28 jun 2016

La reunion de periodistas de Radio Fórmula con el Presidente EPN..

La reunion de periodistas de Radio Fórmula con el Presidente EPN..
Ocurrió la tarde del viernes 24 de junio, fueron 4 horas y Ciro lo comenta en su columna La Historia en breve. 
Incluso el Presidente le recomendó a Ciro leer un libro…:  la trilogía El Africano, de Santiago Posteguillo, Eds. Sa Ediciones B, 2009. Vale 899 pesos en Wal Mart.
Es sobre Publio Cornelio Escipión ( 236 a. C. - 183 a. C.), también conocido como Escipión Africano, el Africano Mayor y el Grande, fue un importante político de la República romana que sirvió como general durante la Segunda Guerra Púnica.
Fue el general que derrotó a Aníbal, en la famosa batalla de Zama (202 a. C.), victoria que le valió añadir su agnomen, Africano. Muchos piensan que Escipión fue el único general romano que pudo vencer a Aníbal.
¿Es Anibal AMLO?
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EL PRESIDENTE PEÑA NIETO SE ENCONTRABA DE MUY BUEN HUMOR/ Ciro Gómez Leyva
EL UNIVERSAL, 27 de juniuo de 2016
El presidente Peña Nieto no estaba deprimido por la derrota electoral del PRI, ni decaído por el endurecimiento de las protestas de la CNTE, o abatido por los malos presagios tras el rechazo británico a la Unión Europea. Al Presidente se le veía animado en la larga plática en Los Pinos con un grupo de periodistas el viernes en la tarde. Es más, estaba de muy buen humor.
Mejor así, me dijo uno de los periodistas al pararnos de la mesa. Mejor un Presidente relajado que uno afligido o vengativo. Enrique Peña Nieto respondió cada pregunta. Nos adelantó que no pedía el off the record, “porque el off the record no existe, es lo primero que te enseñan en un media training”. Bromeó, disertó, incluso polemizó cuando se tocaron la corrupción, la negociación con la CNTE y la panorámica electoral de 2018. Y se rió mucho. Creo que la pasó bien. Dice la dramaturga creadora de Los monólogos de la vagina, Eve Ensler, que si las personas no pueden reírse, tampoco pueden encontrar la parte de sí mismas que tiene la capacidad de tener esperanza; y sin esperanza, uno no puede cambiar las cosas.

Mis colegas se fueron marchando. Quedar al final de la cola me permitió charlar unos minutos a solas con él. Me preguntó si había leído la trilogía El Africano, de Santiago Posteguillo. No la he leído. El Presidente me hizo una rápida sinopsis interpretativa sobre Publio Cornelio Escipión, el político y general romano conocido como El Africano, y la forma en que terminó derrotando a Aníbal, luego de que los ejércitos de Cartago cercaron Roma y estuvieron a un zarpazo de apoderarse de la capital del imperio. “Léela, te va a gustar”, me despidió. “Lo cerca que estuvo Roma de caer en manos de los que representaban los valores opuestos”.
Quiero pensar que con esa referencia literaria e histórica buscaba reforzar su secuencia de respuestas sobre Andrés Manuel López Obrador y el 2018. Yo le había dicho en la mesa que la escena está puesta para que gane. Porque no hay a la vista un candidato fuerte que lo pueda vencer, cuenta con un voto duro del orden de los 15 millones, parece que aprendió de sus errores de campaña y, especialmente, competirá en un momento antisistémico que le debe ser favorable. Habría agregado la frase sobre el Brexit del ex primer ministro británico, Tony Blair, pero la leí hasta el sábado: “Hoy hay pruebas de que la política insurgente puede tomar un país”.
Sin ostentar la investidura, respondió que el México sistémico, institucional, es más grande que el antisistémico, y que ya lo íbamos a ver, porque son millones más los mexicanos que expresarán su defensa por un país con visión de futuro, de libertades, responsabilidad económica y reformas estructurales. Y que no nos obsesionáramos con el candidato del PRI, porque una elección nacional es algo tan grande que puede darle oportunidad de ganar a alguien que hoy sólo sea conocido por el 1% de la población.
