"Fue una tarde-noche muy difícil...(... pero) para la noche ya tenía yo la información de que había pasado lo peor, lo difícil; y ya se empezó a normalizar la situación en Culiacán..” AMLO.
Datos duros: 14 personas fallecidas en 14 enfrentamientos; hubo 19 bloqueos en la Ciudad y 47 internos prófugos, de los 55 que habían escapado de Aguaruto.
La Ciudad fue tomada por asalto por el crimen organizado -y desorganizado, también-, ante el repliegue de laautoridad; simplemente controlaron todo. En la periferia establecieron tres retenes en cada carretera.
¿Los daños materiales? ¡enormes!
Y el daño a la sociedad terrible e irreparable..
Qué pasó en Culiacán?, ¿cómo pudo pasar?, ¿por qué pasó?...
¿Y el nuevo Cisen que tanto presumieron hace días ?
¿Quién pagará los daños causados?
¿Tuvo algo que ver la DEA en el operativo?
La especulación se debe a la reunión ocurrida el 16 de septiembre en CuliacánUttam Dhillon, director de la Administración para el Control de Drogas en Estados Unidos (DEA) estuvo en Sinaloa, en una reunión privada con el Gobernador Ordaz Coppel como lo difundió oportunamente el Semanario Rio Doce.
La reunión contó con la presencia del gobernador junto con los comandantes Maximiliano Cruz Ramos, de la Novena Zona Militar, Carlos Ramón Carrillo del Villar, de la Tercera Región Militar, y representantes de la Guardia Nacional y la Secretaría de Marina.
"La presentación se hizo de forma privada en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública, que dirige (el Coronel) Cristóbal Castañeda Camarillo, militar con permiso para operar como mando civil, con el fin de mostrarle también el armamento, vehículos y sistema de videovigilancia que se renovó con la actual administración."
Es infantil, dijo Ismael Bojórquez, director de Ríodoce, a Carmen Aristegui la versión que dio el gobierno de Sinalo sobre la reunión que él y su gabinete de seguridad mantuvieron con Dhillon.
“Nos pareció muy extraña, insólita e ingenua, porque ocurrió meses después de que sentenciaron a ‘El Chapo’“, dijo Borjórquez. “Este tipo de reuniones no se había dado en México, esta es la primera que yo conozco, que se haya dado de manera abierta, entre altísimos funcionarios estadounidenses en materia de drogas con un gobernador”.
Muchos hemos preguntado sobre el particular...
Raymundo Riva Palacio dice en su columna “Estrictamente Personal" en El Financiero que "presumiblemente fueron los que presionaron al gobierno federal y participaron en la pésimamente planeada operación”.
Pero J. Jesús Esquivel corresponsal de Proceso en Washington dice que en el operativo de Culiacán no participó la agencia como se lo confirmó un alto funcionario que pidió el anonimato...
“Nos enteramos cuando comenzó la refriega de los sicarios del Cártel de Sinaloa contra las autoridades mexicanas que acudieron a la casa donde se encontraba el delincuente. La cooperación que tenemos con el nuevo gobierno no es igual a la que había en el pasado”, expone el otro funcionario del Departamento de Justicia, quien también pidió el anonimato.
Y agrega: “Hay una confusión. La prensa mexicana comenzó a decir que se intentó capturar a Ovidio por exigencia nuestra. Falso. De haber ocurrido eso, hubiéramos pedido la intervención de la Marina mexicana, que está mejor preparada para operativos de alto riesgo”.
¿Tiene la información que en este operativo habrían participado agentes de la DEA?, ¿sabían del encuentro del gobernador de Sinaloa semanas anteriores con el titular de la DEA?-, le preguntan al Presidente en la mañanera de este lunes y su respuesta fue que:
"No me gusta la especulación, no hago conjeturas. Yo procuro tener información de primera y la tengo; y no permito que nadie me manipule, no me comparen, porque eso sí calienta, dijo AMLO molesto.
Y agrego..."No es de que hacen las cosas y yo no me entero, o yo delego funciones y usted haga lo que quiera. No. El presidente de México tiene información y sabe muy bien todo lo que está sucediendo y toma las decisiones que corresponden para garantizar la vida de los mexicanos y el bienestar de los mexicanos.”
-¿Mete las manos al fuego por sus secretarios del Gabinete de Seguridad?-,
"Sencillamente tengo información y nada de lo que usted está planteando es de mi conocimiento, así nada más.”, respondió.
(Ver en mi blog. Quirino Ordaz condena la forma que se dio el operativo en Culiacán
..http://fredalvarez.blogspot.com/2019/10/quirino-ordaz-condena-la-forma-que-se.html
Y qué hicieron los poco menos de 1000 policías en Culiacán...?
Y los agentes de tránsito?Ni siquiera participaron en operativos de control vehicular..
¡Alguién les dio la orden de irse a esconder?
¡Debe haber renuncias!
Hay responsables de los hechos.
Y el Presidente en lugar de encabezar la reunión del Gabinete de seguridad se fue a Oaxaca en un vuelo comercial..
Leamos la línea del tiempo...
Mañana del jueves. Era un buen día para el C. Presidente López Obrador, todo le pintaba de maravilla; por fin, a las a las 10 horas, en la Base Aérea Militar de Santa Lucía se iniciaron los trabajos para la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles.
minutos después se realizó en Palacio Nacional la visita de de Estado del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel..
El caos se apoderó de la capital sinaloense tras la detención y posterior liberación de un presunto criminal - Ovidio Guzmán López- solicitado con fines de extradición a EU.
Un enfrentamiento entre miembros de la Guardia Nacional (GN) y criminales desató el terror en las calles de la capital sinaloenses. Fueron varias hora del jueves y las primera horas del viernes...
La confusión sobre lo que sucedió fue total.
¿Como fue?
Según la versión oficial, divulgada a las 20: 28 horas -mediante un mensaje de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana @SSPCMexico anuncia - lo que sabían en ese momento- que dadas las “acciones violentas” de “diversos grupos”, y “para salvaguardar la tranquilidad” de Culiacán, “suspendieron dichas acciones”. No queda claro si Guzmán está detenido o no. También se menciona que Guzmán fue encontrado en un patrullaje de rutina realizado por miembros del Ejército y la Guardia Nacional.
Alfonso Durazo, rodeado del Gabinete de Seguridad informó que una patrulla de la GN, integrada por unos 30 miembros, realizaba un patrullaje de rutina en el fraccionamiento de Tres Ríos, en Culiacán, cuando, en torno a las 15.30 horas fueron agredidos desde una vivienda.
Los militares -según la versión de Durazo- repelieron el ataque y tomaron el control de la vivienda; adentro había cuatro personas. “Se identificó a uno como Ovidio Guzmán”, aseguró Durazo.
Antes de publicarse el mensaje del secretario, comenzó a circular una foto de Guzmán presuntamente después de su arresto.
Tras tomar el control de la vivienda, varios grupos rodearon la misma “con una fuerza mayor que la de la patrulla”, explicó Durazo. “Al mismo tiempo, otros grupos realizaron acciones violentas contra la ciudadanía en diversos puntos de la ciudad generando una situación de pánico”, incidió. Ante esta situación, el secretario aseguró que se acordó “suspender acciones”, sin aclarar si eso implicaba la liberación de Ovidio Guzmán López.
Poco después de conocerse el mensaje de Alfonso Durazo y ante la confusión generada por sus palabras, varios medios mexicanos comenzaron a informar de la liberación del hijo de Guzman Loera, citando al propio Durazo, al igual que la agencia Reuters.
En tanto, el abogado de la familia del presunto criminal aseguró a Milenio Televisión que la familia estaba tranquila, porque había podido hablar con Ovidio Guzmán, deslizando su liberación.
El corresponsal del periódico El Universal publicó una nota da las 17:37 horas diciendo que “Elementos de la Fiscalía General del estado, detuvieron en Culiacán, a un hijo de Joaquín El Chapo Guzman”...https://www.eluniversal.com.mx/estados/reportan-detencion-de-hijo-de-el-chapo-guzman-en-sinaloa#imagen-1
No fue así..Oviedo Guzman jamás estuvo detenido en la Fiscalía del Estado..
A las 17:55 horas, se reportó a través de C4 la salida de Escuinapa de más de 20 camionetas con gente armada, vestida de civiles y ropa tipo militar.
Para entonces, fuentes federales de Mazatlán ya habían confirmado el robo de una de sus camionetas, registrada para su servicio en el Octavo Batallón de Infantería con sede en el puerto. Más tarde se confirmaría que fueron dos las camionetas despojadas a los militares en manos de los grupos que buscaban rescatar al hijo de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo.
Los vehículos son modelo Cheyenne 0808302 y 0808315, pertenecientes al Octavo Batallón de Infantería, según confirmó el propio comandante de este Batallón.
A las 18:24 horas, Denise Maerker confirmó la detención de Ovidio Guzmán:
@DeniseMaerker
Me confirman: A las 1530 hs de esta fecha, se llevo a cabo la detención de Ovidio Guzmán Lopez, (hijo de Joaquin Guzmán Loera) en la ciudad de Culiacán. Sinaloa; la detención se llevó a cabo en una operación conjunta entre elementos de la Guardia Nacional y de la SEDENA
18:24 - 17 oct. 2019
A las 18:45 horas el presidente López Obrador a punto de abordar un vuelo a la ciudad de Oaxaca, no quiso comentar nada de lo ocurrido, sólo se limitó a decir que el Gabinete de Seguridad informaría de los hechos. E informó que Gabinete de seguridad estaba reunido por el tema de #Culiacán.
A las 18:57 el gobierno del Estado emite un comunicado llamado a la calma y a permanecer en sus hogares..
A las 19:20 horas la web de @SSPCMexico anunció que el gabinete de Seguridad estaba reunido y que en un momento daría r conocer información oficial.
https://www.facebook.com/watch/?v=2581352185263743A las 18:57 el gobierno del Estado emite un comunicado llamado a la calma y a permanecer en sus hogares..
A las 19:20 horas la web de @SSPCMexico anunció que el gabinete de Seguridad estaba reunido y que en un momento daría r conocer información oficial.
A las 19:30 horas, León Krauze @LeonKrauze dio a conocer via Twitter el rostro de Ovidio Guzmán, detenido en Culiacán, no sabemos en donde fue retenido..
A las 20:28 horas se emitió un vídeo mensaje de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana @SSPCMexico de dos minutos que nos dejo peor.
Se anunció- lo que se sabía en ese momento- que dadas las “acciones violentas” de “diversos grupos”, y “para salvaguardar la tranquilidad” de Culiacán, “suspendieron dichas acciones”.
No quedó claro si el hijo de Guzmán Loera estaba detenido o no.
Poco después del mensaje institucional y ante la confusión generada varios medios mexicanos comenzaron a informar de la liberación de Ovidio citando al propio Durazo, al igual que la agencia Reuters.
e filtró a medios imágenes de Ovidio arria de un vehículo oficial disfrazado con ropa militar y con ojos vendados, traía colocado un brazalete del Plan DN-III-E.
Eso sí se Se filtraron imágenes de Ovidio Guzmán disfrazado con ropa militar en un vehículo del Ejército. Guzmán tiene los ojos vendados. El periódico La Jornada -nota de Gustavo Castillo-. sostuvo en su edición del día siguiente que la fotografía es verídica.
"Los integrantes del gabinete de seguridad federal también señalaron que Ovidio Guzmán López fue disfrazado con un uniforme militar y se le colocó un brazalete del Plan DN-III-E, se le cubrió el rostro a medias y luego se le subió a una camioneta para que integrantes del cártel se lo llevaran de la zona, mientras los militares y miembros de la Guardia Nacional también se retiraban del lugar y se resguardaban en las instalaciones de la novena Zona Militar, en Culiacán, donde se preparaban ante un eventual ataque de los grupos de sicarios.”
- Se establece que para poder sacar a Ovidio Guzmán tuvieron que ponerle un disfraz militar.
¿Qué información le dieron al respecto?-, preguntaron ese viernes al Presidente.
-No tengo esa información, respondió.
-¿Eso lo ve bien?
-Es que no tengo la información y más tarde seguramente se va a aclarar. Molesto le dice "Tu otra pregunta...”.
El diario estadounidense The Wall Street Journal (WSJ) publicó en su edición de este sábado que la liberación de Ovidio obedeció a un intercambio de soldados retenidos de conformidad a unos videos que se mencionan en la publicación.
De acuerdo a lo expuesto por el WSJ en la nota firmada por José de Córdoba y David Luhnow, presuntos sicarios pertenecientes al Cártel de Sinaloa grabaron videos en donde aparecían soldados en calidad de rehenes y presuntamente había uno de ellos ejecutado, y cuyas imágenes fueron enviadas a altos mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional en Culiacán.
Textualmente, se lee en la nota de WSJ “El joven Guzmán fue liberado por orden de altos funcionarios del gobierno en la Ciudad de México después de que se les informó que al menos seis soldados estaban detenidos por hombres armados”.
Los reporteros de este diario mencionaron que los altos mandos recibieron al menos dos videos, en donde señalan lo siguiente "en uno de ellos se observaría a miembros de una patrulla militar como rehenes y en otro a un soldado, con los ojos vendados”.
A las 20:40 horas un tuit de Ricardo Alemán informó lo siguiente:
@RicardoAlemanMx
Me dice una fuente de la @SEDENAmx que por órdenes de @lopezobrador_
militares habrían dejado libre al hijo de El Chapo, a cambio de que los sicarios no hicieran matanza en la Zona Militar! De confirmarse, estaríamos ante la muerte del Estado y nacimiento de un narco estado!!!
8:40 p. m. · 17 oct. 2019·
A las 21: 02 horas, María Elena Morera, presidenta de Causa en Común, publica un video en el cual se contradice la versión de Durazo sobre el patrullaje. En su lugar se muestra un operativo coordinado para ingresar a la casa.
Ni era patrullaje de rutina, ni se toparon por pura casualidad con el hijo del chapo.
Sr Durazo, su versión no es creíble, estas imágenes hablan por si mismas .- Se establece que para poder sacar a Ovidio Guzmán tuvieron que ponerle un disfraz militar.
¿Qué información le dieron al respecto?-, preguntaron ese viernes al Presidente.
-No tengo esa información, respondió.
-¿Eso lo ve bien?
-Es que no tengo la información y más tarde seguramente se va a aclarar. Molesto le dice "Tu otra pregunta...”.
El diario estadounidense The Wall Street Journal (WSJ) publicó en su edición de este sábado que la liberación de Ovidio obedeció a un intercambio de soldados retenidos de conformidad a unos videos que se mencionan en la publicación.
De acuerdo a lo expuesto por el WSJ en la nota firmada por José de Córdoba y David Luhnow, presuntos sicarios pertenecientes al Cártel de Sinaloa grabaron videos en donde aparecían soldados en calidad de rehenes y presuntamente había uno de ellos ejecutado, y cuyas imágenes fueron enviadas a altos mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional en Culiacán.
Textualmente, se lee en la nota de WSJ “El joven Guzmán fue liberado por orden de altos funcionarios del gobierno en la Ciudad de México después de que se les informó que al menos seis soldados estaban detenidos por hombres armados”.
Los reporteros de este diario mencionaron que los altos mandos recibieron al menos dos videos, en donde señalan lo siguiente "en uno de ellos se observaría a miembros de una patrulla militar como rehenes y en otro a un soldado, con los ojos vendados”.
A las 20:40 horas un tuit de Ricardo Alemán informó lo siguiente:
@RicardoAlemanMx
Me dice una fuente de la @SEDENAmx que por órdenes de @lopezobrador_
militares habrían dejado libre al hijo de El Chapo, a cambio de que los sicarios no hicieran matanza en la Zona Militar! De confirmarse, estaríamos ante la muerte del Estado y nacimiento de un narco estado!!!
8:40 p. m. · 17 oct. 2019·
A las 21: 02 horas, María Elena Morera, presidenta de Causa en Común, publica un video en el cual se contradice la versión de Durazo sobre el patrullaje. En su lugar se muestra un operativo coordinado para ingresar a la casa.
Ni era patrullaje de rutina, ni se toparon por pura casualidad con el hijo del chapo.
A las 21.05 horas el presidente López Obrador aterriza en Oaxaca y dice que será hasta el día siguiente que se dé información nueva sobre Culiacán; simplemente no quiso emitir declaración alguna...
21:30 horas diversos medios - y sobre todo las redes- reportan que Ovidio Guzmán fue liberado. La agencia Reuters cita al secretario de Seguridad Ciudadana como confirmación del hecho.
22 Horas Circulan audios en redes en los que supuestos miembros del Cártel de Sinaloa piden dejar de disparar porque Ovidio Guzmán ha sido dejado en libertad por el gobierno.
22: 15 horas José Luis González Meza, que se identifica como abogado de la familia Guzmán, dice a Azucena Uresti en Milenio TV que Ovidio Guzmán ya está libre. Yo puedo decir que gracias a Dios ya apareció Ovidio Guzmán, pues desde la tarde su familia había perdido comunicación con él": José Luis González Meza, abogado de Joaquín #ElChapo Guzmán en #AzucenaxMilenio https://pscp.tv/w/1YpKkYooryrJj
Por su parte, el gobernador del estado, Quirino Ordaz le dice a Ciro Gomez Leyva en entrevista no puede dar un solo dato concreto sobre lo sucedido y remite las preguntas al gobierno federal.
Y ante la incertidumbre generada Aerolíneas cancelan vuelos con origen y destino en Culiacán ante la incertidumbre.
En su noticiero nocturno, Denise Maerker anuncia que habló con el secretario Durazo antes de su vuelo a Culiacán, y Durazo le afirmó que al “estar en inferioridad” numérica, los elementos de las Fuerzas Armadas que entraron a la casa en la que estaba Guzmán se retiraron sin él.
Diputados del PAN demandaron la renuncia del Gabinete de seguridad y del Presidente de la República, luego de la violencia desatada en Culiacán.
Acompañada por su grupo parlamentario, la legisladora Adriana Dávila tomó la palabra durante la discusión de la miscelánea fiscal para acusar al Gobierno federal de haberse rendido ante el narcotráfico, luego de que el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, reconoció que "suspendieron las acciones" en contra de Guzmán para resguardar a la ciudadanía de las acciones del crimen.
Viernes 18/ de octubre...
7:00 horas Inicio de la conferencia de prensa matutina en Oaxaca, quien dio información al respecto....
Arturo Paramo, Grupo Imagenle pregunta al Presidente.
-Si nos pudiese precisar, por favor, quién fue el que tomó la orden o quienes fueron los que tomaron la orden de liberar al hijo de Joaquín Guzmán Loera.
¿Fue alguno de los secretarios de su gabinete?, ¿el secretario de Seguridad, el secretario de la Defensa, quienes lo llevaron a cabo? Entiendo que usted lo avaló....
-Bueno, la decisión la tomó el Gabinete de Seguridad de manera conjunta, colegiada, los secretarios, repito, de la Defensa, de Marina, de Seguridad Pública.
Yo respaldé esa postura porque considero que lo más importante es la protección de las personas, lo más importante es que no haya muertos, lo más importante es la paz.
Acerca de si se demostró debilidad del Estado, eso es más que nada una conjetura de los expertos, sobre todo de nuestros adversarios. Los conservadores no van a estar contentos con nada y van siempre a cuestionarnos. Nosotros no tenemos duda acerca de que fue la mejor decisión....”..
-Presidente, ¿pero esto no tiene amarrado a su gobierno?
PRESIDENTE: No, no.
-No puede proteger.
PRESIDENTE: Al contrario, esta decisión se tomó para proteger a los ciudadanos. Es que no se puede apagar el fuego con el fuego. Esa es la diferencia de esta estrategia con relación a lo que han hecho los anteriores gobiernos.
Nosotros no queremos muertos, no queremos la guerra. Esto les cuesta trabajo entenderlo a muchos, pero la estrategia que se estaba aplicando anteriormente convirtió al país en un cementerio y eso ya no lo queremos. Lo he dicho una y mil veces, nada por la fuerza, todo por la razón, el derecho.
No es fácil, es un proceso, no es sencillo porque se dejó avanzar mucho el problema, tenemos que enfrentar dos mafias: la delincuencia de cuello blanco -también dañina- que se arraigó y la estamos combatiendo; y las bandas de la delincuencia llamada organizada. Eso es lo que enfrentamos.
Pero con rectitud, con honestidad, con justicia vamos a garantizar la paz y la tranquilidad en el país.
PREGUNTA: Presidente, ayer el secretario Durazo no habló de un operativo, dijo que casualmente habían pasado por un departamento, localizaron a… fueron agredidos, ahora usted habla de un operativo.
Bueno, más allá de esa diferencia de explicaciones, le quiero preguntar si la orden de aprehensión de la que usted habla fue contra Ovidio o Iván Guzmán, y quién se las habría pedido.
PRESIDENTE : Sí, es Ovidio Guzmán López, aquí lo tengo.
INTERLOCUTOR: ¿Una orden de aprehensión?
PRESIDENTE : Orden de aprehensión provisional con fines de extradición emitida por un juez federal.
INTERLOCUTOR: Permítame hacer otra pregunta.
El asunto que pasó ayer, usted habla de que ya no hay masacres, que ya no hay asesinatos; sin embargo, las masacres y los asesinatos siguen ocurriendo, inclusive más en estos últimos días que en los gobiernos anteriores; y sin embargo usted sigue culpando a gobiernos que hace mucho tiempo se fueron, ahora usted es el responsable de esta situación.
En este asunto específico, ¿reconoce usted que hasta ahora su estrategia ha fracasado?
Usted criticaba mucho a anteriores gobiernos que no tenían una estrategia, que picaron el avispero…
PRESIDENTE : ¿De qué periódico es usted?
INTERLOCUTOR: Del periódico Reforma.
PRESIDENTE ANDRÉS : Ah, claro, lo entiendo, pero digo tienes todo el derecho a preguntar, pero sí me llama mucho la atención, porque ese es el punto de vista de nuestros adversarios y de la prensa opositora, como es el Reforma.
[…]
Lo de ayer fue un hecho lamentable que se presentó, pero de ninguna manera, se me hace una exageración decir que ha fracasado nuestra estrategia. Eso es lo que quisieran los conservadores, se frotan las manos, andan como desquiciados buscando que fracasemos, pero no.
Fíjense que como se nos atribuye, y lo asumo, tengo otros datos.
Minutos mas tarde -9 :00 horas-, el Gabinete federal de Seguridad dio un mensaje sobre los hechos de violencia en Culiacán, Sinaloa. Participan los secretarios de Seguridad y Protección Ciudadana, Defensa Nacional y Marina. También el comandante de la Guardia Nacional y el director del Centro Nacional de Inteligencia.
Periódico El Debate transmitió en vivo.
18 de octubre a las 07:44 ·
https://www.facebook.com/periodicoeldebate/videos/518335125397089/
Posisionamieto del general LUIS CRESENCIO SANDOVAL, SECRETARIO DE LA DEFENSA NACIONAL:
Viernes 18 de octubre de 2019...
Templo Mayor de Reforma/
HABRÁ QUE guardar un minuto de silencio por el Estado mexicano que ayer se rindió ante el poderío del narcotráfico, al dejarse amedrentar para luego liberar al hijo de "El Chapo" Guzmán.
EN MEDIO de las balaceras de ayer en Culiacán, uno de los asuntos que más incertidumbre causó fue la ausencia de las autoridades federales, estatales y municipales. Con excepción de los efectivos militares que se enfrentaron cara a cara a los narcotraficantes, ni el Presidente, ni el gobernador, ni el alcalde les dieron la cara a los culiacanenses.
PESE a que ya habían pasado varias horas de terror, Andrés Manuel López Obrador se apresuró a subirse a un avión para ir a Oaxaca y no quiso -o no supo- decir ni pío sobre la crisis. El priista Quirino Ordaz también desapareció y sólo asomó la cabeza en Twitter hacia la noche.
FINALMENTE, a Alfonso Durazo le tocó salir a dar un escueto, ambiguo y tembloroso mensaje de que habían "suspendido" las acciones. Es decir, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decidió claudicar ante la delincuencia organizada.
LO QUE pasó ayer en la capital sinaloense es, probablemente, el error más bizarro en cuestión de inteligencia, pues el operativo no falló porque se les escapó el delincuente... ¡sino porque lo atraparon! Prácticamente tuvieron que decirle "usted disculpe".
TUVO suerte, Ovidio Guzmán, presunto líder del Cártel de Sinaloa, de no haber sido capturado con una factura falsa porque entonces, ahí sí, hasta lo andan deportando.
#
Bajo Reserva/ El Universal
AMLO, no hay felicidad completa
Pues no, parece que no, que la violencia no llegó a su punto de inflexión. Ayer, por tercer día en esta semana, hubo un acto de violencia con la intensidad casi de una guerra, y el día que pintaba perfecto para el presidente Andrés Manuel López Obrador, terminó por desdibujarle la sonrisa.
Por la mañana, el mandatario inauguró los trabajos de uno de sus proyectos prioritarios, el Aeropuerto Internacional “General Felipe Ángeles”, en Santa Lucía.
El Presidente lucía radiante, y no era para menos, pues tuvo que dar una dura batalla en tribunales contra sus adversarios políticos, para que ayer los trascabos pudieran iniciar la obra, su obra.
Pero poco tiempo duró la felicidad. Hacia la tarde tuvo que mandar reunir al gabinete de seguridad para enfrentar la crisis que se vivió cuando una patrulla de militares y guardias nacionales se toparon y detuvieron en Culiacán a Ovidio Guzmán, hijo de “El Chapo” Guzmán, y se desató el pánico luego de que grupos paramilitares, incluso con vehículos de ataque blindados, buscaban rescatarlo. Y después vino la peor noticia: liberaron a Guzmán, pues fueron superados por los criminales. Para el final de la jornada el Presidente quizá ya no tenía la sonrisa de la mañana.
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FRENTES POLÍTICOS/Excélsior
1. El ausente. El gobernador Quirino Ordaz ha hecho todo mal, antes, durante y después del ataque feroz del narco ayer en Culiacán, Sinaloa. Mucho más coordinados que el gobierno estatal, el Cártel del Pacífico dio un manotazo en la mesa mientras Ordaz se escondía detrás de las redes sociales, desde donde dijo a la población que se pusieran a salvo, como él. Y después, que ya podían sentirse tranquilos, pues iba hacia la capital del estado el Gabinete de Seguridad.
La supuesta detención y liberación de Ovidio Guzmán, envuelta en un halo de silencio que comienza con el gobernador, fue lo que detonó la violencia. Vergüenza le debería dar la posición que juega al frente de una entidad en la que no manda. La vida se detiene en Culiacán y en todo Sinaloa por la inoperatividad de su mandatario, quien gobierna agazapado. ¿Miedo a esa violencia que usted dejó crecer?.
3. Quemado. Las principales avenidas de Culiacán parecían zona de guerra. Los tiroteos comenzaron en la zona de Tres Ríos y se extendieron por toda la ciudad. La gente entró en pánico. El Gabinete de Seguridad se reunió de inmediato. Reos se fugaron de la cárcel, hombres armados bloquearon los cruces y provocaron que los conductores que estaban en la zona abandonaran sus vehículos; el caos imperó, y Vicente Fox, expresidente de México, declaró en Twitter:
“Se les avisa que por decreto presidencial a todos los criminales que están soltando balazos y sobrepasando a la autoridad en Culiacán se les va a acusar con sus mamás y abuelitas para que dejen de asustar al pueblo, que vive feliz, feliz”. Francamente reprobado; ayer y hoy.
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TRASCENDIÓ / Milenio
QUE lo que parecía ser la primera gran estrellita de la Guardia Nacional se perfila ahora para constituir un fiasco del tamaño de la fuga de Joaquín Guzmán Loera del penal del Altiplano, sobre todo porque el silencio oficial posterior a la captura y liberación de Ovidio Guzmán López, hijo del capo preso en Estados Unidos, y la confusión generada por el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, con su videomensaje, contrastaron con el tamaño de los disturbios que provocó el cártel de Sinaloa.
La especie de la liberación debió ser confirmada por José Luis González, abogado de la familia del Chapo, en entrevista con Azucena Uresti en MILENIO Televisión.
QUE al tiempo que ocurría la balacera en Culiacán, los senadores morenistas Miguel Ángel Navarro y Julio Menchaca, presidentes de las comisiones de Salud y Justicia, metieron el acelerador para concluir el predictamen que regulará venta, posesión, siembra y comercialización de la mariguana, con lo que se pretende enfrentar parte de la violencia en México, al quitarle ese mercado al narcotráfico.
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TIRADITOS/ ContraRéplica..
LAS MEDIAS TINTAS DE QUIRINO
•Quien de plano decidió lavarse las manos ante el horror que se vivió ayer en su estado, fue el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz. Y es que el priista estuvo literalmente escondido toda la tarde mientras Culiacán era zona de guerra, y hasta anoche decidió hacer un carrusel de entrevistas, pero solo para evadir por completo su responsabilidad. “Todo lo hicieron las fuerzas federales, ya vienen en camino y mañana dirán qué pasó”. O sea, gobernador de chocolate…
TOQUE DE QUEDA
•Lo que sí está perfectamente claro en Sinaloa, es que la capital del estado está —en los hechos— en toque de queda desde la tarde de ayer. No hay clases en todas las escuelas hoy; todas las líneas aéreas cancelaron los vuelos y por si fuera poco, hasta la Secretaría de Relaciones Exteriores anunció que la oficina de Culiacán, la de Guasave, Los Mochis y Mazatlán permanecerán cerradas para “preservar la seguridad e integridad de los solicitantes y de nuestros colaboradores”. ¡Pánico colectivo, pues!
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RAZONES /La Razón
• Se refugian en guarderías
Dicen que durante las balaceras que se registraron ayer en Culiacán, Sinaloa, fueron decenas de guarderías del Instituto Mexicano del Seguro Social las que albergaron en su interior a niñas, niños y madres de familia hasta que pasaran los ataques, en los que los grupos armados también cerraron algunos accesos a la ciudad. Sólo basta ver en los videos que circularon en redes sociales, cómo varias personas quedaron en medio de los tiroteos y quema de neumáticos que integrantes del crimen organizado provocaron en Culiacán...
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EL ASALTO A LA RAZÓN/Carlos Marín
Milenio,
La “inflexión” se dio en Culiacán
El secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, me sobresaltó anoche: a la patrulla militar que había capturado a un hijo de El Chapo y a otros tres agresores le ordenaron “suspender dichas acciones”, o sea: liberar a malhechores detenidos en flagrancia.
Adujo que lo que se quiso fue preservar la tranquilidad de los culiacanenses.
Clap clap, clap (gulp, gulp, gulp).
Oronda y lironda, la guerra del narcotráfico por la que tan vilipendiado ha sido Felipe Calderón sigue librándose y peor: recrudeciéndose, 13 años después de que, por angustiosa petición del gobernador de Michoacán en 2006, Lázaro Cárdenas Batel (hoy jefe de asesores del presidente Andrés Manuel López Obrador), el Ejército fue enviado a perseguir a quienes integraban la Familia michoacana.
Desde entonces no han cesado las hostilidades, cualquiera sea la modalidad en que se manifiesten: entre integrantes de una misma organización y entre bandas rivales, ataques a fuerzas de seguridad de los tres niveles de gobierno y de éstas, como ayer, contra poderosos grupos delincuenciales.
Cada uno de los cuatro días recientes fue marcado por la incesante guerra: el lunes, con el asesinato de 13 policías estatales en Michoacán; el martes en Guerrero, con el homicidio del militar que había logrado abatir a 14 matones; en Guanajuato con tres enfrentamientos (el primero con ataque al hotel en que se hospedaban policías federales) y saldo de cuatro muertos.
La mayor expresión de esta guerra interminable hizo de Culiacán su campo de batalla, con bloqueos de calles y avenidas; quema de vehículos y fuga de una veintena de presidiarios.
El Presidente ha insistido en que, para conseguir la pacificación del país, lo mejor es atacar las causas de la violencia. Lo recordé aquí antier (Se impone combatir a los criminales) y coincido con la idea. Juan Enrigue Z. escribe: “Si bien esa premisa puede sonar o parecer inatacable, pudiera complementarse con que la delincuencia también debe ser atacada”.
Y respecto del soldado que antes de morir liquidó a 14 sicarios, otro lector, Luis Fernando Vega de Ávila me corrige: “De ninguna manera es aceptable –para mí, y me imagino que para muchos más– decir que es El primer héroe de la 4T. Me parece una burla porque nos queda clarísimo que es un héroe, pero de la nación. Muchos mexicanos hemos sido testigos del trato indigno, el menosprecio, el denuesto y toda la serie de acciones y comentarios negativos e insultantes de los que el Ejército Mexicano ha sido objeto desde la Presidencia”.
Como sea, cuando a una orden le sigue una contraorden, el único resultado es el desorden.
Dicen que las avestruces entierran la cabeza cuando no quieren ver (y que cuando todas lo hacen, la que llega retrasada pregunta: “¿A dónde se fueron las demás?”). Pero lo que vive México no es una fábula, sino una guerra.
Cabe preguntar: ¿los patrullajes a riesgo de vidas militares y policiacas son para hacerle al puro pinche cuento…?
@#
ARSENAL/Francisco Garfias
Excélsior)
¿Claudicación?
Una y otra vez el presidente López Obrador ha declarado que en el país “ya no se permiten razzias, ni masacres ni exterminio…”. Una y otra vez ha dado por terminada la “guerra” contra la delincuencia organizada.
La bronca es que ni los criminales se han enterado, ni las Fuerzas Armadas parecen dispuestas a seguir con la cristiana política de “poner la otra mejilla”.
El tiro de gracia a la fallida política de “abrazos, no balazos” de la 4T se los dieron criminales, policías y guardias en Aguilillas, Michoacán; Iguala, Guerrero y ayer, en Culiacán, Sinaloa.
Los balazos que aventaron en la capital de Michoacán, los coches que quemaron, las bazucas que utilizaron y los presos que soltaron provocaron pánico, sangre, dolor, lágrimas y muerte.
Octubre rojo en tiempos de la 4T.
* Las horas de terror que se vivieron ayer en la capital de Sinaloa, luego de la captura de Ovidio, uno de los hijos de El Chapo Guzmán, refleja también que el Estado mexicano tiene poco control en zonas con fuerte presencia del crimen organizado.
Quedó muy claro que no hay inteligencia —la patrulla que lo capturó ni siquiera sabía de quién se trataba— y sí una notable ausencia del Estado débil y cobarde.
Ovidio fue liberado para resguardar a la ciudadanía ante acciones del crimen, dijo Alfonso Durazo.
El abogado de El Chapo confirma que está libre
Simplemente increíble.
* Fueron horas de tronidos con armas de grueso calibre en distintos puntos de Culiacán, sin que la autoridad o la policía pudieran evitarlo. Una veintena de presos fueron liberados por los narcos durante los enfrentamientos.
A las siete de la noche leímos un tuit del gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, en el que pedía a los habitantes de Culiacán “mantenerse a salvo” y estar atentos a las cuentas oficiales del gobierno del estado. Minutos antes, el gobierno del estado los instaba a permanecer en sus casas.
Cinco horas después de iniciada la balacera no había información oficial. Ni del gobierno estatal, ni del gobierno federal, encargado del operativo, de lo que ocurría en la capital de Sinaloa.
Versiones iban y venían sobre el número de muertos, de los presos que habían sido liberados por los narcos. Tampoco se había confirmado si había soldados capturados por los sicarios.
La violenta situación obligó a suspender clases en las escuelas de Culiacán. El partido Dorados vs. Atlante tuvo que ser suspendido.
“Culiacán tiene horas de locura con balaceras por toda la ciudad. No puede ser. Otra vez la pregunta: ¿Quién manda en Sinaloa?... “¡Está claro que la autoridad no!”, posteó, en Twitter, Manuel Clouthier.
Otro sinaloense, el excandidato presidencial de PRI, Francisco Labastida, no dudó en declarar que lo de Culiacán “es el incidente más grave que ha ocurrido en el país”.
Fue hasta las 20:30 horas que Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, acompañado de los titulares de la Defensa y de Marina, salió a confirmar que Ovidio Guzmán había sido capturado, pero nada de las víctimas de las balaceras, de los daños causados, de los vehículos quemados, de los bloqueos…
* Los violentos episodios de Aguilillas, en Michoacán, —13 policías estatales emboscados y asesinados a manos del CJNG— y de Iguala —14 malandros del cártel de Guerreros Unidos muertos y una baja en el Ejército— ilustran los días de luto que vivimos.
En el caso de Aguilillas yo no me trago la versión que el cabo que iba hasta adelante del convoy de las Fuerzas Armadas, ya herido, mató con su ametralladora a los 14 delincuentes de Guerreros Unidos que cayeron en Iguala.
Eso se lo contaron al Presidente. Lo repitió en la mañanera. Pero la verdad suena a episodio de la vieja serie de televisión Combate, donde un comando de media docena de soldados estadunidense acababa con todo el ejército alemán.
La único cierto es que la versión del “punto de inflexión” en la percepción sobre seguridad en México, de la que hablaba Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, se fue al carajo.
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RAZONES/Jorge Fernández Menéndez
Excélsior
Culiacán: una rendición inexplicable
Lo que vimos en Culiacán no es sólo una demostración de la capacidad de operación de los cárteles criminales, incluyendo la fuga de cerca de 50 reos, si a eso se suma la liberación del detenido, el escenario es desolador.
Luego de un vacío informativo de más de siete horas, al momento de escribir estas líneas, ya cerca de la medianoche, lentamente se comenzaba a confirmar la información que desde horas antes se había filtrado: el hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, Ovidio Guzmán López, que quien fue detenido cerca de las tres de la tarde en Culiacán, había sido liberado por las autoridades, luego de las acciones violentas cometidas por los sicarios del crimen organizado.
Lo ocurrido ayer en Culiacán es difícil de concebir, nunca había ocurrido antes y demuestra una inédita debilidad del Estado ante los grupos criminales.
Una cosa es la pacificación y otra la rendición. Una cosa es tratar de implementar una política que reduzca los enfrentamientos violentos y, otra, someterse a los designios de los grupos criminales.
Dicen los especialistas que con los grupos del crimen organizado siempre hay una suerte de diálogo implícito, que se realiza a partir de las acciones que tanto el Estado como los grupos criminales realizan. El accionar determina los límites, las líneas rojas que no se pueden cruzar. Ayer, los criminales cruzaron cualquier límite.
Las implicaciones de lo ocurrido son difíciles de imaginar de cara al futuro. Esta misma semana decíamos que una de las razones que podría existir en la violenta reacción que está teniendo el Cártel Jalisco Nueva Generación contra las autoridades podría estar derivada de la percepción de que existía algún tipo de acuerdo con el Cártel del Pacífico, no necesariamente un acuerdo formal, pero sí tácito. Visto lo ocurrido en Culiacán, esa hipótesis toma mayor credibilidad. Los rivales del Cártel del Pacífico ya saben cuál es el camino a recorrer.
La decisión tomada no abona a la pacificación, sino todo lo contrario, hará recrudecer la violencia. Lo sucedido pone de manifiesto el verdadero rostro de la violencia del narcotráfico y la imposibilidad de establecer una política de pacificación que no pase previamente por la justicia.
Lo que vimos en Culiacán no es sólo una demostración de la capacidad de operación de los cárteles criminales, incluyendo la fuga de cerca de 50 reos en un penal del propio Estado, un penal que, evidentemente, estaba bajo control de los delincuentes, no de las autoridades, si a eso se suma la liberación del detenido (o de los detenidos, se dice que Iván Archivaldo, el otro hijo del Chapo, corrió la misma suerte), el escenario es desolador.
Hay tres capítulos que deben ser abordados: desde hace algunas semanas, pero sobre todo en los últimos días, resulta evidente que la estrategia de seguridad seguida, la de pacificación, los regaños, los abrazos, no funcionaba y, por el contrario, los grupos criminales parecían asumir esa política de pacificación como una forma de rendición del Estado ante ellos, mientras crecía en forma cotidiana la violencia y la inseguridad.
Un segundo punto es la propia configuración de los cárteles. Hoy operan en el país unos 80 grupos criminales, pero sólo dos grandes cárteles: el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, todos los demás, de una forma u otra, gravitan en la órbita de éstos, como aliados o como enemigos. En el Cártel de Sinaloa, los hijos de El Chapo Guzmán manejan sólo una parte de la organización.
El mando de ésta la tiene Ismael El Mayo Zambada, el más antiguo, el más experimentado y el más político de los narcotraficantes en activo. También tiene espacios Rafael Caro Quintero, junto con los hijos, algún hermano y otros operadores ligados a la familia de El Chapo, pero ellos tienen, desde la extradición de Joaquín, menor su capacidad de control.
La reacción de todo el cártel en defensa de los hijos de Joaquín Guzmán demuestra que tiene que haber detrás de lo sucedido algo más que la defensa de uno de los suyos.
Un tercer punto, que no es menor, es que la presión estadunidense sobre el tema del narcotráfico está creciendo en forma constante. Luego del tema migratorio, el de la epidemia de opiáceos en la Unión Americana es clave en la vida social y en la política estadunidense.
Y buena parte del tráfico de opiáceos desde México hacia Estados Unidos lo ejecuta el C ártel de Sinaloa. La reacción estadunidense ante la liberación forzada de Ovidio será difícil de sostener.
Lo cierto es que, luego de lo que vimos ayer, desde la reacción del narcotráfico ante la detención de uno de los suyos, la fuga de los reos del penal estatal, el grado de violencia y de confrontación con las autoridades hasta la liberación del detenido, todo tendrá que cambiar en la estrategia de seguridad. Los abrazos, los regaños, son ya una entelequia del pasado.
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ESTRICTAMENTE PERSONAL/Raymundo Riva Palacio
El Financiero
Infierno en Culiacán
Aclaración: esta columna se terminó de escribir a las ocho de la noche, hora de la Ciudad de México, cuando el túnel en el que se encontraba Culiacán seguía en la oscuridad, la confusión y la incertidumbre.
Lo peor que sucedió ayer en Culiacán es que la noche llegó y para muchos, la certeza de despertar al día siguiente se había perdido. Desde 1975 cuando en el velorio de un hermano de Miguel Ángel Félix Gallardo, el último de los grandes barones de la droga, se desató una balacera que se extendió por la ciudad, no se había vivido lo que este jueves sufrió Culiacán. Pero mucho peor.
Cuando menos hasta la hora del crepúsculo, amplias zonas de Culiacán estaban bajo el control del las milicias de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, que bloquearon cada una de las salidas de la capital de Sinaloa y el aeropuerto en manos de criminales.
Los sicarios llegaron por decenas a Culiacán para defender a sus patrones y realizaron acciones quirúrgicas contra las fuerzas de seguridad, atacando las instalaciones del Ejército, la Fiscalía, la policía estatal y la policía municipal.
Testimonios de habitantes de Culiacán narran lo inenarrable. Los ejércitos del narcotráfico golpearon al Ejército y le arrebataron la capital a las autoridades. El gobierno, al menos durante la mayor parte del día, quedó en manos de los paramilitares de Guzmán, pero la confusión no permite llegar aún a ninguna conclusión.
Lo único claro es que la única autoridad real en Culiacán durante las horas de luz de este jueves, eran los narcotraficantes, ante el repliegue del Ejército. Controlaban todo. En la periferia de Culiacán establecieron tres retenes en cada carretera, de acuerdo con personas que lograron escapar de la capital, para frenar algún ataque del Ejército, al que pusieron a controlar las casetas de peaje.
Comenzó todo a media mañana. Según un culiche que estaba tomando café en la zona comercial de Culiacán, conocida como Tres Ríos, donde la batalla campal inició. Alrededor de las 11 y media (una hora menos que en la Ciudad de México), recordó que trascendió que habían detenido a uno de los hijos de El Chapo Guzmán.
“La confusión era si efectivamente había sido el Ejército o los rivales de los Guzmán”, dijo al recordar las primeras horas de un día que terminó para él siete horas después, cuatro que estuvo encerrado en el restaurante porque era imposible salir a las calles por las balaceras, y tres más en llegar a su casa, no muy lejos de ese lugar, por tantos vehículos bloqueando las calles, incendiados y procurando evitar los puntos de mayor violencia.
Como todos los que han aprendido a vivir en el riesgo, su vehículo llevaba los vidrios abajo para que pudieran observarlo y ver que no era policía, militar o sicario.
La operación era para detener a Ovidio Guzmán López, de 29 años, apodado El Ratón, buscado por el gobierno de Estados Unidos, lo que añade confusión a lo que realmente sucedió ayer. Agentes de la DEA presumiblemente fueron los que presionaron al gobierno federal y participaron en la pésimamente planeada operación, que provocó la toma de Culiacán por parte de los paramilitares de los Guzmán. Las grabaciones de quienes participaron en la detención, a las que tuvo acceso esta columna, muestran la desesperación.
“Están parapetados con el 75 (que significa ‘detenido’ en las claves policiales). No les llega el apoyo”, dijo uno de los agentes que estaba buscando apoyo.
“¡Dile a los putos que suban los Blackhakws; tienen autonomía de vuelo”, dijo otro, que sabía que sus compañeros estaban rodeados.
No sabían que ni el Ejército ni la Secretaría de Seguridad Pública Ciudadana ordenaron a los Blackhawks, poderosos helicópteros artillados, volar para apoyar a sus compañeros, porque temían que los derribaran con los Barrett, el fusil de alta potencia que utilizan los grandes cárteles de la droga. La unidad que detuvo a Guzmán López quedó a merced de los paramilitares.
La forma como salieron con vida y el detenido no está nada claro. Grabaciones obtenidas por fuentes cercanas a los federales de varios jefes de sicarios, proporcionadas a esta columna, tienen diálogos inexplicables con la información conocida hasta este momento.
“Pendiente plebada”, dice uno, “ya rescataron al patrón”.
“Por favor, pongan atención”, dijo otro, “ya no tiren bala. Ya no tiren bala. Ya todo bien. Díganle a la plebada. Ya no vamos a ir por el muchacho, ya todo se arregló”.
Una versión que no pudo confirmar María Idalia Gómez, editora de Eje Central, es que Iván Archivaldo Guzmán, el hijo más conocido de El Chapo Guzmán, fue detenido, pero lo liberaron.
“Paren todo, paren todo”, grita uno más de los jefes operativos paramilitares. “El patrón ya se entregó. Paren todo”.
En otra grabación, los paramilitares hablan por radio sobre lo que planeaban hacer. “Seguimos matando guachos, no siguen matando gente. Vamos por unas personas. Métanse a la guarda, saquen mujeres, lo que sea, niños”.
Otro dice, aparentemente a militares que capturaron: “Se van a morir a la verga. Métanse. Van a mamar un vergal de niños, de señoras y todo a la verga. Mire compa. Deje de pedir apoyo al gobierno. Desafánese y a la verga”.
Los paramilitares liberaron a decenas de prisioneros del penal Aguaruto. Las autoridades dijeron que no eran más de 30, pero hay indicios que fueron muchos más. Hay un número indeterminado de civiles muertos, y muchos más se salvaron porque se encerró en sus casas.
