En su participación en la 81 Convención Bancaria, que se llevó a cabo en Acapulco, Guerrero, el tabasqueño enfatizó que, si las elecciones “son limpias, son libres, me voy a Palenque, Chiapas, tranquilo”.
Sin embargo, también aclaró que, “si se atreven a hacer un fraude electoral, yo me voy también a Palenque y a ver quién va a amarrar al tigre, el que suelte el tigre que lo amarre, ya no voy a estar yo deteniendo a la gente”, en referencia a que no contendría las protestas que eventualmente se registraran.
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¡Golpe al INE!
El TEPJF revocó por unanimidad un acuerdo del Consejo General del INE -emitido 19 de febrero-, que limitó la realización de debates y mesas de análisis con la participación de más de un candidato, en el supuesto de que durante la intercampaña están prohibidos los llamados al voto y la promoción de propuestas.
El acuerdo INE/CG112/2018 fue emitido por el INE como respuesta a las consultas realizadas por Morena y el PT relacionadas con el periodo de intercampañas. En ese acuerdo, el Consejo General del INE reconoce estar impedido como autoridad para emitir los lineamientos generales que solicitaron los partidos políticos porque carece de facultades para reglamentar, desarrollar o fijar criterios sobre normas que no se encuentran expresamente en la ley, no obstante emitió una opinión a partir de un “ejercicio de reflexión e interpretación” sobre los planteamientos hechos por los partidos políticos en el que impedía a los candidatos, entre otras cosas, de participar en mesas redondas donde haya más de un candidato; o debates en periodos de intercampañas.
A propuesta del Magistrado Reyes Rodríguez Mondragó, el Tribunal advirtió que el acuerdo del INE, si bien no funge como un lineamiento general vinculante, sí puede generar un efecto restrictivo al ejercicio periodístico y, en general, a las libertades de expresión e información.
En diversas impugnaciones, empresarios de radio y televisión, el PRI y José Antonio Meade habían alegado que dicho acuerdo limita el trabajo periodístico y que viola la libertad de expresión de los candidatos y el derecho a la información de las audiencias.
Rodríguez defendió que la posibilidad de que se realicen debates en la intercampaña no significa una "permisión absoluta" ni un "cheque en blanco" para la realización de actos anticipados de campaña.
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Por cierto, luego que el Tribunal validara los debates entre candidatos en el periodo de intercampaña, José Antonio Meade, llamó a sus contrincantes a hacerlo.
"Es una decisión muy importante que reivindica lo que nosotros siempre hemos pensado, que al centro de un proceso electoral tiene que estar el contraste de ideas y el contraste de perfiles, y la mejor manera de contrastar es hablar con nosotros mismos", dijo.Por cierto, luego que el Tribunal validara los debates entre candidatos en el periodo de intercampaña, José Antonio Meade, llamó a sus contrincantes a hacerlo.
Por ello, solicitó a los demás candidatos un encuentro para debatir y aseveró que asistirá al lugar que los demás convengan.
Ivan Jurkovič, Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU en Ginebra, ha comunicado que “todos los ciudadanos de este mundo tienen la responsabilidad de cuidar la seguridad y la salud física y emocional de niños, que constituyen el futuro de nuestra sociedad”.
“La dignidad de nuestros niños está en riesgo y el superior interés del menor debería ser siempre prioritario, en todo contexto humanitario”, ha advertido el Observador de la Santa Sede, informa ‘Vatican News’.
Ello lo manifestó el lunes, 5 de marzo de 2018, en la 37ª Sesión del Consejo de los Derechos Humanos sobre el tema de los Derechos de la Infancia.
(cartón de Pedro Sol para Contexto de la Palabra).
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Las columnas políticas hoy, sábado 10 de marzo de 2018...
Templo Mayor/ Reforma..
EL PERIODO de intercampañas se ha convertido en todo un circo. En una pista, un "Bronco" y un "Jaguar" hacen prestidigitación para aparecer firmas de la nada y convencer a todos de que son reales.
EN OTRA, legisladores y funcionarios públicos se lucen en el trapecio pasando de un cargo a otro protegidos por la red del erario.
EN UNA ESQUINA, José Antonio Meade hace un constante acto de transformismo para convencer a los priistas de que sí es tricolor... y al resto de los mexicanos de que no lo es.
AL CENTRO de los reflectores, el uso de las instituciones del Estado en contra de Ricardo Anaya es el "elefante en la habitación" del que nadie quiere hablar.
Y, PARA rematar, Andrés Manuel López Obrador salió con que si hay un "fraude electoral" se puede soltar un tigre. ¡Ni P.T. Barnum!
TRAS enfrentar a un público con el que no conectó muy bien, Andrés Manuel López Obrador salió pitando de la convención bancaria de Acapulco, a diferencia del ganador en el aplausómetro, José Antonio Meade -quien, como ex titular de la SHCP, estaba en su elemento-, y de Ricardo Anaya, que repitió su presentación sobre el avance tecnológico y recibió una buena cuota de aplausos.
AMBOS se tomaron su tiempo para salir hacia el aeropuerto y, vaya casualidad, tomaron el mismo vuelo comercial a la CDMX. En el avión, Anaya caminó hacia la fila en donde estaba Meade para saludarlo y el ex titular de Hacienda se paró para extenderle la mano.
QUIENES vieron el breve encuentro cuentan que hubo puras palabras amables a pesar del pleito público que han sostenido las últimas semanas en un tono que, a ratos, ha sido bastante ríspido. Queda claro que lo cortés no quita lo vehemente... ¿o cómo era?
ALLÁ por Copilco dicen que ya hay un acuerdo con el desarrollador inmobiliario que proyectó dos torres de 20 pisos afuera de CU, a las que la UNAM se opone.
EL COMPROMISO sería que las torres tengan sólo 10 pisos para no afectar el paisaje del campus declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en el 2007. Y así, todos contentos.
UNA BUENA dosis de mexicanidad ha tenido Jared Kushner, asesor y yerno de Donald Trump. Seis días antes de visitar México, recibió en Washington a los copresidentes de Televisa, Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia.
LOS MEXICANOS fueron a la casa de Kushner en la calle Tracy Place del barrio Kalorama, donde vive con su esposa Ivanka y sus hijos, y llegaron con el presidente de Univisión, Haim Saban. ¿De qué habrán platicado con el "First Son-In-Law"? Es pregunta que no cambia de canal.
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Frentes Políticos/Excelsior.
I. Servicios financieros a más municipios. Para que un país cree círculos virtuosos, se requiere del apoyo del sector financiero. Y eso lo sabe muy bien el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, quien les dijo a los banqueros reunidos en la 81 Convención Bancaria que trabajen de la mano para llevar servicios bancarios a más municipios. Destacó que, de los cerca de dos mil 500 municipios, alrededor de mil 500 no tienen servicios financieros. Sin duda, para que un país crezca y se desarrolle plenamente, el sector financiero debe extender sus apoyos a más y más gente. Si más personas y emprendedores obtienen financiamientos podrán echar a andar proyectos productivos. El trabajo en equipo siempre rinde frutos.
II. Compromiso con banqueros. Además de lo anterior, Andrés Manuel López Obrador aseguró a los banqueros que su propuesta política no pretende afectarlos, reconoció la importancia de la banca y pidió su confianza. “No vamos a afectar a la banca en nada, tengan confianza. Se requiere de una banca fuerte en el país”, afirmó. Y no sólo eso, el político tabasqueño añadió que, de ganar la elección del próximo 1 de julio, respetará la autonomía del Banco de México (Banxico), gobernado por Alejandro Díaz de León. Ahora sí nos vamos entendiendo.
III. Brillo propio. Otra intensa semana de intercampañas cerró con la 81 Convención Bancaria, en Acapulco. Encuentro que se convirtió en el primer escenario donde se encontraron los candidatos a la Presidencia de México. Cada uno contó con cerca de una hora para plantear sus argumentos, ante banqueros y asistentes. Y lo que valdría resaltar es la participación de los independientes. Se vio a una Margarita Zavala apagada y aburrida; a un Jaime Rodríguez, El Bronco, al estilo Piporro, nada serio. En contraste, la frescura de Armando Ríos Piter, quien dejó un grato sabor de boca en la audiencia. Propuestas sólidas, realistas e innovadoras. Por si alguien lo dudaba, existe una opción que será competencia. Alertas. Por algo Ríos Piter fue de lo más ovacionado.
IV. En peligro. Nadie se salva en Guanajuato. Robo de trenes, secuestros, asaltos a mano armada, asesinatos y ahora se suman los ataques de comandos. En Celaya, dos agentes de Investigación Criminal de la PGJ estatal fueron emboscados por un grupo armado, ¡a tres cuadras de las oficinas de la Subprocuraduría de Justicia!, mientras se encontraban en un negocio de llantas. Una persona alcanzó a grabar con su celular el momento del ataque. Algunos elementos de la corporación, que acudieron al reporte, también fueron agredidos. Además de los ministeriales, tres civiles resultaron con lesiones. Más de 50 casquillos percutidos quedaron en el suelo como evidencia de que, tanto los gobiernos estatal de Miguel Márquez, como el municipal de Ramón Lemus Muñoz Ledo, perdieron el control.
V. Presión social. Hay que gobernar ciertas regiones de Oaxaca para saber que no se puede engañar a la gente. Vecinos de la colonia Las Palmas, en Juchitán, retuvieron a un funcionario del ayuntamiento, tras denunciar que, junto con el personal de la Sedatu, se negó a verificar algunas viviendas dañadas por los sismos de septiembre pasado. Los funcionarios acudieron a realizar una revisión de las casas para un probable segundo censo de edificaciones dañadas, pero al negarse a levantar datos de otras, en obra negra, los vecinos decidieron retenerlos. Eduardo Pineda López, comisionado de la Secretaría Municipal del ayuntamiento, rápidamente acudió a “liberar” a los funcionarios, pero los vecinos decidieron retenerlo a él y poncharon las llantas de su camioneta. Con la población no se juega. Ojalá así lo entendieran quienes hicieron perdedizos los recursos donados para la reconstrucción.
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Candidatos: cada quien su golpe
Retrovisor/IVONNE MELGAR
Excelsior...
Corrupción e impunidad es la dupla temática que está marcando a la competencia presidencial.
Y así pudo confirmarse ayer en la pasarela de la Convención Bancaria, donde los representantes del PRI, Frente opositor y Morena desplegaron sus ofertas.
Ganador del aplausómetro, el exsecretario de Hacienda, José Antonio Meade, disfrutó la afinidad del público y propuso una fiscalía autónoma.
Pero, además de afinar su postura ante una errática PGR, hay otra situación que parece habérsele revertido al equipo político del candidato: El manejo mediático de la llamada Estafa Maestra.
Entre priistas y funcionarios del gobierno es sabido que la titular de la Sedatu, Rosario Robles, antes de la Sedesol, ha padecido fuego amigo con la difusión de dicho expediente.
Cualquier revisión seria y sin fobias del manejo mediático de la llamada Estafa permite advertir que en la funcionaria han recaído señalamientos que la Auditoría Superior de la Federación no personalizó hasta ahora.
En medio del jaloneo aun en curso por las candidaturas del PRI al Congreso, se le subió volumen mediático al asunto, que ha terminado por afectar la campaña.
Porque al margen de la suerte de Rosario Robles, a quien alguien busca sacar de esas listas legislativas, ahora Meade necesita explicar qué tanto supo de la llamada Estafa Maestra, si fue omiso o si ésta representa al gobierno.
Y es que, en las campañas de un partido en el poder, resulta imposible deslindar entre funcionarios de uno u otro grupo.
Apenas ayer, Meade comentó que él metería la mano al fuego “por prácticamente todos” los funcionarios ahí reunidos.
Más tarde, cuestionado sobre el alcance de su reivindicación, el candidato aclaró que al 100 % sólo podía responder por él.
En su turno, Ricardo Anaya fue interrogado sobre la PGR y el presunto lavado de dinero del que mediáticamente lo acusa el PRI.
Ya en su rol de perseguido político, el frentista buscó la empatía de los banqueros: “Hoy soy yo y mañana es cualquiera de ustedes. Ahora resulta que tú vendes un inmueble y tienes la obligación de investigar previamente a la persona que vendiste”.
