La
DEA, cómplice de narcotraficantes/JASON
MCGAHAN*
Revista
Proceso
No. 1928, 12 de octubre de 2013;
En
aras de obtener información sobre las actividades del Cártel de Sinaloa y sus
líderes, la DEA permitió a los hermanos Margarito y Pedro Flores traficar a
Estados Unidos grandes cantidades de cocaína. Según documentos y testimonios
judiciales, ambos –otrora socios del Chapo Guzmán y actualmente testigos en el
juicio contra Vicente Zambada– lograron un acuerdo con la agencia antidrogas
estadunidense, que les brindó impunidad y, en los hechos, convirtió a esa
instancia gubernamental en cómplice de la actividad a la cual está obligada a
combatir.
CHICAGO.-
El as en la manga del gobierno de Estados Unidos en su arriesgado juicio contra
Vicente Zambada Niebla ha sido siempre el testimonio de Pedro y Margarito
Flores, los gemelos mexicanos que trasegaban hasta el corazón del territorio
estadunidense toneladas de cocaína del Cártel de Sinaloa.
Después
de todo, la fiscalía de Estados Unidos
no siempre puede presentar como evidencia la palabra de dos hermanos que
estuvieron en docenas de reuniones con Zambada y su padre, El Mayo, como
confiables colaboradores del cártel.
De
hecho los hermanos Flores aprovecharon su cercanía con los principales líderes
del Cártel de Sinaloa para grabar conversaciones sobre cargamentos de cocaína y
heroína, así como la compra de armamento militar. Tales grabaciones formarían
parte de las evidencias contra Zambada Niebla.
El
equipo de abogados que representa a Zambada en Chicago lleva cerca de dos años
solicitando al gobierno de Estados Unidos que revele los términos del acuerdo
con los gemelos por su valiosa colaboración con la Administración Antidrogas de
Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
Uno
de los abogados, Alvin Michaelson, llegó al grado de acusar al gobierno
estadunidense de retener deliberadamente información sobre el trato que se hizo
con los hermanos. La fiscalía, le dijo Michaelson al juez Rubén Castillo, ni
siquiera quiere reconocer que hubo un trato de tal naturaleza con los gemelos.
“Ellos sólo han estado cooperando amablemente durante los últimos tres años con
el gobierno sin motivo alguno”, dijo Michaelson en un tono impasible.
Después
de la revisión de miles de actas federales, informes policiacos y testimonios
ante la Corte relacionados con las operaciones de cocaína de los Flores en
Chicago, salió a la luz que los gemelos habían traficado entre seis y ocho
toneladas de la droga durante los cuatro meses en que reunieron evidencias para
una investigación de la DEA sobre los principales líderes del Cártel de
Sinaloa. A lo largo de ese mismo periodo, entre agosto y noviembre de 2008, los
hermanos también introdujeron embarques de “muchos kilogramos” de heroína a
Estados Unidos.
Pedro
Flores también entregó a la DEA las grabaciones de las transacciones que hizo
por teléfono con mayoristas de cocaína en el área de Chicago. La DEA, a su vez,
utilizó estas grabaciones para armar casos incontrovertibles contra los
clientes que aparecían en las cintas negociando cargas y precios de grandes
embarques de cocaína.
Contactos
secretos
Los
gemelos Flores y la DEA establecieron su primer contacto por teléfono en abril
de 2008. El agente especial Matthew McCarthy, de la oficina de Milwaukee, habló
con ellos por lo menos 10 veces las siguientes semanas. En su testimonio,
McCarthy dijo que parte del “proceso de tanteo” a los gemelos era negociar su
retorno a Estados Unidos, donde enfrentaban desde 2005 una acusación federal en
el estado de Wisconsin.
Durante
un nuevo interrogatorio se le preguntó a McCarthy si los gemelos eran tan
importantes para la DEA como para permitirles continuar importando drogas a
Estados Unidos. “No estaban bajo nuestro control”, dijo. “No podíamos
detenerlos”.
McCarthy
se reunió personalmente con los gemelos en Guadalajara el 6 de agosto de 2008 y
otra vez el 6 de noviembre del mismo año. “Las conversaciones consistían
esencialmente en que ellos… bueno, nos explicaban lo valiosos que podían ser
para nosotros, y nosotros les explicábamos por qué era importante que se
entregaran”.
Interrogado
sobre si pensaba que los gemelos continuaban transfiriendo droga a Estados
Unidos de agosto a noviembre, cuando empezaron a proporcionar directamente
información a la DEA, McCarthy contestó: “Sospecho que sí”.
Otro
testigo de la DEA, el agente especial Eric Durante, de la oficina de Chicago,
hablaba regularmente por teléfono con Pedro Flores y lo conoció en persona
durante la citada reunión del 6 de noviembre. “Sabía que estaban proporcionando
información”, testificó Durante, “pero no sabía aparte de eso qué más hacían”.
Jorge
Llamas, un distribuidor de los gemelos, conocía más de cerca su actividad que
los agentes de la DEA. Él mismo, calculó Llamas, entregó nueve toneladas de
cocaína para los Flores en Chicago de 2001 a 2008. Más adelante testificó
contra varios de los mayoristas a quienes antes abastecía. En el juicio contra
uno de estos clientes, Ron Collins, Llamas confirmó que sus jefes, los Flores,
continuaron traficando durante el tiempo en el cual colaboraron con la DEA.
El
siguiente es un extracto de la transcripción de la Corte en el caso Estados
Unidos vs. Ron Collins. Llamas fue interrogado el 2 de junio de 2011 por Frank
Rubino, abogado de Collins.