—¿Un personaje que hoy es conocido por el 1% de los mexicanos podría ser el candidato del PRI?
—¿Por qué no?, —respondió con otra sonrisa—. De que te conocen en una campaña nacional, te conocen.
El presidente Peña Nieto no está reflexionando sobre la muerte, sino sobre la vida. Esa para mí fue la nota de la conversación de cuatro horas. Además de su buen humor, claro. Y de Escipión El Africano.
El Peña Nieto del viernes 24 de junio nada tenía que ver con aquel personaje de visión monocromática de hace no tanto. Hoy tiene la óptica multicolor de la incertidumbre, los riesgos y los desafíos. Entre bromas y risas, parece todo, menos un alma simple con poder.
MENOS DE 140. Vas a verlo, el diálogo con la CNTE terminará dando frutos: el presidente Peña Nieto.

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En las columnas políticas hoy, 28 de junio de 2016.
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Columna “La historia en breve“
EL PRESIDENTE PEÑA NIETO ACABÓ TENIENDO LA RAZÓN/ Ciro Gómez Leyva
El Universal, 
Pero también los electores se pueden preocupar y puede ganar el voto conservador, nos dijo el viernes a un grupo de periodistas el presidente Peña Nieto en una larga plática en Los Pinos. En la madrugada se habían conocido los resultados del referéndum británico y algunos de los comensales propusimos que el momento antisistémico era global y el domingo se podría reeditar en las elecciones de España con una nutrida votación a favor del partido Podemos, que además iría en alianza con los duros de Izquierda Unida.
La mesa se dividió. Unos se sumaron al razonamiento del Presidente, quien, sin incurrir en altanerías, nos pedía no dar las cosas por sentadas, menos en una elección. Otros, palabras más, insistíamos que la percepción de corrupción, aunada a la desigualdad y el desencanto social, estaban arrasando a los argumentos de la eficiencia económica.
Acertó Peña Nieto. Apenas 72 horas después del “NO” británico a la Unión Europea, los españoles se movieron a la derecha. El Partido Popular ganó con 33% de los votos, el socialdemócrata PSOE tuvo 23% y Podemos y la Izquierda Unida cayeron a 21%.
Dos puntos me quedan de esa parte de la charla y de los números de las elecciones generales en España: la historia no está escrita de antemano y, en consecuencia, los antisistema no son invencibles en la segunda década del siglo XXI.
Ahora creo comprender mejor la insistencia del presidente Peña Nieto por cuidar la economía, por entregar en orden las cuentas de la casa. Me parece que es ahí donde radica su confianza en que el México sistémico (que él calcula mayoritario) derrotará en 2018 al México antisistémico.
 “Cuidando los recursos, no poniéndonos a gastar lo que no tenemos”, repitió varias veces el Presidente. “Vicente Fox y Felipe Calderón caminan por las calles porque la economía no se les derrumbó. Hoy, con todos los problemas y todo lo que se diga, los fundamentos de la economía están sólidos y así los tenemos que entregar”.
Peña Nieto, sin embargo, no hace cuentas simples. Parece saber que, a estas alturas del sexenio, los optimistas suelen ser dañinos. Lo aflige no terminar ciertas obras, en especial el tren México-Toluca, “que va en tiempo, pero viene la fase de los túneles, que siempre es complicada y suele retrasar los proyectos”. Del nuevo aeropuerto confía inaugurar el cascarón del edificio central.
Lo escribí ayer, se le ve animado, de buen humor. Y consciente de sus limitaciones. “A ver, qué quieren que haga, que le ordene a las procuradurías, a los congresos, que metan a la cárcel a alguien”, retó cuando disertamos sobre la corrupción y le echamos en cara su desgano para dar un golpe ejemplar. Ahí también creo que tuvo la razón al cuestionarnos retóricamente si no queríamos vivir en sociedades abiertas, transparentes, institucionales, con un Presidente de la República con facultades acotadas, un Presidente que no inventara cargos.
El domingo en que votaron los españoles, Andrés Manuel López Obrador le pidió que, de una vez, vaya preparando un gobierno de transición con él, porque el triunfo antisistémico en México está escrito. Me hubiera encantado escuchar su respuesta.
