Revista Proceso 2114, 7 de mayo de 2017
Guerra de cárteles: El de Sinaloa se divide y el de Jalisco aventaja/PATRICIA DÁVILA
Son varias las organizaciones criminales que luchan por llenar el “hueco” que dejó El Chapo al ser capturado. En ese “quebradero” de mafias destaca, en primer lugar, la guerra intestina que se libra en el Cártel de Sinaloa, donde El Licenciado, recientemente aprehendido, quería tomar el control; no contaba con que la familia de Guzmán Loera está muy bien apuntalada. Por otro lado está el Cártel de Jalisco Nueva Generación, el cual poco a poco le quita plazas a los sinaloenses y que, según la PGR, es ya el más poderoso de México.
La captura de Dámaso López Núñez, El Licenciado, el pasado martes 2, trabajaría en favor de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), con quien el detenido pactó una alianza a fin de tomar el control del Cártel de Sinaloa, maniobra que, según el gobierno federal, haría a la mafia jalisciense la organización del narcotráfico más poderosa del país.
Pero Nemesio Oseguera no necesita ninguna alianza, de acuerdo con Raúl Cervantes Andrade, procurador general de la República, quien el jueves 4 reconoció que el CJNG es el más poderoso de México. Ahora, con El Licenciado preso, El Mencho tiene el camino libre para controlar, sin necesidad de su ayuda, plazas como la península de Baja California, clave para el trasiego de drogas a Estados Unidos y que desde abril de 2015 les disputa a los Arellano Félix y al propio Cártel de Sinaloa.
Por otro lado, a quienes sin duda favoreció la aprehensión del Licenciado es a Iván Archivaldo y a Alfredo Guzmán Salazar, hijos de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, así como al hermano de éste, Aureliano Guzmán Loera, El Guano.
De acuerdo con fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR), López Núñez había logrado desestabilizar al Cártel de Sinaloa a tal grado que el pasado febrero intentó él solo quedarse con el control de la península de Baja California, donde El Chapo ya había incursionado; en febrero de 2012, fuerzas federales intentaron, sin éxito, detenerlo en Los Cabos.
Además El Licenciado y su hijo, Dámaso López Serrano, El Mini Lic, habían buscado pactar con la familia Salazar, de abolengo dentro del Cártel de Sinaloa y gracias a la cual el grupo criminal conserva el control del norte de Chihuahua.
Ahora, luego de la detención del Licenciado, el Cártel de Sinaloa trata de regenerarse: al Guano y sus sobrinos se sumará Miguel Ángel Guzmán Loera, El Mudo, otro hermano del Chapo y quien el pasado martes 2 fue liberado del penal del Altiplano tras cumplir una condena de 11 años por lavado de dinero.
El artífice de la fuga
En enero de 2013 el gobierno de Estados Unidos fichó a Dámaso López Núñez, quien había ayudado al Chapo Guzmán a escapar del penal de Puente Grande, Jalisco, en 2001. Por esa hazaña, El Licenciado se convirtió entonces en “teniente” del grupo criminal, encargado del trasiego de narcóticos de México a Estados Unidos.
López Núñez, nacido el 22 de febrero de 1966 en la comunidad El Dorado, en Culiacán, por recomendación de Ismael El Mayo Zambada trabajaba para el Cártel de Sinaloa desde años atrás, cuando era policía municipal.
Un hijo del Mayo, Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, detenido en 2009 y extraditado en 2010 a Estados Unidos, habló de la importancia del Licenciado en el crecimiento de la organización criminal.
Declaró: “Dámaso era el responsable de coordinar con los colombianos para establecer los envíos a través de botes y submarinos que traían de Colombia la droga y los botes que viajaban de México para llevar de regreso los pagos de la cocaína recibida”.
La reportera Anabel Hernández, en el reportaje “Los Chapitos no tienen cómo pelear contra Dámaso”, publicado el mes pasado en el portal Narcoviolencia, narra que en otras ocasiones López Núñez transportaba la cocaína de Colombia a México en aviones de fumigación que llegaban a cargar hasta media tonelada, con escalas en Guatemala, Belice y Honduras.
Según El Vicentillo, López Núñez también se encargaba de reclutar y organizar a los sicarios que peleaban contra los enemigos del Cártel de Sinaloa.
En 2013 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incorporó al Licenciado a la lista de personas y empresas no gratas, por sus actividades delictivas.
El nuevo poder
En septiembre de 2006 las autoridades estadunidenses ya ubicaban al CJNG como el grupo criminal mexicano con mayor crecimiento de los años recientes y con influencia en 14 estados del país, principalmente en Colima, Jalisco y Nayarit.
En el presente año se considera la organización delincuencial con mayor presencia en el país, superando incluso al Cártel de Sinaloa, con dominio en Michoacán, Guanajuato, Veracruz, Guerrero, Morelos, San Luis Potosí, el Estado de México, la Ciudad de México, Aguascalientes, Baja California, Oaxaca y Chiapas.
De acuerdo con la investigación conocida como Panama Papers, El Mencho se inició en el Cártel de Sinaloa, donde estaba a las órdenes de Nacho Coronel.
