El EZLN, a la sociedad civil:
es la hora de actuar
Revista
Proceso No. 1888, 6 de enero de 2013-
El
EZLN celebró el 19 aniversario de su gesta con un festejo en sus cinco
caracoles y reiteró el mensaje de que su lucha tomará un nuevo camino.
Simpatizantes del movimiento, como Pablo González Casanova, exrector de la
UNAM, dicen que habrá que esperar otro mensaje para conocer las acciones a
seguir. A su vez, Gustavo Esteva sostiene que basta revisar la Sexta
Declaración de la Selva Lacandona para entender que los zapatistas le están
diciendo a la sociedad civil que ha llegado la hora de comenzar a actuar.
OVENTIC,
CHIS.- A las 9:30 de la noche del 31 de diciembre el caracol zapatista de
Oventic era un hervidero de sombras azules y negras concentradas en la enorme
plancha construida en 1995. No fue como en años anteriores, en los que el grupo
guerrillero salía a colgar un anuncio en la entrada de los centros de reunión
con la leyenda: “Nos fuimos de vacaciones, nos vemos el próximo año”.
Esta
vez, miles de indígenas de las comunidades de base zapatistas llegaron al
caracol “Resistencia y Rebeldía por la Humanidad” a celebrar 19 años de la
declaración de guerra, en una fiesta que duró hasta las cinco de la mañana del
martes 1 de enero –como lo dijo un alto mando del EZLN–, pero también para
anunciar una nueva etapa de lucha encaminada a la creación de una amplia red de
movimientos sociales, dice el sociólogo Pablo González Casanova, observador
cercano de la lucha zapatista desde su surgimiento en 1994.
El
30 de diciembre por la noche, el EZLN difundió tres comunicados en su página
electrónica http://enlacezapatista.ezln.org.mx, que fueron leídos el martes 1
durante el Tercer Seminario Internacional de Reflexión y Análisis “Planeta
Tierra: Movimientos Antisistémicos”, realizado a las afueras de San Cristóbal
de las Casas por el Centro Indígena de Capacitación Integral “Fray Bartolomé de
Las Casas” AC, Universidad de la Tierra Chiapas (Cideci-Unitierra), al que
asistieron representantes de organizaciones sociales e indígenas de México,
América Latina y Europa.
En
uno de ellos, los zapatistas hablan del nuevo camino que tomará su lucha
después de 19 años de la declaración de guerra lanzada al gobierno federal el 1
de enero de 1994, cuando tomaron siete cabeceras municipales de Chiapas:
“Intentaremos
construir los puentes necesarios hacia los movimientos sociales que han surgido
y surgirán, no para dirigir o suplantar, sino para aprender de ellos, de su
historia, de sus caminos y destinos.”
Luego,
al final de una lista de seis puntos, en los que reafirma su pertenencia al Congreso
Nacional Indígena, su crítica a la clase política mexicana y a los medios de
comunicación y el emplazamiento al gobierno de Enrique Peña Nieto de continuar
o no con la estrategia de contrainsurgencia, el EZLN anuncia:
“En
los próximos días, a través de sus comisiones Sexta e Internacional, dará a
conocer una serie de iniciativas, de carácter civil y pacífico, para seguir
caminando junto con los otros pueblos originarios de México y de todo el
continente, y junto a quienes, en México y en el mundo entero, resisten y
luchan abajo y a la izquierda.”
A
partir de ahí, la mayoría de los asistentes al encuentro ofrecieron su apoyo al
EZLN, entre ellos los integrantes del Congreso Nacional Indígena, del
Movimiento por la Paz con Justicia de Dignidad y adherentes a la Otra Campaña.
Incluso al terminar el encuentro se hizo un reconocimiento a los 19 años de
lucha del EZLN por parte de todos los asistentes, algunos de ellos de
Argentina, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Italia, Perú, entre otros.
“Agradecemos
al Ejército Zapatista de Liberación Nacional por enseñarnos el camino y
dejarnos las huellas de sus pasos”, dijo uno de los organizadores, tras lo cual
la mayoría se levantó con el puño izquierdo en alto y comenzó a entonar el
himno zapatista, que lleva como música la de Carabina 30 30, evocando los
primeros días de 1994.
González
Casanova y los asistentes a dicho encuentro esperan que en los próximos días el
EZLN emita más comunicados en los cuales defina las nuevas iniciativas
encaminadas a una salida pacífica a la violencia que hoy vive el país y que
redunde en el fortalecimiento de los movimientos sociales nacionales e
internacionales. Al cierre de esta edición los zapatistas aún no subían ningún
comunicado a su página electrónica.
La
fiesta
Oventic fue construido en 1995 como “Aguascalientes
II”, luego de que el “Aguascalientes I” de La Realidad fue destruido ese mismo año por el Ejército,
cuando el gobierno de Ernesto Zedillo emitió una orden de captura contra el
subcomandante Marcos.
