POR JESUSA CERVANTES , APRO, 5 SEPTIEMBRE, 2017
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Frente a la falta de acuerdo para votar por las dos terceras partes de los legisladores presentes la nueva Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, y para evitar incurrir en una ilegalidad y crisis constitucional, siete de los ocho partidos políticos en San Lázaro recurrieron a la argucia de parar “el reloj legislativo” y reiniciar este jueves 7 la sesión.
Diputados en San Lázaro. Foto: Octavio Gómez Diputados en San Lázaro. Foto: Octavio Gómez
Así, aunque el artículo 17 del reglamento de la Cámara establece nítidamente que la nueva Mesa Directiva tiene de plazo hasta el 5 de septiembre para ser votada e instalada, los diputados decidieron hacer uso de tal artimaña, misma que no se utilizaba desde que la aprobación del Presupuesto de Egresos dejó de tener como plazo límite el 31 de diciembre.
Desde las nueve de la mañana, ambos bloques: el que constituyen PAN-PRD-MC, y el que conforman PRI-PVEM-Panal-PES, y en medio de ambos Morena, trabajaron por separado presionando para que al inicio de la sesión convocada este día a las once de la mañana se impusieran sus posiciones.Ninguna fracción cedió y empezaron las acusaciones: PAN y MC acusaron al PRI de intentar “comprar voluntades” de legisladores para que se retiraran del reciento y así lograr con menos tropiezos las dos terceras partes en el aval de la nueva Mesa Directiva.
El PRI, que rechazó la acusación, pidió que se hiciera la denuncia penal. Y desde tribuna acusó al PRD y a Morena de estarse peleando por una vicepresidencia.
Del lado de Morena no sólo se negó tal pleito, sino que adelantó que “le aventarían al PRD su vicepresidencia” a la hora de fijar la posición oficial desde tribuna.
El bloque de PAN, PRD y MC, registrado formalmente como Frente Amplio ante el Instituto Nacional Electoral (INE), insistió en que no permitirían la instalación de la Mesa hasta en tanto en el Senado no se desechara el artículo transitorio que permite el “pase automático” de procurador general de la República a fiscal general de la Nación.
Los ocho partidos se acusaron entre sí –cada uno con sus matices–; sostuvieron que en el fondo el tema no era la Mesa Directiva, sino imponer un fiscal “a modo”.
El PAN reiteró que el PRI quería poner a Raúl Cervantes Andrade para cubrir por nueve años las espaldas a Enrique Peña Nieto y toda su administración, en tanto que el PRI dijo que lo que buscaba Acción Nacional era proteger a su dirigente nacional luego de que había sido revelada su fortuna y la de sus familiares.
Pero fue el propio priista Jorge Carlos Ramírez Marín, quien encabeza la propuesta para ser presidente de la nueva Mesa Directiva, quien dio en el verdadero centro de la polémica protagonizada por PRI y PAN y que ha provocado una crisis política: “La pugna electoral por la Presidencia de la República”.
Último orador en hablar desde tribuna antes de la votación, el priista Jorge Carlos Ramírez Marín dijo ante el asombro de sus propios compañeros de bancada:
“…aunque estamos reflejando hoy lo que será la circunstancia del Congreso (elección de su Mesa Directiva), estamos reflejando la pugna electoral por la Presidencia de la República, un frente constituido (PAN, PRD y MC), un liderazgo consolidado (Andrés Manuel López Obrador), y partidos que van a buscar consolidar (PRI, PVEM, Panal y PES) y construir también una fuerza que compita y lo haga, seguramente, buscando el mejor resultado para ello.
“Eso es lo que estamos representado, eso es lo que está pasando hoy aquí en la Cámara de Diputados. Más allá del fiscal, más allá de la Mesa Directiva, esta, amigos, es la película de 2018”, soltó el experimentado político priista y quien por cierto es la segunda vez que enfrenta la posibilidad de que no se instale la Mesa en tiempo y forma.
