Masacre en Connecticut/ Arturo Garmendia
Tomado de
http://www.cineforever.com/2013/01/05/masacre-en-connecticut/
http://www.cineforever.com/2013/01/05/masacre-en-connecticut/
No, no se
trata de una nueva película de Michael Moore, quien en 2002 se convirtió en una
celebridad mundial a raíz de su documental Masacre en Columbine que
reconstruyó la masacre escolar ocurrida
en ese lugar el 20 de abril de 1999, donde murieron 12 estudiantes y una
profesora y retrató el apetito de los estadounidenses por las armas de fuego y
de paso levantó una polvareda en torno a la permisiva legislación que hay alrededor
del control de armas. Se trata de algo peor, de otra matanza de infantes en
Estados Unidos, la del 14 de diciembre de este año en Connecticut donde
perecieron 20 estudiantes y seis adultos, hecho que ha conmovido a la opinión
pública mundial.
Con aquel
filme, Moore entabló entonces una guerra mediática contra la NRA (National
Rifle Asociación of America), entidad que promueve el acceso a las armas,
actividades como la caza y la autodefensa con armas de fuego, entre otras
cosas. Los acusó de ser en parte responsables de masacres como esta debido a la
facilidad de la gente para obtener armas de cualquier calibre, y de las
políticas erróneas en materia de seguridad personal y nacional. Citó ejemplos
como el de un banco que ofrecía un rifle a cualquier persona que abriera una
cuenta.
Y es una pena
que la temática de Masacre en Columbine siga tan vigente. Pero Moore siga
alzando su voz condenar lo mismo en más de una ocasión. Así, raíz de la masacre
perpetrada por Adam Lanza en la escuela primaria de Sandy Hook el pasado
viernes 14 de diciembre, Michael Moore
ha utilizado su página web y especialmente su cuenta de Twitter para dar su
punto de vista y participar a la gente de que es hora de tomar medidas al
respecto.
Es necesario
difundir su mensaje; por eso en lo que sigue se reproducen sus acerados
comentarios respecta a esta tragedia de nuestro tiempo.
Paz en una nación armada[1]
Dice Moore:
“Estas masacres con armas de fuego no terminarán pronto. Siento decir esto,
pero muy en el fondo todos sabemos que es cierto. Eso no significa que no
debamos seguir presionando: sé que a nosotros nos gustaría que el presidente y
el Congreso promulgaran leyes más estrictas sobre armas de fuego.
“Pero, amigos,
si bien lo anterior reducirá las muertes por armas de fuego, (pregúntenle si no
al alcalde Bloomsberg de Nueva York, donde ya es prácticamente imposible
comprar una de estas y el resultado es que el número de homicidios por año se
ha reducido de 2 mil 200 a menos de 400) lo cierto es que no pondrá fin a estos
asesinatos en masa ni atacará el problema esencial que tenemos. Connecticut
tenía una de las leyes más severas sobre armas en el país, y no sirvió de nada
para prevenir la matanza de 20 niños el 14 de diciembre […]
“Los hechos tristes son estos: otros países donde abundan
las armas (como Canadá, donde hay 7 millones de armas en sus 12 millones de
hogares) tienen una tasa de homicidios más baja. Los chicos de Japón ven las mismas
películas violentas que los de aquí, y los de Australia y Gran Bretaña
practican los mismos videojuegos violentos. No obstante, el Reino Unido tuvo
este año unos 58 asesinatos por armas de fuego, con una población de 68
millones de habitantes.
“Esta es la
pregunta que debemos hacernos, mientras prohibimos y restringimos las armas:
¿quiénes somos? Trataré de contestarla:
“Somos un país
cuyos líderes oficialmente aprueban y cometen actos de violencia como medio
para lograr un fin a menudo inmoral. Invadimos países que no nos atacaron.
Ahora usamos drones en media docena de países, que con frecuencia matan
civiles.
“Puede que
esto no sea sorpresa para nosotros, siendo una nación fundada en el genocidio y
construida sobre las espaldas de esclavos. Nos causamos 600 mil muertes en
nuestra Guerra Civil. Conquistamos el Salvaje Oeste con un revólver de seis
tiros, y violamos, golpeamos y matamos a nuestras mujeres sin piedad y a un
ritmo asombroso: cada tres horas se comente el asesinato de una mujer en
Estados Unidos (la mitad de las veces por su pareja actual o su ex) y cada 15
minutos alguna mujer recibe una golpiza.
“Pertenecemos
a un grupo ilustre de naciones que aun aplican la pena de muerte (Corea del
Norte, China, Arabia Saudita, Irán). No nos causa mayor conflicto que decenas
de miles de nuestros ciudadanos perezcan cada año porque carecen de seguridad
social y por tanto no ven a un médico hasta que es demasiado tarde.
“¿Porqué
hacemos esto? Una teoría es que simplemente porque podemos. Existe un nivel de
arrogancia en el espíritu estadounidense, amistoso por lo demás, que nos
persuada de creer que poseemos algo excepcional que nos separa de todos esos
otros países (sí tenemos muchas cosas buenas, pero lo mismo puede decirse de
Bélgica, Nueva Zelandia, Francia, Alemania, etcétera). Creemos ser número uno
en todo, cuando la verdad es que nuestros estudiantes están en el lugar 17 en
ciencias y el 25 en matemáticas; y ocupamos el lugar 35 en expectativa de vida.
