- Y mientras eso ocurría en territorio michoacano, el comisionado del gobierno federal, Alfredo Castillo, se encontraba en la Ciudad de México. Estaba comiendo en un restaurante de Polanco y luego hizo compras en una relojería de lujo de esa zona, según afirmaron los senadores panistas Luisa María Calderón y Javier Lozano.
Revista
Proceso
No. 1990, 20 de diciembre de 2014
El
“virrey” Castillo fracasó y se “corrompió”/JOSÉ
GIL OLMOS
En
Michoacán, los acontecimientos violentos de las últimas semanas, así como
varios michoacanos entrevistados por Proceso, indican que el “virrey” Alfredo
Castillo fracasó rotundamente en su encomienda “pacificadora”. Hay quienes
afirman que, lejos de apaciguar la entidad, el comisionado del gobierno federal
pactó con uno de los grupos delincuenciales más poderosos en la región de
Tierra Caliente –Los Viagras–, lo que multiplicó los problemas. El padre
Gregorio Goyo López, vicario de la catedral de Apatzingán, va más lejos en los
señalamientos: afirma que, según versiones locales, Castillo recibió 7 millones
de dólares para que dejara delinquir a Los Viagras, sus consentidos que están
ahora fuera de control.
El
martes 16 por la tarde, durante dos horas, dos grupos provistos con armas de
alto poder se disputaron a balazos el control de La Ruana, en Tierra Caliente,
Michoacán, una localidad clave en la producción de drogas sintéticas y paso
obligado de cargamentos de cocaína, mariguana y goma de opio hacia Estados
Unidos, de acuerdo con documentos oficiales.
Ese
día, los seguidores de Hipólito Mora y de Luis Antonio Torres, El Americano,
intercambiaron disparos de metralletas calibre 50, rifles de asalto y pistolas
de alto calibre, y se lanzaron granadas de fragmentación. El saldo: 11 muertos.
Y
mientras eso ocurría en territorio michoacano, el comisionado del gobierno
federal, Alfredo Castillo, se encontraba en la Ciudad de México. Estaba
comiendo en un restaurante de Polanco y luego hizo compras en una relojería de
lujo de esa zona, según afirmaron los senadores panistas Luisa María Calderón y
Javier Lozano.
Cuando
se enteró de la refriega, Castillo sólo atinó a decir que se debía a
diferencias personales entre Mora y El Americano. Sin embargo, pobladores de La
Ruana, municipio de Buenavista Tomatlán, sostienen que en el fondo se trata de
una pelea por el dominio de esta zona importante en la producción de drogas
sintéticas, y paso estratégico para el trasiego de otros enervantes.
Al
principio, dicen a condición de que se omitan sus nombres, la región estuvo
controlada por Jesús El Chango Méndez, fundador de La Familia Michoacana y
oriundo de ese municipio.
Los
habitantes de la comunidad de Felipe Carrillo Puerto –conocida como La Ruana en
honor a una yegua blanca con manchas de gris y bayo– comentan al reportero que
tanto La Familia Michoacana como Los Caballeros Templarios han utilizado desde
hace tiempo ese lugar para instalar laboratorios de producción de droga
sintética.
Según
ellos, el pasado 20 de septiembre elementos de la Procuraduría General de la
República (PGR) y de la Policía Federal (PF) incautaron un laboratorio en el
poblado Dieciocho de Marzo. A su vez, la Comisión Nacional de Seguridad emitió
un comunicado en el que expuso que se localizaron tambos “en la maleza”, así
como “mecheros improvisados” y contenedores de plástico con precursores
químicos para la fabricación de metanfetaminas.
En
Tierra Caliente se siguen produciendo drogas sintéticas como efedrina, crystal
y crack; esta última, según documentos oficiales consultados por Proceso, fue
inventada en Apatzingán por Los Caballeros Templarios.
En
Aguililla, Coalcomán, Aquila, Chinicuila, Coahuayana, Tepalcatepec y Sierra de
Tumbiscatío se produce amapola, de donde se extrae la goma de opio, base de la
morfina y la más poderosa de las drogas: la heroína.
Viejas
disputas
De
acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional, elementos de las zonas
militares XXI y XLIII han detectado y destruido decenas de narcolaboratorios en
la región calentana donde se encuentra La Ruana, lo que ubica a la entidad en
primer lugar en este rubro, arriba de Jalisco y Sinaloa. En 2012, la PGR
desmanteló 938 laboratorios clandestinos, 83 de los cuales eran utilizados para
la elaboración de metanfetaminas en Tierra Caliente (Proceso 1917).