Impulsor desde 2016, cuando era presidente del PAN, del discurso electoral de ofrecer cárcel a los gobernadores, Anaya tiene la abolladura de un golpe que arrastrará a lo largo de la campaña.
Todavía ahora, aun cuando el panista consiguió un respaldo significativo a su denuncia de que la PGR “es una suerte de casa de campaña alterna del PRI”, hay quienes desde el cuarto de guerra de Meade le apuestan a una salida penal antes de que Anaya quede registrado mañana ante el INE.
La tensión entre corrupción e impunidad cobra en la historia del candidato del Frente niveles dramáticos, porque la moneda está en el aire en cuanto a qué narrativa saldrá victoriosa en esta puja.
De un lado, está la versión de un PRI que acusa al opositor de corrupto, sin probarlo todavía; y del otro, tenemos la defensa de la coalición PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, que señala al caso como ejemplo del uso faccioso de la PGR.
La tensión tendrá resultados en las urnas cuando sepamos quién ganó o perdió votos. Si el PRI que acusa a Anaya de ser dos caras. O el frentista que ayer dijo a los banqueros ser víctima de “una verdadera infamia”.
Apenas este jueves, la encuesta de Ulises Beltrán documentó aquí que los escándalos afectaron la percepción del potencial electorado sobre los candidatos.
El 37% atribuyó el caso de Anaya a una estrategia del PRI y del gobierno para debilitar su candidatura. Sin embargo, un 23% cree que las acusaciones son ciertas y 22% considera que ambas razones coexisten.
La encuesta reveló que, de los enterados de la Estafa Maestra, 74% piensa que Meade hizo poco o nada por investigar o castigar a quienes supuestamente desviaron recursos.
En cuanto a la incorporación del exlíder minero Napoleón Gómez Urrutia en la lista de candidatos plurinominales de Morena, el 46% reprueba que López Obrador busque protegerlo con la posibilidad del fuero.
Es un hecho que AMLO goza de un liderazgo que le ha permitido cobijar en su campaña, sin costos en las encuestas, a controvertidos personajes.
Pero el encuentro de ayer con los banqueros evidenció que sobre el abanderado de Morena gravitan dudas en torno a su oferta de combatir la corrupción con el ejemplo.
Las preguntas formuladas a López Obrador dieron cuenta de las reservas que en las élites persisten sobre él.
Y si bien buscó disipar temores con la promesa de que no habrá expropiaciones ni confiscación de bienes, al final azuzó con la advertencia de que, ante un fraude, habrá descontento.
Ahí están las tres apuestas. La de Meade: Una biografía que describe impoluta y por encima del partido y el gobierno que representa.
La de Anaya que, asumiéndose víctima del uso político de las instituciones, plantea romper el pacto que desde el poder ha mantenido la impunidad.
Y la oferta de López Obrador, que habla de limpiar la corrupción de arriba para abajo y amarrar al tigre de la inconformidad social que, según amagó, quedará suelto si pierde a la mala.
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La suerte de Anaya, y del Frente, en manos de Barreiro
Arsenal/FRANCISCO GARFIAS
Excelsior
Ricardo Anaya no baja la guardia. Se mantiene en la estrategia del contraataque. En lugar de aclarar las dudosas operaciones inmobiliarias en las que se le involucra, se aferra al discurso del “uso faccioso” de las instituciones para atacar opositores.
En la Convención Bancaria que se celebra en Acapulco, el candidato presidencial del Frente dijo que “La PGR está convertida en una especie de casa de campaña del PRI”.
Es cierto que la PGR se ha prestado al juego del PRI-gobierno. La torpeza del video que balconea a Anaya, a Diego y el “hijo de puta”, que se le atribuyó durante la estancia de ambos en la Procuraduría, no deja lugar a dudas.
Hay un claro sesgo electoral en el escándalo. Al joven panista lo ven como un contendiente que puede crecer y le han sembrado la precampaña de minas que ya ha pisado.
Pero Jorge Castañeda, Denise Dresser, Martha Tagle, Emilio Álvarez Icaza; Los Chuchos, Manuel Granados, Alejandra Barrales, Dante Delgado y todos los que han arropado al candidato del Frente deberían reconocer públicamente que Ricardo Anaya no ha dado una explicación contundente de los negocios inmobiliarios que ampliaron su patrimonio.
El otrora llamado Joven Maravilla nunca ha mostrado el crédito de cinco millones de la casa de su esposa que, según la parte acusadora, sólo valía cuatro millones y medio, para completar los 10 millones que costó la famosa nave industrial, que después vendió al empresario Manuel Barreiro en 54 millones.
Anaya jura que los otros cinco millones salieron de sus ahorros. Tampoco ha sido claro sobre sus relaciones con el empresario amparado ni explica cómo, súbitamente, apareció sentado en 54 millones en una empresa que le costó menos de la quinta parte.
En su discurso en la Convención Bancaria, al abanderado del Frente nomás le faltó pedir que no se investigue el presunto lavado de dinero, porque es un candidato presidencial.
Hay que recordarle que los candidatos no tienen fuero. El del Frente está muy expuesto. Su suerte parece estar en manos del empresario Manuel Barreiro, vinculado a Ricardo, quien enfrenta serias acusaciones de lavado de dinero.
Hay indicios de que Barreiro está dispuesto a cooperar con las autoridades. Otros dos que participaron en la trama ya lo hicieron. Ahora son algo así como testigos protegidos.
Si el empresario habla, el Frente estaría en problemas y Anaya hundido, nos dicen fuentes que siguen las investigaciones.
Le preguntamos a Aurelio Nuño sobre las declaraciones del joven panista en la Convención Bancaria que se celebra en Acapulco. Respondió: “Está ejerciendo presiones políticas sobre la PGR para que no lo investiguen. Nosotros, por el contrario, exigimos que se aceleren.
“Faltan cuatro meses para las investigaciones. La gente tiene derecho a saber si lavó dinero o no”, subrayó.
A José Luis, Chanito, Toledo lo persigue la sombra del exgobernador de Quintana Roo, Roberto Borge. Era su delfín para sucederlo en la gubernatura.
Cuando Marcelo García, hombre cercano a Moreno Valle, me pidió escucharlo, lo dudé, pero al final acepté.
Toledo ya renunció al PRI. Va ahora por la alcaldía de Cancún, pero con la camiseta de la coalición Por Quintana Roo al Frente, con el apoyo, dice él, del gobernador aliancista Carlos Joaquín González.
En la mesa nos contó su verdad sobre lo que ocurre en Quintana Roo y el papel de cacique que juega Jorge Emilio González, otrora Niño Verde. Toledo jura que le tumbaron la candidatura del PRI al gobierno de esa entidad por no aceptar ser un “títere” del PVEM. Ese papel sí lo aceptó Mauricio Góngora y perdió, según Chanito.
Cuenta que Jorge Emilio estaba molesto con el gobierno federal porque no le dieron la candidatura en Zacatecas al PVEM. Para calmarse, el ahora Señor Verde quería poner al góber de Quintana Roo.
El PVEM ahora quiere la reelección de Remberto Estrada Barba en el municipio de Cancún. Cuenta para ello, según Toledo, con el reparto de 65 mil despensas al mes.
El alcalde en funciones llevaría como adversarios a Greg Sánchez, abanderado del PES (la alianza con Morena se rompió a nivel local) y a Mara Lezama, una popular locutora, que iría por el partido obradorista.
Pero su adversario a vencer es Chanito, quien se ganó el respeto de los habitantes de Cancún por su respaldo a los afectados en las cajas de seguridad de First National Security.
Llegó al correo de Arsenal un artículo del sindicato minero. Nos llamó la atención porque venía firmado por Napoleón Gómez Urrutia.
El mensaje contiene obuses contra el senador del PRI, Tereso Medina, dueño, según el exiliado en Canadá, de muchos contratos de protección patronal.
“Lo detallaron las compañeras de las maquiladoras de Coahuila en su encuentro con los congresistas demócratas Bill Pascrell y Sandy Levin, en el marco de la última ronda de negociaciones del TLC”, escribe Napito.
Y agrega: “Ese señor Medina es uno de los autores de la última propuesta de reforma laboral que pretende eliminar los derechos democráticos de los trabajadores para escoger sus sindicatos y perpetuar los salarios de miseria”.
El sindicato minero, paralelamente, envió otro desafiante texto: “Podrán seguir con campañas sucias, pero lo cierto es que Napoleón Gómez Urrutia va a contender por el cargo de Senador de la República, les guste o no.
“No pueden seguir con la mentira de que está vinculado a un asunto del que fue exonerado en 2014 y en el que incluso Interpol resolvió cancelar la ficha roja, por considerar que en México era un perseguido político”.
La pregunta aquí es: si Napito no se robó los 55 millones de dólares de los mineros, ¿dónde están?
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Las cuentas de Anaya....., ¿el golpe letal?
Columna Serpientes y Escaleras/ Salvador Garcia Soto...
SDP; @FedericoArreola
sáb 10 mar 2018 10:44
Se vale que El País tenga candidato en México; es guerra sucia inmoral dar golpes bajos a la familia de López Obrador
En España —o en Catalunya: digamos sí, por elemental convicción democrática, a la voluntad independentista de millones de catalanes que, por supuesto, tienen derecho a intentar deshacerse de la tan lamentable como desprestigiada monarquía española—, el diario El País, todavía el más importante en nuestro idioma, ha perdido credibilidad por haber tomado partido abiertamente contra el terco y, ni hablar, ya mayoritario movimiento secesionista en la región más próspera de la península ibérica integrada, hasta ahora, por tres países —España, Portugal y Andorra— y el territorio británico de Gibraltar y en la que pronto, parece inevitable, habrá una nueva nación independiente, cuya capital será la bella ciudad de Barcelona.
En el conflicto catalán, es un hecho, El País no ha realizado periodismo, sino activismo político. No solo contra el independentismo, que podría hasta resultar aceptable en términos de la defensa de cierto ideal de unidad nacional, sino obscenamente a favor de la peor derecha española que sigue aferrada a la decadente figura de un rey venido a menos y que, encima, está a años luz de ser un atractivo turístico: Felipe VI luce como una caricatura frente al encanto de Isabel II —ella sí, una marca global en la industria del turismo—, la legendaria monarca del Reino Unido.
En México, El País juega claramente para el equipo del candidato del PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya, lo que es su derecho: lo ha demostrado en numerosas publicaciones en las que promedia, contra la más elemental lógica, encuestas buenas y malas, cuchareadas y no, independientes y vendidas que terminan por acercar, con evidentes propósitos propagandísticos, a Anaya a López Obrador o bien por llegar a conclusiones ridículas como que el panista es el “candidato mexicano que menos rechazo genera”.
Hasta ahí, digamos que es legítimo el activismo político de El País para tratar de influir en los votantes mexicanos. Lo que no se vale es la guerra sucia que empieza a aparecer en sus páginas. El golpe bajo que hoy da el diario español a los hijos de Andrés Manuel Lopez Obrador no solo es ruin en sí mismo, sino que, como ha dicho José Jaime Ruiz en su columna, anuncia “una campaña negativa en su contra, estilo de vida y grabaciones ‘comprometedoras’...”.
El dinero de Anaya
El Universal ha divulgado que corre la versión, entre banqueros, de que pronto habrá nuevas revelaciones acerca del patrimonio de Ricardo Anaya. Según la columna Bajo Reserva, en Estados Unidos se investigan las finanzas del candidato del PAN-PRD-MC.
Un colaborador del diario presidido por Juan Francisco Ealy Ortiz, Salvador García Soto, habló con colaboradores del panista:
“Interrogados sobre la versión de un ‘golpe’ desde EU por una investigación financiera, en el equipo cercano del candidato Anaya responden: ¡Estamos tranquilos. Todo es dinero privado. Podrían decir que es mucho o poco, pero nunca que le quitó las quimios a los niños o el dinero para las becas educativas’. ¿Será explicación suficiente ante un golpe que venga desde Washington?”.
No sé si la explicación sea suficiente, sí sé que el dinero “privado” puede ser tan ilegal como manejar indebidamente dinero público. El Chapo Guzmán no tuvo acceso jamás al erario: su fortuna se la ganó en el negocio privado, pero ilegal, de vender droga a particulares. Hasta usó sus recursos para suplir los programas sociales del gobierno en no pocas comunidades rurales donde actuaba como Robin Hood. Pero el del señor Guzmán era dinero sucio.
