Trump firma la orden ejecutiva con las nuevas directivas de la política hacia Cuba, en el Teatro Manuel Artime de Miami el viernes 16 de junio del 2017.
Debemos precisar que No se cierra la Embajada de La Habana, no se prohíben los vuelos comerciales ni los cruceros y tampoco se restituye la política de pies secos, pies mojados que permitía a los cubanos entrar sin visa en EU..
Se mostró dispuesto a negociar "un acuerdo mejor" con la Isla, pero solo si hay avances "concretos" hacia la celebración de "elecciones libres" y la liberación de "prisioneros políticos".
Pero el golpe es duro. Terminaron los días de la gran diplomacia, todo el trabajo realizado por el papa Francisco se fue a la basura.
Ganan los duros de EU, por el momento...Recomiendo la reflexión del sinaloense Heriberto Galindo; Agresión de Trump a Cuba (abajo).
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Las columnas políticas, hoy a 17 de junio de 2017...
Templo Mayor de Reforma
DE MAL EN PEOR va la inseguridad en las principales playas mexicanas. Primero en Acapulco, después en Los Cabos y ahora en Cancún, la disputa de la plaza por el crimen organizado ha hecho crisis.
Y AUNQUE empresarios turísticos han pedido a las autoridades locales y federales frenar la violencia, las acciones gubernamentales han resultado insuficientes y la epidemia, lejos de controlarse, se expande.
PARA COLMO, la próxima semana habrá una reunión de la OEA en Cancún. Y aunque ya se esperaba una atmósfera crispada por el tema de la crisis en Venezuela, ahora hay temor en el ámbito federal de que la inseguridad en ese puerto sirva de argumento para tundir a los anfitriones.
¿SERÁ que así como el gobierno dejó que "se secara" la gallina petrolera de los huevos de oro, ahora permitirá que la gallina del turismo sea ejecutada, secuestrada y baleada? Es pregunta para quienes no dicen ni pío.
TAL PARECE que el coordinador de la corriente perredista Nueva Izquierda (aka "Los Chuchos"), Éric Villanueva, sufre un severo caso de daltonismo político.
CUANDO le preguntaron si el PRD no se estaba convirtiendo en un nuevo Partido Verde por las alianzas que ha estado haciendo con el PAN, su respuesta dejó a varios viendo visiones... ¡y a colores!
"¿SI SUMAS verde y azul, qué queda? El amarillo", dijo el perredista. Queda claro que, de chiquito, no le enseñaron a mezclar sus acuarelas, porque todo mundo sabe que el asunto es al revés: si al amarillo le pones azul... acaba bieeen verde.
PARA desestresarse después del ajetreo electoral, Andrés Manuel López Obrador se fue a Chiapas a jugar beisbol y demostró su gusto por las aves, pues se puso la franela de Las Guacamayas de Palenque.
NOMÁS faltó que en vez del tradicional grito de "plaaayball", el juego iniciara a la voz de "cáaallense, chachalacas".
UNA BUENA BRONCA se le está armando a la dirigente nacional del PRD, Alejandra Barrales, en San Luis Potosí por culpa del alcalde de la capital potosina, el también perredista Ricardo Gallardo.
EL POLÍTICO a quien ya apodan "El Abarca de San Luis Potosí" y su gente han estado hostigando en actos públicos al diputado federal Xavier Nava Palacios, nieto del doctor Salvador Nava... porque no está de acuerdo con él.
ANTE esos hechos, y la mala fama que precede a Gallardo, varios perredistas piden a su dirigente que atienda el asunto antes de que pase a mayores. A ver si les hace caso.
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Frentes Políticos/Excelsior
I. Acierto. El sector salud es uno de los más fuertes que tiene el país. José Narro, titular de la Secretaría de Salud, en un inédito viaje a Cuba, llevó el compromiso del presidente de México, Enrique Peña Nieto, de acompañar a los cubanos en su marcha histórica hacia una sociedad más incluyente y próspera. Sin duda, su visita y presencia marcan una época al dictar la conferencia magistral La salud y el desarrollo en un mundo en cambio, en la Universidad de La Habana, para compartir su visión con los jóvenes sobre la necesidad de recuperar los valores cívicos y laicos que deben tener las sociedades. Cátedra a los cubanos, y en salud. Se dice fácil.
II. Insensato. Pocos mandatarios habían tropezado tan escandalosamente como lo hizo el de Michoacán. A Silvano Aureoles se le ocurrió declarar, ante cientos de personas de la tercera edad, en la entrega de pagos a beneficiarios de un programa de pensión para adultos mayores, que “en promedio, un mexicano sobrevive con 978 pesos mensuales, “con los que se adquiere la alimentación y servicios básicos”. Desde el desliz de Ernesto Cordero, quien pasó a la historia por pretender que una familia mexicana sobreviviera con seis mil pesos mensuales, no había habido otra sandez igual. Ya se imaginará de qué lo tachan. Oiga góber, si un mexicano sobrevive con 978 pesos, ¿por qué no nos pone el ejemplo?
