El
Presidente Senador Roberto Gil Zuarth:
Enseguida
tiene la palabra el Senador Mario Delgado Carrillo para presentar, a nombre
propio y de diversos Senadores del Grupo Parlamentario del Partido de la
Revolución Democrática, un proyecto de decreto por el que se reforman diversas
disposiciones de la Ley General de Salud.
El
Senador Mario Delgado Carrillo: Muchas gracias, Presidente.
Compañeras
Senadoras, compañeros Senadores.
El
día de ayer ocurrió un hecho histórico para nuestro país en la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.
A
esa muralla infranqueable del prohibicionismo que durante años ha regulado la
política de drogas en este país y en muchos otros, con costos tremendos en
materia de derechos humanos, y un fracaso absoluto en el objetivo que perseguía
de reducir el uso de drogas, esa enorme muralla ya tiene una grieta y por esa
grieta entra una luz de esperanza, de que podamos pensar diferentes y podamos
empezar a tener una política de drogas basada en los derechos humanos y en la
reducción de riesgos y daños.
Es
un evento muy importante, con mucho significado para nuestro país, aunque
evidentemente -y todos lo sabemos- desde el punto de vista jurídico tiene
restricciones muy importantes: este amparo que da la Suprema Corte para
sembrar, cultivar, cosechar, preparar, poseer y transportar el estupefaciente
denominado cannabis y el psicotrópico THC, para su uso lúdico y recreativo al
colectivo SMART.
Sin
embargo tiene elecciones muy importantes lo que nos deja la Corte.
¿Qué
nos dice la Corte?
Que
la prohibición absoluta del uso de la marihuana viola el derecho humano a la
determinación de la personalidad.
El
Estado tiene la obligación de proteger la salud, pero las medidas, la
legislación y la política pública deben ser adecuadas, idóneas y
proporcionales, es decir, no se puede caer, como lo hace la Ley General de
Salud, en una cuestión totalmente desproporcionada, donde lo único que se
ofrece para detener o para controlar las drogas ilícitas es la cárcel, cuando
puede haber en el medio muchos otros instrumentos como campañas de prevención y
demás.
Dice
la Corte también que esta droga, la marihuana, es menos dañina que el alcohol y
el tabaco, también que tiene un bajo grado de probabilidad de generar
dependencia. Apenas el nueve o el diez por ciento de los consumidores generan
dependencia, según los estudios.
También
nos dice la Corte que el uso de la marihuana no lleva, según los estudios, a
consumir otras drogas, es decir, hay un nivel de incidencia muy bajo en el
consumo de otras drogas más riesgosas. No es la puerta, como dicen muchos,
hacia otras drogas.
También,
según la evidencia, la marihuana no es un factor determinante para la comisión
de delitos, que es otro de los santos que le cargan a esta droga. Apenas el
diez por ciento en México de quienes han cometido un delito, lo hicieron bajo
el influjo de alguna droga.
¿Qué
elecciones nos quedan?
Que
el derecho a la libre personalidad es fundamental y permite este derecho
proteger a los quejosos; reconocer que el Estado no puede meterse en la
decisión de las personas, de cómo quieran ser, de qué acciones quieran hacer,
qué quieran consumir. Es la persona humana quien decide el sentido de su propia
existencia.
La
prohibición que implica la actual política de drogas, es como ya lo dijimos,
innecesaria y absolutamente desproporcionada. Innecesaria porque es un fracaso.
No ha logrado los objetivos que perseguía.
Y
es desproporcional porque hay otras medidas que pudieran llevarnos a alcanzar
la meta de salud sin violar de manera sistemática los derechos humanos. No
puede ser la única respuesta del Estado en este tema, la cárcel.
Prevenir
es primero y obligatorio, mientras que sancionar es secundario y opcional, y
sancionar con una pena corporal es absolutamente desproporcionado para el tema
que estamos hablando.
Dice
la Suprema Corte que en realidad el debate debería estar entre el binomio,
derecho a la libre personalidad y salud, es decir, respeto absoluto a las
decisiones de los individuos; respeto a sus derechos humanos, y no el que ha
impuesto la política prohibicionista que es seguridad pública y prohibición.
El
amparo que ayer se otorgó, permite el uso personal de marihuana con fines
recreativos, pero no autoriza el comercio.
Ahora,
sabiendo las limitaciones de la Corte, pero conociendo los criterios que ha
desarrollado para resolver este caso, nos toca a nosotros los legisladores
empezar a cambiar nuestra legislación para alcanzar una regulación que no sea
desproporcionada, y que no imponga violaciones masivas de los derechos humanos
que proteja a las personas.
Eso,
pensemos por un momento, ¿Por qué es urgente legislar? porque no es algo que
como ahora se ha dicho, antes se decía vamos a debatir este tema, que se
debata, que se debata, ahora el nuevo término es profundicemos el debate.
Mientras
nosotros profundizamos el debate y no tomamos decisiones, se comete una gran
inequidad, una gran injusticia. Es urgente legislar en esta materia, porque hay
miles de personas actualmente en la cárcel, por una situación idéntica a la que
ayer la Corte decidió proteger con un amparo a un grupo de personas para que
decidiendo que no cometen un delito al cultivar, poseer y consumir marihuana
con fines recreativos.