Creemos tener la democracia más grandiosa, pero nuestra participación en urnas
es la menor de cualquier democracia occidental.
“Somos lo más
grande y lo mejor de todo, y exigimos y tomamos lo que queremos. Y a veces
tenemos que ser unos violentos hijos de puta para obtenerlo. Pero si alguno de
nosotros no capta el mensaje y muestra la naturaleza sicótica y los brutales
resultados de la violencia en Newton, en Aurora o en el Tec de Virginia,
entonces todos nos ponemos tristes o nuestros corazones están con los
familiares y los presidentes prometen alguna medida significativa. Bueno, tal
vez en esta ocasión el presidente lo diga en serio. Será mejor que así sea. Una
enfurecida multitud de millones no va a dejar caer el tema.
“Mientras
discutimos y demandamos qué es lo que se debe hacer, me permito pedir que nos
detengamos a echar una mirada a los tres factores extenuantes que podrían
responder ala pregunta de porqué los estadounidenses tenemos más violencia que
casi nadie más.
“1. Pobreza.
Si hay algo que nos separa del mundo desarrollado, es esto: 50 millones de
nuestros compatriotas viven en pobreza. Uno de cada cinco estadounidenses tiene
hambre en algún momento del año. La mayoría de los que no son pobres viven al
día. No hay duda de que esto crea más crimen. Los empleos en la clase media
previenen el crimen y la violencia. (Si no lo creen, háganse esta pregunta: si
su vecino tiene empleo y gana 50 mil dólares al año ¿qué probabilidades hay de
que se meta en su casa, les mate de un tiro en la cabeza y se lleve el
televisor? Ninguna).
“2. Miedo /
racismo. Somos un país terriblemente miedoso, si se considera que, a diferencia
de la mayoría de las otras naciones, jamás hemos sido invadidos (No, 1812 no
fue una invasión: nosotros la empezamos). ¿Para qué diablos necesitamos 300
millones de armas en nuestros hogares? Entiendo que los rusos estén un poco
amoscados (más de 20 millones de ellos murieron en la Segunda Guerra Mundial.
Pero ¿cuál es nuestro pretexto? ¿Nos preocupa que los indios del casino nos
hagan la guerra? ¿Que los canadienses parezcan
estar amasando demasiadas tiendas de donas a ambos lado de la frontera?
No. es porque
muchas personas blancas tienen miedo de las personas negras. La gran mayoría de
las armas en los estados Unidos se venden a personas blancas que viven en
suburbios o en el campo. Cuando fantaseamos con ser asaltados o con que nuestra
casa sea invadida ¿qué imagen nos formamos del perpetrador en nuestra mente?
¿Es el chico pecoso que vive en nuestra calle o alguien que es, si no negro, al
menos pobre?
“Creo que
valdría la pena 1|) esforzarnos por erradicar la pobreza y recrear la clase
media que teníamos, y 2) dejar de promover la imagen del hombre negro como el
coco que va a hacernos daño. Cálmense, personas blancas, y desháganse d sus
armas.
3. La sociedad
del “yo”. Creo que la norma del cada quien para su santo de este país es lo que
nos ha puesto en el hoyo en que nos encontramos, y ha sido nuestra perdición.
¡Ráscate con tus uñas! ¡No eres mi problema! ¡Esto es mío!
Sin duda, ya
no cuidamos de nuestros hermanos y hermanas. ¿Está usted enfermo y no puede
costear la operación? No es mi problema. ¿El banco le embargó su casa? No es mi
problema. ¿No tiene dinero para ir a la universidad? No es mi problema.
“Y sin
embargo, tarde o temprano se convierte en nuestro problema ¿o no? Si quitamos
demasiadas redes de seguridad, todo empezamos a sentir el impacto. ¿Quieren
vivir en una sociedad así, en la cual si tendrán una razón legítima para tener
miedo? Yo no.
“No digo que
en otros lados todo sea perfecto, pero en mis viajes he notado que en otros
países civilizados ven un beneficio nacional en cuidar unos de otros. Cuidado
médico gratuito, universidades gratuitas o de bajo costo, atención a la salud
mental. Y me pregunto ¿porqué no podemos
hacer esto? Creo que es porque en muchos otros países las personas no se ven
como separadas o solas, sino juntas en la senda de la vida, en la que cada uno
existe como parte integrante de un todo. Y uno ayuda a otros cuando tienen
necesidad, no los castiga porque han tenido una desgracia o una mala racha.
Tengo que creer que una de las razones por las que los asesinatos con armas de
fuego son tan raros en otros países es porque hay menos mentalidad de lobo
solitario entre sus ciudadanos. La mayoría son educados con un sentido de
conexión, si no de abierta solidaridad. Y eso hace más difícil matarse unos a
otros.
“Bueno, pues
he ahí algo en que pensar mientras disfrutamos de las festividades. No se
olviden de darle mis saludos a su cuñado conservador. Hasta él les dirá que si
no puedes acertarle a un ciervo en tres disparos –y afirman necesitar un
cargador de 30 tiros- es que no son cazadores y no tienen nada que hacer con un
arma en la mano.
“¡Disfruten
las fiestas!
“Su amigo,
Michael Moore”.
Lo mismo digo
yo. AG
No hay comentarios.:
Publicar un comentario