Día de encuentros y desacuerdos
Desde las nueve de la mañana, el frente PAN, PRD y MC se reunió para esperar que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, arribara a San Lázaro en respuesta a la invitación que la noche anterior se le hiciera para dirimir el conflicto legislativo y discutir en público el destino del “pase automático” y la manera de elegir al nuevo fiscal general.
El titular de Segob nunca aceptó la invitación.
Del otro extremo del laberíntico San Lázaro, el PRI convocó a Junta de Coordinación Política (Jucopo). César Camacho Quiroz, coordinador de dicha fracción, sin ser el presidente, llamó al encuentro al que acudieron PES, Panal, PVEM y Morena, y ahí se decidió llevar a la sesión, convocada para las once de la mañana, la planilla de la Mesa Directiva que desde la noche del jueves 31 de agosto se votó para luego llevarla al pleno.
Tal planilla, con el priista Jorge Carlos Ramírez Marín a la cabeza, fue avalada por PRD, MC, PRI, Panal, PES y PVEM; Morena votó en abstención y el PAN acudió, pero se retiró antes de votar.
En medio de la vorágine legislativa, Morena se vio atrapado en lo que parecía un callejón sin salida donde su voto, que sería el fiel de la balanza, le acarrearía problemas, ya fuera por ser acusados los morenistas de respaldar al PRI, ya fuera por reafirmar que las instituciones no les interesan si votaban con el Frente.
El PRI sostuvo que, aunque la Jucopo no fue convocada por su presidente, el acuerdo tomado de llevar al pleno la planilla votada el 31 de agosto era legal, pues fue una sesión con 61% dela representación legislativa.
Dieron las once de la mañana, el mediodía y la aún presidenta de la Mesa Directiva, la panista Guadalupe Murguía, no abría la sesión. Rocío Nahle, coordinadora de Morena, operó y logró sentar a los ocho coordinadores en una mesa de negociación: el único acuerdo al que se llegó fue iniciar la sesión a las tres de la tarde del martes y ahí medir fuerzas e intentar obtener las dos terceras partes delos votos.
Falla el PRI, el PAN acusa “maiceo”
Después de la primera negociación de los ocho coordinadores, todos salieron molestos. Los primeros en aparecer ante los medios fueron PRD, PAN y MC; el coordinador del PRD, Francisco Martínez Nery, repitió el guión de no aceptar un fiscal a modo y no dijo más.
Luego, Marko Cortés, coordinador del PAN, sorprendió: acusó directamente al PRI de querer “maicear”, comprar a diputados de su partido para que se ausentaran de la sesión y así el PRI tuviera menos obstáculos en lograr las dos terceras partes.
“Debemos decirles con absoluta claridad el tamaño del miedo que tiene el PRI, pero también de las prácticas que están dispuestos a usar. Ha provocado el día de hoy en algunas de nuestras bancadas (PAN, PRD y MC como frente) la incitación, la provocación y el ofrecimiento para que integrantes de nuestras bancadas se ausenten cuando ya estaban aquí. Eso es muy preocupante”, denunció ante el bombardeo de preguntas que exigían nombres, pero de sus labios no salió apellido alguno.
Luego se fue contra Morena: “Ahora le exigimos a los partidos de oposición que sean congruentes con sus dichos, queremos ver el comportamiento de Morena en esta votación… tal vez Andrés Manuel López Obrador ya recordó cuál fue su origen… Tal vez ese priista que lleva dentro ya recordó las añoranzas del pasado y hoy se aliará al PRI y entonces se confirma que el “PRIMor” es una realidad”.
Le siguió el coordinador de MC, Clemente Castañeda, quien fue más directo: “Lamento que hayan llegado al extremo de querer comprar la voluntad de los distintos diputados de los grupos parlamentarios”.
“¡Nombres, nombres, nombres!”, se gritaba desde el área de prensa. Pero no detalló nada.
“¡¡¡Hay ofrecimientos concretos. Hay ofrecimientos concretos, económicos, de prebendas y canonjías para tratar de doblar voluntades!!!”, fue la respuesta de Clemente Castañeda, quien de inmediato acotó: “El que acusa está obligado a probar, es cierto, y nosotros estamos juntando los elementos necesarios no solamente para denunciar, sino para tratar de interponer los recursos legales correspondientes”.
