31 may 2015

El golpeador que quiere ser delegado en Benito Juárez/ÁLVARO DELGADO

Revista Proceso No. 2013, 30 de mayo de 2015...
El golpeador que quiere ser delegado en Benito Juárez/ÁLVARO DELGADO
Actualmente administrada por un grupúsculo de panistas inclinados a la corrupción, el sectarismo, las actitudes racistas y toda clase de excesos –el año pasado dos de sus miembros fueron encarcelados en Brasil por acoso sexual y agresión–, la delegación Benito Juárez está en la mira de Christian von Roehrich. Pero la reputación de este diputado panista, que aspira a gobernar la demarcación, no es distinta de la de sus correligionarios: sobre él pesa una denuncia penal por golpes y amenazas contra un ciudadano al que, sin embargo, no se le ha hecho justicia.
 Después de someter y golpear con saña a un ciudadano de 61 años, secundado por una turba de panistas, el diputado Christian von Roehrich no dejaba de amenazarlo:
 –¡Te voy a romper la madre! ¡Y te voy a matar a ti y a tu familia!
 En pleno parque Las Américas de la colonia Narvarte, el legislador había tomado por la espalda a Román Francisco Lázaro Tapia para arrojarlo al piso y patearlo, junto con siete secuaces que vestían chalecos azules.
 –¡Se los va a cargar la chingada a ti y a tu familia! –gritaba, fuera de sí.
 La agresión de Von Roehrich de la Isla, diputado local con licencia y candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a jefe delegacional de Benito Juárez, contra el vecino de 61 años ocurrió la noche del 1 de febrero de 2014 y, 15 meses después, permanece impune.

Consta en la averiguación previa FBJ/BJ/-3/T2/00328/14/02 que Von Roehrich atacó sin razón a Lázaro Tapia, con quien minutos antes había pactado una reunión vecinal para discutir la inseguridad en la zona.
El compromiso le fue arrancado por los vecinos al legislador cuando gozaba de una tamaliza con prosélitos en vísperas del Día de la Candelaria. Esto y el hecho de que el representante vecinal, de filiación panista, fuese excluido de la junta pactada lo enfureció.
Von Roehrich pertenece al grupo que controla al PAN de la Ciudad de México y que encabeza Jorge Romero Herrera, jefe delegacional con licencia de Benito Juárez, integrado por treintañeros conocidos dentro y fuera de ese partido por sus escándalos de corrupción, tráfico de influencias, prácticas clientelares, consumo de alcohol y drogas… y violencia.
 Hasta ahora esta secta que se hizo del poder con el patrocinio de Felipe Calderón, vía Mariana Gómez del Campo y César Nava Vázquez, y que lo mantiene por su alianza con Gustavo Madero, presidente nacional del PAN, no ha cometido un homicidio, que se sepa, pero uno de sus integrantes, Christian von Roehrich, ya amenazó con hacerlo.
 Lázaro Tapia asegura que él y su esposa son continuamente hostigados por personeros del candidato del PAN, a quien acusa de la agresión en volantes y carteles que él mismo distribuye. El 1 de mayo, por ejemplo, uno de los desconocidos que recogían los papeles que él repartía estaba armado: “Me mostró la pistola que traía en la mano”.
 Estos hechos, incluidos la fotografía y el número de placas de la camioneta en la que se fugó ese sujeto –custodiado por una motopatrulla–, se anexaron a la denuncia que por amenazas y lesiones presentó el vecino ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), que nada ha investigado.
 “La procuraduría tiene constancia de todo y no ha hecho absolutamente nada”, denuncia Lázaro Tapia, vecino sin filiación partidista, dedicado a la compra-venta de inmuebles y promotor de clases de zumba en parques públicos de Benito Juárez.
 En marzo, ya siendo Von Roehrich candidato del PAN a jefe delegacional, el afectado envió una carta a Madero y a Mauricio Tabe, presidente de ese partido en el Distrito Federal, para enterarlos del caso. Con copias de la averiguación previa que les anexó –de las que tiene copia de recibido–, les dijo temer por su vida.
 “Ante la posibilidad de que dicho sujeto ganara, mi temor crece día con día, porque ya empoderado puede hacer uso de la policía o sicarios a su servicio y cumplir sus amenazas de muerte, como lo hizo (el alcalde perredista de Iguala) José Luis Abarca con los estudiantes de Ayotzinapa, en Guerrero, o (el alcalde panista) Omar Cruz Reyes con el periodista (Moisés Sánchez) en Medellín de Bravo, Veracruz”.