El saldo de muertos y heridos es desconocido, pero es un evento activo. Nunca se había visto nada así en una ciudad del tamaño de la capital de Sinaloa. Nunca imaginamos que esto sucedería en México.
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Las columnas políticas, hoy, sábado 19 de octubre de 2019;
Templo Mayor/ Reforma,
¡AH, pero qué disparejo reacciona el gobierno de Andrés Manuel López Obrador! Si se trata de la prensa, la sociedad civil, los entes reguladores, los organismos empresariales, las calificadoras o los ombudsman, responde con fuerza y hasta con furia, con todo el peso de la investidura presidencial y a veces del Estado completo.
PERO CUANDO tiene enfrente a los capos del narcotráfico, a los normalistas y profesores que secuestran camiones y bloquean vías, a los huachicoleros, a los vándalos de las marchas, o a algunos políticos corruptos de gobiernos anteriores, la 4T hace como que no ve y se aleja silbando una alegre tonadilla.
SI LA ENJUNDIA con la que el equipo presidencial combate las críticas a su modelo la aplicaran en construir un verdadero Estado de Derecho, tal vez las cosas no andarían tan chuecas.
UNO DE los aspectos que urge aclarar en el caso de Ovidio Guzmán es si, como se especula, agentes de Estados Unidos jugaron algún rol en el affaire, porque para nadie es secreto que las capturas de narcos de alto perfil se hacen desde hace años con la inteligencia y apoyo de la DEA.
ADEMÁS, el gobierno ya reconoció que la misión era capturar al heredero del Cártel de Sinaloa para extraditarlo. Es decir, que se trata de un "bad hombre" que genera un especial interés en el Departamento de Justicia o incluso en la Casa Blanca.
Y AUNQUE recientemente Donald Trump elogió al gobierno mexicano por sus acciones en materia migratoria y hasta dijo que México lo ha ayudado más que los demócratas, habrá que ver cómo toma el hecho de que se dejara libre a un hombre buscado en Estados Unidos por narcotráfico.
MÁS AÚN si resulta cierto que, en la localización y seguimiento del "Chapito" -quien, por cierto, ya hasta corrido tiene-, participaron agentes estadounidenses y se usaron recursos del Tío Sam.
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Frentes Políticos/Excelsior...
19 de Octubre de 2019
3. ¿Usted qué haría? El ejercicio es sencillo. Con toda objetividad, póngase en los zapatos del Gabinete de Seguridad. La delincuencia organizada mostró el porqué de esa etiqueta y en 15 minutos montó un operativo de pánico imposible de detener. Piense cómo evita una matanza. Lo primero, y más sencillo, es reprobar la decisión de liberar al capo. Es lo más sencillo. Pero hay que reflexionarlo. Aunque la captura de Ovidio Guzmán López fuese un objetivo primordial de Andrés Manuel López Obrador, no puede obviarse que, por encima de cualquier propósito criminal, debe encontrarse el fin superior para salvaguardar la vida y la integridad de la población. Para algunos, lo ocurrido en Culiacán, Sinaloa, es un drama consumado. De haberle hecho caso a la sinrazón, de cuántos muertos estaríamos hablando: ¿cinco, diez, varias decenas? Piénselo, eso sí sería una tragedia. Cerrar filas es lo que impera. Todos. Ya.
4. Al banquillo. El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, tendrá que explicar las fallas en el operativo para capturar a Ovidio Guzmán López, durante su comparecencia en la Cámara de Diputados proyectada para el 31 de octubre, así lo aseguró la presidenta de la Mesa Directiva, Laura Rojas. “Será la primera oportunidad formal ante esta Cámara para que explique a detalle lo que sucedió”, expresó. La legisladora enfatizó en que las explicaciones no deben quedarse en “una mañanera”, sino que se debe acudir al Congreso, la institución de representación del pueblo y de formal de supervisión del Poder Legislativo. Excesivo el ego legislativo. Pero, bueno, de alguna manera deben justificar lo que ganan. ¿Qué piensan, destrozarlo a cuestionamientos?
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Estrategia de “avestruz” frente al crimen
Arsenal/FRANCISCO GARFIAS
Excelsior
Leí el reporte de los consultores del Grupo Eurasia, especialistas en detectar riesgos políticos para los inversionistas alrededor del mundo, sobre la crisis en Culiacán; que puso en evidencias la “pobre” estrategia de seguridad de la 4T.
El documento, firmado por Daniel Kerner, expone que uno de los principales riesgos para la política en México es el “nivel extremo” de centralización de las decisiones en manos de López Obrador.
“Este es un problema que afectará las políticas más allá de la seguridad. Es el desafío (también) en la política fiscal y energética”, subraya textual.
El reporte agrega que, a largo plazo, la inseguridad se convertirá en un serio problema para la popularidad de AMLO.
Coincido. Se ve difícil que las condiciones mejoren con la estrategia de avestruz que la 4T aplica para combatir el crimen organizado.
La confianza en el gobierno ha quedado tocada después de los acontecimientos de Culiacán, Aguililla e Iguala.
Retomo el reporte:
“El problema (de la confianza) se agravará si la desaceleración de la economía continúa, como parece que ocurrirá. Es probable que López Obrador tenga algo de tiempo antes de perder el apoyo.
La falta de oposición organizada y los casos de corrupción de alto perfil que su gobierno está procesando, le darán espacio”, puntualiza.
¿Por cuánto tiempo? Esa es la gran pregunta.
* En la mañanera de ayer, el Presidente dijo que el Gabinete de Seguridad tomó la decisión de liberar al Chapito, y que él avaló.
Yo francamente no veo al secretario Durazo; ni al general Luis Crescencio Sandoval; y menos al almirante José Rafael Ojeda, tomando decisiones de esa envergadura.
Él decidió soltar al hijo de El Chapo con la idea de que la captura de un delincuente no vale la vida de cientos de personas. Un argumento que no soltó en todo el día.
Los secretarios de Seguridad, Defensa y Marina sólo acataron órdenes de su jefe.
Suena noble el razonamiento del Ejecutivo para justificar la liberación del delincuente. “No se puede enfrentar la violencia con la violencia”, “nada por la fuerza, todo por la razón”, repite como estribillo
Pero llevar a la práctica esas palabras no ha servido ni para el “punto de inflexión” que presumía Durazo.
Pregunta obligada: ¿El Estado va a responder con fuchis, guácalas y apelando a que piensen en sus mamacitas, a la violencia extrema del crimen organizado?
Seguro estoy de que muchos de los que votaron por Andrés Manuel, reprueban la liberación de Ovidio Guzmán.
Saben que el crimen organizado ya vio que con la fuerza de las armas puede doblar públicamente al Estado, humillar a policías y militares, y conseguir lo que quiere.
No se necesita un sesudo análisis para vaticinar que, envalentonados por la debilidad del Estado, no tendrán reparo en sembrar pánico y muerte en cualquier ciudad de la República, cuando sus intereses así lo requieran.
* La situación de seguridad del país es grave. 23 mil 700 homicidios en lo que va del año respaldan esa afirmación.
La violencia ha aumentado en estados como Guanajuato, otrora un estado tranquilo, por el huachicol.
Se suma a Colima, Baja California y Chihuahua, Michoacán, Sinaloa, asiento de cárteles de las drogas.
Me puse a pensar qué habría hecho si hubiese tenido que tomar la decisión de liberar o no al Chapito.
Para responder le compro sus palabras a Ricardo Monreal. “Soy de los clásicos. El cumplimiento de la ley no admite excepciones”.
Hasta allí mi coincidencia. La justificación de que si hubiese sido una tragedia ya lo estarían acusando de genocidio en la Corte de la Haya, esa no se la compro.
Un último comentario. Ya quedó claro que el comando que enviaron a capturar a Ovidio no tenía estrategia, ni la fuerza necesaria para hacerlo.
Falló la inteligencia. No midieron la reacción del Chapito y sus aliados. El gobierno quedó en ridículo frente al mundo con ese operativo fallido, deficiente e improvisado.
Ojalá que con este grave hecho le quede claro al Ejecutivo que el CISEN no sólo servía para espiar opositores.
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En llamas/Jorge Volpi
REFORMA
Lo más trágico es que Sinaloa en llamas ofrece un resumen perfecto, en miniatura, de estos años de plomo
Tras largas horas de confusión, con Sinaloa en llamas, al fin tenemos una idea más o menos clara de lo ocurrido: el Estado mexicano decide capturar a uno de los delincuentes más buscados del país, Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante estrella de nuestro tiempo, El Chapo. El operativo, mal planeado y peor ejecutado, consigue su detención, que muy pronto se ve contrarrestada por el vigoroso asalto de diversos grupos armados, los cuales no tardan en doblegar a las fuerzas de seguridad. Ante el inminente peligro de que los enfrentamientos se cobren más víctimas civiles, el gabinete de seguridad del país, con aprobación del Presidente, decide la liberación del criminal.
En la refriega, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, flanqueado por tres militares del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, y el director del Centro Nacional de Inteligencia, ofrece una errática conferencia de prensa donde afirma que, identificado por casualidad en un operativo de rutina, la captura de Ovidio Guzmán fue la causa de la ola de violencia en Culiacán, sin aclarar si éste se encuentra o no detenido. No es sino hasta el día siguiente que, en su habitual conferencia de prensa, el Presidente confirma que el criminal fue dejado libre "para proteger la vida de las personas". Poco después, el gabinete de seguridad rectifica y, en un raro -pero no menos escandaloso- mea culpa, confirma que el operativo sí buscó la captura de Guzmán y reconoce su "precipitada" implementación.
Sinaloa en llamas es un estrepitoso fracaso. El fracaso del Estado mexicano, incapaz de capturar a un delincuente y proteger la vida de sus ciudadanos. El fracaso, sin duda, de los dos gobiernos anteriores, en particular el de Felipe Calderón, torpe iniciador de la guerra contra el narco, pero también el de Enrique Peña Nieto, que se conformó con disminuir su perfil mediático preservando los principios de su predecesor. Y el fracaso, qué duda cabe, de la administración de Andrés Manuel López Obrador, que tampoco modificó, en contra de lo que prometió en campaña, la estrategia meramente punitiva en el combate al crimen organizado.
Sinaloa en llamas señala nuestro fracaso colectivo. El de una sociedad que, pese a los 250 mil muertos y 60 o 70 mil desaparecidos acumulados desde el 2006, no ha sido capaz de obligar a sus gobernantes a modificar sus ideas de seguridad y justicia. El de una sociedad que, frente a los desastres de estos 13 años, no ha sabido organizarse para exigir un cambio radical en las medidas adoptadas por tres partidos distintos para enfrentar las consecuencias de la guerra contra el narco. El gobierno de López Obrador no es el culpable de lo sucedido, pero es claro -y desolador- que, al concentrarse en la creación de un nuevo cuerpo de corte militar, la Guardia Nacional, desentendiéndose de la legalización de las drogas y la justicia transicional anunciadas por su secretaria de Gobernación, y manteniendo la desmedida influencia del Ejército, sí es ahora responsable del inmenso error de antier, que ha dejado como saldo ocho muertos y numerosos heridos.
Lo más trágico es que Sinaloa en llamas ofrece un resumen perfecto, en miniatura, de estos años de plomo. La improvisación de esta acción calca, en pequeño, la de los operativos conjuntos de Calderón en 2006. No adivinar la respuesta a una acción de tal envergadura merecería la renuncia de todos los responsables de seguridad. La mentira inicial, según la cual Guzmán López fue detenido por accidente, repite las pronunciadas una y otra vez por los subordinados de Calderón y Peña, y también bastaría para provocar esas renuncias. Los muertos y heridos son los mismos que se suman -y luego olvidan- desde 2006. Y la liberación del Chapito no es sino el mayor símbolo de la impunidad que prevalece en el país.
Dura lección que el gobierno de López Obrador, que tantas esperanzas sigue concitando en la mayor parte de los ciudadanos, debe aprender. El camino del pasado se ha revelado inútil y pernicioso. México merece intentar uno nuevo: el que él mismo esbozó antes de su llegada al poder.
@jvolpi
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Precipitación/
SOBREAVISO / René Delgado
REFORMA, 19 Oct. 2019
Esta semana quedó clara la urgente necesidad de la administración de reparar en qué punto se encuentra.
Ya no actúa con velocidad, sino con precipitación, desbocadamente. Si el Ejecutivo no toma asiento y reflexiona sobre el límite y el horizonte de su gestión, así alargue la conferencia matutina y fustigue aún más a la prensa acusándola de sus propios dislates, no conseguirá dominar la administración, menos aún conquistar el gobierno.
De no reparar hasta dónde llegar, cuál ruta tomar, qué pasos dar, cuántos frentes abrir y cerrar en el trayecto, cómo avanzar con certeza y cuál es el destino, al margen de las zancadillas, los tropiezos de la administración podrían culminar en una caída, probablemente, con fractura expuesta.
Dar por aciertos totales acciones en curso o negar desaciertos pese al error, no fortalece, debilita a la administración.
Aparte de los "otros datos" del mandatario, hay uno más: la realidad.
La realidad no se transforma con sólo decir "vamos bien", "eso se acabó", ni descalificando a la crítica, arrastrando las palabras hasta borrar su significado o recurriendo a frases hechas sin sustento. Se puede cambiar la percepción por un momento, pero la realidad siempre se impone y termina por arrasar el deseo y la voluntad, exhibiéndolos como una ilusión.
Hace unas semanas (Sobreaviso del 31 de agosto: "Punto de inflexión") se advertía: "...la circunstancia nacional e internacional insta a reconsiderar y recalcular los pasos a dar, a no convertir la oportunidad en calamidad". El tiempo transcurrido ha sido tiempo perdido.
Lógicamente, el foco de atención hoy se concentra en el brutal revés sufrido por el Estado en Culiacán, Sinaloa. Sin embargo, estos días no sólo sucedió eso. Importantes acontecimientos pusieron de nuevo en juego el entusiasmo y el miedo, la oportunidad y la calamidad.
La violencia criminal y oficial borró el supuesto punto de inflexión en la comisión de delitos. La judicialización de la política -por no decir, su fracasoreveló un profundo desencuentro y colocó al poder restante, el Judicial, contra la pared. El litigio en un tribunal estadounidense sobre la manifiesta corrupción de la anterior administración de Petróleos Mexicanos, agregó un ingrediente a la complicadísima situación de la empresa. La silla vacía sin explicación en la Corte dejó una terrible incógnita sobre lo ocurrido y lo que sucederá. La aprobación de la revocación del mandato adquirió un significado profundo. La burla de Morena en San Lázaro a las observaciones hechas sobre los vicios de la reforma contra la defraudación fiscal no tuvo par. La caída de Carlos Romero Deschamps, emblema de impunidad y pusilanimidad política, planteó la duda de si basta el descabezamiento del sindicato petrolero para democratizar su estructura o si la pugna por su control dará un golpe más a la empresa. El inicio de la ampliación del aeropuerto en Santa Lucía dejó en el aire no sólo a los aviones, también su viabilidad. El cínico desafío de Jaime Bonilla y su pandilla a la legalidad y el Estado de derecho evidenció un ánimo golpista. El asedio a la prensa vía puyas o emplazamientos expone una intolerancia.
No sólo fue el sitio de Culiacán por el crimen lo ocurrido. Cada suceso encriptó el entusiasmo y el miedo, dejando en vilo el porvenir.
Sí, lo sucedido en Culiacán es asunto mayor, delicado en extremo. Cimbró el discurso oficial y tambaleó el Estado de derecho.
No basta madrugar para ver cómo amaneció la violencia y, así, acreditar el trabajo por la paz y la seguridad. No basta juntar a los altos mandos si hay errores crasos de comunicación con el resto de la estructura y de diseño de la operación. No basta con recibir una orden de extradición para ir por un capo criminal, sin conocer la capacidad de fuego y de logística de su estructura, el teatro de operación ni la estrategia. No basta complacer los pedidos de Estados Unidos sin ponderar el efecto local y nacional. No basta restar importancia a lo ocurrido cumpliendo con la agenda, cuando el tamaño del error demanda atención superior.
El error cometido -detener y luego liberar a un delincuente, rendir la plaza de una ciudad-capital al crimen, fundar la decisión en el propósito de evitar un trágico daño colateral cuando, en rigor, no se planeó ni calculó la operación- exige tomar asiento y despachar los asuntos, no mantenerse de pie tras el atril y perorar.
De cuanto está ocurriendo en el ámbito criminal, la administración tuvo noticia con el tamaño del revés sufrido. De cuanto pueda ocurrir con la economía, ya hay avisos. De recortar para ahorrar, ya hay indicios de la pérdida operacional de la administración.
Es hora de sentarse, reflexionar y rectificar ahí donde es necesario.
Sí, el Ejecutivo tiene que pensar y ajustar, pero no menos la oposición.
En particular, Acción Nacional que, día a día, patina en su postura, resucita a Vicente Fox para "darle en la madre a la 4-T", busca ganancia en la ruina y, en el exceso, reclama lo que no fue capaz de dar durante su estancia en el poder. Con qué cara criticar la falta de seguridad y la violencia criminal si éstas germinaron durante su gestión.
La ausencia de liderazgo en ese partido hace crecer a políticos miniatura y si los cuadros panistas con experiencia y visión no rescatan a su organización, sin duda, formarán parte del problema, no de la solución.
Igual las agrupaciones que, en nombre de la modernidad y el progreso, defienden el pasado que llevó al país donde se encuentra.
A punto de concluir el primer año de la gestión, es hora de recordar cómo el país ha perdido tiempo, incluso, sufriendo sexenios de muy corta duración.
Es hora de rectificar, y sí se puede.
sobreaviso12@gmail.com
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Los pusieron de rodillas/FERNANDO ZEPEDA
El Debate, 19 DE OCTUBRE DE 2019;
Ojo indiscreto
No hubo valientes que dieran la cara ante caos
Los pusieron de rodillas. Con los delincuentes no se negocia. No se transige. Simple y sencillamente se aplica la ley. Lo que sucedió en Culiacán. Lo que hizo el Gobierno Federal solo habla de la ausencia del estado de derecho. Quienes quieran validar que se decidió en poner en libertad a un delincuente aprehendido. Con orden de aprehensión e incluso de extradición, solo hablan de lo superficial. El fondo es que el Gobierno de López Obrador no ha mostrado hasta hoy una estrategia clara de cómo combatir a la delincuencia. Y la violencia, señores, no se generó ayer tras la detención del hijo del capo sinaloense “El Chapo” Guzmán. Arrancó desde el momento que el presidente, de una manera simplista, jamás antes vista, ha convocado a la sociedad mexicana a combatir con un “guácala...fúchila” y la advertencia de que los delincuentes serán acusados con sus mamacitas y abuelitas. Desde ahí arranca todo. La manifiesta ineptitud del Consejo de Seguridad Federal, que encabeza Alfonso Durazo y del cual forman parte los titulares del Ejército, Marina y la Guardia Nacional, es la que puso en riesgo la vida de cientos de ciudadanos de Culiacán. Molesta que pretendan vernos la cara cuando cambian hasta tres veces la versión “oficial” de los hechos. Molesta e indigna las declaraciones de López Obrador que pontifica advirtiendo que se pensó más en la vida de inocentes y se decidió liberar a un criminal. Cuando él sabe que su Gobierno, al no realizar un verdadero plan de detención, expuso a todos.
De López Obrador resulta ocioso que se demanda la renuncia del presidente. Que no se dará, claro está. Pero exigir que su gabinete de seguridad federal sea renunciado de inmediato si es factible. El mismo López Obrador lo demandó cuando se dio el supuesto escape del “Chapo” Guzmán de la cárcel de dizque alta seguridad. Él lo demandó. Tenemos el audio. Y fue por un escape de ese narco. Ahora es peor, no se les escapó, lo dejaron ir cuando ya lo tenían.
¿Qué es lo que sigue? No sabemos. Pero lo que sí está claro es que pusieron al Gobierno Federal de rodillas. Y los narcos y demás criminales ya probaron que ese es el camino para lograr su impunidad plena. En medio de todo este ridículo, no solo nacional sino internacional, da la apariencia que al general Luis Cresensio Sandoval y al almirante José Rafael Ojeda, de Sedena y Marina respectivamente, los llevaron al baile.
Daños colaterales. Tras los escándalos suscitados en Culiacán. Tras las imágenes que profusamente circularon en redes sociales al convertirse Culiacán en zona de guerra, lo que viene es evitar las consecuencias de esos hechos. Recuperar la tranquilidad de los ciudadanos. Y buscar con estrategias claras e inteligentes que las principales actividades económicas de Sinaloa, particularmente el turismo, no resulten afectadas. De entrada, ayer, hoteleros, restauranteros y demás prestadores de servicios turísticos reportaron una baja en la ocupación y arribo de visitantes. Y es que en las noticias se hablaba de Culiacán pero se mencionaba Sinaloa. Y con eso, en el caso del turismo, quienes tenían planeado venir a Mazatlán este fin de semana decidieron posponerlo, o en su defecto cancelarlo. Hay mucho por hacer en Sinaloa para restituirle la tranquilidad a los sinaloenses. Hay mucho por hacer en Sinaloa para brindar certidumbre a las actividades económicas que dan sustento a miles de familias. #
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Huyen en Culiacán familias militares
Por miedo, luego de ser amagadas tras el fallido operativo para detener a Ovidio Guzmán familias de militares abandonaron sus viviendas en el complejo habitacional de la Colonia 21 de Marzo.
Fuentes militares aseguraron que las familias fueron evacuadas y enviadas a la sede de la Novena Zona Militar para su tranquilidad.
Se trata de al menos 60 de 140 familias de soldados que viven en la Unidad Habitacional Militar, ubicada por la carretera a Mazatlán, la cual alberga también oficinas y una sucursal de Banjército.
El jueves, el complejo de 16 edificios de departamentos fue atacado por un comando de presuntos integrantes del Cártel de Sinaloa.
El Secretario de la Defensa, General Luis Sandoval, reconoció un día después el ataque en la Colonia 21 de Marzo como un acto de presión para soltar al presunto narcotraficante.
"Se acercaron a la unidad habitacional, entraron, hicieron fuego sobre la unidad habitacional. De ahí se llevaron un elemento de seguridad civil contratado para la seguridad de las instalaciones y a un elemento de tropa que estaba vestido de civil", detalló en la conferencia que encabezó con el Secretario de Seguridad, Alfonso Durazo.
En un video interno, militares califican de cobardes los actos violentos de miembros del Cártel de Sinaloa registrados el jueves en Culiacán e indican que fueron abatidos más de cinco gatilleros.
El material se usó presuntamente para levantar la moral de las tropas.
"En Culiacán cumplimos con la misión, a pesar de que se estima que eran 700 u 800 delincuentes, sólo 350 de nosotros les hicimos frente.
En la grabación obtenida por REFORMA se muestran imágenes de entrenamiento operativo de los soldados. (Reforma, nota Marcos Vizcarra y Benito Jiménez).
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Las columnas políticas, 20 de octubre de 2019
Templo Mayor/ Reforma
LOS MILITARES están molestos. Luego del papelazo del gobierno federal en Culiacán, por vías tanto oficiales como oficiosas, diversos sectores castrenses han dejado sentir su incomodidad.
OBVIAMENTE, de entrada, les molesta la falta de preparación de un operativo tan delicado, su ejecución y posterior echada para atrás. Existe inclusive la versión de que el Ejército fue hecho a un lado, para darle su primera medalla a la recién creada Guardia Nacional. Para colmo, la improvisación gubernamental, a los primeros que puso en peligro fue a los familiares de los propios soldados, que ya tocaron a retirada en la plaza.
A ESO se suma que, para variar, fueron los de verde olivo los que tuvieron que sacarle las castañas del fuego a Andrés Manuel López Obrador, pese a lo cual se les ha querido colgar la culpa de todo lo que salió mal. Y vaya que los militares aguantan mucho... pero no que se metan con su orgullo.
EL QUE está viviendo una paradoja es Alfonso Durazo, pues justo antes del estallido en Culiacán, sus sueños de ser gobernador de Sonora estaban en su apogeo. Tan es así que, casuaaalmente, alguien colocó su nombre en tres encuestas pre-pre-preelectorales para medir cómo andaban sus bonos en el terruño.
CUENTAN que con todo y que la gobernadora, Claudia Pavlovich, sale muy bien evaluada, en los sondeos Morena va a la cabeza, lo cual tenía muy entusiasmado al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana. Pero después de que se tropezó con un Ovidio, es posible que el sueño de Durazo se haya convertido en pesadilla.
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Incentivos y consecuencias/Eduardo Caccia
REFORMA, 20 Oct. 2019
La señal que lanzó el gobierno de México con el repliegue en Culiacán, no abona a la narrativa de un país donde impere el Estado de derecho. Salvó vidas, sin duda, falta saber a qué costo. Rescato la autocrítica de algunos actores de la autollamada 4T que reconocen errores en el operativo. Preocupa que el líder siga creyendo que "vamos muy bien" y que asuma cualquier insinuación de que no es así como crítica opositora. ¿Para qué quiere AMLO una Guardia Nacional si con el argumento del mal menor, no la va a usar? Otorgar patente de corso a los narcos para que trabajen para el país, seguramente también salvará vidas.
Vivimos una paradoja. El Presidente y el gobierno federal se equivocan de enemigos. Por un lado, son suaves con los criminales y les hacen exhortaciones morales que son motivo de burla popular en varios sectores de la población, y por otro lado se muestran amenazantes, implacables contra las empresas y los empresarios vía una política fiscal que equipara ciertos delitos fiscales con la delincuencia organizada, sin mediar juicio de por medio. Cualquier narcotraficante tiene derecho a un juicio justo antes de ser condenado, un empresario que haya cometido fraude con facturas falsas, no.
Aplaudo el objetivo de incrementar la recaudación y disminuir o erradicar la defraudación fiscal, me cuesta trabajo creer que la batería legal del Estado se apunte con prepotencia contra quienes arriesgan su patrimonio para crear empresas que producen fuentes de trabajo y en muchos casos tienen iniciativas sociales que contribuyen a una mejor sociedad y desarrollo económico. ¿Qué hay de la inmensa mayoría que vive bajo el cobijo de la economía informal? ¿Por qué el Estado parece sólo ver a los contribuyentes cautivos?
Todo grupo social opera con un sistema de incentivos y consecuencias, algunos del orden natural (toco un cable, sin aislamiento, cargado de corriente eléctrica, recibo una descarga; no es negociable), otros salidos de la mente del ser humano para una mejor convivencia (Yuval Noah Harari las identifica como creaciones ficticias, es decir, son narrativas ajenas al orden natural) como el concepto de nación, el Estado, la ley, la religión. Estos incentivos y consecuencias forman un gran marco de actuación para las personas, donde el Estado tiene como primerísima función la seguridad de sus ciudadanos, y estos a cambio deben contribuir para que el Estado tenga los recursos necesarios.
Cuando los incentivos y las consecuencias se invierten, el Estado tiende a tener más de lo que no quiere y menos de lo que sí quiere. Al lanzar una señal al mundo de que en México se imponen los criminales (y la consecuencia que reciben es un "¡fuchi, guácala!") la inversión extranjera y el turismo no tienen incentivos para venir. Al ponerles la pistola del SAT en la sien a los empresarios, no se tienen los incentivos para abrir más empresas y generar más fuentes de trabajo. Por otro lado, los grupos criminales tienen ahora más incentivos para seguir delinquiendo, y quienes están en la economía informal tienen más incentivos para seguir ahí, sin pagar impuestos.
Necesitamos cambiar las condiciones de vida de muchos mexicanos para evitar estos incentivos: "Tus lágrimas seca, muchacho, / pronto vas a acostumbrarte. / Tus manos están temblando/ como cualquier principiante. / Las calles han sido tu escuela / y el vandalismo tu vida. / Pasaste hambres y tristezas, / la mafia ahora es tu familia". (Fragmento, El niño sicario, Calibre 50).
Imagino un pacto nacional por la legalidad y el progreso para cerrar filas con el presidente López Obrador, donde éste reconoce que necesita escuchar a expertos que hoy desprecia (algunos incluso correligionarios) y promueve cambios legales para que los incentivos estén a favor de que haya más empresarios y empresas, se trabaje en mancuerna para conseguir sus metas de los programas sociales de la mano de Empresas Socialmente Responsables y generamos un círculo virtuoso de empleo y desarrollo económico con mejor distribución de la riqueza. Para que esto suceda, el Presidente y su gobierno deben dejar de ver enemigos donde pueden tener aliados.
"Plebes que siguen mis pasos, / voy a darles un consejo. / Valoren familia y trabajo, / sean hombres de provecho". (Op. cit.).
@eduardo_caccia
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El presidente frente al mal/Enrique Krauze
REFORMA; 20 Oct. 2019
Para caracterizar la naturaleza del mal, el presidente López Obrador no recurre a los marcos legales de una república sino a la esfera religiosa, en particular a dos de los Diez Mandamientos: "No mentirás", "No robarás". Extrañamente, en su discurso aparece poco el precepto que, desde el origen, norma la vida en sociedad: "No matarás". ¿Cómo operan, en la práctica, sus creencias?
"No mentirás". Aunque el presidente solía repetir que no miente, en tiempos recientes ha dejado de mencionarlo. Su diaria exposición de los problemas del país no se caracteriza por la sencilla y sincera confrontación de la verdad sino por la imprecisión, la evasión, el silencio, el insulto o la descalificación de quien lo cuestiona, y sí, la mentira. En la era de las "fake news" puede parecer normal que declare tener "otros datos" y que su público cautivo los avale, pero un sector creciente de la opinión sabe que esos datos alternativos son demostrablemente falsos. En los tiempos actuales no hay mentira impune.
"No robarás". La corrupción (entendida como el uso privado de los recursos públicos) ha sido la llaga mayor de nuestra vida pública y es loable la voluntad de enfrentarla, pero no basta la prédica moral del ejemplo o la palabra. La única vía probada es la denuncia de la prensa independiente, la información de instituciones autónomas de transparencia y la acción de un aparato judicial independiente, tres entidades que López Obrador -para decirlo con suavidad- desestima. Por lo demás, la discrecionalidad de varias decisiones de política pública (concesiones, nombramientos) y la presencia en su entorno de figuras emblemáticas de la corrupción (no solo económica sino sindical, política y electoral) restan credibilidad a sus empeños.
"No matarás". Como si se tratara de un mandamiento incómodo, el presidente suele eludir la palabra "criminales" o "asesinos". En alguno de sus exhortos se refirió eufemísticamente a "las personas que se dedican a esas actividades", como niños traviesos que merecen la reprimenda de las madres y abuelas por haber hecho algo malo o, mejor dicho, maloliente, que produce asco. El presidente no cree en la existencia intrínseca del mal (en particular del mal extremo, el asesinato). El presidente cree que todo asesino es una víctima del orden social. Por eso declaró que le "conmueven" las condiciones carcelarias del Chapo Guzmán, por eso tuvo expresiones de misericordia con sus familiares. En cambio, frente al dolor de las víctimas -como aquella madre desconsolada que se postró a sus pies para implorar por su hijo desaparecido, o los deudos de policías y soldados asesinados- el presidente muestra una retracción sombría.
De este extraño concepto del mal se desprenden consecuencias. La gradación del mal se ha invertido: el robo resulta más grave que el asesinato. Por eso la defraudación fiscal -sin duda punible- se ha elevado potencialmente al rango del crimen organizado. Por eso el verdadero crimen organizado se ha degradado al nivel de una mala crianza que se resuelve con admoniciones espirituales.
Otra derivación es el modo de combatir el mal. Abrazos, no balazos. Lo que nunca ha ocurrido en la historia humana ocurrirá en México. La pauta legal que castiga el crimen desde el Código de Hammurabi hasta las constituciones vigentes en todo el mundo se detiene en la Cuarta Transformación. Vivimos una Nueva Era que algún día borrará la injusticia social, raíz del mal. Entonces no habrá criminales. Entonces seremos felices. Mientras tanto reina la impunidad.
A partir de esa premisa se entiende que el ejército, la institución más querida y respetada de los mexicanos, esté siendo desvirtuado en sus labores esenciales, tentado por una tajada de poder (y, no nos engañemos, de dinero) y dedicado a la valiente tarea de defender el suelo patrio de esos peligrosos "masiosares", esos extraños enemigos que son los migrantes centroamericanos. A partir de esa premisa se entiende que la fuerza pública se doblegue no solo ante el crimen organizado sino ante el crimen desorganizado, el que ocurre en las calles y las plazas del país, donde los delincuentes comunes han entendido que tienen carta blanca.
El presidente López Obrador está a tiempo de reconocer que el mal radical existe en sí mismo, al margen de determinaciones sociales, que tiene grados, y que es irreductible por cualquier otra vía que no sea la del Estado de derecho. La inmensa mayoría del país, gente buena que no roba ni mata, lo agradecería.
www.enriquekrauze.com.mx
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Un grupo armado despojo del vehículo a miembros del Ejército mexicano....
Es la segunda camioneta despojada desde el jueves tras la balacera en Culiacán
Los “Plebes” pueden hacer eso y más...Total todo se les perdona!
Sujetos armados despojan camioneta del ejército en la Culiacán-Mazatlán: El Debate
Es la segunda camioneta despojada desde el jueves tras la balacera en Culiacán
Culiacán, Sinaloa.- Un grupo de sujetos fuertemente armados acaba de despojar una camioneta a elementos del ejército sobre la maxipista Culiacán-Mazatlán al a pocos metros de la caseta de cobro en la sindicatura de Costa Rica.
El hecho fue reportado minutos después de las 13 horas de hoy sábado.
Con este hecho ya son dos las camionetas despojadas a los castrenses una de ellas fue despojada con violencia el jueves pasado y otra del día de hoy. (Nota de HERNÁN ALFÁRO)
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Marcelo Ebrard, dijo que si hubieran continuado con el operativo en Culiacán habría más de 200 muertos.
México ya abandonó la idea del daño colateral", dijo en Oaxaca, donde acompañó al Presidente Andrés Manuel López Obrador a una gira.
"Dicho de otra manera, si se hubiese dado la orden de continuar el operativo en Culiacán se estima que los muertos, sobre todo población civil, probablemente habría rebasado los 200, a juzgar por las circunstancias en las que se estaba en ese momento".
Previamente, Ebrard informó que los Presidentes Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump acordaron congelar el tráfico de armas ilegales hacia México.
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La opinión de Catón...
"Desde luego para opinar en modo razonable habría sido preciso estar ahí, pero no cabe duda de que lo sucedido en Culiacán constituye un duro golpe para el gobierno. La mayoría de los opinantes hablan de ese acontecimiento como de una claudicación del régimen y de las fuerzas policiacas y militares ante el poder de la delincuencia organizada. No es improbable que nuestro país sea objeto de crítica en el extranjero por haber cedido en la forma en que lo hizo. Se supone que las fuerzas del orden no deben rendirse a la violencia de los criminales. Contrariamente otros aquí considerarán que la autoridad obró con prudencia y tino ante un hecho que pudo ser origen de mayores males. Esa opinión será muy de tomarse en cuenta, pero los más verán en esto una derrota ante la delincuencia, que se verá fortalecida por esta que parece una victoria frente a la fuerza pública. En todo caso los sucesos de Culiacán serán un precedente de gran riesgo para la seguridad nacional y para las ciudades donde priva el narcotráfico. El problema es de fondo, y seguirá con virulencia mayor mientras las leyes de la materia permanezcan sin cambio. Este acontecimiento, lamentable por todos conceptos, debe servir al menos para reabrir el debate que hace tiempo comenzó, pero que parece suspendido, sobre la llamada legalización de las drogas, de modo que no sigamos protegiendo a los consumidores de Estados Unidos -que además quieren la droga- a costa de la paz y la seguridad de México y de los mexicanos..
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Las columnas políticas, a 21 de octubre de 2019....
TEMPLO MAYOR/Reforma
DE LA LLAMADA telefónica entre Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador hay dos cosas que llaman la atención. La primera es la ingenuidad con la que el gobierno mexicano presume que acordó con Estados Unidos "congelar" el tráfico de armas.
PARA EMPEZAR, no es algo que el presidente norteamericano controle. No es que ahora lo permite y mañana apriete un botón que lo congele. Suponer que es una decisión que depende de la Casa Blanca es no entender el asunto. En realidad, frenar la venta de armas supondría para Trump ir en contra de la Segunda Enmienda de la Constitución, en la que se fundamenta la obsesión y el enorme mercado de armas. Si no han querido hacerlo pese a las matanzas en aquel país, ya parece que lo van a hacer por lo que pase en México.
EL OTRO asunto que desconcierta a los expertos en seguridad es ver al presidente mexicano hablando con un mandatario extranjero por el altavoz... ¡de un teléfono celular! ¿En serio el gobierno mexicano no tiene equipos seguros que no puedan ser intervenidos? Está bien que López Obrador bromee con su "iPhone 21", pero tratándose de asuntos de Estado tal vez habría que tomárselos más en serio...
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BAJO RESERVA/El Universal
Durazo, el gran perdedor
No sólo en algunos sectores de las Fuerzas Armadas hay muchas críticas para el secretario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo.
Nos comentan que incluso dentro de Morena hay quienes ya desde ahora ven muy cuesta arriba darle el respaldo del partido para ayudarlo a hacer realidad su sueño de ser gobernador de Sonora. Comentan que el papel que hizo en la crisis de la liberación de Ovidio Guzmán, lo dejó muy mal parado, no sólo por lo improvisado y fallido del operativo para capturar al hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, sino porque a la hora de las primeras explicaciones dio la impresión de culpar a todos menos a él.
Consideran que él prácticamente se encuentra en campaña y que no quiere tomar decisiones que le cuesten capital político, por lo que aseguran que sería necesario que desde ahora el partido le diga claramente que no lo apoyará para la gubernatura y pueda dedicarse de lleno al tema de la seguridad. Bajo este criterio, el tema Ovidio podría dejar a don Alfonso como el gran perdedor.
AMLO no falla
No todo le va mal al presidente Andrés Manuel López Obrador. La semana pasada fue muy complicada y le llovieron críticas por lo que muchos consideran una falla en la estrategia para combatir la inseguridad y bajar los índices de violencia en el país. Sin embargo, en algo no falló el mandatario.
Él pronosticó que en el deporte de sus amores, el beisbol, los Astros de Houston dejarían fuera a los Yankees de Nueva York, y que el equipo texano acabará por ganar la Serie Mundial.
Al menos la primera parte de la predicción fue atinada, pues el sábado Astros dejó fuera de la competencia a Yankees y está a un paso de ser campeón, como lo predijo AMLO. De que le sabe, le sabe el Presidente a esto de la pelota y la macana, nos hacen ver.
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Frentes Políticos/ Excelsior
5. Responsables al banquillo. Eduardo Arturo Bailleres fue destituido como director del Centro Penitenciario Aguaruto, tras la fuga de 49 reos y ya es investigado, junto con los custodios en turno. El exfuncionario tenía apenas 11 meses en el cargo, el cual asumió tras la fuga de Julián Grimaldi Paredes y Carlos Jesús Salomón Higuera, quienes escaparon vestidos como elementos de la Policía Estatal Preventiva.
La fuga de 49 reos, afirmó el titular de Seguridad Pública de Sinaloa, Cristóbal Castañeda, se realizó durante un motín y los presos lograron despojar de sus armas a cinco custodios. Esta novela está llena de responsables de todo orden, de la gubernatura para abajo, pocos se salvan.
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TRASCENDIÓ/Milenio Diario..
QUE hoy a las 10 de la mañana se reúne una delegación estadunidense encabezada por el embajador Christopher Landau con mandos mexicanos como Alfonso Durazo, Marcelo Ebrard, Luis Cresencio Sandoval y Rafael Ojeda para tratar el tema de las armas, a partir del acuerdo telefónico de los presidentes Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador.
Como adelantó el viernes el director de MILENIO Diario, Alfredo Campos Villeda, en su columna Fusilerías, la idea es tener un acuerdo a finales de año con todo el aparato federal mexicano, más los seis estados fronterizos, involucrando a la autoridad de EU para congelar el trasiego e instalar tecnología de detección de punta.
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TIRADITOS/ContraRéplica..
Respuesta “congelada” en EU
El canciller Marcelo Ebrard anunció con bombo y platillo que durante una conversación entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y su homólogo estadounidense, Donald Trump, se acordaron medidas para “congelar” el tráfico de armas. Sin embargo, ninguna confirmación de dicho acuerdo se ha dado por parte de autoridades del país del norte. Tampoco Trump ha comentado o dado algún RT al anuncio de la Cancillería de México.
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RAZONES/La Razón..
Después del difícil jueves pasado, la ciudad de Culiacán, con sus 800 mil habitantes, está mostrando su gran capacidad para volver pronto a la normalidad. Los propios ciudadanos fueron los que tomaron la iniciativa de salir a las calles y retomar poco a poco sus actividades recreativas de fin de semana. Además, se ha visto activo al gobernador Quirino Ordaz, quien lo mismo aparece en espacios públicos de la capital del estado, que respondiéndole en las redes sociales a los que traen “ganas de generar desinformación”.
Reunión México-EU por tráfico de armas
La noticia es que la propuesta del canciller para contener el tráfico de armas de Estados Unidos a México, que este fin de semana tomó fuerza, luego de que se identificara el uso de armamento de procedencia estadounidense en los hechos de Culiacán, hoy dará un paso en su materialización, pues habrá una reunión México-EU con dos objetivos: congelar el tráfico de armas a México e instalar equipo tecnológico avanzado. Participarán el embajador Christopher Landau y los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo; de Defensa, Luis Crescencio Sandoval; y de Marina, Rafael Ojeda. Pendientes de los resultados..
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SACAPUNTAS/El Heraldo de México
Rómpase en caso de emergencia
Para evitar que se prolongue la crisis por la liberación de Ovidio Guzmán, el gobierno federal trabaja a marchas forzadas en la integración de expedientes en contra de exfuncionarios de Peña Nieto. Revisan operaciones inusuales, cuentas bancarias, los vuelos y todos los archivos de inteligencia. Nos dicen que la lista está conformada por más de 60 nombres.
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Humillación a López Obrador/Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal
El Financiero...
rivapa
La operación para capturar a Ovidio Guzmán López, el jueves pasado en Culiacán, fracasó antes de empezar. No nos entrampemos en la discusión moral sobre si fue correcta o no la decisión presidente Andrés Manuel López Obrador sobre su liberación para salvar vidas –de eso hablaremos mañana–, porque oculta la magnitud y profundidad de la acción de un gobierno que llevaron a esa disyuntiva, y perfila lo ominoso del futuro. Como dice una experta en temas de seguridad, “las vidas no se salvan el día de la operación, sino de la planeación”. El jueves 17 de octubre definirá en muchos sentidos al gobierno de López Obrador.
Investigar a los mandos que ejecutaron la operación en campo, como anunció el gobierno el fin de semana, es un acto de cinismo que elude a la autocrítica y busca salvar la cabeza de los verdaderos responsables del desastre, que fue el gabinete de seguridad y, al avalar sus recomendaciones, del Presidente mismo. La operación para capturar a Guzmán López se hizo por petición del gobierno de Estados Unidos para efectos de extradición. Por eso fue encabezada por agentes de la Fiscalía General apoyados por la DEA –primer anomalía, sobre la actuación en campo de agentes extranjeros–, con el respaldo táctico de la Guardia Nacional y el Ejército. ¿Qué falló?
1.- Culiacán, como otras ciudades de alta presencia criminal, está llena de halcones, que informan de cualquier movimiento sospechoso. Por tanto, cometió el gabinete de seguridad errores que no se dieron en el pasado al planear la captura de un objetivo de alto impacto:
a) No incorporar personal de la plaza, con lo cual evitaban filtraciones o ser sometidos a chantajes, como sucedió con la privación de la libertad de familiares de militares que participaban en la operación.
b) Intervención hormiga. En el pasado, los comandos especiales que realizaban la operación, llegaban a la plaza clandestinamente, uno por uno, o en grupos menores de tres, en vehículos privados para evitar ser detectados. No partían de las instalaciones federales que siempre están bajo vigilancia.
c) Inteligencia. El trabajo de inteligencia fue insuficiente. Sabían dónde estaba Guzmán López, pero desconocían el diseño de seguridad del Cártel de Sinaloa en caso de una contingencia como la que enfrentaron. La desarticulación fue tan notoria, que una de las dependencias de donde salió la fotografía de Guzmán López hacia los medios fue el Centro Nacional de Inteligencia, con lo cual exhibió, involuntaria o deliberadamente, a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, cabeza de la operación.
2.- Ese tipo de operaciones se planea bajo la presunción de que se va a enfrentar resistencia y que para cumplirla tendrán que abrirse el paso a fuego. Para ello se requiere:
d) Elemento de sorpresa. Un convoy que sale de las instalaciones federales en Culiacán, a nadie sorprende y los halcones dieron cuenta perfecta de él.
e) Control de las comunicaciones. Por la rápida forma como reaccionaron todos los grupos del Cártel de Sinaloa para apoyar a la facción de los hermanos Guzmán López, se puede presumir que no saturaron las comunicaciones telefónicas o de radio de la organización criminal.
f) Capacidad de fuego. Como admitió el secretario de la Defensa, el general Luis Cresencio Sandoval, subestimaron la fuerza del enemigo. Inaceptable como argumento; imperdonable en la estrategia. Tampoco utilizaron los Blackhawks, que dejaron en tierra por temor a que se los derribaran. La falta de apoyo aéreo contribuyó al desastre, al ignorar el gabinete de seguridad que son helicópteros de guerra y tienen blindaje para ello.
g) No hubo plan de extracción. Esta es una de las pruebas más fehacientes del incompetente plan. ¿A alguien en ese gabinete se le ocurrió que tendrían que sacar a su objetivo de manera rápida y segura de Culiacán?
La captura telegrafiada y la incapacidad para realizar quirúrgicamente el operativo, hizo imposible concluirlo. En un video de la Secretaría de la Defensa que comenzó a circular el viernes, dejó claro que los soldados cumplieron con la misión de capturarlo. Lo que sucedió después, sugieren claramente, no fue responsabilidad de los militares. Guzmán López fue llevado a las oficinas de la Fiscalía en Culiacán, donde los cercaron. Mientras tanto, el Cártel de Sinaloa estableció dos perímetros de seguridad en las carreteras que conectaban con Culiacán y tomaron el aeropuerto, para frenar cualquier acción de apoyo. Es decir, hicieron lo que la operación debió de haber considerado y no hicieron. Bloquearon las calles de la ciudad con barricadas de vehículos incendiados, con el mismo propósito.