Y de inmediato abandonaron el pódium instalado para las conferencias de prensa, rechazando dar nombres de quién ofreció dinero por parte del PRI y a quién se ofreció esas prebendas.
Enseguida, Rocío Nahle ofreció su conferencia de prensa: respondió al panista Marko Cortés y le recordó que fue su partido el que votó desde 2013 el “pase automático”, insistió en que todo era una simulación, un pleito entre PRI y PAN, y que siempre, a final de cuentas, se ponen de acuerdo.
Pero también aclaró que no daría a conocer el sentido del voto de Morena sino hasta la sesión, pues “a Morena no lo coordina el PRI ni el PAN”.
Y sin pasar más de cinco minutos, arribó el priista César Camacho Quiroz para rechazar categóricamente que su partido pretendiera comprar voluntades, “maicear” a legisladores para que se ausentaran de la sesión y menos aún ofrecer puestos. Invitó a PAN y MC a probar su dicho y hacer la denuncia legalmente.
Dieron las tres
Pasadas las tres de la tarde inició la sesión, en los posicionamientos Jesús Zambrano acusó a Morena de simular, pues dijo que los morenistas aseguran no tener interés por una vicepresidencia, pero en los hechos ya tienen una.
Y es que en la planilla que se votó el jueves 31 de agosto, el PRD propuso a Jerónimo Ojeda, sin embargo, la noche del lunes pasado este diputado se pasó a la fracción de Morena y renunció al PRD.
Desde la tribuna, Nahle respondió a Zambrano y le adelantó que en su momento Morena “les aventaría su vicepresidencia”.
Y así fue. Al momento de fijar posición en contra de la Mesa Directiva, Vidal Llerenas, diputado de Morena, aclaró que ese vicepresidente lo propuso el PRD, y aun cuando anoche se pasó a Morena, el PRD durante el transcurso del martes no presentó ninguna modificación de candidato.
Finalmente, la votación se dio. Había 468 diputados presentes, por lo que las dos terceras partes para lograr la instalación de la Mesa Directiva, si Morena se abstenía, era de sólo 278 votos. Los números se deben a que, si Morena se abstenía, sus 48 votos no contarían, por lo que las dos terceras partes serían a partir de 418 legisladores. El PRI contaba con 266 diputados, por lo que únicamente le faltaban 12 diputados.
Sin embargo, Morena, como se dijo ayer, inclinó la balanza y determinó no votar en abstención, sino en contra. Así, de los 468 diputados presentes, el bloque del PRI obtuvo 257 votos y el del Frente, junto con Morena, sumó 209, además hubo dos abstenciones del PES, que tradicionalmente votan con el PRI.
Terminada la votación, la presidenta del PAN, Guadalupe Murguía, decretó un receso.
En la siguiente hora los ocho coordinadores decidieron convocar a un nuevo encuentro, el cual fue tan fugaz que Morena apenas llegaba cuando ya se había determinado por los otros siete partidos, PRI, PAN, PRD, PVEM, MC, Panal y PES, recurrir al reloj legislativo y darse un tiempo para “enfriar los ánimos” y reiniciar sesión el jueves a las once de la mañana.
En el impase, bajo la artimaña legislativa, PRI y PAN olvidaron sus acusaciones de “maiceo” de diputados y abrieron un día más para la negociación. En caso de no llegarse a un acuerdo el jueves próximo, el PRI podría recurrir al Poder Judicial para que se obligue a la Cámara de Diputados a elegir a la nueva Mesa Directiva, en tanto, el paquete económico lo tendría que recibir el viernes 8 el secretario general de San Lázaro, Mauricio Farah, quien no podría convocar a sesión ni remitir los documentos a comisiones para su discusión y aprobación.
Así, pese a la argucia legislativa, la crisis constitucional de San Lázaro sigue latente.
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