La
Marina informó que la creación de estas “fábricas de enervantes” aumentó hasta
mil 200% en Michoacán y desplazó al cultivo y siembra de mariguana y amapola.
Otro documento acreditado a inteligencia militar y al que tuvo acceso el
reportero asienta que a raíz de la aparición de las autodefensas en febrero de
2013, dos grupos aprovecharon la debilidad de Los Templarios para apoderarse de
Tierra Caliente.
Uno
de ellos, Los Gallegos, es liderado por el empresario limonero y hotelero
Miguel Gallegos Godoy, El Micheladas o El Migueladas; el otro es La Tercera
Hermandad o H3, asociado con Los Viagras y encabezado por El Americano, quien
aun cuando nació en Estados Unidos tiene la nacionalidad mexicana.
El
Micheladas, exjefe templario, ha hecho acuerdos con Nemesio Oceguera Cervantes,
El Mencho, del Cártel de Jalisco Nueva Generación desde 2011, pues es uno de
los principales productores de droga sintética en Michoacán. Ambos, según el
documento citado, se apoyan en supuestos autodefensas en Tierra Caliente y
utilizan las rutas de Tepalcatepec, La Ruana y Buenavista, limítrofes con
Jalisco.
“Se
habla de que sus operadores para tal objetivo son los denominados H3, que
encabeza Luis Antonio Torres, conocido como Simón o El Americano, quien es el
líder de las autodefensas de Buenavista Tomatlán y que encabeza un grupo armado
de aproximadamente mil 200 personas, que también se denominan autodefensa
operativa” (Proceso 1955).
Uno
de los operadores de la organización es José Alvarado Robledo, El Burrillo o El
Burro, a quien se identifica como patrocinador de las autodefensas de
Buenavista Tomatlán.
También
se menciona a José y Antonio Méndez Vargas, hermanos del Chango Méndez; a Gerardo
Serafín, El G1, exintegrante de Los Caballeros Templarios; los hermanos Rodolfo
y Mariano Serra Santana, Los Viagras, el grupo criminal más fuerte de Tierra
Caliente que hoy ocupa el lugar que dejaron Los Caballeros Templarios.
En
el informe confidencial mencionado se lee que El Americano y El Burrillo han
querido apoderarse de unas huertas del Chango Méndez, quien fue detenido en
2011. Presuntamente Mora, compadre del Chango, las tenía y utilizaba las
ganancias para mantener a las autodefensas y a las viudas del municipio.
De
esta manera, más allá de sus diferencias personales, los enfrentamientos entre
Mora y El Americano por el control de La Ruana son cada vez más violentos.
Después
del 8 de marzo último, con el apoyo del comisionado Castillo, El Americano se
apoderó de Buenavista Tomatlán y presionó para que Mora fuera encarcelado cinco
días después, el 13, acusado de la muerte de Rafael Sánchez Moreno, El Pollo, y
José Luis Torres Castañeda, señalados en la comunidad como miembros de Los
Caballeros Templarios.
Mora
estuvo preso durante 65 días en el Centro de Readaptación Social David Franco
Rodríguez, conocido como Mil Cumbres, hasta que fue puesto en libertad el 16 de
mayo porque las pruebas aportadas en su contra resultaron insuficientes.
Para
entonces El Americano y el grupo de Los Viagras –convertidos en fuerzas rurales
y apoyados por el comisionado Castillo– ya controlaban una de las principales
rutas de transporte de drogas sintéticas en Michoacán.
El
padrino de Los Viagras
Alfredo
Castillo, extitular de la Procuraduría Federal del Consumidor y exprocurador
del Estado de México, fue nombrado Comisionado para la Seguridad y el
Desarrollo Integral de Michoacán por decreto presidencial el 15 de enero de
este año. Su encomienda: tranquilizar la entidad y desarmar a las autodefensas
que se habían organizado para enfrentar a Los Caballeros Templarios.
Durante
seis meses se convirtió en el “virrey” de Michoacán, mote con el que fue
popularizado porque se dedicó a imponer toda la estructura policiaca y de
justicia, negoció con los líderes de las autodefensas –a quienes convirtió en
fuerzas rurales a partir del 10 de mayo– y, según el vicario de la catedral de
Apatzingán, Gregorio López, pactó con Los Viagras, permitiendo el ingreso a las
fuerzas rurales de muchos templarios arrepentidos o perdonados por el gobierno.