El Cártel de Sinaloa también le ganó la narrativa al gobierno federal. Los secretarios de la Defensa y el de Seguridad, Alfonso Durazo, se contradijeron desde el mismo jueves, y el choque de versiones continuó al día siguiente. El presidente López Obrador desmintió y corrigió a ambos. Nunca hubo un grupo de crisis y el responsable de comunicación social, Jesús Ramírez Cuevas, volvió a mostrar su incompetencia al no ordenar el mensaje. Atascado en propaganda y difamaciones, no supo cómo contrarrestar la desinformación criminal. En cambio, el abogado de Joaquín El Chapo Guzmán, padre del detenido, fue quien orientó desde el jueves la información y ofreció una conferencia de prensa el viernes para agradecerle al Presidente su “humanitarismo”. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana pretendió impedir la conferencia, pero nunca supieron cómo.
Militar, política y mediáticamente, el Cártel de Sinaloa humilló, chantajeó y derrotó al gobierno federal. La liberación de Ovidio Guzmán López la negoció directamente su hermano Iván, quien fijó las condiciones y los términos de la rendición. El presidente López Obrador justificó que dejarlo en libertad evitó un baño de sangre, pero ni siquiera supo lo que confesó, lo que provocó y las consecuencias que tendrá su decisión.
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USO DE RAZÓN/Pablo Hirirart /
El Financiero)
¿Quién manda aquí?
Dos resultados concretos se desprenden de lo ocurrido el jueves en la capital de Sinaloa: el gobierno cedió al narcotráfico el monopolio del uso de la fuerza que le otorga la Constitución, y la decisión presidencial de rendir la plaza dañó severamente al Ejército mexicano.
En conclusión, la ciudadanía está indefensa ante los grupos criminales. No cuenta con el Estado.
Hay una lección adicional muy importante para las bandas delictivas que han convertido a México en un país violento, peligroso, intransitable en amplias zonas del territorio: la amnistía se consigue a balazos.
Si el hijo del Chapo se hubiera entregado sin resistir (es decir, sin costos para el gobierno), hoy estaría en una prisión de alta seguridad en Estados Unidos. Como sus sicarios combatieron con saña, fue liberado.
¿Entendemos ahora de qué lado está el gobierno? Del lado de los violentos, porque enfrentarlos implica costos políticos que no le interesa pagar. Así en la seguridad pública como en la educación.
Gozan de impunidad total. Si quieren matar, que maten. Si quiere extorsionar, que lo hagan. Si quieren secuestrar soldados o ciudadanos, adelante.
La prioridad del Presidente parece concentrada en nulificar a sus adversarios ideológicos y amagar con cárcel a los contribuyentes que tienen algún patrimonio, para someterlos a su proyecto político.
Por una extraña motivación ideológica, al crimen organizado lo deja hacer y que pase por encima del último bastión de la seguridad del país: el Ejército.
La 4T es un gobierno para acabar con los contrapesos del poder presidencial y aplastar a sus enemigos políticos. Los narcotraficantes y criminales no están en esa lista.
Nadie más que el Presidente pudo haber dado la orden de liberar al hijo del Chapo Guzmán, cuando el Ejército y la Guardia lo apresaron en una casa de seguridad en Culiacán.
El gobierno se dedicó a mentir a la población la noche del jueves.
Mentira que una patrulla realizaba un patrullaje de rutina en Culiacán y desde una casa le dispararon.
Falso que por haberse visto en condiciones de inferioridad, el Ejército y la Guardia hayan desistido de su misión y soltado al detenido.
(Ahí en Culiacán está el cuartel general de la Novena Zona Militar, como parte de la poderosa III Región Militar que abarca los estados de Sinaloa y Durango. Elementos y armamento tienen en abundancia. En minutos habrían llegado al fraccionamiento Tres Ríos).
Hubo una orden de soltar al hijo del Chapo y esa provino del Presidente. Dice que a sugerencia del gabinete de seguridad. Tal vez.
El gobierno mintió al país al señalar a los soldados que “tomaron la decisión de retirarse de la casa”, como dijo a Reuters el secretario Durazo. La verdad es que les ordenaron soltar al Chapito e irse del lugar.
Durante toda la tarde del jueves hubo balaceras de los delincuentes que se apoderaron de Culiacán.
Sembraron el terror, mataron gente, incendiaron vehículos y camiones en desmanes que duraron hasta la noche.
Apresaron soldados, torturaron, ejecutaron, negociaron con el gobierno y lograron impunidad.
Mientras eso ocurría, el Presidente que prometió supervisar personalmente y todos los días la seguridad en el país, tomaba un vuelo comercial a Oaxaca y se desconectó del mundo.
Como colofón, el abogado del hijo del Chapo agradeció el humanismo del Presidente y le dio su respaldo por la decisión tomada (a partir de ahora, a cuidarse los que López Obrador señala como conservadores y adversarios, porque el Cártel de Sinaloa le puede pagar el favor quitándole estorbos del camino).
En las dos ocasiones que atraparon al Chapo Guzmán en la administración pasada, no hubo actos terroristas para que lo soltaran.
¿Por qué esta vez la aprehensión de un muchacho de 28 años puso a Culiacán de cabeza, con fuego, sangre y balas?
Porque al no tocar a los cárteles, el gobierno ha permitido que se robustezcan y formen ejércitos de sicarios aún más poderosos.
Vimos videos lamentables en que soldados llevaron a la práctica, el día de la refriega, lo que dice su Comandante Supremo: abrazos, no balazos.
Incomprensible resulta la simpatía hacia el Chapo de un humanista como López Obrador, pues lo seduce alguien que mató a sangre fría a personas que ya habían sido torturadas por sus lugartenientes.
El Chapo presenciaba los interrogatorios –como se reveló en el juicio de Brooklyn–, y daba el tiro de gracia.
López Obrador le ofreció apoyo a su familia para que lo visitaran.
Y ahora ordenó liberar a su hijo, luego de que el Ejército y la Guardia lo habían detenido.
Con lo ocurrido el jueves en Sinaloa, el Ejército y la Guardia han quedado severamente dañados. Fueron derrotados. El narco impuso su ley, por la fuerza.
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¡Fue un montaje el del "Chapito" en Culiacán!
¿Se confirma la complicidad de Obrador con "El Chapo"? | Ricardo Alemán
LSR, 21/10/2019;
#ItinerarioPolítico
RicardoAlemanMx
opinion@lasillarota.com
Al mejor estilo de Genaro García Luna –en la peliculesca captura de Florence Cassez–, el gobierno de López Obrador montó un teatro con la supuesta captura y posterior liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de "El Chapo" Guzmán.
¿Y por qué decir que fue un montaje dicha captura y liberación?
Porque sólo de esa manera, con una supuesta rebelión del Cártel de "El Chapo" –producto de supuestas fallas del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional–, se podía justificar que el gobierno de Obrador no entregara al de Trump al hijo de El Chapo.
Es decir, que el gobierno mexicano montó un teatro espectacular para no traicionar a su aliado, Joaquín "El Chapo" Guzmán –y a toda su familia–, a quienes el presidente Obrador ha dado protección.
Y si dudan, basta recordar que utilizando el sello de la casa –mentiras, engaños y contradicciones–, abundan las evidencias de que asistimos a un montaje de Estado para justificar que el gobierno de México no pudiera entregar al de Estados Unidos, en extradición, a los hijos de "El Chapo".
Pero vamos por partes.
1.- Lo primero que llama la atención es que, hasta ahora, nadie en el gobierno de López Obrador haya reconocido la punta de la madeja del tema; que la DEA entregó al gobierno de México todas las coordenadas de la localización de los hijos de "El Chapo".
2.- En la primera versión de los hechos, el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, habló de una confrontación entre militares y la banda de "El Chapo" en un patrullaje de rutina.
3.- Dicha versión la desmintió el propio presidente Obrador, quien confirmó la existencia de una orden de aprehensión con fines de extradición.
4.- ¿Por qué mintió Alfonso Durazo? ¿A poco el titular de Seguridad Pública no sabía nada de la orden de aprehensión con fines de extradición?
5.- El propio Durazo también negó la existencia de una negociación con la familia del Chapo, lo cual fue desmentido por los propios familiares y el abogado de Joaquín Loera, quien dijo que se negoció la entrega de Ovidio Guzmán, a cambio de acabar con los enfrentamientos.
6.- Cuando le preguntaron al presidente Obrador si él había ordenado liberar al hijo de El Chapo, el mandatario dijo que el Gabinete de Seguridad había acordado tal libración y que él, el presidente, sólo la avaló.
7.- Esa es una mentira presidencial ya que si algo tiene el gobierno de Obrador es un ególatra sentido de autoridad. El presidente ha dicho a todos y cada uno de sus colaboradores que el único que manda es él, y punto.
8.- Pero existe una pregunta fundamental que no ha sido planteada y menos respondida. ¿Por qué montar "el circo" de la captura y posterior liberación del hijo de "El Chapo?
9.- Esa es la pregunta clave. Y es que resulta inexplicable que Obrador haya lanzado una batida para capturar a los hijos de "El Chapo", cuando el propio presidente siempre dijo que no habría más detenciones y más enfrentamientos; cuando Obrador llevó a familiares de El Chapo a visitar al criminal en Estados Unidos; cuando Obrador dijo que su gobierno pelearía la fortuna del criminal para regresarla a México.
10.- Lo que pocos saben es que la captura de los hijos de El Chapo fue una exigencia del gobierno de Trump y que México no podía negarse a dicha entrega, sobre todo porque la DEA entregó todos los detalles de la ubicación de los hijos del criminal más buscado.
11.- ¿Qué hacer ante esa situación, si "El Chapo" y sus hijos son aliados y amigos del gobierno de Obrador; son amigos de Alfonso Durazo?
12.- Pues nada, que los genios del gabinete lopista concluyeron que, ante grandes problemas, grandes soluciones.
13.- Y es que el gobierno de Obrador no podía traicionar a su aliado, "El Chapo", pero tampoco traicionar al gobierno de Trump. ¿Y entonces?
14.- La gran solución fue un montaje espectacular, operado de la peor manera, negociado con los hijos de "El Chapo", para hacer creer a la sociedad mexicana y Trump que la liberación de Ovidio Guzmán López fue razón de Estado, para salvar vidas.
15.- Y si aún lo dudan, basta ver la campaña mediática, política y en redes para justificar la liberación de Ovidio; el cierre de filas de gobernadores y las absurdas maromas del presidente, de su gabinete y de sus fanáticos.
16.- Y aquí aparece la pregunta fundamental. ¿De verdad en el gobierno de AMLO existe tal nivel de estupidez, como para llevar adelante un operativo como el de la captura de Ovidio Guzmán, sin los básicos de inteligencia y logística? ¿Es un circo para engañar no a los mexicanos y a Trump?
17.- Y es curioso que en el gobierno de López Obrador estén vinculados a la captura y liberación de Ovidio Guzmán dos viejos amigos de El Chapo; Alfonso Durazo y Alejandro Gertz Manero, los mismos que habrían dejado escapar a "El Chapo" en el gobierno de Fox.
¿Se confirma la complicidad de Obrador con "El Chapo"?
Al tiempo.
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Sentimientos encontrados/Tatiana Clouthier
tatclouthier
El Financiero...
Sí es cierto que en Sinaloa se soltó al hijo del Chapo Guzmán.
Sí es cierto que hubo nueve muertos además de un sin número de incendios y tiroteos así como destrozos en Culiacán.
Sí es cierto que el gobernador de Sinaloa no dio la cara so pretexto que a él no le tocaba.
Sí es cierto que el gobierno del estado canceló clases previo aviso por lluvia, sin que esto sucediera.
Sí es cierto que las imágenes que vimos superan la realidad.
Sí es cierto que doce horas después de los hechos el secretario de Seguridad de Sinaloa no se animó a decir nada sobre lo ocurrido.
Sí es cierto que durante las cuatro horas de crisis en Culiacán, una mayoría de la población pedía liberaran al Chapito.
Y aquí me detengo.
Me detengo por que hubo cosas que no sucedieron.
Nadie le ha pedido cuentas al gobernador.
Nadie le preguntó al gobernador en que participó y sobre la fuga del penal.
Nadie le ha preguntado al gobernador actual ni a los anteriores cómo es que no se dieron cuenta de la existencia de armas de esos calibres.
Nadie ha preguntado a las autoridades locales qué hicieron para prevenir a la ciudadanía durante los hechos.
Nadie sabe dónde estaba Tránsito para desviar el tráfico de las zonas en peligro.
Nadie ha preguntado a los anteriores gobernadores de Sinaloa qué hicieron con los recursos que se les dieron para bajar la inseguridad.
Ahora preguntamos:
¿Estamos ante un Estado doblegado por el narco?
¿Fue mejor parar la masacre y entregar al Chapito?
¿Cuántos soplones hubo en el operativo?
¿Quiénes tendrán que irse de sus puestos por incapaces?
¿Qué aprendizaje nos dejan los hechos?
Ahora propongo la urgencia de:
Legalizar la droga.
Cerrar las puertas y apretarle a los americanos en cuanto a la entrada de sus armas al país.
Corresponsabilizar a las autoridades locales en sus tareas diarias de seguridad.
Operativos para detener el lavado de dinero en Culiacán ante la venta abierta de dólares en sus calles sin ton ni son.
Citar al gabinete de seguridad federal y al gobernador de Sinaloa a la Cámara de Diputados para que rindan cuentas y expliquen lo que sucedió y lo que seguirá a partir de los hechos.
Exigir que muestren pruebas de confianza de policías y tránsitos en los estados más calientes de la República así como de las fiscalías y correr a quienes se requiere de todos los niveles.
Invitar a la sociedad a conocer las acciones con las que coopera indirectamente a fortalecer las finanzas del narco.
El INE deberá revisar a más detalle los apoyos a campañas políticas de candidatos presentes y futuros.
Cuestionarnos ante los hechos y como legisladores si debemos seguir apretando en las leyes vs. quienes generan trabajo.
Cerrar filas como sociedad con gobierno para emprender un camino unificado a la recuperación de la confianza, la seguridad y el control de las calles en nuestro país.
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El Sol de México
Ciudad de México, 21 de octubre de 2019,
Por errores de mando, sometieron a soldados en Culiacán
La moral de las tropas resultó afectada, aunque reconocen que en el Ejército existe suficiente capacidad
MAZATLÁN. Venían de Los Mochis rumbo a su base en Mazatlán. Era una camioneta del Ejército donde viajaban nueve soldados del octavo batallón de infantería que tiene su cuartel en el puerto.
Al cruzar por el libramiento que bordea Culiacán para llegar a la caseta de peaje, localizada en la comunidad de Costa Rica, un comando de más de 40 hombres ya los esperaba. Imágenes tomadas en un video, que circuló en redes sociales desde esa tarde del pasado jueves, mostraban cómo los soldados sin oponer resistencia, incluso con saludo de mano de por medio, quedaron rodeados.
Los soldados iban al mando de un subteniente con apenas dos años que se graduó del Colegio Militar. Se trataba de un oficial sin experiencia operativa ni conocimiento de qué era lo que sucedía en ese momento en Culiacán, dice una fuente castrense adscrita a la comandancia de la tercera región militar en Mazatlán.
El pelotón de soldados venía del norte de Sinaloa donde habían participado en labores de auxilio a la población civil por las lluvias intensas de días anteriores debido a un sistema de baja presión. Por eso los vehículos traían lonas amarillas a los costados con la leyenda Plan DN-III como se aprecia en las imágenes.
El comando de civiles eran pistoleros del cártel de Sinaloa, en pocos minutos tomaron los vehículos oficiales para moverse durante los enfrentamientos, y sometieron a los soldados desarmándolos para tomarlos como rehenes. En otro video que circuló en redes aparecen los vehículos militares conducidos por los sicarios.
Poco después de las 15 horas del pasado jueves, un comando de la división antidrogas de la Guardia Nacional, apoyados por soldados de la Policía Ministerial Militar, la antigua judicial federal militar, irrumpió en un domicilio de la colonia Gabriel Leyva, en la zona urbana de Tres Ríos, de la capital sinaloense.
La explicación de las autoridades del gabinete de seguridad federal, después de cinco versiones diferentes previas, fue que se trató de un operativo para cumplir una orden de detención con fines de extradición contra Ovidio Guzmán López, uno de los hijos de la segunda mujer de Joaquín El Chapo Guzmán.
La captura originó una movilización nunca vista que paralizó a partir de ese momento la vida cotidiana de Culiacán. En términos militares los pistoleros tomaron la iniciativa al fijar posiciones debido a su estructura descentralizada que les facilitó mayor movilidad.
La ofensiva criminal fue una operación coordinada que consistió en 19 bloqueos en intersecciones que incluían varios puentes sobre los ríos que comunican la ciudad. Al mismo tiempo asaltaron el penal de Aguaruto, donde liberaron a 51 reos, atacaron el puesto de coordinación de los cuerpos de seguridad conocido como C-4, y tiroteraron una guarnición militar en Limón de los Ramos.
Pero el golpe a la vulnerabilidad del Ejército llegó cuando uno de los comandos se apostó a las afueras de la unidad habitacional militar en la colonia 21 de Marzo, donde la guardia fue atacada a tiros. De aquí se llevaron a dos personas.
Para ese momento el pelotón del Octavo Batallón de Infantería ya estaba retenido y comenzaban a intensificarse mensajes de propagada negra contra los militares y la población civil.
En un audio se escuchaba que habían agarrado a las familias de militares y los tenían amarrados a una pipa que harían estallar si no liberaban a Ovidio. Otro mencionaba que si no lo soltaban “de uno por uno irían matando a los guachitos”. Un video donde se apreciaba a la distancia un hombre maniatado tirado en el piso, con vestimenta verde olivo tipo militar, mostraba cómo le destrozaban el cráneo a tiros. La autenticidad de las imágenes no pudieron ser corroboradas y se consideró parte de la propaganda criminal.
En la conferencia en palacio de gobierno de la capital sinaloense había dos altos mandos que nadie cuestionó y pocos supieron quiénes eran. Estaban sentados a la izquierda del general Luis Crescencio Sandoval, secretario de la Defensa.
El primero era el general Homero Mendoza Ruiz, jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional, el segundo era su colega, el general retirado Luis Rodríguez Bucio, comandante de la Guardia Nacional.
El general Sandoval identificó como efectivos de la Policía Ministerial Militar y de la Guardia Nacional los encargados de llevar a cabo el operativo. Este grupo actuó de forma precipitada y “con deficiente planeación” a lo que sumó una “falta de previsión sobre las consecuencias de la intervención”. Pero lo que resultó más grave, reconoció el funcionario, fue que se omitió “obtener el consenso de sus mandos superiores”.
Esto se tradujo en que se desestimó el poder de convocatoria y la capacidad de respuesta de la organización delictiva para evitar la captura de Ovidio.
El teniente de fuerzas especiales retirado y abogado militar Alberto Carrera Álvarez señala que los errores de los comandantes fueron: no tener un plan de defensa ante este tipo de situaciones, falta de coordinación con las autoridades civiles y no tener una fuerza mayor para este tipo de acciones.
LA MORAL DE LAS TROPAS
Los abogados César Gutiérrez Priego y Alberto Carrera Álvarez coinciden en que tres días después de los sucesos hay un malestar al interior del Ejército por el hecho de que los pistoleros se metieran a la unidad habitacional militar a amedrentar a las familias.
La moral de las tropas resultó afectada, es lógico, pero en el Ejército existe suficiente capacidad para hacerle frente a éste y otros desafíos, dijo Gutiérrez Priego.
“No veo esto como una derrota, sino una orden directa del comandante supremo ( el C. presidente) de no hacer frente a los delincuentes, veo al secretario molesto (…). No hay derrota alguna y menos de los diplomados (los diplomados de Estado Mayor, que son la mayoría de los altos mandos militares) o el Ejército, ya que un enfrentamiento como tal no hubo, sólo acciones de intimidación a la población”, dijo Carrera.
LO QUE VIENE
Para la fuente consultada en la tercera región militar, la operación fallida de Culiacán más allá de ocasionar la pérdida de confianza en el Ejército, Guardia Nacional o sus gobernantes, alentará aún más la política injerencista del vecino del norte.
“Usarán el pretexto de brindar asesoría y colaboración y seguramente impondrán a nuestro país aceptar que sus elementos de diversas agencias de inteligencia mantengan presencia permanente. Van a presionar más y un tema de seguridad interior pasará a convertirse en problema de seguridad nacional”, concluyó.
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LA FERIA/Salvador Camarena /
El Financiero
Durazo: nada qué festejar
En apenas cinco días, Alfonso Durazo, todavía secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, pasó de tratar de convencer a México de que el país ha llegado, en materia de violencia, a un “punto de inflexión” que vislumbra un mejor futuro, a ser el artífice de un fiasco monumental en Culiacán, que costará al gobierno reputación internacional y doméstica.
El lunes pasado, el gabinete de seguridad se presentó en la mañanera para dar un informe de los avances en esa materia. Durazo habló ese día largo de la tarea que le encargó el presidente López Obrador.
De su discurso, la prensa destacó que si bien algunos índices delictivos parecen haber tomado otra inercia, menos pronunciada de la que se padeció en los meses iniciales de la administración, el cambio estadístico es tan raquítico que no es tiempo de echar campanas al vuelo, y de ahí que trascendiera a encabezados periodísticos una frase usada ese día por el sonorense: “nada qué festejar” (también dijo “nada qué presumir”).
En su presentación, el todavía secretario Durazo recordó que en noviembre pasado habían presentado el Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024. En su corte de caja del lunes pasado, el todavía funcionario subrayó varias cosas que no muchas horas después la realidad pondría en duda.
Hace una semana Durazo destacó que:
-(han iniciado) Homologación progresiva de salarios, capacitación y equipamiento policial, de tal manera que los cuerpos estatales y municipales de seguridad puedan actuar a la par y con el nivel de profesionalismo que tiene la Guardia Nacional.
-Los cuerpos de seguridad actúan en el marco de un respeto irrestricto a los derechos humanos. No hemos recibido en este gobierno absolutamente ninguna recomendación por violaciones a los derechos humanos de los cuerpos federales de seguridad.
-Nos proponemos la recuperación y dignificación de las cárceles para terminar con el autogobierno, desde ellas se administra el 50 por ciento del crimen organizado en el país.
-Uso de la inteligencia sobre el uso de la fuerza para combatir al crimen organizado; es decir, no en el ámbito operativo, aunque también se incluye, pero no de manera prioritaria.
-La Marina tiene una aceptación del 86.5 por ciento; el Ejército, del 83.2 por ciento, y la Guardia Nacional, a cuatro meses de su constitución, tiene una aceptación de 70.9 por ciento. Pudiera decir que no hay institución en el país pública, social o privada que tenga estos índices de aceptación.
Antes de que terminara la semana, graves sucesos desmontaron el optimismo oficial. Vimos una matanza de policías mal equipados en Michoacán; una masacre de civiles en Guerrero, donde surgen dudas razonables sobre posible abuso de los militares; una cárcel que se sumó a la rebelión en Culiacán, donde quedó evidenciado que en el operativo para detener a un hijo del Chapo Guzmán hubo de todo, menos un ápice de inteligencia.
Encima, Durazo mintió a la ciudadanía en su primer comunicado respecto a la crisis de Culiacán, y en el caos de ese jueves, quienes hayan diseñado y aprobado tan deficiente operativo, que causó muertes, heridos y pánico, se llevaron entre las patas el prestigio del Ejército y la Guardia Nacional, esas aprobaciones que presumían apenas el lunes en Palacio Nacional.
A la luz de todo lo acontecido en la semana, podemos en efecto citar a Durazo y decir con puntualidad: en seguridad, de lo mostrado por este gobierno, “nada qué festejar”.
Hoy sólo depende del presidente López Obrador permitir que su todavía colaborador lo vuelva a llevar a una grave situación como la del jueves. En algunas materias, una oportunidad fallida es demasiado.
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JAQUE MATE/Sergio Sarmiento
/ Reforma
Batalla de Culiacán
"Sin importar la belleza de la estrategia, ocasionalmente hay que ver los resultados". Winston Churchill.
NUEVO VALLARTA, Nayarit. - Las respuestas del gobierno a la derrota en la batalla de Culiacán han sido fáciles: los responsables son los gobiernos anteriores y la prensa crítica.
Los mexicanos de buena voluntad deben unir esfuerzos y alabar la nueva estrategia del presidente López Obrador.
"No somos como el comandante Borolas", dijo el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, al periodista José Cárdenas.
"¿De qué periódico es usted?", reconvino molesto el Presidente al reportero Jorge Ricardo cuando este le preguntó si reconocía que la estrategia ha fracasado: "Vamos muy bien en la estrategia porque se están atendiendo las causas que originaron la violencia, pero está muy difícil que el Reforma acepte, reconozca que vamos bien, porque el Reforma es un periódico de la oposición, un periódico conservador...".
Mario Delgado, coordinador de los diputados de Morena, declaró en Twitter: "Respaldamos a nuestro presidente... y a su gabinete de seguridad en la lucha por la pacificación del país".
La presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, dijo que "una extrema derecha que no se atrevió a hablar en el momento en que su Presidente inició la guerra contra el narco... no tienen derecho a opinar, no pueden criticar".
El senador morenista Félix Salgado Macedonio tuiteó: "Eres un héroe mi querido AMLO... Es mejor barrer la basura de los medios que te linchan, que barrer la sangre de familias completas".
La verdad es que la batalla de Culiacán, así como las matanzas de Aguililla y Tepochica y el persistente crecimiento de los homicidios dolosos, demuestran que la estrategia de repartir abrazos y no balazos no está funcionando, si es que realmente existe.
Quizá la decisión de liberar a Ovidio Guzmán, el hijo de El Chapo, haya sido inevitable el 17 de octubre.
El propio secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, afirmó que "se actuó de manera precipitada, con deficiente planeación y falta de previsión sobre las consecuencias".
Cientos de pistoleros rodearon la casa en que Ovidio estaba asegurado, tomaron con violencia las calles de Culiacán y al parecer aseguraron como rehenes a militares y a sus familiares.
Si los guardias hubieran tratado de salir a tiros con Ovidio, seguramente se habría registrado un baño de sangre.
Esto subraya la debilidad del Estado mexicano ante la fuerza del verdadero crimen organizado (que no son los contribuyentes).
Fuera de la retórica, la estrategia del presidente López Obrador frente al crimen organizado no parece muy distinta a la de Calderón y Peña Nieto.
Una vez que se descarta la primera mentira, que la detención de Ovidio fue producto de una patrulla rutinaria, resulta que la Guardia Nacional mandó a 30 efectivos sin orden de cateo para detener al narcotraficante y extraditarlo a Estados Unidos.
No supongo que el propósito haya sido darle abrazos. Después de la batalla, la Sedena ha enviado a Culiacán a 230 nuevos efectivos del Ejército (ya no de la Guardia Nacional) sin que su objetivo parezca ser tampoco repartir abrazos.
Es verdad que Calderón empezó la guerra contra el narco en Michoacán en 2006 (a petición del entonces gobernador y hoy jefe de Asesores de la Presidencia, Lázaro Cárdenas Batel); pero, a pesar de las críticas, la estrategia de fondo sigue siendo la misma.
Suspender un operativo porque el crimen tiene mejor organización y mayor poder de fuego en una plaza no significa que haya una nueva estrategia. La guerra no ha terminado.
INCOMUNICADO
El Presidente no tomó las decisiones durante la batalla de Culiacán porque aparentemente estaba fuera de contacto. Lo hizo el gabinete de seguridad. Quizá lo haya hecho bien, pero no deja de preocupar que tengamos a un Presidente incomunicado en una crisis.
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TELÉFONO ROJO/José Ureña /
24 Horas
El cártel de Sinaloa fue advertido del operativo
Importa lo sucedido, pero más el futuro.
¿Qué nos espera después de Aguililla, Iguala y Culiacán?
Eso sin olvidar otros incidentes en diversos lugares del país como los ataques a instalaciones militares en Tamaulipas.
He aquí lo primero, lo sucedido:
Se filtró la información.
Datos de inteligencia confirman cómo el cártel de Sinaloa, o como se denomine ahora la organización de Joaquín El Chapo Guzmán y Joaquín El Mayo Zambada, tuvo información adelantada del operativo.
Lo interesante será saber quién la filtró y todo apunta hacia personal de la Fiscalía y Guardia Nacionales y el juzgado encargado de entregar la orden de aprehensión.
La investigación está en curso y, quizá, algún día conoceremos los detalles y, también quizá, los nombres de los involucrados.
Hablamos de un Estado infiltrado y putrefacto, agravado con otro elemento: el afán de protagonismo de huestes dependientes de Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana.
No se llevaron la medalla, hicieron el ridículo, se ganaron la vergüenza y merecen el castigo por ese “operativo fallido”, como lo calificó el propio Durazo.
El daño no puede quedar en el cese de un director penitenciario, acaso el menos culpable de una acción diseñada y operada por una instancia federal.
NI UN PÉSAME PARA LOS DEUDOS
Aquí viene la segunda parte.
Muchas voces quieren descargar la culpa en instancias estatales.
El gobierno de Quirino Ordaz no puede serlo: fueron funcionarios e instancias federales quienes desencadenaron el conflicto en Culiacán, a diferencia de Aguililla e Iguala.
Tampoco es culpable de las fallas exhibidas por fuerzas y el gobierno nacional: mientras el crimen se organizó y actuó hasta difundir información y videos en tiempo real, el gobierno federal tuvo 14 horas de silencio.
Ni acción ni voz.
Y luego, la contradicción.
En el inter, bandas delincuenciales en plena libertad, despliegue de su potencial, Culiacán sitiado, fugas de reos, una unidad habitacional militar rodeada, la Procuraduría estatal atacada, la policía municipal en jaque…
Y en Google tendencia mundial: Culiacán y Sinaloa las palabras más buscadas.
Pero ni un pésame a familiares de las víctimas.
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DÍA CON DÍA/Héctor Aguilar Camín /
Milenio
El día que no hubo Estado en Culiacán
El 17 de octubre de 2019 desapareció el Estado en Culiacán. Desaparecieron los tres órdenes de gobierno: el federal, el estatal y el municipal.
No solo el Ejército fue rebasado por ríos de delincuentes armados y entregó a su detenido, Ovidio Guzmán, hijo del Chapo Guzmán, sino que la ciudad, vacía de ciudadanos y de autoridades, quedó 24 horas en manos del crimen.
Como en un relámpago quedó claro quién tiene el poder real en Sinaloa. Los culiacanenses vieron por la noche, una y otra vez, pasar por sus calles convoyes de sicarios celebrando, portando algunos máscaras de neón de la Santa Muerte, y las armas con las que horas antes habían abrumado al Ejército en las calles de la ciudad.
Como siempre, desconocemos los detalles del hecho: dónde y cómo detuvieron a Ovidio Guzmán, adónde lo llevaron y cuál fue el momento crítico en que el gobierno decidió liberarlo para evitar lo que, en efecto, hubiera sido una masacre. Hay la versión de que los sicarios tenían en sus manos a ocho soldados y que Ovidio Guzmán fue soltado a cambio de sus vidas.
Hay la versión de que los sicarios sitiaron la unidad habitacional donde viven los familiares de las fuerzas armadas y dispararon contra ella, inclinando así, despiadadamente, la balanza a su favor.
La torpeza del operativo fue reconocida por el gobierno, aunque desconocemos también los detalles. El resultado fueron unas horas de terror en Culiacán y el sometimiento de los soldados a los pistoleros, una derrota en forma y fondo para la Guardia Nacional, para el Ejército, para el gobierno federal y para el gobierno local: para el Estado.
No creo que haya nada que celebrar en ello por parte de las oposiciones y de los críticos. Por el contrario, la derrota del Estado en Culiacán nos amenaza a todos.
En la lucha del gobierno contra el crimen, nuestra solidaridad ha de ser para el gobierno, para las fuerzas armadas, para las policías y las autoridades que luchan de este lado de la guerra, en defensa de todos. La crítica a los errores no debe borrar la toma de partido fundamental por el Estado contra el crimen.
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EL ASALTO A LA RAZÓN/Carlos Marín /
Milenio
Culiacán y la canija deslealtad
Impecable razonamiento presidencial: ninguna captura de un presunto delincuente justificaría una mayor masacre (el saldo fue de ocho) de civiles, policías, militares y familias de soldados, como pudo suceder en Culiacán.
Lo ocurrido, por desgracia, encuera un irresponsable desorden entre los titulares del gabinete de Seguridad que avalaron mentiras contumaces del secretario Alfonso Durazo para intentar explicar la batea de babas en que terminó lo que, presentado tramposamente como un incidente casual a partir de un falso “patrullaje de rutina”, se trató de un operativo deliberado para detener y extraditar a Estados Unidos a un poderoso y peligroso narcotraficante.
Como en casos anteriores y previendo costos adicionales por la previsible y violenta reacción de los criminales, quienes operaron in situ la detención fueron profesionales curtidos en aprehensiones detenciones análogas y a quienes, para vergüenza nacional, sus jefes inmediatos y superiores privaron de los apoyos tácticos, legales y logísticos de cajón.
En la desafortunada conferencia que concluyó con la derrotista frase “… acordamos suspender dichas acciones”, Durazo estuvo flanqueado por los cuatro jefes militares con responsabilidad solo superada por la de su comandante supremo, el presidente de la República: los secretarios de la Defensa y Marina Armada, general Luis Cresencio Sandoval y almirante José Rafael Ojeda; el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, y el titular del eufemístico Centro Nacional de Inteligencia, Audomaro Martínez Zapata.
Dentro de las áreas de cada uno de los mencionados y en la deficiente comunicación entre ellos está la maraña de fallas inauditas que se cometieron, entre éstas la inconcebible de que el comando a cargo no contara con una triste orden de cateo. Si esto motivó que la acción de captura y extracción se prolongara por horas, ello explica que las fuerzas federales terminaran siendo superadas en número y capacidad de fuego.
En la acción participaron veteranos curtidos en capturas como las de los hermanos Guerrero Covarrubias (banda Jalisco Nueva Generación, de El Mencho, en septiembre de 2015), autores de la masacre y el derribo de un helicóptero del Ejército en Ocotlán, o de Carlos Arturo Quintana, El 80 (del cártel de Juárez, en abril de este año), las cuales fueron secundadas (como suele suceder en ciudades tamaulipecas) por letales reacciones de sicarios.
¿Qué sucedió el jueves en y entre los altos mandos?: que sin la coordinación debida y con “el objetivo” asegurado, les faltó carácter para lidiar con la presión.
Para Ripley: en enero del último año del corrupto neoliberalismo, luego de un espectacular operativo militar en Los Mochis, la recaptura definitiva de El Chapo estuvo en manos de dos insobornables policías federales a quienes sus jefes, simplemente, les fueron leales…
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A FUEGO LENTO /Alfredo González /
El Heraldo de México
Culiacán: enojo y preguntas sin respuestas
Cuando parecía que las cosas iban mejor, Sinaloa dejó ver que la relación entre el ejército y la 4T está prendida de alfileres
Tras los enfrentamientos del jueves y la liberación de Ovidio Guzmán, ha trascendido que es notorio el enojo de los principales mandos militares por la forma en la que el gobierno decidió “resolver” las crisis del ya fatídico jueves 17 de octubre.
El mando militar, me dicen, no estuvo enterado ni fue tomado en cuenta en el “operativo” hasta que ya estaban con el agua al cuello y sin posibilidad de reaccionar adecuadamente.
Todo los tomó por sorpresa, sin nada preparado para hacer frente a la amenaza, no sólo contra la población, sino contra sus propias instalaciones.
Al tomar el mando de la situación, la Guardia Nacional dejó ver su falta de preparación y su inexperiencia para atender este tipo de contingencias.
Y lo que más ofendió al ejército fue que hayan desestimado la capacidad de respuesta del cártel de Sinaloa.
Los mandos que organizaron el operativo terminaron por doblar las manos y someterse a un vergonzoso acuerdo para dejar libre a Ovidio Guzmán.
Ésta es la primera vez que elementos del ejército son humillados, capturados, despojados de sus armas y vehículos, pero lo que más indignó a los altos mandos fue que los delincuentes se hicieran del control de la unidad habitacional, en donde tomaron como rehenes a las familias de los uniformados.
Mujeres y niños estuvieron en grave riesgo y fueron utilizados como moneda de cambio en la liberación del hijo del Chapo Guzmán. Ahora bien, más allá del enojo de los hombres de verde olivo, en términos legales también hubo flagrantes violaciones.
El Código de Justicia Militar, en su capítulo IV Bis, habla sobre la “Traición a las Fuerzas Armadas Mexicanas”, y en su artículo 275 Ter, establece: “Se sancionará con pena de prisión de 15 a 60 años y baja de la Fuerza Armada que corresponda, al militar que (…) ponga en libertad a cualquier miembro de la delincuencia organizada o asociación delictuosa, o proteja o facilite su fuga”.
Hasta el momento hay más preguntas que respuestas, pero me dicen que en el gobierno hay una guerra de baja intensidad porque nadie quiere asumir la responsabilidad.
El Presidente asumió el costo, aunque eso no es suficiente, porque poco o nada se ha dicho sobre la verdadera situación legal de Ovidio Guzmán.
El abogado de la familia de El Chapo, José Luis González, me dijo que Ovidio no está bajo ningún proceso en México, pero recientemente se ventiló que el gobierno de EU lo busca por tráfico de drogas y existe una orden de captura con fines de extradición.
Si eso es real y Ovidio estuvo retenido en instalaciones de la Fiscalía General, la responsabilidad también recae en otros funcionarios públicos, no sólo entre los encargados de la Seguridad. Y de esto nadie ha dicho nada, tampoco.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “La agilidad es una excelente condición para subir a los árboles, pero no para gobernar a los pueblos”.
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DUDA RAZONABLE/ Carlos Puig
Milenio
¿Y ahora, tras la derrota, qué hacer?
Bogotá, Colombia. Cuando me subí al avión el jueves por la tarde para viajar por trabajo a esta ciudad, Culiacán vivía momentos de terror por la movilización de los integrantes del cártel de Sinaloa disparando, intimidando, bloqueando, tomando control de la ciudad. Ya a esas horas se sabía que aquella movilización era porque las fuerzas federales habían ido a detener a un hijo de El Chapo.
La noche del jueves, después de cuatro horas y media de vuelo, cuando aterricé, el escándalo era otro. Y era de tal tamaño que desde la persona de migración en el aeropuerto, hasta quien me recibió en el hotel, me preguntaban sobre Culiacán, El Chapo y el Ejército mexicano. Momentos similares se repitieron el fin de semana en conversaciones con colegas periodistas, profesores universitarios, empresarios.
Es Colombia: algo saben de las decisiones, sus consecuencias en las guerras entre gobierno y crimen organizado. Y es aleccionador escuchar las preguntas y algunas opiniones de quienes por estar lejos no tiznan todo, como hoy en las discusiones mexicanas, con la dicotomía anti o pro presidente, sin matices.
Mi fin de semana entre colombianos me deja con una pregunta que escuché muchas veces: ¿Y ahora qué va a hacer el gobierno?.
La pregunta parte de que aquí aprendieron que ninguna derrota es inconsecuente. Y lo del jueves fue una derrota. En una batalla de una larga guerra, puede ser, pero una derrota, y esas derrotas tienen consecuencias en todos los bandos.
Un ejemplo: en Colombia, como seguro en otras partes del mundo, se imaginaba que el cártel de El Chapo estaba o debilitadísimo. Algo que, parece, pensaban las fuerzas federales que fueron a cumplir la orden de arresto. La demostración del jueves dice que no, y eso podría cambiar, por ejemplo, la dinámica entre organizaciones criminales.
Lo que también aprendieron aquí es que un derrota de ese tamaño no es una anécdota. Es resultado de una estrategia que evidentemente no funcionó. Si no hay ajustes y cambios a esa estrategia, se multiplicarán las anécdotas.
Y por último: aquí aprendieron que después de una derrota, el gobierno, las policías, los ciudadanos, la tropa necesitan victorias. Decir, de alguna manera clara, quién manda, al menos en Culiacán.
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A PUERTA CERRADA/Marcela Gómez Zalce /
Milenio
No mentir
U na mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como un peligro. Semana trágica para el gobierno y para el país. No existen las argumentaciones difíciles porque el objetivo es comunicarlas para que los otros entiendan.
Únicamente es difícil de explicar aquello que no se entiende colocando el debate, tal y como está planteado en estos momentos, a consecuencias no deseadas.
La 4T enfrenta su crisis interna más delicada en la relación civil-militar y ésta trastoca los ámbitos más críticos en la esfera de la cooperación internacional sobre cuestiones de seguridad.
Al cúmulo de sucesos de humillación, vejación y agresiones a soldados por delincuentes disfrazados de pueblo bueno y sabio, se suman las mentiras y contradicciones del gabinete de seguridad en torno al fracaso que derivó en la toma de decisión del Presidente en la claudicación del Estado frente a una organización criminal en Culiacán, Sinaloa, y que ha colocado a México en un escenario de suma complejidad externa pero sobre todo interna.
Es un falso dilema colocar en el centro del debate la detención de un criminal versus la vida de los ciudadanos si ambos son responsabilidad del Estado.
La maniobra mediática del control de daños de la derrota oscilando entre el abandono de la idea del “daño colateral”, el humanismo de López Obrador, la sinceridad en admitir precipitación, novatez e ineficacia en la planeación del operativo para detener al delincuente desestimando su estado de fuerza y la mentira del “patrullaje de rutina” frente a la nación son motivo suficiente para acciones muy drásticas.
El daño en el núcleo verde olivo es un hecho. La señal para otras organizaciones criminales está enviada. La suerte de regiones controladas por la delincuencia muy organizada está echada.
La confianza en las autoridades está lastimada. La respuesta de Estados Unidos pese a tuits y llamadas dista mucho de ser clara. El gobierno generó por incompetente su crisis que por cierto se suma a la del ámbito migratorio. De visas, empleos y bienvenidas a persecución, maltrato y expulsión.
La contradicción, el desorden, la precipitación e ignorancia en estos 10 meses hicieron implosión en el gabinete de seguridad.
Y esto no es un dato menor.
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Irresponsables/Macario Schettino
Fuera de la Caja
EL FINANCIERO..
macariomx
El jueves pasado, los habitantes de Culiacán sufrieron directamente la irresponsabilidad del gobierno federal. No hay otra manera de calificar lo ocurrido. Tratar de detener al hijo del Chapo Guzmán en Culiacán, a mediodía, sin respaldo suficiente, sin labor de inteligencia, sin planeación, fue una acción estúpida e irresponsable.
Según la información con que contamos, que ha sido ofrecida a cuentagotas, ha cambiado y es insuficiente, la detención ocurrió antes de contar con una orden de aprehensión, que apareció poco después de los hechos. Sin ese apoyo legal indispensable, los miembros de las Fuerzas Armadas que detuvieron a Ovidio Guzmán no tenían manera de entregarlo a la fiscalía. Adicionalmente, fueron rodeados por partidarios del delincuente (es acusado en Estados Unidos), que además tomaron como rehenes a familiares de militares en la colonia en que viven.
Los habitantes de Culiacán afirman que el enfrentamiento que siguió al intento de detención fue muy superior a cualquiera ocurrido anteriormente. La ciudad se convirtió en escenario de guerra. En esas circunstancias, la decisión de devolver a Ovidio Guzmán fue correcta, aunque pueda parecer distinto. No se trataba de arriesgar una vida humana a cambio de una detención (ilegal) como dijo el Presidente. Se trataba de cientos o miles de vidas, puestas en peligro por un gobierno irresponsable. Había que evitar la catástrofe.
Queda por aclarar el origen de la irresponsabilidad. Hay indicios de que la acción fue solicitada por agencias estadounidenses, que aportaron algo de inteligencia. Las Fuerzas Armadas hicieron su parte. Ambos se desmarcaron del gobierno federal el fin de semana: los militares con un video transmitido por Ciro Gómez Leyva, el embajador estadounidense con un tuit.
El encargado de Seguridad es Alfonso Durazo. El operativo debió ser autorizado por él. Lo llevó a cabo mientras el Presidente volaba a Oaxaca, en vuelo comercial, como acostumbra. Si Durazo decidió hacerlo en ese momento, sin informar a su jefe, debe irse. Si López Obrador viajó sabiendo del operativo, el principal irresponsable es él. De hecho, lo es desde que decidió utilizar viajes comerciales, como parte de su eterna campaña populista, y hacer a un lado las herramientas que su puesto exige.
Sus seguidores han hecho un gran esfuerzo por salvar la cara del Presidente. Desde elevarlo a la categoría de “héroe” hasta promover mensajes de gobernadores a su favor, pasando por solicitar unidad en torno a él. Piden un comportamiento que jamás tuvieron en la oposición, ni han tenido en el poder. Baste mencionar la declaración de Polevnsky afirmando que nadie tiene derecho a opinar en contra. O al mismo Presidente, descalificando a Reforma en la mañanera del viernes.
Al respecto, creo que es necesario hacer un reconocimiento a los periodistas que se jugaron la vida en Culiacán el jueves pasado, así como a todos los que están enfrentando al poder desde la trinchera que tienen: las conferencias de prensa. Eso, y los reportajes de investigación, es lo que está sosteniendo lo poco que queda de democracia.
El grupo que llegó al poder acompañando a López Obrador es muy heterogéneo y sus integrantes provienen de muy diversas tradiciones, costumbres e ideologías. Sólo coinciden en su lealtad (sumisión) a López Obrador, y en su intención de no dejar jamás ese poder que han alcanzado. Hemos perdido casi todas las instituciones que podían impedirlo. Nos queda ese aroma a sociedad civil que surge del periodismo, o soluciones extremas, representadas en esos dos actores que se desmarcaron.
Tenemos un gobierno profundamente incapaz e irresponsable, pero también demostradamente autoritario. Es necesario reconocerlo para construir defensas y alternativas. No es lo que conocíamos, es otra cosa.
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Columnas políticas a 22 de octubre de 2019...
FRENTES POLÍTICOS/Excélsior
1. Contraofensiva. Es realmente de escándalo cómo tiran bala los delincuentes en Sinaloa. Decenas de sicarios accionaron sus armas y se grabaron, sin molestarse siquiera en taparse el rostro. Son amos y señores de su región. Por ello, el gobierno federal, en colaboración con autoridades municipales, estatales y especialistas en seguridad, trabajan en un Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica para homologar la actuación de los cuerpos policiales, señaló el titular del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Leonel Cota.
Entre los objetivos están lograr óptimos niveles de desempeño y profesionalismo, pues este nuevo modelo incluye a la Guardia Nacional, explicó durante su participación en el panel Ciudades Seguras. No pedimos mucho: acaso que se acerquen al nivel de reacción que muestran esos jovencitos de Sinaloa. Gracias, gobernador Quirino Ordaz.
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RAZONES/La Razón
• Culiacán a debate en San Lázaro
Hoy, legisladores de la Cámara de Diputados sostendrán un debate sobre los hechos de violencia ocurridos el pasado 17 de octubre en Culiacán, Sinaloa, el cual comenzó el pasado jueves luego de que la diputada del PAN, Adriana Dávila Fernández, subiera el tema a tribuna cuando se discutía el Paquete Económico, en el que pidió la renuncia de miembros del Gabinete por haber permitido que la situación se desbordara, además de que confirmó que Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, había sido liberado por presiones y amenazas del crimen organizado, señalamientos que la bancada de Morena tardó 24 horas en responder, ya que enfocó sus respuestas en acusaciones en contra de la presidenta de la Mesa Directiva, Laura Angélica Rojas, por permitir que naufragara la discusión económica; Morena fue el más entusiasta en apoyar en la Jucopo que se formalice el debate, por lo que los nombres de Felipe Calderón, Vicente Fox y Enrique Peña mantendrán su vigencia en el recinto legislativo de San Lázaro.