III. ¿Y yo por qué? Pareciera que es lo que se pregunta el Revolucionario Institucional por la acometida de otras organizaciones políticas en su contra, con miras a las elecciones presidenciales de 2018. Partidos políticos, sin importar corrientes ideológicas, se han dado a la consigna de que cualquier proyecto, plan o propuesta tiene un solo camino: crear las coaliciones o alianzas para impedir que el PRI mantenga el poder el próximo sexenio y acabar con todos los males que aquejan a la nación. La creación del Frente Amplio Progresista, que encabeza el perredista Eric Villanueva, apuntó que se construirá una fórmula de avanzada para crear una coalición programática de gobierno. Dice que es el salvoconducto a Los Pinos.
IV. Del plato a la sopa. Más tardó la sociedad en festejar lo que parecía un logro de un candidato independiente, cuando el sueño ya está por romperse. La recién aprobada Reforma Política de Jalisco, mejor conocida como Sin Voto No Hay Dinero, impulsada por el diputado independiente Pedro Kumamoto, fue impugnada por el Partido Verde Ecologista de México, que interpuso un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Erika Lizbeth Ramírez Pérez, diputada del PVEM en Jalisco, señala que los legisladores jaliscienses invadieron injerencias de los diputados federales. Es un difícil despertar y vamos como los cangrejos, otra vez.
V. Procesos eternos. Por si alguien se había olvidado del cobijagate, el primero de los muchos bochornosos escándalos en la administración de Jaime Rodríguez, El Bronco, le decimos que la investigación continúa. Rogelio Benavides Pintos declaró ante la Auditoría Superior del Estado en relación con el caso, donde se le menciona como uno de los presuntos responsables. El exsubsecretario de Administración estatal es el primer funcionario del gobierno que comparece por un caso de corrupción, además, alegó sentirse tranquilo y dispuesto a colaborar. ¡Qué listo!, el funcionario habría comprado 200 mil cobertores al triple de su precio real, hace meses… ¡Y sigue libre!
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Serpientes y Escaleras/Salvador Garcia Soto
El Universal
Enfundado en su traje de beisbol, Andrés Manuel López Obrador tiró la bola de la resignación y se dispuso a dar vuelta a la hoja de la elección mexiquense y sus impugnaciones de fraude, para enfilarse hacia su verdadero y primordial objetivo: la Presidencia de la República en el 2018. “Nos acaban de robar la elección del Estado de México, pero la tercera es la vencida. Vamos a seguir adelante”, decretó el dirigente nacional de Morena, que pareció cerrar así el capítulo de su lucha postelectoral por los recientes comicios mexiquenses.
Podría decirse, utilizando un símil beisbolero, que López Obrador decidió meter freno en la tercera base y dejar de discutir con al Ampáyer y de acusar de trampa al equipo contrario, para esperar una mejor pelota de su equipo Morena –en lugar del apretado “hit” que metieron en los comicios del Edomex– para tratar de emprender la carrera definitiva con todo hacia el “Home”, que en su caso es ganar la elección presidencial del próximo año. Así, el colmilludo jugador que desde sus años mozos práctica el llamado “rey de los deportes”, se detiene en la tercera, ya no discute más y deja que siga el juego, mientras flexiona las rodillas y se coloca en posición de arranque para anotar la carrera que realmente le importa: la del 2018.
Con estas declaraciones beisboleras, con las que mandó una bola simple a los bateadores del PRI y de Los Pinos, el dirigente de Morena confirmó lo que muchos análisis dijeron desde antes de las elecciones del pasado 4 de junio: Andrés Manuel jugó con todo en el Estado de México, buscó ganar este partido, aunque siempre previó el escenario de “perder ganando”, como finalmente ocurrió. Y sí, lanzó sus mejores bolas, mandó a batear a una jugadora desconocida y que parecía de bajo perfil, Delfina Gómez “La maestrita” que, para sorpresa de los contrincantes, con los consejos de su entrenador logró pegar un triplete que casi se volaba la barda, pero que al final le cacharon la pelota con la punta del guante (la punta fueron los votos de Nueva Alianza, PVEM y el PES) evitando un jonrón que había puesto a temblar al equipo de “Los Primos” de Atlacomulco.
Y cuando todos pensaban que el líder, “couch” y bateador estrella de “Los Morenos” iba a seguir gritándole al Ampáyer y parar el partido hasta que se revisará la jugada, éste se serenó, regresó a la tercera base a la que ya había llegado antes de esa jugada y prefirió dejar seguir el partido en espera de un “hit” que lo lleve a pisar el “home” de las presidenciales.
Hoy que López Obrador prácticamente da por cerrada su protesta política en los cuestionados comicios mexiquenses –sabedor que entre más estridente se volvía su discurso más puntos podía perder en su aspiración presidencial– y que decide enfocarse de nuevo en la elección que más le importa (aunque las impugnaciones y recursos legales sigan su curso hasta la última instancia) también cabe otro análisis que algunos hacían antes del 4 de junio: al tabasqueño en el fondo le convenía más no ganar la Gubernatura con Delfina Gómez, porque de haber sucedido eso, en ocho meses ese gobierno se le hubiera convertido en un severo problema, en un agujero por el que sus detractores y críticos habrían aprovechado para cuestionar un potencial desastre de Morena como gobierno en la entidad más poblada y con mayor presupuesto de la República.