Oventic
se erigió en respuesta a esa acción militar y en su construcción participaron
miles de indígenas, universitarios y activistas de varios países. En 2003, los
zapatistas decidieron transformar La Realidad, el ejido Morelia, La Garrucha,
La Realidad y Oventic en caracoles, como una nueva propuesta de autogobierno
indígena; esta última localidad se constituyó en el caracol II.
Por
su cercanía con San Cristóbal de Las Casas –a una hora de camino de montaña –,
Oventic ha fungido desde entonces como uno de los principales referentes del
zapatismo para grupos sociales y activistas mexicanos y extranjeros.
La
mañana de 31 de diciembre decenas de camionetas comenzaron a llegar a Oventic,
procedentes de las comunidades de base de los pueblos, comunidades y parajes de
las montañas pobladas de pinos, fresnos y alcanfores. La mayoría eran jóvenes.
Iban vestidos con sus mejores ropas y zapatos; ninguno llevaba pasamontañas.
El
terreno, rodeado de altísimos árboles, ocupa varias hectáreas. Ese día, la reja
de entrada era vigilada por un grupo de indígenas con pasamontañas. Adentro hay
una clínica, una escuela, talleres de artesanías, cocina popular, la casa de la
Junta de Buen Gobierno y una explanada con canchas de basquetbol.
La
instrucción era precisa: impedir el paso a la prensa y que los invitados de la
sociedad civil accedieran a las instalaciones rebeldes hasta que se acabara de
dar el mensaje político, después de la medianoche. Y así fue.
A
las 10:30 de la noche, bajo un cielo despejado, algunos reporteros vieron el
festejo zapatista desde lejos. Fue una mujer la que inició los honores a la
bandera nacional y a la enseña zapatista. Desde la entrada se alcanzaban a ver
los contingentes de hombres y mujeres indígenas bien formados, disciplinados,
ante los símbolos patrios y del movimiento armado, apenas alumbrados por unos
focos.
Luego
del Himno Nacional vino el discurso en tzotzil de un alto mando zapatista, que
pudo ser grabado pues se escuchaba claramente en los altavoces, lo que permitió
conocer parte de su contenido.
“Que
no se les olvide que el año 1994 declaramos la guerra al gobierno y ahora lo
estamos celebrando. En esos tiempos hubo mucha muerte y sufrimiento y en 2013
se tiene una nueva etapa”, dijo el alto mando zapatista encargado de dar el
mensaje a los miles de congregados en ese centro social, educativo y de
gobierno del EZLN.
Y
continuó: “Hombres y mujeres de todos los parajes, aquí estamos juntos por la
pobreza que hemos sufrido… (Por eso) iniciamos la guerra en 1994. Ya no debe
haber más sufrimiento y más pobreza, eso ya no lo vamos a permitir en este año
de 2013.
“En
estos 19 años todos los compañeros que estamos reunidos tenemos que evitar que
el gobierno nos quiera seguir diciendo y haciendo lo que quiera. Estamos
mejorando nuestra vida… Nosotros, como personas que estamos acá, queremos paz,
justicia y dignidad. Lo que buscamos es solución en los tres niveles de
gobierno.
“Estamos
reunidos varios pueblos gracias a que viene el próximo año, tratamos de (que)
no haya más sufrimientos ni guerras. Nosotros hemos sufrido mucho y nos han
atacado. Pedimos armonía y paz para todos los que estamos reunidos, hombres,
mujeres, niños y adolescentes; comprendamos lo que estamos haciendo.”
Poco
antes de la medianoche la comisión de seguridad pidió a los reporteros
retirarse de la entrada y salir del poblado. A los invitados especiales sólo se
les permitió el acceso al terminar el largo discurso.
La
fiesta terminó alrededor de las cinco de la mañana del martes 1. Horas después,
los reporteros regresaron a ver si aún continuaban los festejos. Los vigilantes
les dijeron que ya no había nada, que todo estaba en calma. Al mediodía, el
caracol de Oventic estaba vacío.
A
unos kilómetros de ahí, por la entrada de San Andrés Larráinzar, había un grupo
de soldados apostados a un lado de una Hummer armada con metralletas en el
toldo; ellos también se habían enterado del festejo zapatista.
Luego
de permitir que les tomaran una foto antes de partir al puesto militar de San
Andrés, preguntaron: “¿Todo está tranquilo arriba?”. Al corroborar que la celebración
había sido pacífica, sonrieron y comentaron: “Aquí estamos tranquilos. En el
norte es donde está el peligro, acá hasta nos sentimos seguros”.