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SACAPUNTAS /El Heraldo de México
Adelantan comparecencia
El titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo, adelantará su comparecencia en el Senado para explicar a los congresistas el operativo de la semana pasada en Culiacán, Sinaloa, que derivó en la liberación de Ovidio Guzmán. Nos dicen que su cita estaba programa para el día 31 de octubre, pero por un acuerdo de la Jucopo, se adelantó para el lunes 28.
No habrá otro Ayotzinapa
Y a propósito de Culiacán, el titular de la Fiscalía General, Alejandro Gertz, puso la vara muy alta y anunció que lo ocurrido en Sinaloa no será el “Ayotzinapa” de este gobierno, por lo que las investigaciones irán a fondo por “las conductas de cada uno de los servidores públicos y los delincuentes”.
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TELÉFONO ROJO/José Ureña /
24 Horas
Culiacán: familiares de los militares al paredón
A cada momento surgen nuevos datos.
The New York Times reportó ayer, con base en información confiable a sus fuentes, sobre la liberación de dos hijos de Joaquín El Chapo Guzmán.
Ayer en este espacio hablamos sobre una línea de investigación –rechazada por algunos funcionarios- sobre filtraciones al cártel de Sinaloa.
Tardaremos en conocer toda la información de lo sucedido en Culiacán el jueves pasado, al principio confusa por el silencio oficial y el gran manejo de masas y redes sociales de los delincuenciales.
Pero un dato fue clave para liberar, haya sido solamente a Ovidio Guzmán López o a él y a su medio hermano Iván Archivaldo Guzmán Salazar.
La versión del periódico neoyorkino tiene mucho sustento más allá del de las grabaciones interceptadas y la validez otorgada por las agencias estadunidenses.
Ellas sí conocieron todo en tiempo real, como no lo registraron quienes debieron organizar el “operativo fallido” –confesión de secretario Alfonso Durazo- y reportar al máximo nivel.
¿Por qué es creíble?
Porque en la confusión habría escapado Iván Archivaldo y luego se puso al frente del rescate de su fraterno –El Jefe, reconocido por su subordinados- contra las fuerzas federales.
ENTRARON, SACARON A LA GENTE Y…
Pero son espeluznantes los datos corroborados.
Fueron la base para hacer retroceder a todos: a miembros de la Guardia Nacional, del Ministerio Público, del Ejército Mexicano… de todos.
¿Y qué fue?
Los criminales sacaron de sus hogares a cientos de esposas, hijos, sobrinos y soldados retirados, a quienes pusieron a su disposición.
-Retaron al poder: “Uno de usted por cada uno de nosotros” –narró una fuente de muy alto nivel y con relación presidencial-. Hubiera sido una matazón.
Esto no se dijo, aunque sí lo analizó el gabinete de seguridad y fue transmitido al comandante supremo de las Fuerzas Armadas.
-Más de 200 -según refirió el secretario de Relaciones Exteriores, aunque Marcelo Ebrard habló de unidades habitacionales rodeadas, no de desalojo y colocados para ejecución ante un paredón.
Estos son los elementos base de la decisión presidencial de perdonar a quien postró al Estado mexicano para no ser extraditado.
Hacia delante queda el riesgo: cualquier pelafustán puede rodearse de 40 ó 60 asesinos y, en caso de detención, tomar una escuela, un hospital u otra instalación y amagar con una masacre si no es liberado.
LOS ESFUERZOS POR RECUPERAR PAZ
1.- Tras la desgracia, se emprenden acciones para dejar atrás ese capítulo tan humillante para el país.
A nivel internacional el sitio de Culiacán sensibilizó al gobierno de Donald Trump y esto permitirá a México apretar para controlar el flujo de armas desde Estados Unidos.
El canciller Marcelo Ebrard tiene un interlocutor muestras de sensibilidad, el embajador Christopher Landau.
A nivel local, el gobernador Quirino Ordaz manda mensajes de tranquilidad con asistencia a eventos públicos: el domingo estuvo en un partido de béisbol y se apresta a acudir a otro de futbol.
Y 2.- registramos un gazapo: ayer llamamos Ernesto a Néstor Núñez.
El rendirá hoy su primer informe como alcalde de Cuauhtémoc, donde se asientan los Poderes de la Unión y del gobierno capitalino.
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Culiacán, la penumbra y la mentira
Razones/JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
Culiacán, la penumbra y la mentira
• Es una falacia la disyuntiva de hacernos elegir entre una masacre o la fuga de un narcotraficante. La verdadera pregunta es por qué se tuvo que llegar a esa disyuntiva, qué ocurrió y quién tomó las decisiones.
El problema es la mentira. Decía el italiano Silvio Pellico que “cuando se comete un error, no mientas para negarlo o atenuarlo. La mentira es una torpe debilidad. Acepta que te has equivocado; en ello hay magnanimidad”.
El gran tema que gira en torno a lo sucedido en Culiacán es si se está mintiendo o no. Si hubo un error o una suma de mentiras.
Lo que sí es seguro es que cinco días después de los hechos no hay una historia verosímil de lo ocurrido.
Es una falacia la disyuntiva de hacernos elegir entre una masacre o la fuga de un narcotraficante. La verdadera pregunta es por qué se tuvo que llegar a esa disyuntiva,qué ocurrió y quién tomó las decisiones. Las versiones oficiales son inverosímiles: primero, desmentida desde el propio gabinete de seguridad un día después, fue la versión original de que en un patrullaje de rutina (con nada menos que 30 elementos militares) se encontraron algo así como por casualidad con Ovidio Guzmán López.
Ya sabemos que la detención del hijo de El Chapo Guzmán fue el fruto de un operativo hacia un objetivo de seguridad, de un hombre con pedido de extradición de Estados Unidos, cuya orden se quería cumplimentar. Sabemos también que la tesis de que tardó en llegar la orden de cateo no tiene sentido: Ovidio estuvo detenido por lo menos cuatro horas, se le hicieron todos los estudios antropomórficos para confirmar su identidad e incluso se le tomaron fotos que se distribuyeron a redes y medios. Según el New York Times, junto con él fue detenido, en una marisquería, su medio hermano, Iván Archivaldo Guzmán, quien también habría sido liberado.
Es difícil de creer que un equipo de militares altamente entrenado hayan cometido en un operativo con este tipo de características errores de improvisación. No estamos hablando de amateurs: son gruposque han detenido a muchos de los principales narcotraficantes del país, en muchos de los casos sin disparar un solo tiro.
Es desconcertante que éstos y muchos otros datos no hayan podido ser esclarecidos tantos días después. Para la gente lo peor no es el error, sino la mentira. Y la sensación es que se le está mintiendo. Pasa, como decíamos ayer, incluso con la llamada de Trump. Primero, el Presidente no puede estar incomunicado tantas horas: lo estuvo durante, por lo menos, una hora mientras volaba a Oaxaca en plena crisis de Culiacán, cuando se estaba decidiendo el destino del hijo de El Chapo y de muchas familias mexicanas. Estuvo sin comunicación cuando lo llamó el presidente Trump el viernes, con el que se enlazó hasta el sábado. Resulta insólito que un presidente no pueda participar de una toma de decisiones porque está en un vuelo comercial o que pase más de 24 horas sin comunicarse con el presidente de Estados Unidos cuando lo están buscando porque está visitando Putla y no hay celular, como si un teléfono satelital estuviera fuera del alcance de un mandatario. El problema no es tecnológico, es político.
Hay muchos problemas de diseño en la estrategia de seguridad, incluso en el ámbito legal y de toma de decisiones.
Primero, el Presidente no puede ser el jefe operativo del gabinete de seguridad: él es el Presidente. Debe haber mandos que, como en todas las democracias, deben ser los encargados de implementar las medidas que, le guste o no al Presidente, se deben tomar por una razón de Estado, y no nos engañemos, para hacerse responsable de que se implemente esa
razón de Estado es que se elige a un presidente.
Un gobierno puede tomar medidas muy duras, incluso de vida o muerte, pero debe haber espacios que implementen esas medidas, expertos alejados del sentimentalismo o la conveniencia política coyuntural de un mandatario.
Segundo, no se puede contraponer la fe a la legalidad. Como se ha dicho, no se elige un presidente para saber cuáles son sus convicciones humanistas o religiosas ante una crisis, sino para que haga cumplir la ley. El humanismo, la fe y la paz son sentimientos compartibles por todos, pero la aplicación del Estado de derecho es una obligación legal (incluso cualquier juez estricto podría iniciar acción penal contra una autoridad que haya ordenado la liberación de un delincuente detenido sin que existiera una orden judicial que lo autorizara).
Un presidente, más allá de defender una acción, controvertida o no, lo que debe garantizar es la transparencia en el accionar gubernamental y el cumplimiento de la ley. En el caso de Culiacán, lo que tenemos es penumbra y falta de claridad.
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Columna EN PRIVADO/Joaquín López Dóriga
Milenio
Culiacán: para fallos, los de comunicación
Del punto de inflexión al de genuflexión. Florestán.
Los hechos, el jueves en Culiacán, pueden convertirse en el verdadero punto de inflexión del que el gobierno hablaba tres días antes, al presentar su programa contra el crimen organizado.
Primero, el operativo para detener con fines de extradición, a solicitud del gobierno de Estados Unidos, de un ciudadano mexicano, hijo de Joaquín Guzmán Loera, era como otro más de los centenares que se han ejecutado.
Segundo, no sé si el Presidente de la República estaba informado y aprobó ese operativo del que no tiene por qué estar al tanto y menos autorizar cada movimiento que se haga en ese sentido.
Tercero, que fue un desastre que incendió Culiacán, donde se desarrollaron 14 tiroteos, 19 bloqueos, la fuga de 54 reos y la muerte de 13 de personas, en una tarde de horror.
Desconozco las fallas en la operación táctica para detener a Ovidio Guzmán, pero tengo claro algunos de los errores de información que agravaron la confusión.
El primero fue ese mismo jueves cuando informó que una patrulla de la Guardia Nacional había sido atacada al pasar frente a una casa de seguridad del cártel de Sinaloa, en una zona habitacional de Culiacán y por la noche dijeron que todo había estallado al llevar a cabo un operativo de la GN, para detener a una persona con fines de extradición, lo que provocó que decenas o centenares de delincuentes salieran a la calle a hacer valer su ley y, al final, lograr que se los devolvieran para evitar, ha reiterado el Presidente, una masacre.
Ya después, el general secretario Luis Cresencio Sandoval calificó el operativo de fallido y deficiente, y se comprometió a revisarlo.
Este es, pues, el punto de inflexión del que le hablaba y que quien más lo debe celebrar es Nemesio Oseguera, (a) El Mencho, jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación, pues si a uno de los nueve hijos de Guzmán Loera lo soltaron como lo hicieron el jueves en Culiacán, no quiero pensar en la guerra que desataría su hasta ahora imposible captura.
RETALES
1. REFUERZO. Hace poco, el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, inauguró una unidad con capacidad para 3 mil 500 policías militares que está vacía. De los 600 militares que tenía destacados en su estado, retiraron 500. Ya mandaron 300 de élite;
2. MORENA. Todo indica que Bertha Luján será la próxima dirigente nacional de Morena. El caos violento en el establecimiento de al menos 60 asambleas impidió que Mario Delgado pudiera registrarse como candidato. Ahí sigue la palabra del Presidente de que hagan encuestas, que ganaría el diputado de Morena; y
3. PLAZO. Una semana tiene la Suprema Corte para decidir la ley Bonilla, abiertamente inconstitucional al pretender ampliar a cinco años el gobierno cuando fue electo para dos. Todo indica que la Corte le dará palo.
Nos vemos mañana, pero en privado.
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ESTRICTAMENTE PERSONAL/Raymundo Riva Palacio
El Financiero,
La ilegalidad del Presidente
Las tres primeras preguntas de la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador el viernes pasado en Oaxaca, formuladas por el reportero Alberto Morales, de El Universal, fueron puntuales y provocaron una respuesta de consecuencias no vistas.
Morales preguntó su evaluación sobre los eventos en Culiacán, cómo le informó el gabinete de seguridad, quién tomó la decisión para liberar a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, y qué se valoró para liberarlo. Las respuestas merecen se transcritas:
“A mí me informaron por la tarde. (El viernes, jueves)) van a dar el relato sobre los acontecimientos en el tiempo… Comenzó alrededor de las tres de la tarde, un poco más. De inmediato se reunieron los integrantes del Gabinete de Seguridad para darle seguimiento a todo este asunto.
El secretario de la Defensa, el secretario de Marina, el secretario de Seguridad, se concentraron, se reunieron y le dieron seguimiento al problema, y tomaron decisiones que yo respaldo, que yo avalo, porque se tornó muy difícil la situación.
“Y estaban en riesgo muchos ciudadanos, muchas personas, muchos seres humanos, y se decidió proteger la vida de las personas. Y yo estuve de acuerdo con eso, porque no se trata de masacres, ya eso ya se terminó. No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas. Ellos tomaron esa decisión y yo la respaldé.
También decirles que se trató de un operativo que llevó a cabo el Ejército a partir de una orden de aprehensión de un presunto delincuente; pero, como ya lo expliqué, hubo una reacción muy violenta y se ponía en riesgo la vida de mucha gente”.
La respuesta del Presidente es moral, pero políticamente equívoca y legalmente una aberración. López Obrador mostró:
1.- Que la ley, para él, es discresional.
2.- Viola el artículo 16 de la Constitución, en cuyo párrafo cuatro establece: “La autoridad que ejecute una orden judicial de aprehensión, deberá poner al inculpado a disposición del juez, sin dilación alguna y bajo su más estricta responsabilidad. La contravención a lo anterior será sancionada por la ley penal”.
3.- Él no tenía atribuciones legales para liberar a Guzmán López. La Fiscalía General es quien las tiene.
4.- Las declaraciones del Presidente lo hace un delincuente confeso, al violar el artículo 150 del Código Penal Federal, que establece:
“Se aplicarán de seis meses a nueve años de prisión al que favoreciere la evasión de algún detenido, procesado o condenado. Si el detenido o procesado estuviese inculpado por delito o delitos contra la salud, a la persona que favoreciere su evasión se le impondrán de siete a quince años de prisión, o bien, tratándose de la evasión de un condenado, se aumentarán hasta veinte años de prisión.
“Si quien propicie la evasión fuese servidor público, se le incrementará la pena en una tercera parte de las penas señaladas en este artículo, según corresponda. Además será destituido de su empleo y se le inhabilitará para obtener otro durante un período de ocho a doce años”.
5.- Violó convenios internacionales suscritos por México, como el Estatuto de Roma, de la Corte Penal Internacional, que establece en su artículo 28:
“El jefe militar o el que actúe efectivamente como jefe militar, será penalmente responsable por los crímenes de la competencia de la Corte que hubieren sido cometidos por fuerzas bajo su mando y control efectivo, o su autoridad y control efectivo, según sea el caso, en razón de no haber ejercido un control apropiado sobre esas fuerzas cuando:
1.- i) Hubiere sabido o, en razón de las circunstancias del momento, hubiere debido saber que las fuerzas estaban cometiendo esos crímenes o se proponían cometerlos; y
2.- ii) No hubiere adoptado todas las medidas necesarias y razonables a su alcance para prevenir o reprimir su comisión o para poner el asunto en conocimiento de las autoridades competentes a los efectos de investigación y enjuiciamiento”.
6.- Violó tres convenciones de Naciones Unidas, sobre Prevención del Delito y Justicia Penal, Contra la Delincuencia Organizada Transacional, y Contra la Corrupción.
Las declaraciones del Presidente no dan lugar a duda sobre la violación en la que incurrieron el gabinete de seguridad y él mismo. Aceptar un chantaje del crimen organizado lo desnuda como un Presidente débil al frente de un Estado débil, y sometido por acciones terroristas. El argumento moral sólo se sostiene en términos religiosos, no en el mandato de la Constitución.
Esta discusión es sensible porque quienes apoyan la decisión de López Obrador lo ubican en la coyuntura del jueves, sin considerar los mensajes previos de claudicación ante el crimen organizado –amnistía o no confrontarlos–, ni lo que vendrá después.
Las primeras planas de la prensa nacional e internacional sobre los sucesos en Culiacán tenían como común denominador el énfasis de que se capturó a Guzmán López y luego se le dejó en libertad. Lo que resaltaron fue la capitulación del Estado de derecho y la oficialización de un país sin leyes. Esto tiene consecuencias inmediatas. El mensaje es el de la Pax Narca, donde las organizaciones criminales deciden la suerte de la nación.
Este interlineado llevará a inversionistas a considerar si sus inversiones en México, actuales o en planeación, son una buena idea. Adicionalmente, refuerza el viejo argumento del presidente Donald Trump, de que si las Fuerzas Armadas no pueden con los cárteles de la droga, el Pentágono se encargará de ello.
Todo esto no es una hipótesis. Desde el jueves ya hay preguntas de inversionistas en ese sentido y señales desde Estados Unidos sobre este país sin Estado de derecho, por decisión del presidente López Obrador, y mensajes de la familia Trump de que México es un país sin leyes.
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¡En Culiacán empezó la amnistía de AMLO al crimen!
ITINERARIO POLÍTICO/ RICARDO ALEMÁN
El Debate,
Como muchos saben, el secuestro, crimen y posterior incineración de “los 43 de Iguala” se llevó a cabo por instrucción de un alcalde impuesto por AMLO, en un municipio y un estado gobernados por el entonces partido de López Obrador.
Aún así –y a pesar de que en toda la ruta del crimen nunca participó ninguna autoridad vinculada al PRI y menos al Gobierno federal–, lo cierto es que el maniqueísmo de la claque lopista, la distorsión dolosa y el gusto de Obrador por la mentira y el engaño terminaron por responsabilizar de la masacre al gobierno de Peña Nieto.
Dicho de otro modo, resulta que “los magos del engaño y la mentira” se salieron con la suya; convirtieron una derrota política de grandes proporciones –como el crimen de los 43 de Ayotzinapa–, en una victoria que incluso los empujó al poder presidencial.
Hoy, luego del escandaloso ridículo y del grosero montaje que vimos en Culiacán por parte del gobierno de López –luego de la detención y posterior liberación del Chapito–, regresaron no solo el cinismo de Obrador, sino el maniqueísmo, la distorsión dolosa y el gusto por la mentira y el engaño.
Y es que “los magos del engaño y la mentira” parecen dispuestos a intentar la misma apuesta “engañabobos” y convertir una derrota en victoria.
La diferencia es que López Obrador y su gobierno pueden engañar a muchos durante mucho tiempo pero, al final, no engañarán a todos todo el tiempo.
¿Por qué?
Porque hoy el presidente Obrador podrá decir misa y pontificar contra imaginarios “molinos de viento” de la derecha y el conservadurismo; podrá acusar al pasado de sus fracasos y hasta podrá sublimar su cinismo pero, al final, no podrá ocultar que su gobierno enlutó a todo el país y que en solo diez meses convirtió al territorio mexicano en el mayor cementerio de la historia y terminará calificado como el peor gobierno de todos los tiempos.
Y es que la realidad, demoledora por su peso específico, resultará aún más terca que el terco presidente mexicano.
Como saben, en una suerte de control de daños, dicen el presidente, la propaganda oficial y los corifeos de su fallido gobierno que “el supuesto fracaso de Culiacán” en realidad fue un acierto y una respuesta humanitaria que evitó “una matazón de ciudadanos indefensos”.
Lo que no dicen, por ejemplo, es que solo en Tlahuelilpan la irresponsabilidad oficial provocó más de la mitad de las 200 vidas que se habrían salvado en Culiacán; no dicen que la irresponsabilidad de López ha cobrado más de cien vidas a causa de la falta de vacunas para el dengue; que son decenas de muertos por la carencia de medicamentos contra el cáncer y por el servicio deficiente en el sector salud.
Lo que no dicen el presidente, su gabinete, sus aliados e incondicionales es que en 10 meses de gobierno de AMLO, el número de policías asesinados en todo el país casi alcanza los 400 y que, como nunca, el crimen organizado ha dado muerte a presidentes municipales, síndicos y legisladores locales.
Pero “la joya de la corona” del mal gobierno y del fracaso en la contención de la violencia, en todo el país, son las 31 mil muertes violentas, en solo los primeros 10 meses del gobierno de Obrador.
Esa cifra de 31 mil muertos en 10 meses es la más alta de todos los tiempos en México; es una muestra del fracaso en la estrategia contra la violencia y es la confirmación de que el de López Obrador es un gobierno que no solo rindió la plaza ante el narcotráfico y el crimen organizado sino que pactó con los distintos cárteles criminales.
Pero existe un mensaje aún más preocupante.
¿Cuál es ese mensaje?
Que la rendición de la plaza en Culiacán y el pacto con bandas como la del Chapo explican la razón por la que el entonces candidato y hoy presidente prometió por todo el país una amnistía a los grupos criminales.
En los hechos y violando la Constitución, el presidente mexicano ya perdonó a los jefes de bandas como la del Chapo.
Pero el mensaje resultaría aún más escalofriante si se confirma que todos los barones de la droga serán perdonados.
Y, ¿a cambio de qué sería el perdón?
En su columna de ayer, el periodista Pablo Hiriart desliza una escalofriante hipótesis; los matarifes del crimen organizado se podrían encargar de los enemigos y críticos del régimen.
Es decir, un narco-estado, el mayor riesgo para la democracia.
Al tiempo..
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TERCER GRADO/Leopoldo Gómez /
Milenio
México dividido
Que el operativo para capturar a Ovidio Guzmán fue un fracaso, hasta el gobierno lo reconoce. La mala planeación dejó efectos desastrosos: una ciudad en pánico, secuestrada por el crimen organizado, fuga de reos, muertos, heridos y el detenido, libre.
A juzgar por lo que ha circulado en redes y por las columnas en los diarios, el saldo fue extraordinariamente adverso para el gobierno.
Y, sin embargo, las encuestas que se han difundido hasta ahora presentan un panorama distinto, con una opinión pública nacional dividida casi a la mitad en lo que toca a las evaluaciones sobre el manejo de la situación por parte del gobierno.
De entrada, hay importantes diferencias regionales. Según una encuesta telefónica de Consulta Mitofsky (http://consulta.mx/…/mexico-op…/item/1177-culiacan-seguridad), en Sinaloa las opiniones son mucho más favorables a la decisión de liberar al detenido que en el resto del país. Allí es prácticamente unánime la opinión de que el saldo habría sido peor de haberse actuado de otra manera.
Pero el dato más interesante es que las evaluaciones en general están drásticamente definidas por las identidades partidistas. Mientras 97 por ciento de los simpatizantes de Morena cree que el gobierno hizo bien en liberar al detenido, 90% de los panistas y priistas piensa lo contrario.
En cuanto al presidente López Obrador, 97% de los morenistas dice que su imagen mejoró o se mantuvo igual de bien, mientras que 95% de los panistas estima que empeoró o se mantuvo igual de mal. Y así con el resto de las evaluaciones sobre la actuación del Gobierno.
La situación es muy parecida a la que prevalece en Estados Unidos. Eventos que, a juzgar por lo publicado en los medios, serían muy negativos para Trump no suelen afectar su popularidad entre su base.
Allá como acá, la identidad partidista filtra y acomoda los hechos.
Nada muy grave mientras solo sean diferencias de opinión sobre una realidad compartida. Mucho más serio, sin embargo, si, como ya pasa en Estados Unidos, esas filiaciones fracturan el consenso sobre la realidad misma, pues es entonces cuando el debate se torna irracional.
Ojalá que México se aleje de esa ruta y no quede así de dividido.
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¿Aún quieren legalizar mota y coca?
EL ASALTO A LA RAZÓN/CARLOS MARÍN
Milenio...
Alejandro Gertz Manero informó ayer que la Fiscalía General de la República bajo su mando “ha asumido plenamente la investigación” del desastre interinstitucional del jueves en Culiacán, “la cual será ejemplar”, y prometió que no habrá impunidad para los responsables.
Sin indicios conocidos para relacionar o, mucho menos, equiparar casos tan distintos, alardeó que lo sucedido en la capital de Sinaloa “no va a ser otro Ayotzinapa...”.
Incomprensible, la invocación de lo sucedido hace un lustro en Guerrero con los estudiantes victimados por narcotraficantes, lejos de alentar el optimismo de que se sabrá lo que pasó, permite especular: ¿acaso el fiscal sospecha o tiene datos que apunten hacia la probabilidad de que los matones de Sinaloa fueron apoyados por servidores públicos, como lo hicieron los policías municipales que levantaron a Los 43 para entregárselos a los asesinos?
Suposiciones aparte, Gertz informó que en lo que va del año y en promedio, ha sido capturado y extraditado un delincuente por semana, lo que totaliza unos 40. ¿Qué ocurrió para que el hijo de El Chapo Guzmán encarne la excepción de la regla?
El innegable poder que la delincuencia organizada tiene en vastas regiones de México nunca se había manifestado con la fuerza que lo hizo en Culiacán. El trasiego y venta de drogas constituye un fabuloso negocio que da a las pandillas una multimillonaria capacidad de compra, ante la cual sucumbe lo que sea que quiera oponer el Estado. Entre jóvenes de amplias capas sociales no prende la consigna “becarios sí, sicarios no”, como tampoco los insistentes mensajes de amor y paz que la 4T les dedica a los “maleducados”.
Por eso mismo, aun si se aprueban, están destinadas al fracaso iniciativas como la del diputado morenista Mario Delgado para crear una empresa del gobierno (CannSalud, por la cannabis) que regule la compra-venta de mariguana, y que quien lo desee, sin sufrir la monserga de tramitar licencias o permisos, pueda cultivar sus propias matas. O peor: como pide el gobernador de Guerrero, que lo mismo se haga con los plantíos y derivados de la amapola (solo falta que se pretenda enriquecer la insensata idea con el establecimiento de precios de garantía, como sucede con algunos comestibles de primera necesidad).
Reglamentadas que fueran las drogas, imagínese a cualquiera de los matones de Sinaloa visitando una parcela del triángulo dorado, feudo de los herederos de El Chapo, y niéguese la elevada probabilidad de un diálogo así:
–¿Qué tal, don Apolinar, ya me tiene mi paquete?
–No, jovencito, ahora no, y ya no se lo podré vender. Fíjese que vinieron de la Cofepris, no, de la CannSalud, y se lo llevaron ya.
–¡Órale pinche viejo! Qué retependejo es usted. Al patrón nadie le ve la cara, ¿pues no sabe lo que pasó en Culiacán? Aquí le dejo la cabecita de su nieto Jaime y nos vemos para la siguiente, ¿va?
Nos vemos luego, no se pase de lanza y que Dios me lo bendiga...
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ALHAJERO/Marta Anaya
El Heraldo de México,
Ejército-Durazo
El operativo fallido en Culiacán llevó al borde del rompimiento de la relación entre los militares y Alfonso Durazo.
La relación de por sí no ha sido fácil. Mucho menos cuando el Congreso definió que la Guardia Nacional estaría bajo el resguardo de un mando civil (se llamara como se llamara) y no de un militar.
Alfonso Durazo podrá aparecer como el secretario de Seguridad y considerarse formalmente como el jefe del gabinete de Seguridad –a veces ni eso le permiten-, pero lo cierto es que el sonorense es desdeñado por el Ejército y la Marina.
Lo sucedido en Culiacán con el fallido operativo para detener, con fines de extradición, a Ovidio Guzmán López (hijo del Chapo Guzmán) fue, ya no una banderilla como tantas que ha recibido en estos meses, sino una estocada.
Por más que el Presidente de la República defienda a Durazo y rechace su renuncia al cargo, los uniformados apuntaron el índice hacia el sonorense desde aquella misma tarde del humillante episodio, y exigieron: ¡que dé la cara…!
Y lo dejaron hundirse solo esa noche.
Al día siguiente, con el general secretario Luis Cresencio Sandoval, partícipe y en conferencia de prensa, mencionaría varias cosas de llamar la atención:
—Primero que nada, ¡que el gabinete de Seguridad no estaba informado del operativo para detener al hijo del Chapo!
¿Hacia quién apunta el señalamiento de esta omisión?
—Segundo, que el operativo fue “precipitado y mal planeado”, dado que no calcularon —personal de la Policía Ministerial y la División Antidrogas de la extinta Policía Federal, hoy Guardia Nacional— el tiempo que tardaron en obtener la orden de cateo.
¿Por qué tardó la orden? ¿Quién tenía que librarla?
Sean quienes fueren responsables de ello con nombre y apellido, lo cierto es que el dedo flamígero apunta hacia al Poder Judicial. Terreno civil, de nueva cuenta.
El propio Durazo reafirmaría que “la orden de aprehensión no llegó con la oportunidad que habría sido planeada en el diseño del operativo” y eso llevó a modificar las decisiones finales.
Pero ni esto le salvaría ante los ojos de los militares.
Distintos videos que aparecieron en las redes sociales desde el fin de semana, buscaban una sola cosa: salvar el honor de los militares, de los policías, incluso, pero, sobre todo, del ejército. De un ejército de por sí dividido.
¿Salvarlos de quién? La respuesta está implícita: de los civiles. Y la imagen de los civiles —en esta área y en este episodio— se singulariza en una persona: Alfonso Durazo.
Si las imágenes a la vista no fueran suficientes, no hay más que hablar con algunos mandos del ejército y de la Marina para tener clara, muy clara, la ruptura entre los uniformados y el titular de Seguridad.
•••
GEMAS: Obsequio del fiscal general, Alejandro Gertz Manero: “Esto (lo ocurrido en Culiacán) no va a ser otro Ayotzinapa eh, se los digo con esa claridad, aquí se van a establecer las responsabilidades con toda precisión, con todo apego a la ley y con toda transparencia”.
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Ni renuncias ni cambio de ‘estrategia'/Pablo Hiriart
Uso de Razón
El Financiero...
López Obrador ya admitió que otros se equivocaron y se precipitaron en la captura y posterior liberación del hijo del Chapo.
Muy bien, ¿y las renuncias de los que fallaron, provocaron la muerte de doce personas y dejaron en ridículo a nuestras Fuerzas Armadas?
A la vista del mundo, el Estado mexicano fue doblegado en Culiacán por una fuerza superior.
¿Cómo va a recuperar el Estado el monopolio del uso de la fuerza?
Es cierto que desde hace muchos años los grupos criminales le disputan al Estado ese monopolio, no es un fenómeno nuevo. Pero nunca el gobierno se había visto sometido.
Por eso era importante un aspecto de la política seguida por los presidentes Calderón y Peña Nieto: combatir a los grandes cárteles para que ninguno de ellos tenga la fuerza de desafiar al Estado. Lo habían logrado.
Se equivocaron en muchas áreas de la seguridad pública y la seguridad nacional, pero en esa no: si un grupo delictivo doblega al Estado, éste pierde su razón de existir.
Cuando eso ocurre, el poder pasa automáticamente a manos del más fuerte.
No fue un capricho perseguir, detener y disminuir fuerza de los capos de Los Zetas, Cártel del Pacífico y Cártel del Golfo. Era una razón de Estado.
Al llegar el nuevo gobierno se desmantelaron los órganos de inteligencia, incluyendo los más sofisticados y eficaces que había, en la Marina por ejemplo.
El Presidente dijo que no se perseguiría a los grandes capos.
Para ellos habría, abrazos y otras frases demagógicas.
Dijo que la nueva estrategia sería golpear las redes financieras de los grupos delictivos.
Sonaba lógico y plausible esto último, pero la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda está abocada a perseguir a los adversarios ideológicos del gobierno.
¿Cuánto dinero le han quitado al Cártel Pacífico, al Jalisco Nueva Generación o a Los Zetas?
No tienen la menor idea de quién es quién ni dónde están parados. Tan es así que el SAT le condonó impuestos por casi cien millones de pesos a Los Zetas en agosto de este año, de acuerdo con el reportaje de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
Al Ejército lo exponen a que lo cacheteen los miembros de grupos criminales y hasta malandrines de pueblo.
En lugar de usar las tropas para debilitar a ejércitos irregulares de los narcos, las usan para perseguir migrantes que hacen lo que toda su vida han hecho: cruzar por México a Estados Unidos.
Ya Trump felicitó a nuestro gobierno por desplegar a 27 mil soldados en la frontera con Estados Unidos, para cuidarlos a ellos.
¿Qué vergüenza es esa? Se entiende que haya tropas en la frontera sur para vigilar la entrada a nuestro país. Pero ¿veintisiete mil soldados mexicanos en la frontera norte para impedir la salida?
El resultado de todos esos entuertos e improvisaciones se vio, de manera afrentosa, en Culiacán.
Ahí se sumaron otros errores que pusieron en ridículo al Estado ante un grupo delictivo.
El gobierno no tenía idea de cómo había crecido la capacidad de fuego y el poder logístico del Cártel de Sinaloa, a partir de que lo dejaron de perseguir.
Se lanzaron como El Borras. O para citar al Presidente: patearon el avispero... y se echaron a correr.
La explicación de por qué no utilizaron apoyo aéreo (ahí en Culiacán está la sede de la Novena Zona Militar, que cuenta con helicópteros artillados), fue de párvulos, que desnuda su total ignorancia e impericia: los podían derribar. ¿Cómo, si son blindados?
El incentivo que recibieron los grupos delictivos de todo el país con los hechos del jueves va a marcar un antes y un después. Si presentas combate y atacas al Ejército o a la Guardia, el gobierno va a ordenar repliegue.
Ya lo saben desde los grandes cárteles, hasta las pandillas delictivas. Por eso era de esperarse que ayer el Presidente anunciara un giro en su política de seguridad y el cese de los incompetentes.
Fíjense que no. Ni despidos ni cambios en seguridad.
Aunque ahora hay más muertos que antes, más delitos que antes, y nuevos y perversos incentivos para delinquir: el gobierno se replegará si actúas de manera violenta.
ón de su parte.
Excélsior
De cómo el Presidente se contradice
• Dos días antes del operativo fallido para capturar al hijo de El Chapo Guzmán en Culiacán, un supuesto enfrentamiento entre el Ejército y civiles armados arrojó un saldo de 14 personas y un militar muertos en Tepochica, Guerrero.
Dijo ayer el Presidente en su conferencia matutina de prensa: “Nuestros adversarios, los conservadores, corruptos, que se padecieron en los pasados gobiernos aplicaron una política de confrontación y de violencia para supuestamente garantizar la paz y la tranquilidad.
Y esa política insensata, inhumana, produjo más violencia, mucho sufrimiento, masacres.
Había hasta la decisión de arrasar, de exterminar; y lo muestran así los datos de letalidad, de cómo fueron más siempre los muertos que los heridos y los detenidos”.
Tiene toda la razón en cuanto a los datos del índice de letalidad que mide la relación de civiles muertos versus los miembros de fuerzas federales muertos en enfrentamientos.
De acuerdo con un artículo de Catalina Pérez Correa, Carlos Silva Forné y Rodrigo Gutiérrez Rivas, publicado en julio de 2015 en Nexos, para el Ejército el índice de letalidad mayor ocurrió en 2011: 32.4 civiles por cada militar.
Paul Chevigny, quien a lo largo de su carrera investigó los abusos de las fuerzas del Estado, sostiene que la muerte de más de diez o quince civiles por cada agente de seguridad fallecido en enfrentamientos puede considerarse como un indicador de que la fuerza letal podría haberse utilizado para otros propósitos diferentes a la protección de la vida. El profesor emérito de la Universidad de Nueva York sugiere que los altos índices de letalidad denotan posibles abusos de poder.
En otras palabras, podríamos estar frente a casos, como dice López Obrador, de decisiones para “arrasar” o “exterminar”.
Después del primer artículo que publicó Nexos sobre los índices de letalidad, la Secretaría de la Defensa Nacional decidió ya no divulgar los datos que les permitieron a los autores calcular este índice.
No obstante, en 2014 fuimos testigos de un evento donde quedó clarísimo este fenómeno. Me refiero a la masacre en Tlatlaya. De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), una patrulla del Ejército se enfrentó a un grupo de civiles armados que “se rindieron rápidamente”. Sin embargo, 22 personas murieron.
La CNDH encontró que 12 de ellos fueron ejecutados. Este asunto, con toda razón, se convirtió en un escándalo en el sexenio pasado de Peña Nieto. Siendo opositor, López Obrador lo caracterizó como un ejemplo de la corrupción y decadencia del país.
En el contexto de lo ocurrido el jueves en Culiacán, el ahora Presidente dijo sobre la política que él mismo caracterizó como de exterminio: “Nosotros dejamos en claro desde el principio –está escrito en el Plan Nacional de Desarrollo– que íbamos a cambiar esa política absurda, inhumana e ineficaz, porque no dio resultados”. Muy bien.
Sin embargo, se le olvidó a López Obrador mencionar que el martes de la semana pasada, dos días antes del operativo fallido para capturar al hijo de El Chapo Guzmán en Culiacán, un supuesto enfrentamiento entre el Ejército y civiles armados arrojó un saldo de 14 personas y un militar muertos en Tepochica, Guerrero.
El índice de letalidad de este evento es mayor a diez. De acuerdo al criterio de Chevigny, resulta muy sospechoso. Nuestro colega Héctor de Mauleón, experto en temas de seguridad, escribió en su columna del jueves pasado en El Universal que Tepochica podría haber sido la primera masacre del Ejército en tiempos de la Cuarta Transformación.
“El Ejército aplicó la fuerza desde una lógica de guerra: está entrenado para enfrentar contextos de conflicto bélico y no funciones de seguridad pública. El resultado de esto ya lo conocemos. Lo hemos vivido durante años y se había asegurado que no volvería a ocurrir”.
Pero sucedió. Un día después de Tepochica, López Obrador informó en su conferencia matutina que fue “producto de una rutina de vigilancia de una patrulla del Ejército con un grupo, con una célula de presuntos delincuentes; y se encuentran frente a frente, le disparan a un cabo que va adelante con ametralladora, el que va encabezando el convoy, y lo hieren, él es el que al final pierde la vida; y él con la ametralladora, todavía herido, dispara y le quita la vida a los agresores.
Ése es el informe que tengo, desde luego, la autoridad competente tiene que llevar a cabo la investigación”.
El Presidente un día dice una cosa y otro otra. Por un lado, justifica la alta letalidad del Ejército en un enfrentamiento y, por el otro, asegura que estas prácticas ya se terminaron en su gobierno. ¿A cuál de las dos versiones le creemos?
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De cómo el Presidente se contradice
Juegos de poder/LEO ZUCKERMANN
De cómo el Presidente se contradice
• Dos días antes del operativo fallido para capturar al hijo de El Chapo Guzmán en Culiacán, un supuesto enfrentamiento entre el Ejército y civiles armados arrojó un saldo de 14 personas y un militar muertos en Tepochica, Guerrero.
Dijo ayer el Presidente en su conferencia matutina de prensa: “Nuestros adversarios, los conservadores, corruptos, que se padecieron en los pasados gobiernos aplicaron una política de confrontación y de violencia para supuestamente garantizar la paz y la tranquilidad. Y esa política insensata, inhumana, produjo más violencia, mucho sufrimiento, masacres.
Había hasta la decisión de arrasar, de exterminar; y lo muestran así los datos de letalidad, de cómo fueron más siempre los muertos que los heridos y los detenidos”.
Tiene toda la razón en cuanto a los datos del índice de letalidad que mide la relación de civiles muertos versus los miembros de fuerzas federales muertos en enfrentamientos. De acuerdo con un artículo de Catalina Pérez Correa, Carlos Silva Forné y Rodrigo Gutiérrez Rivas, publicado en julio de 2015 en Nexos, para el Ejército el índice de letalidad mayor ocurrió en 2011: 32.4 civiles por cada militar. Paul Chevigny, quien a lo largo de su carrera investigó los abusos de las fuerzas del Estado, sostiene que la muerte de más de diez o quince civiles por cada agente de seguridad fallecido en enfrentamientos puede considerarse como un indicador de que la fuerza letal podría haberse utilizado para otros propósitos diferentes a la protección de la vida. El profesor emérito de la Universidad de Nueva York sugiere que los altos índices de letalidad denotan posibles abusos de poder.
En otras palabras, podríamos estar frente a casos, como dice López Obrador, de decisiones para “arrasar” o “exterminar”.
Después del primer artículo que publicó Nexos sobre los índices de letalidad, la Secretaría de la Defensa Nacional decidió ya no divulgar los datos que les permitieron a los autores calcular este índice. No obstante, en 2014 fuimos testigos de un evento donde quedó clarísimo este fenómeno. Me refiero a la masacre en Tlatlaya. De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), una patrulla del Ejército se enfrentó a un grupo de civiles armados que “se rindieron rápidamente”. Sin embargo, 22 personas murieron.
La CNDH encontró que 12 de ellos fueron ejecutados. Este asunto, con toda razón, se convirtió en un escándalo en el sexenio pasado de Peña Nieto. Siendo opositor, López Obrador lo caracterizó como un ejemplo de la corrupción y decadencia del país.
En el contexto de lo ocurrido el jueves en Culiacán, el ahora Presidente dijo sobre la política que él mismo caracterizó como de exterminio: “Nosotros dejamos en claro desde el principio –está escrito en el Plan Nacional de Desarrollo– que íbamos a cambiar esa política absurda, inhumana e ineficaz, porque no dio resultados”. Muy bien. Sin embargo, se le olvidó a López Obrador mencionar que el martes de la semana pasada, dos días antes del operativo fallido para capturar al hijo de El Chapo Guzmán en Culiacán, un supuesto enfrentamiento entre el Ejército y civiles armados arrojó un saldo de 14 personas y un militar muertos en Tepochica, Guerrero.
El índice de letalidad de este evento es mayor a diez. De acuerdo al criterio de Chevigny, resulta muy sospechoso. Nuestro colega Héctor de Mauleón, experto en temas de seguridad, escribió en su columna del jueves pasado en El Universal que Tepochica podría haber sido la primera masacre del Ejército en tiempos de la Cuarta Transformación. “El Ejército aplicó la fuerza desde una lógica de guerra: está entrenado para enfrentar contextos de conflicto bélico y no funciones de seguridad pública. El resultado de esto ya lo conocemos. Lo hemos vivido durante años y se había asegurado que no volvería a ocurrir”.
Pero sucedió. Un día después de Tepochica, López Obrador informó en su conferencia matutina que fue “producto de una rutina de vigilancia de una patrulla del Ejército con un grupo, con una célula de presuntos delincuentes; y se encuentran frente a frente, le disparan a un cabo que va adelante con ametralladora, el que va encabezando el convoy, y lo hieren, él es el que al final pierde la vida; y él con la ametralladora, todavía herido, dispara y le quita la vida a los agresores. Ése es el informe que tengo, desde luego, la autoridad competente tiene que llevar a cabo la investigación”.
El Presidente un día dice una cosa y otro otra. Por un lado, justifica la alta letalidad del Ejército en un enfrentamiento y, por el otro, asegura que estas prácticas ya se terminaron en su gobierno. ¿A cuál de las dos versiones le creemos?
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DÍA CON DÍA/Héctor Aguilar Camín
Milenio
Vidas salvadas y muertes creadas
“No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas”, dijo el presidente López Obrador para justificar la liberación de Ovidio Guzmán en la inminencia de una batalla que hubiera producido muchas muertes.
No hay duda de que se evitaron muertes. No sabemos cuántas, como tampoco sabemos cuántas costará en el tiempo la libertad de Ovidio Guzmán.
Sabemos que Ovidio es parte del cártel más mortífero del narco mexicano. Según Guillermo Valdés, para 2013, a ese grupo podían atribuirse 67 por ciento de todas las muertes de la guerra del narco, más de 40 mil homicidios. (Historia del narcotráfico en México, Aguilar, 2013).
No sabemos cuántas debe Ovidio y cuántas deberá en el futuro. En todo caso, esta es precisamente la cuestión central que debe responder el Estado: cuál es la estrategia a seguir contra el crimen organizado que cuesta menos vidas.
Sabemos que la seguida hasta antes del actual gobierno no disminuyó sino disparó el número de muertes.
¿Cuál estrategia fue esa? Descabezar a los cárteles, capturar o matar a los jefes de las bandas grandes, para fragmentarlas y hacerlas más controlables. Han capturado o matado a prácticamente todos los capos de las bandas, y las bandas se han fragmentado, pero los muertos han subido antes que bajar y el crimen organizado se ha extendido por toda la República en la forma de hasta 280 pandillas locales, según la última cifra que recuerdo de Eduardo Guerrero.
Los grandes cárteles tampoco han desaparecido. El cártel de Sinaloa se disputa la hegemonía con el Jalisco Nueva Generación y la puja sangrienta es mayor que nunca.
El nuevo gobierno abandonó esa estrategia, el Presidente dijo que no sería su misión capturar capos, que su mensaje sería de paz, no de guerra.
Pero los muertos tampoco bajaron, su estrategia tampoco funcionó hasta ahora: debe cambiarla.
En todo caso, la captura de Ovidio Guzmán en Culiacán contradice la estrategia pregonada: la fuerza pública fue a capturar un cabecilla, en la lógica de la estrategia anterior.
Y produjo lo que la estrategia anterior: más violencia, y la desaparición por unas horas del Estado en Culiacán.
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TOUCHÉ/Alejandro Cacho
El Heraldo de México
Doble humillación a la 4T
Iván Archivaldo Guzmán López, hijo de El Chapo y hermano de Ovidio, también fue capturado por la Guardia Nacional.
Hace apenas unas horas, The New York Times reveló que Iván Archivaldo Guzmán López, hijo de El Chapo Guzmán y hermano de Ovidio, también fue capturado por elementos de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano en Culiacán, el jueves pasado.
De hecho, la primera versión esa tarde fue que Iván Archivaldo Guzmán había sido capturado o abatido por el Ejército. Minutos después, la versión cambió. Ya se hablaba de que “cayeron” los dos hermanos. Como casi siempre pasa en esos casos, la información caía en cascada, de manera imprecisa.
Finalmente, la primera versión oficial quedó en que Ovidio Guzmán López había sido detenido, casi por casualidad, en una casa por una patrulla del Ejército y la Guardia Nacional. Hago esta cronología porque la publicación de NYT revela también la serie de mentiras y omisiones en que incurrió Alfonso Durazo, secretario de seguridad pública y cabeza del gabinete de seguridad de la 4T.
The New York Times informó lo que el gobierno federal mexicano ocultó: que Iván Archivaldo Guzmán López fue localizado, retenido, capturado o como quiera llamarlo la 4T, junto a su hermano Ovidio.
El diario cita a un ex funcionario estadounidense y otra persona muy bien informadas del asunto.
