Muere
el poeta Gerardo Deniz a los 80 años de edad
“Terrestre la noche abierta en tantos lagos redondos
(comparten sin saberlo las cosas del cielo)
y ahora también, de pronto,
en esa flor de las afueras,
esa flor hecha casi de aire,
aroma sólo y que tal vez no existe…“!Gerardo Deniz, In Memóriam.
Excelsior….,21/12/2014
Nota de Luis Carlos Sánchez/
El
poeta y traductor nacido en Madrid en 1934 falleció ayer en el DF. Este año
recibió la Medalla Bellas Artes; acababa de cumplir 80 años
CIUDAD
DE MÉXICO, 21 de diciembre.- “Lo inatrapable, lo exuberante, lo escandaloso, lo
fuera de todo límite: lo exiliado en una palabra: ese es el tono poético de
Gerardo Deniz”, dice Angelina Muñiz-Huberman sobre el poeta, en su libro El
canto del peregrino, que dedicó a las voces del exilio. “Llegué a México el 24
de mayo de 1942 y desde entonces sólo he pasado, en total, unos 40 días fuera
de esta ciudad”, escribió por su parte el propio autor.
Gerardo
Deniz, seudónimo de Juan Almela, había nacido en Madrid el 14 de agosto de
1934. Ayer falleció en la Ciudad de México a los 80 años, víctima de la
neumonía. El escritor y periodista Fernando Fernández dio a conocer la noticia
a través de las redes sociales: “Queridos amigos: les comunico con verdadera
tristeza el fallecimiento, hace una hora, de Juan Almela, el poeta Gerardo
Deniz”, escribió en Twitter.
Publicado
Esta
es sólo una parte de la obra literaria que legó Gerardo Deniz
Adrede
(Joaquín Mortiz, Las Dos orillas, 1970, y Conaculta, Lecturas Mexicanas, cuarta
serie, 1998).
Gatuperio
(FCE, Letras Mexicanas, 1978, y Conaculta; Lecturas Mexicanas, 1988)
Enroque
(FCE, Letras Mexicanas, 1986)
Picos
pardos (Vuelta, 1987, y Vuelta, La Imaginación, 1992)
Grosso
modo (FCE, Letras Mexicanas, 1988)
Mundonuevos
(El Tucán de Virginia, Vita Nuova, 1991)
Amor
y oxidente (Vuelta, La Imaginación, 1991)
Op.
cit. (UAM, Margen de Poesía, 1992)
Ton
y son (Conaculta, 1996)
Letritus
(Taller Ditoria, 1996)
Cubiertos
de una piel (Taller Ditoria, 2002)
Semifusas
(Taller Ditoria, 2004)
Cuatronarices
(Ediciones Sin Nombre, 2005)
Erdera
(FCE, 2005)
LITERATO
Y TRADUCTOR DE PRIMERÍSIMA LÍNEA
La
muerte de Gerardo Deniz es dolorosa, porque se trata de una persona admirable,
aseguró el narrador y ensayista Jorge F. Hernández. “Pero sobre todo, Deniz fue
un poeta de primerísima línea y un gran traductor. A él hay que agradecer la
cantidad de poemas que tradujo para personas que no dominan otros idiomas; fue
un hombre auténtico de las letras”, dijo vía telefónica.
Y
como bien dijo Ricardo Cayuela, fue un poeta que odiaba el sicoanálisis, el
marxismo y el tedio. “Sobre todo quiero celebrar sus cuentos reunidos bajo el
título de Alebrijes, que publicó en los años 90.
También
destacó sus poemas cargados de sarcasmo y de lo instantáneo. “Lo leí como he
leído a los poetas que más admiro, no de cabo a rabo, sino a salto de mata, es
decir, brincando de poema en poema. Siempre estaba atento a sus publicaciones.
Ahora quizá se reúnan sus libros en una nueva edición, para tener el conjunto”.
Giro
impredecible
Por
su parte, el narrador y ensayista Luigi Amara destacó la forma libre de sus
versos: “La importancia de Deniz fue que tomó un camino muy libre, riguroso y
desparpajado al que le supo dar un giro humorístico e impredecible dentro de la
poesía mexicana”.
Además,
dijo que el hecho de que sea tan leído por los poetas jóvenes habla de que ese
giro se convirtió en parte de la ruptura necesaria dentro de la tradición
solemne y lírica mexicana.
“De
su obra me gustó mucho Mansalva, Adrede y Visitas guiadas, este último un libro
francamente impensable en prácticamente cualquier poeta que hace una suerte de
recorrido crítico y explicativo de su poesía”.
Y
aunque ese ejercicio de glosar y comentar un poema ya existente para revelar
sus claves en prosa resultaría aberrante, en su caso resultó un libro
francamente admirable, dijo, lo cual habla de la complejidad de su obra.
Por último, el también poeta Antonio Deltoro
aseguró: “Para mí es un poeta único e irremplazable, que no sólo no se parecía
a algún poeta mexicano, sino tampoco a algún español. Sí, él era un poeta
difícil, con sentido del humor y una gran cultura pero muy propia y extraña.
En
suma, su poesía era una mezcla muy difícil de lingüística, química y melomanía,
y aunque reconoce que convivió poco con él en la casa del también vate Eduardo
Lizalde, influyó en toda una época de poetas y uno de los más cercanos es David
Huerta, concluyó.
—Juan Carlos Talavera
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