De ahí que ahora el discurso, tanto del dirigente como de la candidata de Morena, sea decir, casi al unísono, que “nos fue requetebién” y presumir que su partido fue el que mayor votación obtuvo en el Edomex, superando al PRI y mandándolo al segundo lugar de votación, por casi 70 mil votos. Y si a eso se añade el extraordinario crecimiento que lograron en Veracruz, al gobernar varias de las principales ciudades incluida Xalapa la capital, y los terceros lugares de votación en Nayarit y Coahuila, el mensaje de que, “en tan sólo dos años”, Morena se convirtió en el partido con mayor crecimiento de votos en México, perfectamente sostiene la idea de que perder la codiciada Gubernatura mexiquense no fue una derrota tan costosa, si se contrasta con la muy alta votación obtenida que finalmente suma para el proyecto presidencial lopezobradorista.
Así que, “pa´atrás los fielders”, que el beisbolero tabasqueño ha mandado una nueva jugada, más cerebral y con menos víscera. Busca definir, por su puesto a su favor y en la última entrada, el partido de la sucesión 2018, con un “sprint” final que lo lleve a pisar la almohadilla del “home”, ya sea que logre entrar trotando o incluso con un “safe in home”. La pregunta es qué van a hacer al respecto de esta nueva estrategia la novena tricolor de “Los Pinos” y la muy posible novena azul y amarilla que formarán panistas y perredistas para intentar frenar, a como dé lugar, la carrera del “Peje” e impedirle que llegue al “home” presidencial ¿Juego limpio o juego sucio en el diamante? ¿Y el Ampáyer del INE, volverá a hacerse el ciego, loco y sordomudo? ¿Habrá un ganador claro en la novena entrada del 1 de julio del 2018 o nos iremos a extrainnings? Todo puede pasar en este impredecible y trepidante deporte nacional llamado la sucesión presidencial.
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Dos años de Trump/Jorge Ramos ÁvalosReforma
Muchos pensaban que los votantes en Estados Unidos jamás escogerían a un candidato presidencial con ideas racistas, sexistas, xenofóbicas y contra el medio ambiente. Pero con Donald Trump todos nos hemos equivocado. Muchas veces.
Todo comenzó hace dos años. Cuando el 16 de junio del 2015 lanzó su candidatura presidencial en su torre dorada de Nueva York, dijo lo siguiente sobre los inmigrantes latinoamericanos: "Traen drogas. Traen crimen. Son violadores. Y algunos, supongo, son buenas personas... Esto viene más allá de México. Viene del sur y de América Latina".
Estos son comentarios racistas. Trump presentó a todos los inmigrantes de América Latina como delincuentes. Nunca sabremos si lo hizo únicamente para conseguir votos. Pero su retrato de los inmigrantes que vienen del sur es falso y ofensivo. (Menos del 3 por ciento de los indocumentados comete delitos serios, o felony en inglés, según el Migration Policy Institute).
Algunos de los seguidores de Trump me han reclamado. Dicen que hemos malinterpretado a su candidato, ahora Presidente, y que él en realidad estaba hablando de inmigrantes sin documentos con antecedentes criminales. Quizás. Pero él no dijo eso.
En retrospectiva fue un grave error no enfrentar duramente a Trump en junio del 2015 por sus comentarios racistas. Algunos lo tomaron a broma. Otros solo pensaron en los ratings que traería. Varios demócratas creyeron que sería un contrincante fácil de vencer. Y el gobierno de México ni siquiera le contestó. Solo la prensa latina, y algunos pocos periodistas en inglés, criticaron la manera en que Trump criminalizó a millones de inmigrantes en Estados Unidos.
Las palabras de Trump han tenido un terrible efecto en Estados Unidos durante los últimos dos años. Hemos reportado sobre frecuentes ataques, físicos y verbales, contra inmigrantes y he entrevistado a niños aterrados de que Trump deporte a sus papás.
Además, las redes sociales están plagadas de ataques a extranjeros utilizando frases e ideas muy similares a las de Trump. El razonamiento de los atacantes es muy primitivo: si su líder insulta a minorías, mujeres, musulmanes, migrantes y gente con discapacidades, ¿por qué ellos no van a hacer lo mismo?
El odio es contagioso y se mueve de arriba para abajo. Más datos.
El número de los llamados "grupos de odio" -o hate groups, en inglés- pasó de 784 a 917 (del 2014 al 2016), según el Southern Poverty Law Center. Las organizaciones afiliadas al Ku Klux Klan crecieron de 72 a 130 en el mismo periodo.
En política nada es coincidencia. Lo único que podríamos discutir es si los comentarios racistas y antiinmigrantes de Trump fomentaron el crecimiento de estos grupos extremistas o si ya existía un ambiente xenofóbico y violento que fue aprovechado por el entonces candidato republicano. Sea como sea, las víctimas son reales.