Ambos confirmaron que la rápida respuesta de los sicarios de Iván Archivaldo sometió a los soldados mexicanos y logró liberarlo en pocos minutos. De inmediato, el hijo mayor de El Chapo asumió el mando de la operación para liberar a su hermano Ovidio. El diablo estaba suelto aquella tarde en Culiacán.
Alfonso Durazo Montaño mintió, porque no encontraron a Ovidio Guzmán López por casualidad. Ocultó que se trató de un operativo para capturarlo por una orden de aprehensión en su contra del gobierno de Estados Unidos.
Omitió que también fue capturado Iván Archivaldo Guzmán y que fue rescatado rápidamente por sus sicarios. Como en tiempos del neoliberalismo, tuvimos que enterarnos de ese pequeño detalle por un medio estadounidense.
No sólo eso. Alfonso Durazo aún tiene muchas explicaciones pendientes. ¿Quién planeó el operativo? ¿Quién falló en su ejecución? ¿Se utilizó información de inteligencia? ¿Por qué no se diseñó y ejecutó una estrategia de salida? ¿Por qué no se desplegó apoyo por tierra y aire? ¿Por qué no se bloquearon las señales celulares para dificultar la comunicación de los narcotraficantes?
La periodista Lourdes Mendoza dió a conocer que el hijo de Alfonso Durazo, Alfonso Durazo Chávez, fue compañero de generación de Ovidio Guzmán López en un colegio fifí.
El secretario de Seguridad Pública ha guardado silencio.
Lo mejor de todo es que Culiacán recobró la normalidad. Se reanudarán las clases y el transporte público. Los negocios reabrieron y la gente volvió a sus trabajos. El gobernador Quirino Ordaz realizó distintos recorridos y eventos públicos.
La vida debe seguir.
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JAQUE MATE/Sergio Sarmiento
Reforma
Humano o débil
"Ni perdón ni Ovidio". Alarcón, caricaturista.
Puede entenderse que un gobierno débil -y México siempre ha sufrido gobiernos débiles- tome decisiones pragmáticas que no son las óptimas.
Evitar una matanza es una buena razón para hacerlo, aunque esto signifique liberar a un peligroso criminal. Lo que no tiene mucho sentido es enorgullecerse de esta debilidad y afirmar que la decisión ha sido muy humana.
"Acabamos de tomar una decisión muy difícil, pero muy humana, en el conflicto de Culiacán, Sinaloa -declaró el presidente Andrés Manuel López Obrador el 20 de octubre-. No nos importa que los conservadores, autoritarios, quieran que se gobierne de otra manera".
Sin embargo, quienes tomaron la decisión de liberar a Ovidio Guzmán, el hijo de El Chapo, cometieron un delito. El artículo 150 del Código Penal Federal establece una sanción de "seis meses a nueve años de prisión al que favoreciere la evasión de algún detenido, procesado o condenado.
Si el detenido o procesado estuviese inculpado por delito o delitos contra la salud, a la persona que favoreciere su evasión se le impondrán de siete a quince años de prisión...
Si quien propicie la evasión fuese servidor público, se le incrementará la pena en una tercera parte... Además, será destituido de su empleo y se le inhabilitará para obtener otro durante un período de ocho a doce años".
El único funcionario que ha sido destituido y que está siendo investigado por los hechos de Culiacán, no obstante, es Eduardo Bailleres Mendoza, quien fue despedido de su cargo como director del penal de Aguaruto de Culiacán por la fuga de 55 reos el 17 de octubre. Parece injusto.
Las decisiones pragmáticas que no se ajustan a la ley suelen tener costos elevados.
La liberación de Ovidio, por ejemplo, manda un mensaje no solo al Cártel de Sinaloa sino a otros grupos criminales que la mejor forma de liberar a sus jefes cuando son detenidos es pegar de balazos y quemar vehículos para bloquear avenidas y carreteras.
Ningún capo importante podrá ya ser detenido en México.
Preocupa también el mensaje de que la ley solo se aplica en ciertos casos y a determinadas personas.
Muchísima gente está detenida en nuestro país por acusaciones diversas, incluso antes de ser juzgada.
El Congreso ha aprobado además modificaciones legales que convierten por decreto en miembros del crimen organizado a contribuyentes acusados de evasión fiscal por más de 7.8 millones de pesos.
A estos se les despojará de sus garantías individuales y de la presunción de inocencia: se les congelarán las cuentas bancarias, se les decretará prisión preventiva oficiosa y se les confiscarán sus bienes antes de empezar el juicio.
En México a los verdaderos criminales se les libera, pero a los contribuyentes se les castiga severamente ante una simple acusación.
Un gobernante siempre tendrá que tomar decisiones difíciles.
Había argumentos a favor y en contra de la liberación de Ovidio tras su detención.
Entiendo que cuando un gobernante depende de un Estado débil debe hacer concesiones a la realidad si quiere evitar pérdidas de vidas.
Pero esta no es una decisión humanista ni puede ser la base de una estrategia que nos permita esperar que pronto se resolverá el reto que representa el crimen organizado.
Es, en todo caso, una decisión pragmática forzada por la debilidad de las instituciones, pero que lleva a una situación problemática en la que el gobierno tendrá que decidir constantemente a quiénes aplicará la ley y a quiénes dejará vivir en la impunidad.
No hay panorama que genere mayor incertidumbre, sobre todo a quienes quieren vivir en un real Estado de derecho.
JUSTICIA PARCIAL
Ovidio Guzmán fue liberado por las amenazas del Cártel de Sinaloa. Rosario Robles sigue en la cárcel a pesar de que no se ha iniciado el juicio en su contra. No parece que se esté sirviendo la causa de la justicia.
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Posisionamieto del general LUIS CRESENCIO SANDOVAL, SECRETARIO DE LA DEFENSA NACIONAL:
El grupo responsable de esta acción policiaca, en su afán de obtener resultados positivos, actuó de manera precipitada, con deficiente planeación, así como falta de previsión sobre las consecuencias de la intervención, omitiendo además obtener el consenso de sus superiores, es decir, del Gabinete de Seguridad.
"Los efectos negativos de esta acción precipitada y mal planeada tuvieron consecuencias en la población civil.”
Insistió que fue un operativo precipitado en el que no se consideró la reacción de los delincuentes (…) iban entre 30 y 35 elementos de la Policía Federal Ministerial, División Antidrogas y personal militar.
ALFONSO DURAZO, SECRETARIO DE SEGURIDAD Y PROTECCIÓN CIUDADANA:
"Esto tampoco nos lleva a hablar de un sistema fallido, pero sí a hablar de que todo el aparato de administración, procuración de justicia, ha sido históricamente deficiente y corrupto. Y no podemos negarlo, y frente a esa realidad nos estamos enfrentando.
No buscamos enlutar hogares, sino resarcir el desgarrado tejido social, no vamos a regresar al tiempo de las masacres generalizadas… Vamos a acatar el desafío de la paz, pero no convirtiendo a México en un cementerio mayor al que ha sido.
Más tarde a las 11 horas.... Se anuncia que a las 14 horas la familia Guzmán agradecerá en público al presidente por la liberación de Ovidio Guzman...
#
Más tarde el Presidente emitió el siguiente tuit:
@lopezobrador_
Con dedicatoria a los soldados de México:
La política no es un fin, la Revolución no es un fin: son medios para hacer hombres a los hombres. Nada es sagrado excepto el hombre. Hay algo frágil, débil, pero infinitamente precioso, que todos debemos defender: la vida. Felipe Ángeles10:10 a. m. · 18 oct. 2019·
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Ese día la presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Angélica Rojas, dijo que el Presidente Andrés Manuel López Obrador debe dar una explicación al Congreso de lo sucedido en el operativo en Culiacán y valorar si es necesaria la separación de los integrantes del Gabinete de Seguridad.
"El primer responsable de las acciones de políticas públicas de todas las materias es el Presidente de la República y él es el que tiene que valorar si su equipo está haciendo bien o no está haciendo bien el trabajo", dijo.
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AMLO...
Sábado 19 de octubre, habla el Presidente desde San Juan Bautista, Cuicatlán, Oaxaca.
“...Miren, antier como a esta hora estaba la situación caliente, caliente en Culiacán, Sinaloa. ¿Saben?, si no se hubiese actuado como se decidió actuar, hubiesen perdido la vida muchos mexicanos, iba a haber una masacre.
Hay algunos que nos critican porque tomamos esta decisión, pero lo más importante es la vida de los seres humanos y la vida hasta de los que están en malos pasos, la vida de los soldados porque el soldado es pueblo uniformado, y la vida de inocentes, de población civil, que estaba ahí atrapada entre dos fuegos.
Iba a ser una masacre y decidimos evitar eso porque nosotros ya no vamos a continuar queriendo apagar el fuego con el fuego. La violencia no se puede enfrentar con la violencia, al mal hay que enfrentarlo haciendo el bien, la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia.
Y la gente es buena, el pueblo es de buen corazón. No es cierto que el mexicano, el ser humano sea malo por naturaleza, son las circunstancias las que llevan a algunos a tomar el camino de las conductas antisociales.
Pero si se cambian las cosas y todos actuamos con principios, con ideales, con honestidad, si aplicamos esa frase histórica, filosófica del amor al prójimo, si se lleva eso a la práctica y nos queremos cada vez más y somos fraternos, si fortalecemos nuestros valores culturales, morales, espirituales, se va a tener una sociedad mejor en México, por nosotros y por los que vienen detrás de nosotros, nuestros hijos, nuestros nietos, las próximas, las futuras generaciones.
A mí me dio mucho gusto estar aquí en Cuicatlán con ustedes, aquí en el INI.
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@lopezobrador_
Recibí llamada del presidente Trump expresando su solidaridad por los hechos de Culiacán. Le agradezco el respeto a nuestra soberanía y su voluntad por mantener una política de buena vecindad, sustentada en la cooperación para el desarrollo y el bienestar de nuestros pueblos.
Imagen
10:14 a. m. · 19 oct. 2019·Twitter for iPhone
Sin hacer acusaciones directas señalan a los mandos civiles como responsables del fracasó en el operativo Culiacán...
Los militares y marinos así como los policías hoy se están jugando la vida, hoy lo apostaron todo por todos. En ellos no recae la deshonra, ellos no tienen porque (sic) bajar la cabeza, ellos sí tienen motivo para ver de frente a su pueblo. Ver a su gente a los ojos y decirles que ellos sí cumplieron con su deber”, se lee en la grabación.
El video de apenas 1 minuto con dos segundos de duración recopila grabaciones conocidas en redes sociales del pasado jueves en Culiacán, Sinaloa, y es acompañado de un breve texto.
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Domingo 20 de octubre de 2019...
Tomamos decisión humana en Culiacán
Acabamos de tomar una decisión muy difícil, pero muy humana en el conflicto en Culiacán, Sinaloa. Decidimos primero la vida de los seres humanos, no la violencia. La paz, la tranquilidad, no la discordia, no el odio, no la violencia. La hermandad, el amor al prójimo, esa es la filosofía, esa es la doctrina de este gobierno.
No nos importa que los conservadores, los autoritarios, quieran que se gobierne de otra manera. Ya ellos lo hicieron y no dio resultados; al contrario, enlutaron a México, convirtieron a México en un cementerio. Esa estrategia de querer apagar el fuego con el fuego, de enfrentar la violencia con la violencia nunca más, jamás vamos nosotros reprimir al pueblo de México.
Y quiero agradecerle al Ejército Nacional, a los soldados, que es pueblo uniformado por la manera en que nos están ayudando para no utilizar la fuerza, porque podemos resolver los problemas mediante el diálogo, mediante el acuerdo, no con lo irracional del uso de la fuerza. La paz y la tranquilidad son frutos de la justicia.
¿Cuál es el ideal que tenemos?, ¿cuál es el sueño que tenemos?
Que cuando todos tengan trabajo, cuando todos los mexicanos tengan bienestar, cuando sean atendidos todos los jóvenes, que no se queden los niños sin posibilidad de estudiar, cuando haya justicia, vamos a serenar a México, va a haber paz y va a haber tranquilidad en nuestro país. Esa es nuestra filosofía.
(....)
Me da mucho gusto estar aquí ahora con ustedes en Oaxaca. Nos vamos a seguir encontrando, voy a seguir recorriendo todas las regiones de Oaxaca.
Y como siempre lo digo, vamos a atender a todos, vamos a escuchar a todos, vamos a respetar a todos, pero le vamos a dar preferencia a la gente humilde. Por el bien de todos, primero los pobres, porque somos humanos, muy humanos.
"Los efectos negativos de esta acción precipitada y mal planeada tuvieron consecuencias en la población civil.”
Insistió que fue un operativo precipitado en el que no se consideró la reacción de los delincuentes (…) iban entre 30 y 35 elementos de la Policía Federal Ministerial, División Antidrogas y personal militar.
ALFONSO DURAZO, SECRETARIO DE SEGURIDAD Y PROTECCIÓN CIUDADANA:
"Esto tampoco nos lleva a hablar de un sistema fallido, pero sí a hablar de que todo el aparato de administración, procuración de justicia, ha sido históricamente deficiente y corrupto. Y no podemos negarlo, y frente a esa realidad nos estamos enfrentando.
No buscamos enlutar hogares, sino resarcir el desgarrado tejido social, no vamos a regresar al tiempo de las masacres generalizadas… Vamos a acatar el desafío de la paz, pero no convirtiendo a México en un cementerio mayor al que ha sido.
Más tarde a las 11 horas.... Se anuncia que a las 14 horas la familia Guzmán agradecerá en público al presidente por la liberación de Ovidio Guzman...
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Más tarde el Presidente emitió el siguiente tuit:
@lopezobrador_
Con dedicatoria a los soldados de México:
La política no es un fin, la Revolución no es un fin: son medios para hacer hombres a los hombres. Nada es sagrado excepto el hombre. Hay algo frágil, débil, pero infinitamente precioso, que todos debemos defender: la vida. Felipe Ángeles10:10 a. m. · 18 oct. 2019·
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Ese día la presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Angélica Rojas, dijo que el Presidente Andrés Manuel López Obrador debe dar una explicación al Congreso de lo sucedido en el operativo en Culiacán y valorar si es necesaria la separación de los integrantes del Gabinete de Seguridad.
"El primer responsable de las acciones de políticas públicas de todas las materias es el Presidente de la República y él es el que tiene que valorar si su equipo está haciendo bien o no está haciendo bien el trabajo", dijo.
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AMLO...
Sábado 19 de octubre, habla el Presidente desde San Juan Bautista, Cuicatlán, Oaxaca.
“...Miren, antier como a esta hora estaba la situación caliente, caliente en Culiacán, Sinaloa. ¿Saben?, si no se hubiese actuado como se decidió actuar, hubiesen perdido la vida muchos mexicanos, iba a haber una masacre.
Hay algunos que nos critican porque tomamos esta decisión, pero lo más importante es la vida de los seres humanos y la vida hasta de los que están en malos pasos, la vida de los soldados porque el soldado es pueblo uniformado, y la vida de inocentes, de población civil, que estaba ahí atrapada entre dos fuegos.
Iba a ser una masacre y decidimos evitar eso porque nosotros ya no vamos a continuar queriendo apagar el fuego con el fuego. La violencia no se puede enfrentar con la violencia, al mal hay que enfrentarlo haciendo el bien, la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia.
Y la gente es buena, el pueblo es de buen corazón. No es cierto que el mexicano, el ser humano sea malo por naturaleza, son las circunstancias las que llevan a algunos a tomar el camino de las conductas antisociales.
Pero si se cambian las cosas y todos actuamos con principios, con ideales, con honestidad, si aplicamos esa frase histórica, filosófica del amor al prójimo, si se lleva eso a la práctica y nos queremos cada vez más y somos fraternos, si fortalecemos nuestros valores culturales, morales, espirituales, se va a tener una sociedad mejor en México, por nosotros y por los que vienen detrás de nosotros, nuestros hijos, nuestros nietos, las próximas, las futuras generaciones.
A mí me dio mucho gusto estar aquí en Cuicatlán con ustedes, aquí en el INI.
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@lopezobrador_
Recibí llamada del presidente Trump expresando su solidaridad por los hechos de Culiacán. Le agradezco el respeto a nuestra soberanía y su voluntad por mantener una política de buena vecindad, sustentada en la cooperación para el desarrollo y el bienestar de nuestros pueblos.
Imagen
10:14 a. m. · 19 oct. 2019·Twitter for iPhone
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Ese día las fuerzas federales defienden su actuación en CuliacánSin hacer acusaciones directas señalan a los mandos civiles como responsables del fracasó en el operativo Culiacán...
Los militares y marinos así como los policías hoy se están jugando la vida, hoy lo apostaron todo por todos. En ellos no recae la deshonra, ellos no tienen porque (sic) bajar la cabeza, ellos sí tienen motivo para ver de frente a su pueblo. Ver a su gente a los ojos y decirles que ellos sí cumplieron con su deber”, se lee en la grabación.
El video de apenas 1 minuto con dos segundos de duración recopila grabaciones conocidas en redes sociales del pasado jueves en Culiacán, Sinaloa, y es acompañado de un breve texto.
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Domingo 20 de octubre de 2019...
Tomamos decisión humana en Culiacán
Acabamos de tomar una decisión muy difícil, pero muy humana en el conflicto en Culiacán, Sinaloa. Decidimos primero la vida de los seres humanos, no la violencia. La paz, la tranquilidad, no la discordia, no el odio, no la violencia. La hermandad, el amor al prójimo, esa es la filosofía, esa es la doctrina de este gobierno.
No nos importa que los conservadores, los autoritarios, quieran que se gobierne de otra manera. Ya ellos lo hicieron y no dio resultados; al contrario, enlutaron a México, convirtieron a México en un cementerio. Esa estrategia de querer apagar el fuego con el fuego, de enfrentar la violencia con la violencia nunca más, jamás vamos nosotros reprimir al pueblo de México.
Y quiero agradecerle al Ejército Nacional, a los soldados, que es pueblo uniformado por la manera en que nos están ayudando para no utilizar la fuerza, porque podemos resolver los problemas mediante el diálogo, mediante el acuerdo, no con lo irracional del uso de la fuerza. La paz y la tranquilidad son frutos de la justicia.
¿Cuál es el ideal que tenemos?, ¿cuál es el sueño que tenemos?
Que cuando todos tengan trabajo, cuando todos los mexicanos tengan bienestar, cuando sean atendidos todos los jóvenes, que no se queden los niños sin posibilidad de estudiar, cuando haya justicia, vamos a serenar a México, va a haber paz y va a haber tranquilidad en nuestro país. Esa es nuestra filosofía.
(....)
Me da mucho gusto estar aquí ahora con ustedes en Oaxaca. Nos vamos a seguir encontrando, voy a seguir recorriendo todas las regiones de Oaxaca.
Y como siempre lo digo, vamos a atender a todos, vamos a escuchar a todos, vamos a respetar a todos, pero le vamos a dar preferencia a la gente humilde. Por el bien de todos, primero los pobres, porque somos humanos, muy humanos.
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Conferencia de prensa de López Obrador, lunes 21 de octubre, 2019
Preguntas y respuestas...
-En otro tema, presidente, si me lo permite, con relación a lo que ocurrió en Culiacán este jueves negro para todo México.
¿Cuál es el compromiso del presidente de la República mexicana frente a la sociedad? ¿Usted se compromete a detener a estos criminales? ¿Ofrecerá recompensa o les pedirá que dejen las armas y se entreguen voluntariamente?
Y me gustaría saber si… ¿Cuándo va a usted a ir a Culiacán a darles un mensaje a la ciudadanía que vivió lo que pueda ser…? criminales que rayan en el terrorismo.
A estos niños que vimos en las imágenes, ¿qué les va a decir?, este mensaje de solidaridad.
Hoy no pueden ni siquiera a tomar un helado en las calles porque se materializó lo que todos sabemos. El crimen está ahí, el jueves lo vimos ahí, y su capacidad.
Y saber si el señor Durazo o Audamaro le han presentado acaso la renuncia.
¿Y cuál ha sido el papel del Ministerio Público, del representante social? Estos operativos son acompañados, con encabezados por un representante social, es decir el Ministerio Público, la fiscalía.
¿Cuál es el documento legal, la figura jurídica que se está tomando en estos momentos para esclarecer todo lo que pasó este jueves pasado?
PRESIDENTE: Pues ya vámonos a lo general, porque ya se abrió el tema.
Miren, aprovecho para informar a todos los mexicanos, y de manera especial a los sinaloenses y al pueblo de Culiacán, que tomamos la decisión de evitar la confrontación, evitar el que se siguiera llevando a cabo esta violencia el jueves por la tarde; y que el propósito de detener esta acción fue el de salvar vidas, el de evitar una masacre.
Teníamos la información de lo que estaba sucediendo, una situación bastante compleja, delicada, y no podíamos arriesgar la vida de las personas por la detención de un presunto delincuente. Nosotros no vamos nunca a optar por la guerra, por la confrontación, por el uso de la fuerza, lo que nos importa es la vida de las personas.
Nuestros adversarios, los conservadores, corruptos, que se padecieron en los pasados gobiernos aplicaron una política de confrontación y de violencia para supuestamente garantizar la paz y la tranquilidad.
Y esa política insensata, inhumana, produjo más violencia, mucho sufrimiento, masacres. Había hasta la decisión de arrasar, de exterminar; y lo muestran así los datos de letalidad, de cómo fueron más siempre los muertos que los heridos y los detenidos.
Nosotros dejamos en claro desde el principio -está escrito en el Plan Nacional de Desarrollo- que íbamos a cambiar esa política absurda, inhumana e ineficaz, porque no dio resultados.
El caso de Culiacán sirvió en ese sentido para confrontar los dos modelos. Gritaban los conservadores irresponsables, que callaron siempre como momias cuando se masacraba a la población, ahora gritaban y gritaban que querían violencia, que era necesario mostrar los pantalones, porque son supuestamente muy valientes, pero con los pantalones de otros.
Y decidimos no arriesgar la vida de la gente. Fue una decisión que tomó el Gabinete de Seguridad y yo la avalé, porque un gobernante, un dirigente puede poner en riesgo su vida, pero no tiene el derecho de poner en riesgo la vida de los demás.
Va a pasar el tiempo y la gente de Culiacán, de Sinaloa, va a poder juzgar si se hizo bien o se hizo mal. Yo tengo mi conciencia tranquila y sé que actuamos de manera correcta; y vamos a seguir atendiendo las causas que originan la violencia.
No se puede apagar el fuego con el fuego, no se puede enfrentar la violencia con la violencia, no se puede enfrentar al mal con el mal. La estrategia nuestra es que a nadie le falte lo indispensable para vivir: que haya trabajo, que haya buenos ingresos, que haya bienestar, que se atienda a los jóvenes y que así se consiga una sociedad mejor para que se vaya aislando la violencia.
Que los grupos que se dedican a actividades ilícitas queden aislados. Así como están quedando aislados los corruptos, los políticos que se dedicaban a saquear y que ya no tienen forma de robar, ni quisiera el respaldo de los ciudadanos porque se les ve con malos ojos, así también hay que ir aislando a la llamada delincuencia organizada, que no sea motivo de prestigio el pertenecer a una banda de delincuentes. Pero esto es un proceso, lleva tiempo.
Yo creo que lo del jueves por la tarde demostró que hay un cambio verdadero y vamos a fundamentar el porqué se actúa de esta manera, de esta forma.
Y estoy dispuesto a comparecer, porque se dio a conocer que van a presentar o ya presentaron una denuncia en contra mía los dirigentes del PAN, los que son partidarios del uso de la fuerza, los que con su estrategia convirtieron al país en un cementerio. Entonces, sí me gustaría ir a comparecer ante la autoridad, si lo solicita la autoridad competente, para ir a dar a conocer, para exponer mis razones del por qué no a la violencia.
INTERLOCUTORA: En el caso de…
PRESIDENTE: Sí, en todos los casos se tiene que castigar a presuntos delincuentes, se tiene que detener a presupuestos delincuentes, pero lo más importante es cuidar la vida de las personas.
INTERLOCUTORA: A propósito de que usted dice que está dispuesto a comparecer en esta denuncia que usted mencionaba.
Yo no me refería a esa denuncia, yo me refería a la forma en la que estos operativos siempre se llevan a cabo dentro del proceso tradicional penal y el nuevo sistema acusatorio.
El representante social, es decir, el Ministerio Público siempre está presente en este tipo de operativos, se entere o no al presidente, se entere o no al secretario de Seguridad Pública.
¿Qué pasó?, ¿qué levantó?, ¿un acta, una denuncia, el Ministerio Público en este operativo?
Porque han pasado varios días, varias horas y el fiscal general de la República ha guardado silencio en una situación que vimos todos, fue de seguridad nacional.
Y nada más aclarar, ¿quién cuida las instalaciones de los familiares de los militares?, ¿Seguridad Pública, seguridad privada o son los propios militares?
Gracias, presidente.
PRESIDENTE: En algunos casos los propios militares, en otros casos se contrata el servicio, porque se considera que son unidades seguras, protegidas y en su momento… hoy mismo vamos a informar sobre el procedimiento legal de lo que estás planteando.
INTERLOCUTORA: Una detención como tal, una retención y después liberación.
Por eso es mi pregunta.
¿Sí lo van a detener al señor Ovidio?
PRESIDENTE: Si existe la orden de presentación, desde luego, y una orden de extradición; siempre y cuando, repito, no se ponga en riesgo a la población, que se cuida la vida de las personas.
INTERLOCUTORA: ¿Qué hay de las renuncias con Audomaro y Durazo?, ¿le han presentado la renuncia?
PRESIDENTE: No, no, no, eso es…
INTERLOCUTORA: Es una pregunta.
PRESIDENTE: Eso es lo que quisieran nuestros adversarios, los conservadores.
En vez de actuar con responsabilidad, porque estaba de por medio la vida de la gente, azuzaron, hasta expresidentes gritando, pidiendo mano dura, violencia, que respondiéramos así, con violencia, como lo hacían ellos, mostrar trofeos que no resolvían para nada el problema de fondo, que es garantizar la paz y la tranquilidad.
Fue una tarde-noche muy difícil, de crisis el jueves a partir de las tres de la tarde. Ya para la noche ya tenía yo la información de que había pasado lo peor, lo difícil; y ya se empezó a normalizar la situación en Culiacán, se vuelve a la normalidad, que era lo que nos importaba.
Pero hubo en este tiempo una campaña hasta irracional en medios de nuestros adversarios, algo fuera de lo normal. Pensaron que era el momento de afectarnos políticamente. Yo siempre creo mucho en la sabiduría de la gente y sé que la mayoría de los mexicanos aprobó la decisión del gobierno.
Imagínense, esos mismos que gritaban como pregoneros que había que usar la fuerza y que tenían que mostrarse que había pantalones, en esa concepción machista, como si gobernar un país fuese el equivalente a actuar como encargado de un cuartel o ser un represor. Quien gobierna un país tiene que cuidar la vida de todos, más que nada ese es su propósito principal, cuidar la vida de las personas.
Pero imagínense si se continúa con el operativo y se hubiese perdido la vida de muchos, porque esa fue la valoración que se hizo, muchos iban a perder la vida, y además gente inocente, población civil, no sólo los delincuentes, que son seres humanos, los soldados, que los tenemos que proteger, que los tenemos que cuidar, sino civiles.
Hoy, a pesar de que tú me estás preguntando de esta manera, no es tan fuerte, tan contundente tú planteamiento, ¿cómo me estarías preguntando hoy si hubiese habido una masacre?
Entonces, no estarían hablando de la renuncia a lo mejor de Audamaro y de Durazo, sino de la renuncia del presidente.
Entonces, independientemente de eso, que si fue bueno o malo, si nos afecta o nos beneficia políticamente, si se tiene que renunciar o no se tiene que renunciar, aquí lo más importante es tener la conciencia tranquila, y saber que se actúa con humanismo, eso es lo más importante.
PREGUNTA: Gracias, señor presidente. Carlos Montesinos, de La Hoguera. Señores funcionarios, buen día a todos.
Entonces, nada más nos queda claro cuáles fueron las motivaciones para dejar en libertad a Ovidio Guzmán.
De acuerdo con el canciller Marcelo Ebrard, se estima que se habrían perdido más de 200 vidas civiles en Culiacán el jueves pasado.
Pero también el Gabinete de Seguridad reconoció en conferencia de prensa, tanto el secretario Alfonso Durazo, como el general Luis Cresencio Sandoval, que se trató de un operativo precipitado, que subestimaron las capacidades del cártel de Sinaloa y fue al fin y al cabo esta acción lo que puso al gobierno en la disyuntiva entre elegir entre capturar al hijo del ‘Chapo’ Guzmán, o arriesgar la vida de los ciudadanos.
Entonces, para que quede claro, ¿no va a haber una sanción al interior a quienes hayan ordenado este accionar de esta manera que puso al gobierno entre la espada y la pared?
PRESIDENTE: Sí, se está haciendo una revisión, el secretario de la Defensa está haciendo una evaluación. Ellos reconocieron, en efecto, de que fue una acción precipitada, no previeron lo suficiente, no actuaron con precaución. Entonces, se está haciendo una revisión de este tema.
Lo importante es que, al cometerse este error de falta de preparación del operativo, se tomó la decisión de detenerlo, porque en otros tiempos era -aunque hubiesen- decían, daños colaterales.
Hubo un presidente que así lo expresó: ‘Van a haber daños colaterales, pero van a haber buenos resultados’, y realmente sólo hubo daños colaterales y no buenos resultados.
Entonces, sí son dos partes: que se tiene que investigar y analizar la falla del operativo, y lo otro, la decisión que se tomó, que fue acertada, de detener la acción para evitar pérdidas de vidas humanas.
(...)
INTERLOCUTOR: Presidente y mi segunda pregunta y última es Culiacán, es obligado.
¿No será que tiene el enemigo casa, presidente?, ¿que le estén ocultando información?, porque una mentira tras otra.
Hay una mentira más al parecer, porque las benditas redes sociales refieren que Ovidio no estaba dentro de un domicilio, estaba en una marisquería y había comensales con menores de edad.
¿Sabía usted que el hijo de Alfonso Durazo también fue compañero de primaria, hasta sexto año de primaria de Ovidio?, ¿tenía esa información?, ¿tiene la información que en este operativo habrían participado agentes de la DEA?, ¿sabían del encuentro del gobernador de Sinaloa semanas anteriores con el titular de la DEA?
Estos temas, presidente.
PRESIDENTE: No me gusta la especulación, no hago conjeturas. Yo procuro tener información de primera y la tengo; y no permito que nadie me manipule, no me comparen, porque eso sí calienta.
No es de que hacen las cosas y yo no me entero, o yo delego funciones y usted haga lo que quiera. No.
El presidente de México tiene información y sabe muy bien todo lo que está sucediendo y toma las decisiones que corresponden para garantizar la vida de los mexicanos y el bienestar de los mexicanos.
INTERLOCUTOR: ¿Mete las manos al fuego por sus secretarios del Gabinete de Seguridad?
PRESIDENT: Sencillamente tengo información y nada de lo que usted está planteando es de mi conocimiento, así nada más.
En las redes sociales, las benditas redes sociales, hay muchas cosas, pero yo prefiero que haya excesos de información en las redes sociales a que no haya información como era antes, porque antes controlaban a los medios casi a todos y era un silencio cómplice.
Ahora no, ahora hay muchísima información, nada más hay que saber cuál información es objetiva, cuál no y qué información tiene un propósito básicamente político electoral.
Los medios, que fingen que son independientes cuando no son más que voceros de grupos de intereses creados, nada más que disfrazan de independientes; y luego hasta se enojan porque les decimos que representan al conservadurismo, representan a lo que se padeció, representan a la corrupción. Esos medios que ahora son opositores a nuestro gobierno, fueron los alcahuetes, fueron los que se dedicaron a quemar incienso a apoyar a los que saquearon al país y nunca se decía nada.
Por ejemplo, en esto de la violencia, imagínense cuántas matanzas, cuántas masacres, ¿y había información?, no, se callaba todo, violaciones de derechos humanos. Si por eso es que se dio la orden de exterminar, se llegó a decir, los encargados de los operativos, que había la orden de arriba de limpiar, porque arriba se encargaban de los derechos humanos; o sea, libertad para reprimir. Eso ya no hay, eso ya no existe, por eso, quisieran que nosotros regresáramos a lo mismo.
Imagínense si el jueves hubiese habido muchos muertos, ¿cómo estaríamos? Era frenar un proceso de transformación, era detener la posibilidad de un cambio verdadero en el país.
INTERLOCUTOR: Por eso, ¿le estaban poniendo un cuatro a usted, presidente?
PRESIDENTE: Pero si fue esa la intención, como dicen los abogados, aceptando sin conceder, nos hicieron lo que el viento a Juárez. Punto.
(...)
PRESIDENTE: Bueno, pues vamos a dejarlo hasta aquí, mañana le seguimos.
Mañana ya no van a haber programas ni este gusto que tuvimos hoy de entregar los premios. Felicidades a los jóvenes, a las mujeres, a los hombres, a los jóvenes que obtuvieron estos premios, sí, un abrazo cariñosísimo de parte de nosotros.
Y ya mañana, si les parece, a los que quieren más sobre Culiacán, va a ser mañana sólo preguntas y respuestas, si les parece, para desahogar bien el tema.
PREGUNTA: … con el Embajador de Estados Unidos en México va a ser a las 10 de la mañana.
PRESIDENTE : Mañana platicamos ya sobre todo ese tipo de cosas, sí, o sea, todo lo dedicamos mañana a eso, a Culiacán.
Y desde ahora decir, porque esto es lo más importante, no sólo la nota roja o el amarillismo, lo más importante es que en Culiacán hay normalidad, se empezó a normalizar desde el viernes, el sábado, el domingo, incluso hubo juegos de béisbol. Hoy el informe que tengo es que hay normalidad....
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Conferencia de prensa de López Obrador, martes 22 de octubre, 2019
PREGUNTA: Buenos días, presidente. Alberto Rodríguez, de SDP Noticias.
Volviendo al tema de Culiacán, que sigue estando, digamos, muy en boga.
Quiero preguntarle si usted supo directamente, previo al operativo, que iban a ir por Ovidio Guzmán, si el secretario de Seguridad Pública se lo hizo saber, si alguien en la Sedena se lo hizo saber; y para el caso, si estos dos personajes sabían del operativo previo a que se llevara a cabo. Eso por un lado.
Y, por otro lado, ayer lo había adelantado, ¿pero sigue en pie la detención de Ovidio Guzmán?, es decir, ¿la llegada de estos militares de élite a Culiacán significa que en los próximos días van a volver a intentarlo?
PRESIDENTE: Mire, son acciones que lleva a cabo la Secretaría de la Defensa, es un grupo de investigación que viene haciendo estos operativos de tiempo atrás. Informan en la Secretaría de la Defensa.
En mi caso, yo lo que recomiendo es cuidar las vidas, que no se violen derechos humanos. Pero les diría que es de rutina el que si hay órdenes de aprehensión, de presentación, de extradición, se aplique. Es como cuando me presentan denuncias o informes sobre presuntos casos de corrupción, ya saben que en automático debe de procederse. Entonces, esto se venía haciendo.
Yo no estaba informado, no me informan en estos casos porque hay una recomendación general, hay un lineamiento general que se aplica, le tengo mucha confianza al secretario de la Defensa.
INTERLOCUTOR: ¿Y en Defensa o en la Secretaría de Seguridad Ciudadana sí tenían conocimiento operativo previo a que se llevara a cabo?
PRESIDENTE: Yo creo que tenía conocimiento la Secretaría de la Defensa desde luego, porque hay mandos, no sé en particular, creo que sí debe de haber tenido, existe este equipo que ha venido trabajando de tiempo atrás sobre este propósito.
Lo que sí es que cuando me enteré que se había generado este conflicto y me informan, y les pido que se reúnan y que tomen una decisión, me presentan su propuesta y yo la avalo, que eso era lo mejor. Y por eso se llevaron a cabo las cosas.
¿Qué otra cosa preguntaste?
INTERLOCUTOR: Sobre si en los próximos días van a volver intentar agarrar a Ovidio o…
PRESIDENTE Sí, no puede haber impunidad, nada más que hay que cuidar a la población, no debe de haber los llamados daños colaterales. Y para eso la inteligencia, más que la fuerza.
INTERLOCUTOR: ¿Falló este operativo?
PRESIDENTE: Sí, lo reconoció el propio secretario de la Defensa, no previeron lo suficiente, o sea, eso ya se dijo.
PREGUNTA: Gracias. Presidente Shaila Rosagel, corresponsal de Grupo Healy, El Imparcial, La Crónica y Frontera de Tijuana.
Sobre el mismo tema de Culiacán, se reconoció que fue un operativo fallido por la falta de planeación y porque se precipitaron.
¿Qué acciones va a tomar o está tomando para que no vuelva a suceder algo así?, o sea, para que se vuelva a tomar una decisión de esta forma y sobre todo, presidente, para evitar que un grupo criminal amague al gobierno con los civiles, como ocurrió con el caso de Culiacán.
¿Qué decisiones está tomando en concreto en el Gabinete de Seguridad? ¿Qué les está diciendo?
Esa sería la primera.
PRESIDENTE: Se aprende, sobre todo en las crisis.
Y yo creo que están haciendo una revisión, yo lo pedí, que se hiciera una evaluación sobre la forma en que se llevó a cabo este operativo.
Y lo que me interesa mucho es que no nos salgamos del propósito de evitar pérdidas de vidas humanas, no queremos derramamiento de sangre, no queremos eso de nadie; nos duele también la pérdida de la vida de un presupuesto delincuente, no somos ajenos al dolor que produce el fallecimiento de cualquier persona. No es buenos y malos, no es una actitud maniquea, o sea, es en general seres humanos. Entonces, cuidar que no se pierdan vidas.
El propósito nuestro en materia de seguridad es reducir la incidencia delictiva, que bajen los homicidios, que bajen los robos, que bajen delitos como el secuestro, el robo de vehículos, el que la gente esté segura, que no le roben en sus casas, en el transporte. Eso es lo que más nos importa.
Antes lo principal era ver qué personaje famoso era detenido. No quiere decir que eso no se vaya a hacer, pero no es para nosotros lo fundamental; para nosotros lo fundamental es garantizar la seguridad pública, cuidar a la gente, no operativos para que se cuelguen medallas. No nos importa tanto eso, lo que nos importa es la seguridad del ciudadano, o sea, son distintas las prioridades.
Por eso no nos afecta, lo digo sinceramente; y me siento hasta bien, después de una situación como la de Culiacán, el haber avalado la decisión de suspender ese operativo, que pudo causar la pérdida de mucha gente. Y lo de menos es lo político.
Vamos a suponer que hay una masacre y los opositores logran articular un movimiento para pedir mi renuncia. Pues me voy, sí, pero ¿cómo me voy? No derrotado porque dejé de ser presidente, sino derrotado moralmente por haber dado una orden equivocada. Eso es lo que más importa en la vida, no el cargo.
O sea, siempre cuando tengo que decidir entre principios y eficacia política decido por los principios. Lo mejor es el equilibrio entre principios y eficacia, pero cuando hay que decidir, en los momentos difíciles, los principios, no los cargos, es como cuando hay que decidir entre la justicia y el derecho, pues la justicia.
¿Cómo se llama la Suprema Corte?
Suprema Corte de Justicia, no es Suprema Corte de Derecho. El derecho es un medio para que haya justicia, ese es el fin.
Entonces, estamos viendo todo esto. Lo importante es que se pueda establecer, como dirían los tecnócratas o en el lenguaje neoliberal, un nuevo paradigma en materia de seguridad pública.
Esto a veces no se entiende -no sólo en México, en otras partes- porque predomina siempre el querer resolver las cosas con el uso de la fuerza. Se piensa: vamos a aplastar, vamos a imponernos.
En el caso nuestro, miren como está el país en esta materia por esa política que heredamos de querer resolver todo con el uso de la fuerza. Ya se demostró que eso no funciona.
¿Ustedes creen que porque hace una encuesta y la cucharea el Reforma para que cambie la política de seguridad les voy a hacer caso?
Claro que no, ellos deberían estar haciendo el análisis, la autocrítica a la política que se usó en los periodos en que ellos apoyaron a los gobiernos neoliberales.
-Gracias, la segunda pregunta muy breve, presidente.
Hace un momento nos dijo, y lo ha reiterado, que para aislar a los delincuentes hay que cumplir la ley y no hay que permitir la impunidad. Sin embargo, lo que ocurrió el jueves y ahorita nos acaba de confirmar usted que avaló la decisión, que en sentido estricto si el comandante supremo a un inferior le avala una instrucción, quiere decir que es una orden.
Sin embargo, los expertos, abogados, constitucionales, incluso en editoriales de medios locales, internacionales, le atribuyen a usted haber incumplido la ley, en particular el artículo 16 constitucional, que dice que un detenido debe ser puesto inmediatamente a disposición de un juez.
El artículo 150 del Código Penal en el sentido de que un funcionario, cuando un funcionario, cuando un ciudadano permita la liberación de un detenido, puede recibir una pena hasta nueve años, un tercio más si se trata de un funcionario público.
Y también el Estatuto de Roma en el sentido de que el jefe supremo de los militares es responsable de las actitudes o de los actos de los militares.
¿Qué responde usted, presidente, en este sentido?
PRESIDENTE: Que sí se considera que se cometió un ilícito de mi parte, que se proceda legalmente; y yo voy a argumentar el porqué actúe de la manera como lo hice.
Yo pienso que por encima de las leyes está la vida humana. Y repito, no es un asunto de tipo legal, jurídico, no es un asunto que tiene que ver con el derecho, tiene que ver con la justicia. Yo creo que no hubo ningún delito, pero en el caso de que así lo decidiera una autoridad, pues como cualquier ciudadano tengo derecho a la defensa y voy a argumentar, y me someto a cualquier tribunal.
Pero me siento muy bien, muy bien con mi conciencia. Y lo que más me importante es mi autoridad moral, porque si no tengo autoridad moral, no tengo autoridad política, no tengo nada, soy la nada sin autoridad moral.
Entonces, hay una denuncia que presentó el PAN, voy a responder. Estoy acostumbrado también ya a este tipo de acusaciones, además hasta me sirve para que no vaya yo a…
INTERLOCUTOR: ¿Hay ficha roja en contra el señor Ovidio Guzmán?, ¿su gobierno recibió la ficha roja?
PRESIDENTE: Sí, se… es todo el procedimiento que se sigue. Me informan que hubo una orden de extradición que se estaba cumpliendo, una orden de presentación, que estaban esperando una orden de cateo del juez, en fin, toda esta parte en su momento tiene que informarse si procede la denuncia.
A ver, una y ya, con ella.
PREGUNTA: Gracias, señor presidente. Sandra Aguilera, de Grupo Larsa Comunicaciones.
Señor presidente, ¿cuál es la responsabilidad del gobernador de Sinaloa al cual no han cuestionado? Esa es mi primera pregunta.
Y mi segunda pregunta es: ¿por qué escaparon los reos como si se supieran lo que iba a suceder?
Gracias.
PRESIDENTE: Bueno, en el caso del gobernador no tiene él responsabilidad. Esto fue una decisión y un operativo de la federación, del gobierno federal, de manera particular de la Secretaría de la Defensa; o sea, no tiene ninguna responsabilidad, no, o sea, para poner las cosas en su lugar.
Los reos escaparon porque hay delincuentes en la cárcel de este grupo y tomaron a los custodios de la cárcel. No hubo resistencia. Por eso se tomó la decisión de despedir al jefe de custodios y someterlo a investigación.
INTERLOCUTORA: Pero pareciera que ya supieran.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Es que sí pudo haber sucedido eso; por mucho sigilo que hay en todas estas acciones, siempre hay filtraciones. También a eso se debe de que no fueron con tantos elementos, pensando que de esa manera no se iba a saber o no se iba a llamar la atención; en fin, todo esto que pasa.
Pero bueno, a eso se debió, sometieron a los custodios del penal.
INTERLOCUTOR: Muchas gracias, presidente.
La otra pregunta tiene que ver con el tema de Sinaloa. Estuve revisando los datos de quienes están internos, digamos, en este penal de Culiacán, y descubrí que el 90 por ciento de los reos considerados de alta peligrosidad -y están internos por delitos del fuero federal- presentaron o pidieron el amparo de jueces federales para permanecer en esa prisión.
Aquí se presenta un problema grave, presidente, porque estamos también hablando del Poder Judicial. En el 90 por ciento de los casos de estos internos de alta peligrosidad, fueron amparados por un juez federal para que permanecieran en una prisión de esta naturaleza, cuando ellos tendrían que estar en una cárcel de máxima seguridad, según lo marca la ley, en casos de delincuencia organizada.
Entonces, ¿cuál es su postura sobre este asunto?, ¿va a haber algún empuje de parte de la federación, de su gobierno, para que también en este tema los jueces tengan cuidado?
PRESIDENTE: Sí, es parte de la reforma del Poder Judicial, ayer se trató este tema de cómo reformar el Poder Judicial.
n el Poder Legislativo se propone -no todos, pero hay opiniones- que se lleve a cabo esta reforma con una modificación a la Constitución y a la ley. Yo no estoy de acuerdo con eso, yo pienso que la reforma al Poder Judicial tiene que darse al interior del mismo Poder Judicial, que el Poder Judicial debe de reformarse a sí mismo; y hay la posibilidad de lograrlo con la judicatura renovada y también con la Suprema Corte de Justicia, y en particular con el presidente de la Suprema Corte de Justicia, que es una gente recta, íntegra.
Entonces, ellos como un poder independiente pueden llevar a cabo los cambios que necesita el Poder Judicial, porque sin duda hay corrupción en el Poder Judicial.
Y una prueba fehaciente de que no andan bien las cosas en el Poder Judicial es este caso. Yo tengo el dato, no del 90 por ciento, del 80 por ciento, de los presos, de los reclusos del fuero federal que cuentan con amparos para no poder ser trasladados a otros penales. ¿Cómo se llegó a esto?
Entonces, sí hace falta la reforma. Fue mucha la corrupción que se permitió en el periodo neoliberal, por eso no me equivoco cuando hablo de que neoliberalismo es sinónimo de corrupción, todo el periodo neoliberal.
Corrupción en todo, en lo que analice uno, en lo que tenga que ver con el gobierno, sea Poder Legislativo, Poder Judicial, Poder Ejecutivo, estaba contaminado de corrupción el gobierno.
El principal problema del país era ese… digo era, porque ya no se tolera esa corrupción. Y lo que se está haciendo es regenerando la vida pública, purificando la vida pública, nos va a llevar tiempo.
Esto que hablamos de Aduanas, pero así estaba Migración, lo que tiene que ver con Ministerios Públicos, con jueces, servidores públicos del Poder Ejecutivo, senadores, diputados, que aprobaron reformas para permitir saqueos, para permitir que bienes nacionales, bienes de los mexicanos, se trasladaran, se transfirieran a particulares
Conferencia de prensa de López Obrador, lunes 21 de octubre, 2019
Preguntas y respuestas...