Esa es una mala defensa de Ricardo Anaya, que quizá sea inocente de todo lo que se le acusa. No pienso que él sea un delincuente. Para salir del problema va a tener que dejar de atacar a quienes lo atacan para, simplemente, dar explicaciones sensatas y sencillas acerca de su modo de vida. Si se tranquiliza podrá hacerlo. Si sigue en el enojo respondiendo a cada golpe con otro golpe, seguirá en peligro de caer noqueado. En el box, el fajador pega, pero lo pegan. El estilista —sí, el que boxea a prudente distancia del rival—, si hace bien su trabajo difícilmente recibe el golpe de nocaut y llega al final del enfrentamiento de pie y con posibilidades de obtener a victoria. Lo que más le conviene a Anaya es seguir en la pelea hasta el final. El feroz intercambio de chingadazos que se trae con el presidente Enrique Peña Nieto no es su terreno. Si no por otra cosa porque, de momento, EPN tiene más fuerte pegada. Y, si se lo propone, puede mandar a su adversario a la lona, lo que sobre todo ocurrirá si Anaya sigue ahí, cerquita de los puños del todavía inquilino de Los Pinos.
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Arreola se refiere a este reportaje....
La nomenclatura de López Obrador
Nota de LUIS PABLO BEAUREGARD/
El País, México 9 MAR 2018 - 17:07
Morena no es el partido de un solo hombre. Su carismático líder, Andrés Manuel López Obrador, también comparte el poder con su familia. José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán, los tres hijos de su primer matrimonio, se han convertido en perfiles clave dentro de la tercera campaña del candidato presidencial de izquierdas, quien lidera todos los sondeos rumbo al 1 de julio. Algunos grupos dentro del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) llaman “la nomenklatura” a los herederos de López Obrador, pues tienen tareas específicas, pero poco claras dentro de una organización muy vertical.
José Ramón López Beltrán (derecha) se fotografía con un militante de Morena. MÓNICA GONZÁLEZ
José Ramón, de 36 años, es un abogado de la Universidad Nacional (UNAM). En noviembre de 2016 fue elegido como enlace estatal en el Estado de México en el segundo Congreso nacional del partido. Desde entonces recorre en su vehículo los municipios de la entidad proyectando videos de López Obrador a las bases. Cuando descansa los domingos se le puede ver en los palcos de Ciudad Universitaria en los partidos de fútbol de los Pumas. “Es muy trabajador”, dice una estratega del partido en Ciudad de México.
José Ramón es el encargado de la cohesión de las estructuras sobre el terreno y de lo que será fundamental para la jornada del 1 de julio: la defensa de las casillas ante la maquinaria del PRI. La última palabra sobre la estrategia en el Estado de México, sin embargo, la tiene Higinio Martínez, un influyente cacique local fogueado en las filas del PRD.
Los tres varones son hijos de Rocío Beltrán Medina, la primera esposa del candidato presidencial. Beltrán, una socióloga nacida en el Estado de Tabasco, falleció por una enfermedad del sistema inmunológico a los 46 años en enero de 2003, cuando López Obrador era jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Sus tres hijos tenían entonces 22, 18 y 12 años.
Un estilo marca la forma de hacer política de los hijos de López Obrador. No les gusta figurar y son reacios a los reflectores. “Somos trabajadores como millones de mexicanas y mexicanos. No habrá nepotismo. Yo no voy a trabajar en el Gobierno”, afirmó José Ramón a este periódico cuando se le solicitó una entrevista. Recientemente, el propio aspirante presidencial respondió airadamente a un grupo de periodistas veracruzanos que lo increparon para saber de qué viven sus vástagos. “Se dedican a trabajar de manera honesta y son honrados. Uno es abogado, el otro es politólogo y el otro es maestro”, contestó. Gonzalo Alfonso, el menor de los tres López Beltrán, tiene 25 años y estudió Sociología. Su postura dentro de Morena es la más flexible pues es enviado a varias entidades, entre ellas Tlaxcala, la entidad más pequeña de México. López Obrador tiene un cuarto hijo, Jesús Ernesto, con su segunda esposa, Beatriz Gutiérrez Muller.
El polémico liderazgo de Andy
El politólogo de la UNAM tiene 31 años y es Andrés Manuel, o Andy, como lo llaman los militantes de Morena. Su rostro se hizo público hace nueve años, cuando la prensa publicó fotografías de él utilizando zapatillas de Louis Vuitton de 800 dólares en un mitin de su padre. Desde entonces, el estilo de Andy no ha estado exento de polémica. Algunos de sus detractores, sobre todo simpatizantes de Martí Batres, el presidente del partido en la ciudad, lo describen de trato “arrogante y soberbio”, inalcanzable y caprichoso.
El liderazgo de Andy, de 31 años, ha causado molestias. “Había resistencias cuando fue nombrado enlace estatal”, recuerda un legislador de Morena. Algunos miembros de alto perfil de la organización reprueban sus formas de dirección. “El estilo de Andy es el que ha dolido a muchos militantes”, afirma la estratega que ha auxiliado en la operación política al partido en varios Estados, entre ellos la Ciudad de México. Un militante de la delegación Miguel Hidalgo asegura que lleva tres años solicitando una audiencia con él sin ser recibido. “No habla con la militancia”, agrega para subrayar la distancia con las bases. “¿Qué doctor da receta sin conocer al paciente?”
Andy es uno de los cuadros más destacados en la capital. En diciembre de 2013, mientras su padre se reponía en la cama de un hospital de un infarto al miocardio, Andy lo representaba en los cercos que Morena hizo frente al Senado para evitar la aprobación de la reforma energética que abrió el sector al capital privado.
Quienes conocen los delicados equilibrios internos de Morena afirman que Andy fue colocado en la Ciudad de México como contrapeso a Batres, un político en el que López Obrador desconfía a pesar de su cercanía. “Batres no existe aquí. Andy es quien lleva las riendas del partido en la capital”, afirma la estratega morenista que pide no ser citada por su nombre. Otro militante de la ciudad asegura que este encargo ha generado “muchas inconformidades”. “La capital le quedó grande” al político en ciernes, dice. “El liderazgo no se traslada necesariamente”, agrega.
Andy fue quien decidió la mayoría de los aspirantes a las 16 delegaciones que será votada el 1 de julio en la ciudad. Durante meses intentó que dos altos perfiles del partido, el senador Mario Delgado y el diplomático Héctor Vasconcelos, aceptaran una candidatura por una alcaldía en la Ciudad de México. Los políticos se sintieron presionados porque no estaban interesados en el cargo, pero pensaron que la petición llegaba de López Obrador y al negarse a ella iban a ser castigados. No obstante, era una decisión tomada por López Beltrán a motu proprio. “Toma decisiones sin consultarlo con su padre”, dice una de las fuentes consultadas.
Uno de los candidatos a la ciudad es Víctor Hugo Romo, un polémico exalcalde del PRD sobre quien recaen sospechas de corrupción. “Andrés estaba abiertamente en contra de su candidatura”, dice un militante, una de muchas voces que criticaron la incorporación a Morena del exdiputado del PRD. Andrés Manuel Jr. perdió esta batalla a manos de Gabriel García Hernández, el poderoso secretario de organización de Morena, quien es amigo de la infancia de Romo. Este episodio matiza las versiones que sobreestiman la influencia de Andy. “Tiene poder real, pero no es omnipotente”, dice un legislador morenista.
Los cercanos a Andy creen que, a pesar de su juventud, tiene una madura visión estratégica. “No irá al Gobierno. Asume costos altísimos sin ningún beneficio”, asegura una de las fuentes consultadas. La estructura electoral que está formando será puesta a prueba el 1 de julio. Su equipo cercano confía en que superarán los 3.5 millones de votos en la capital de México, rompiendo el techo de los 2.8 millones conseguidos por López Obrador en 2006. Un triunfo de esa magnitud significaría la irrupción en política de Andrés Manuel López Beltrán, una trayectoria e influencia que hoy se oculta con vehemencia.#
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Los mexicanos de acá/Jorge Ramos Ávalos
Reforma, 10 Mar. 2018
Los mexicanos de acá, los que vivimos en Estados Unidos, no nos fuimos de México por un capricho. Nos fuimos porque nos teníamos que ir. Algunos por razones económicas, otros huyendo de la violencia, todos para bus- car nuevas y mejores oportunidades.
Cuando era niño nunca les dije a mis papás: "Quiero ser inmigrante". Les dije que quería ser futbolista, astronauta y hasta rockero, pero nunca aspiré a irme de mi casa ni de mi país. Me hubiera gustado quedarme en México. Pero, como les ocurre a todos los inmigrantes, algo me expulsó de mi país y algo me atrajo a otro. (Mi lista de razones que me expulsaron era corta pero contundente: censura, falta de democracia, pocos espacios para crecer...).
No hay día en que no piense en regresar o en algo que dejé en México. A nadie le gusta dejar a su familia, a sus amigos, su cuadra, sus rincones y olores. Pero después de muchos años viviendo fuera de México, inevitablemente, crecen las distancias y las ausencias. La nostalgia empieza por la boca. Me siguen fascinando los tacos al pastor -sin piña, por favor- pero ya no aguanto las salsas más picantes. Y así, mordida a mordida, nos vamos convirtiendo en extraños para los nuestros.
Tras 35 años en Estados Unidos tengo que reconocer que ya nunca seré suficientemente mexicano para muchos mexicanos (de la misma manera en que muchos estadounidenses no me consideran de su país). Y sin embargo, seguimos conectados por esa historia común que nunca se borra.
Hace poco, antes de ganar el Óscar por mejor director, le preguntaron a Guillermo del Toro -otro mexicano autoexiliado en Estados Unidos- cómo podía conjugar en sus películas el amor con sus monstruos. Su respuesta fue genial: "Porque soy mexicano". Los mexicanos hemos aprendido a maniobrar entre la terrible violencia del país -casi 100 mil muertos en este sexenio- y un extraordinario entusiasmo por la vida. Cuando tienes la muerte tan cerca (como Guillermo, a quien le secuestraron a su padre en 1998), la fiesta es mucho más sabrosa.
En Estados Unidos vivimos más de 36 millones de personas de origen mexicano y de los cuales 12 millones somos mexicanos nacidos en México. Y a pesar de todo, tenemos una fuerte conexión con México. No solo tenemos familia allá, sino que enviamos miles de millones de dólares en remesas y seguimos muy de cerca lo que pasa políticamente.
Además, tenemos el derecho de votar desde el extranjero. La primera vez fue para la elección presidencial del 2006. Pero no ha sido fácil y parecería que el sistema está hecho para limitar nuestra participación. Un ejemplo; aunque hay millones de mexicanos en Estados Unidos, en las votaciones para Presidente en el 2012 solo 40,714 mexicanos votaron desde algún país en el extranjero.
Este año tampoco promete mucho. Hasta enero de este 2018 solo se habían registrado para votar 40,759 mexicanos en el exterior, según información del Instituto Nacional Electoral (INE). Yo también voy a votar en las elecciones de México. Pero el proceso ha sido un laberinto burocrático.
Ya se puede sacar la credencial de elector desde los consulados mexica- nos en el exterior. Yo la saqué en el consulado en Miami. Hice mi cita llamando al 1-877-6394835. Pero no sé qué santo me permitió encontrar mi acta de nacimiento original. Tres semanas después me llegó por correo la credencial por servicio Estafeta. Pero tuve que ir a la oficina de correos a recogerla y firmar.
Luego, con credencial en mano, me registré en internet para votar (en www.votoextranjero.mx). Pero la página no es muy clara y tuve que llamar a otro número para asegurarme que estaba haciendo el trámite correcto. A partir del 21 de mayo recibiré el paquete electoral para votar por presidente de México y, en mi caso, jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Y luego de escoger a mis candidatos, mi voto tiene que llegar por correo antes del 30 de junio.
He pasado días en esto y el INE pagará muy caro por tanto servicio de paquetería internacional. ¿No hay otra forma más fácil, efectiva y segura de votar desde el extranjero? ¿Qué hacer para que voten millones y no solo unos cuántos?