MENOS DE 140. Si hay cambios en el gabinete, se darán en el marco del Informe Presidencial: Enrique Peña Nieto.
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Reacciones:
En busca de Escipión o Escipiona: anuncia Peña cambios en el gabinete antes del informe/
FEDERICO ARREOLA
Martes 28 jun 2016 06:49
 “Sí hay cambios en el gabinete, se darán en el marco del informe presidencial”. Es  lo que dijo el presidente Enrique Peña Nieto a un grupo de periodistas de Radio Fórmula en reunión privada el pasado viernes. Así lo consignó uno de los asistentes, el conductor del noticiero “Por la mañana”, Ciro Gómez Leyva. Lo hizo en su columna política publicada en El Universal.
 En otros espacios periodísticos se especula que los cambios podrían ser los siguientes:
1.- Aurelio Nuño
Sin haber concluido la tarea, deja la Secretaría de Educación para ir a la de Desarrollo Social. Podrá en su nueva responsabilidad rehacer su imagen, hoy maltrecha. Es la única posibilidad que tiene de volver con fuerza a la carrera presidencial.
2.- José Antonio Meade
Deja la Secretaría de Desarrollo Social para ir a la de Gobernación. Meade necesita un movimiento de ese tamaño para convencer a la sociedad mexicana de lo que ya ha convencido a numerosos líderes políticos y empresariales: que él es el funcionario público más completo que hay en México. En dos administraciones federales de partidos distintos ha sido secretario de Energía, de Hacienda, de Relaciones Exteriores y de Desarrollo Social. Si llega a Gobernación tendrá una biografía política insuperable.
3.- Miguel Ángel Osorio Chong
Deja la Secretaría de Gobernación para ir a la dirigencia nacional del PRI.
 Ha hecho bien la tarea. Si puede con el reto del 2017 –las elecciones de gobernador de Estado de México, Nayarit y Coahuila– será imposible que le quiten la candidatura presidencial priista.
4.- Pedro Joaquín Coldwell
Deja Energía y se retira por lo menos en lo que resta del sexenio para no estorbarse con su hermano, Carlos Joaquín, que será gobernador de Quintana Roo. Hasta las carreras más brillantes llegan a su fin. Parece ser el caso de Coldwell, que lo ha sido casi todo en el sistema político mexicano.
5.- Manlio Fabio Beltrones
Va a la Secretaría de Energía. Su talento político y sus habilidades negociadoras no desaparecieron con las derrotas electorales de este año. Es parecido al caso de Messi, que no ha dejado de ser el mejor futbolista del mundo solo porque falló el penalti que hizo perder a Argentina la Copa América. Ya sé que Beltrones ha jurado no volver al gobierno. Messi juró que renuncia a la selección de su país. Pero los futbolistas y los políticos son como los toreros: jamás se retiran y cambian de opinión con gran facilidad.
6.- Ivonne Ortega
Se va a la Secretaría de Educación. La papa caliente del sexenio, que al mismo tiempo es la reforma más apoyada por la población mexicana, tienen que dársela a alguien con capacidad negociadora que nada tenga que perder y vea en el diálogo con la CNTE la posibilidad de entrar a la carrera del 2018. La exgobernadora de Yucatán cubre el perfil.
 7.- El Escipión –o la Escipiona– priista
 Ayer comentaba aquí lo que EPN le dijo a Gómez Leyva acerca de las tres novelas sobre El Africano que escribió el español Santiago Posteguillo.
 Escipión el Africano, sin ser un personaje mayor, venció a un genio militar, Aníbal, en la batalla de Zama.
 Ciro interpretó el comentario de Peña Nieto como una especie de pronóstico electoral: Andrés Manuel López Obrador será todo lo importante y líder en las encuestas que se quiera, pero el PRI puede encontrar a un Escipión para vencer al Aníbal de Morena.
 “Lo cerca que estuvo Roma de caer en manos de los que representaban los valores opuestos”, le dijo Peña Nieto al periodista.
 Pudo haber dicho el presidente de México: “Lo cerca que está México de caer en manos de los que representan los valores opuestos”.
 Solo un Escipión podrá evitarlo. O una Escipiona.
