13 oct 2013

La DEA, cómplice de narcotraficantes


 La DEA, cómplice de narcotraficantes/JASON MCGAHAN*
Revista Proceso No. 1928, 12 de octubre de 2013;
En aras de obtener información sobre las actividades del Cártel de Sinaloa y sus líderes, la DEA permitió a los hermanos Margarito y Pedro Flores traficar a Estados Unidos grandes cantidades de cocaína. Según documentos y testimonios judiciales, ambos –otrora socios del Chapo Guzmán y actualmente testigos en el juicio contra Vicente Zambada– lograron un acuerdo con la agencia antidrogas estadunidense, que les brindó impunidad y, en los hechos, convirtió a esa instancia gubernamental en cómplice de la actividad a la cual está obligada a combatir.
CHICAGO.- El as en la manga del gobierno de Estados Unidos en su arriesgado juicio contra Vicente Zambada Niebla ha sido siempre el testimonio de Pedro y Margarito Flores, los gemelos mexicanos que trasegaban hasta el corazón del territorio estadunidense toneladas de cocaína del Cártel de Sinaloa.
Después de todo,  la fiscalía de Estados Unidos no siempre puede presentar como evidencia la palabra de dos hermanos que estuvieron en docenas de reuniones con Zambada y su padre, El Mayo, como confiables colaboradores del cártel.
 En su primera reunión con El Mayo, Pedro y Margarito se presentaron como importadores de Estados Unidos que a través de intermediarios ya habían vendido para el capo alrededor de 20 toneladas de cocaína. Muy pronto ese capo empezó a referirse a los gemelos como “mi gente”, una designación interpretada por Pedro ante sus socios en Estados Unidos como “clientes preferentes” que pagaban por los embarques de cocaína el mismo precio bajo que los más importantes miembros del cártel.
 De hecho los hermanos Flores aprovecharon su cercanía con los principales líderes del Cártel de Sinaloa para grabar conversaciones sobre cargamentos de cocaína y heroína, así como la compra de armamento militar. Tales grabaciones formarían parte de las evidencias contra Zambada Niebla.
 El equipo de abogados que representa a Zambada en Chicago lleva cerca de dos años solicitando al gobierno de Estados Unidos que revele los términos del acuerdo con los gemelos por su valiosa colaboración con la Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
 Uno de los abogados, Alvin Michaelson, llegó al grado de acusar al gobierno estadunidense de retener deliberadamente información sobre el trato que se hizo con los hermanos. La fiscalía, le dijo Michaelson al juez Rubén Castillo, ni siquiera quiere reconocer que hubo un trato de tal naturaleza con los gemelos. “Ellos sólo han estado cooperando amablemente durante los últimos tres años con el gobierno sin motivo alguno”, dijo Michaelson en un tono impasible.
 Después de la revisión de miles de actas federales, informes policiacos y testimonios ante la Corte relacionados con las operaciones de cocaína de los Flores en Chicago, salió a la luz que los gemelos habían traficado entre seis y ocho toneladas de la droga durante los cuatro meses en que reunieron evidencias para una investigación de la DEA sobre los principales líderes del Cártel de Sinaloa. A lo largo de ese mismo periodo, entre agosto y noviembre de 2008, los hermanos también introdujeron embarques de “muchos kilogramos” de heroína a Estados Unidos.
 Pedro Flores también entregó a la DEA las grabaciones de las transacciones que hizo por teléfono con mayoristas de cocaína en el área de Chicago. La DEA, a su vez, utilizó estas grabaciones para armar casos incontrovertibles contra los clientes que aparecían en las cintas negociando cargas y precios de grandes embarques de cocaína.
Contactos secretos
Los gemelos Flores y la DEA establecieron su primer contacto por teléfono en abril de 2008. El agente especial Matthew McCarthy, de la oficina de Milwaukee, habló con ellos por lo menos 10 veces las siguientes semanas. En su testimonio, McCarthy dijo que parte del “proceso de tanteo” a los gemelos era negociar su retorno a Estados Unidos, donde enfrentaban desde 2005 una acusación federal en el estado de Wisconsin.
Durante un nuevo interrogatorio se le preguntó a McCarthy si los gemelos eran tan importantes para la DEA como para permitirles continuar importando drogas a Estados Unidos. “No estaban bajo nuestro control”, dijo. “No podíamos detenerlos”.
McCarthy se reunió personalmente con los gemelos en Guadalajara el 6 de agosto de 2008 y otra vez el 6 de noviembre del mismo año. “Las conversaciones consistían esencialmente en que ellos… bueno, nos explicaban lo valiosos que podían ser para nosotros, y nosotros les explicábamos por qué era importante que se entregaran”.
Interrogado sobre si pensaba que los gemelos continuaban transfiriendo droga a Estados Unidos de agosto a noviembre, cuando empezaron a proporcionar directamente información a la DEA, McCarthy contestó: “Sospecho que sí”.
Otro testigo de la DEA, el agente especial Eric Durante, de la oficina de Chicago, hablaba regularmente por teléfono con Pedro Flores y lo conoció en persona durante la citada reunión del 6 de noviembre. “Sabía que estaban proporcionando información”, testificó Durante, “pero no sabía aparte de eso qué más hacían”.
Jorge Llamas, un distribuidor de los gemelos, conocía más de cerca su actividad que los agentes de la DEA. Él mismo, calculó Llamas, entregó nueve toneladas de cocaína para los Flores en Chicago de 2001 a 2008. Más adelante testificó contra varios de los mayoristas a quienes antes abastecía. En el juicio contra uno de estos clientes, Ron Collins, Llamas confirmó que sus jefes, los Flores, continuaron traficando durante el tiempo en el cual ­colaboraron con la DEA.