Otros países lo hacen con bastante éxito y sin peligro de fraude.
Los mexicanos de acá queremos estar más cerca de México. Si nos dejan...
@jorgeramosnews
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El silencio/ Jorge Volpi
De lo que no quieren hablar es de la causa que está detrás de la violencia.
Jorge Volpi
Reforma, 10 Mar. 2018
Los oímos hablar mañana, tarde y noche. En precampaña, en intercampaña y muy pronto en campaña, sean lo que fueren estas denominaciones. En cada estado y en cada municipio que visitan. En cada entrevista en prensa, radio y televisión. En cada discurso, en cada arenga, en cada mitin. Los oímos hablar sin tregua, como si en realidad no hicieran otra cosa. Para acusarse mutuamente, para increparse, para denostarse. Para soliviantar a sus incondicionales y para amedrentar a sus adversarios. Para prometer que resolverán todos los problemas del país, para prometer que serán intachables, para prometer que sólo ellos podrán salvarnos. Palabras y palabras y palabras. Un blablablá continuo, ininterrumpido: el ruido de fondo en nuestra vida cotidiana.
Y, detrás, el silencio.
Un silencio ominoso, grotesco, salaz. Porque ellos, nuestros verborreicos candidatos a la Presidencia, hablan y hablan para impedir que ese silencio los exhiba. Para tratar de que ese silencio no los ponga en evidencia o en ridículo. Para hacer como si ese silencio no existiera. Enfrascados en sus inagotables soliloquios, hacen hasta lo imposible por no referirse a uno de los temas cruciales de nuestro aciago tiempo mexicano: la guerra contra el narco, desatada en 2006 y continuada de manera ininterrumpida hasta nuestros días.
Se refieren si acaso, oblicuamente, a la violencia; prometen, como tantas cosas, acabar con ella, pero ninguno cuenta con un plan concreto, con una alternativa a lo hecho hasta ahora -nuestro fracaso continuado-, con alguna idea refrescante o profunda. Todos prefieren evadir las causas del conflicto de puntitas, pasar rápidamente por el tema o apuntalarlo con ocurrencias de último momento antes que enfrentarse directamente, cara a cara, al mayor de nuestros desafíos. Sí, al mayor, porque ningún otro -la desigualdad o la corrupción en primer término- ha provocado decenas de miles de muertos, de desaparecidos, de desplazados.
Es entonces, al recordar estas cifras, que su silencio se hace aún más incómodo, más irritante, más obsceno.
Porque de lo que no hablan, de lo que no quieren hablar, es de la causa que está detrás de la violencia y sus incontables víctimas. Porque de lo que ninguno quiere hablar es de las drogas, de nuestra absurda política de drogas, y de la necesidad de alterarla radicalmente.
PAN y PRI se ven atados de manos: el primero como responsable de lanzar la guerra contra el narco y el segundo de continuarla y reforzarla. Por más que Anaya esté peleado a muerte con los calderonistas -aunque Margarita Zavala haya dejado el partido muchos de sus simpatizantes continúan en sus filas- y que se esfuerce por sugerir una posibilidad más abierta, en realidad no ha fijado una postura sobre la legalización de las drogas, empezando con la mariguana. Con el nuevo conservadurismo que lo impregna con la llegada de Meade y Arriola, el PRI es aún más reacio a siquiera discutir el tema. Hace seis años todavía podría haberlo intentado como respuesta al desastre dejado por el PAN, pero ahora, tras demostrar que siguió su misma estrategia -solo con menos énfasis mediático-, no se atreve a tocar el asunto.
Más penosos son los casos del PRD y de Morena. Quienes en teoría deberían representar las posiciones más abiertas, también prefieren ese silencio. En ambas agrupaciones hay unos cuantos activistas que insisten en discutir el tema de la legalización, pero son voces aisladas, casi perdidas frente a la indiferencia de sus dirigentes. Convertido en comparsa del PAN, el PRD no parece interesado en poner este tema en la agenda central del Frente. En Morena, mientras tanto, López Obrador mantiene el mismo conservadurismo social al que nos ha acostumbrado y, dueño absoluto de su discurso, no se plantea abordar el debate.
¿Cómo es posible, me pregunto, que ninguno de los tres candidatos punteros se atreva a entrar en el asunto más urgente para el país? ¿Cómo es posible que su silencio no nos parezca vergonzoso y ultrajante? ¿Cómo es posible que, con su silencio, les permitamos seguir siendo cómplices de las miles de muertes inútiles que nos asedian desde hace doce años?
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Política y diplomacia ausentes
SOBREAVISO / René Delgado
Reforma, 10 Mar. 2018
La administración cierra dando palos de ciego hacia afuera y hacia dentro.
Por los indicios, el temor a perder el poder la precipita a jugar con la idea de entregarse al adversario externo y eliminar al adversario interno. Y decir jugar es eso, no tomar decisiones serias. Si, al inicio de año, se preveían la rene- gociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el proceso electoral como los riesgos principales para la estabilidad política y económica, hoy juega a convertirlos en peligro.
A los caprichos y desplantes de Donald Trump, el canciller Luis Videgaray sonríe obsequioso, mientras dobla la cerviz y pone en ridículo al jefe de Gobierno. A la falta de carisma del candidato oficial, el encargado de la Procuraduría, Alberto Elías Beltrán, ofre- ce doblar al adversario panista y, así, dar satisfacción al jefe del Partido. Y, entre el jefe de Gobierno y el jefe de Partido, el jefe de Estado languidece.
En el reparto de palos sin sentido, se afronta el trance de gestar la crisis sexenal que, una y otra vez y tras dolorosos sacrificios, obliga al país a ponerse de pie para caer de nuevo.
Si desde Gustavo Díaz Ordaz -a excepción del traspaso de poder de Ernesto Zedillo- la crisis sexenal estrella los anhelos nacionales, la amenaza de ésta incorpora ingredientes singulares. Arrancó no al final, sino apenas al concluir el primer bienio, justo cuando la administración debió erguirse en gobierno. Premió, en vez de castigar errores -Luis Videgaray los opera pro- fundamente agradecido. Y combinó y conjugó elementos políticos, sociales, criminales y, a determinar, si no económicos.
Del genio original de la administración se hizo artificio. Del afán de mover a México, estancamiento. De la decisión, titubeo. De la osadía, miedo. De la corrupción voraz, tradición cupular.
En tal circunstancia, las políticas interior y exterior naufragaron. La interior derivó en transa y complicidad, cuando no en asunto de gendarmería. La exterior se confundió, primero, con turismo de levita, ahora, con ejercicio de sumisión y entrega. De la comunicación en torno a ellas se hizo práctica de silencio, evasión, propaganda y, últimamente, reclamo por el descontento y malestar social.
De a poco, impunidad y pusilanimidad estamparon su sello en la gestión.
Nunca la Cancillería había celebrado sus fracasos. Hoy, festeja ser objeto de una extorsión que, si todo resulta como Donald Trump exige, quizá no se consume. Ninguna lección se despren- dió del error de invitar al hoy presidente estadounidense, cuando todavía no lo era; de organizar una visita presidencial a Estados Unidos y anularla en la víspera; tampoco de reintentar el encuentro entre los mandatarios para abortarlo a raíz de un ríspido telefonema. De error en error, se pretende tropezar con el acierto.
Ahora, el jefe del Ejecutivo trata con el yerno y asesor disminuido del presidente Trump, y la Cancillería, oronda, comunica: "En relación con una posible reunión entre el presidente Enrique Peña Nieto y el presidente Donald Trump, los funcionarios de ambos países acordaron que la realización de dicho encuentro dependerá del nivel de progreso alcanzado en los acuerdos vinculados con la relación integral, incluyendo el TLCAN y otros temas en materia de seguridad, migración y cooperación económica".
El dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha de estar muerto de risa por el servicio prestado por la Cancillería mexicana a Estados Unidos en relación con él y aceptar, por recompensa, una amenaza con ribetes de chantaje.
¿Y el Senado mexicano? Bien gracias, desinteresado en pedir cuentas al canciller Videgaray de lo que trata sin informar a esa soberanía y en saber por qué se brinca protocolos y en qué términos negocia con el vecino.
Hoy la política exterior mexicana es extensión de la estadounidense que, sobra decirlo, es la anti-política.
En materia de política interior ocurre un hecho curioso.
Una y otra vez se presumen las reformas estructurales, particularmente, en el campo de la energía, las telecomunicaciones y la educación, pero se oculta el brutal fracaso de la reforma político-electoral que forma parte de ellas y cuyas lagunas integran la mar de agujeros.
Esa reforma, hoy, tiene descabezado al aparato de procuración de justicia, rebasado al Instituto Nacional Electoral y hecho un rompecabezas sin armar el gobierno de coalición. Y, sin mencionarlos, en el campo de la seguridad pública, interior y nacional, los yerros profundizan la fosa en que se ha convertido al país. Esos proyectos sin concepto ni estrategia presagian un problema político, social y criminal, superior al visto.
En tal condición, la administración está forzada a decidir si presenta o no ante un Ministerio Público o un juez al candidato presidencial panista. El titubeo es ya insostenible sobre todo porque, con o sin Ricardo Anaya, el candidato oficial nomás no cala en la preferencia electoral. El dictador venezolano, Nicolás Maduro, ha de estar muerto de risa de ser acusado por México de perseguir a sus adversarios políticos.
Eliminar al adversario sin contar con un candidato competitivo podría terminar por asegurar al grupo tricolor hegemónico el segundo lugar en la competencia.
Inconcebible la tentación oficial de convertir en peligro los riesgos que por sí solos amagan al país.
· EL SOCAVÓN GERARDO RUIZ
¿La ausencia del secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, en la entrega de los premios de Administración Pública y a la Cultura de la Igualdad de Género a su dependencia fue porque los entregaría, además del secretario de Marina, el almirante Vidal Francisco Soberón, la secretaria de la Función Pública, Arely Gómez, quien le puso lupa al socavón?
sobreaviso12@gmail.com
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¿Congreso simulado?
COLABORADOR INVITADO / Francisco Berlín Valenzuela y Juan-Pablo Calderón Patiño
Reforma, 10 Mar. 2018
Desde hace décadas el Congreso Mexicano se ha caracterizado por venir ejerciendo su actividad en el contexto de una democracia simulada, que hace palidecer la teoría de la división de poderes que, en nuestro país, tiene una existencia más formal que real. Primero, porque el presidencialismo como régimen de gobierno ha venido opacando siempre la presencia del poder legislativo, reduciéndolo a ser considerado como un poder subordinado; en segundo lugar, porque es indudable que la conformación de un sistema de partido hegemónico o dominante, por casi 71 años, impidió o dificultó la llegada de otros partidos a los congresos federales o locales.
Esta situación ha hecho que el pluralismo democrático haya venido avanzando a un paso tan lento, que ha hecho del legislativo un órgano desprestigiado, deslucido y carente de credibilidad en la sociedad, por los constantes actos de sumisión frente al poder presidencial.
No es sino hasta el año de 1997 que la pluralidad política logra expresarse con mayor fuerza en el Congreso de la Unión, al posibilitarse, a través de las alianzas partidarias, mayorías legislativas, que han hecho sentir su empuje mediante acciones concertadas entre las fuerzas opositoras al partido oficial. Antes, la diversidad política dentro del PRI tuvo en las cámaras inclusión y procesamiento.
Con los triunfos electorales del PAN, el ejecutivo federal cambió de dirección, efectuándose la alternancia política en los años 2000-2012. La alternancia en los estados de la República ya era una realidad desde 1989. Hoy los analistas se preguntan ¿cuál será la integración de la próxima legislatura federal, en el contexto de las elecciones del primero de julio?
Dadas las características del sistema electoral, los comicios se han venido fraccionando en tercios, tanto a nivel federal como local, pues las leyes de la materia se han quedado estancadas en una sola vuelta electoral, que da como resultado que triunfe el partido que tiene el mayor número de votos, originando resultados casi con "empates técnicos" que generan desconfianza y baja credibilidad en la ciudadanía. La adopción del sistema electoral a dos vueltas, que produzca mayorías claras e inobjetables para generar gobiernos con mayor apoyo popular y mayores posibilidades de gobernabilidad, ¿es la salida?
