Revista
Proceso
# 2063, 14 de mayo de 2016..
Exfuncionarios
públicos, beneficiarios de la reforma petrolera de Peña Nieto/
JESUSA
CERVANTES
Como
funcionarios defendieron con fervor reformas neoliberales argumentando que eran
para el bien de México. Pero los principales beneficiarios fueron ellos mismos.
Gente como Luis Téllez Kuenzler, Guillermo Ortiz Martínez, Francisco Gil Díaz y
Carlos Ruiz Sacristán, entre otros muchos, usaron las reformas que promovieron,
su experiencia en el sector público, la información que manejaron y la red de
contactos aneja al poder para insertarse en la iniciativa privada y alimentar
sus fortunas. ¿El sector más afectado por este fenómeno? El petrolero.
Ocuparon
secretarías de Estado, crearon consultorías, entreveraron sus intereses
privados con los públicos, adquirieron proyección mundial a través de centros
académicos e ingresaron en organismos internacionales. Se trata de los
impulsores de las reformas estructurales: al final se quedaron con el botín y
fueron los beneficiados de la reforma energética.
Luis
Téllez Kuenzler, Guillermo Ortiz Martínez, Francisco Gil Díaz y Carlos Ruiz
Sacristán comparten un sello que los identifica. Todos ocuparon posiciones
clave durante la administración de Ernesto Zedillo Ponce de León, pero también
son algunos de los grandes contratistas de Petróleos Mexicanos.
Zedillo
–quien como nadie accedió a información privilegiada– empujó privatizaciones
como la de Ferrocarriles Nacionales de México… para después ser miembro de la
empresa compradora. Y dejó escuela.
Así,
Guillermo Ortiz, impulsor de reformas fiscales y financieras en la época
zedillista y de la autonomía del Banco de México, fue nombrado “senior advisor”
de la firma de capital e inversión privada en infraestructura más grande del
mundo, First Reserve. La firma se especializa en energía y –gracias a la reforma
energética– en abril de 2015 logró el millonario contrato para construir los
gasoductos del proyecto Ramones II.
Otro
cercano colaborador de Zedillo fue Carlos Ruiz Sacristán, quien durante aquel
sexenio promovió reformas en el sector energético. Hoy es director de Sempra
Energy o Inova, empresa que se quedó con el contrato de Pemex para la
construcción de la primera parte de Ramones I.
Otro,
y quizá el más importante por la nueva posición que logró luego de aprobada la
reforma energética de Enrique Peña Nieto en diciembre de 2013, es Luis Téllez
Kuenzler, quien en septiembre de 2014 y gracias a los votos de PRI y PVEM en el
Senado, logró incrustarse en el Fondo Mexicano del Petróleo para la
Estabilización y el Desarrollo.
Entre
sus funciones está determinar si la “renta petrolera” se entrega primero al
pago de proveedores de Pemex o al gasto social. Sin ser oficialmente
funcionario, pues así lo determinó la reforma energética, Téllez es además de
miembro del Fondo Petrolero, “consejero senior” de uno de los fondos de
inversión más grandes del mundo: Kohlberg Kravis Roberts & Co. (KKR), que
en diciembre del año pasado logró un millonario contrato para arrendar bienes a
Pemex y que antes era de la empresa mexicana.
Uno
más: Francisco Gil Díaz fue promotor de las reformas fiscales y financieras
desde la administración de Carlos Salinas de Gortari, siguió siéndolo en la de
Zedillo y luego tuvo posiciones clave en los gobiernos panistas.
Él
no figura como miembro de Integradora de Servicios Petroleros Oro Negro,
Sociedad Anónima Promotora de Inversión de Capital Variable, pero sí han sido
accionistas de ésta su hijo, Gonzalo Gil White, y su cuñado José Cañedo White,
quienes lograron integrar en la firma al representante y accionista del fondo
singapurense Temasek en México, Lorenzo González Bosco, quien hoy le vende las
plataformas para el manejo de hidrocarburos a Pemex.
