En
torno a El monarca del subsuelo/
LA
REDACCIÓN
Revista
Proceso
# 1958, 10 de mayo de 2014
PALABRA
DE LECTOR
De
la Secretaría de Hacienda
Señor
director:
La
nota El monarca del subsuelo, publicada en Proceso 1957, menciona que, a raíz
de la propuesta de Reforma Energética, la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público tendrá mayor influencia sobre el sector de hidrocarburos de la que
tiene actualmente, y plantea que mucha de ella será discrecional. La
descripción es incorrecta y denota una lectura parcial de la iniciativa, ya que
la reforma propone cambios que darán mayor autonomía a Pemex, establecerán un
esquema integral de pesos y contrapesos en todas las decisiones en el sector, y
asegurarán un mejor manejo de los recursos provenientes de la renta petrolera,
la cual seguirá siendo del Estado mexicano en todo momento.
Con
respecto a Pemex, la reforma establece que el secretario de Energía será quien
presida su Consejo de Administración (artículo 14 en la iniciativa de la nueva
Ley de Pemex). Si bien la Secretaría de Hacienda participa en el Consejo, ello
es como un consejero más, lo cual implica una disminución con respecto a los
dos representantes que hoy tiene la SHCP en el Consejo. Se establece también
que Pemex tendrá autonomía presupuestaria sólo sujeta a un techo de
endeudamiento (balance financiero) y de gasto en servicios personales. Siempre
y cuando Pemex respete esos techos globales de endeudamiento y de gasto, los
cuales serán aprobados por el H. Congreso de la Unión, Pemex podrá realizar todos
los ajustes que considere necesarios en cuanto a cómo asigna recursos a sus
distintos proyectos (artículos 98 y 100 de la iniciativa de reforma a la Ley
Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria). Hoy en día, Pemex
requiere de autorización de Hacienda para hacer esos ajustes. Finalmente, Pemex
tendrá libertad para escoger la forma en que desea obtener financiamiento, sólo
sujeto a que al inicio de cada año se coordine, en igualdad de condiciones, con
Hacienda para que haya una planeación sobre esas operaciones financieras con el
objeto de que no se generen condiciones desordenadas en los mercados
financieros (artículo 22 de la iniciativa de reforma a la Ley General de Deuda
Pública). Hoy en día, Hacienda tiene poder de veto sobre todas las operaciones
financieras de Pemex. Junto con esa mayor autonomía de Pemex viene una mayor
responsabilidad, por lo que la empresa deberá ser más transparente y estar
sujeta a auditorías realizadas por terceros. Por tanto, es claro que la
Secretaría de Hacienda tendrá sólo una injerencia mínima en Pemex, en contraste
con la observada en la actualidad.
Con
respecto a las asignaciones y los contratos, es necesario que la Secretaría de
Hacienda esté involucrada para asegurar que la renta petrolera siga siendo del
Estado en beneficio de todos los mexicanos. Sin embargo, la reforma establece
un sistema donde diversas instituciones están involucradas para asegurar la
presencia de contrapesos, evitar problemas de corrupción y establecer
mecanismos de transparencia y rendición de cuentas. La Secretaría de Energía y
la Comisión Nacional de Hidrocarburos son las que deciden qué campos se le
asignan a Pemex y qué contratos se van a licitar. También son las que
establecen las condiciones técnicas de los contratos, como requerimientos de
inversión y de contenido nacional. En cuanto a las condiciones fiscales de los
contratos, la Secretaría de Hacienda establecerá algunas de ellas de antemano
en los contratos, pero otras serán resultado de la licitación misma de los
contratos. Esas licitaciones de contratos se llevarán a cabo por la Comisión
Nacional de Hidrocarburos, no por Hacienda; serán resultado de una competencia
entre diversos participantes, no será una asignación directa y discrecional;
habrá sólo una variable de asignación: quien ofrezca más recursos al Estado
mexicano, asegurando que con ello seguiremos recibiendo toda la renta
petrolera; y todo el proceso de licitaciones será público y se darán a conocer
todos los contratos y todos los ingresos y gastos asociados a los mismos
(diversos artículos en el Capítulo II de la iniciativa de nueva Ley
Reglamentaria en materia de Hidrocarburos). De nuevo, la reforma quita
discrecionalidad a Hacienda y garantiza procesos más transparentes y la
intervención de otras instituciones.