En materia parlamentaria, se advierte una evidente falta de preparación de cuadros, así como gran improvisación de los candidatos que los partidos proponen para llegar al Congreso y a las legislaturas locales, pues su preocupación nunca ha sido que los probables representantes populares adquieran los conocimientos necesarios para cumplir las funciones de tan importantes cargos. Después de la aprobación del Pacto por México, que nació desde las cúpulas partidarias, el Congreso debe retomar su doble papel de legislador y contrapeso del ejecutivo. Pretender que "constitucionalizando" los derechos de los mexicanos, sin edificar la legislación de "cómo realizarlos", se es buen legislador, es una simulación que pasará la factura, tal cual la hiperinflación de asuntos sin mayor fuerza ciudadana que el interés momentáneo y personal del legislador.
La frágil democracia mexicana seguirá en pendiente descendente, si no se corrigen las patologías que padecen nuestros procesos electorales y la operación en el poder. Se ha querido hacerlos más confiables y creíbles, ante una ciudadanía cada vez más escéptica, pero capaz de exigir un legislativo a la altura de la gobernabilidad democrática y que muy posiblemente sea testigo del fin del sistema de partidos que conocimos desde 1989.
Francisco Berlín Valenzuela es doctor en Derecho Constitucional por la UNAM. Juan-Pablo Calderón Patiño es internacionalista por la Universidad Iberoamericana.
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@jvolpi
Templo Mayor/ Reforma..
EL PERIODO de intercampañas se ha convertido en todo un circo. En una pista, un "Bronco" y un "Jaguar" hacen prestidigitación para aparecer firmas de la nada y convencer a todos de que son reales.
EN OTRA, legisladores y funcionarios públicos se lucen en el trapecio pasando de un cargo a otro protegidos por la red del erario.
EN UNA ESQUINA, José Antonio Meade hace un constante acto de transformismo para convencer a los priistas de que sí es tricolor... y al resto de los mexicanos de que no lo es.
AL CENTRO de los reflectores, el uso de las instituciones del Estado en contra de Ricardo Anaya es el "elefante en la habitación" del que nadie quiere hablar.
Y, PARA rematar, Andrés Manuel López Obrador salió con que si hay un "fraude electoral" se puede soltar un tigre. ¡Ni P.T. Barnum!
TRAS enfrentar a un público con el que no conectó muy bien, Andrés Manuel López Obrador salió pitando de la convención bancaria de Acapulco, a diferencia del ganador en el aplausómetro, José Antonio Meade -quien, como ex titular de la SHCP, estaba en su elemento-, y de Ricardo Anaya, que repitió su presentación sobre el avance tecnológico y recibió una buena cuota de aplausos.
AMBOS se tomaron su tiempo para salir hacia el aeropuerto y, vaya casualidad, tomaron el mismo vuelo comercial a la CDMX. En el avión, Anaya caminó hacia la fila en donde estaba Meade para saludarlo y el ex titular de Hacienda se paró para extenderle la mano.
QUIENES vieron el breve encuentro cuentan que hubo puras palabras amables a pesar del pleito público que han sostenido las últimas semanas en un tono que, a ratos, ha sido bastante ríspido. Queda claro que lo cortés no quita lo vehemente... ¿o cómo era?
ALLÁ por Copilco dicen que ya hay un acuerdo con el desarrollador inmobiliario que proyectó dos torres de 20 pisos afuera de CU, a las que la UNAM se opone.
EL COMPROMISO sería que las torres tengan sólo 10 pisos para no afectar el paisaje del campus declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en el 2007. Y así, todos contentos.
UNA BUENA dosis de mexicanidad ha tenido Jared Kushner, asesor y yerno de Donald Trump. Seis días antes de visitar México, recibió en Washington a los copresidentes de Televisa, Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia.
LOS MEXICANOS fueron a la casa de Kushner en la calle Tracy Place del barrio Kalorama, donde vive con su esposa Ivanka y sus hijos, y llegaron con el presidente de Univisión, Haim Saban. ¿De qué habrán platicado con el "First Son-In-Law"? Es pregunta que no cambia de canal.
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Frentes Políticos/Excelsior.
I. Servicios financieros a más municipios. Para que un país cree círculos virtuosos, se requiere del apoyo del sector financiero. Y eso lo sabe muy bien el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, quien les dijo a los banqueros reunidos en la 81 Convención Bancaria que trabajen de la mano para llevar servicios bancarios a más municipios. Destacó que, de los cerca de dos mil 500 municipios, alrededor de mil 500 no tienen servicios financieros. Sin duda, para que un país crezca y se desarrolle plenamente, el sector financiero debe extender sus apoyos a más y más gente. Si más personas y emprendedores obtienen financiamientos podrán echar a andar proyectos productivos. El trabajo en equipo siempre rinde frutos.
II. Compromiso con banqueros. Además de lo anterior, Andrés Manuel López Obrador aseguró a los banqueros que su propuesta política no pretende afectarlos, reconoció la importancia de la banca y pidió su confianza. “No vamos a afectar a la banca en nada, tengan confianza. Se requiere de una banca fuerte en el país”, afirmó. Y no sólo eso, el político tabasqueño añadió que, de ganar la elección del próximo 1 de julio, respetará la autonomía del Banco de México (Banxico), gobernado por Alejandro Díaz de León. Ahora sí nos vamos entendiendo.
III. Brillo propio. Otra intensa semana de intercampañas cerró con la 81 Convención Bancaria, en Acapulco. Encuentro que se convirtió en el primer escenario donde se encontraron los candidatos a la Presidencia de México. Cada uno contó con cerca de una hora para plantear sus argumentos, ante banqueros y asistentes. Y lo que valdría resaltar es la participación de los independientes. Se vio a una Margarita Zavala apagada y aburrida; a un Jaime Rodríguez, El Bronco, al estilo Piporro, nada serio. En contraste, la frescura de Armando Ríos Piter, quien dejó un grato sabor de boca en la audiencia. Propuestas sólidas, realistas e innovadoras. Por si alguien lo dudaba, existe una opción que será competencia. Alertas. Por algo Ríos Piter fue de lo más ovacionado.
IV. En peligro. Nadie se salva en Guanajuato. Robo de trenes, secuestros, asaltos a mano armada, asesinatos y ahora se suman los ataques de comandos. En Celaya, dos agentes de Investigación Criminal de la PGJ estatal fueron emboscados por un grupo armado, ¡a tres cuadras de las oficinas de la Subprocuraduría de Justicia!, mientras se encontraban en un negocio de llantas. Una persona alcanzó a grabar con su celular el momento del ataque. Algunos elementos de la corporación, que acudieron al reporte, también fueron agredidos. Además de los ministeriales, tres civiles resultaron con lesiones. Más de 50 casquillos percutidos quedaron en el suelo como evidencia de que, tanto los gobiernos estatal de Miguel Márquez, como el municipal de Ramón Lemus Muñoz Ledo, perdieron el control.
V. Presión social. Hay que gobernar ciertas regiones de Oaxaca para saber que no se puede engañar a la gente. Vecinos de la colonia Las Palmas, en Juchitán, retuvieron a un funcionario del ayuntamiento, tras denunciar que, junto con el personal de la Sedatu, se negó a verificar algunas viviendas dañadas por los sismos de septiembre pasado. Los funcionarios acudieron a realizar una revisión de las casas para un probable segundo censo de edificaciones dañadas, pero al negarse a levantar datos de otras, en obra negra, los vecinos decidieron retenerlos. Eduardo Pineda López, comisionado de la Secretaría Municipal del ayuntamiento, rápidamente acudió a “liberar” a los funcionarios, pero los vecinos decidieron retenerlo a él y poncharon las llantas de su camioneta. Con la población no se juega. Ojalá así lo entendieran quienes hicieron perdedizos los recursos donados para la reconstrucción.
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Candidatos: cada quien su golpe
Retrovisor/IVONNE MELGAR
Excelsior...
Corrupción e impunidad es la dupla temática que está marcando a la competencia presidencial.
Y así pudo confirmarse ayer en la pasarela de la Convención Bancaria, donde los representantes del PRI, Frente opositor y Morena desplegaron sus ofertas.
Ganador del aplausómetro, el exsecretario de Hacienda, José Antonio Meade, disfrutó la afinidad del público y propuso una fiscalía autónoma.
Pero, además de afinar su postura ante una errática PGR, hay otra situación que parece habérsele revertido al equipo político del candidato: El manejo mediático de la llamada Estafa Maestra.
Entre priistas y funcionarios del gobierno es sabido que la titular de la Sedatu, Rosario Robles, antes de la Sedesol, ha padecido fuego amigo con la difusión de dicho expediente.
Cualquier revisión seria y sin fobias del manejo mediático de la llamada Estafa permite advertir que en la funcionaria han recaído señalamientos que la Auditoría Superior de la Federación no personalizó hasta ahora.
En medio del jaloneo aun en curso por las candidaturas del PRI al Congreso, se le subió volumen mediático al asunto, que ha terminado por afectar la campaña.
Porque al margen de la suerte de Rosario Robles, a quien alguien busca sacar de esas listas legislativas, ahora Meade necesita explicar qué tanto supo de la llamada Estafa Maestra, si fue omiso o si ésta representa al gobierno.
Y es que, en las campañas de un partido en el poder, resulta imposible deslindar entre funcionarios de uno u otro grupo.
Apenas ayer, Meade comentó que él metería la mano al fuego “por prácticamente todos” los funcionarios ahí reunidos.
Más tarde, cuestionado sobre el alcance de su reivindicación, el candidato aclaró que al 100 % sólo podía responder por él.
En su turno, Ricardo Anaya fue interrogado sobre la PGR y el presunto lavado de dinero del que mediáticamente lo acusa el PRI.
Ya en su rol de perseguido político, el frentista buscó la empatía de los banqueros: “Hoy soy yo y mañana es cualquiera de ustedes. Ahora resulta que tú vendes un inmueble y tienes la obligación de investigar previamente a la persona que vendiste”.
Impulsor desde 2016, cuando era presidente del PAN, del discurso electoral de ofrecer cárcel a los gobernadores, Anaya tiene la abolladura de un golpe que arrastrará a lo largo de la campaña.
Todavía ahora, aun cuando el panista consiguió un respaldo significativo a su denuncia de que la PGR “es una suerte de casa de campaña alterna del PRI”, hay quienes desde el cuarto de guerra de Meade le apuestan a una salida penal antes de que Anaya quede registrado mañana ante el INE.
La tensión entre corrupción e impunidad cobra en la historia del candidato del Frente niveles dramáticos, porque la moneda está en el aire en cuanto a qué narrativa saldrá victoriosa en esta puja.
De un lado, está la versión de un PRI que acusa al opositor de corrupto, sin probarlo todavía; y del otro, tenemos la defensa de la coalición PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, que señala al caso como ejemplo del uso faccioso de la PGR.
La tensión tendrá resultados en las urnas cuando sepamos quién ganó o perdió votos. Si el PRI que acusa a Anaya de ser dos caras. O el frentista que ayer dijo a los banqueros ser víctima de “una verdadera infamia”.
Apenas este jueves, la encuesta de Ulises Beltrán documentó aquí que los escándalos afectaron la percepción del potencial electorado sobre los candidatos.
El 37% atribuyó el caso de Anaya a una estrategia del PRI y del gobierno para debilitar su candidatura. Sin embargo, un 23% cree que las acusaciones son ciertas y 22% considera que ambas razones coexisten.
La encuesta reveló que, de los enterados de la Estafa Maestra, 74% piensa que Meade hizo poco o nada por investigar o castigar a quienes supuestamente desviaron recursos.
En cuanto a la incorporación del exlíder minero Napoleón Gómez Urrutia en la lista de candidatos plurinominales de Morena, el 46% reprueba que López Obrador busque protegerlo con la posibilidad del fuero.
Es un hecho que AMLO goza de un liderazgo que le ha permitido cobijar en su campaña, sin costos en las encuestas, a controvertidos personajes.
Pero el encuentro de ayer con los banqueros evidenció que sobre el abanderado de Morena gravitan dudas en torno a su oferta de combatir la corrupción con el ejemplo.
Las preguntas formuladas a López Obrador dieron cuenta de las reservas que en las élites persisten sobre él.