“Ya
se mira el horizonte”
El
martes 1, muy temprano, las comunidades de base que se concentraron en los
cinco caracoles se retiraron a sus pueblos y parajes. En Oventic, con un
desvelo en los ojos que no podían cubrir con el pasamontañas, los zapatistas
dieron la bienvenida a grupos de jóvenes mexicanos y extranjeros que pasaban a
conocer las instalaciones y los murales de la escuela, la clínica y la casa de
la Junta de Buen Gobierno. A los reporteros se les siguió negando la entrada.
Desde
Tuxtla Gutiérrez, la capital del estado, el gobernador Manuel Velasco emitió un
mensaje, en un intento por congraciarse con el EZLN. Expuso que respetaba su
territorio y anunció la liberación de dos de sus simpatizantes; incluso comentó
que los Acuerdos de San Andrés sobre la autonomía de los pueblos indígenas del
país tenían que cumplirse.
Entrevistado
al respecto, González Casanova, exrector de la UNAM, reitera que el nuevo
planteamiento del EZLN es fortalecer la organización de los pueblos como una
nueva política en la que la democracia retome su auténtico significado: el
poder del pueblo.
“Se
ha hablado del poder popular sin que en la práctica sea fácil o posible
superar. Ahora sí es posible hacer consultas, pero para hacerlas es necesaria
una organización desde las bases”, precisa.
–¿Esa
es la apuesta social del EZLN?
–Yo
no quisiera interpretar su apuesta. Lo que sí le puedo decir es que, por su
trayectoria y su mensaje, están buscando redes de poder distribuido, que antes
era imposible realizar. Están planteando por ahí una solución para un rumbo
menos peligroso, menos corrompido e injusto como el que estamos viviendo.
“Están
planteando un camino que puede ser adoptado en muchos países y que puede
detener la extrema violencia que se está usando contra las exigencias de los
pueblos y de los trabajadores. No podemos ilusionarnos de que esto se va a
acabar con esta propuesta, pero (el EZLN) sí se está proponiendo como un
movimiento que tiende hacia la solución pacífica de los problemas en todo lo
que sea posible. Se trata de fortalecer a los pueblos, organizándolos en otro
concepto de la democracia, la justicia y la libertad.”
El
autor de La democracia en México, libro de referencia para muchas generaciones,
sostiene que el nuevo llamado del EZLN abre la oportunidad para pensar y
organizar una inmensa red de colectivos en defensa del territorio de la Tierra;
de ahí su trascendencia.
González
Casanova, quien participó en los diálogos de San Andrés Larráinzar como miembro
de la Comisión Nacional de Intermediación que estuvo encabezada por el obispo
Samuel Ruiz, insiste: “Al abrirse a la diversidad en el mundo, como lo acaba de
hacer el movimiento zapatista, tenemos que plantearnos el problema de las
resistencias frente a la nueva ofensiva de este gran capital, del capital
corporativo y los complejos militares, empresariales, mediáticos y políticos”.
Gustavo
Esteva, Premio Nacional de Economía Política, expresidente de la Sociedad
Mexicana de Planificación y miembro del Consejo del Instituto de Naciones
Unidas para la Investigación del Desarrollo Social, sostiene que si algo han
dicho los zapatistas con sus últimas apariciones y comunicados es que ha
llegado la hora de la sociedad civil.
“Ellos
están haciendo y harán todo lo que les toca. Y falta ver lo que nos toca hacer
a nosotros. Para quienes estaban en el desconcierto, en la parálisis, llegó la
hora de moverse, pero también tienen que moverse los confundidos. Ellos no son
nuestros enemigos. Todavía son millones y millones de mexicanos los que creen
que a golpe de urnas pueden detener el horror y cambiar la situación.”
Esteva
asegura que los zapatistas no reaparecieron en las últimas semanas tras un
largo silencio de comunicados, sino que fueron los medios de comunicación los
que quisieron olvidarlos, al igual que los dos gobiernos federales del PAN.
Comenta
que tampoco espera que el EZLN dé a conocer una Séptima Declaración de la Selva
Lacandona como próximo paso de las iniciativas de acción que adelantó el
subcomandante Marcos en uno de los últimos comunicados.
Incluso
recomienda a los simpatizantes y adherentes de la Otra Campaña repasar la Sexta
Declaración de la Selva Lacandona, publicada en 2006, que propone impulsar a
las organizaciones y movimientos sociales de abajo y a la izquierda, así como
la estructura interna de autogobierno mediante los caracoles y las Juntas de
Buen Gobierno.
Según
Esteva, es claro que en su más reciente mensaje el EZLN no llamó a sepultar la
Sexta Declaración de la Selva Lacandona, sino más bien a ratificarla, a retomar
su postulado y a darle el significado que tiene.
“En tiempos muy oscuros, en
tiempos muy cerrados, de pronto los zapatistas nos dan la posibilidad y la
esperanza de que otro mundo y otra forma de lucha social es posible”, sostiene.
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