31 may 2015

Pulverizada, la credibilidad social

Revista Proceso No. 2013, 30 de mayo de 2015...
Pulverizada, la credibilidad social/FRANCISCO CASTELLANOS J. Y J. JESÚS ESQUIVEL
ECUANDUREO, MICH.- Luis Alejandro Astorga Almanza, miembro del Sistema Nacional de Investigadores de la UNAM, dice en entrevista: “Me parece que ha crecido la desconfianza en las versiones oficiales acerca de las acciones donde las fuerzas de seguridad de los tres niveles de gobierno han intervenido; y muchas veces con razón. Eso da pie a todas las especulaciones posibles y a preguntas que probablemente se queden sin respuesta, pero que hay que insistir en que se respondan de manera transparente”.
Asegura que la credibilidad tiene mucho que ver con visiones, intereses y posiciones políticas de quienes se disputan las versiones legítimas de los hechos.
 Y puntualiza: “Por eso la ‘verdad’ se percibe a través de cristales de varios colores y se construye con base en eso”.
 “Esperaría que investigaciones transparentes determinen si los muertos cayeron debido a enfrentamientos con la Policía Federal, como aseguran las autoridades; si varios cuerpos están boca abajo porque iban huyendo; si ninguno, o por lo menos uno, fue ultimado a quemarropa; si la escena fue alterada, qué tanto, como lo muestran algunas fotografías, ¿quién las tomó y por qué?; y si hubo o no una orden expresa de aniquilar al mayor número posible de gente armada que enfrentó a la Policía Federal”, cuestiona el experto en sociohistoria del tráfico de drogas en México.

