29 mar 2018

Semana Santa en San Miguel, Zapotitlán, Sinaloa..

¡Cantar de la tierra mía, 
que echa flores 
al Jesús de la agonía, 
y es la fe de mis mayores! 
¡Oh, no eres tú mi cantar! 
¡No puedo cantar, ni quiero 
a ese Jesús del madero, 
sino al que anduvo en el mar!...Antonio Machado
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San Miguel Zapotitlán y Mochicahui (cercanos a Los Mochis, Sinaloa) son el punto de encuentro que en Semana Santa recibe a miles de “judíos” o “fariseos”, como se les llama en la región a los “yoremes” (indígenas), representados por los habitantes de los alrededores. Muchos niños, hombres y mujeres conservan esta tradición y lo consideran una manda o promesa con la que pagan algún favor recibido e que están por recibir. 
Hay algunos que son “judíos” toda la vida. Es algo sagrado.

( En las imágenes. Encontré a mi primo Carlos en la faena de ponerse el ropaje -incluye los ténabaris, es decir capullos secos de mariposa que han sido recolectados en el campo y que son rellenados con piedras pequeñas-que usa cada año en fiestas de Semana Santa para ir a bailar la danza de Pascola y de venado; conserva la tradición, en su caso empezó como una manda pero me dice que hace años la cumplió y ahora lo hace de puro gusto...; en estos días está en San Miguel Zapotitlán.)
Algunos “yoris” (mestizos o blancos) participan de esta fiesta por convicción y porque sienten que la tradición también es suya, es decir, se identifican con la cultura “yoreme”; sin embargo, hay otros que lo hacen sólo por diversión.
Por cierto ya investidos no hablan se comunican por señas...
El Sábado Santo es de Gloria. 
La aglomeración de “judíos” -también se les llama matachines- se vuelve mayor, hay cohetes y festejo popular, hasta que estos personajes, vestidos con los trajes “yoremes” y algunas representaciones de personajes de la vida nacional, aguardan para entrar por fin al templo tradicional que hay en la región. 
Ahí son bendecidos, antes quemaban su máscara en símbolo de redención y arrepentimiento por haber entregado a Jesús para ser crucificado.
Hoy día las máscaras ya no son quemadas, puesto que están elaboradas con pieles de animales en extinción, así que se conservan para los años posteriores.
 Es impresionante el sonido de los tambores y de la danza de los pascolas que buscan atraer las bendiciones divinas.

https://www.youtube.com/watch?v=UF5so04g34w

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