Y si bien buscó disipar temores con la promesa de que no habrá expropiaciones ni confiscación de bienes, al final azuzó con la advertencia de que, ante un fraude, habrá descontento.
Ahí están las tres apuestas. La de Meade: Una biografía que describe impoluta y por encima del partido y el gobierno que representa.
La de Anaya que, asumiéndose víctima del uso político de las instituciones, plantea romper el pacto que desde el poder ha mantenido la impunidad.
Y la oferta de López Obrador, que habla de limpiar la corrupción de arriba para abajo y amarrar al tigre de la inconformidad social que, según amagó, quedará suelto si pierde a la mala.
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La suerte de Anaya, y del Frente, en manos de Barreiro
Arsenal/FRANCISCO GARFIAS
Excelsior
Ricardo Anaya no baja la guardia. Se mantiene en la estrategia del contraataque. En lugar de aclarar las dudosas operaciones inmobiliarias en las que se le involucra, se aferra al discurso del “uso faccioso” de las instituciones para atacar opositores.
En la Convención Bancaria que se celebra en Acapulco, el candidato presidencial del Frente dijo que “La PGR está convertida en una especie de casa de campaña del PRI”.
Es cierto que la PGR se ha prestado al juego del PRI-gobierno. La torpeza del video que balconea a Anaya, a Diego y el “hijo de puta”, que se le atribuyó durante la estancia de ambos en la Procuraduría, no deja lugar a dudas.
Hay un claro sesgo electoral en el escándalo. Al joven panista lo ven como un contendiente que puede crecer y le han sembrado la precampaña de minas que ya ha pisado.
Pero Jorge Castañeda, Denise Dresser, Martha Tagle, Emilio Álvarez Icaza; Los Chuchos, Manuel Granados, Alejandra Barrales, Dante Delgado y todos los que han arropado al candidato del Frente deberían reconocer públicamente que Ricardo Anaya no ha dado una explicación contundente de los negocios inmobiliarios que ampliaron su patrimonio.
El otrora llamado Joven Maravilla nunca ha mostrado el crédito de cinco millones de la casa de su esposa que, según la parte acusadora, sólo valía cuatro millones y medio, para completar los 10 millones que costó la famosa nave industrial, que después vendió al empresario Manuel Barreiro en 54 millones.
Anaya jura que los otros cinco millones salieron de sus ahorros. Tampoco ha sido claro sobre sus relaciones con el empresario amparado ni explica cómo, súbitamente, apareció sentado en 54 millones en una empresa que le costó menos de la quinta parte.
En su discurso en la Convención Bancaria, al abanderado del Frente nomás le faltó pedir que no se investigue el presunto lavado de dinero, porque es un candidato presidencial.
Hay que recordarle que los candidatos no tienen fuero. El del Frente está muy expuesto. Su suerte parece estar en manos del empresario Manuel Barreiro, vinculado a Ricardo, quien enfrenta serias acusaciones de lavado de dinero.
Hay indicios de que Barreiro está dispuesto a cooperar con las autoridades. Otros dos que participaron en la trama ya lo hicieron. Ahora son algo así como testigos protegidos.
Si el empresario habla, el Frente estaría en problemas y Anaya hundido, nos dicen fuentes que siguen las investigaciones.
Le preguntamos a Aurelio Nuño sobre las declaraciones del joven panista en la Convención Bancaria que se celebra en Acapulco. Respondió: “Está ejerciendo presiones políticas sobre la PGR para que no lo investiguen. Nosotros, por el contrario, exigimos que se aceleren.
“Faltan cuatro meses para las investigaciones. La gente tiene derecho a saber si lavó dinero o no”, subrayó.
A José Luis, Chanito, Toledo lo persigue la sombra del exgobernador de Quintana Roo, Roberto Borge. Era su delfín para sucederlo en la gubernatura.
Cuando Marcelo García, hombre cercano a Moreno Valle, me pidió escucharlo, lo dudé, pero al final acepté.
Toledo ya renunció al PRI. Va ahora por la alcaldía de Cancún, pero con la camiseta de la coalición Por Quintana Roo al Frente, con el apoyo, dice él, del gobernador aliancista Carlos Joaquín González.
En la mesa nos contó su verdad sobre lo que ocurre en Quintana Roo y el papel de cacique que juega Jorge Emilio González, otrora Niño Verde. Toledo jura que le tumbaron la candidatura del PRI al gobierno de esa entidad por no aceptar ser un “títere” del PVEM. Ese papel sí lo aceptó Mauricio Góngora y perdió, según Chanito.
Cuenta que Jorge Emilio estaba molesto con el gobierno federal porque no le dieron la candidatura en Zacatecas al PVEM. Para calmarse, el ahora Señor Verde quería poner al góber de Quintana Roo.
El PVEM ahora quiere la reelección de Remberto Estrada Barba en el municipio de Cancún. Cuenta para ello, según Toledo, con el reparto de 65 mil despensas al mes.
El alcalde en funciones llevaría como adversarios a Greg Sánchez, abanderado del PES (la alianza con Morena se rompió a nivel local) y a Mara Lezama, una popular locutora, que iría por el partido obradorista.
Pero su adversario a vencer es Chanito, quien se ganó el respeto de los habitantes de Cancún por su respaldo a los afectados en las cajas de seguridad de First National Security.
Llegó al correo de Arsenal un artículo del sindicato minero. Nos llamó la atención porque venía firmado por Napoleón Gómez Urrutia.
El mensaje contiene obuses contra el senador del PRI, Tereso Medina, dueño, según el exiliado en Canadá, de muchos contratos de protección patronal.
“Lo detallaron las compañeras de las maquiladoras de Coahuila en su encuentro con los congresistas demócratas Bill Pascrell y Sandy Levin, en el marco de la última ronda de negociaciones del TLC”, escribe Napito.
Y agrega: “Ese señor Medina es uno de los autores de la última propuesta de reforma laboral que pretende eliminar los derechos democráticos de los trabajadores para escoger sus sindicatos y perpetuar los salarios de miseria”.
El sindicato minero, paralelamente, envió otro desafiante texto: “Podrán seguir con campañas sucias, pero lo cierto es que Napoleón Gómez Urrutia va a contender por el cargo de Senador de la República, les guste o no.
“No pueden seguir con la mentira de que está vinculado a un asunto del que fue exonerado en 2014 y en el que incluso Interpol resolvió cancelar la ficha roja, por considerar que en México era un perseguido político”.
La pregunta aquí es: si Napito no se robó los 55 millones de dólares de los mineros, ¿dónde están?
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Las cuentas de Anaya....., ¿el golpe letal?
Columna Serpientes y Escaleras/ Salvador Garcia Soto...
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El País contra AMLO y a favor de Anaya. Dinero “privado” del candidato del PAN-PRD-MC/FEDERICO ARREOLASDP; @FedericoArreola
sáb 10 mar 2018 10:44
Se vale que El País tenga candidato en México; es guerra sucia inmoral dar golpes bajos a la familia de López Obrador
En España —o en Catalunya: digamos sí, por elemental convicción democrática, a la voluntad independentista de millones de catalanes que, por supuesto, tienen derecho a intentar deshacerse de la tan lamentable como desprestigiada monarquía española—, el diario El País, todavía el más importante en nuestro idioma, ha perdido credibilidad por haber tomado partido abiertamente contra el terco y, ni hablar, ya mayoritario movimiento secesionista en la región más próspera de la península ibérica integrada, hasta ahora, por tres países —España, Portugal y Andorra— y el territorio británico de Gibraltar y en la que pronto, parece inevitable, habrá una nueva nación independiente, cuya capital será la bella ciudad de Barcelona.
En el conflicto catalán, es un hecho, El País no ha realizado periodismo, sino activismo político. No solo contra el independentismo, que podría hasta resultar aceptable en términos de la defensa de cierto ideal de unidad nacional, sino obscenamente a favor de la peor derecha española que sigue aferrada a la decadente figura de un rey venido a menos y que, encima, está a años luz de ser un atractivo turístico: Felipe VI luce como una caricatura frente al encanto de Isabel II —ella sí, una marca global en la industria del turismo—, la legendaria monarca del Reino Unido.
En México, El País juega claramente para el equipo del candidato del PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya, lo que es su derecho: lo ha demostrado en numerosas publicaciones en las que promedia, contra la más elemental lógica, encuestas buenas y malas, cuchareadas y no, independientes y vendidas que terminan por acercar, con evidentes propósitos propagandísticos, a Anaya a López Obrador o bien por llegar a conclusiones ridículas como que el panista es el “candidato mexicano que menos rechazo genera”.
Hasta ahí, digamos que es legítimo el activismo político de El País para tratar de influir en los votantes mexicanos. Lo que no se vale es la guerra sucia que empieza a aparecer en sus páginas. El golpe bajo que hoy da el diario español a los hijos de Andrés Manuel Lopez Obrador no solo es ruin en sí mismo, sino que, como ha dicho José Jaime Ruiz en su columna, anuncia “una campaña negativa en su contra, estilo de vida y grabaciones ‘comprometedoras’...”.
El dinero de Anaya
El Universal ha divulgado que corre la versión, entre banqueros, de que pronto habrá nuevas revelaciones acerca del patrimonio de Ricardo Anaya. Según la columna Bajo Reserva, en Estados Unidos se investigan las finanzas del candidato del PAN-PRD-MC.
Un colaborador del diario presidido por Juan Francisco Ealy Ortiz, Salvador García Soto, habló con colaboradores del panista:
“Interrogados sobre la versión de un ‘golpe’ desde EU por una investigación financiera, en el equipo cercano del candidato Anaya responden: ¡Estamos tranquilos. Todo es dinero privado. Podrían decir que es mucho o poco, pero nunca que le quitó las quimios a los niños o el dinero para las becas educativas’. ¿Será explicación suficiente ante un golpe que venga desde Washington?”.
No sé si la explicación sea suficiente, sí sé que el dinero “privado” puede ser tan ilegal como manejar indebidamente dinero público. El Chapo Guzmán no tuvo acceso jamás al erario: su fortuna se la ganó en el negocio privado, pero ilegal, de vender droga a particulares. Hasta usó sus recursos para suplir los programas sociales del gobierno en no pocas comunidades rurales donde actuaba como Robin Hood. Pero el del señor Guzmán era dinero sucio.
Esa es una mala defensa de Ricardo Anaya, que quizá sea inocente de todo lo que se le acusa. No pienso que él sea un delincuente. Para salir del problema va a tener que dejar de atacar a quienes lo atacan para, simplemente, dar explicaciones sensatas y sencillas acerca de su modo de vida. Si se tranquiliza podrá hacerlo. Si sigue en el enojo respondiendo a cada golpe con otro golpe, seguirá en peligro de caer noqueado. En el box, el fajador pega, pero lo pegan. El estilista —sí, el que boxea a prudente distancia del rival—, si hace bien su trabajo difícilmente recibe el golpe de nocaut y llega al final del enfrentamiento de pie y con posibilidades de obtener a victoria. Lo que más le conviene a Anaya es seguir en la pelea hasta el final. El feroz intercambio de chingadazos que se trae con el presidente Enrique Peña Nieto no es su terreno. Si no por otra cosa porque, de momento, EPN tiene más fuerte pegada. Y, si se lo propone, puede mandar a su adversario a la lona, lo que sobre todo ocurrirá si Anaya sigue ahí, cerquita de los puños del todavía inquilino de Los Pinos.
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La nomenclatura de López Obrador
Nota de LUIS PABLO BEAUREGARD/
El País, México 9 MAR 2018 - 17:07
Morena no es el partido de un solo hombre. Su carismático líder, Andrés Manuel López Obrador, también comparte el poder con su familia. José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán, los tres hijos de su primer matrimonio, se han convertido en perfiles clave dentro de la tercera campaña del candidato presidencial de izquierdas, quien lidera todos los sondeos rumbo al 1 de julio. Algunos grupos dentro del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) llaman “la nomenklatura” a los herederos de López Obrador, pues tienen tareas específicas, pero poco claras dentro de una organización muy vertical.