 Añade: “Ante ese temor mi familia y yo hemos decidido hacer pública la denuncia y comunicarlo al CEN del PAN para que sepa que este sujeto tiene cuentas pendientes con la ley, y como la Procuraduría del DF no ha querido actuar, acudiremos a la CDHDF y además acompañaremos al candidato en sus actos de campaña para denunciarlo públicamente y la ciudadanía se convierta en el mejor juez, porque si algo le sucede a mi familia o a mí, que quede constancia pública de que ninguna autoridad o institución hizo algo para evitar una tragedia anunciada”.
 En efecto, esta misma carta y sus anexos la hizo llegar a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), donde ya declaró, pero también se la envió a cada uno de los consejeros del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF), en la que rubrica: “Daré mi vida por mi familia si es necesario”.
 Es la mañana del martes 26, a menos de dos semanas de las elecciones, y Lázaro Tapia niega que haga público su caso por razones electorales. “Tengo 15 meses diciéndolo. Sólo que nadie me ha hecho caso”, dice mientras extiende documentos en la mesa de un restaurante de la colonia Narvarte.
 –¿Y hasta dónde piensa llegar?
 –Esto no tiene fecha de caducidad el 7 de junio. Me vale si gana. Voy a seguir hasta que se haga justicia.
 Una mafia
 A pesar de estar al tanto de la averiguación previa contra Von Roehrich, copia de la cual fue entregada en su oficina el 11 de marzo, Madero dio un respaldo inequívoco al candidato: Asistió al arranque de la campaña de éste, el 20 de abril, en el comité delegacional del PAN.
 Y es que el diputado local Christian von Roehrich de la Isla, de 34 años de edad, abogado por la Universidad Humanitas, es uno de los más prominentes integrantes del grupo hegemónico en el PAN capitalino, que tiene en la delegación Benito Juárez su único enclave.
 El panista minimiza la denuncia, que en principio dijo desconocer y, luego, se enredó: Alegó no haber sido notificado por el Ministerio Público, luego aseguró que no existía la averiguación previa y finalmente afirmó que el denunciante se desistió de la demanda.
 “Te mando de inmediato el documento”, ofreció al reportero el mediodía del viernes 29 de mayo, pero no cumplió.
 Es desde la delegación Benito Juárez, gobernada por el PAN a partir del 2000, que Jorge Romero, delegado con licencia, encabeza una red de complicidades que va desde la afiliación corporativa de militantes, plenamente documentada, hasta el otorgamiento de millonarios contratos bajo sospecha de corrupción.
 Romero, quien se ha ostentado como abogado sin tener título, está colocado en la pirámide del poder: Además de delegado con licencia, encabeza la lista de candidatos del PAN a diputados plurinominales a la Asamblea Legislativa, que le garantiza que lo será, se perfila como coordinador de la bancada y aspirante a la jefatura de gobierno.
 Es también, en los hechos, el coordinador de la campaña de Christian von Roehrich, para quien el triunfo en Benito Juárez es clave a fin de mantener el control del PAN capitalino, cuya hegemonía se cimentó, en 2008, con afiliaciones falsas y corporativas, hasta de vendedores ambulantes (Proceso 1798).
 Romero ascendió en el sexenio de Calderón gracias a que su novia era Mariana Gómez del Campo, presidenta del PAN en la capital y actual senadora: En 2006, fue diputado local y, en 2009, se convirtió en coordinador de Gabinete y Proyectos Especiales de la delegación Benito Juárez con Mario Palacios como delegado.
 Desde ese cargo se catapultó como candidato a delegado, en 2012, aunque estuvo a punto de perder, por 500 votos, ante la entonces perredista Leticia Varela.
 Junto con él han ascendido los integrantes de su facción, todos de edades que van de los 32 a los 36 años: Por ejemplo, Gómez del Campo como presidenta del PAN nombró a Mauricio Tabe Echartea y Santiago Taboada Cortina como únicos capacitadores para cursos de introducción al partido en Benito Juárez, requisito para convertirse en militantes activos.
 Ahí se cimentó el poder del grupo: Ahora Tabe Echartea, de 35 años de edad, preside el PAN –luego de haber sido coordinador de la campaña de Romero Herrera–, y Taboada Cortina, de 32 años, es candidato a diputado federal plurinominal.
 Dos más: Víctor Manuel Mendoza Acevedo fue director de afiliación del PAN capitalino, y su hermano Luis fue secretario particular de Romero Herrera, presidió el comité delegacional del PAN y ahora es candidato a diputado local.
 También participante en las afiliaciones masivas, Christian von Roehrich fue director de Participación Ciudadana de la delegación, luego diputado local y ahora candidato a delegado.