Funcionarios,
de líderes de
opinión a consejeros
“Mediante
un acuerdo firmado hoy con Pemex, los fondos Blackrock y First Reserve adquieren
participación en la construcción de Los Ramones II”, publicó el 26 de abril de
2015, vía Twitter, el corporativo Pemex. Iniciaba así, oficialmente, la entrada
de los fondos de inversión en la venta de garaje de la principal paraestatal de
México.
Las
élites neoliberales en el país, como las llama Alejandra Salas-Porras, doctora
en ciencias políticas por la London School of Economics and Political Science y
profesora titular de la UNAM, han logrado formar un poder transexenal.
En
su estudio Las élites neoliberales en México: ¿cómo se construye un campo de
poder que transforma las prácticas sociales de las élites políticas?, publicado
en el número 222 de la Revista Mexicana de Ciencias Políticas, de la UNAM, la
analista menciona a 127 políticos que han transitado por diversos sexenios y
ubica a “22 funcionarios clave que participaron más intensamente en construir
un proyecto neoliberal y han estado en los círculos más altos del poder”.
Entre
los “servidores públicos” que incluye la autora está Luis Téllez. Egresado del
Instituto Tecnológico Autónomo de México y del Massachusetts Institute of
Technology, fue secretario de Comunicaciones y Transportes, de Energía, jefe de
la Oficina de la Presidencia, subsecretario de Agricultura y titular de
Hacienda. Formó parte de la negociación del Tratado de Libre Comercio en el
sector agrícola, impulsó la reforma agraria, la de pensiones y formó parte de
la creación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro en 1995.
Además
es miembro de la llamada Comisión Trilateral, la cual se reúne una vez al año
con las élites de América del Norte para examinar los problemas de la región,
proponer soluciones de política económica y buscar convergencia en la visión
sobre el desarrollo.
Ha
sido presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, ha tenido asientos en los
consejos de Grupo México, Femsa, BBVA, Desc y Geupec. Y paralelamente tiene
experiencia en las corporaciones extranjeras, pues ha participado en Carlyle
Group, Sempra Energy, Global Industries y la consultora MacLarty.
Por
si fuera poco, es integrante de los centros Global Leader of Tomorrow, CT y
Leader of New Millennium.
Desde
septiembre de 2014 Téllez es integrante del Fondo Petróleo, pero con una
ventaja: no tiene categoría de funcionario público. Así, en la práctica no
tiene que rendir cuentas.
Medio
año más tarde, uno de los fondos de capital más importantes del mundo, KKR,
decidió contratarlo debido a su amplia experiencia en el sector público, la
información privilegiada con que cuenta y las grandes redes internacionales que
tejió.
Así,
el 14 de abril de 2015, KKR lo nombró “consejero senior”. De él dijo la firma:
“Ha tenido una distinguida carrera tanto en el sector público como en el
privado y para nosotros es un placer tenerlo como asesor. Creemos que tanto los
inversionistas como las empresas en México están buscando socios para apoyar en
sus objetivos de crecimiento y de inversión, y Luis Téllez ofrecerá una visión
valiosa que apoyará esos esfuerzos y ayudará a crecer nuestra franquicia en
México”.
Y
no se equivocó, al mes siguiente, en mayo de 2015, KKR se asoció con Monterra
Energy, formada en 2014. Esta compañía fue creada “a partir de la reforma
energética mexicana para desarrollar proyectos de infraestructura en el sector
energético mexicano”. La firma tiene oficinas en la Ciudad de México y “éxito
comprobado en los sectores de transporte, distribución, almacenamiento de
hidrocarburos, generación de energía eléctrica y servicios petroleros”.
El
17 de diciembre de 2015, KKR firmó, a través de su filial Marverde
Infraestructura S. A. de C. V., el contrato de 3 mil 840 millones 611 mil 154
dólares con Pemex para “arrendamiento financiero de obras en proyectos de Pemex
Exploración y Producción”.