A
partir de entonces, el presidente Enrique Peña Nieto regresó a Michoacán y
aseguró que la paz y la tranquilidad se habían recuperado con Castillo.
No
obstante, los datos duros del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP)
indican que en Michoacán la violencia aumentó este 2014 con respecto al año
pasado. Según las cifras del SNSP, la entidad sigue entre los primeros cinco
lugares en homicidios dolosos, secuestro y extorsión.
Entre
febrero y octubre de 2013, por ejemplo, se contabilizaron 663 asesinatos; en el
periodo correspondiente a este 2014 aumentaron a 732; en 2013 hubo 12 mil 674
robos, este año van 13 mil 28; los secuestros pasaron de 134 a 140.
El
padre Gregorio Goyo López, vicario de la catedral de Apatzingán, sostiene que
Castillo ha fracasado en su misión de recuperar la paz y la tranquilidad en
Michoacán porque pactó y protegió al grupo criminal Los Viagras y los convirtió
en fuerzas rurales, lo que les dio más poder.
En
entrevista, López explica que el ataque del Americano al grupo de Mora es una
muestra de fuerza y poder de Los Viagras, que un par de días antes bloquearon
carreteras y quemaron playeras de fuerzas rurales porque Castillo lanzó el
ultimátum para que entregaran las armas.
“Hay
una guerra interna entre los grupos. El asunto es que Los Viagras se molestaron
con Castillo porque les puso como plazo dos meses –que ya se cumplió–, de ahí
los bloqueos y la quema de las playeras. Ellos quieren dar el mensaje de que
son los buenos; quieren echarle la bolita a otros y ponerse como las víctimas,
como los mártires.
“El
comisionado Castillo se reunió con ellos y les dijo que no quiere gente armada
de Los Viagras, que los va a destituir. Pero hoy fue todo lo contrario:
atacaron a Mora, quien ha estado contra ellos. La situación se le ha salido de
control al gobierno porque uniformó a criminales y ahora no sabe cómo
deshacerse de ellos”, sostiene López.
Con
Castillo, agrega, se quiso manipular mediáticamente la situación en Michoacán
al afirmarse que todo estaba bajo control, pero eso es falso. Propone que se
tome en cuenta a la ciudadanía mediante un consejo integrado por distintos
sectores de la sociedad para elegir a las fuerzas rurales y encontrar
mecanismos de pacificación distintos a la militarización del estado.
–¿Qué
puede decir de la situación actual en Michoacán? –se le pregunta.
–En
este momento está fuera de control y Castillo tiene que pagar su error. Quizá
lo mejor es que salga del estado, porque tiene tiempo apadrinando a ese grupo
de Los Viagras. Ha sido cómplice porque se habla de que le dieron 7 millones de
dólares para que los dejara delinquir. Hay gente que dice eso.
“Si
Castillo recibió dinero y se corrompió, lo más sano es que se meta a la cárcel a
los que enlistó y (el gobierno federal) se quite de problemas. Sean buenos o
malos, es necesario que los pongan en su lugar.”
Entrevistado
al respecto, el empresario de Aguililla Jorge Vázquez, quien hoy es
autodefensa, manifiesta que Castillo ha creado un problema peor del que se
tenía.
Antes
había un solo grupo del crimen organizado –Los Caballeros Templarios–, pero hoy
son varios los que tienen sometida a la población. “La situación está bastante
confusa, ya no se sabe quién es quién. Es como un polvorín a punto de
estallar”, advierte Vázquez.
El
fundador del grupo de autodefensa de Aguililla acusa a Castillo no sólo de
“apadrinar” a Los Viagras, sino de hacer negocios ilícitos en Michoacán. Él
asegura que el comisionado, en contubernio con funcionarios de la Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente, se apropió de 5 mil toneladas de hierro de
una mina de Aguililla.
Los
perdonados –los extemplarios–, que hoy son miembros de la Fuerza Rural, dice,
se han convertido en el principal grupo criminal y se han apropiado de
terrenos, huertas de aguacate y limón, así como de negocios que antes tenían
Los Caballeros Templarios.
“Esta
gente que (Castillo) puso como comandantes de las fuerzas rurales ya eran
delincuentes. Eran miembros de La Familia Michoacana o de Los Caballeros
Templarios”, asegura Vázquez.
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