José Ramón López Beltrán (derecha) se fotografía con un militante de Morena. MÓNICA GONZÁLEZ
Los adversarios de Morena aprovechan el hermetismo de la campaña para especular sobre la influencia que tienen los López Beltrán en el círculo cercano a su padre. “Tienen un bajo perfil, pero un papel muy importante”, afirma Juan Zepeda, excandidato del PRD al Gobierno del Estado de México. “Deciden candidaturas, mandan invitaciones a través de terceros para incorporar a gente e integrarlos a las encuestas, los llamados coordinadores que son los futuros candidatos”.
Juan Zepeda fue testigo del avance de Morena en las elecciones locales de 2017. Delfina Gómez, una maestra de 55 años con una discreta carrera política, logró el segundo lugar con 1,8 millones de votos. Una de las claves fue la creación de más de 5.000 comités coordinados por José Ramón López Beltrán, el mayor de los hijos de López Obrador. José Ramón, de 36 años, es un abogado de la Universidad Nacional (UNAM). En noviembre de 2016 fue elegido como enlace estatal en el Estado de México en el segundo Congreso nacional del partido. Desde entonces recorre en su vehículo los municipios de la entidad proyectando videos de López Obrador a las bases. Cuando descansa los domingos se le puede ver en los palcos de Ciudad Universitaria en los partidos de fútbol de los Pumas. “Es muy trabajador”, dice una estratega del partido en Ciudad de México.
José Ramón es el encargado de la cohesión de las estructuras sobre el terreno y de lo que será fundamental para la jornada del 1 de julio: la defensa de las casillas ante la maquinaria del PRI. La última palabra sobre la estrategia en el Estado de México, sin embargo, la tiene Higinio Martínez, un influyente cacique local fogueado en las filas del PRD.
Los tres varones son hijos de Rocío Beltrán Medina, la primera esposa del candidato presidencial. Beltrán, una socióloga nacida en el Estado de Tabasco, falleció por una enfermedad del sistema inmunológico a los 46 años en enero de 2003, cuando López Obrador era jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Sus tres hijos tenían entonces 22, 18 y 12 años.
Un estilo marca la forma de hacer política de los hijos de López Obrador. No les gusta figurar y son reacios a los reflectores. “Somos trabajadores como millones de mexicanas y mexicanos. No habrá nepotismo. Yo no voy a trabajar en el Gobierno”, afirmó José Ramón a este periódico cuando se le solicitó una entrevista. Recientemente, el propio aspirante presidencial respondió airadamente a un grupo de periodistas veracruzanos que lo increparon para saber de qué viven sus vástagos. “Se dedican a trabajar de manera honesta y son honrados. Uno es abogado, el otro es politólogo y el otro es maestro”, contestó. Gonzalo Alfonso, el menor de los tres López Beltrán, tiene 25 años y estudió Sociología. Su postura dentro de Morena es la más flexible pues es enviado a varias entidades, entre ellas Tlaxcala, la entidad más pequeña de México. López Obrador tiene un cuarto hijo, Jesús Ernesto, con su segunda esposa, Beatriz Gutiérrez Muller.
El polémico liderazgo de Andy
El politólogo de la UNAM tiene 31 años y es Andrés Manuel, o Andy, como lo llaman los militantes de Morena. Su rostro se hizo público hace nueve años, cuando la prensa publicó fotografías de él utilizando zapatillas de Louis Vuitton de 800 dólares en un mitin de su padre. Desde entonces, el estilo de Andy no ha estado exento de polémica. Algunos de sus detractores, sobre todo simpatizantes de Martí Batres, el presidente del partido en la ciudad, lo describen de trato “arrogante y soberbio”, inalcanzable y caprichoso.
El liderazgo de Andy, de 31 años, ha causado molestias. “Había resistencias cuando fue nombrado enlace estatal”, recuerda un legislador de Morena. Algunos miembros de alto perfil de la organización reprueban sus formas de dirección. “El estilo de Andy es el que ha dolido a muchos militantes”, afirma la estratega que ha auxiliado en la operación política al partido en varios Estados, entre ellos la Ciudad de México. Un militante de la delegación Miguel Hidalgo asegura que lleva tres años solicitando una audiencia con él sin ser recibido. “No habla con la militancia”, agrega para subrayar la distancia con las bases. “¿Qué doctor da receta sin conocer al paciente?”
Andy es uno de los cuadros más destacados en la capital. En diciembre de 2013, mientras su padre se reponía en la cama de un hospital de un infarto al miocardio, Andy lo representaba en los cercos que Morena hizo frente al Senado para evitar la aprobación de la reforma energética que abrió el sector al capital privado.
Quienes conocen los delicados equilibrios internos de Morena afirman que Andy fue colocado en la Ciudad de México como contrapeso a Batres, un político en el que López Obrador desconfía a pesar de su cercanía. “Batres no existe aquí. Andy es quien lleva las riendas del partido en la capital”, afirma la estratega morenista que pide no ser citada por su nombre. Otro militante de la ciudad asegura que este encargo ha generado “muchas inconformidades”. “La capital le quedó grande” al político en ciernes, dice. “El liderazgo no se traslada necesariamente”, agrega.
Andy fue quien decidió la mayoría de los aspirantes a las 16 delegaciones que será votada el 1 de julio en la ciudad. Durante meses intentó que dos altos perfiles del partido, el senador Mario Delgado y el diplomático Héctor Vasconcelos, aceptaran una candidatura por una alcaldía en la Ciudad de México. Los políticos se sintieron presionados porque no estaban interesados en el cargo, pero pensaron que la petición llegaba de López Obrador y al negarse a ella iban a ser castigados. No obstante, era una decisión tomada por López Beltrán a motu proprio. “Toma decisiones sin consultarlo con su padre”, dice una de las fuentes consultadas.
Uno de los candidatos a la ciudad es Víctor Hugo Romo, un polémico exalcalde del PRD sobre quien recaen sospechas de corrupción. “Andrés estaba abiertamente en contra de su candidatura”, dice un militante, una de muchas voces que criticaron la incorporación a Morena del exdiputado del PRD. Andrés Manuel Jr. perdió esta batalla a manos de Gabriel García Hernández, el poderoso secretario de organización de Morena, quien es amigo de la infancia de Romo. Este episodio matiza las versiones que sobreestiman la influencia de Andy. “Tiene poder real, pero no es omnipotente”, dice un legislador morenista.
Los cercanos a Andy creen que, a pesar de su juventud, tiene una madura visión estratégica. “No irá al Gobierno. Asume costos altísimos sin ningún beneficio”, asegura una de las fuentes consultadas. La estructura electoral que está formando será puesta a prueba el 1 de julio. Su equipo cercano confía en que superarán los 3.5 millones de votos en la capital de México, rompiendo el techo de los 2.8 millones conseguidos por López Obrador en 2006. Un triunfo de esa magnitud significaría la irrupción en política de Andrés Manuel López Beltrán, una trayectoria e influencia que hoy se oculta con vehemencia.#
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Los mexicanos de acá/Jorge Ramos Ávalos
Reforma, 10 Mar. 2018
Los mexicanos de acá, los que vivimos en Estados Unidos, no nos fuimos de México por un capricho. Nos fuimos porque nos teníamos que ir. Algunos por razones económicas, otros huyendo de la violencia, todos para bus- car nuevas y mejores oportunidades.
Cuando era niño nunca les dije a mis papás: "Quiero ser inmigrante". Les dije que quería ser futbolista, astronauta y hasta rockero, pero nunca aspiré a irme de mi casa ni de mi país. Me hubiera gustado quedarme en México. Pero, como les ocurre a todos los inmigrantes, algo me expulsó de mi país y algo me atrajo a otro. (Mi lista de razones que me expulsaron era corta pero contundente: censura, falta de democracia, pocos espacios para crecer...).
No hay día en que no piense en regresar o en algo que dejé en México. A nadie le gusta dejar a su familia, a sus amigos, su cuadra, sus rincones y olores. Pero después de muchos años viviendo fuera de México, inevitablemente, crecen las distancias y las ausencias. La nostalgia empieza por la boca. Me siguen fascinando los tacos al pastor -sin piña, por favor- pero ya no aguanto las salsas más picantes. Y así, mordida a mordida, nos vamos convirtiendo en extraños para los nuestros.
Tras 35 años en Estados Unidos tengo que reconocer que ya nunca seré suficientemente mexicano para muchos mexicanos (de la misma manera en que muchos estadounidenses no me consideran de su país). Y sin embargo, seguimos conectados por esa historia común que nunca se borra.
Hace poco, antes de ganar el Óscar por mejor director, le preguntaron a Guillermo del Toro -otro mexicano autoexiliado en Estados Unidos- cómo podía conjugar en sus películas el amor con sus monstruos. Su respuesta fue genial: "Porque soy mexicano". Los mexicanos hemos aprendido a maniobrar entre la terrible violencia del país -casi 100 mil muertos en este sexenio- y un extraordinario entusiasmo por la vida. Cuando tienes la muerte tan cerca (como Guillermo, a quien le secuestraron a su padre en 1998), la fiesta es mucho más sabrosa.
En Estados Unidos vivimos más de 36 millones de personas de origen mexicano y de los cuales 12 millones somos mexicanos nacidos en México. Y a pesar de todo, tenemos una fuerte conexión con México. No solo tenemos familia allá, sino que enviamos miles de millones de dólares en remesas y seguimos muy de cerca lo que pasa políticamente.
Además, tenemos el derecho de votar desde el extranjero. La primera vez fue para la elección presidencial del 2006. Pero no ha sido fácil y parecería que el sistema está hecho para limitar nuestra participación. Un ejemplo; aunque hay millones de mexicanos en Estados Unidos, en las votaciones para Presidente en el 2012 solo 40,714 mexicanos votaron desde algún país en el extranjero.
Este año tampoco promete mucho. Hasta enero de este 2018 solo se habían registrado para votar 40,759 mexicanos en el exterior, según información del Instituto Nacional Electoral (INE). Yo también voy a votar en las elecciones de México. Pero el proceso ha sido un laberinto burocrático.
Ya se puede sacar la credencial de elector desde los consulados mexica- nos en el exterior. Yo la saqué en el consulado en Miami. Hice mi cita llamando al 1-877-6394835. Pero no sé qué santo me permitió encontrar mi acta de nacimiento original. Tres semanas después me llegó por correo la credencial por servicio Estafeta. Pero tuve que ir a la oficina de correos a recogerla y firmar.
Luego, con credencial en mano, me registré en internet para votar (en www.votoextranjero.mx). Pero la página no es muy clara y tuve que llamar a otro número para asegurarme que estaba haciendo el trámite correcto. A partir del 21 de mayo recibiré el paquete electoral para votar por presidente de México y, en mi caso, jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Y luego de escoger a mis candidatos, mi voto tiene que llegar por correo antes del 30 de junio.
He pasado días en esto y el INE pagará muy caro por tanto servicio de paquetería internacional. ¿No hay otra forma más fácil, efectiva y segura de votar desde el extranjero? ¿Qué hacer para que voten millones y no solo unos cuántos?
Otros países lo hacen con bastante éxito y sin peligro de fraude.
Los mexicanos de acá queremos estar más cerca de México. Si nos dejan...
@jorgeramosnews
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El silencio/ Jorge Volpi
De lo que no quieren hablar es de la causa que está detrás de la violencia.
Jorge Volpi
Reforma, 10 Mar. 2018
Los oímos hablar mañana, tarde y noche. En precampaña, en intercampaña y muy pronto en campaña, sean lo que fueren estas denominaciones. En cada estado y en cada municipio que visitan. En cada entrevista en prensa, radio y televisión. En cada discurso, en cada arenga, en cada mitin. Los oímos hablar sin tregua, como si en realidad no hicieran otra cosa. Para acusarse mutuamente, para increparse, para denostarse. Para soliviantar a sus incondicionales y para amedrentar a sus adversarios. Para prometer que resolverán todos los problemas del país, para prometer que serán intachables, para prometer que sólo ellos podrán salvarnos. Palabras y palabras y palabras. Un blablablá continuo, ininterrumpido: el ruido de fondo en nuestra vida cotidiana.
Y, detrás, el silencio.