Es
decir, hay cuatro mexicanos que lo pueden hacer y hay miles de personas en la
cárcel por una situación idéntica, pero que no tuvieron un amparo, y si hay
personas en la cárcel. También debemos preocuparnos por todas aquellas que
potencialmente pudieran terminar en la cárcel por una situación idéntica a la
que ayer la Corte decidió otorgar un amparo.
Por
eso no podemos esperar, porque hay miles de personas en todo el país que por
consumir marihuana corren el riesgo de ser detenidos.
Entonces,
nos toca como legisladores cambiar las leyes para incorporar estos criterios y
empezar un nuevo capítulo en nuestro país. Una regulación basada en los
derechos humanos y en proteger la salud de las personas.
¿Qué
iniciativa se presenta hoy?
Y
es complementaria a lo que se presentó en marzo del 2014, es decir, lo que hoy
un grupo de Senadores Luis María Beristain, Alejandro Encinas, Angélica de la
Peña, Armando Ríos Piter, Benjamín Robles, Isidro Pedraza, Zoé Robledo y Raúl
Morón, presentamos es complementario a lo que presentamos en marzo pasado.
¿Qué
dijimos en marzo pasado?
Que
necesitamos establecer un sistema de control sanitario en todo nuestro país,
donde podamos distribuir las competencias entre gobiernos locales y gobiernos
federal, para ejercer control sanitario sobre la marihuana desde el cultivo,
procesamiento, prescripción medida, importación, para que haya control
sanitario.
Se
consistía esa iniciativa en modificar la Ley General de Salud y el Código Penal
Federal.
¿Qué
proponíamos?
Permitir
el uso terapéutico del cannabis, despenalizar la prescripción médica y aumentar
el gramaje, la cantidad de marihuana que puede tener las personas para consumo
personal de cinco a 30 gramos y que esto no se convierta en delito y que
dejemos de llenar las cárceles de personas que traen un gramaje muy bajo.
Esta
es una segunda etapa, aquí se incorpora la perspectiva de derechos humanos, y la
propuesta es muy sencilla, atendiendo a lo que ayer hizo la Corte, elimina la
política prohibicionista absoluta, impuesta a través de la Ley General de Salud
sobre el uso de la cannabis THC y los cannabinoides, es decir, eliminar está
desproporcionalidad que ayer marca la Corte en materia de drogas.
¿Qué
proponemos? Tres cosas con esta iniciativa que presentamos:
Uno.-
Permitir el uso de medicamentos basados en cannabis y cannabinoides, inclusive,
los que estén en fase de investigación para pacientes que han agotado las
opciones medicas disponibles en México, recordemos el caso de la niña Greace,
que fue felizmente resuelto.
Número
2, permitir la expedición de autorizaciones para uso recreativo de la marihuana
a personas en lo individual o grupos organizados, exclusivamente, claro,
mayores de edad, para que puedan cultivar, cosechar, preparar, poseer, portar y
consumir cannabis y THC, marihuana, sin obviamente ejercer actos
de comercio, que es algo que no resuelve la Corte, evidentemente nos toca, pero
es un segundo paso, tendríamos que modificar otras leyes, hasta el momento
tendríamos que limitarlo y no permitir actos de comercio.
Repito,
permitir la emisión de autorizaciones para uso recreativo a personas en lo individual o grupos organizados para que
puedan cultivar, cosechar, preparar, poseer, portar y consumir marihuana con
fines lúdicos.
Un
tercer punto que deberíamos avanzar son las reformas abrirían la puerta para
que se desarrolle la investigación científica con la marihuana, es decir, en resumen,
¿qué estamos proponiendo? No despenalizar el uso de la marihuana, sino regular
el uso de la marihuana.
Tenemos
entonces que empezar a cambiar nuestra legislación, necesitamos una legislación
centrada en su esfera de derechos, dice la Corte que le toca al Legislativo,
establecer, diseñar una política integral en materia de drogas, una política
multidisciplinaria, transversal, nacional y con base, lo más importante, a los
derechos humanos, terminemos con la política prohibicionista que ha significado
una violación masiva y sistemática de los derechos humanos.
No
hay vuelta atrás, el prohibicionismo absoluto ayer quedó enterrado, por más
limitaciones que tenga el amparo que dio la Corte.
Este
paso, nos toca a nosotros amplificarlo y reflejar los criterios de la Corte en
nuestra legislación.
Tenemos
como Senado, la obligación de atender esto a la brevedad, la palabra clave aquí es regular. No tenemos que olvidar y
podemos actuar a la brevedad, este es el primer paso, como consecuencia de la
Corte, esto es lo que nos toca, esto es la primera consecuencia en materia
legislativa que podríamos abordar, es una opción, puede haber otras
muchas, pero ¿qué significa? Que demos
un empujón más para derrumbar la muralla del prohibicionismo y abrir la luz
hacia una nueva política de drogas basada en los derechos humanos y en la
reducción de riesgos y daños de las personas.
Muchísimas
gracias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario