Revista
Proceso
# 2065, 29 de mayo de 2016..
Violencia
e inseguridad juegan contra el PRI/JUAN ALBERTO CEDILLO
CIUDAD
VICTORIA, TAMPS.- La violencia e inseguridad que se viven en la entidad desde
los tiempos de Tomás Yarrington Ruvalcaba han dañado la hegemonía del PRI, lo
que se refleja en las preferencias electorales que hoy se inclinan hacia el
candidato Francisco Javier García Cabeza de Vaca –amigo de los hermanos Manuel
y Jorge Alberto Bribiesca Sahagún –, senador que busca la gubernatura bajo el
emblema del PAN.
De
manera simultánea se difundieron ampliamente las “millonarias” propiedades que
supuestamente tiene el candidato panista.
A
éste se le cuestiona también su amistad con los hijos de Marta Sahagún, Manuel
y Jorge Alberto Bribiesca, quienes compraron casas abandonadas y terrenos, que
García Cabeza de Vaca ayudó a regularizar cuando fungió como titular de la
Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra.
En
el sexenio de Vicente Fox, una comisión legislativa federal investigó a los
hermanos Bribiesca y presentó una denuncia contra ellos por los presuntos
delitos de tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito; pero el entonces
titular de la Procuraduría General de la República, Daniel Cabeza de Vaca
–primo del senador–, rechazó ejercer acción penal, argumentando que los
diputados “no acreditaron los delitos”.
Otra
acusación contra el candidato panista es la de tener vínculos con el crimen
organizado, pues la década pasada, durante su campaña para alcalde de Reynosa,
presuntamente recibió una maleta con 500 mil dólares por parte del Cartel del
Golfo (CDG).
Un
señalamiento similar enfrenta el priista Hinojosa Ochoa, alcalde de Matamoros
de 2005 a 2007, secretario de Educación en el sexenio de Yarrington (1999-205)
y primo hermano de Juan Armando Hinojosa Cantú, presidente de Grupo Higa y
contratista favorito del presidente Enrique Peña Nieto.
En
el caso de Hinojosa Ochoa existen documentos en las Cortes de Texas que lo
señalan de recibir maletas con millones de pesos cuando estuvo al frente del
ayuntamiento de Matamoros. Eran los tiempos de expansión del CDG.
No
obstante, el mayor daño a la campaña de Hinojosa Ochoa proviene de sus propios
correligionarios, sobre todo por su relación con Yarrington y Eugenio
Hernández, quien gobernó la entidad entre 2005 y 2010.
La
semana pasada, el candidato priista aprovechó un evento donde presentó su
decálogo de propuestas “Por la paz y el bien de Tamaulipas” para deslindarse de
ambos exgobernadores, quienes son buscados por la justicia estadunidense por
sus presuntos nexos con el narcotráfico y otros ilícitos: “El candidato soy yo
mero, no soy Tomás, no soy Eugenio ni Egidio”, declaró.
A
Hinojosa Ochoa tampoco le ayudaron las declaraciones del presidente del PRI,
Manlio Fabio Beltrones, contra los candidatos de su partido en los municipios
tamaulipecos de Hidalgo, Villagrán y Mainero, a quienes acusó de estar
amenazados o comprados por el narco.
Los
tres fueron defenestrados y es factible que los aproximadamente 12 mil votos
del electorado de esos municipios los cosechen los candidatos del PAN.
Esa
medida tuvo eco en los demás partidos pues desató una ola de renuncias de
candidatos. Según el Instituto Electoral de Tamaulipas, son más de 100; la
mayoría, porque cambiaron de partido; otros, por las amenazas del crimen
organizado.
El
más afectado es el PRD, pues tuvo deserciones de aspirantes a diputados,
regidores y al menos seis a alcaldes, entre ellos los de Hidalgo, Villagrán y
Mainero. Ellos acusaron a su candidato a gobernador, Jorge Valdez Vargas, de
ser un “aliado del PRI”.
Control
político
A
la guerra sucia electoral se suma la violencia en las calles durante los
últimos dos meses, desatada por pugnas entre células de Los Zetas.
Hoy
Tamaulipas vive la tragedia humanitaria más grande de México: más de 7 mil 300
desaparecidos. La cifra podría ser superior a 9 mil personas, si se consideran
los desaparecidos que no se denuncian.
En
las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad
Pública, Tamaulipas también ocupa el primer lugar en los siguientes rubros:
extorsiones, averiguaciones contra menores por delitos contra la salud o
portación de armas; también está en los primeros lugares en secuestros y robos
con violencia en carreteras.
Durante
su gestión como gobernador, Egidio Torre Cantú se ha esmerado en desaparecer la
violencia e inseguridad en los medios de información locales y nacionales.
Cuando estuvo como secretario de Comunicación, Guillermo Martínez García
repartió fuertes sumas a medios de la Ciudad de México; de los locales
presuntamente se encarga el crimen organizado.
Las
estrategias y programas de seguridad implementadas por el gobierno federal a
través del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, tampoco han
rendido frutos.
Según
García Cabeza de Vaca, “el PRI es un sistema político colapsado; ya no tiene
nada que ofrecer a los tamaulipecos”, dice en entrevista realizada en
Monterrey.
Y
añade: “Tenemos una clase política que en aras de mantenerse en el poder se
entregó al crimen organizado; no por nada Tamaulipas encabeza los índices de
inseguridad: primer lugar en robo de combustible, secuestros, extorsiones y
delitos contra la salud”.
Según
el panista, están dadas las condiciones para la alternancia, sobre todo por el
hartazgo de la población ante la violencia que vive todos los días.
“Mis
aspiraciones –dice– son encabezar un gran movimiento de cambio con las personas
que están conscientes que se requiere la alternancia; para ello se debe
impulsar la mayor participación de la población civil.”
Reitera
que hay una clase política que se sometió a los grupos del narcotráfico. Eso lo
dijo en la tribuna del Senado y puso las denuncias ante la Procuraduría General
de la República contra el exalcalde de Reynosa, Óscar Luebbert, el expresidente
de PRI, Ricardo Gamundi, y contra el alcalde de Reynosa, José Elías Leal, a
quien acusa de permitir al CDG colocar más de 110 videocámaras para vigilar la
ciudad.
“Lo
que sucede hoy en Tamaulipas –concluye el entrevistado– es el reflejo de la
entrega de la clase política al crimen organizado.”
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