El siguiente es un extracto de la transcripción de la Corte en el caso Estados Unidos vs. Ron Collins. Llamas fue interrogado el 2 de junio de 2011 por Frank Rubino, abogado de Collins.
“P.- Déjeme preguntarle esto: ¿cuántas veces recogió o entregó drogas para los hermanos Flores de abril a  
“R.- ¿De abril a diciembre de 2008?
 “P.- Sí.
 “R.- Ohh, no me acuerdo.
 “P.- ¿Muchas veces?
 “R.- No tantas, porque como ya dije, no estaba a diario (en el negocio). Así que no era tanto como antes de 2004.
 “P.- Pero éste (el negocio) seguía con fuerza de abril a diciembre de 2008, ¿verdad?
 “R.- Sí.”
 Cooperando con el enemigo
 Rubino, quien tiene un despacho legal en Miami, apenas se enteró de que los gemelos eran parte de la investigación contra Vicente Zambada durante una entrevista con el reportero, después de que su cliente (Collins) había sido sentenciado a 30 años en una prisión federal con base en los registros telefónicos proporcionados a la DEA por Pedro Flores.
 Durante el juicio a Rubino sólo se le dijo que se estaba utilizando el testimonio de dos de los mayores importadores de cocaína a gran escala en la historia de Estados Unidos para acusar a su cliente, un mayorista mucho menor en la cadena de distribución.
 Los informes de la DEA que leyó indicaban que los gemelos realizaban operaciones para introducir a Estados Unidos 2 mil kilos de cocaína al mes; su cliente, en contraste, era juzgado por la compra de 20 kilos, sobre la base de grabaciones teléfónicas hechas por los gemelos. “Era algo así como dejar libres a los tiburones para poder atrapar algunos pececillos dorados”, dijo Rubino.
 En una tensa sesión paralela celebrada en una Corte abierta el 2 de junio de 2011, Rubino exigió saber por qué la DEA había hecho un acuerdo con los gemelos Flores para procesar a sus propios compradores, incluyendo a su cliente.
 La fiscal adjunta, Halley Guren, consideró que la pregunta de Rubino era irrelevante; pero la juez Virginia Kendall, quien evidentemente también desconocía la investigación sobre Zambada, se puso inicialmente del lado de Rubino.
 “Lo veo, pero no es cierto, porque lo relevante es que la DEA esté trabajando y cooperando con narcotraficantes; permitiéndoles seguir libres y continuar con su comercio ilegal mientras trabajan para arrestar a otros; esto muestra que, por alguna razón, están actuando tendenciosamente en contra del señor Collins en comparación con otros; que están escogiendo arbitrariamente a qué traficantes procesar y, realmente, es un material impugnable”, sostuvo la juez.
 Rubino comentó con el reportero su sospecha de que los gemelos Flores estaban importando cocaína a Estados Unidos a fin de que la DEA pudiera armar sus casos contra mayoristas, como su cliente: “Es como si les dejaran enviar las drogas hacia acá para poder detener a la gente cuando ya tiene las drogas aquí. Si hubieran frenado a los hermanos Flores, no habría crimen y entonces no habría a quién arrestar. Es casi como si crearan el crimen para poder resolverlo”.
 Después del sermón de la juez Kendall, Guren tenía una difícil decisión que tomar: podía quedarse callada y ver cómo sus testigos de la DEA eran sometidos en una Corte a preguntas difíciles sobre la naturaleza de la cooperación que realizaban los gemelos o dar a conocer un cuadro más amplio.
 Optó por lo segundo. Los gemelos no sólo llevaron a la DEA a una expedición de pesca contra gente como Ron Collins. “Ellos estaban cooperando y proporcionando información sobre sus proveedores y sus distribuidores. Todavía son parte activa en ello, en el sentido de que hay una investigación mucho más amplia de la DEA, con ayuda de los hermanos Flores, sobre todo tipo de abastecedores y clientes”.
 Ese fue el primer indicio por parte del gobierno de que los gemelos eran parte de la investigación sobre Zambada.
 Al revelar que el caso Collins era sólo parte de una investigación mucho más amplia sobre proveedores de droga de México, Guren fue capaz de darle vuelta a la opinión de la juez Kendall en favor de continuar el proceso judicial. Pero para lograrlo debió admitir que los cargamentos de drogas llevados a Estados Unidos por los gemelos formaban parte de su cooperación con la DEA.
 Guren dijo: “Ellos continúan con su negocio como parte de este esfuerzo, viendo cómo colaborar con la DEA y reuniendo evidencia para esta investigación más amplia que ha desembocado en el procesamiento judicial de los miembros del equipo que realizan la distribución y sus clientes”. Continuar con su negocio en esa instancia significaba importar a Chicago unas dos toneladas de cocaína al mes.
 En sus 38 años de litigar casos federales relacionados con las drogas, dijo Rubino al reportero, con una larga lista de clientes que incluye al general panameño Manuel Antonio Noriega, nunca había visto un caso en el cual los informantes de la DEA recibieran un trato tan preferencial. “El gobierno les dejó las manos libres. Les permitió exportar de México e importar a Estados Unidos toda la droga que quisieran, a cambio de información sobre pequeños traficantes callejeros”, expresó Rubino.
 Sólo que la docena de mayoristas de cocaína en Chicago no fue lo único que los gemelos le entregaron a la DEA. Aunque en ese momento no era del dominio público, Margarito Flores también le estaba proporcionando a la agencia antidrogas información sobre miembros de alto perfil del Cártel de Sinaloa, incluyendo a Vicente Zambada. (Traducción: Lucía Luna)
*Periodista independiente especializado en temas de narcotráfico.

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