 Saldrá del gabinete presidencial, es decir, de los funcionarios ya mencionados.
 Pero hay otros.
8.- Luis Videgaray
También puede representar el papel de Escipión el “impopular” secretario de Hacienda, que sin mayor esfuerzo mediático o propagandístico está convenciendo a cada día más gente de que México no ha caído en la catástrofe en uno de los periodos más turbulentos de los mercados financieros globales, por el manejo responsable de la economía mexicana. La seriedad en el trabajo también resulta atractiva para los votantes.
9.- José Narro
Otro que no debe ser descartado es el secretario de Salud, José Narro. Tiene una trayectoria política destacada y pudo con el paquete no solo de gobernar correctamente la siempre complicada UNAM, sino de hacerlo con la misma imagen de académico progresista y confiable de su antecesor, Juan Ramón de la Fuente. ¿Que a Narro poca gente lo conoce? No tiene importancia. Ciro le hizo esta pregunta a Peña Nieto: "¿Un personaje que hoy es conocido por el 1% de los mexicanos podría ser el candidato del PRI?”. EPN respondió sonriendo: “¿Por qué no? De que te conocen en una campaña nacional, te conocen”.
10.- Claudia Pavlovich
La gobernadora de Sonora podría ser la Escipiona del PRI. Ganó en forma extraordinaria las elecciones del año pasado. Enfrentó una elección de estado y se las arregló para derrotar al PAN. Empezó muy abajo en las encuestas y creció. Un año después, el desgaste de gobernar no la ha afectado. Su caso es distinto al de casi todos los otros políticos, que mientras más conocidos son más negativos tienen. Ella, la mejor evaluada en las encuestas que se hacen para medir el trabajo de los gobernadores, mientras más conocida es más positivos suma. ¿Que la conocen poco fuera de Sonora? Ya lo dijo Peña Nieto: el candidato –o la candidata– del PRI puede ser alguien conocido por el 1% de los mexicanos, porque “de que te conocen en una campaña nacional, te conocen”.
11.- El destino de Escipión
Cualquiera de ellos y ellas irá por la gloria de una candidatura que puede resultarles costosísima, inclusive si ganan la Presidencia.
Escipión salvó a Roma, pero lo acusaron de corrupción en las finanzas de la guerra. Murió en el destierro. Sus últimas palabras fueron: “Patria ingrata, ni siquiera tienes mis huesos”.

No es extraño que a los políticos les vaya mal después de sus mayores hazañas. Pero les encanta lo que hacen. Allá ellos#
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Columna Nudo gordiano/YURIRIA SIERRA
Excelsior,
Ciro, Federico, EPN y el 1%
Interesantísimo el intercambio de ideas de ayer entre Ciro Gómez Leyva y Federico Arreola en sus respectivas columnas. Por un lado, en El Universal leímos la crónica sobre el encuentro que Enrique Peña Nieto tuvo con un grupo de periodistas, Ciro uno de ellos. EPN se veía de buenas, le entró a todos los temas polémicos. Con ese ojo tan perspicaz que siempre ha caracterizado a Gómez Leyva, nos informó de casi todo lo que resultaba jugoso del encuentro. Al final, cuenta, el Presidente le recomendó leer El Africano, una novela de Santiago Posteguillo sobre el político Publio Cornelio Escipión que enfrentó y venció a Aníbal, uno de sus más terribles enemigos. La agudeza de Ciro tomó en a breve conversación del Presidente las metáforas necesarias para relacionar lo escuchado con AMLO y la estrategia que desde Los Pinos estarán ejecutando pensando en 2018: “Quiero pensar que con esa referencia literaria e histórica buscaba reforzar su secuencia de respuestas sobre AMLO. Yo le había dicho en la mesa que la escena está puesta para que gane... no hay un candidato que lo pueda vencer”.
Por su parte, Arreola visitó cada una de las revelaciones de Ciro, detalló lo señalado por Gómez Leyva, resaltando un detalle: “Así que no, la nota no es que así como el general romano Escipión El Africano venció a Aníbal en la batalla de Zama, el PRI podrá vencer a López Obrador. Aunque es de impacto lo que Peña Nieto le dijo a Gómez Leyva –lo cerca que estuvo Roma de caer en manos de los que representaban los valores opuestos– no es la nota destacada de su columna...”, escribió el director de SDP Noticias. Federico vio la “nota” de la crónica del encuentro en otro lado: “La nota en la columna de Ciro es que era falsa la versión, que tantos difundimos en 2011, de que Peña Nieto no lee. Claro que lee y, por lo tanto, entiende. Y usa la historia para planear el futuro. Hoy EPN se ve en la necesidad de preparar a un priista para que sea el Publio Cornelio Escipión que detenga al Aníbal mexicano que insiste en perdonarle la vida al PRI...”.
Con el inmenso cariño y admiración que les tengo a ambos, ahora soy yo quien se toma el atrevimiento de meter su nariz en la conversación: yo percibo que la nota de todo lo contado por Ciro está en otro lado: les habría dicho Peña Nieto: “Que no nos obsesionemos con el candidato del PRI, porque una elección nacional es algo tan grande que puede darle oportunidad de ganar a alguien que hoy sólo sea conocido por el 1% de la población (...) De que te conocen en una campaña nacional, te conocen.”
El 1% al que se refiere el Presidente. Creo que la nota es que, contrario a lo que todo el mundo asume y cree a pie juntillas, Enrique Peña
Nieto (el gran elector del PRI) no ha decidido que el candidato del PRI sea cualquiera de los que hoy aparecen en las encuestas. Es decir, en la mente del Presidente, parece que el universo de sus fichas no se reduce a Osorio Chong y Eruviel Ávila. El 1% es una clarísima referencia a dos de sus secretarios en el gabinete: José Antonio Meade y Aurelio Nuño. Para nadie es un secreto que Aurelio es de los grandes quereres (y el más cercano de sus operadores) de Peña Nieto. Pero tampoco es para él un secreto que amplios sectores de tomadores de decisiones y el círculo rojo ven con muy buenos ojos a Meade (por su experiencia e intachable currícula). Un guiño que Peña sabía que no pasaría desapercibido. Esa referencia que parece aludir a un tablero de ajedrez en el que aún no se han movido todas las fichas. Y que posiblemente no ha hecho las jugadas con las que cree que puede dar el jaque mate. El uno por ciento. Esa es, para mí, la nota del encuentro narrado el día de ayer.
ADDENDUM. Hace 16 años, exactamente, fueron Ciro Gómez Leyva y Federico Arreola (junto a Carlos Marín y Raymundo Riva Palacio) quienes me enseñaron el valor —hoy tan escaso— del debate que es conversación y que en sus idas y vueltas fortalece no sólo al periodismo, sino a la democracia. Celebro que lo sigan alimentando con la inteligencia y la alegría de entonces. Hoy más necesarias que nunca.
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ARSENAL/Francisco Garfias
Excelsior, 28 de junio
¿De qué se ríe?
Llama la atención la descripción que hizo Ciro Gómez Leyva del presidente Peña, a partir del encuentro que el viernes sostuvo con varios periodistas, entre ellos el autor de la columna La historia en breve, que se publica en El Universal.
Ciro asevera, en su texto de ayer, que el Presidente no está deprimido por la derrota del PRI en las elecciones del 5 de junio ni decaído por el endurecimiento de las propuestas de la CNTE, o abatido por el rechazo de los británicos a la Unión Europea.
El  destacado conductor percibió, en síntesis, un Presidente relajado, que rió mucho y la pasó bien.
La lectura de ese texto trajo a mi mente el poema de Mario Benedetti titulado ¿De qué se ríe?
Dice el poema:
 “En una exacta foto del diario, señor ministro del imposible, vi en pleno gozo y en plena risa, su rostro simple. Seré curioso, señor ministro, de qué se ríe, de qué se ríe.
 “De su ventana se ve la playa, pero se olvidan los cantegriles (barrios marginales que tienen viviendas construidas con materiales de desecho.) Tienen sus hijos ojos de mando, pero otros tienen mirada triste.
“Aquí en la calle suceden cosas que ni siquiera pueden decirse. Los estudiantes y los obreros ponen los puntos sobre las íes.
 “Por eso digo señor ministro, de qué se ríe, de qué se ríe…”.
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