Los miembros del jurado en la final fueron: Boris Boris, Alfredo Portilla, Aigul Kulova, Lourdes Ambríz, y Sheri Greenawald.
Octavo
Concurso de Canto de Sinaloa/
MAURICIO
RÁBAGO PALAFOX
Revista Proceso # 2063, 15 de mayo de 2016
CULIACÁN,
SIN.– En el Teatro Pablo de Villavicencio de esta capital se llevó a cabo el
pasado jueves 5 la final del Octavo Concurso Internacional de Canto que cada
año organiza el ISIC (Instituto Sinaloense de Cultura).
Ahora
pasaron a la final veinte cantantes, lo cual contraría lo dispuesto por la
convocatoria oficial que claramente dice que en el concierto final cantará cada
finalista dos arias, acompañado por la Orquesta de Sinaloa, pero cantaron sólo
una, lo cual es muy desventajoso para los participantes. Algunos pocos de esos
veinte no tenían nivel para una final o abordaron piezas que están muy lejos de
dominar. Casi todos los asistentes coincidimos en que el primer lugar debía ser
para Carolina Wong, natal de esta ciudad, quien interpretó de maravilla el aria
“In questa reggia” de Turandot de Puccini. Sin embargo, no obtuvo ninguno de
los tres primeros lugares pero sí el Premio del Público, que masivamente votó
por ella.
El
primer lugar le correspondió a Ana Graciela Morales, soprano de la CDMX que
cantó muy bien “Piangeró la sorte mía” de Julio César de Händel. Raro resulta
que gane un concurso de canto alguien que cante un aria barroca, pero esta
joven competidora la bordó.
El
segundo lugar fue para la soprano Diana Mora Rodríguez, también de la CDMX, con
“Qual fiamma avea nel sguardo” de Pagliacci de Leoncavallo, un enorme caudal de
voz y agudos muy seguros y generosos.
El
tercero fue para José Gerardo Becerra, barítono de Monterrey, poseedor de una
muy buena voz y que interpretó “Questo amor, vergogna mía” del Edgar de Puccini.
Los
premios consisten en 70 mil pesos más contrato para un concierto al primer
lugar, el segundo en 50 mil y el tercero en 30 mil. El Premio Coppel,
consistente en 5 mil dólares, fue para
el barítono Jorge Ezequiel Ruvalcaba (de Zapopan, Jalisco), buena voz de barítono
pero le quedó muy grande el aria “O vin dissipe la tristesse” de la ópera
Hamlet de Thomas. Curioso: al tipo de cambio de 18 pesos, este premio equivale
a 90 mil, así que conviene más que el primer lugar del concurso.
La
sociedad civil y el gobierno sinaloense participan, por lo que en este concurso
casi todos los participantes reciben uno y en ocasiones dos premios. Los
fueron, además del premio Coppel y de la SAS (Sociedad Artística Sinaloense),
el del Público, el Alma, el de El Colegio de Sinaloa (75 mil pesos), pero
compartido por Ricardo Ceballos de la Mora (de Colima), Denis Andrea Vélez Luna
(de Puebla) y Héctor Resendo Valle Loera
(de Guadalajara). El de la Asociación Amigos de la Ópera de Mazatlán, el del
Instituto San Miguel del Bel Canto, el INBA, el Familia Medina Laveaga, dos
galardones más del SAS al mérito juvenil, el Ayuntamiento de Mazatlán, el del
Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, La Voz Sonfonic, el
Ópera Merola.
Los
miembros del jurado en la final fueron: Boris Boris, Alfredo Portilla, Aigul
Kulova, Lourdes Ambríz, y Sheri Greenawald.
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