“P.-
Déjeme preguntarle esto: ¿cuántas veces recogió o entregó drogas para los
hermanos Flores de abril a
“R.-
¿De abril a diciembre de 2008?
“P.-
Sí.
“R.-
Ohh, no me acuerdo.
“P.-
¿Muchas veces?
“R.-
No tantas, porque como ya dije, no estaba a diario (en el negocio). Así que no
era tanto como antes de 2004.
“P.-
Pero éste (el negocio) seguía con fuerza de abril a diciembre de 2008, ¿verdad?
“R.-
Sí.”
Cooperando
con el enemigo
Rubino,
quien tiene un despacho legal en Miami, apenas se enteró de que los gemelos
eran parte de la investigación contra Vicente Zambada durante una entrevista
con el reportero, después de que su cliente (Collins) había sido sentenciado a
30 años en una prisión federal con base en los registros telefónicos
proporcionados a la DEA por Pedro Flores.
Durante
el juicio a Rubino sólo se le dijo que se estaba utilizando el testimonio de
dos de los mayores importadores de cocaína a gran escala en la historia de
Estados Unidos para acusar a su cliente, un mayorista mucho menor en la cadena
de distribución.
Los
informes de la DEA que leyó indicaban que los gemelos realizaban operaciones
para introducir a Estados Unidos 2 mil kilos de cocaína al mes; su cliente, en
contraste, era juzgado por la compra de 20 kilos, sobre la base de grabaciones
teléfónicas hechas por los gemelos. “Era algo así como dejar libres a los
tiburones para poder atrapar algunos pececillos dorados”, dijo Rubino.
En
una tensa sesión paralela celebrada en una Corte abierta el 2 de junio de 2011,
Rubino exigió saber por qué la DEA había hecho un acuerdo con los gemelos
Flores para procesar a sus propios compradores, incluyendo a su cliente.
La
fiscal adjunta, Halley Guren, consideró que la pregunta de Rubino era
irrelevante; pero la juez Virginia Kendall, quien evidentemente también
desconocía la investigación sobre Zambada, se puso inicialmente del lado de
Rubino.
“Lo
veo, pero no es cierto, porque lo relevante es que la DEA esté trabajando y
cooperando con narcotraficantes; permitiéndoles seguir libres y continuar con
su comercio ilegal mientras trabajan para arrestar a otros; esto muestra que,
por alguna razón, están actuando tendenciosamente en contra del señor Collins
en comparación con otros; que están escogiendo arbitrariamente a qué
traficantes procesar y, realmente, es un material impugnable”, sostuvo la juez.
Rubino
comentó con el reportero su sospecha de que los gemelos Flores estaban
importando cocaína a Estados Unidos a fin de que la DEA pudiera armar sus casos
contra mayoristas, como su cliente: “Es como si les dejaran enviar las drogas
hacia acá para poder detener a la gente cuando ya tiene las drogas aquí. Si
hubieran frenado a los hermanos Flores, no habría crimen y entonces no habría a
quién arrestar. Es casi como si crearan el crimen para poder resolverlo”.
Después
del sermón de la juez Kendall, Guren tenía una difícil decisión que tomar:
podía quedarse callada y ver cómo sus testigos de la DEA eran sometidos en una
Corte a preguntas difíciles sobre la naturaleza de la cooperación que
realizaban los gemelos o dar a conocer un cuadro más amplio.
Optó
por lo segundo. Los gemelos no sólo llevaron a la DEA a una expedición de pesca
contra gente como Ron Collins. “Ellos estaban cooperando y proporcionando
información sobre sus proveedores y sus distribuidores. Todavía son parte
activa en ello, en el sentido de que hay una investigación mucho más amplia de
la DEA, con ayuda de los hermanos Flores, sobre todo tipo de abastecedores y
clientes”.
Ese
fue el primer indicio por parte del gobierno de que los gemelos eran parte de
la investigación sobre Zambada.
Al
revelar que el caso Collins era sólo parte de una investigación mucho más
amplia sobre proveedores de droga de México, Guren fue capaz de darle vuelta a
la opinión de la juez Kendall en favor de continuar el proceso judicial. Pero
para lograrlo debió admitir que los cargamentos de drogas llevados a Estados
Unidos por los gemelos formaban parte de su cooperación con la DEA.
Guren
dijo: “Ellos continúan con su negocio como parte de este esfuerzo, viendo cómo
colaborar con la DEA y reuniendo evidencia para esta investigación más amplia
que ha desembocado en el procesamiento judicial de los miembros del equipo que
realizan la distribución y sus clientes”. Continuar con su negocio en esa
instancia significaba importar a Chicago unas dos toneladas de cocaína al mes.
En
sus 38 años de litigar casos federales relacionados con las drogas, dijo Rubino
al reportero, con una larga lista de clientes que incluye al general panameño
Manuel Antonio Noriega, nunca había visto un caso en el cual los informantes de
la DEA recibieran un trato tan preferencial. “El gobierno les dejó las manos
libres. Les permitió exportar de México e importar a Estados Unidos toda la
droga que quisieran, a cambio de información sobre pequeños traficantes
callejeros”, expresó Rubino.
Sólo
que la docena de mayoristas de cocaína en Chicago no fue lo único que los
gemelos le entregaron a la DEA. Aunque en ese momento no era del dominio
público, Margarito Flores también le estaba proporcionando a la agencia
antidrogas información sobre miembros de alto perfil del Cártel de Sinaloa,
incluyendo a Vicente Zambada. (Traducción: Lucía Luna)
*Periodista
independiente especializado en temas de narcotráfico.
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