-En otro tema, presidente, si me lo permite, con relación a lo que ocurrió en Culiacán este jueves negro para todo México.
¿Cuál es el compromiso del presidente de la República mexicana frente a la sociedad? ¿Usted se compromete a detener a estos criminales? ¿Ofrecerá recompensa o les pedirá que dejen las armas y se entreguen voluntariamente?
Y me gustaría saber si… ¿Cuándo va a usted a ir a Culiacán a darles un mensaje a la ciudadanía que vivió lo que pueda ser…? criminales que rayan en el terrorismo.
A estos niños que vimos en las imágenes, ¿qué les va a decir?, este mensaje de solidaridad.
Hoy no pueden ni siquiera a tomar un helado en las calles porque se materializó lo que todos sabemos. El crimen está ahí, el jueves lo vimos ahí, y su capacidad.
Y saber si el señor Durazo o Audamaro le han presentado acaso la renuncia.
¿Y cuál ha sido el papel del Ministerio Público, del representante social? Estos operativos son acompañados, con encabezados por un representante social, es decir el Ministerio Público, la fiscalía.
¿Cuál es el documento legal, la figura jurídica que se está tomando en estos momentos para esclarecer todo lo que pasó este jueves pasado?
PRESIDENTE: Pues ya vámonos a lo general, porque ya se abrió el tema.
Miren, aprovecho para informar a todos los mexicanos, y de manera especial a los sinaloenses y al pueblo de Culiacán, que tomamos la decisión de evitar la confrontación, evitar el que se siguiera llevando a cabo esta violencia el jueves por la tarde; y que el propósito de detener esta acción fue el de salvar vidas, el de evitar una masacre.
Teníamos la información de lo que estaba sucediendo, una situación bastante compleja, delicada, y no podíamos arriesgar la vida de las personas por la detención de un presunto delincuente. Nosotros no vamos nunca a optar por la guerra, por la confrontación, por el uso de la fuerza, lo que nos importa es la vida de las personas.
Nuestros adversarios, los conservadores, corruptos, que se padecieron en los pasados gobiernos aplicaron una política de confrontación y de violencia para supuestamente garantizar la paz y la tranquilidad.
Y esa política insensata, inhumana, produjo más violencia, mucho sufrimiento, masacres. Había hasta la decisión de arrasar, de exterminar; y lo muestran así los datos de letalidad, de cómo fueron más siempre los muertos que los heridos y los detenidos.
Nosotros dejamos en claro desde el principio -está escrito en el Plan Nacional de Desarrollo- que íbamos a cambiar esa política absurda, inhumana e ineficaz, porque no dio resultados.
El caso de Culiacán sirvió en ese sentido para confrontar los dos modelos. Gritaban los conservadores irresponsables, que callaron siempre como momias cuando se masacraba a la población, ahora gritaban y gritaban que querían violencia, que era necesario mostrar los pantalones, porque son supuestamente muy valientes, pero con los pantalones de otros.
Y decidimos no arriesgar la vida de la gente. Fue una decisión que tomó el Gabinete de Seguridad y yo la avalé, porque un gobernante, un dirigente puede poner en riesgo su vida, pero no tiene el derecho de poner en riesgo la vida de los demás.
Va a pasar el tiempo y la gente de Culiacán, de Sinaloa, va a poder juzgar si se hizo bien o se hizo mal. Yo tengo mi conciencia tranquila y sé que actuamos de manera correcta; y vamos a seguir atendiendo las causas que originan la violencia.
No se puede apagar el fuego con el fuego, no se puede enfrentar la violencia con la violencia, no se puede enfrentar al mal con el mal. La estrategia nuestra es que a nadie le falte lo indispensable para vivir: que haya trabajo, que haya buenos ingresos, que haya bienestar, que se atienda a los jóvenes y que así se consiga una sociedad mejor para que se vaya aislando la violencia.
Que los grupos que se dedican a actividades ilícitas queden aislados. Así como están quedando aislados los corruptos, los políticos que se dedicaban a saquear y que ya no tienen forma de robar, ni quisiera el respaldo de los ciudadanos porque se les ve con malos ojos, así también hay que ir aislando a la llamada delincuencia organizada, que no sea motivo de prestigio el pertenecer a una banda de delincuentes. Pero esto es un proceso, lleva tiempo.
Yo creo que lo del jueves por la tarde demostró que hay un cambio verdadero y vamos a fundamentar el porqué se actúa de esta manera, de esta forma.
Y estoy dispuesto a comparecer, porque se dio a conocer que van a presentar o ya presentaron una denuncia en contra mía los dirigentes del PAN, los que son partidarios del uso de la fuerza, los que con su estrategia convirtieron al país en un cementerio. Entonces, sí me gustaría ir a comparecer ante la autoridad, si lo solicita la autoridad competente, para ir a dar a conocer, para exponer mis razones del por qué no a la violencia.
INTERLOCUTORA: En el caso de…
PRESIDENTE: Sí, en todos los casos se tiene que castigar a presuntos delincuentes, se tiene que detener a presupuestos delincuentes, pero lo más importante es cuidar la vida de las personas.
INTERLOCUTORA: A propósito de que usted dice que está dispuesto a comparecer en esta denuncia que usted mencionaba.
Yo no me refería a esa denuncia, yo me refería a la forma en la que estos operativos siempre se llevan a cabo dentro del proceso tradicional penal y el nuevo sistema acusatorio.
El representante social, es decir, el Ministerio Público siempre está presente en este tipo de operativos, se entere o no al presidente, se entere o no al secretario de Seguridad Pública.
¿Qué pasó?, ¿qué levantó?, ¿un acta, una denuncia, el Ministerio Público en este operativo?
Porque han pasado varios días, varias horas y el fiscal general de la República ha guardado silencio en una situación que vimos todos, fue de seguridad nacional.
Y nada más aclarar, ¿quién cuida las instalaciones de los familiares de los militares?, ¿Seguridad Pública, seguridad privada o son los propios militares?
Gracias, presidente.
PRESIDENTE: En algunos casos los propios militares, en otros casos se contrata el servicio, porque se considera que son unidades seguras, protegidas y en su momento… hoy mismo vamos a informar sobre el procedimiento legal de lo que estás planteando.
INTERLOCUTORA: Una detención como tal, una retención y después liberación.
Por eso es mi pregunta.
¿Sí lo van a detener al señor Ovidio?
PRESIDENTE: Si existe la orden de presentación, desde luego, y una orden de extradición; siempre y cuando, repito, no se ponga en riesgo a la población, que se cuida la vida de las personas.
INTERLOCUTORA: ¿Qué hay de las renuncias con Audomaro y Durazo?, ¿le han presentado la renuncia?
PRESIDENTE: No, no, no, eso es…
INTERLOCUTORA: Es una pregunta.
PRESIDENTE: Eso es lo que quisieran nuestros adversarios, los conservadores.
En vez de actuar con responsabilidad, porque estaba de por medio la vida de la gente, azuzaron, hasta expresidentes gritando, pidiendo mano dura, violencia, que respondiéramos así, con violencia, como lo hacían ellos, mostrar trofeos que no resolvían para nada el problema de fondo, que es garantizar la paz y la tranquilidad.
Fue una tarde-noche muy difícil, de crisis el jueves a partir de las tres de la tarde. Ya para la noche ya tenía yo la información de que había pasado lo peor, lo difícil; y ya se empezó a normalizar la situación en Culiacán, se vuelve a la normalidad, que era lo que nos importaba.
Pero hubo en este tiempo una campaña hasta irracional en medios de nuestros adversarios, algo fuera de lo normal. Pensaron que era el momento de afectarnos políticamente. Yo siempre creo mucho en la sabiduría de la gente y sé que la mayoría de los mexicanos aprobó la decisión del gobierno.
Imagínense, esos mismos que gritaban como pregoneros que había que usar la fuerza y que tenían que mostrarse que había pantalones, en esa concepción machista, como si gobernar un país fuese el equivalente a actuar como encargado de un cuartel o ser un represor. Quien gobierna un país tiene que cuidar la vida de todos, más que nada ese es su propósito principal, cuidar la vida de las personas.
Pero imagínense si se continúa con el operativo y se hubiese perdido la vida de muchos, porque esa fue la valoración que se hizo, muchos iban a perder la vida, y además gente inocente, población civil, no sólo los delincuentes, que son seres humanos, los soldados, que los tenemos que proteger, que los tenemos que cuidar, sino civiles.
Hoy, a pesar de que tú me estás preguntando de esta manera, no es tan fuerte, tan contundente tú planteamiento, ¿cómo me estarías preguntando hoy si hubiese habido una masacre?
Entonces, no estarían hablando de la renuncia a lo mejor de Audamaro y de Durazo, sino de la renuncia del presidente.
Entonces, independientemente de eso, que si fue bueno o malo, si nos afecta o nos beneficia políticamente, si se tiene que renunciar o no se tiene que renunciar, aquí lo más importante es tener la conciencia tranquila, y saber que se actúa con humanismo, eso es lo más importante.
PREGUNTA: Gracias, señor presidente. Carlos Montesinos, de La Hoguera. Señores funcionarios, buen día a todos.
Entonces, nada más nos queda claro cuáles fueron las motivaciones para dejar en libertad a Ovidio Guzmán.
De acuerdo con el canciller Marcelo Ebrard, se estima que se habrían perdido más de 200 vidas civiles en Culiacán el jueves pasado.
Pero también el Gabinete de Seguridad reconoció en conferencia de prensa, tanto el secretario Alfonso Durazo, como el general Luis Cresencio Sandoval, que se trató de un operativo precipitado, que subestimaron las capacidades del cártel de Sinaloa y fue al fin y al cabo esta acción lo que puso al gobierno en la disyuntiva entre elegir entre capturar al hijo del ‘Chapo’ Guzmán, o arriesgar la vida de los ciudadanos.
Entonces, para que quede claro, ¿no va a haber una sanción al interior a quienes hayan ordenado este accionar de esta manera que puso al gobierno entre la espada y la pared?
PRESIDENTE: Sí, se está haciendo una revisión, el secretario de la Defensa está haciendo una evaluación. Ellos reconocieron, en efecto, de que fue una acción precipitada, no previeron lo suficiente, no actuaron con precaución. Entonces, se está haciendo una revisión de este tema.
Lo importante es que, al cometerse este error de falta de preparación del operativo, se tomó la decisión de detenerlo, porque en otros tiempos era -aunque hubiesen- decían, daños colaterales.
Hubo un presidente que así lo expresó: ‘Van a haber daños colaterales, pero van a haber buenos resultados’, y realmente sólo hubo daños colaterales y no buenos resultados.
Entonces, sí son dos partes: que se tiene que investigar y analizar la falla del operativo, y lo otro, la decisión que se tomó, que fue acertada, de detener la acción para evitar pérdidas de vidas humanas.
(...)
INTERLOCUTOR: Presidente y mi segunda pregunta y última es Culiacán, es obligado.
¿No será que tiene el enemigo casa, presidente?, ¿que le estén ocultando información?, porque una mentira tras otra.
Hay una mentira más al parecer, porque las benditas redes sociales refieren que Ovidio no estaba dentro de un domicilio, estaba en una marisquería y había comensales con menores de edad.
¿Sabía usted que el hijo de Alfonso Durazo también fue compañero de primaria, hasta sexto año de primaria de Ovidio?, ¿tenía esa información?, ¿tiene la información que en este operativo habrían participado agentes de la DEA?, ¿sabían del encuentro del gobernador de Sinaloa semanas anteriores con el titular de la DEA?
Estos temas, presidente.
PRESIDENTE: No me gusta la especulación, no hago conjeturas. Yo procuro tener información de primera y la tengo; y no permito que nadie me manipule, no me comparen, porque eso sí calienta.
No es de que hacen las cosas y yo no me entero, o yo delego funciones y usted haga lo que quiera. No.
El presidente de México tiene información y sabe muy bien todo lo que está sucediendo y toma las decisiones que corresponden para garantizar la vida de los mexicanos y el bienestar de los mexicanos.
INTERLOCUTOR: ¿Mete las manos al fuego por sus secretarios del Gabinete de Seguridad?
PRESIDENT: Sencillamente tengo información y nada de lo que usted está planteando es de mi conocimiento, así nada más.
En las redes sociales, las benditas redes sociales, hay muchas cosas, pero yo prefiero que haya excesos de información en las redes sociales a que no haya información como era antes, porque antes controlaban a los medios casi a todos y era un silencio cómplice.
Ahora no, ahora hay muchísima información, nada más hay que saber cuál información es objetiva, cuál no y qué información tiene un propósito básicamente político electoral.
Los medios, que fingen que son independientes cuando no son más que voceros de grupos de intereses creados, nada más que disfrazan de independientes; y luego hasta se enojan porque les decimos que representan al conservadurismo, representan a lo que se padeció, representan a la corrupción. Esos medios que ahora son opositores a nuestro gobierno, fueron los alcahuetes, fueron los que se dedicaron a quemar incienso a apoyar a los que saquearon al país y nunca se decía nada.
Por ejemplo, en esto de la violencia, imagínense cuántas matanzas, cuántas masacres, ¿y había información?, no, se callaba todo, violaciones de derechos humanos. Si por eso es que se dio la orden de exterminar, se llegó a decir, los encargados de los operativos, que había la orden de arriba de limpiar, porque arriba se encargaban de los derechos humanos; o sea, libertad para reprimir. Eso ya no hay, eso ya no existe, por eso, quisieran que nosotros regresáramos a lo mismo.
Imagínense si el jueves hubiese habido muchos muertos, ¿cómo estaríamos? Era frenar un proceso de transformación, era detener la posibilidad de un cambio verdadero en el país.
INTERLOCUTOR: Por eso, ¿le estaban poniendo un cuatro a usted, presidente?
PRESIDENTE: Pero si fue esa la intención, como dicen los abogados, aceptando sin conceder, nos hicieron lo que el viento a Juárez. Punto.
(...)
PRESIDENTE: Bueno, pues vamos a dejarlo hasta aquí, mañana le seguimos.
Mañana ya no van a haber programas ni este gusto que tuvimos hoy de entregar los premios. Felicidades a los jóvenes, a las mujeres, a los hombres, a los jóvenes que obtuvieron estos premios, sí, un abrazo cariñosísimo de parte de nosotros.
Y ya mañana, si les parece, a los que quieren más sobre Culiacán, va a ser mañana sólo preguntas y respuestas, si les parece, para desahogar bien el tema.
PREGUNTA: … con el Embajador de Estados Unidos en México va a ser a las 10 de la mañana.
PRESIDENTE : Mañana platicamos ya sobre todo ese tipo de cosas, sí, o sea, todo lo dedicamos mañana a eso, a Culiacán.
Y desde ahora decir, porque esto es lo más importante, no sólo la nota roja o el amarillismo, lo más importante es que en Culiacán hay normalidad, se empezó a normalizar desde el viernes, el sábado, el domingo, incluso hubo juegos de béisbol. Hoy el informe que tengo es que hay normalidad....
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Conferencia de prensa de López Obrador, martes 22 de octubre, 2019
PREGUNTA: Buenos días, presidente. Alberto Rodríguez, de SDP Noticias.
Volviendo al tema de Culiacán, que sigue estando, digamos, muy en boga.
Quiero preguntarle si usted supo directamente, previo al operativo, que iban a ir por Ovidio Guzmán, si el secretario de Seguridad Pública se lo hizo saber, si alguien en la Sedena se lo hizo saber; y para el caso, si estos dos personajes sabían del operativo previo a que se llevara a cabo. Eso por un lado.
Y, por otro lado, ayer lo había adelantado, ¿pero sigue en pie la detención de Ovidio Guzmán?, es decir, ¿la llegada de estos militares de élite a Culiacán significa que en los próximos días van a volver a intentarlo?
PRESIDENTE: Mire, son acciones que lleva a cabo la Secretaría de la Defensa, es un grupo de investigación que viene haciendo estos operativos de tiempo atrás. Informan en la Secretaría de la Defensa.
En mi caso, yo lo que recomiendo es cuidar las vidas, que no se violen derechos humanos. Pero les diría que es de rutina el que si hay órdenes de aprehensión, de presentación, de extradición, se aplique. Es como cuando me presentan denuncias o informes sobre presuntos casos de corrupción, ya saben que en automático debe de procederse. Entonces, esto se venía haciendo.
Yo no estaba informado, no me informan en estos casos porque hay una recomendación general, hay un lineamiento general que se aplica, le tengo mucha confianza al secretario de la Defensa.
INTERLOCUTOR: ¿Y en Defensa o en la Secretaría de Seguridad Ciudadana sí tenían conocimiento operativo previo a que se llevara a cabo?
PRESIDENTE: Yo creo que tenía conocimiento la Secretaría de la Defensa desde luego, porque hay mandos, no sé en particular, creo que sí debe de haber tenido, existe este equipo que ha venido trabajando de tiempo atrás sobre este propósito.
Lo que sí es que cuando me enteré que se había generado este conflicto y me informan, y les pido que se reúnan y que tomen una decisión, me presentan su propuesta y yo la avalo, que eso era lo mejor. Y por eso se llevaron a cabo las cosas.
¿Qué otra cosa preguntaste?
INTERLOCUTOR: Sobre si en los próximos días van a volver intentar agarrar a Ovidio o…
PRESIDENTE Sí, no puede haber impunidad, nada más que hay que cuidar a la población, no debe de haber los llamados daños colaterales. Y para eso la inteligencia, más que la fuerza.
INTERLOCUTOR: ¿Falló este operativo?
PRESIDENTE: Sí, lo reconoció el propio secretario de la Defensa, no previeron lo suficiente, o sea, eso ya se dijo.
PREGUNTA: Gracias. Presidente Shaila Rosagel, corresponsal de Grupo Healy, El Imparcial, La Crónica y Frontera de Tijuana.
Sobre el mismo tema de Culiacán, se reconoció que fue un operativo fallido por la falta de planeación y porque se precipitaron.
¿Qué acciones va a tomar o está tomando para que no vuelva a suceder algo así?, o sea, para que se vuelva a tomar una decisión de esta forma y sobre todo, presidente, para evitar que un grupo criminal amague al gobierno con los civiles, como ocurrió con el caso de Culiacán.
¿Qué decisiones está tomando en concreto en el Gabinete de Seguridad? ¿Qué les está diciendo?
Esa sería la primera.
PRESIDENTE: Se aprende, sobre todo en las crisis.
Y yo creo que están haciendo una revisión, yo lo pedí, que se hiciera una evaluación sobre la forma en que se llevó a cabo este operativo.
Y lo que me interesa mucho es que no nos salgamos del propósito de evitar pérdidas de vidas humanas, no queremos derramamiento de sangre, no queremos eso de nadie; nos duele también la pérdida de la vida de un presupuesto delincuente, no somos ajenos al dolor que produce el fallecimiento de cualquier persona. No es buenos y malos, no es una actitud maniquea, o sea, es en general seres humanos. Entonces, cuidar que no se pierdan vidas.
El propósito nuestro en materia de seguridad es reducir la incidencia delictiva, que bajen los homicidios, que bajen los robos, que bajen delitos como el secuestro, el robo de vehículos, el que la gente esté segura, que no le roben en sus casas, en el transporte. Eso es lo que más nos importa.
Antes lo principal era ver qué personaje famoso era detenido. No quiere decir que eso no se vaya a hacer, pero no es para nosotros lo fundamental; para nosotros lo fundamental es garantizar la seguridad pública, cuidar a la gente, no operativos para que se cuelguen medallas. No nos importa tanto eso, lo que nos importa es la seguridad del ciudadano, o sea, son distintas las prioridades.
Por eso no nos afecta, lo digo sinceramente; y me siento hasta bien, después de una situación como la de Culiacán, el haber avalado la decisión de suspender ese operativo, que pudo causar la pérdida de mucha gente. Y lo de menos es lo político.
Vamos a suponer que hay una masacre y los opositores logran articular un movimiento para pedir mi renuncia. Pues me voy, sí, pero ¿cómo me voy? No derrotado porque dejé de ser presidente, sino derrotado moralmente por haber dado una orden equivocada. Eso es lo que más importa en la vida, no el cargo.
O sea, siempre cuando tengo que decidir entre principios y eficacia política decido por los principios. Lo mejor es el equilibrio entre principios y eficacia, pero cuando hay que decidir, en los momentos difíciles, los principios, no los cargos, es como cuando hay que decidir entre la justicia y el derecho, pues la justicia.
¿Cómo se llama la Suprema Corte?
Suprema Corte de Justicia, no es Suprema Corte de Derecho. El derecho es un medio para que haya justicia, ese es el fin.
Entonces, estamos viendo todo esto. Lo importante es que se pueda establecer, como dirían los tecnócratas o en el lenguaje neoliberal, un nuevo paradigma en materia de seguridad pública.
Esto a veces no se entiende -no sólo en México, en otras partes- porque predomina siempre el querer resolver las cosas con el uso de la fuerza. Se piensa: vamos a aplastar, vamos a imponernos.
En el caso nuestro, miren como está el país en esta materia por esa política que heredamos de querer resolver todo con el uso de la fuerza. Ya se demostró que eso no funciona.
¿Ustedes creen que porque hace una encuesta y la cucharea el Reforma para que cambie la política de seguridad les voy a hacer caso?
Claro que no, ellos deberían estar haciendo el análisis, la autocrítica a la política que se usó en los periodos en que ellos apoyaron a los gobiernos neoliberales.
-Gracias, la segunda pregunta muy breve, presidente.
Hace un momento nos dijo, y lo ha reiterado, que para aislar a los delincuentes hay que cumplir la ley y no hay que permitir la impunidad. Sin embargo, lo que ocurrió el jueves y ahorita nos acaba de confirmar usted que avaló la decisión, que en sentido estricto si el comandante supremo a un inferior le avala una instrucción, quiere decir que es una orden.
Sin embargo, los expertos, abogados, constitucionales, incluso en editoriales de medios locales, internacionales, le atribuyen a usted haber incumplido la ley, en particular el artículo 16 constitucional, que dice que un detenido debe ser puesto inmediatamente a disposición de un juez.
El artículo 150 del Código Penal en el sentido de que un funcionario, cuando un funcionario, cuando un ciudadano permita la liberación de un detenido, puede recibir una pena hasta nueve años, un tercio más si se trata de un funcionario público.
Y también el Estatuto de Roma en el sentido de que el jefe supremo de los militares es responsable de las actitudes o de los actos de los militares.
¿Qué responde usted, presidente, en este sentido?
PRESIDENTE: Que sí se considera que se cometió un ilícito de mi parte, que se proceda legalmente; y yo voy a argumentar el porqué actúe de la manera como lo hice.
Yo pienso que por encima de las leyes está la vida humana. Y repito, no es un asunto de tipo legal, jurídico, no es un asunto que tiene que ver con el derecho, tiene que ver con la justicia. Yo creo que no hubo ningún delito, pero en el caso de que así lo decidiera una autoridad, pues como cualquier ciudadano tengo derecho a la defensa y voy a argumentar, y me someto a cualquier tribunal.
Pero me siento muy bien, muy bien con mi conciencia. Y lo que más me importante es mi autoridad moral, porque si no tengo autoridad moral, no tengo autoridad política, no tengo nada, soy la nada sin autoridad moral.
Entonces, hay una denuncia que presentó el PAN, voy a responder. Estoy acostumbrado también ya a este tipo de acusaciones, además hasta me sirve para que no vaya yo a…
INTERLOCUTOR: ¿Hay ficha roja en contra el señor Ovidio Guzmán?, ¿su gobierno recibió la ficha roja?
PRESIDENTE: Sí, se… es todo el procedimiento que se sigue. Me informan que hubo una orden de extradición que se estaba cumpliendo, una orden de presentación, que estaban esperando una orden de cateo del juez, en fin, toda esta parte en su momento tiene que informarse si procede la denuncia.
A ver, una y ya, con ella.
PREGUNTA: Gracias, señor presidente. Sandra Aguilera, de Grupo Larsa Comunicaciones.
Señor presidente, ¿cuál es la responsabilidad del gobernador de Sinaloa al cual no han cuestionado? Esa es mi primera pregunta.
Y mi segunda pregunta es: ¿por qué escaparon los reos como si se supieran lo que iba a suceder?
Gracias.
PRESIDENTE: Bueno, en el caso del gobernador no tiene él responsabilidad. Esto fue una decisión y un operativo de la federación, del gobierno federal, de manera particular de la Secretaría de la Defensa; o sea, no tiene ninguna responsabilidad, no, o sea, para poner las cosas en su lugar.
Los reos escaparon porque hay delincuentes en la cárcel de este grupo y tomaron a los custodios de la cárcel. No hubo resistencia. Por eso se tomó la decisión de despedir al jefe de custodios y someterlo a investigación.
INTERLOCUTORA: Pero pareciera que ya supieran.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Es que sí pudo haber sucedido eso; por mucho sigilo que hay en todas estas acciones, siempre hay filtraciones. También a eso se debe de que no fueron con tantos elementos, pensando que de esa manera no se iba a saber o no se iba a llamar la atención; en fin, todo esto que pasa.
Pero bueno, a eso se debió, sometieron a los custodios del penal.
INTERLOCUTOR: Muchas gracias, presidente.
La otra pregunta tiene que ver con el tema de Sinaloa. Estuve revisando los datos de quienes están internos, digamos, en este penal de Culiacán, y descubrí que el 90 por ciento de los reos considerados de alta peligrosidad -y están internos por delitos del fuero federal- presentaron o pidieron el amparo de jueces federales para permanecer en esa prisión.
Aquí se presenta un problema grave, presidente, porque estamos también hablando del Poder Judicial. En el 90 por ciento de los casos de estos internos de alta peligrosidad, fueron amparados por un juez federal para que permanecieran en una prisión de esta naturaleza, cuando ellos tendrían que estar en una cárcel de máxima seguridad, según lo marca la ley, en casos de delincuencia organizada.
Entonces, ¿cuál es su postura sobre este asunto?, ¿va a haber algún empuje de parte de la federación, de su gobierno, para que también en este tema los jueces tengan cuidado?
PRESIDENTE: Sí, es parte de la reforma del Poder Judicial, ayer se trató este tema de cómo reformar el Poder Judicial.
n el Poder Legislativo se propone -no todos, pero hay opiniones- que se lleve a cabo esta reforma con una modificación a la Constitución y a la ley. Yo no estoy de acuerdo con eso, yo pienso que la reforma al Poder Judicial tiene que darse al interior del mismo Poder Judicial, que el Poder Judicial debe de reformarse a sí mismo; y hay la posibilidad de lograrlo con la judicatura renovada y también con la Suprema Corte de Justicia, y en particular con el presidente de la Suprema Corte de Justicia, que es una gente recta, íntegra.
Entonces, ellos como un poder independiente pueden llevar a cabo los cambios que necesita el Poder Judicial, porque sin duda hay corrupción en el Poder Judicial.
Y una prueba fehaciente de que no andan bien las cosas en el Poder Judicial es este caso. Yo tengo el dato, no del 90 por ciento, del 80 por ciento, de los presos, de los reclusos del fuero federal que cuentan con amparos para no poder ser trasladados a otros penales. ¿Cómo se llegó a esto?
Entonces, sí hace falta la reforma. Fue mucha la corrupción que se permitió en el periodo neoliberal, por eso no me equivoco cuando hablo de que neoliberalismo es sinónimo de corrupción, todo el periodo neoliberal.
Corrupción en todo, en lo que analice uno, en lo que tenga que ver con el gobierno, sea Poder Legislativo, Poder Judicial, Poder Ejecutivo, estaba contaminado de corrupción el gobierno.
El principal problema del país era ese… digo era, porque ya no se tolera esa corrupción. Y lo que se está haciendo es regenerando la vida pública, purificando la vida pública, nos va a llevar tiempo.
Esto que hablamos de Aduanas, pero así estaba Migración, lo que tiene que ver con Ministerios Públicos, con jueces, servidores públicos del Poder Ejecutivo, senadores, diputados, que aprobaron reformas para permitir saqueos, para permitir que bienes nacionales, bienes de los mexicanos, se trasladaran, se transfirieran a particulares
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Conferencia de prensa de López Obrador...| Miércoles 23 de octubre, 2019
Hans Salazar, de ZMG, Gurú Político.
Lo que pasó en Culiacán, ¿cómo considera el papel del gobernador de Sinaloa?, ¿sintió el respaldo?, ¿ha estado realmente a la altura de respaldar las decisiones presidenciales?, ¿y en general con los gobernadores de oposición?
PRESIDENTE: Yo creo que sí, todos los gobernadores nos han apoyado, de todos los partidos. En el caso del gobernador de Sinaloa hemos trabajado de manera coordinada.
Y estas son cosas que a veces no se entienden o no se quieren aceptar porque tienen que ver con las diferencias que existen, así es la democracia, diferencias por la militancia partidista, diferencias porque si se viene de muchos años de lucha, ha habido confrontaciones, se han cometido fraudes, ha habido daños, se ha afectado a gente.
Entonces, ¿cómo es que de repente el presidente está con el gobernador de otro partido y el gobernador respeta al presidente y el presidente respeta al gobernador?, ¿por qué no hay esa discrepancia?, y esto se da también en el caso de presidentes municipales.
Bueno, porque somos gobernantes y tenemos que ponernos de acuerdo y atender a todo el pueblo.
Pero si además de que esa es nuestra responsabilidad política… y no hay que entender mal el término, el concepto de política, la política es tan limpia que ni los más sucios políticos han podido mancharla.
Claro que es importante la política. Uno de los problemas que tuvieron, entre otros, los neoliberales es que subordinaron la política, elevaron a rango supremo la economía y subordinaron la política y todo lo demás, técnicos que se creían científicos, grandes políticos. La política es muy importante, entonces, tiene que haber una actitud política en el buen sentido; y, además, si la relación es sincera, si hay coincidencias, ¿por qué no trabajar juntos?
Este es el caso con el gobernador de Sinaloa, pero también con el gobernador de Nayarit, que es de otro partido, y con todos los gobernadores hay una relación de respeto. Y yo también, cuando vamos a un acto y hay una actitud irrespetuosa, yo apoyo al gobernador, sea del partido que sea, porque también es un muy fácil que, en un acto, en una plaza, casi en el anonimato se grite, se chifle, se busque humillar a una autoridad.
Entonces, sí hay buenas relaciones, o sea, no tenemos problemas de eso...
PREGUNTA: Como segunda pregunta, presidente, ayer usted comentó que su gobierno va a capturar, va a buscar capturar a Ovidio Guzmán López.
En este contexto, preguntarle si el gobierno de Estados Unidos ha solicitado más aprehensiones de miembros de cárteles del narcotráfico, como los hijos de ‘el Chapo’ u otros miembros de grupos organizados.
PRESIDENTE: Sí hay siempre solicitudes de extradición y hay, creo, varios presuntos delincuentes que tienen órdenes o Estados Unidos está solicitando que se les extradite. Sí existe.
Pero sí les aclaro también una cosa: nosotros somos un gobierno soberano, no nos guiamos por las políticas que nos imponen otros gobiernos, nosotros actuamos con libertad.
Sí existe cooperación, desde luego, porque en este tema, como en otros, la migración, el contrabando, el narcotráfico, existen relaciones de cooperación, pero no somos colonia de ningún gobierno extranjero, actuamos con independencia, con libertad.
INTERLOCUTOR: (Inaudible)
PRESIDENTE: No, se tiene que cumplir con la ley en todos los casos, ser respetuosos de los procedimientos legales, esto yo creo que se entiende bien, no nos han hecho ninguna propuesta en ese sentido para que quede claro.
Ha habido de parte del gobierno de Estados Unidos mucho respeto a nuestra soberanía, en estos casos y en otros. Por ejemplo, cuando tomamos decisiones de no intervenir en asuntos de otros países, aunque ellos tengan una política distinta, respetan lo que nosotros decidimos de manera independiente.
Y nosotros también tenemos que ser respetuosos de la soberanía de Estados Unidos y la soberanía de otras naciones y de otros gobiernos. Esa es la política que llevamos a cabo de responsabilidad y de respeto mutuo.
PREGUNTA: Buenos días, señor presidente. Miguel Arzate, del Sistema Público de Radiodifusión, Canal 14.
Preguntarle, señor presidente. Luego de la reunión que hubo entre el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo; y el embajador de Estados Unidos, el canciller Marcelo Ebrard publicó en redes sociales que iba a haber un antes y un después, después de la comunicación que tuvo con su homólogo el presidente Donald Trump.
Preguntarle si considera si es así, si va a haber un antes o un después.
Y si nos pudiera dar detalles de este operativo que han llamado Frozen, para congelar el tráfico de armas en cinco puntos fronterizos....)
¿Cómo se va a congelar el tráfico de armas con Estados Unidos o cómo va a operar este operativo denominado Frozen? ¿Cómo va a ser? Si nos puede dar detalles.
PRESIDENTE: Bueno, ya están trabajando. El secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard tiene comunicación con el embajador en este tema de evitar el contrabando de armas, de buscar mejores controles en la frontera.
Marcelo va a informar sobre esto ampliamente, le vamos a pedir que venga acá y que informe sobre este tema en particular.
INTERLOCUTOR: ¿Va a colaborar Estados Unidos?
PRESIDENTE: Sí.
INTERLOCUTOR: ¿Desde su lado o aquí en México?
PRESIDENTE: Desde su lado. Es un acuerdo conjunto de control de armas, lo que ya es dominio público y lo que se vio en Culiacán.
INTERLOCUTOR: Es que en Culiacán se vio que había armas exclusivas del Ejército estadounidense que tenía el crimen organizado.
PRESIDENTE: Bueno, lo que se vio, armas de alto poder y, como se ha informado aquí, es armamento que entra de contrabando, casi en un 80 por ciento de Estados Unidos y la mitad de lo que entra de contrabando de Estados Unidos proviene de Texas. Toda esta información se tiene.
Entonces, hay la voluntad de parte del gobierno de Estados Unidos de ayudar en evitar la introducción de estas armas. Y el plan para hacer efectivo este propósito es el que les presentaría Marcelo Ebrard, que por ese motivo se ha reunido con el embajador de Estados Unidos en México, que ha mostrado también disposición de cooperar con México.
Y lo tengo que reconocer, el presidente Trump me buscó, habló por teléfono con nosotros. De manera muy respetuosa a nuestra soberanía expresó su solidaridad, y se expuso ahí en esa conversación el asunto de las armas; y de ahí derivó este encuentro y el compromiso de aplicar un programa en esta materia.
INTERLOCUTOR: Y la segunda pregunta, señor presidente. Preguntarle, el fiscal general de la República Gertz Manero habló de que el caso Culiacán no iba a ser otro Ayotzinapa, en el sentido de que no iba a haber impunidad.
Preguntarle si ya tuvo comunicación con él y si han hablado de este caso, o qué le parece este comentario que hizo el fiscal.
PRESIDENTE: Que está en su derecho y que es una autoridad autónoma, independiente.
Él está cumpliendo con su responsabilidad y nosotros vamos a presentar, dar a conocer toda la información, ya lo estamos haciendo, pero se va a entregar todo un informe a la fiscalía; y se va a informar también al Poder Legislativo con toda claridad, con toda transparencia, sin ocultar absolutamente nada, esa la instrucción que tiene el Gabinete de Seguridad. Desde luego se está haciendo acopio de información y se va a entregar este reporte para que la autoridad competente resuelva.
Y yo estoy también a disposición de cualquier autoridad, esto por la denuncia que presentó el PAN o que va a presentar. Yo estoy dispuesto a comparecer, a explicar, argumentar el porqué tomé la decisión de no permitir que se continuara con ese operativo y que se cuidara la vida de las personas.
Y es un buen tema de análisis y de reflexión.
PREGUNTA: Buenos días, presidente. Lorena Ríos, de Bloomberg News.
Para darle seguimiento a lo que mencionó sobre las órdenes de extradición de Estados Unidos.
¿Nos podría precisar cuántas se han dado en su mandato y a quiénes?, ¿están incluidos Ovidio y Archivaldo Guzmán en estas órdenes de extradición?
PRESIDENTE: Sí podemos informarles sobre eso, nada más tendría yo que consultar si no cometemos una imprudencia o se infringe alguna ley si se hace público; si no es así, hoy mismo les informamos.
INTERLOCUTORA: También ayer precisó que usted no fue informado sobre el operativo de Culiacán.
¿También desconocía el hecho de que Archivaldo, el hermano de Ovidio, había estado detenido y fue liberado? ¿es un dato que desconocía en lo relacionado al operativo?
PRESIDENTE : Lo primero sí, que no sabía yo en particular del operativo.
Tengo el informe de que se está actuando en el cumplimiento de órdenes de aprehensión de todos, no se oculta nada, no se detiene nada, todo lo que se me informa, todo lo que llega a mi oficina, la instrucción es remitirlo a la autoridad competente y que se proceda.
Entonces, ya es una norma eso.
INTERLOCUTORA: ¿Pero fue detenido y liberado?
PRESIDENTE: No, no tengo información sobre eso, no me dieron información sobre eso.
Yo lo que supe es de que había este operativo ya cuando estaba en marcha. Y ya me informaron en la circunstancia en que se estaban dando las cosas: de cómo había grupos armados y estaban llegando, y como otros y cómo tomaron la caseta de la carretera Mazatlán-Culiacán, y el riesgo de que se agravara la situación y que podían perder la vida muchos, y entonces fue cuando avalé el que se detuviera el operativo.
INTERLOCUTORA: ¿Y previo al operativo sí sabía que había orden de extradición de Ovidio?
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: No, no, porque son muchos casos, o sea, judiciales, no todos de extradición, desde luego, pero no estoy en eso.
Me preocupa más en lo que estoy, es: viendo diario el número de homicidios y el número de robos, es a lo que le doy más importancia, o sea, a la seguridad pública, a que no haya violencia.
Eso es un cambio también. Yo no sé si los otros presidentes estaban viendo qué hacer con los delincuentes famosos, puede ser que ellos le dedicaran más tiempo a eso; yo le estoy dedicando más tiempo a la seguridad pública.
No quiere decir que no me entere y que no me interese, pero yo lo que quiero es bajar la incidencia delictiva, que haya menos homicidios, que no haya muertos, que no haya robos, que no haya secuestros. Eso es lo que más me importa, y ese es también un cambio en la política de seguridad.
INTERLOCUTORA: Y ayer nos explicó que el operativo… que no le informaron por motivo de que es parte de procesos internos dentro del Gabinete de Seguridad.
Si se llevara a cabo un operativo en el futuro para capturar a miembros del crimen organizado, ¿se le informará a usted antes de que se lleve a cabo o cómo va a ser?
PRESIDENTE : Pues yo creo que ya hay lineamientos generales, pero de todas maneras creo que se va a actuar con más cuidado, me refiero a los encargados de llevar a cabo estos operativos.
Ya es muy claro que no queremos daños colaterales, ya es muy claro que no queremos muertos, que no es a costa de lo que sea, que la vida es sagrada. Entonces, eso ya está claro, porque también no me van a estar preguntando de cada caso.
Hay un criterio general y sobre eso se actúa, y hay que tener nada más cuidado que se planee bien cualquier acción, que no se ponga en riesgo la vida, que se cuide a la población civil, que se cuide la vida de los soldados, que incluso se cuide la vida de los presuntos delincuentes. No es con odios como debemos de actuar.
Entonces, eso debe de tomarse muy en cuenta, no es arrasar para obtener trofeos. No, aquí lo más importante va a ser el que logremos la felicidad del pueblo, el que logremos que haya bienestar, que podamos garantizar la paz, la tranquilidad, que la gente pueda caminar con libertar por las calles, que no haya terror, que no haya miedo. Eso es lo más importante y hacia eso vamos, vamos a continuar.
Y ya les vamos a presentar todo el reporte, incluso por tiempo cronológico: cuándo empezaron las acciones, cuándo se toma la decisión de parar el operativo, cómo sale el gabinete a anunciarlo, cómo se va el Gabinete de Seguridad que ya estaba reunido para irse a Oaxaca, porque teníamos al día siguiente la reunión. Entonces, se toma la decisión de en vez de ir a Oaxaca, a Culiacán.
Cuándo se me informa sobre la decisión que habían tomado, qué respondo, todo. Cuándo se considera que ya está de regreso la normalidad o cuándo ya empiezan las cosas a serenarse, a tranquilizarse.
La verdad, fue poco tiempo, fue muy intenso, mucho, mucho, mucho muy intenso en poco tiempo, pero eso vamos a esperarnos al informe, al reporte.
INTERLOCUTORA: ¿Cuándo van a presentar el informe?
PRESIDENTE: Lo más pronto posible. Ya se está elaborando, bueno, desde los primeros momentos. Hoy hablamos de eso del trabajar sobre el reporte. Presentarlo a la Fiscalía, al Poder Legislativo, y al pueblo, aquí hacerlo público, que se pueda tener en internet y que todos tengan la información, garantizar el derecho a la información. Van a decir que no dejo pasar nada, pero antes no se garantizaba el derecho a la información, digo, aprovechando.
Bueno, ya terminamos, nos vemos mañana, los que quedan pendiente se apuntan.
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Que dijeron las columnas Políticas?Conferencia de prensa de López Obrador...| Miércoles 23 de octubre, 2019
Hans Salazar, de ZMG, Gurú Político.
Lo que pasó en Culiacán, ¿cómo considera el papel del gobernador de Sinaloa?, ¿sintió el respaldo?, ¿ha estado realmente a la altura de respaldar las decisiones presidenciales?, ¿y en general con los gobernadores de oposición?
PRESIDENTE: Yo creo que sí, todos los gobernadores nos han apoyado, de todos los partidos. En el caso del gobernador de Sinaloa hemos trabajado de manera coordinada.
Y estas son cosas que a veces no se entienden o no se quieren aceptar porque tienen que ver con las diferencias que existen, así es la democracia, diferencias por la militancia partidista, diferencias porque si se viene de muchos años de lucha, ha habido confrontaciones, se han cometido fraudes, ha habido daños, se ha afectado a gente.
Entonces, ¿cómo es que de repente el presidente está con el gobernador de otro partido y el gobernador respeta al presidente y el presidente respeta al gobernador?, ¿por qué no hay esa discrepancia?, y esto se da también en el caso de presidentes municipales.
Bueno, porque somos gobernantes y tenemos que ponernos de acuerdo y atender a todo el pueblo.
Pero si además de que esa es nuestra responsabilidad política… y no hay que entender mal el término, el concepto de política, la política es tan limpia que ni los más sucios políticos han podido mancharla.
Claro que es importante la política. Uno de los problemas que tuvieron, entre otros, los neoliberales es que subordinaron la política, elevaron a rango supremo la economía y subordinaron la política y todo lo demás, técnicos que se creían científicos, grandes políticos. La política es muy importante, entonces, tiene que haber una actitud política en el buen sentido; y, además, si la relación es sincera, si hay coincidencias, ¿por qué no trabajar juntos?
Este es el caso con el gobernador de Sinaloa, pero también con el gobernador de Nayarit, que es de otro partido, y con todos los gobernadores hay una relación de respeto. Y yo también, cuando vamos a un acto y hay una actitud irrespetuosa, yo apoyo al gobernador, sea del partido que sea, porque también es un muy fácil que, en un acto, en una plaza, casi en el anonimato se grite, se chifle, se busque humillar a una autoridad.
Entonces, sí hay buenas relaciones, o sea, no tenemos problemas de eso...
PREGUNTA: Como segunda pregunta, presidente, ayer usted comentó que su gobierno va a capturar, va a buscar capturar a Ovidio Guzmán López.
En este contexto, preguntarle si el gobierno de Estados Unidos ha solicitado más aprehensiones de miembros de cárteles del narcotráfico, como los hijos de ‘el Chapo’ u otros miembros de grupos organizados.
PRESIDENTE: Sí hay siempre solicitudes de extradición y hay, creo, varios presuntos delincuentes que tienen órdenes o Estados Unidos está solicitando que se les extradite. Sí existe.
Pero sí les aclaro también una cosa: nosotros somos un gobierno soberano, no nos guiamos por las políticas que nos imponen otros gobiernos, nosotros actuamos con libertad.
Sí existe cooperación, desde luego, porque en este tema, como en otros, la migración, el contrabando, el narcotráfico, existen relaciones de cooperación, pero no somos colonia de ningún gobierno extranjero, actuamos con independencia, con libertad.
INTERLOCUTOR: (Inaudible)
PRESIDENTE: No, se tiene que cumplir con la ley en todos los casos, ser respetuosos de los procedimientos legales, esto yo creo que se entiende bien, no nos han hecho ninguna propuesta en ese sentido para que quede claro.
Ha habido de parte del gobierno de Estados Unidos mucho respeto a nuestra soberanía, en estos casos y en otros. Por ejemplo, cuando tomamos decisiones de no intervenir en asuntos de otros países, aunque ellos tengan una política distinta, respetan lo que nosotros decidimos de manera independiente.
Y nosotros también tenemos que ser respetuosos de la soberanía de Estados Unidos y la soberanía de otras naciones y de otros gobiernos. Esa es la política que llevamos a cabo de responsabilidad y de respeto mutuo.
PREGUNTA: Buenos días, señor presidente. Miguel Arzate, del Sistema Público de Radiodifusión, Canal 14.
Preguntarle, señor presidente. Luego de la reunión que hubo entre el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo; y el embajador de Estados Unidos, el canciller Marcelo Ebrard publicó en redes sociales que iba a haber un antes y un después, después de la comunicación que tuvo con su homólogo el presidente Donald Trump.
Preguntarle si considera si es así, si va a haber un antes o un después.
Y si nos pudiera dar detalles de este operativo que han llamado Frozen, para congelar el tráfico de armas en cinco puntos fronterizos....)
¿Cómo se va a congelar el tráfico de armas con Estados Unidos o cómo va a operar este operativo denominado Frozen? ¿Cómo va a ser? Si nos puede dar detalles.
PRESIDENTE: Bueno, ya están trabajando. El secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard tiene comunicación con el embajador en este tema de evitar el contrabando de armas, de buscar mejores controles en la frontera.
Marcelo va a informar sobre esto ampliamente, le vamos a pedir que venga acá y que informe sobre este tema en particular.
INTERLOCUTOR: ¿Va a colaborar Estados Unidos?
PRESIDENTE: Sí.
INTERLOCUTOR: ¿Desde su lado o aquí en México?
PRESIDENTE: Desde su lado. Es un acuerdo conjunto de control de armas, lo que ya es dominio público y lo que se vio en Culiacán.
INTERLOCUTOR: Es que en Culiacán se vio que había armas exclusivas del Ejército estadounidense que tenía el crimen organizado.
PRESIDENTE: Bueno, lo que se vio, armas de alto poder y, como se ha informado aquí, es armamento que entra de contrabando, casi en un 80 por ciento de Estados Unidos y la mitad de lo que entra de contrabando de Estados Unidos proviene de Texas. Toda esta información se tiene.
Entonces, hay la voluntad de parte del gobierno de Estados Unidos de ayudar en evitar la introducción de estas armas. Y el plan para hacer efectivo este propósito es el que les presentaría Marcelo Ebrard, que por ese motivo se ha reunido con el embajador de Estados Unidos en México, que ha mostrado también disposición de cooperar con México.