 Antes de renunciar al PAN, en abril de 2011, Arne aus den Ruthen, exdelegado en Miguel Hidalgo y ahora candidato independiente al mismo cargo, definió a este grupo: “Los chokotorros o Romeros son una tribu de escuincles que asaltan desde los escritorios de la Benito Juárez”.
 “El Fürer” Romero
 No sólo eso: Este grupo es, también, propenso a la violencia. La empleó, en 2009, cuando una turba enviada por Romero intentó reventar el debate de candidatos a jefe delegacional de Benito Juárez, en el World Trade Center, con el pretexto –falso– de que no había sido invitado el aspirante del PAN, Mario Palacios. Hubo 13 heridos.
 El año pasado, en Brasil, dos integrantes de este grupo panista, Rafael Miguel Medina Pederzini y Sergio Israel Eguren Cornejo, fueron detenidos por agredir sexualmente a una mujer y golpear al esposo de ésta tras un juego de la Selección mexicana de futbol en el Mundial.
 Las críticas a ambos panistas por su comportamiento en Brasil recibieron una respuesta racista y discriminatoria por parte de uno de los integrantes del grupo de Romero, Pedro Torreblanca Engell, subordinado en la delegación de Von Roehrich y hermano de Santiago, secretario general del PAN en la capital, quien las atribuyó a “perredistas más prietos de piel que nada, jodidos, rojillos y sin varo”.
 Otro exintegrante de esta secta, Miguel Antonio Morales Zepeda, reveló públicamente no sólo cómo, desde 2008, se hicieron más de mil 500 afiliaciones irregulares, falsificando firmas, por ejemplo, sino que contó también comportamientos del grupo que los retratan.
 En un largo escrito de 12 páginas, del que Proceso tiene copia, el excolaborador de Romero describe a detalle las prácticas internas de este grupo cohesionado no por ideología, sino por intereses, y cuya garantía de ingreso y pertenencia obedece a la incondicionalidad.
 El grupo tiene inclusive un ritual: La iniciación, por ejemplo, no es en una ceremonia solemne, como en El Yunque o los masones –que también los hay en el PAN–, sino una bacanal, con abundante alcohol y a veces drogas, que a menudo se videograba.
 Morales Zepeda describe: “Se citan a todos a una hora, generalmente ocho-nueve de la noche, y todos saludan a Jorge Romero como ‘El Líder’ o ‘Fürer’ como si fueran nazis… Él pone a votación de todos el ingreso del nuevo integrante y le dan la bienvenida en una noche de orgía, mujeres, alcohol y drogas… Posterior a la votación, que los hace hermanos, juran jamás traicionarse”.
 Sobre Von Roehrich, Morales Zepeda afirma que solía rentar el bar Cuvée, de la colonia Del Valle, para hacer “fiestas-orgías” sobre todo con jóvenes panistas recién afiliados.
 “Invitaban a todos los juveniles (…) les daban todo lo que pudieran beber hasta que los alcoholizaban. Tomaban fotos de los adolescentes para extorsionarlos: Si no afiliaban o traían más ‘simpatizantes’ con su IFE, les mostrarían a sus padres las fotos en paños menores ya borrachos. Todo esto con consentimiento de Jorge Romero y compañía, ya que él llegaba a estas fiestas un rato y luego de drogarse en el baño se iba en compañía de diferentes chavitas…”
 Por la espalda
 Ahora Von Roehrich, clave en el proyecto de Romero, está denunciado por lesiones, amenazas de muerte y lo que resulte, según lo que declaró Lázaro Tapia, a detalle, en la averiguación previa iniciada por el Ministerio Público.
 La agresión a Lázaro Tapia fue repentina: Declaró que vio aproximarse al dipu­tado con un grupo de personas justo cuando hablaba con el representante de los vecinos, simpatizante del PAN:
 “Que dichas personas no le comentaron nada, solamente lo comenzaron a golpear, dándole de trancazos en la cara y le dieron una patada muy fuerte en la cabeza del lado izquierdo, a la altura de la frente, que el diputado Christian le llegó por la espalda y lo aventó contra unas sillas que había en dicho lugar y lo tiró al suelo, comenzándolo a patear y dándole muchos golpes y que el diputado les decía que lo patearan en la mano derecha, la cual la tiene en rehabilitación desde hace ocho meses, que lo estuvieron golpeando entre todos los sujetos aproximadamente tres o cuatro minutos.
 “De ahí lo agarró de la espalda el diputado Christian, junto con otros dos sujetos que le seguían golpeando la cara y toda la turba lo seguía golpeando, que lo sacaron del parque, que el diputado Christian le dijo: ‘Te voy a romper la madre y te voy a matar a ti y a toda tu familia con esta bola de cabrones en este momento si no te largas de aquí’…”

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