Respecto
al uso de los recursos provenientes de la renta petrolera, hoy en día todos los
derechos petroleros pasan por la Secretaría de Hacienda. Con la reforma, los
ingresos asociados a las asignaciones y los contratos se canalizarán a través
del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo, el cual
será manejado por el Banco de México –no por la Tesorería de la Federación
(artículo 3 de la iniciativa de nueva Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos). Las
decisiones sobre el uso de los recursos del Fondo se llevarán a cabo por un
comité técnico constituido por dos representantes del gobierno federal –los
secretarios de Hacienda y de Energía–, una institución autónoma del gobierno
federal –el Banco de México–, y cuatro miembros independientes que deberán ser
aprobados por el Senado de la República (artículo 6 de la iniciativa de nueva
Ley del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo). Es
claro que el gobierno federal no tiene mayoría en ese comité técnico, menos aún
Hacienda. En todo momento, el Fondo deberá informar con total transparencia
cuántos recursos se transfirieron al gobierno federal para su uso como parte de
la Ley de Ingresos de la Federación y del Presupuesto de Egresos de la
Federación aprobados por el Congreso, y cuánto se está invirtiendo en otros
activos como parte de una cuenta de ahorro de largo plazo (capítulo IV de la
iniciativa de la nueva Ley del Fondo Mexicano del Petróleo). El objetivo de la
única reserva de información que podrá establecer el Fondo es en cuanto a sus
futuras inversiones para evitar que haya quien especule con los activos
financieros en que éste vaya a invertir, pero una vez realizadas las
inversiones correspondientes se informará todo el detalle de las operaciones.
Asimismo, el Congreso de la Unión tendrá la última palabra en cuanto al uso de
los recursos que se destinen al presupuesto (artículo 95 de la Ley Federal de
Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria), y en ningún momento se propone que a
través del Fondo se vayan a colocar acciones de Pemex. La creación de este
Fondo y su funcionamiento es consistente con las mejores prácticas
internacionales, como lo observado en Chile con su fondo de cobre o en Noruega
con su fondo petrolero.
Es
claro entonces que la reforma planteada propone todo lo contrario a dar mayor
discrecionalidad y control a la Secretaría de Hacienda. Lo que se está buscando
es una mayor libertad para Pemex y un mejor manejo de la renta petrolera,
privilegiando en todo momento la intervención de diversas instituciones en
todos los procesos al mismo tiempo que se privilegia la transparencia y
rendición de cuentas.
Para
brindar a sus lectores información correcta y veraz, agradezco la publicación
de estos comentarios.
Atentamente
Pola
Strauss Seidler
Titular
de la Unidad de Comunicación Social
y
Vocera de la SHCP
Respuesta
de la reportera
Señor
director.
Permítame
aclarar a nuestros lectores que fueron dos especialistas en derecho, el
consejero independiente de Pemex Fluvio Ruiz y la diputada federal Loretta
Ortiz Ahlf, quienes, en entrevista con la reportera, hicieron un análisis
exhaustivo y puntual de la legislación secundaria propuesta por Peña Nieto para
el sector energético.
Sin
entrar en el detalle de los aspectos técnicos descritos en el reportaje,
remito, por ejemplo, a la página 15, donde Fluvio Ruiz advierte: “Hacienda no
saca las manos de Pemex. En la práctica –y ahora por ley– los consejos los
controla Hacienda, y en los contratos, que son la parte central de esta
reforma, Hacienda se vuelve el gran controlador. Esta reforma convierte al
titular de Hacienda en el todopoderoso”.
Y
es que, de acuerdo con el artículo 36 de la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos
(LIH), el secretario de Hacienda estaría a cargo del contenido de un contrato,
los costos, gastos e inversión, así como del pago de dividendos al Estado y a
las empresas.
A
su vez, la legisladora Loretta Ortiz Ahlf plantea que el fondo petrolero sería
manejado por un comité técnico presidido por su presidente, Luis Videgaray, y que
tendría las facultades de proponer a la Cámara de Diputados cuánto hay que
asignar al fondo del sistema de pensión universal, cuánto para financiar
proyectos de inversión en ciencia, tecnología e innovación, energías
renovables, y cuánto para infraestructura. Esta ley secundaria, destaca la
legisladora, invade facultades de la Cámara de Diputados, de modo que, si se
aprueba, podría ser sujeta a “una controversia constitucional”.
Por
último, es preciso aclarar que, aun cuando la vocera de Hacienda dice en su
carta que “en ningún momento se propone que a través del fondo se vayan a
colocar acciones de Pemex”, el reportaje no señala tal cosa.
Atentamente
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