Un silencio ominoso, grotesco, salaz. Porque ellos, nuestros verborreicos candidatos a la Presidencia, hablan y hablan para impedir que ese silencio los exhiba. Para tratar de que ese silencio no los ponga en evidencia o en ridículo. Para hacer como si ese silencio no existiera. Enfrascados en sus inagotables soliloquios, hacen hasta lo imposible por no referirse a uno de los temas cruciales de nuestro aciago tiempo mexicano: la guerra contra el narco, desatada en 2006 y continuada de manera ininterrumpida hasta nuestros días.
Se refieren si acaso, oblicuamente, a la violencia; prometen, como tantas cosas, acabar con ella, pero ninguno cuenta con un plan concreto, con una alternativa a lo hecho hasta ahora -nuestro fracaso continuado-, con alguna idea refrescante o profunda. Todos prefieren evadir las causas del conflicto de puntitas, pasar rápidamente por el tema o apuntalarlo con ocurrencias de último momento antes que enfrentarse directamente, cara a cara, al mayor de nuestros desafíos. Sí, al mayor, porque ningún otro -la desigualdad o la corrupción en primer término- ha provocado decenas de miles de muertos, de desaparecidos, de desplazados.
Es entonces, al recordar estas cifras, que su silencio se hace aún más incómodo, más irritante, más obsceno.
Porque de lo que no hablan, de lo que no quieren hablar, es de la causa que está detrás de la violencia y sus incontables víctimas. Porque de lo que ninguno quiere hablar es de las drogas, de nuestra absurda política de drogas, y de la necesidad de alterarla radicalmente.
PAN y PRI se ven atados de manos: el primero como responsable de lanzar la guerra contra el narco y el segundo de continuarla y reforzarla. Por más que Anaya esté peleado a muerte con los calderonistas -aunque Margarita Zavala haya dejado el partido muchos de sus simpatizantes continúan en sus filas- y que se esfuerce por sugerir una posibilidad más abierta, en realidad no ha fijado una postura sobre la legalización de las drogas, empezando con la mariguana. Con el nuevo conservadurismo que lo impregna con la llegada de Meade y Arriola, el PRI es aún más reacio a siquiera discutir el tema. Hace seis años todavía podría haberlo intentado como respuesta al desastre dejado por el PAN, pero ahora, tras demostrar que siguió su misma estrategia -solo con menos énfasis mediático-, no se atreve a tocar el asunto.
Más penosos son los casos del PRD y de Morena. Quienes en teoría deberían representar las posiciones más abiertas, también prefieren ese silencio. En ambas agrupaciones hay unos cuantos activistas que insisten en discutir el tema de la legalización, pero son voces aisladas, casi perdidas frente a la indiferencia de sus dirigentes. Convertido en comparsa del PAN, el PRD no parece interesado en poner este tema en la agenda central del Frente. En Morena, mientras tanto, López Obrador mantiene el mismo conservadurismo social al que nos ha acostumbrado y, dueño absoluto de su discurso, no se plantea abordar el debate.
¿Cómo es posible, me pregunto, que ninguno de los tres candidatos punteros se atreva a entrar en el asunto más urgente para el país? ¿Cómo es posible que su silencio no nos parezca vergonzoso y ultrajante? ¿Cómo es posible que, con su silencio, les permitamos seguir siendo cómplices de las miles de muertes inútiles que nos asedian desde hace doce años?
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Política y diplomacia ausentes
SOBREAVISO / René Delgado
Reforma, 10 Mar. 2018
La administración cierra dando palos de ciego hacia afuera y hacia dentro.
Por los indicios, el temor a perder el poder la precipita a jugar con la idea de entregarse al adversario externo y eliminar al adversario interno. Y decir jugar es eso, no tomar decisiones serias. Si, al inicio de año, se preveían la rene- gociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el proceso electoral como los riesgos principales para la estabilidad política y económica, hoy juega a convertirlos en peligro.
A los caprichos y desplantes de Donald Trump, el canciller Luis Videgaray sonríe obsequioso, mientras dobla la cerviz y pone en ridículo al jefe de Gobierno. A la falta de carisma del candidato oficial, el encargado de la Procuraduría, Alberto Elías Beltrán, ofre- ce doblar al adversario panista y, así, dar satisfacción al jefe del Partido. Y, entre el jefe de Gobierno y el jefe de Partido, el jefe de Estado languidece.
En el reparto de palos sin sentido, se afronta el trance de gestar la crisis sexenal que, una y otra vez y tras dolorosos sacrificios, obliga al país a ponerse de pie para caer de nuevo.
Si desde Gustavo Díaz Ordaz -a excepción del traspaso de poder de Ernesto Zedillo- la crisis sexenal estrella los anhelos nacionales, la amenaza de ésta incorpora ingredientes singulares. Arrancó no al final, sino apenas al concluir el primer bienio, justo cuando la administración debió erguirse en gobierno. Premió, en vez de castigar errores -Luis Videgaray los opera pro- fundamente agradecido. Y combinó y conjugó elementos políticos, sociales, criminales y, a determinar, si no económicos.
Del genio original de la administración se hizo artificio. Del afán de mover a México, estancamiento. De la decisión, titubeo. De la osadía, miedo. De la corrupción voraz, tradición cupular.
En tal circunstancia, las políticas interior y exterior naufragaron. La interior derivó en transa y complicidad, cuando no en asunto de gendarmería. La exterior se confundió, primero, con turismo de levita, ahora, con ejercicio de sumisión y entrega. De la comunicación en torno a ellas se hizo práctica de silencio, evasión, propaganda y, últimamente, reclamo por el descontento y malestar social.
De a poco, impunidad y pusilanimidad estamparon su sello en la gestión.
Nunca la Cancillería había celebrado sus fracasos. Hoy, festeja ser objeto de una extorsión que, si todo resulta como Donald Trump exige, quizá no se consume. Ninguna lección se despren- dió del error de invitar al hoy presidente estadounidense, cuando todavía no lo era; de organizar una visita presidencial a Estados Unidos y anularla en la víspera; tampoco de reintentar el encuentro entre los mandatarios para abortarlo a raíz de un ríspido telefonema. De error en error, se pretende tropezar con el acierto.
Ahora, el jefe del Ejecutivo trata con el yerno y asesor disminuido del presidente Trump, y la Cancillería, oronda, comunica: "En relación con una posible reunión entre el presidente Enrique Peña Nieto y el presidente Donald Trump, los funcionarios de ambos países acordaron que la realización de dicho encuentro dependerá del nivel de progreso alcanzado en los acuerdos vinculados con la relación integral, incluyendo el TLCAN y otros temas en materia de seguridad, migración y cooperación económica".
El dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha de estar muerto de risa por el servicio prestado por la Cancillería mexicana a Estados Unidos en relación con él y aceptar, por recompensa, una amenaza con ribetes de chantaje.
¿Y el Senado mexicano? Bien gracias, desinteresado en pedir cuentas al canciller Videgaray de lo que trata sin informar a esa soberanía y en saber por qué se brinca protocolos y en qué términos negocia con el vecino.
Hoy la política exterior mexicana es extensión de la estadounidense que, sobra decirlo, es la anti-política.
En materia de política interior ocurre un hecho curioso.
Una y otra vez se presumen las reformas estructurales, particularmente, en el campo de la energía, las telecomunicaciones y la educación, pero se oculta el brutal fracaso de la reforma político-electoral que forma parte de ellas y cuyas lagunas integran la mar de agujeros.
Esa reforma, hoy, tiene descabezado al aparato de procuración de justicia, rebasado al Instituto Nacional Electoral y hecho un rompecabezas sin armar el gobierno de coalición. Y, sin mencionarlos, en el campo de la seguridad pública, interior y nacional, los yerros profundizan la fosa en que se ha convertido al país. Esos proyectos sin concepto ni estrategia presagian un problema político, social y criminal, superior al visto.
En tal condición, la administración está forzada a decidir si presenta o no ante un Ministerio Público o un juez al candidato presidencial panista. El titubeo es ya insostenible sobre todo porque, con o sin Ricardo Anaya, el candidato oficial nomás no cala en la preferencia electoral. El dictador venezolano, Nicolás Maduro, ha de estar muerto de risa de ser acusado por México de perseguir a sus adversarios políticos.
Eliminar al adversario sin contar con un candidato competitivo podría terminar por asegurar al grupo tricolor hegemónico el segundo lugar en la competencia.
Inconcebible la tentación oficial de convertir en peligro los riesgos que por sí solos amagan al país.
· EL SOCAVÓN GERARDO RUIZ
¿La ausencia del secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, en la entrega de los premios de Administración Pública y a la Cultura de la Igualdad de Género a su dependencia fue porque los entregaría, además del secretario de Marina, el almirante Vidal Francisco Soberón, la secretaria de la Función Pública, Arely Gómez, quien le puso lupa al socavón?
sobreaviso12@gmail.com
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¿Congreso simulado?
COLABORADOR INVITADO / Francisco Berlín Valenzuela y Juan-Pablo Calderón Patiño
Reforma, 10 Mar. 2018
Desde hace décadas el Congreso Mexicano se ha caracterizado por venir ejerciendo su actividad en el contexto de una democracia simulada, que hace palidecer la teoría de la división de poderes que, en nuestro país, tiene una existencia más formal que real. Primero, porque el presidencialismo como régimen de gobierno ha venido opacando siempre la presencia del poder legislativo, reduciéndolo a ser considerado como un poder subordinado; en segundo lugar, porque es indudable que la conformación de un sistema de partido hegemónico o dominante, por casi 71 años, impidió o dificultó la llegada de otros partidos a los congresos federales o locales.
Esta situación ha hecho que el pluralismo democrático haya venido avanzando a un paso tan lento, que ha hecho del legislativo un órgano desprestigiado, deslucido y carente de credibilidad en la sociedad, por los constantes actos de sumisión frente al poder presidencial.
No es sino hasta el año de 1997 que la pluralidad política logra expresarse con mayor fuerza en el Congreso de la Unión, al posibilitarse, a través de las alianzas partidarias, mayorías legislativas, que han hecho sentir su empuje mediante acciones concertadas entre las fuerzas opositoras al partido oficial. Antes, la diversidad política dentro del PRI tuvo en las cámaras inclusión y procesamiento.
Con los triunfos electorales del PAN, el ejecutivo federal cambió de dirección, efectuándose la alternancia política en los años 2000-2012. La alternancia en los estados de la República ya era una realidad desde 1989. Hoy los analistas se preguntan ¿cuál será la integración de la próxima legislatura federal, en el contexto de las elecciones del primero de julio?
Dadas las características del sistema electoral, los comicios se han venido fraccionando en tercios, tanto a nivel federal como local, pues las leyes de la materia se han quedado estancadas en una sola vuelta electoral, que da como resultado que triunfe el partido que tiene el mayor número de votos, originando resultados casi con "empates técnicos" que generan desconfianza y baja credibilidad en la ciudadanía. La adopción del sistema electoral a dos vueltas, que produzca mayorías claras e inobjetables para generar gobiernos con mayor apoyo popular y mayores posibilidades de gobernabilidad, ¿es la salida?
En materia parlamentaria, se advierte una evidente falta de preparación de cuadros, así como gran improvisación de los candidatos que los partidos proponen para llegar al Congreso y a las legislaturas locales, pues su preocupación nunca ha sido que los probables representantes populares adquieran los conocimientos necesarios para cumplir las funciones de tan importantes cargos. Después de la aprobación del Pacto por México, que nació desde las cúpulas partidarias, el Congreso debe retomar su doble papel de legislador y contrapeso del ejecutivo. Pretender que "constitucionalizando" los derechos de los mexicanos, sin edificar la legislación de "cómo realizarlos", se es buen legislador, es una simulación que pasará la factura, tal cual la hiperinflación de asuntos sin mayor fuerza ciudadana que el interés momentáneo y personal del legislador.
La frágil democracia mexicana seguirá en pendiente descendente, si no se corrigen las patologías que padecen nuestros procesos electorales y la operación en el poder. Se ha querido hacerlos más confiables y creíbles, ante una ciudadanía cada vez más escéptica, pero capaz de exigir un legislativo a la altura de la gobernabilidad democrática y que muy posiblemente sea testigo del fin del sistema de partidos que conocimos desde 1989.
Francisco Berlín Valenzuela es doctor en Derecho Constitucional por la UNAM. Juan-Pablo Calderón Patiño es internacionalista por la Universidad Iberoamericana.
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@jvolpi
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