Mi punto es que hace dos años todos escuchamos los comentarios racistas de Trump y la respuesta fue tibia, tardía, pobre e inefectiva. Casi cómplice.
Posdata con rifle. Me doy por vencido. Creo que ya es hora que todos reconozcamos que el actual gobierno y Congreso de Estados Unidos no van a hacer absolutamente nada para evitar otra masacre o tiroteo. El violento ataque a un grupo de congresistas en un campo de beisbol en Virginia no hizo recapacitar a nadie. Como tampoco lo fue el asesinato de 20 niños en la escuela Sandy Hook en el 2012.
Los datos son aterradores. Un reporte del Congressional Research Center concluyó que en Estados Unidos hay más armas que personas. Un análisis del Washington Post asegura que ha habido 154 masacres o tiroteos en los primeros 165 días del 2017. (Una masacre se considera cuando cuatro o más personas mueren o son heridas, sin considerar al pistolero o a los responsables).
Entiendo las razones históricas y culturales por las que tanto se defiende la Segunda Enmienda de la Constitución -que garantiza la portación de armas en Estados Unidos-. Pero no entiendo por qué se necesitan armas de guerra para cazar patos ni por qué es tan difícil prohibir la compra de rifles y pistolas a personas con problemas mentales o historial criminal.
Esto lo que significa es que pronto, muy pronto, habrá otra masacre. Ojalá no sea cerca de su casa.
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Arsenal/FRANCISCO GARFIAS
Excelsior
“¡Cállate chachalaca!”
Vicente Fox no parece darse cuenta de que su tiempo ya pasó. Sabe que no está en posición de substituirse a los electores. Dice y hace cualquier cosa para llamar la atención. Así sea una seña obscena o una monumental tarugada.
A Vicente Fox nunca le vino mejor el grito de “¡cállate chachalaca!” que hace más de once años, en plena campaña electoral, le lanzó Andrés Manuel López Obrador.
Y es que el expresidente panista presume que él “se va encargar” con sus “mañas democráticas” que el controvertido Peje no llegue a la Presidencia de la República en 2018.
“No queremos otra Venezuela aquí”, subrayó el guanajuatense, en una conferencia de prensa a la que asistieron otros tres expresidentes de América Latina.
En forma casi simultánea a la lectura de la debocada declaración, me vino a la mente una pregunta: ¿Y quién se va a encargar de taparle la boca a Fox?
El hombre no parece darse cuenta de que su tiempo ya pasó. Sabe que no está en posición de substituirse a los electores.
Dice y hace cualquier cosa para llamar la atención. Así sea una seña obscena o una monumental tarugada.
Los Galileos, corriente minoritaria del PRD, ya tienen a dos ases para encabezar un Frente Amplio Opositor en la elección presidencial de 2018: Miguel Mancera y Javier Corral.
Una tercera opción es Emilio Álvarez Icaza, precisa el expresidente nacional del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, líder de esa expresión del amarillo.
“Soy partidario de una alianza que no sea exclusivamente con el PAN. Si Morena cambiara de actitud sería magnífico, pero se ve un poco complicado”, nos dijo.
El tono mordaz apareció en boca de Guadalupe cuando describió “la emoción” por la forma como Morena debatió su política de alianzas, en su reciente Congreso Nacional.
“Ni un segundo le dedicaron a un tema tan delicado. Andrés propone y los demás aplauden”, subrayó.
Y aplaudieron la decisión de aliarse con el PT.
Cancún está convertido en un auténtico campo de batalla. Día con día sabemos de descuartizados, asesinados, levantados, secuestrados, extorsionados. Las alertas por balaceras son frecuentes.
El paraíso convertido en infierno.
La delincuencia organizada, aunada a la impotencia de las autoridades locales y federales, acaba poco a poco con esta joya del turismo.
Ya ocurrió en Acapulco, donde no se para un turista extranjero ni por asomo.
En Cancún, gobernado por el PVEM, la delincuencia organizada manda.
¿Y el cambio?
Ya que estamos. Un indignante reporte nos llega de Quintana Roo. Los beneficiarios de los predios públicos que Roberto Borge remató a precio de risa en Cancún tratan de recuperarlos mediante amparos.
La aguerrida periodista Fabiola Cortés dio a conocer ayer que entre los beneficiados están María Rosa Yolanda Angulo Castilla—madre de Borge—, su socio y amigo Edgar Manuel Méndez Montoya y Santiago Samuel Jiménez Moreno.
Pero también las empresas Caveri Servicios Inmobiliarios; Inmobiliaria Edme; Desarrollo Xcaret; y Protección de la Tortuga.
“Todos han tramitado amparos en contra de la PGR para tratar de recuperar los predios que la dependencia aseguró en febrero”, escribe Fabiola.
En el siglo XX y durante el régimen que el periodista Carlos Marín identifica como “el priato”, todas las renuncias de altos funcionarios eran “por motivos de salud”.
A mediados de los setentas se proyectó en las salas de cine una película, protagonizada por Ignacio López Tarso y Carmen Montejo, que lleva ese título.
