15 may 2016

¡Se los dije! Tlatlaya, un montaje mediático

El caso no está cerrado, aún…aunque la resolución del Magistrado “no es impugnable por parte del Ministerio Público de la Federación“..Dice la resolución que el auto de libertad fue dictado “sin perjuicio de que el Fiscal de la Federación aporte pruebas legalmente suficientes para reunir los requisitos legales para la emisión de un auto de formal prisión por este delito o uno diverso en torno al homicidio de referencia”.
Por lo que la PGR aportará pruebas para reaprehender a tres militares implicados en caso Tlatlaya
En un comunicado, la dependencia informó que esta determinación se tomó luego de analizar detalladamente la resolución del Magistrado Adalid Ambriz Landa del Sexto Tribunal Unitario con sede en Toluca, que ordenó liberar por “falta de elementos para procesar” a los presuntos responsables de delitos relacionados con homicidios y alteración del lugar de los hechos.
¿Cuándo aportará las pruebas?
¿Y donde quedó la garra de los fiscales?.
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¡Se los dije! Tlatlaya, un montaje mediático/Ricardo Alemán
Milenio, 15 de mayo de 2016.
Desde el primer momento pusimos en duda la versión interesada y maniquea de que en Tlatlaya se había cometido una ejecución extrajudicial –contra integrantes de una banda criminal–, por parte de militares.
¿Y por qué dudamos de la versión?

Primero, porque quienes la inventaron y la hicieron crecer a través de amigos en medios, tienen antecedentes de mentirosos y de convertir los derechos humanos en un negocio personal.
Y, segundo, porque aplicamos la fórmula elemental del reporteo. Acudimos al lugar, hablamos con testigos, especialistas forenses, militares, autoridades y con una de las mujeres implicadas que, a cada palabra, cambiaba la versión.

 Por eso, concluimos que en Tlatlaya asistimos a un invento mediático en el que participaron manos políticas, periodísticas y defensoras de derechos humanos. Y el objetivo de la patraña era el descrédito institucional –de la Sedena–, y el negocio personal de obtener dinero público para los criminales –a los que convierten en víctimas–, y para las mafias de derechos humanos.
 Y al atrevernos a denunciar la patraña y el engaño –lo cual es y era políticamente incorrecto–, reputados académicos, vividores de derechos humanos y periodistas nos insultaron, difamaron y calumniaron.
 Hoy, un juez absolvió de los delitos de homicidio, encubrimiento y modificación de la escena criminal, a Fernando Quintero, Roberto Acevedo y Leobardo Hernández, militares que, junto con otros cuatro ya absueltos, arriesgaron la vida para acabar con un grupo criminal. En respuesta al cumplimiento del deber, una perversión política y social trató de convertirlos en criminales. ¿Quién limpiará el nombre de esos militares?
 Como recuerdan, el 30 de junio de 2014, militares acudieron a San Pedro de Los Limones, Tlatlaya, para responder una denuncia sobre presencia de un grupo armado. Al llegar al lugar, los criminales recibieron a balazos a los militares, quienes respondieron el fuego y acabaron con los agresores.
 Luego vino el invento mediático. Sin pruebas y con ayuda de académicos, intelectuales y periodistas, organizaciones como el Centro ProDH –propiedad de Emilio Álvarez Icaza–, inventaron una ejecución extrajudicial.
 La idea era convertir a los criminales en víctimas y a los militares en criminales, para obtener dinero público, al amparo de la Ley de Víctimas.
 Pero la justicia civil tiró el teatro. ¿Qué dirán hoy los inventores y sus jaurías babeantes? ¡Calladitos los que difamaron y calumniaron!
 Al tiempo.

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