Y lo tengo que reconocer, el presidente Trump me buscó, habló por teléfono con nosotros. De manera muy respetuosa a nuestra soberanía expresó su solidaridad, y se expuso ahí en esa conversación el asunto de las armas; y de ahí derivó este encuentro y el compromiso de aplicar un programa en esta materia.
INTERLOCUTOR: Y la segunda pregunta, señor presidente. Preguntarle, el fiscal general de la República Gertz Manero habló de que el caso Culiacán no iba a ser otro Ayotzinapa, en el sentido de que no iba a haber impunidad.
Preguntarle si ya tuvo comunicación con él y si han hablado de este caso, o qué le parece este comentario que hizo el fiscal.
PRESIDENTE: Que está en su derecho y que es una autoridad autónoma, independiente.
Él está cumpliendo con su responsabilidad y nosotros vamos a presentar, dar a conocer toda la información, ya lo estamos haciendo, pero se va a entregar todo un informe a la fiscalía; y se va a informar también al Poder Legislativo con toda claridad, con toda transparencia, sin ocultar absolutamente nada, esa la instrucción que tiene el Gabinete de Seguridad. Desde luego se está haciendo acopio de información y se va a entregar este reporte para que la autoridad competente resuelva.
Y yo estoy también a disposición de cualquier autoridad, esto por la denuncia que presentó el PAN o que va a presentar. Yo estoy dispuesto a comparecer, a explicar, argumentar el porqué tomé la decisión de no permitir que se continuara con ese operativo y que se cuidara la vida de las personas.
Y es un buen tema de análisis y de reflexión.
PREGUNTA: Buenos días, presidente. Lorena Ríos, de Bloomberg News.
Para darle seguimiento a lo que mencionó sobre las órdenes de extradición de Estados Unidos.
¿Nos podría precisar cuántas se han dado en su mandato y a quiénes?, ¿están incluidos Ovidio y Archivaldo Guzmán en estas órdenes de extradición?
PRESIDENTE: Sí podemos informarles sobre eso, nada más tendría yo que consultar si no cometemos una imprudencia o se infringe alguna ley si se hace público; si no es así, hoy mismo les informamos.
INTERLOCUTORA: También ayer precisó que usted no fue informado sobre el operativo de Culiacán.
¿También desconocía el hecho de que Archivaldo, el hermano de Ovidio, había estado detenido y fue liberado? ¿es un dato que desconocía en lo relacionado al operativo?
PRESIDENTE : Lo primero sí, que no sabía yo en particular del operativo.
Tengo el informe de que se está actuando en el cumplimiento de órdenes de aprehensión de todos, no se oculta nada, no se detiene nada, todo lo que se me informa, todo lo que llega a mi oficina, la instrucción es remitirlo a la autoridad competente y que se proceda.
Entonces, ya es una norma eso.
INTERLOCUTORA: ¿Pero fue detenido y liberado?
PRESIDENTE: No, no tengo información sobre eso, no me dieron información sobre eso.
Yo lo que supe es de que había este operativo ya cuando estaba en marcha. Y ya me informaron en la circunstancia en que se estaban dando las cosas: de cómo había grupos armados y estaban llegando, y como otros y cómo tomaron la caseta de la carretera Mazatlán-Culiacán, y el riesgo de que se agravara la situación y que podían perder la vida muchos, y entonces fue cuando avalé el que se detuviera el operativo.
INTERLOCUTORA: ¿Y previo al operativo sí sabía que había orden de extradición de Ovidio?
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: No, no, porque son muchos casos, o sea, judiciales, no todos de extradición, desde luego, pero no estoy en eso.
Me preocupa más en lo que estoy, es: viendo diario el número de homicidios y el número de robos, es a lo que le doy más importancia, o sea, a la seguridad pública, a que no haya violencia.
Eso es un cambio también. Yo no sé si los otros presidentes estaban viendo qué hacer con los delincuentes famosos, puede ser que ellos le dedicaran más tiempo a eso; yo le estoy dedicando más tiempo a la seguridad pública.
No quiere decir que no me entere y que no me interese, pero yo lo que quiero es bajar la incidencia delictiva, que haya menos homicidios, que no haya muertos, que no haya robos, que no haya secuestros. Eso es lo que más me importa, y ese es también un cambio en la política de seguridad.
INTERLOCUTORA: Y ayer nos explicó que el operativo… que no le informaron por motivo de que es parte de procesos internos dentro del Gabinete de Seguridad.
Si se llevara a cabo un operativo en el futuro para capturar a miembros del crimen organizado, ¿se le informará a usted antes de que se lleve a cabo o cómo va a ser?
PRESIDENTE : Pues yo creo que ya hay lineamientos generales, pero de todas maneras creo que se va a actuar con más cuidado, me refiero a los encargados de llevar a cabo estos operativos.
Ya es muy claro que no queremos daños colaterales, ya es muy claro que no queremos muertos, que no es a costa de lo que sea, que la vida es sagrada. Entonces, eso ya está claro, porque también no me van a estar preguntando de cada caso.
Hay un criterio general y sobre eso se actúa, y hay que tener nada más cuidado que se planee bien cualquier acción, que no se ponga en riesgo la vida, que se cuide a la población civil, que se cuide la vida de los soldados, que incluso se cuide la vida de los presuntos delincuentes. No es con odios como debemos de actuar.
Entonces, eso debe de tomarse muy en cuenta, no es arrasar para obtener trofeos. No, aquí lo más importante va a ser el que logremos la felicidad del pueblo, el que logremos que haya bienestar, que podamos garantizar la paz, la tranquilidad, que la gente pueda caminar con libertar por las calles, que no haya terror, que no haya miedo. Eso es lo más importante y hacia eso vamos, vamos a continuar.
Y ya les vamos a presentar todo el reporte, incluso por tiempo cronológico: cuándo empezaron las acciones, cuándo se toma la decisión de parar el operativo, cómo sale el gabinete a anunciarlo, cómo se va el Gabinete de Seguridad que ya estaba reunido para irse a Oaxaca, porque teníamos al día siguiente la reunión. Entonces, se toma la decisión de en vez de ir a Oaxaca, a Culiacán.
Cuándo se me informa sobre la decisión que habían tomado, qué respondo, todo. Cuándo se considera que ya está de regreso la normalidad o cuándo ya empiezan las cosas a serenarse, a tranquilizarse.
La verdad, fue poco tiempo, fue muy intenso, mucho, mucho, mucho muy intenso en poco tiempo, pero eso vamos a esperarnos al informe, al reporte.
INTERLOCUTORA: ¿Cuándo van a presentar el informe?
PRESIDENTE: Lo más pronto posible. Ya se está elaborando, bueno, desde los primeros momentos. Hoy hablamos de eso del trabajar sobre el reporte. Presentarlo a la Fiscalía, al Poder Legislativo, y al pueblo, aquí hacerlo público, que se pueda tener en internet y que todos tengan la información, garantizar el derecho a la información. Van a decir que no dejo pasar nada, pero antes no se garantizaba el derecho a la información, digo, aprovechando.
Bueno, ya terminamos, nos vemos mañana, los que quedan pendiente se apuntan.
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Viernes 18 de octubre de 2019...
Templo Mayor de Reforma/
HABRÁ QUE guardar un minuto de silencio por el Estado mexicano que ayer se rindió ante el poderío del narcotráfico, al dejarse amedrentar para luego liberar al hijo de "El Chapo" Guzmán.
EN MEDIO de las balaceras de ayer en Culiacán, uno de los asuntos que más incertidumbre causó fue la ausencia de las autoridades federales, estatales y municipales. Con excepción de los efectivos militares que se enfrentaron cara a cara a los narcotraficantes, ni el Presidente, ni el gobernador, ni el alcalde les dieron la cara a los culiacanenses.
FINALMENTE, a Alfonso Durazo le tocó salir a dar un escueto, ambiguo y tembloroso mensaje de que habían "suspendido" las acciones. Es decir, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decidió claudicar ante la delincuencia organizada.
LO QUE pasó ayer en la capital sinaloense es, probablemente, el error más bizarro en cuestión de inteligencia, pues el operativo no falló porque se les escapó el delincuente... ¡sino porque lo atraparon! Prácticamente tuvieron que decirle "usted disculpe".
TUVO suerte, Ovidio Guzmán, presunto líder del Cártel de Sinaloa, de no haber sido capturado con una factura falsa porque entonces, ahí sí, hasta lo andan deportando.
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Bajo Reserva/ El Universal
AMLO, no hay felicidad completa
Pues no, parece que no, que la violencia no llegó a su punto de inflexión. Ayer, por tercer día en esta semana, hubo un acto de violencia con la intensidad casi de una guerra, y el día que pintaba perfecto para el presidente Andrés Manuel López Obrador, terminó por desdibujarle la sonrisa.
Por la mañana, el mandatario inauguró los trabajos de uno de sus proyectos prioritarios, el Aeropuerto Internacional “General Felipe Ángeles”, en Santa Lucía.
El Presidente lucía radiante, y no era para menos, pues tuvo que dar una dura batalla en tribunales contra sus adversarios políticos, para que ayer los trascabos pudieran iniciar la obra, su obra.
Pero poco tiempo duró la felicidad. Hacia la tarde tuvo que mandar reunir al gabinete de seguridad para enfrentar la crisis que se vivió cuando una patrulla de militares y guardias nacionales se toparon y detuvieron en Culiacán a Ovidio Guzmán, hijo de “El Chapo” Guzmán, y se desató el pánico luego de que grupos paramilitares, incluso con vehículos de ataque blindados, buscaban rescatarlo. Y después vino la peor noticia: liberaron a Guzmán, pues fueron superados por los criminales. Para el final de la jornada el Presidente quizá ya no tenía la sonrisa de la mañana.
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FRENTES POLÍTICOS/Excélsior
1. El ausente. El gobernador Quirino Ordaz ha hecho todo mal, antes, durante y después del ataque feroz del narco ayer en Culiacán, Sinaloa. Mucho más coordinados que el gobierno estatal, el Cártel del Pacífico dio un manotazo en la mesa mientras Ordaz se escondía detrás de las redes sociales, desde donde dijo a la población que se pusieran a salvo, como él. Y después, que ya podían sentirse tranquilos, pues iba hacia la capital del estado el Gabinete de Seguridad.
La supuesta detención y liberación de Ovidio Guzmán, envuelta en un halo de silencio que comienza con el gobernador, fue lo que detonó la violencia. Vergüenza le debería dar la posición que juega al frente de una entidad en la que no manda. La vida se detiene en Culiacán y en todo Sinaloa por la inoperatividad de su mandatario, quien gobierna agazapado. ¿Miedo a esa violencia que usted dejó crecer?.
3. Quemado. Las principales avenidas de Culiacán parecían zona de guerra. Los tiroteos comenzaron en la zona de Tres Ríos y se extendieron por toda la ciudad. La gente entró en pánico. El Gabinete de Seguridad se reunió de inmediato. Reos se fugaron de la cárcel, hombres armados bloquearon los cruces y provocaron que los conductores que estaban en la zona abandonaran sus vehículos; el caos imperó, y Vicente Fox, expresidente de México, declaró en Twitter:
“Se les avisa que por decreto presidencial a todos los criminales que están soltando balazos y sobrepasando a la autoridad en Culiacán se les va a acusar con sus mamás y abuelitas para que dejen de asustar al pueblo, que vive feliz, feliz”. Francamente reprobado; ayer y hoy.
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TRASCENDIÓ / Milenio
QUE lo que parecía ser la primera gran estrellita de la Guardia Nacional se perfila ahora para constituir un fiasco del tamaño de la fuga de Joaquín Guzmán Loera del penal del Altiplano, sobre todo porque el silencio oficial posterior a la captura y liberación de Ovidio Guzmán López, hijo del capo preso en Estados Unidos, y la confusión generada por el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, con su videomensaje, contrastaron con el tamaño de los disturbios que provocó el cártel de Sinaloa.
La especie de la liberación debió ser confirmada por José Luis González, abogado de la familia del Chapo, en entrevista con Azucena Uresti en MILENIO Televisión.
QUE al tiempo que ocurría la balacera en Culiacán, los senadores morenistas Miguel Ángel Navarro y Julio Menchaca, presidentes de las comisiones de Salud y Justicia, metieron el acelerador para concluir el predictamen que regulará venta, posesión, siembra y comercialización de la mariguana, con lo que se pretende enfrentar parte de la violencia en México, al quitarle ese mercado al narcotráfico.
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TIRADITOS/ ContraRéplica..
LAS MEDIAS TINTAS DE QUIRINO
•Quien de plano decidió lavarse las manos ante el horror que se vivió ayer en su estado, fue el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz. Y es que el priista estuvo literalmente escondido toda la tarde mientras Culiacán era zona de guerra, y hasta anoche decidió hacer un carrusel de entrevistas, pero solo para evadir por completo su responsabilidad. “Todo lo hicieron las fuerzas federales, ya vienen en camino y mañana dirán qué pasó”. O sea, gobernador de chocolate…
TOQUE DE QUEDA
•Lo que sí está perfectamente claro en Sinaloa, es que la capital del estado está —en los hechos— en toque de queda desde la tarde de ayer. No hay clases en todas las escuelas hoy; todas las líneas aéreas cancelaron los vuelos y por si fuera poco, hasta la Secretaría de Relaciones Exteriores anunció que la oficina de Culiacán, la de Guasave, Los Mochis y Mazatlán permanecerán cerradas para “preservar la seguridad e integridad de los solicitantes y de nuestros colaboradores”. ¡Pánico colectivo, pues!
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RAZONES /La Razón
• Se refugian en guarderías
Dicen que durante las balaceras que se registraron ayer en Culiacán, Sinaloa, fueron decenas de guarderías del Instituto Mexicano del Seguro Social las que albergaron en su interior a niñas, niños y madres de familia hasta que pasaran los ataques, en los que los grupos armados también cerraron algunos accesos a la ciudad. Sólo basta ver en los videos que circularon en redes sociales, cómo varias personas quedaron en medio de los tiroteos y quema de neumáticos que integrantes del crimen organizado provocaron en Culiacán...
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EL ASALTO A LA RAZÓN/Carlos Marín
Milenio,
La “inflexión” se dio en Culiacán
El secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, me sobresaltó anoche: a la patrulla militar que había capturado a un hijo de El Chapo y a otros tres agresores le ordenaron “suspender dichas acciones”, o sea: liberar a malhechores detenidos en flagrancia.
Adujo que lo que se quiso fue preservar la tranquilidad de los culiacanenses.
Clap clap, clap (gulp, gulp, gulp).
Oronda y lironda, la guerra del narcotráfico por la que tan vilipendiado ha sido Felipe Calderón sigue librándose y peor: recrudeciéndose, 13 años después de que, por angustiosa petición del gobernador de Michoacán en 2006, Lázaro Cárdenas Batel (hoy jefe de asesores del presidente Andrés Manuel López Obrador), el Ejército fue enviado a perseguir a quienes integraban la Familia michoacana.
Desde entonces no han cesado las hostilidades, cualquiera sea la modalidad en que se manifiesten: entre integrantes de una misma organización y entre bandas rivales, ataques a fuerzas de seguridad de los tres niveles de gobierno y de éstas, como ayer, contra poderosos grupos delincuenciales.
Cada uno de los cuatro días recientes fue marcado por la incesante guerra: el lunes, con el asesinato de 13 policías estatales en Michoacán; el martes en Guerrero, con el homicidio del militar que había logrado abatir a 14 matones; en Guanajuato con tres enfrentamientos (el primero con ataque al hotel en que se hospedaban policías federales) y saldo de cuatro muertos.
La mayor expresión de esta guerra interminable hizo de Culiacán su campo de batalla, con bloqueos de calles y avenidas; quema de vehículos y fuga de una veintena de presidiarios.
El Presidente ha insistido en que, para conseguir la pacificación del país, lo mejor es atacar las causas de la violencia. Lo recordé aquí antier (Se impone combatir a los criminales) y coincido con la idea. Juan Enrigue Z. escribe: “Si bien esa premisa puede sonar o parecer inatacable, pudiera complementarse con que la delincuencia también debe ser atacada”.
Y respecto del soldado que antes de morir liquidó a 14 sicarios, otro lector, Luis Fernando Vega de Ávila me corrige: “De ninguna manera es aceptable –para mí, y me imagino que para muchos más– decir que es El primer héroe de la 4T. Me parece una burla porque nos queda clarísimo que es un héroe, pero de la nación. Muchos mexicanos hemos sido testigos del trato indigno, el menosprecio, el denuesto y toda la serie de acciones y comentarios negativos e insultantes de los que el Ejército Mexicano ha sido objeto desde la Presidencia”.
Como sea, cuando a una orden le sigue una contraorden, el único resultado es el desorden.
Dicen que las avestruces entierran la cabeza cuando no quieren ver (y que cuando todas lo hacen, la que llega retrasada pregunta: “¿A dónde se fueron las demás?”). Pero lo que vive México no es una fábula, sino una guerra.
Cabe preguntar: ¿los patrullajes a riesgo de vidas militares y policiacas son para hacerle al puro pinche cuento…?
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ARSENAL/Francisco Garfias
Excélsior)
¿Claudicación?
Una y otra vez el presidente López Obrador ha declarado que en el país “ya no se permiten razzias, ni masacres ni exterminio…”. Una y otra vez ha dado por terminada la “guerra” contra la delincuencia organizada.
La bronca es que ni los criminales se han enterado, ni las Fuerzas Armadas parecen dispuestas a seguir con la cristiana política de “poner la otra mejilla”.
El tiro de gracia a la fallida política de “abrazos, no balazos” de la 4T se los dieron criminales, policías y guardias en Aguilillas, Michoacán; Iguala, Guerrero y ayer, en Culiacán, Sinaloa.
Los balazos que aventaron en la capital de Michoacán, los coches que quemaron, las bazucas que utilizaron y los presos que soltaron provocaron pánico, sangre, dolor, lágrimas y muerte.
Octubre rojo en tiempos de la 4T.
* Las horas de terror que se vivieron ayer en la capital de Sinaloa, luego de la captura de Ovidio, uno de los hijos de El Chapo Guzmán, refleja también que el Estado mexicano tiene poco control en zonas con fuerte presencia del crimen organizado.
Quedó muy claro que no hay inteligencia —la patrulla que lo capturó ni siquiera sabía de quién se trataba— y sí una notable ausencia del Estado débil y cobarde.
Ovidio fue liberado para resguardar a la ciudadanía ante acciones del crimen, dijo Alfonso Durazo.
El abogado de El Chapo confirma que está libre
Simplemente increíble.
* Fueron horas de tronidos con armas de grueso calibre en distintos puntos de Culiacán, sin que la autoridad o la policía pudieran evitarlo. Una veintena de presos fueron liberados por los narcos durante los enfrentamientos.
A las siete de la noche leímos un tuit del gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, en el que pedía a los habitantes de Culiacán “mantenerse a salvo” y estar atentos a las cuentas oficiales del gobierno del estado. Minutos antes, el gobierno del estado los instaba a permanecer en sus casas.
Cinco horas después de iniciada la balacera no había información oficial. Ni del gobierno estatal, ni del gobierno federal, encargado del operativo, de lo que ocurría en la capital de Sinaloa.
Versiones iban y venían sobre el número de muertos, de los presos que habían sido liberados por los narcos. Tampoco se había confirmado si había soldados capturados por los sicarios.
La violenta situación obligó a suspender clases en las escuelas de Culiacán. El partido Dorados vs. Atlante tuvo que ser suspendido.
“Culiacán tiene horas de locura con balaceras por toda la ciudad. No puede ser. Otra vez la pregunta: ¿Quién manda en Sinaloa?... “¡Está claro que la autoridad no!”, posteó, en Twitter, Manuel Clouthier.
Otro sinaloense, el excandidato presidencial de PRI, Francisco Labastida, no dudó en declarar que lo de Culiacán “es el incidente más grave que ha ocurrido en el país”.
Fue hasta las 20:30 horas que Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, acompañado de los titulares de la Defensa y de Marina, salió a confirmar que Ovidio Guzmán había sido capturado, pero nada de las víctimas de las balaceras, de los daños causados, de los vehículos quemados, de los bloqueos…
* Los violentos episodios de Aguilillas, en Michoacán, —13 policías estatales emboscados y asesinados a manos del CJNG— y de Iguala —14 malandros del cártel de Guerreros Unidos muertos y una baja en el Ejército— ilustran los días de luto que vivimos.
En el caso de Aguilillas yo no me trago la versión que el cabo que iba hasta adelante del convoy de las Fuerzas Armadas, ya herido, mató con su ametralladora a los 14 delincuentes de Guerreros Unidos que cayeron en Iguala.
Eso se lo contaron al Presidente. Lo repitió en la mañanera. Pero la verdad suena a episodio de la vieja serie de televisión Combate, donde un comando de media docena de soldados estadunidense acababa con todo el ejército alemán.
La único cierto es que la versión del “punto de inflexión” en la percepción sobre seguridad en México, de la que hablaba Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, se fue al carajo.
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RAZONES/Jorge Fernández Menéndez
Excélsior
Culiacán: una rendición inexplicable
Lo que vimos en Culiacán no es sólo una demostración de la capacidad de operación de los cárteles criminales, incluyendo la fuga de cerca de 50 reos, si a eso se suma la liberación del detenido, el escenario es desolador.
Luego de un vacío informativo de más de siete horas, al momento de escribir estas líneas, ya cerca de la medianoche, lentamente se comenzaba a confirmar la información que desde horas antes se había filtrado: el hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, Ovidio Guzmán López, que quien fue detenido cerca de las tres de la tarde en Culiacán, había sido liberado por las autoridades, luego de las acciones violentas cometidas por los sicarios del crimen organizado.
Lo ocurrido ayer en Culiacán es difícil de concebir, nunca había ocurrido antes y demuestra una inédita debilidad del Estado ante los grupos criminales.
Una cosa es la pacificación y otra la rendición. Una cosa es tratar de implementar una política que reduzca los enfrentamientos violentos y, otra, someterse a los designios de los grupos criminales.
Dicen los especialistas que con los grupos del crimen organizado siempre hay una suerte de diálogo implícito, que se realiza a partir de las acciones que tanto el Estado como los grupos criminales realizan. El accionar determina los límites, las líneas rojas que no se pueden cruzar. Ayer, los criminales cruzaron cualquier límite.
Las implicaciones de lo ocurrido son difíciles de imaginar de cara al futuro. Esta misma semana decíamos que una de las razones que podría existir en la violenta reacción que está teniendo el Cártel Jalisco Nueva Generación contra las autoridades podría estar derivada de la percepción de que existía algún tipo de acuerdo con el Cártel del Pacífico, no necesariamente un acuerdo formal, pero sí tácito. Visto lo ocurrido en Culiacán, esa hipótesis toma mayor credibilidad. Los rivales del Cártel del Pacífico ya saben cuál es el camino a recorrer.
La decisión tomada no abona a la pacificación, sino todo lo contrario, hará recrudecer la violencia. Lo sucedido pone de manifiesto el verdadero rostro de la violencia del narcotráfico y la imposibilidad de establecer una política de pacificación que no pase previamente por la justicia.
Lo que vimos en Culiacán no es sólo una demostración de la capacidad de operación de los cárteles criminales, incluyendo la fuga de cerca de 50 reos en un penal del propio Estado, un penal que, evidentemente, estaba bajo control de los delincuentes, no de las autoridades, si a eso se suma la liberación del detenido (o de los detenidos, se dice que Iván Archivaldo, el otro hijo del Chapo, corrió la misma suerte), el escenario es desolador.
Hay tres capítulos que deben ser abordados: desde hace algunas semanas, pero sobre todo en los últimos días, resulta evidente que la estrategia de seguridad seguida, la de pacificación, los regaños, los abrazos, no funcionaba y, por el contrario, los grupos criminales parecían asumir esa política de pacificación como una forma de rendición del Estado ante ellos, mientras crecía en forma cotidiana la violencia y la inseguridad.
Un segundo punto es la propia configuración de los cárteles. Hoy operan en el país unos 80 grupos criminales, pero sólo dos grandes cárteles: el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, todos los demás, de una forma u otra, gravitan en la órbita de éstos, como aliados o como enemigos. En el Cártel de Sinaloa, los hijos de El Chapo Guzmán manejan sólo una parte de la organización.
El mando de ésta la tiene Ismael El Mayo Zambada, el más antiguo, el más experimentado y el más político de los narcotraficantes en activo. También tiene espacios Rafael Caro Quintero, junto con los hijos, algún hermano y otros operadores ligados a la familia de El Chapo, pero ellos tienen, desde la extradición de Joaquín, menor su capacidad de control.
La reacción de todo el cártel en defensa de los hijos de Joaquín Guzmán demuestra que tiene que haber detrás de lo sucedido algo más que la defensa de uno de los suyos.
Un tercer punto, que no es menor, es que la presión estadunidense sobre el tema del narcotráfico está creciendo en forma constante. Luego del tema migratorio, el de la epidemia de opiáceos en la Unión Americana es clave en la vida social y en la política estadunidense.
Y buena parte del tráfico de opiáceos desde México hacia Estados Unidos lo ejecuta el C ártel de Sinaloa. La reacción estadunidense ante la liberación forzada de Ovidio será difícil de sostener.
Lo cierto es que, luego de lo que vimos ayer, desde la reacción del narcotráfico ante la detención de uno de los suyos, la fuga de los reos del penal estatal, el grado de violencia y de confrontación con las autoridades hasta la liberación del detenido, todo tendrá que cambiar en la estrategia de seguridad. Los abrazos, los regaños, son ya una entelequia del pasado.
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ESTRICTAMENTE PERSONAL/Raymundo Riva Palacio
El Financiero
Infierno en Culiacán
Aclaración: esta columna se terminó de escribir a las ocho de la noche, hora de la Ciudad de México, cuando el túnel en el que se encontraba Culiacán seguía en la oscuridad, la confusión y la incertidumbre.
Lo peor que sucedió ayer en Culiacán es que la noche llegó y para muchos, la certeza de despertar al día siguiente se había perdido. Desde 1975 cuando en el velorio de un hermano de Miguel Ángel Félix Gallardo, el último de los grandes barones de la droga, se desató una balacera que se extendió por la ciudad, no se había vivido lo que este jueves sufrió Culiacán. Pero mucho peor.
Cuando menos hasta la hora del crepúsculo, amplias zonas de Culiacán estaban bajo el control del las milicias de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, que bloquearon cada una de las salidas de la capital de Sinaloa y el aeropuerto en manos de criminales.
Los sicarios llegaron por decenas a Culiacán para defender a sus patrones y realizaron acciones quirúrgicas contra las fuerzas de seguridad, atacando las instalaciones del Ejército, la Fiscalía, la policía estatal y la policía municipal.
Testimonios de habitantes de Culiacán narran lo inenarrable. Los ejércitos del narcotráfico golpearon al Ejército y le arrebataron la capital a las autoridades. El gobierno, al menos durante la mayor parte del día, quedó en manos de los paramilitares de Guzmán, pero la confusión no permite llegar aún a ninguna conclusión.
Lo único claro es que la única autoridad real en Culiacán durante las horas de luz de este jueves, eran los narcotraficantes, ante el repliegue del Ejército. Controlaban todo. En la periferia de Culiacán establecieron tres retenes en cada carretera, de acuerdo con personas que lograron escapar de la capital, para frenar algún ataque del Ejército, al que pusieron a controlar las casetas de peaje.
Comenzó todo a media mañana. Según un culiche que estaba tomando café en la zona comercial de Culiacán, conocida como Tres Ríos, donde la batalla campal inició. Alrededor de las 11 y media (una hora menos que en la Ciudad de México), recordó que trascendió que habían detenido a uno de los hijos de El Chapo Guzmán.
“La confusión era si efectivamente había sido el Ejército o los rivales de los Guzmán”, dijo al recordar las primeras horas de un día que terminó para él siete horas después, cuatro que estuvo encerrado en el restaurante porque era imposible salir a las calles por las balaceras, y tres más en llegar a su casa, no muy lejos de ese lugar, por tantos vehículos bloqueando las calles, incendiados y procurando evitar los puntos de mayor violencia.
Como todos los que han aprendido a vivir en el riesgo, su vehículo llevaba los vidrios abajo para que pudieran observarlo y ver que no era policía, militar o sicario.
La operación era para detener a Ovidio Guzmán López, de 29 años, apodado El Ratón, buscado por el gobierno de Estados Unidos, lo que añade confusión a lo que realmente sucedió ayer. Agentes de la DEA presumiblemente fueron los que presionaron al gobierno federal y participaron en la pésimamente planeada operación, que provocó la toma de Culiacán por parte de los paramilitares de los Guzmán. Las grabaciones de quienes participaron en la detención, a las que tuvo acceso esta columna, muestran la desesperación.
“Están parapetados con el 75 (que significa ‘detenido’ en las claves policiales). No les llega el apoyo”, dijo uno de los agentes que estaba buscando apoyo.
“¡Dile a los putos que suban los Blackhakws; tienen autonomía de vuelo”, dijo otro, que sabía que sus compañeros estaban rodeados.
No sabían que ni el Ejército ni la Secretaría de Seguridad Pública Ciudadana ordenaron a los Blackhawks, poderosos helicópteros artillados, volar para apoyar a sus compañeros, porque temían que los derribaran con los Barrett, el fusil de alta potencia que utilizan los grandes cárteles de la droga. La unidad que detuvo a Guzmán López quedó a merced de los paramilitares.
La forma como salieron con vida y el detenido no está nada claro. Grabaciones obtenidas por fuentes cercanas a los federales de varios jefes de sicarios, proporcionadas a esta columna, tienen diálogos inexplicables con la información conocida hasta este momento.
“Pendiente plebada”, dice uno, “ya rescataron al patrón”.
“Por favor, pongan atención”, dijo otro, “ya no tiren bala. Ya no tiren bala. Ya todo bien. Díganle a la plebada. Ya no vamos a ir por el muchacho, ya todo se arregló”.
Una versión que no pudo confirmar María Idalia Gómez, editora de Eje Central, es que Iván Archivaldo Guzmán, el hijo más conocido de El Chapo Guzmán, fue detenido, pero lo liberaron.
“Paren todo, paren todo”, grita uno más de los jefes operativos paramilitares. “El patrón ya se entregó. Paren todo”.
En otra grabación, los paramilitares hablan por radio sobre lo que planeaban hacer. “Seguimos matando guachos, no siguen matando gente. Vamos por unas personas. Métanse a la guarda, saquen mujeres, lo que sea, niños”.
Otro dice, aparentemente a militares que capturaron: “Se van a morir a la verga. Métanse. Van a mamar un vergal de niños, de señoras y todo a la verga. Mire compa. Deje de pedir apoyo al gobierno. Desafánese y a la verga”.
Los paramilitares liberaron a decenas de prisioneros del penal Aguaruto. Las autoridades dijeron que no eran más de 30, pero hay indicios que fueron muchos más. Hay un número indeterminado de civiles muertos, y muchos más se salvaron porque se encerró en sus casas.
El saldo de muertos y heridos es desconocido, pero es un evento activo. Nunca se había visto nada así en una ciudad del tamaño de la capital de Sinaloa. Nunca imaginamos que esto sucedería en México.
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Las columnas políticas, hoy, sábado 19 de octubre de 2019;
Templo Mayor/ Reforma,
¡AH, pero qué disparejo reacciona el gobierno de Andrés Manuel López Obrador! Si se trata de la prensa, la sociedad civil, los entes reguladores, los organismos empresariales, las calificadoras o los ombudsman, responde con fuerza y hasta con furia, con todo el peso de la investidura presidencial y a veces del Estado completo.
PERO CUANDO tiene enfrente a los capos del narcotráfico, a los normalistas y profesores que secuestran camiones y bloquean vías, a los huachicoleros, a los vándalos de las marchas, o a algunos políticos corruptos de gobiernos anteriores, la 4T hace como que no ve y se aleja silbando una alegre tonadilla.
SI LA ENJUNDIA con la que el equipo presidencial combate las críticas a su modelo la aplicaran en construir un verdadero Estado de Derecho, tal vez las cosas no andarían tan chuecas.
UNO DE los aspectos que urge aclarar en el caso de Ovidio Guzmán es si, como se especula, agentes de Estados Unidos jugaron algún rol en el affaire, porque para nadie es secreto que las capturas de narcos de alto perfil se hacen desde hace años con la inteligencia y apoyo de la DEA.
ADEMÁS, el gobierno ya reconoció que la misión era capturar al heredero del Cártel de Sinaloa para extraditarlo. Es decir, que se trata de un "bad hombre" que genera un especial interés en el Departamento de Justicia o incluso en la Casa Blanca.
Y AUNQUE recientemente Donald Trump elogió al gobierno mexicano por sus acciones en materia migratoria y hasta dijo que México lo ha ayudado más que los demócratas, habrá que ver cómo toma el hecho de que se dejara libre a un hombre buscado en Estados Unidos por narcotráfico.
MÁS AÚN si resulta cierto que, en la localización y seguimiento del "Chapito" -quien, por cierto, ya hasta corrido tiene-, participaron agentes estadounidenses y se usaron recursos del Tío Sam.
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Frentes Políticos/Excelsior...
19 de Octubre de 2019
3. ¿Usted qué haría? El ejercicio es sencillo. Con toda objetividad, póngase en los zapatos del Gabinete de Seguridad. La delincuencia organizada mostró el porqué de esa etiqueta y en 15 minutos montó un operativo de pánico imposible de detener. Piense cómo evita una matanza. Lo primero, y más sencillo, es reprobar la decisión de liberar al capo. Es lo más sencillo. Pero hay que reflexionarlo. Aunque la captura de Ovidio Guzmán López fuese un objetivo primordial de Andrés Manuel López Obrador, no puede obviarse que, por encima de cualquier propósito criminal, debe encontrarse el fin superior para salvaguardar la vida y la integridad de la población. Para algunos, lo ocurrido en Culiacán, Sinaloa, es un drama consumado. De haberle hecho caso a la sinrazón, de cuántos muertos estaríamos hablando: ¿cinco, diez, varias decenas? Piénselo, eso sí sería una tragedia. Cerrar filas es lo que impera. Todos. Ya.
4. Al banquillo. El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, tendrá que explicar las fallas en el operativo para capturar a Ovidio Guzmán López, durante su comparecencia en la Cámara de Diputados proyectada para el 31 de octubre, así lo aseguró la presidenta de la Mesa Directiva, Laura Rojas. “Será la primera oportunidad formal ante esta Cámara para que explique a detalle lo que sucedió”, expresó. La legisladora enfatizó en que las explicaciones no deben quedarse en “una mañanera”, sino que se debe acudir al Congreso, la institución de representación del pueblo y de formal de supervisión del Poder Legislativo. Excesivo el ego legislativo. Pero, bueno, de alguna manera deben justificar lo que ganan. ¿Qué piensan, destrozarlo a cuestionamientos?
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Estrategia de “avestruz” frente al crimen
Arsenal/FRANCISCO GARFIAS
Excelsior
Leí el reporte de los consultores del Grupo Eurasia, especialistas en detectar riesgos políticos para los inversionistas alrededor del mundo, sobre la crisis en Culiacán; que puso en evidencias la “pobre” estrategia de seguridad de la 4T.
El documento, firmado por Daniel Kerner, expone que uno de los principales riesgos para la política en México es el “nivel extremo” de centralización de las decisiones en manos de López Obrador.
“Este es un problema que afectará las políticas más allá de la seguridad. Es el desafío (también) en la política fiscal y energética”, subraya textual.
El reporte agrega que, a largo plazo, la inseguridad se convertirá en un serio problema para la popularidad de AMLO.
Coincido. Se ve difícil que las condiciones mejoren con la estrategia de avestruz que la 4T aplica para combatir el crimen organizado.
La confianza en el gobierno ha quedado tocada después de los acontecimientos de Culiacán, Aguililla e Iguala.
Retomo el reporte:
“El problema (de la confianza) se agravará si la desaceleración de la economía continúa, como parece que ocurrirá. Es probable que López Obrador tenga algo de tiempo antes de perder el apoyo.
La falta de oposición organizada y los casos de corrupción de alto perfil que su gobierno está procesando, le darán espacio”, puntualiza.
¿Por cuánto tiempo? Esa es la gran pregunta.
* En la mañanera de ayer, el Presidente dijo que el Gabinete de Seguridad tomó la decisión de liberar al Chapito, y que él avaló.
Yo francamente no veo al secretario Durazo; ni al general Luis Crescencio Sandoval; y menos al almirante José Rafael Ojeda, tomando decisiones de esa envergadura.
Él decidió soltar al hijo de El Chapo con la idea de que la captura de un delincuente no vale la vida de cientos de personas. Un argumento que no soltó en todo el día.
Los secretarios de Seguridad, Defensa y Marina sólo acataron órdenes de su jefe.
Suena noble el razonamiento del Ejecutivo para justificar la liberación del delincuente. “No se puede enfrentar la violencia con la violencia”, “nada por la fuerza, todo por la razón”, repite como estribillo
Pero llevar a la práctica esas palabras no ha servido ni para el “punto de inflexión” que presumía Durazo.
Pregunta obligada: ¿El Estado va a responder con fuchis, guácalas y apelando a que piensen en sus mamacitas, a la violencia extrema del crimen organizado?
Seguro estoy de que muchos de los que votaron por Andrés Manuel, reprueban la liberación de Ovidio Guzmán.
Saben que el crimen organizado ya vio que con la fuerza de las armas puede doblar públicamente al Estado, humillar a policías y militares, y conseguir lo que quiere.
No se necesita un sesudo análisis para vaticinar que, envalentonados por la debilidad del Estado, no tendrán reparo en sembrar pánico y muerte en cualquier ciudad de la República, cuando sus intereses así lo requieran.
* La situación de seguridad del país es grave. 23 mil 700 homicidios en lo que va del año respaldan esa afirmación.
La violencia ha aumentado en estados como Guanajuato, otrora un estado tranquilo, por el huachicol.
Se suma a Colima, Baja California y Chihuahua, Michoacán, Sinaloa, asiento de cárteles de las drogas.
Me puse a pensar qué habría hecho si hubiese tenido que tomar la decisión de liberar o no al Chapito.
Para responder le compro sus palabras a Ricardo Monreal. “Soy de los clásicos. El cumplimiento de la ley no admite excepciones”.
Hasta allí mi coincidencia. La justificación de que si hubiese sido una tragedia ya lo estarían acusando de genocidio en la Corte de la Haya, esa no se la compro.
Un último comentario. Ya quedó claro que el comando que enviaron a capturar a Ovidio no tenía estrategia, ni la fuerza necesaria para hacerlo.
Falló la inteligencia. No midieron la reacción del Chapito y sus aliados. El gobierno quedó en ridículo frente al mundo con ese operativo fallido, deficiente e improvisado.
Ojalá que con este grave hecho le quede claro al Ejecutivo que el CISEN no sólo servía para espiar opositores.
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En llamas/Jorge Volpi
REFORMA
Lo más trágico es que Sinaloa en llamas ofrece un resumen perfecto, en miniatura, de estos años de plomo
Tras largas horas de confusión, con Sinaloa en llamas, al fin tenemos una idea más o menos clara de lo ocurrido: el Estado mexicano decide capturar a uno de los delincuentes más buscados del país, Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante estrella de nuestro tiempo, El Chapo. El operativo, mal planeado y peor ejecutado, consigue su detención, que muy pronto se ve contrarrestada por el vigoroso asalto de diversos grupos armados, los cuales no tardan en doblegar a las fuerzas de seguridad. Ante el inminente peligro de que los enfrentamientos se cobren más víctimas civiles, el gabinete de seguridad del país, con aprobación del Presidente, decide la liberación del criminal.
En la refriega, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, flanqueado por tres militares del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, y el director del Centro Nacional de Inteligencia, ofrece una errática conferencia de prensa donde afirma que, identificado por casualidad en un operativo de rutina, la captura de Ovidio Guzmán fue la causa de la ola de violencia en Culiacán, sin aclarar si éste se encuentra o no detenido. No es sino hasta el día siguiente que, en su habitual conferencia de prensa, el Presidente confirma que el criminal fue dejado libre "para proteger la vida de las personas". Poco después, el gabinete de seguridad rectifica y, en un raro -pero no menos escandaloso- mea culpa, confirma que el operativo sí buscó la captura de Guzmán y reconoce su "precipitada" implementación.
Sinaloa en llamas es un estrepitoso fracaso. El fracaso del Estado mexicano, incapaz de capturar a un delincuente y proteger la vida de sus ciudadanos. El fracaso, sin duda, de los dos gobiernos anteriores, en particular el de Felipe Calderón, torpe iniciador de la guerra contra el narco, pero también el de Enrique Peña Nieto, que se conformó con disminuir su perfil mediático preservando los principios de su predecesor. Y el fracaso, qué duda cabe, de la administración de Andrés Manuel López Obrador, que tampoco modificó, en contra de lo que prometió en campaña, la estrategia meramente punitiva en el combate al crimen organizado.
Sinaloa en llamas señala nuestro fracaso colectivo. El de una sociedad que, pese a los 250 mil muertos y 60 o 70 mil desaparecidos acumulados desde el 2006, no ha sido capaz de obligar a sus gobernantes a modificar sus ideas de seguridad y justicia. El de una sociedad que, frente a los desastres de estos 13 años, no ha sabido organizarse para exigir un cambio radical en las medidas adoptadas por tres partidos distintos para enfrentar las consecuencias de la guerra contra el narco. El gobierno de López Obrador no es el culpable de lo sucedido, pero es claro -y desolador- que, al concentrarse en la creación de un nuevo cuerpo de corte militar, la Guardia Nacional, desentendiéndose de la legalización de las drogas y la justicia transicional anunciadas por su secretaria de Gobernación, y manteniendo la desmedida influencia del Ejército, sí es ahora responsable del inmenso error de antier, que ha dejado como saldo ocho muertos y numerosos heridos.
Lo más trágico es que Sinaloa en llamas ofrece un resumen perfecto, en miniatura, de estos años de plomo. La improvisación de esta acción calca, en pequeño, la de los operativos conjuntos de Calderón en 2006. No adivinar la respuesta a una acción de tal envergadura merecería la renuncia de todos los responsables de seguridad. La mentira inicial, según la cual Guzmán López fue detenido por accidente, repite las pronunciadas una y otra vez por los subordinados de Calderón y Peña, y también bastaría para provocar esas renuncias. Los muertos y heridos son los mismos que se suman -y luego olvidan- desde 2006. Y la liberación del Chapito no es sino el mayor símbolo de la impunidad que prevalece en el país.
Dura lección que el gobierno de López Obrador, que tantas esperanzas sigue concitando en la mayor parte de los ciudadanos, debe aprender. El camino del pasado se ha revelado inútil y pernicioso. México merece intentar uno nuevo: el que él mismo esbozó antes de su llegada al poder.
@jvolpi
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Precipitación/
SOBREAVISO / René Delgado
REFORMA, 19 Oct. 2019
Esta semana quedó clara la urgente necesidad de la administración de reparar en qué punto se encuentra.
Ya no actúa con velocidad, sino con precipitación, desbocadamente. Si el Ejecutivo no toma asiento y reflexiona sobre el límite y el horizonte de su gestión, así alargue la conferencia matutina y fustigue aún más a la prensa acusándola de sus propios dislates, no conseguirá dominar la administración, menos aún conquistar el gobierno.
De no reparar hasta dónde llegar, cuál ruta tomar, qué pasos dar, cuántos frentes abrir y cerrar en el trayecto, cómo avanzar con certeza y cuál es el destino, al margen de las zancadillas, los tropiezos de la administración podrían culminar en una caída, probablemente, con fractura expuesta.
Dar por aciertos totales acciones en curso o negar desaciertos pese al error, no fortalece, debilita a la administración.
Aparte de los "otros datos" del mandatario, hay uno más: la realidad.
La realidad no se transforma con sólo decir "vamos bien", "eso se acabó", ni descalificando a la crítica, arrastrando las palabras hasta borrar su significado o recurriendo a frases hechas sin sustento. Se puede cambiar la percepción por un momento, pero la realidad siempre se impone y termina por arrasar el deseo y la voluntad, exhibiéndolos como una ilusión.
Hace unas semanas (Sobreaviso del 31 de agosto: "Punto de inflexión") se advertía: "...la circunstancia nacional e internacional insta a reconsiderar y recalcular los pasos a dar, a no convertir la oportunidad en calamidad". El tiempo transcurrido ha sido tiempo perdido.
Lógicamente, el foco de atención hoy se concentra en el brutal revés sufrido por el Estado en Culiacán, Sinaloa. Sin embargo, estos días no sólo sucedió eso. Importantes acontecimientos pusieron de nuevo en juego el entusiasmo y el miedo, la oportunidad y la calamidad.
La violencia criminal y oficial borró el supuesto punto de inflexión en la comisión de delitos. La judicialización de la política -por no decir, su fracasoreveló un profundo desencuentro y colocó al poder restante, el Judicial, contra la pared. El litigio en un tribunal estadounidense sobre la manifiesta corrupción de la anterior administración de Petróleos Mexicanos, agregó un ingrediente a la complicadísima situación de la empresa. La silla vacía sin explicación en la Corte dejó una terrible incógnita sobre lo ocurrido y lo que sucederá. La aprobación de la revocación del mandato adquirió un significado profundo. La burla de Morena en San Lázaro a las observaciones hechas sobre los vicios de la reforma contra la defraudación fiscal no tuvo par. La caída de Carlos Romero Deschamps, emblema de impunidad y pusilanimidad política, planteó la duda de si basta el descabezamiento del sindicato petrolero para democratizar su estructura o si la pugna por su control dará un golpe más a la empresa. El inicio de la ampliación del aeropuerto en Santa Lucía dejó en el aire no sólo a los aviones, también su viabilidad. El cínico desafío de Jaime Bonilla y su pandilla a la legalidad y el Estado de derecho evidenció un ánimo golpista. El asedio a la prensa vía puyas o emplazamientos expone una intolerancia.
No sólo fue el sitio de Culiacán por el crimen lo ocurrido. Cada suceso encriptó el entusiasmo y el miedo, dejando en vilo el porvenir.
Sí, lo sucedido en Culiacán es asunto mayor, delicado en extremo. Cimbró el discurso oficial y tambaleó el Estado de derecho.
No basta madrugar para ver cómo amaneció la violencia y, así, acreditar el trabajo por la paz y la seguridad. No basta juntar a los altos mandos si hay errores crasos de comunicación con el resto de la estructura y de diseño de la operación. No basta con recibir una orden de extradición para ir por un capo criminal, sin conocer la capacidad de fuego y de logística de su estructura, el teatro de operación ni la estrategia. No basta complacer los pedidos de Estados Unidos sin ponderar el efecto local y nacional. No basta restar importancia a lo ocurrido cumpliendo con la agenda, cuando el tamaño del error demanda atención superior.