La
agencia Reuters informó en febrero que “los recursos se destinarán a financiar
el acuerdo de venta con arrendamientos al fondo estadunidense, que invertirá en
15 distintos activos de infraestructura de Pemex. Los activos son 11 ductos, un
juego de cables submarinos, dos plataformas y una planta de comprensión de
gas”.
El
11 de febrero de 2016 el mismo Téllez dijo que había un acuerdo con Pemex para
desarrollar proyectos de petróleo y gas, pero que no se había concretado ni
firmado nada, esto a pesar de que desde el 17 de diciembre de 2015 se había
signado el contrato, según el portal de Transparencia.
Incluso,
el 3 de febrero de 2016 la Comisión Federal de Competencia Económica lo
autorizó bajo el expediente CNT-137-2015.
Otro
funcionario federal que ha ocupado posiciones que van desde subsecretario y
secretario de Hacienda hasta gobernador del Banco de México y luego saltó a la
consejería de empresas proveedoras de Pemex es Guillermo Ortiz Martínez.
Impulsor
de las reformas fiscales, financieras y de la autonomía del Banco de México, ha
estado en Banorte, en el banco brasileño BTG Pactual México, ha sido director
del Fondo Monetario Internacional, consejero del Bank of International
Settlements y miembro consejero de la empresa Weatherford Internacional,
especializada en tecnología y servicios en los sectores de petróleo y gas.
Merced
a su amplia experiencia, Ortiz logró ser invitado por otro proveedor de Pemex,
el fondo de inversión First Reserves, que a partir de 2016 lo incluyó como
“senior advisor”. En su presentación, el fondo lo anunció como “miembro del
consejo de Grupo Comercial Chedraui, Vitro, Grupo Aeroportuario del Sureste y
Mexichem”.
First
Reserve, junto con el fondo Blackrock, logró en marzo de 2015 la firma del
entonces director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, que le permitía quedarse con
la construcción de la segunda etapa del gasoducto Los Ramones II a cambio de
una inversión de 900 millones de dólares.
La
Cofece autorizó la venta de la empresa creada por Pemex, TAG Norte y TAG Sur a
los dos fondos, para que éstos, a su vez, iniciaran la construcción de Los
Ramones II.
Pero
First Reserves no sólo consiguió la construcción de Los Ramones II, también, en
sociedad con México Power Group, filial de Cannon Power Group, desarrolla el
parque eólico La Bufa, en Zacatecas.
First
Reserves sostiene que sus asesores facilitan transacciones “proporcionando
experiencia operativa y la movilización de una amplia base de relaciones clave.
(…) Aunque no son empleados de First Reserve, estos profesionales tienen una
conexión profesional fuerte y estratégica con First Reserve. (…) Guillermo
Ortiz se unió al Programa senior advisor First Reserve en 2016. En este papel,
se espera que el señor Ortiz aproveche su amplia red de relaciones de la
energía y experiencia en México y América Latina para mejorar la cartera y la
experiencia de First Reserve en la región”.
De
lo público a lo privado
Salas-Porras
describe en su estudio cómo “el grupo de tecnócratas diseñó, negoció y defendió
el paquete de reformas estructurales que puso al mercado autorregulado en el
centro del nuevo modelo de desarrollo, tal y como lo prescribía el consejo de
Washington.
Las
reformas –abunda la también investigadora de economía política internacional,
comparada, del desarrollo, de la formación regional, y de élites y desarrollo–
actuaban en varias direcciones relacionadas entre sí: primero el repliegue del
Estado de todas las áreas de la economía y, segundo, la privatización de las
compañías estatales y con ella la transferencia masiva de recursos del sector
público al privado.
Destaca
la autora que algunos funcionarios pasaron a crear empresas de consultoría,
asumieron actividades de intermediación y se asociaron con firmas globales de
ingeniería financiera “para ofrecer servicios tanto a entidades privadas como
agencias estatales”.
Sostiene
que “las decisiones que toman las élites cuando se encuentran en funciones
públicas no se hacen en términos de los intereses que deben servir, o para un
proyecto de alcance nacional, sino más bien pensando en recompensas futuras y
posiciones privadas en redes de poder nacionales e internacionales”. l
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