 Añade que si las investigaciones muestran que las fuerzas federales actuaron correctamente y con un nivel inédito de eficacia, deberá reconocerse su trabajo, apoyarlo y confiar en que mejoren aún más sus capacidades para neutralizar los desafíos de las organizaciones criminales.
 De lo contrario, apunta el investigador, “se estará contribuyendo al descrédito de las instituciones de seguridad, a la desesperación ciudadana, a la tentación de crear grupos de autodefensa que en algún momento reproducirán luchas sangrientas por la hegemonía, a una espiral de violencia”.
 No fue un combate
 “Parece que hay una orden de destruir al cártel (de Jalisco Nueva Generación) con toda energía antes de que se consolide como pasó con Los Zetas”, explica a este semanario Raúl Benítez Manaut, profesor e investigador de la UNAM, experto en temas de seguridad.
 “Fue un combate muy desigual. Un combate donde mueren 42 de un lado y sólo uno del otro no es un combate”, agrega el especialista entrevistado vía internet.
 “Von Clausewitz dice que la diferencia entre la guerra y el arte de la guerra es que la primera tiene como fin borrar del mapa al adversario, aniquilarlo; la segunda es algo mucho más elaborado, necesita pensadores estratégicos e inteligencia de los dos tipos: la mental –serenidad, decisiones tomadas fuera del ámbito de lo emocional, como pudiera ser la venganza– e inteligencia como el arte de conocer al enemigo en sus entrañas con información.
 “El arte de la guerra implica el sometimiento del adversario, no su aniquilamiento. Vencer al adversario, capturarlo con la mayor parte de sus insumos vivos, para que proporcionen información, para que se transforme en inteligencia y así poder vencerlo en su integridad”, apunta.
 “Si a los 42 criminales –que lo son, sin duda, pero eso lo debe determinar una autoridad judicial– se les hubiera capturado vivos, ahora los organismos de inteligencia tendrían información mucho más valiosa sobre la composición del Cartel de Jalisco Nueva Generación, sobre todo para ir por sus superiores, conocer sus planes de ataque al gobierno y la sociedad, y planear estratégicamente la ofensiva contra ellos como un asunto integral.
 “Sabemos del enojo, indignación y sed de venganza de los miembros de los cuerpos de seguridad del Estado contra los criminales del CJNG, el ataque al helicóptero militar fue doloroso y ojalá nunca se repita, pero eso no debe obnubilar una verdadera estrategia de Estado.”
 Es decir, continúa, que se debe hacer “el arte de la guerra. Lo peor sería, como dice Von Clausewitz, que se entrara a una dinámica de acción-reacción: yo te pego, tú me respondes con una ofensiva superior, y así se provoca una dinámica de escalada militar contra el CJNG. ¿Dónde está la inteligencia de los mandos y dónde está la inteligencia estratégica del Estado mexicano? No a la venganza, sí a acciones policiacas y militares conforme a derecho.
 “Si medimos este enfrentamiento contra el cártel, ellos van ganando. En abril aventajaron en la ofensiva simultánea y bien sincronizada, saldo a su favor; el 1 de mayo, el ataque al helicóptero, saldo a su favor; ahora 42 a 1 en su contra. ¿Qué sigue?”, se pregunta el especialista.
 “Derechos humanos e inteligencia es lo que se necesita para vencer al adversario. El Estado teóricamente es un ente superior, opera con criterios legales y principios éticos. Para todos los mexicanos el CJNG es una gran amenaza, pero sólo se le va a poder someter con inteligencia y estado de derecho. De lo contrario tenemos en puerta un guerra con lo que se dice es la organización criminal mejor equipada en México”.
 Investigaciones independientes
 El martes 26 se anunció que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos lleva adelante una investigación sobre la actuación de las fuerzas federales el viernes 22 en el Rancho del Sol.
 En un comunicado la dependencia dijo que por lo pronto ya solicitó a las autoridades informes sobre lo ocurrido en Ecuandureo y que envió a la región a personal del organismo encabezado por el primer visitador general, Ismael Eslava.
 Por otra parte, el jueves 28, desde Washington, la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) exhortó en un comunicado al gobierno de Enrique Peña Nieto a que expertos independientes investiguen el presunto enfrentamiento ocurrido en Michoacán.
 HRW pidió al gobierno federal realizar una investigación “exhaustiva e imparcial”, pues “que 42 civiles hayan muerto y que las fuerzas de seguridad hayan sufrido una sola baja genera serias dudas sobre el uso de la fuerza proporcional”, destaca el comunicado.
 El Rancho del Sol
 Ubicado a la altura del kilómetro 371 de la autopista México-Guadalajara, después de la caseta de Ecuandureo de Castellanos, está el Rancho del Sol, una propiedad de 112 hectáreas.
 Según reportes de inteligencia, cuando se inauguró la autopista esa propiedad fue asegurada por la PGR pues en ella se localizó una pista clandestina para avionetas.
 El 8 de septiembre de 2005, fuerzas federales aseguraron ocho armas y más de mil balas en un cateo en la propiedad.
 Rogelio Zarazúa, entonces director de Seguridad Pública Estatal, dijo que se aseguraron dos rifles AR-15 con mira teles­cópica, dos rifles de chispa, cinco pistolas calibres 9 mm y .38, así como más de mil cartuchos, chalecos blindados y equipo de radiocomunicación. Durante el cateo fueron detenidos José Negrete Sepúlveda y otras tres personas cuya identidad nunca fue revelada.
 Ocho días después, el 16 de septiembre, Zarazúa fue ejecutado por gatilleros profesionales.
 Habitantes de Zamora, Ecuandureo y La Piedad señalan que hasta hace un año y medio el rancho se rentaba para fiestas.
 Además, en los pastos del predio, los habitantes de Puerta de Vargas acostumbraban llevar a sus animales a comer. Incluso, en algunas épocas, en este rancho contrataban a los pobladores y les daban buenos empleos.
 Pero esto cambió hace unas semanas, cuando el terreno fue tomado por unos 50 desconocidos quienes fueron a Puerta de Vargas a poner nuevas reglas: nadie debía entrar al rancho ni merodear en las cercanías.
 Dentro de la construcción principal hay una mesa de billar y un comedor para 10 personas, destinado a los trabajadores, dicen los familiares de las víctimas de Ocotlán.
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La escena adulterada
LA REDACCIÓN
Estas dos imágenes fueron tomadas el viernes 22 de mayo –con algunos minutos u horas de diferencia– y retratan el mismo sitio: un paraje del Rancho del Sol (Ecuandureo), finca donde murieron baleados 42 presuntos gatilleros y un policía. Pero las fotografías tienen diferencias que evidencian que alguien adulteró la escena. En la instantánea superior, el cuerpo del joven destacado con un círculo blanco tiene un brazo flexionado, y en la de abajo aparece extendido. Y algo más llamativo: sólo en la segunda hay un fusil terciado sobre el pecho del cadáver. El círculo amarillo muestra otro cambio. En la imagen de abajo se ve una cartuchera al lado del cuerpo. En la de arriba no hay nada.

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