, ha ocupado cargos de responsabilidad pública y ha enfrentado asperezas de quienes no recuerdan con frecuencia e intensidad debidas una frase lapidaria de José Martí:
        “Quienes no tienen el valor de sacrificarse, han de tener al menos el pudor de callarse ante los que se sacrifican”.
 Militante el Partido Obrero Campesino del Partido Comunista.
        Fundador del Partido Socialista de México.
        Fundador del Partido de la Revolución Democrática.
(Falto decir que también fue Fundador de Democracia Social PPN) 
       Eraclio Zepeda no es una persona que ha hecho militancia con su literatura, ha hecho de su literatura una forma de acción política.
        Para los chiapanecos es un referente moral y de compromisos vitales con las ideas.
        Su literatura, a pesar de todo, nunca ha sido panfletaria. Es una literatura, que si se tiene que describir de una forma, es la literatura humana.
        Referente inicial, y pionero de lo que hace, se ha llamado el realismo mágico.
 Hay magia en las ideas de cambiarse de nombre para retomar creencias y discriminaciones, pero también hay magia en la resurrección de una madre y la realización de un culto del mundo y del inframundo.
 En sus creaciones, Eraclio Zepeda, viven y reviven en un jugo solar las relaciones entre el mundo y el inframundo. Por eso es digno de la Medalla “Belisario Domínguez”.
 Como Juan Rodríguez Benzulul, piensa que es posible liberarse y alcanzar la plenitud.
 Juan Rodríguez Benzulul lo apuesta todo, y Laco los llama, igual que él, a no tener temores.
 Es un hombre de palabras libres, un hombre que ha seguido la consigna de Belisario.
 Es necesario decir la verdad, pero es atractivo que las palabras libres se hagan ver como una literatura que atrae, y sobre todo, una literatura que preocupa.
        Los personajes de Eraclio son hombres y mujeres de carne y hueso, y también son recreaciones del más allá que regresan al mundo para hacer algunos prodigios.
        Personajes que no viven en paz, y que nos inducen a pensar que la realidad es de México, y que la realidad es de Chiapas, no son como para echarse a descansar.
        Eraclio Zepeda es un hombre de viejas letras que construye nuevas palabras y una literatura renovadora.
        Don Belisario también fue un hombre de palabra de honor y de letras. Murió por decir la verdad, y pagó su vida por la osadía de llamar a las cosas por su nombre.
        Por eso, las palabras de Eraclio Zepeda sirven, hoy, en este momento difícil del país, para mantener viva las buenas semillas.
         Sirvan como epílogo de esta alocución, el valor de las palabras de Eraclio Zepeda, dichas por uno de sus personajes: Tata Juan, una de sus voces conjuradas, y a las cuales ha sabido mantenerse fiel.
         Tata Juan, el personaje de Eraclio que nos dice: “Quien dice la verdad, tiene la boca fresca como si masticara hojitas de hierbabuena; y tiene los dientes limpios y blancos, porque no hay lodo en su corazón”.
         Enhorabuena.
        Muchas gracias. (Aplausos).
         -EL C. PRESIDENTE BARBOSA HUERTA: Gracias, senador Zoé Robledo.
         La Mesa Directiva de este Senado de la República hace un reconocimiento a la comisión de esta institución para procesar la entrega de lo que sería “La Medalla de la República”.
         Es la Medalla del Senado de la República, pero es la más importante presea que entrega el Estado mexicano a un mexicano o mexicana, destacados en las artes, en la literatura, en su desempeño como persona honrada, respetada, patriota, alta mexicana o mexicano.
 En este caso, ha corrido este galardón en favor de Eraclio Zepeda Ramos.
 Nuestro reconocimiento a ustedes, integrantes de la Comisión, por cierto, todos chiapanecos, y por eso han hablado con tanto sentimiento y casi como poetas.
 Felicidades, senadores poetas de la Comisión de la Medalla “Belisario Domínguez”.
 También destaco que con igual sentido hicieron la propuesta, y este Pleno aprobó en el primer año de esta legislatura, para el maestro Ernesto de la Peña, y en el siguiente año, para un político muy respetado, que sin él no se entendería el México actual, el señor Manuel Gómez Morín.
 De verdad, nuestro reconocimiento, y dado que se han agotado la lista de oradores, consulte la secretaría a la Asamblea  --en votación económica--  si es de aprobarse el anterior acuerdo.
 -LA C. SECRETARIA SALDAÑA PÉREZ: Se consulta a la Asamblea   --en votación económica--  si es de aprobarse el anterior acuerdo.
 -Quienes estén porque se apruebe, favor de levantar la mano.
 (La Asamblea asiente)
 -Quienes estén porque no se apruebe, favor de levantar la mano.
 (La Asamblea no asiente)
 -Aprobado el acuerdo, señor Presidente.
 -EL C. PRESIDENTE BARBOSA HUERTA: Gracias, Senadora-Secretaria.
 -Solicito, y de manera muy respetuosa, a quienes en la parte de atrás están formando un rodeo de excelentes personas, tengamos respeto por la sesión y no se escuche hasta acá las formas de alegría que se llaman “Carcajadas”.
 -En consecuencia, el Senado de la República, confiere la Medalla de Honor “Belisario Domínguez”, correspondiente al año 2014, al ciudadano Eraclio Zepeda Ramos.
 Se solicita al Pleno de la Comisión de la Medalla “Belisario Domínguez”, que acuda a participar al señor Eraclio Zepeda Ramos, la determinación de esta Asamblea de entregarle el galardón, comuníquese.
 ¡Felicidades! (Aplausos).

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