El tema viene a cuento por lo que acaba de ocurrir en San Luis Potosí: el auditor superior del estado, José de Jesús Martínez Loredo, renunció a su cargo por motivos “estrictamente de salud”.
Lo curioso es que la salud de auditor se deterioró luego del escándalo de corrupción que balconeó el periódico local Pulso.
Mostró un video en el que se observa al diputado panista, Enrique Flores, cuando le ofrece a un alcalde limpiarle la Cuenta Pública a cambio del 10 por ciento de las observaciones.
Lo anterior, obvio, en complicidad con la Auditoría del Estado.
Ahora se sabe que en el Congreso del Estado hay siete solicitudes de juicio político en contra de José de Jesús Martínez, que nunca fueron atendidas.
Por cierto que el diputado Flores ya renunció al PAN. En la carta que entregó a la dirigencia estatal dice que el azul está enfrascado en una lucha de intereses y proyectos personales.
¿Se referirá a Ricardo Anaya?
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El diablo en las instituciones
SOBREAVISO / René Delgado
Reforma
No es lo mismo mandar al diablo a las instituciones que meter al diablo en ellas, y en esas andamos: echándoles azufre por dentro... El país no va de regreso al futuro, sino avanzando hacia el pasado.
No es un simple juego de palabras, es la esperanza democrática estrellada contra el piso. Treinta años después, como si lo ocurrido en 1988, 1994 o 2006 no alertara del peligro de quebrar la democracia, de nuevo reaparece el fantasma de las elecciones de Estado, el fraude electoral, la oposición desorientada, la ley al servicio de la política, los consejeros dóciles o sumisos... la transición a la democracia en el cesto de la basura.
Otra vez jugando hasta donde tope, cuando el tope está muy cerca. Quizá, antes de la misma elección en la que los apostadores sueñan y se ilusionan con la posibilidad de colocar en el cañón de la ruleta rusa al electorado.
En coro, pero negando entonar la misma cantilena, el partido tricolor y el albiazul piden al electorado reflejarse en la Venezuela de hoy, advertir el desastre por venir si el méndigo príncipe, Andrés Manuel López Obrador, llega a Palacio. Ponen, sin embargo, una condición: fijarse en el porvenir, no en el pasado y el presente.
Ni una idea, propuesta o ajuste formulan ambos partidos ante el modelo económico y el régimen político que defienden con furia y a ciegas. Sólo advierten y piden fe en lo realizado entre ambos a lo largo de este siglo.
Y no es poco lo hecho en la alternancia sin alternativa compartida: fosas sin cobro de derechos funerales; desigualdad social sostenida; decrecimiento demográfico a boca de fuego; donación de sangre sin requisitos; incremento del endeudamiento; doble tributo, oficial y criminal; elevación a rango de cuota obligatoria del derecho de piso; conservación de la pobreza con alto rendimiento político; ordeña de Pemex por partida doble; exportaciones enganchadas a un solo destino; militarización de la inseguridad; entrega anticipada e incondicional de lo que el vecino del norte aún no pide; veneración del libre juego de las fuerzas en el mercado y en la industria del crimen; y, desde luego, desmantelamiento del Estado de derecho.
Qué proponer ni qué proponer ajustes o cambios al modelo y el régimen, si la historia y el destino ya la escribieron de consuno, negando cualquier coautoría. Cómo dudarle a la hora del voto, si los mejores cuadros están con ellos, si el ideólogo del Revolucionario Institucional es José Murat en la Fundación Luis Donaldo Colosio y el referente moral de Acción Nacional es Miguel Ángel Yunes, redivivo en el gobierno de Veracruz.
La cosa es cerrar filas a la posibilidad de que alguien más entre a la alternancia, compartida sólo por ellos dos.
Quienes suscitan algo de ternura son los dirigentes y cuadros del partido del sol azteca, ahora, tan dubitativos.
Personajes que, a casi treinta años de fundar su partido, sufren una crisis vocacional e ideológica. Dudan si lo suyo es el poder y qué significa ser de izquierda en estos días. En tal circunstancia, no saben con quién aliarse o a quién pedir ayuda. Los tienta el polo norte, el sur y el cuarto polo, la derecha tradicional neoliberal o la derecha caciquil neoliberal, e incluso la morena que tanto los desprecia. Y, entre ellos, no faltan quienes se inclinan por postular como candidato a quien se deje, siempre y cuando les garantice no ir a perder el jugoso registro del partido y sus derivados. Es más que una duda existencial, es un problema de sobrevivencia.
Incapaces de reflexionar cómo llegaron al lugar donde se encuentran, de considerar la posibilidad de salir de ahí y de guardar su dentadura caníbal, los perredistas buscan cómo adaptarse a la circunstancia y aliarse, sin saber con quién. Deberían preguntarle a Ángel Aguirre Rivero o a Mauricio Toledo si se les ocurre algún plan de fuga, algo saben ellos de eso y son cuadros probados.