A la muerte de éste, el 29 de julio de 2010, El Mencho le disputó el control de la organización a los sobrinos de Coronel; quedó al mando de la misma Martín Beltrán, El Águila, apoyado por José Ángel Carrasco Coronel, El Changel.
Disgustado, El Mencho formó su propio grupo: el CJNG.
El gusto les duró poco a los sobrinos de Coronel: el 13 de mayo de 2011 el general de brigada y subjefe operativo del Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa, Édgar Luis Villegas Meléndez, informó de la captura del Águila.
Dijo que a la muerte de Nacho Coronel, Martín Beltrán había asumido el liderazgo de la organización delictiva en Jalisco, movimiento avalado por Guzmán Loera.
Así, el ahora detenido Martín Beltrán logró colocarse dentro de la cúpula de poder del Cártel de Sinaloa, al mismo nivel que El Mayo Zambada o que Juan José Esparragoza, El Azul.
Martín Beltrán trasegaba drogas que compraba en Centro y Sudamérica hacia Estados Unidos, por la ruta del Pacífico. Mantenía su centro de operaciones en Jalisco y Colima; contaba siempre con el apoyo de su primo El Changel.
Según Villegas Meléndez, Martín Beltrán controlaba tanto al incipiente CJNG como al grupo delictivo llamado La Resistencia.
Esta fue la primera detención que benefició al Mencho.
Luego, en julio de 2013, fue aprehendido El Changel.
En ese entonces el general Daniel Velasco Ramírez, comandante de la V Región Militar, declaró que la captura del Changel había desencadenado una escalada de violencia en los municipios de la Región Valles.
De manera simultánea, El Mencho consolidó su poder mediante alianzas con el líder del grupo delictivo de Los Cuinis, expertos en el tráfico de cocaína y metanfetaminas, pero, sobre todo, en lavado de dinero, según los Panama Papers.
El líder de Los Cuinis, Abigael González Valencia, quien se formó en el ya desaparecido Cártel del Milenio y fue detenido en febrero de 2015, es cuñado del Mencho. La Oficina para el Control de Activos Extranjeros, del estadunidense Departamento del Tesoro, los incluyó a ambos, en abril de 2015, en su lista de grandes narcotraficantes.
“Quebradero”
La ambición del Licenciado y de su hijo llevó a una confrontación abierta con los hijos y los hermanos del Chapo en febrero pasado.
Esto se hizo evidente gracias a un narcomensaje firmado por el Cártel de Sinaloa, que señalaba que Dámaso López, “el perro que mordió la mano que le dio de comer”, ya no pertenecía a la organización. Hablaba también de que los combatirían a muerte, y también a sus colaboradores, como Ulises Contreras y algunos comandantes de la Policía Estatal.
Dámaso López se acercó entonces al CJNG y ofreció consolidar su presencia en las plazas de Baja California, Sonora y Nayarit, acuerdo que El Mencho aceptó: El Licenciado controlaría del centro hacia el norte del país, mientras que Oseguera Cervantes lo haría hacia el sur.
Sin embargo, fuentes oficiales que pidieron el anonimato aseguran que al Mencho realmente no le conviene una alianza con El Licenciado, pues éste, ayudado por Los Cuinis, ha logrado consolidar su organización y podría adquirir más poder.
Otro punto a favor del Mencho es que en este sexenio los cárteles más perseguidos han sido los de Sinaloa y El Golfo, así como Guerreros Unidos y Los Rojos; estos últimos, a raíz de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Con la aprehensión de su padre, El Mini Lic está refugiado en Guadalajara y mantiene los planes de asociarse con el CJNG.
Pero algunos habitantes del Triángulo Dorado (área que comprende partes de Chihuahua, Sinaloa y Durango) señalan que ahora mismo hay un “quebradero de organizaciones”: como acaba de salir del penal del Altiplano un “hermano del Señor”, dicen, ya hay dos “señores grandes”, además de los hijos que tienen el poder económico que rescatará a la organización.
Hablan de familias, como Los Salazar, que ya lo piensan antes de “voltear bandera” (traicionar); tras la fractura, mucha gente se iba a ir con “los Chapos” y otra con “los Dámaso”, pero ahora, suponen, la gente se alineará nuevamente con los de Sinaloa.
–¿Los Salazar pensaban aliarse con los Dámaso (López)? –se le pregunta a un habitante del Triángulo Dorado, quien pidió la reserva de su nombre.
–Sí, con la salida de Dámaso del Cártel de Sinaloa pensaban quebrar todo. Dámaso se iba a llevar a mucha gente. En menos de una semana hubo dos movimientos importantes: iba a haber traiciones e iba a haber un “desparramadero” de gente. Y a la vez un reacomodo. Aparentemente se está favoreciendo a Sinaloa. Están surgiendo nuevos jefes y nuevas células que aún no se han desatado.
–¿Quiénes son los jefes que han surgido?
–Las familias tradicionales del Cártel de Sinaloa. Pero el punto importante es Nayarit. Allí va a empezar el reacomodo. Después de las elecciones, con las primeras detenciones que se realicen allí se va a ver de qué lado se inclinó el gobierno nayarita; quien quede allí puede avanzar a Sinaloa y Jalisco.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario