Otro
reto: el “Tatik” Samuel/ISAÍN
MANDUJANO
Revcista Proceso # 2050, 13 de febrero de 2016.,
TUXTLA
GUTIÉRREZ, CHIS.- Cuando Samuel Ruiz García estaba por dejar la diócesis de San
Cristóbal de Las Casas, su hermana Luz María les preguntó a los colaboradores
del obispo qué harían con los reconocimientos y preseas que él había acumulado
durante su labor pastoral.
El
Tatik (Caminante), como le decían los indígenas chiapanecos, la calmó. “Nada de
eso me pertenece –le dijo–, por lo que se quedarían en la diócesis”. Le aclaró
también que no eran reconocimientos personales, sino para el equipo que lo
acompañó y para los feligreses de la iglesia a la que estaba adscrito.
En
2009, poco antes de que Tatik Samuel se fuera de la diócesis, un empresario
regiomontano, a quien había conocido 20 años antes, le preguntó qué podía hacer
para que su legado perdurara. Y el llamado “obispo de los pobres” le recomendó
construir una clínica en las afueras de San Cristóbal de Las Casas.
Así
nació la Clínica Esquipulas. El inmueble brinda servicio a los indígenas que no
están afiliados al Seguro Social ni tienen para pagar un hospital privado. Las
viejas casonas coloniales aledañas también fueron remodeladas y ahí se
construyó el Museo Tatik Samuel, bajo el auspicio del Centro Comunitario El Caminante.
Se
pensó así, como un centro de encuentro de los pueblos a los cuales dedicó su
vida entre 1960 y 2010. El 24 de enero de 2010, justo un año antes de su
partida, Ruiz García y su más cercano colaborador, el párroco de Tila,
Heriberto Cruz Vera, e indígenas choles de esa zona norte del estado, llegaron
para bendecir el tronco del árbol que sostiene al museo.
Sin
embargo, el museo no abrió sus puertas hasta el 27 de enero de 2015. Desde
entonces han visitado el lugar miles de personas para conocer el legado y la
obra pastoral del Tatik Samuel, sobre todo indígenas.
La
directora, Natalia Bojórquez, sostiene que ese espacio fue creado sobre todo
para rescatar la memoria de los acontecimientos históricos más importantes de
Chiapas y la trayectoria de Samuel Ruiz en su búsqueda del macroecumenismo, la
defensa de los derechos humanos, en particular los de los indígenas, quienes
son los más vulnerables.
Los
visitantes pueden encontrar información sobre el origen de la cultura indígena,
observar la representación de un sacerdote maya, así como una referencia sobre
cómo eran los habitantes originarios de estas tierras.
En
una sala se incluye material relativo al periodo de la conquista, presentando
el origen de las distinciones sociales con las legislaciones relativas a las
castas, y de la llegada del padre De las Casas para evangelizar a la población,
además de que se exhiben piezas religiosas de los siglos XVII, XVIII y XIX.
La
sección de la historia de la diócesis sancristobalense incluye información de
los obispos que la han dirigido, desde Fray Bartolomé de Las Casas hasta Felipe
Arizmendi Esquivel, quien hoy está al frente de ella, y se exhiben piezas
religiosas que pertenecieron a Tatik Samuel.
Asimismo,
en el espacio denominado “línea del tiempo”, se alude a la trayectoria
religiosa de Tatik Samuel que incluye los pasajes más destacados de su trabajo
al lado de los indígenas, su defensa de los derechos humanos y la paz, así como
el papel que jugó durante el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional en enero de 1994 y los meses posteriores.
Se
pueden observar también los reconocimientos, medallas y premios que recibió el
obispo Ruiz durante su trayectoria pastoral, así como algunas de las prendas
que lo hicieron famoso dentro y fuera del país, su laptop, su rasuradora, su
equipo de radiocomunicaciones, el saracof que usaba para protegerse de las
ramas cuando subía a las montañas, el fuete que usaba cuando montaba a caballo.
Historia
recobrada
En
el museo se conserva la bula papal de Juan XXIII que da cuenta del nombramiento
de Ruiz García como obispo de San Cristóbal: 14 de noviembre de 1959, cuando
tenía 35 años. El 25 de enero de 1960 tomó posesión de su nuevo encargo
conferido desde el Vaticano. Y desde entonces se consagró a él.
Se
exhibe la primera Biblia en tzotzil, el báculo del obispo y su casulla.
Mientras permanece abierto, el museo transmite una videoentrevista en la que
Ruiz García explica los objetivos de ese espacio.
En
los noventa Tatik Samuel ya era reconocido en el mundo por su labor pastoral,
pero su papel de mediador y pacificador de 1994 le atrajeron más
reconocimientos.
En
2000, por ejemplo, fue distinguido con el Premio Simón Bolívar de la UNESCO por
su compromiso personal y su papel como mediador entre el gobierno y el EZLN,
que contribuyó a la paz y al respeto de la dignidad de las minorías.
Al
año siguiente recibió el Premio Internacional de Derechos Humanos de Núremberg
por la defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas de Chiapas. La
Universidad Autónoma de Sinaloa le concedió el doctorado honoris causa; antes
lo habían hecho la Iberoamericana y la de Barcelona.
En
el museo también hay imágenes de aquellos tiempos en los que enarbolaba su
bandera de “Cristianismo sí, comunismo no”, cuando quería enseñarle a los
pueblos indígenas el español. Al final fue él quien aprendió el tzotzil,
tzeltal, chol y tojolabal.
Los
sancristobaleños que al principio lo arroparon, terminaron por distanciarse de
él por su cercanía a los indígenas; no le perdonaron que construyera una
iglesia de opción por los pobres.
El
museo tiene otra sala que alberga los trajes típicos de por lo menos 15
regiones, algunos de ellos son de la época en la que el obispo Ruiz García los
usó para visitar Cancuc, Ocosingo, El Bosque, Zinacantán, Oxchuc, Pantelhó,
Chenalhó, Chalchiuitán, Amatenango del Valle, San Andrés, Magdalena, Tenejapa,
Huixtán, Chanal y otros pueblos.
También
se exhibe un tronco de árbol que Tatik Samuel usó para bendecir el lugar. A su
lado hay un mural que explica su significado.
Al
final del recorrido se encuentra la única réplica de obras de pintores del
siglo XVIII referentes a “Las Castas”. Todas ellas reflejan facetas del modo de
vida de las clases sociales. Las pinturas pertenecen a la colección de la
regiomontana Lydia Sada de González.
El
Museo Tatik Samuel permanece abierto de martes a domingo de las 10:00 a las
17:00 horas. La entrada cuesta 50 pesos; a maestros, estudiantes y niños se les
hace un descuento de 50%, mientras que los indígenas sólo pagan lo que puedan.
Según
su directora, en su primer año de actividades visitaron el museo mil 800
personas que pagaron boleto y 450 más que entraron con cortesías. El reto,
dice, es acercar a las comunidades indígenas a este espacio que se creó para
ellas.
La
figura del controvertido obispo oriundo de Guanajuato cobra relevancia en estos
días. Según las autoridades eclesiásticas de San Cristóbal de Las Casas
–símbolo emblemático de la evangelización de los pueblos originarios durante la
conquista española–, Francisco tiene programada el lunes 15 una visita a la
catedral local, donde está la tumba de Tatik Samuel. l
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