Mientras esas tres fuerzas y sus dirigentes se preocupan por poner a buen resguardo el futuro con ellos al frente del timón que no gobiernan, el presente los traiciona. Tanto ambicionan el futuro, que ni siquiera ven dónde están parados.
Día a día, las noticias son estremecedoras. La violencia de género no cesa. Las balaceras se registran justo en los destinos donde las divisas entran y no son capaces de blindar esos lugares. La corrupción rompe la cañería de los partidos y el gobierno, y ni quien se inmute.
La impunidad prevalece en la ejecución de periodistas. La Corte valida el límite de la declaración tres de tres. Hasta las cárceles han dejado de ser un lugar seguro.
En su lógica el presente no cuenta y, en su reloj sexenal, a punto está de terminarse. Mejor abalanzarse sobre el futuro que, a fin de cuentas, en breve será el pasado.
El PRI ganó las dos entidades más emblemáticas y punto. Así que, bajo el esquema aplicado -intervención del gobierno, compra y coacción del electorado, pulverización del voto, domesticación de consejeros y magistrados, o sea, el diablo en las instituciones- el gobierno y su partido están decididos a llevar las cosas, en el 2018, hasta donde topen, siendo que el tope está muy cerca.
De ahí que el priismo ya no quiera la segunda vuelta porque, a fin de cuentas, después del Estado de México y Coahuila, así sea por un pelito y hasta ahora, se quedó con la baraja. De ahí el desconcierto del panismo que no sabe cómo reaccionar, cuando en el fondo detesta, pero no abomina, al priismo y comparte con él muchas cosas. De ahí, la confusión del perredismo que nomás no sabe pa' dónde y con quién jalar. De ahí que de tanto ver el futuro, pierdan de vista el presente.
No es lo mismo mandar al diablo las instituciones, que nombrarlo jefe de operaciones electorales en ellas.
sobreaviso12@gmail.com
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Castillos de naipes/Jorge Volpi
Reforma
Una de las frases huecas que los novelistas solemos aborrecer con mayor fuerza afirma: "la realidad siempre supera a la ficción". Si fuese así, ésta no tendría demasiado sentido en nuestras vidas, convertida en un hato de mentiras que nos entretienen mientras llega la auténtica realidad a sorprendernos. No: la ficción es un espejo deformado o una serie de variaciones en torno a la realidad, no su competencia, y acaso sólo la impericia de quienes la practicamos sea responsable de que a veces nos decepcione, nos resulte endeble o inverosímil.
En ocasiones, sin embargo, lo real irrumpe de pronto en los territorios de la ficción, como cuando un acontecimiento insólito la reitera, la subvierte o anticipa, obligándonos a leerla (o mirarla) de una forma distinta, como un comentario o un reflejo exacto del mundo. Esta maldición o desgracia le ha ocurrido a House of Cards, la popular serie de televisión creada por Beau Willimon. Se trata, lo sabemos, de un siniestro drama político que narra la lucha por obtener -y conservar- el poder emprendida por Frank Underwood y su esposa Claire, trasuntos contemporáneos de Macbeth y Lady Macbeth.
Pese a ciertos deslices -como cuando en la segunda temporada Frank lleva a cabo, con sus propias manos, su primer asesinato-, la serie conservaba una alta dosis de verosimilitud que permitía a los espectadores interpretar la vida política de Estados Unidos a partir de sus premisas, sobre todo a partir de la idea tan shakespeareana como maquiavélica de que todo vale con tal de mantenerse en el trono. En una época que de por sí desconfía de los políticos, retratados (la mayor parte de las veces con razón) como una panda de cínicos sin ideales que sólo persiguen su propio beneficio, House of Cards parecía ratificar la visión de Donald Trump según la cual Washington es un pantano.
Por más que Frank y Claire afirmen que su meta es guiar a unos ciudadanos que no saben qué hacer con el país, pocas veces observamos algún resultado benéfico de sus conspiraciones: Frank y Claire son tan malvados, retorcidos y perversos que lucirían como meras caricaturas si no fuese porque las noticias están plagadas con historias de políticos reales casi tan malvados, perversos y retorcidos. Aun así, nada permitía anticipar que una figura como Trump -cuya popularidad viene, como la de Underwood, de la televisión- pudiese convertirse en Presidente real de Estados Unidos.
Aunque en la serie Frank y Claire son demócratas -hubiese sido demasiado obvio hacerlos republicanos-, y hay quien afirma que su torvo retrato sirvió para que algunos votantes los equipararan con los Clinton, los Underwood y Trump comparten la misma falta de moral y de principios, y a la hora de ver su quinta emisión, estrenada en pleno trumpismo, no hay manera de no contrastarlos.
Si de por sí esta temporada no es la más brillante, la obligación de estudiar cada plano y cada diálogo como un retrato al natural de Trump, y ya no de Hillary Clinton, la torna aún menos atractiva. En este escenario, sus guionistas se sintieron compelidos a colocar guiños al presente -la trama rusa, el veto migratorio, la amenaza del impeachment-, que suenan forzados e insustanciales.
