HRW
ve 'encubrimiento' en absolución de militares en Tlatlaya
Agencia AFP 14/05/2016
La
absolución de los últimos tres militares mexicanos enjuiciados por presuntas
ejecuciones extrajudiciales en el caso Tlatlaya, donde 22 civiles murieron en
un enfrentamiento con soldados en 2014, fue criticada por ONG como Human Rights
Watch que ve incluso "encubrimiento" en la libertad de los siete
acusados.
Un
juez federal "desestimó los elementos de prueba" presentados por la
fiscalía general y absolvió a los tres soldados de los delitos de homicidio,
encubrimiento en la modalidad de alteración y modificación ilícita de vestigio
del hecho delictivo, informó la fiscalía general en un comunicado la noche del
viernes.
Aunque
la dependencia aseguró que había aportado "los elementos de prueba
suficientes para procesar a los tres elementos militares" por ocho
ejecuciones extrajudiciales, acató la decisión del juez. Posteriormente, dijo
este sábado que "aportará pruebas que acrediten la responsabilidad de los
implicados, para que éstos sean reaprehendidos y formalmente procesados".
Los
otros cuatro soldados acusados por el caso, entre ellos un teniente, fueron
absueltos en octubre por un tribunal militar de la acusación de haber infligido
deberes militares.
"Ante
la evidencia bien documentada de que soldados ejecutaron a civiles en Tlatlaya,
el hecho de que nadie sea responsabilizado por esos crímenes sugiere la misma
clase de incompetencia grave, o incluso de encubrimiento, que ha sido
demostrada en el caso de (los 43 estudiantes desaparecidos de) Ayotzinapa por
parte de las autoridades judiciales", dijo a la AFP José Miguel Vivanco,
director para las Américas de HRW en un breve correo electrónico.
Los
militares Fernando Quintero Millán, Roberto Acevedo López y Leobardo Hernández
Leónides eran los únicos que enfrentaban cargos por homicidio ante un tribunal
civil, estando presos en una cárcel militar de la Ciudad de México por el caso.
Su
sentencia absolutoria "es sumamente grave porque consolida la impunidad de
uno de los casos más relevantes de violaciones de derechos humanos de militares
en la historia reciente de México", dijo, de su lado, a la AFP el
subdirector del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh),
Santiago Aguirre.
-
Al menos ocho ejecuciones extrajudiciales -
Los
hechos ocurrieron la madrugada del 30 de junio de 2014 en Tlatlaya, una
comunidad rural del Estado de México (centro), limítrofe con los convulsos
estados de Guerrero y Michoacán, donde supuestamente los delincuentes tenían
secuestradas a tres mujeres.
El
Ejército informó entonces que, en el fuego cruzado, murieron 22 presuntos
delincuentes y que un uniformado -de los ocho que participaron en el operativo-
quedó herido.
Este
saldo tan asimétrico despertó dudas y, meses después, una superviviente y
testigo clave -Clara Gómez- aseguró que muchos de esos presuntos delincuentes,
incluyendo su hija de 15 años, fueron ejecutados a sangre fría a pesar de
haberse rendido, lo que generó un gran escándalo en México.
En
2014, la fiscalía general acusó a los militares de haber matado
extrajudicialmente a ocho de los civiles, usando incluso las armas de los
delincuentes muertos, pero la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH)
concluyó que fueron entre 12 y 15 ejecuciones extrajudiciales y que hubo una
alteración del lugar de los hechos para simular que todas las personas habían
muerto en el enfrentamiento.
-
"Los militares son intocables" -
Sin
embargo, en octubre, el tribunal militar consideró que los siete militares,
entre los cuales el comandante del grupo, el teniente Ezequiel Rodríguez
Martínez, cumplieron con el manual de uso de fuerza del Ejército.
Y
el tribunal castrense sólo impuso un año de prisión -que ya cumplió- a Rodríguez
Martínez por haber desobedecido órdenes superiores que exigían que en
operativos nocturnos actuara con los 30 hombres a su cargo.
El
subdirector del Centro Prodh, que defiende a la superviviente Clara Gómez,
recordó que en ese momento ya habían advertido del riesgo de que el caso
quedara impune y dijo que la sentencia del tribunal civil confirma que
"los militares son intocables y no rinden cuentas en México".
Al
recordar que no es una sentencia definitiva ya que aún admite amparos de los
familiares de los ocho presuntos ejecutados, Santiago Aguirre dijo que le
preocupa que en ella no se reconozca a Clara Gómez como víctima, asegurando que
teme por su seguridad.
Además,
lamentó que esta sentencia también exhiba las "deficiencias" de
instituciones mexicanas como la fiscalía general, que es cuestionada por sus
investigaciones del caso Ayotzinapa y podría haber "hecho más contundente
su acusación" contra los militares, o la CNDH, que "emite
recomendaciones pero no se asegura de ser proactiva en los juicios
penales".
Varias
organizaciones internacionales consideran el caso de Tlatlaya como uno de los
más graves de abusos de militares contra civiles desde que en 2006 el
expresidente Felipe Calderón involucrara a los uniformados en la lucha contra
el narcotráfico.
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