Aun así, a veces el engarce entre realidad y ficción es sorprendente: el mismo día en que el auténtico exjefe del FBI comparecía ante el Senado me tocó ver el capítulo en el que el falso jefe del FBI comparece ante el Senado: por desgracia (advierto spoiler) a éste le siguió la renuncia de Underwood, algo que no parece tan inmediato con Trump. En México, House of Cards también parece inspirar lecturas literales: otra vez, al mismo tiempo que Frank ordenaba en la pantalla la manipulación de las elecciones en
Tennessee, los comicios en el Estado de México arrojaban un resultado parecido gracias a la compra de votos y el fraude (por no hablar del político tlaxcalteca que copió directamente a la serie). Como sea, al final las buenas ficciones son prismas torcidos que nos invitan a reflexionar en torno a ese maëlstrom sin sentido al que llamamos realidad.
@jvolpi
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Agresión de Trump a Cuba/Heriberto M. Galindo Quiñones, ex Embajador de México
A Beatriz Paredes Rangel, excelente política y diplomática, por sus magníficos desempeños como Embajadora de México en Cuba y en Brasil.
Califico como un golpe infame al pueblo y al gobierno de Cuba, de parte del presidente de los Estados Unidos de America, Donald Trump, el hecho de anunciar su determinación de revertir las medidas de apertura política, diplomática y económica que concretaron en momentos históricos los presidentes Barack Obama y Raúl Castro Ruz, con aspiración a la eliminación del bloqueo del que ha sido víctima Cuba durante más de cincuenta años, y con el anhelo de la devolución de Guantánamo, aunque estos dos últimos temas no hubieran quedado explícitamente comprometidos en los primeros acuerdos.
El discurso pronunciado hace unos cuantos días por el presidente Trump como justificación de las medidas regresivas que pretende imponerle a Cuba, es una copia al carbón de lo
más irracional, fanático y sectario del anticomunismo de los años de la guerra fría.
El anuncio de la decisión unilateral de cancelar el turismo, las inversiones y las remesas hacia la Isla, lo mismo que de la eliminación de la cooperación de gobierno a gobierno, son flagrantes medidas de presión que se enmarcan en una épica regresión, pues abandona los métodos diplomáticos y abandera el regreso a las sanciones que caracterizaron la peor época del bloqueo; condicionando, además, el regreso a las negociaciones a que Cuba se transforme en lo que desean las corrientes más recalcitrantes y ultras de la comunidad cubana que reside en EU que, con tal de agredir al gobierno cubano al que se oponen, al parecer poco les importa afectar al pueblo que vive en la Isla, con las medidas restrictivas que proclaman.
Es lamentable que Donald Trump cancele la prudencia política y la mesura diplomática tan aconsejables en toda confrontación, cuando en verdad se busca llegar a buenas negociaciones, convenientes para las partes en pugna, como ocurrió con Barack Obama y Raúl Castro. Por ello se impone evaluar la crucial importancia de lo que está siendo abandonado por parte del presidente estadounidense, quien antes de pensar y de asumir actitudes bélicas, el gobierno que él encabeza debería practicar una actitud de prudencia, mesura, alta política y buena diplomacia. Una buena ruta sería convocar a una reunión cumbre binacional, con carácter urgente, para revisar, puntualmente, los acuerdos firmados, en los que, por cierto, la actual embajadora estadounidense en México, Roberta Jacobson, tuvo un desempeño de la mayor importancia, en las negociaciones binacionales con los políticos y los diplomáticos cubanos, y que bien podría contribuir de nueva cuenta, positivamente, a restablecer el orden, ante el reciente y penoso anuncio del señor Trump.
En segundo lugar debería verificarse el cumplimiento de los compromisos contraídos por ambas partes, poniendo sobre la mesa sus respectivos calendarios y hojas de ruta, con el fin de proseguir en los avances hacia la plena distensión, teniendo como medios la activación de los flujos económicos, sociales y culturales, hacia la normalización de las relaciones en todas las áreas, entendiendo que se trata de un proceso gradual, pero que debe ser permanente, para ir perfeccionando, ordenando y sistematizando los avances, en cuanto a las actitudes, medidas y políticas públicas de ambos países, para lograr el fin, que es la fructificación y el progreso derivados de los acuerdos tomados, y de los nuevos que deberán tomarse, con las correspondientes acciones que de éstos devengan, para que arribe, en serio, el desarrollo y el progreso ansiados.
Lo que no es correcto ni justo, y por ende no es aconsejable, es que se retorne a la barbarie de las agresiones salvajes, verbales y concretas, cuando ya se había arribado a una política de buen entendimiento, y a sendos acuerdos, inteligentes, entre países otrora irreconciliables, de cara a la modernidad democrática que se vive en casi todo el mundo, y en busca de más justicia y más libertad.
Luego entonces se imponen la prudencia y la mesura, el raciocinio, las buenas maneras y el cumplimiento de los compromisos plasmados en los acuerdos pactados, para seguir avanzando y para evolucionar en la búsqueda de más acuerdos y de más progreso en la aplicación de los mismos, con un SI a la evolución tan deseada y con un NO a la involución tan dañina por retrógrada.
Sin soslayar el análisis de la revolución cubana, justo es recordar, ahora, que en Cuba, país respetable y de grandeza, de luces y de sombras, pero ejemplo en muchos aspectos, se ha librado una enorme lucha emancipadora a lo largo de los últimos sesenta años. Negar los formidables logros cubanos de las ultimas cinco décadas sería tan grave y tan injusto como ignorar los rezagos y los retos que tiene que afrontar el país hermano. Nos alegran y estimulan sus éxitos y nos entristecen y duelen sus fracasos, sus errores, la cerrazón, o las agresiones de las que son objeto. Por ello mismo, quienes hemos vivido cercanos al proceso de evolución de la revolución cubana, debemos expresarnos, para decir NO a las agresiones a Cuba, y para decir SI a la evolución de Cuba en todos los órdenes.
Independientemente de la posición que se asuma en torno de los importantes temas de los derechos humanos y políticos, que por supuesto deben otorgarse a plenitud en todo el orbe, y han de confirmarse en la Isla, lo mismo que en el tema de la apertura económica hacia adentro y hacia afuera, a las inversiones financieras, y a los derechos de las y los cubanos para vivir con mayor bienestar, e incluso en el delicado asunto que se refiere a la libertad de los presos políticos, a los que se ha referido el señor Trump, para justificar su nefasto revés.
El tiempo actual es para estar alertas y atentos, y la circunstancia presente es para defender a Cuba como defendemos a México, ante determinaciones tan negativas como esta de Donald Trump, a quien le decimos: !Alto a las agresiones a México y a Cuba! al tiempo que le recomendamos, respetuosamente, a Cuba: !Sigan adelante con sus reformas y con su apertura, para alcanzar las metas de bienestar y desarrollo a las que aspiran, en un marco de apertura ante el mundo!
Siempre será mejor un puente humanitario y justiciero, con visión innovadora y de largo aliento, -como lo deseamos los mexicanos- que un nefasto, dañino y perverso muro imaginario en la frontera caribeña de EEUU, como el que en concreto y de acero pretende Trump construir en los límites con México.
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Editorial /La Jornada:
Trump contra Cuba: vuelta al pasado
El presidente estadunidense Donald Trump ratificó ayer su intención de dar marcha atrás a los acuerdos establecidos por su predecesor, Barack Obama, para restablecer relaciones diplomáticas con el gobierno de Cuba y suavizar el bloqueo económico impuesto desde hace casi seis décadas. En un discurso diseñado para exhibir al anticastrismo más duro, el republicano arremetió contra La Habana con acusaciones desde faltas a los derechos humanos hasta patrocinio del terrorismo, mientras condicionó cualquier nuevo acercamiento a cambios sustanciales en el orden político y económico de la isla.
Como ya es habitual en los anuncios públicos del mandatario, tras el tono hostil y los amagos de un viraje drástico hubo una esencial continuidad con la situación existente: se mantienen las relaciones diplomáticas al nivel de embajadores, así como los vuelos comerciales directos y el arribo de cruceros; sigue abierto el flujo de remesas, no hay cambios en la política migratoria, y todavía se permiten los vínculos de negocios con el sector denominado cuentapropista. No obstante, sí se contempla un endurecimiento en las condiciones para que los estadunidenses viajen a la isla y se prohíben las relaciones comerciales con las entidades vinculadas al ejército cubano −una medida dura en tanto Estados Unidos afirma que 60 por ciento de la economía de la isla está relacionada con las fuerzas armadas.
Dos consideraciones se imponen al analizar la más reciente medida de política exterior del magnate. En primer lugar, que su discurso, si bien agravado por el conocido estilo pendenciero de Donald Trump, se enmarca en la ininterrumpida tradición de desprecio por la legalidad internacional y de atropello a la soberanía de otros países que ha caracterizado a la potencia desde sus orígenes. Segundo, que tanto en fondo como en forma supone un severo retroceso en la distensión de conflictos internacionales que el anterior mandatario demócrata avanzó en el último tramo de su gobierno y, en particular, de un lamentable relanzamiento de las fracturas heredadas de la guerra fría, las cuales hoy en día han perdido toda justificación.
Por otra parte, y al margen de que la medida supone un relativo cumplimiento de las promesas de campaña que llevaron al empresario a la presidencia −y un innegable triunfo para los sectores más retrógradas del conservadurismo, tanto como un guiño a los cubano-estadunidenses de línea dura−, es manifiesto que se trata ante todo de una maniobra orquestada para distraer a ciudadanos y medios de las crecientes dificultades que la administración encara en el frente interno, así como de la inocultable carencia de cualquier plan de política económica que permita cumplir el designio de “hacer a ‘América’ grande otra vez”.
En suma, la decisión de Trump resulta deplorable desde toda perspectiva: constituye un anuncio de que su país no cejará en la violación de la legalidad; configura un nuevo foco de conflicto; supone un atropello al derecho de los estadunidenses a desplazarse y establecer relaciones de negocios y, ante todo, renueva la histórica afrenta contra el pueblo cubano.
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