El error cometido -detener y luego liberar a un delincuente, rendir la plaza de una ciudad-capital al crimen, fundar la decisión en el propósito de evitar un trágico daño colateral cuando, en rigor, no se planeó ni calculó la operación- exige tomar asiento y despachar los asuntos, no mantenerse de pie tras el atril y perorar.
De cuanto está ocurriendo en el ámbito criminal, la administración tuvo noticia con el tamaño del revés sufrido. De cuanto pueda ocurrir con la economía, ya hay avisos. De recortar para ahorrar, ya hay indicios de la pérdida operacional de la administración.
Es hora de sentarse, reflexionar y rectificar ahí donde es necesario.
Sí, el Ejecutivo tiene que pensar y ajustar, pero no menos la oposición.
En particular, Acción Nacional que, día a día, patina en su postura, resucita a Vicente Fox para "darle en la madre a la 4-T", busca ganancia en la ruina y, en el exceso, reclama lo que no fue capaz de dar durante su estancia en el poder. Con qué cara criticar la falta de seguridad y la violencia criminal si éstas germinaron durante su gestión.
La ausencia de liderazgo en ese partido hace crecer a políticos miniatura y si los cuadros panistas con experiencia y visión no rescatan a su organización, sin duda, formarán parte del problema, no de la solución.
Igual las agrupaciones que, en nombre de la modernidad y el progreso, defienden el pasado que llevó al país donde se encuentra.
A punto de concluir el primer año de la gestión, es hora de recordar cómo el país ha perdido tiempo, incluso, sufriendo sexenios de muy corta duración.
Es hora de rectificar, y sí se puede.
sobreaviso12@gmail.com
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Los pusieron de rodillas/FERNANDO ZEPEDA
El Debate, 19 DE OCTUBRE DE 2019;
Ojo indiscreto
No hubo valientes que dieran la cara ante caos
Los pusieron de rodillas. Con los delincuentes no se negocia. No se transige. Simple y sencillamente se aplica la ley. Lo que sucedió en Culiacán. Lo que hizo el Gobierno Federal solo habla de la ausencia del estado de derecho. Quienes quieran validar que se decidió en poner en libertad a un delincuente aprehendido. Con orden de aprehensión e incluso de extradición, solo hablan de lo superficial. El fondo es que el Gobierno de López Obrador no ha mostrado hasta hoy una estrategia clara de cómo combatir a la delincuencia. Y la violencia, señores, no se generó ayer tras la detención del hijo del capo sinaloense “El Chapo” Guzmán. Arrancó desde el momento que el presidente, de una manera simplista, jamás antes vista, ha convocado a la sociedad mexicana a combatir con un “guácala...fúchila” y la advertencia de que los delincuentes serán acusados con sus mamacitas y abuelitas. Desde ahí arranca todo. La manifiesta ineptitud del Consejo de Seguridad Federal, que encabeza Alfonso Durazo y del cual forman parte los titulares del Ejército, Marina y la Guardia Nacional, es la que puso en riesgo la vida de cientos de ciudadanos de Culiacán. Molesta que pretendan vernos la cara cuando cambian hasta tres veces la versión “oficial” de los hechos. Molesta e indigna las declaraciones de López Obrador que pontifica advirtiendo que se pensó más en la vida de inocentes y se decidió liberar a un criminal. Cuando él sabe que su Gobierno, al no realizar un verdadero plan de detención, expuso a todos.
De López Obrador resulta ocioso que se demanda la renuncia del presidente. Que no se dará, claro está. Pero exigir que su gabinete de seguridad federal sea renunciado de inmediato si es factible. El mismo López Obrador lo demandó cuando se dio el supuesto escape del “Chapo” Guzmán de la cárcel de dizque alta seguridad. Él lo demandó. Tenemos el audio. Y fue por un escape de ese narco. Ahora es peor, no se les escapó, lo dejaron ir cuando ya lo tenían.
¿Qué es lo que sigue? No sabemos. Pero lo que sí está claro es que pusieron al Gobierno Federal de rodillas. Y los narcos y demás criminales ya probaron que ese es el camino para lograr su impunidad plena. En medio de todo este ridículo, no solo nacional sino internacional, da la apariencia que al general Luis Cresensio Sandoval y al almirante José Rafael Ojeda, de Sedena y Marina respectivamente, los llevaron al baile.
Daños colaterales. Tras los escándalos suscitados en Culiacán. Tras las imágenes que profusamente circularon en redes sociales al convertirse Culiacán en zona de guerra, lo que viene es evitar las consecuencias de esos hechos. Recuperar la tranquilidad de los ciudadanos. Y buscar con estrategias claras e inteligentes que las principales actividades económicas de Sinaloa, particularmente el turismo, no resulten afectadas. De entrada, ayer, hoteleros, restauranteros y demás prestadores de servicios turísticos reportaron una baja en la ocupación y arribo de visitantes. Y es que en las noticias se hablaba de Culiacán pero se mencionaba Sinaloa. Y con eso, en el caso del turismo, quienes tenían planeado venir a Mazatlán este fin de semana decidieron posponerlo, o en su defecto cancelarlo. Hay mucho por hacer en Sinaloa para restituirle la tranquilidad a los sinaloenses. Hay mucho por hacer en Sinaloa para brindar certidumbre a las actividades económicas que dan sustento a miles de familias. #
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Huyen en Culiacán familias militares
Por miedo, luego de ser amagadas tras el fallido operativo para detener a Ovidio Guzmán familias de militares abandonaron sus viviendas en el complejo habitacional de la Colonia 21 de Marzo.
Fuentes militares aseguraron que las familias fueron evacuadas y enviadas a la sede de la Novena Zona Militar para su tranquilidad.
Se trata de al menos 60 de 140 familias de soldados que viven en la Unidad Habitacional Militar, ubicada por la carretera a Mazatlán, la cual alberga también oficinas y una sucursal de Banjército.
El jueves, el complejo de 16 edificios de departamentos fue atacado por un comando de presuntos integrantes del Cártel de Sinaloa.
El Secretario de la Defensa, General Luis Sandoval, reconoció un día después el ataque en la Colonia 21 de Marzo como un acto de presión para soltar al presunto narcotraficante.
"Se acercaron a la unidad habitacional, entraron, hicieron fuego sobre la unidad habitacional. De ahí se llevaron un elemento de seguridad civil contratado para la seguridad de las instalaciones y a un elemento de tropa que estaba vestido de civil", detalló en la conferencia que encabezó con el Secretario de Seguridad, Alfonso Durazo.
En un video interno, militares califican de cobardes los actos violentos de miembros del Cártel de Sinaloa registrados el jueves en Culiacán e indican que fueron abatidos más de cinco gatilleros.
El material se usó presuntamente para levantar la moral de las tropas.
"En Culiacán cumplimos con la misión, a pesar de que se estima que eran 700 u 800 delincuentes, sólo 350 de nosotros les hicimos frente.
En la grabación obtenida por REFORMA se muestran imágenes de entrenamiento operativo de los soldados. (Reforma, nota Marcos Vizcarra y Benito Jiménez).
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Las columnas políticas, 20 de octubre de 2019
Templo Mayor/ Reforma
LOS MILITARES están molestos. Luego del papelazo del gobierno federal en Culiacán, por vías tanto oficiales como oficiosas, diversos sectores castrenses han dejado sentir su incomodidad.
OBVIAMENTE, de entrada, les molesta la falta de preparación de un operativo tan delicado, su ejecución y posterior echada para atrás. Existe inclusive la versión de que el Ejército fue hecho a un lado, para darle su primera medalla a la recién creada Guardia Nacional. Para colmo, la improvisación gubernamental, a los primeros que puso en peligro fue a los familiares de los propios soldados, que ya tocaron a retirada en la plaza.
A ESO se suma que, para variar, fueron los de verde olivo los que tuvieron que sacarle las castañas del fuego a Andrés Manuel López Obrador, pese a lo cual se les ha querido colgar la culpa de todo lo que salió mal. Y vaya que los militares aguantan mucho... pero no que se metan con su orgullo.
EL QUE está viviendo una paradoja es Alfonso Durazo, pues justo antes del estallido en Culiacán, sus sueños de ser gobernador de Sonora estaban en su apogeo. Tan es así que, casuaaalmente, alguien colocó su nombre en tres encuestas pre-pre-preelectorales para medir cómo andaban sus bonos en el terruño.
CUENTAN que con todo y que la gobernadora, Claudia Pavlovich, sale muy bien evaluada, en los sondeos Morena va a la cabeza, lo cual tenía muy entusiasmado al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana. Pero después de que se tropezó con un Ovidio, es posible que el sueño de Durazo se haya convertido en pesadilla.
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Incentivos y consecuencias/Eduardo Caccia
REFORMA, 20 Oct. 2019
La señal que lanzó el gobierno de México con el repliegue en Culiacán, no abona a la narrativa de un país donde impere el Estado de derecho. Salvó vidas, sin duda, falta saber a qué costo. Rescato la autocrítica de algunos actores de la autollamada 4T que reconocen errores en el operativo. Preocupa que el líder siga creyendo que "vamos muy bien" y que asuma cualquier insinuación de que no es así como crítica opositora. ¿Para qué quiere AMLO una Guardia Nacional si con el argumento del mal menor, no la va a usar? Otorgar patente de corso a los narcos para que trabajen para el país, seguramente también salvará vidas.
Vivimos una paradoja. El Presidente y el gobierno federal se equivocan de enemigos. Por un lado, son suaves con los criminales y les hacen exhortaciones morales que son motivo de burla popular en varios sectores de la población, y por otro lado se muestran amenazantes, implacables contra las empresas y los empresarios vía una política fiscal que equipara ciertos delitos fiscales con la delincuencia organizada, sin mediar juicio de por medio. Cualquier narcotraficante tiene derecho a un juicio justo antes de ser condenado, un empresario que haya cometido fraude con facturas falsas, no.
Aplaudo el objetivo de incrementar la recaudación y disminuir o erradicar la defraudación fiscal, me cuesta trabajo creer que la batería legal del Estado se apunte con prepotencia contra quienes arriesgan su patrimonio para crear empresas que producen fuentes de trabajo y en muchos casos tienen iniciativas sociales que contribuyen a una mejor sociedad y desarrollo económico. ¿Qué hay de la inmensa mayoría que vive bajo el cobijo de la economía informal? ¿Por qué el Estado parece sólo ver a los contribuyentes cautivos?
Todo grupo social opera con un sistema de incentivos y consecuencias, algunos del orden natural (toco un cable, sin aislamiento, cargado de corriente eléctrica, recibo una descarga; no es negociable), otros salidos de la mente del ser humano para una mejor convivencia (Yuval Noah Harari las identifica como creaciones ficticias, es decir, son narrativas ajenas al orden natural) como el concepto de nación, el Estado, la ley, la religión. Estos incentivos y consecuencias forman un gran marco de actuación para las personas, donde el Estado tiene como primerísima función la seguridad de sus ciudadanos, y estos a cambio deben contribuir para que el Estado tenga los recursos necesarios.
Cuando los incentivos y las consecuencias se invierten, el Estado tiende a tener más de lo que no quiere y menos de lo que sí quiere. Al lanzar una señal al mundo de que en México se imponen los criminales (y la consecuencia que reciben es un "¡fuchi, guácala!") la inversión extranjera y el turismo no tienen incentivos para venir. Al ponerles la pistola del SAT en la sien a los empresarios, no se tienen los incentivos para abrir más empresas y generar más fuentes de trabajo. Por otro lado, los grupos criminales tienen ahora más incentivos para seguir delinquiendo, y quienes están en la economía informal tienen más incentivos para seguir ahí, sin pagar impuestos.
Necesitamos cambiar las condiciones de vida de muchos mexicanos para evitar estos incentivos: "Tus lágrimas seca, muchacho, / pronto vas a acostumbrarte. / Tus manos están temblando/ como cualquier principiante. / Las calles han sido tu escuela / y el vandalismo tu vida. / Pasaste hambres y tristezas, / la mafia ahora es tu familia". (Fragmento, El niño sicario, Calibre 50).
Imagino un pacto nacional por la legalidad y el progreso para cerrar filas con el presidente López Obrador, donde éste reconoce que necesita escuchar a expertos que hoy desprecia (algunos incluso correligionarios) y promueve cambios legales para que los incentivos estén a favor de que haya más empresarios y empresas, se trabaje en mancuerna para conseguir sus metas de los programas sociales de la mano de Empresas Socialmente Responsables y generamos un círculo virtuoso de empleo y desarrollo económico con mejor distribución de la riqueza. Para que esto suceda, el Presidente y su gobierno deben dejar de ver enemigos donde pueden tener aliados.
"Plebes que siguen mis pasos, / voy a darles un consejo. / Valoren familia y trabajo, / sean hombres de provecho". (Op. cit.).
@eduardo_caccia
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El presidente frente al mal/Enrique Krauze
REFORMA; 20 Oct. 2019
Para caracterizar la naturaleza del mal, el presidente López Obrador no recurre a los marcos legales de una república sino a la esfera religiosa, en particular a dos de los Diez Mandamientos: "No mentirás", "No robarás". Extrañamente, en su discurso aparece poco el precepto que, desde el origen, norma la vida en sociedad: "No matarás". ¿Cómo operan, en la práctica, sus creencias?
"No mentirás". Aunque el presidente solía repetir que no miente, en tiempos recientes ha dejado de mencionarlo. Su diaria exposición de los problemas del país no se caracteriza por la sencilla y sincera confrontación de la verdad sino por la imprecisión, la evasión, el silencio, el insulto o la descalificación de quien lo cuestiona, y sí, la mentira. En la era de las "fake news" puede parecer normal que declare tener "otros datos" y que su público cautivo los avale, pero un sector creciente de la opinión sabe que esos datos alternativos son demostrablemente falsos. En los tiempos actuales no hay mentira impune.
"No robarás". La corrupción (entendida como el uso privado de los recursos públicos) ha sido la llaga mayor de nuestra vida pública y es loable la voluntad de enfrentarla, pero no basta la prédica moral del ejemplo o la palabra. La única vía probada es la denuncia de la prensa independiente, la información de instituciones autónomas de transparencia y la acción de un aparato judicial independiente, tres entidades que López Obrador -para decirlo con suavidad- desestima. Por lo demás, la discrecionalidad de varias decisiones de política pública (concesiones, nombramientos) y la presencia en su entorno de figuras emblemáticas de la corrupción (no solo económica sino sindical, política y electoral) restan credibilidad a sus empeños.
"No matarás". Como si se tratara de un mandamiento incómodo, el presidente suele eludir la palabra "criminales" o "asesinos". En alguno de sus exhortos se refirió eufemísticamente a "las personas que se dedican a esas actividades", como niños traviesos que merecen la reprimenda de las madres y abuelas por haber hecho algo malo o, mejor dicho, maloliente, que produce asco. El presidente no cree en la existencia intrínseca del mal (en particular del mal extremo, el asesinato). El presidente cree que todo asesino es una víctima del orden social. Por eso declaró que le "conmueven" las condiciones carcelarias del Chapo Guzmán, por eso tuvo expresiones de misericordia con sus familiares. En cambio, frente al dolor de las víctimas -como aquella madre desconsolada que se postró a sus pies para implorar por su hijo desaparecido, o los deudos de policías y soldados asesinados- el presidente muestra una retracción sombría.
De este extraño concepto del mal se desprenden consecuencias. La gradación del mal se ha invertido: el robo resulta más grave que el asesinato. Por eso la defraudación fiscal -sin duda punible- se ha elevado potencialmente al rango del crimen organizado. Por eso el verdadero crimen organizado se ha degradado al nivel de una mala crianza que se resuelve con admoniciones espirituales.
Otra derivación es el modo de combatir el mal. Abrazos, no balazos. Lo que nunca ha ocurrido en la historia humana ocurrirá en México. La pauta legal que castiga el crimen desde el Código de Hammurabi hasta las constituciones vigentes en todo el mundo se detiene en la Cuarta Transformación. Vivimos una Nueva Era que algún día borrará la injusticia social, raíz del mal. Entonces no habrá criminales. Entonces seremos felices. Mientras tanto reina la impunidad.
A partir de esa premisa se entiende que el ejército, la institución más querida y respetada de los mexicanos, esté siendo desvirtuado en sus labores esenciales, tentado por una tajada de poder (y, no nos engañemos, de dinero) y dedicado a la valiente tarea de defender el suelo patrio de esos peligrosos "masiosares", esos extraños enemigos que son los migrantes centroamericanos. A partir de esa premisa se entiende que la fuerza pública se doblegue no solo ante el crimen organizado sino ante el crimen desorganizado, el que ocurre en las calles y las plazas del país, donde los delincuentes comunes han entendido que tienen carta blanca.
El presidente López Obrador está a tiempo de reconocer que el mal radical existe en sí mismo, al margen de determinaciones sociales, que tiene grados, y que es irreductible por cualquier otra vía que no sea la del Estado de derecho. La inmensa mayoría del país, gente buena que no roba ni mata, lo agradecería.
www.enriquekrauze.com.mx
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Un grupo armado despojo del vehículo a miembros del Ejército mexicano....
Es la segunda camioneta despojada desde el jueves tras la balacera en Culiacán
Los “Plebes” pueden hacer eso y más...Total todo se les perdona!
Sujetos armados despojan camioneta del ejército en la Culiacán-Mazatlán: El Debate
Es la segunda camioneta despojada desde el jueves tras la balacera en Culiacán
Culiacán, Sinaloa.- Un grupo de sujetos fuertemente armados acaba de despojar una camioneta a elementos del ejército sobre la maxipista Culiacán-Mazatlán al a pocos metros de la caseta de cobro en la sindicatura de Costa Rica.
El hecho fue reportado minutos después de las 13 horas de hoy sábado.
Con este hecho ya son dos las camionetas despojadas a los castrenses una de ellas fue despojada con violencia el jueves pasado y otra del día de hoy. (Nota de HERNÁN ALFÁRO)
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Marcelo Ebrard, dijo que si hubieran continuado con el operativo en Culiacán habría más de 200 muertos.
México ya abandonó la idea del daño colateral", dijo en Oaxaca, donde acompañó al Presidente Andrés Manuel López Obrador a una gira.
"Dicho de otra manera, si se hubiese dado la orden de continuar el operativo en Culiacán se estima que los muertos, sobre todo población civil, probablemente habría rebasado los 200, a juzgar por las circunstancias en las que se estaba en ese momento".
Previamente, Ebrard informó que los Presidentes Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump acordaron congelar el tráfico de armas ilegales hacia México.
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La opinión de Catón...
"Desde luego para opinar en modo razonable habría sido preciso estar ahí, pero no cabe duda de que lo sucedido en Culiacán constituye un duro golpe para el gobierno. La mayoría de los opinantes hablan de ese acontecimiento como de una claudicación del régimen y de las fuerzas policiacas y militares ante el poder de la delincuencia organizada. No es improbable que nuestro país sea objeto de crítica en el extranjero por haber cedido en la forma en que lo hizo. Se supone que las fuerzas del orden no deben rendirse a la violencia de los criminales. Contrariamente otros aquí considerarán que la autoridad obró con prudencia y tino ante un hecho que pudo ser origen de mayores males. Esa opinión será muy de tomarse en cuenta, pero los más verán en esto una derrota ante la delincuencia, que se verá fortalecida por esta que parece una victoria frente a la fuerza pública. En todo caso los sucesos de Culiacán serán un precedente de gran riesgo para la seguridad nacional y para las ciudades donde priva el narcotráfico. El problema es de fondo, y seguirá con virulencia mayor mientras las leyes de la materia permanezcan sin cambio. Este acontecimiento, lamentable por todos conceptos, debe servir al menos para reabrir el debate que hace tiempo comenzó, pero que parece suspendido, sobre la llamada legalización de las drogas, de modo que no sigamos protegiendo a los consumidores de Estados Unidos -que además quieren la droga- a costa de la paz y la seguridad de México y de los mexicanos..
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Las columnas políticas, a 21 de octubre de 2019....
TEMPLO MAYOR/Reforma
DE LA LLAMADA telefónica entre Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador hay dos cosas que llaman la atención. La primera es la ingenuidad con la que el gobierno mexicano presume que acordó con Estados Unidos "congelar" el tráfico de armas.
EL OTRO asunto que desconcierta a los expertos en seguridad es ver al presidente mexicano hablando con un mandatario extranjero por el altavoz... ¡de un teléfono celular! ¿En serio el gobierno mexicano no tiene equipos seguros que no puedan ser intervenidos? Está bien que López Obrador bromee con su "iPhone 21", pero tratándose de asuntos de Estado tal vez habría que tomárselos más en serio...
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BAJO RESERVA/El Universal
Durazo, el gran perdedor
No sólo en algunos sectores de las Fuerzas Armadas hay muchas críticas para el secretario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo.
Nos comentan que incluso dentro de Morena hay quienes ya desde ahora ven muy cuesta arriba darle el respaldo del partido para ayudarlo a hacer realidad su sueño de ser gobernador de Sonora. Comentan que el papel que hizo en la crisis de la liberación de Ovidio Guzmán, lo dejó muy mal parado, no sólo por lo improvisado y fallido del operativo para capturar al hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, sino porque a la hora de las primeras explicaciones dio la impresión de culpar a todos menos a él.
Consideran que él prácticamente se encuentra en campaña y que no quiere tomar decisiones que le cuesten capital político, por lo que aseguran que sería necesario que desde ahora el partido le diga claramente que no lo apoyará para la gubernatura y pueda dedicarse de lleno al tema de la seguridad. Bajo este criterio, el tema Ovidio podría dejar a don Alfonso como el gran perdedor.
AMLO no falla
No todo le va mal al presidente Andrés Manuel López Obrador. La semana pasada fue muy complicada y le llovieron críticas por lo que muchos consideran una falla en la estrategia para combatir la inseguridad y bajar los índices de violencia en el país. Sin embargo, en algo no falló el mandatario.
Él pronosticó que en el deporte de sus amores, el beisbol, los Astros de Houston dejarían fuera a los Yankees de Nueva York, y que el equipo texano acabará por ganar la Serie Mundial.
Al menos la primera parte de la predicción fue atinada, pues el sábado Astros dejó fuera de la competencia a Yankees y está a un paso de ser campeón, como lo predijo AMLO. De que le sabe, le sabe el Presidente a esto de la pelota y la macana, nos hacen ver.
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Frentes Políticos/ Excelsior
5. Responsables al banquillo. Eduardo Arturo Bailleres fue destituido como director del Centro Penitenciario Aguaruto, tras la fuga de 49 reos y ya es investigado, junto con los custodios en turno. El exfuncionario tenía apenas 11 meses en el cargo, el cual asumió tras la fuga de Julián Grimaldi Paredes y Carlos Jesús Salomón Higuera, quienes escaparon vestidos como elementos de la Policía Estatal Preventiva.
La fuga de 49 reos, afirmó el titular de Seguridad Pública de Sinaloa, Cristóbal Castañeda, se realizó durante un motín y los presos lograron despojar de sus armas a cinco custodios. Esta novela está llena de responsables de todo orden, de la gubernatura para abajo, pocos se salvan.
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TRASCENDIÓ/Milenio Diario..
QUE hoy a las 10 de la mañana se reúne una delegación estadunidense encabezada por el embajador Christopher Landau con mandos mexicanos como Alfonso Durazo, Marcelo Ebrard, Luis Cresencio Sandoval y Rafael Ojeda para tratar el tema de las armas, a partir del acuerdo telefónico de los presidentes Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador.
Como adelantó el viernes el director de MILENIO Diario, Alfredo Campos Villeda, en su columna Fusilerías, la idea es tener un acuerdo a finales de año con todo el aparato federal mexicano, más los seis estados fronterizos, involucrando a la autoridad de EU para congelar el trasiego e instalar tecnología de detección de punta.
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TIRADITOS/ContraRéplica..
Respuesta “congelada” en EU
El canciller Marcelo Ebrard anunció con bombo y platillo que durante una conversación entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y su homólogo estadounidense, Donald Trump, se acordaron medidas para “congelar” el tráfico de armas. Sin embargo, ninguna confirmación de dicho acuerdo se ha dado por parte de autoridades del país del norte. Tampoco Trump ha comentado o dado algún RT al anuncio de la Cancillería de México.
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RAZONES/La Razón..
Después del difícil jueves pasado, la ciudad de Culiacán, con sus 800 mil habitantes, está mostrando su gran capacidad para volver pronto a la normalidad. Los propios ciudadanos fueron los que tomaron la iniciativa de salir a las calles y retomar poco a poco sus actividades recreativas de fin de semana. Además, se ha visto activo al gobernador Quirino Ordaz, quien lo mismo aparece en espacios públicos de la capital del estado, que respondiéndole en las redes sociales a los que traen “ganas de generar desinformación”.
Reunión México-EU por tráfico de armas
La noticia es que la propuesta del canciller para contener el tráfico de armas de Estados Unidos a México, que este fin de semana tomó fuerza, luego de que se identificara el uso de armamento de procedencia estadounidense en los hechos de Culiacán, hoy dará un paso en su materialización, pues habrá una reunión México-EU con dos objetivos: congelar el tráfico de armas a México e instalar equipo tecnológico avanzado. Participarán el embajador Christopher Landau y los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo; de Defensa, Luis Crescencio Sandoval; y de Marina, Rafael Ojeda. Pendientes de los resultados..
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SACAPUNTAS/El Heraldo de México
Rómpase en caso de emergencia
Para evitar que se prolongue la crisis por la liberación de Ovidio Guzmán, el gobierno federal trabaja a marchas forzadas en la integración de expedientes en contra de exfuncionarios de Peña Nieto. Revisan operaciones inusuales, cuentas bancarias, los vuelos y todos los archivos de inteligencia. Nos dicen que la lista está conformada por más de 60 nombres.
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Humillación a López Obrador/Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal
El Financiero...
rivapa
La operación para capturar a Ovidio Guzmán López, el jueves pasado en Culiacán, fracasó antes de empezar. No nos entrampemos en la discusión moral sobre si fue correcta o no la decisión presidente Andrés Manuel López Obrador sobre su liberación para salvar vidas –de eso hablaremos mañana–, porque oculta la magnitud y profundidad de la acción de un gobierno que llevaron a esa disyuntiva, y perfila lo ominoso del futuro. Como dice una experta en temas de seguridad, “las vidas no se salvan el día de la operación, sino de la planeación”. El jueves 17 de octubre definirá en muchos sentidos al gobierno de López Obrador.
Investigar a los mandos que ejecutaron la operación en campo, como anunció el gobierno el fin de semana, es un acto de cinismo que elude a la autocrítica y busca salvar la cabeza de los verdaderos responsables del desastre, que fue el gabinete de seguridad y, al avalar sus recomendaciones, del Presidente mismo. La operación para capturar a Guzmán López se hizo por petición del gobierno de Estados Unidos para efectos de extradición. Por eso fue encabezada por agentes de la Fiscalía General apoyados por la DEA –primer anomalía, sobre la actuación en campo de agentes extranjeros–, con el respaldo táctico de la Guardia Nacional y el Ejército. ¿Qué falló?
1.- Culiacán, como otras ciudades de alta presencia criminal, está llena de halcones, que informan de cualquier movimiento sospechoso. Por tanto, cometió el gabinete de seguridad errores que no se dieron en el pasado al planear la captura de un objetivo de alto impacto:
a) No incorporar personal de la plaza, con lo cual evitaban filtraciones o ser sometidos a chantajes, como sucedió con la privación de la libertad de familiares de militares que participaban en la operación.
b) Intervención hormiga. En el pasado, los comandos especiales que realizaban la operación, llegaban a la plaza clandestinamente, uno por uno, o en grupos menores de tres, en vehículos privados para evitar ser detectados. No partían de las instalaciones federales que siempre están bajo vigilancia.
c) Inteligencia. El trabajo de inteligencia fue insuficiente. Sabían dónde estaba Guzmán López, pero desconocían el diseño de seguridad del Cártel de Sinaloa en caso de una contingencia como la que enfrentaron. La desarticulación fue tan notoria, que una de las dependencias de donde salió la fotografía de Guzmán López hacia los medios fue el Centro Nacional de Inteligencia, con lo cual exhibió, involuntaria o deliberadamente, a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, cabeza de la operación.
2.- Ese tipo de operaciones se planea bajo la presunción de que se va a enfrentar resistencia y que para cumplirla tendrán que abrirse el paso a fuego. Para ello se requiere:
d) Elemento de sorpresa. Un convoy que sale de las instalaciones federales en Culiacán, a nadie sorprende y los halcones dieron cuenta perfecta de él.
e) Control de las comunicaciones. Por la rápida forma como reaccionaron todos los grupos del Cártel de Sinaloa para apoyar a la facción de los hermanos Guzmán López, se puede presumir que no saturaron las comunicaciones telefónicas o de radio de la organización criminal.
f) Capacidad de fuego. Como admitió el secretario de la Defensa, el general Luis Cresencio Sandoval, subestimaron la fuerza del enemigo. Inaceptable como argumento; imperdonable en la estrategia. Tampoco utilizaron los Blackhawks, que dejaron en tierra por temor a que se los derribaran. La falta de apoyo aéreo contribuyó al desastre, al ignorar el gabinete de seguridad que son helicópteros de guerra y tienen blindaje para ello.
g) No hubo plan de extracción. Esta es una de las pruebas más fehacientes del incompetente plan. ¿A alguien en ese gabinete se le ocurrió que tendrían que sacar a su objetivo de manera rápida y segura de Culiacán?
La captura telegrafiada y la incapacidad para realizar quirúrgicamente el operativo, hizo imposible concluirlo. En un video de la Secretaría de la Defensa que comenzó a circular el viernes, dejó claro que los soldados cumplieron con la misión de capturarlo. Lo que sucedió después, sugieren claramente, no fue responsabilidad de los militares. Guzmán López fue llevado a las oficinas de la Fiscalía en Culiacán, donde los cercaron. Mientras tanto, el Cártel de Sinaloa estableció dos perímetros de seguridad en las carreteras que conectaban con Culiacán y tomaron el aeropuerto, para frenar cualquier acción de apoyo. Es decir, hicieron lo que la operación debió de haber considerado y no hicieron. Bloquearon las calles de la ciudad con barricadas de vehículos incendiados, con el mismo propósito.
El Cártel de Sinaloa también le ganó la narrativa al gobierno federal. Los secretarios de la Defensa y el de Seguridad, Alfonso Durazo, se contradijeron desde el mismo jueves, y el choque de versiones continuó al día siguiente. El presidente López Obrador desmintió y corrigió a ambos. Nunca hubo un grupo de crisis y el responsable de comunicación social, Jesús Ramírez Cuevas, volvió a mostrar su incompetencia al no ordenar el mensaje. Atascado en propaganda y difamaciones, no supo cómo contrarrestar la desinformación criminal. En cambio, el abogado de Joaquín El Chapo Guzmán, padre del detenido, fue quien orientó desde el jueves la información y ofreció una conferencia de prensa el viernes para agradecerle al Presidente su “humanitarismo”. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana pretendió impedir la conferencia, pero nunca supieron cómo.
Militar, política y mediáticamente, el Cártel de Sinaloa humilló, chantajeó y derrotó al gobierno federal. La liberación de Ovidio Guzmán López la negoció directamente su hermano Iván, quien fijó las condiciones y los términos de la rendición. El presidente López Obrador justificó que dejarlo en libertad evitó un baño de sangre, pero ni siquiera supo lo que confesó, lo que provocó y las consecuencias que tendrá su decisión.
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USO DE RAZÓN/Pablo Hirirart /
El Financiero)
¿Quién manda aquí?
Dos resultados concretos se desprenden de lo ocurrido el jueves en la capital de Sinaloa: el gobierno cedió al narcotráfico el monopolio del uso de la fuerza que le otorga la Constitución, y la decisión presidencial de rendir la plaza dañó severamente al Ejército mexicano.
En conclusión, la ciudadanía está indefensa ante los grupos criminales. No cuenta con el Estado.
Hay una lección adicional muy importante para las bandas delictivas que han convertido a México en un país violento, peligroso, intransitable en amplias zonas del territorio: la amnistía se consigue a balazos.
Si el hijo del Chapo se hubiera entregado sin resistir (es decir, sin costos para el gobierno), hoy estaría en una prisión de alta seguridad en Estados Unidos. Como sus sicarios combatieron con saña, fue liberado.
¿Entendemos ahora de qué lado está el gobierno? Del lado de los violentos, porque enfrentarlos implica costos políticos que no le interesa pagar. Así en la seguridad pública como en la educación.
Gozan de impunidad total. Si quieren matar, que maten. Si quiere extorsionar, que lo hagan. Si quieren secuestrar soldados o ciudadanos, adelante.
La prioridad del Presidente parece concentrada en nulificar a sus adversarios ideológicos y amagar con cárcel a los contribuyentes que tienen algún patrimonio, para someterlos a su proyecto político.
Por una extraña motivación ideológica, al crimen organizado lo deja hacer y que pase por encima del último bastión de la seguridad del país: el Ejército.
La 4T es un gobierno para acabar con los contrapesos del poder presidencial y aplastar a sus enemigos políticos. Los narcotraficantes y criminales no están en esa lista.
Nadie más que el Presidente pudo haber dado la orden de liberar al hijo del Chapo Guzmán, cuando el Ejército y la Guardia lo apresaron en una casa de seguridad en Culiacán.
El gobierno se dedicó a mentir a la población la noche del jueves.
Mentira que una patrulla realizaba un patrullaje de rutina en Culiacán y desde una casa le dispararon.
Falso que por haberse visto en condiciones de inferioridad, el Ejército y la Guardia hayan desistido de su misión y soltado al detenido.
(Ahí en Culiacán está el cuartel general de la Novena Zona Militar, como parte de la poderosa III Región Militar que abarca los estados de Sinaloa y Durango. Elementos y armamento tienen en abundancia. En minutos habrían llegado al fraccionamiento Tres Ríos).
Hubo una orden de soltar al hijo del Chapo y esa provino del Presidente. Dice que a sugerencia del gabinete de seguridad. Tal vez.
El gobierno mintió al país al señalar a los soldados que “tomaron la decisión de retirarse de la casa”, como dijo a Reuters el secretario Durazo. La verdad es que les ordenaron soltar al Chapito e irse del lugar.
Durante toda la tarde del jueves hubo balaceras de los delincuentes que se apoderaron de Culiacán.
Sembraron el terror, mataron gente, incendiaron vehículos y camiones en desmanes que duraron hasta la noche.
Apresaron soldados, torturaron, ejecutaron, negociaron con el gobierno y lograron impunidad.
Mientras eso ocurría, el Presidente que prometió supervisar personalmente y todos los días la seguridad en el país, tomaba un vuelo comercial a Oaxaca y se desconectó del mundo.
Como colofón, el abogado del hijo del Chapo agradeció el humanismo del Presidente y le dio su respaldo por la decisión tomada (a partir de ahora, a cuidarse los que López Obrador señala como conservadores y adversarios, porque el Cártel de Sinaloa le puede pagar el favor quitándole estorbos del camino).
En las dos ocasiones que atraparon al Chapo Guzmán en la administración pasada, no hubo actos terroristas para que lo soltaran.
¿Por qué esta vez la aprehensión de un muchacho de 28 años puso a Culiacán de cabeza, con fuego, sangre y balas?
Porque al no tocar a los cárteles, el gobierno ha permitido que se robustezcan y formen ejércitos de sicarios aún más poderosos.
Vimos videos lamentables en que soldados llevaron a la práctica, el día de la refriega, lo que dice su Comandante Supremo: abrazos, no balazos.
Incomprensible resulta la simpatía hacia el Chapo de un humanista como López Obrador, pues lo seduce alguien que mató a sangre fría a personas que ya habían sido torturadas por sus lugartenientes.
El Chapo presenciaba los interrogatorios –como se reveló en el juicio de Brooklyn–, y daba el tiro de gracia.
López Obrador le ofreció apoyo a su familia para que lo visitaran.
Y ahora ordenó liberar a su hijo, luego de que el Ejército y la Guardia lo habían detenido.
Con lo ocurrido el jueves en Sinaloa, el Ejército y la Guardia han quedado severamente dañados. Fueron derrotados. El narco impuso su ley, por la fuerza.
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¡Fue un montaje el del "Chapito" en Culiacán!
¿Se confirma la complicidad de Obrador con "El Chapo"? | Ricardo Alemán
LSR, 21/10/2019;
#ItinerarioPolítico
RicardoAlemanMx
opinion@lasillarota.com
Al mejor estilo de Genaro García Luna –en la peliculesca captura de Florence Cassez–, el gobierno de López Obrador montó un teatro con la supuesta captura y posterior liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de "El Chapo" Guzmán.
¿Y por qué decir que fue un montaje dicha captura y liberación?
Porque sólo de esa manera, con una supuesta rebelión del Cártel de "El Chapo" –producto de supuestas fallas del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional–, se podía justificar que el gobierno de Obrador no entregara al de Trump al hijo de El Chapo.
Es decir, que el gobierno mexicano montó un teatro espectacular para no traicionar a su aliado, Joaquín "El Chapo" Guzmán –y a toda su familia–, a quienes el presidente Obrador ha dado protección.
Y si dudan, basta recordar que utilizando el sello de la casa –mentiras, engaños y contradicciones–, abundan las evidencias de que asistimos a un montaje de Estado para justificar que el gobierno de México no pudiera entregar al de Estados Unidos, en extradición, a los hijos de "El Chapo".
Pero vamos por partes.
1.- Lo primero que llama la atención es que, hasta ahora, nadie en el gobierno de López Obrador haya reconocido la punta de la madeja del tema; que la DEA entregó al gobierno de México todas las coordenadas de la localización de los hijos de "El Chapo".
2.- En la primera versión de los hechos, el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, habló de una confrontación entre militares y la banda de "El Chapo" en un patrullaje de rutina.
3.- Dicha versión la desmintió el propio presidente Obrador, quien confirmó la existencia de una orden de aprehensión con fines de extradición.
4.- ¿Por qué mintió Alfonso Durazo? ¿A poco el titular de Seguridad Pública no sabía nada de la orden de aprehensión con fines de extradición?
5.- El propio Durazo también negó la existencia de una negociación con la familia del Chapo, lo cual fue desmentido por los propios familiares y el abogado de Joaquín Loera, quien dijo que se negoció la entrega de Ovidio Guzmán, a cambio de acabar con los enfrentamientos.
6.- Cuando le preguntaron al presidente Obrador si él había ordenado liberar al hijo de El Chapo, el mandatario dijo que el Gabinete de Seguridad había acordado tal libración y que él, el presidente, sólo la avaló.
7.- Esa es una mentira presidencial ya que si algo tiene el gobierno de Obrador es un ególatra sentido de autoridad. El presidente ha dicho a todos y cada uno de sus colaboradores que el único que manda es él, y punto.
8.- Pero existe una pregunta fundamental que no ha sido planteada y menos respondida. ¿Por qué montar "el circo" de la captura y posterior liberación del hijo de "El Chapo?
9.- Esa es la pregunta clave. Y es que resulta inexplicable que Obrador haya lanzado una batida para capturar a los hijos de "El Chapo", cuando el propio presidente siempre dijo que no habría más detenciones y más enfrentamientos; cuando Obrador llevó a familiares de El Chapo a visitar al criminal en Estados Unidos; cuando Obrador dijo que su gobierno pelearía la fortuna del criminal para regresarla a México.
10.- Lo que pocos saben es que la captura de los hijos de El Chapo fue una exigencia del gobierno de Trump y que México no podía negarse a dicha entrega, sobre todo porque la DEA entregó todos los detalles de la ubicación de los hijos del criminal más buscado.
11.- ¿Qué hacer ante esa situación, si "El Chapo" y sus hijos son aliados y amigos del gobierno de Obrador; son amigos de Alfonso Durazo?
12.- Pues nada, que los genios del gabinete lopista concluyeron que, ante grandes problemas, grandes soluciones.
13.- Y es que el gobierno de Obrador no podía traicionar a su aliado, "El Chapo", pero tampoco traicionar al gobierno de Trump. ¿Y entonces?
14.- La gran solución fue un montaje espectacular, operado de la peor manera, negociado con los hijos de "El Chapo", para hacer creer a la sociedad mexicana y Trump que la liberación de Ovidio Guzmán López fue razón de Estado, para salvar vidas.
15.- Y si aún lo dudan, basta ver la campaña mediática, política y en redes para justificar la liberación de Ovidio; el cierre de filas de gobernadores y las absurdas maromas del presidente, de su gabinete y de sus fanáticos.
16.- Y aquí aparece la pregunta fundamental. ¿De verdad en el gobierno de AMLO existe tal nivel de estupidez, como para llevar adelante un operativo como el de la captura de Ovidio Guzmán, sin los básicos de inteligencia y logística? ¿Es un circo para engañar no a los mexicanos y a Trump?
17.- Y es curioso que en el gobierno de López Obrador estén vinculados a la captura y liberación de Ovidio Guzmán dos viejos amigos de El Chapo; Alfonso Durazo y Alejandro Gertz Manero, los mismos que habrían dejado escapar a "El Chapo" en el gobierno de Fox.
¿Se confirma la complicidad de Obrador con "El Chapo"?
Al tiempo.
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Sentimientos encontrados/Tatiana Clouthier
tatclouthier
El Financiero...
Sí es cierto que en Sinaloa se soltó al hijo del Chapo Guzmán.
Sí es cierto que hubo nueve muertos además de un sin número de incendios y tiroteos así como destrozos en Culiacán.
Sí es cierto que el gobernador de Sinaloa no dio la cara so pretexto que a él no le tocaba.
Sí es cierto que el gobierno del estado canceló clases previo aviso por lluvia, sin que esto sucediera.
Sí es cierto que las imágenes que vimos superan la realidad.
Sí es cierto que doce horas después de los hechos el secretario de Seguridad de Sinaloa no se animó a decir nada sobre lo ocurrido.
Sí es cierto que durante las cuatro horas de crisis en Culiacán, una mayoría de la población pedía liberaran al Chapito.
Y aquí me detengo.
Me detengo por que hubo cosas que no sucedieron.
Nadie le ha pedido cuentas al gobernador.
Nadie le preguntó al gobernador en que participó y sobre la fuga del penal.
Nadie le ha preguntado al gobernador actual ni a los anteriores cómo es que no se dieron cuenta de la existencia de armas de esos calibres.
Nadie ha preguntado a las autoridades locales qué hicieron para prevenir a la ciudadanía durante los hechos.
Nadie sabe dónde estaba Tránsito para desviar el tráfico de las zonas en peligro.
Nadie ha preguntado a los anteriores gobernadores de Sinaloa qué hicieron con los recursos que se les dieron para bajar la inseguridad.
Ahora preguntamos:
¿Estamos ante un Estado doblegado por el narco?
¿Fue mejor parar la masacre y entregar al Chapito?
¿Cuántos soplones hubo en el operativo?
¿Quiénes tendrán que irse de sus puestos por incapaces?
¿Qué aprendizaje nos dejan los hechos?
Ahora propongo la urgencia de:
Legalizar la droga.
Cerrar las puertas y apretarle a los americanos en cuanto a la entrada de sus armas al país.
Corresponsabilizar a las autoridades locales en sus tareas diarias de seguridad.
Operativos para detener el lavado de dinero en Culiacán ante la venta abierta de dólares en sus calles sin ton ni son.
Citar al gabinete de seguridad federal y al gobernador de Sinaloa a la Cámara de Diputados para que rindan cuentas y expliquen lo que sucedió y lo que seguirá a partir de los hechos.
Exigir que muestren pruebas de confianza de policías y tránsitos en los estados más calientes de la República así como de las fiscalías y correr a quienes se requiere de todos los niveles.
Invitar a la sociedad a conocer las acciones con las que coopera indirectamente a fortalecer las finanzas del narco.
El INE deberá revisar a más detalle los apoyos a campañas políticas de candidatos presentes y futuros.
Cuestionarnos ante los hechos y como legisladores si debemos seguir apretando en las leyes vs. quienes generan trabajo.
Cerrar filas como sociedad con gobierno para emprender un camino unificado a la recuperación de la confianza, la seguridad y el control de las calles en nuestro país.
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El Sol de México
Ciudad de México, 21 de octubre de 2019,
Por errores de mando, sometieron a soldados en Culiacán
La moral de las tropas resultó afectada, aunque reconocen que en el Ejército existe suficiente capacidad
MAZATLÁN. Venían de Los Mochis rumbo a su base en Mazatlán. Era una camioneta del Ejército donde viajaban nueve soldados del octavo batallón de infantería que tiene su cuartel en el puerto.
Al cruzar por el libramiento que bordea Culiacán para llegar a la caseta de peaje, localizada en la comunidad de Costa Rica, un comando de más de 40 hombres ya los esperaba. Imágenes tomadas en un video, que circuló en redes sociales desde esa tarde del pasado jueves, mostraban cómo los soldados sin oponer resistencia, incluso con saludo de mano de por medio, quedaron rodeados.
Los soldados iban al mando de un subteniente con apenas dos años que se graduó del Colegio Militar. Se trataba de un oficial sin experiencia operativa ni conocimiento de qué era lo que sucedía en ese momento en Culiacán, dice una fuente castrense adscrita a la comandancia de la tercera región militar en Mazatlán.
El pelotón de soldados venía del norte de Sinaloa donde habían participado en labores de auxilio a la población civil por las lluvias intensas de días anteriores debido a un sistema de baja presión. Por eso los vehículos traían lonas amarillas a los costados con la leyenda Plan DN-III como se aprecia en las imágenes.
El comando de civiles eran pistoleros del cártel de Sinaloa, en pocos minutos tomaron los vehículos oficiales para moverse durante los enfrentamientos, y sometieron a los soldados desarmándolos para tomarlos como rehenes. En otro video que circuló en redes aparecen los vehículos militares conducidos por los sicarios.
Poco después de las 15 horas del pasado jueves, un comando de la división antidrogas de la Guardia Nacional, apoyados por soldados de la Policía Ministerial Militar, la antigua judicial federal militar, irrumpió en un domicilio de la colonia Gabriel Leyva, en la zona urbana de Tres Ríos, de la capital sinaloense.
La explicación de las autoridades del gabinete de seguridad federal, después de cinco versiones diferentes previas, fue que se trató de un operativo para cumplir una orden de detención con fines de extradición contra Ovidio Guzmán López, uno de los hijos de la segunda mujer de Joaquín El Chapo Guzmán.
La captura originó una movilización nunca vista que paralizó a partir de ese momento la vida cotidiana de Culiacán. En términos militares los pistoleros tomaron la iniciativa al fijar posiciones debido a su estructura descentralizada que les facilitó mayor movilidad.
La ofensiva criminal fue una operación coordinada que consistió en 19 bloqueos en intersecciones que incluían varios puentes sobre los ríos que comunican la ciudad. Al mismo tiempo asaltaron el penal de Aguaruto, donde liberaron a 51 reos, atacaron el puesto de coordinación de los cuerpos de seguridad conocido como C-4, y tiroteraron una guarnición militar en Limón de los Ramos.
Pero el golpe a la vulnerabilidad del Ejército llegó cuando uno de los comandos se apostó a las afueras de la unidad habitacional militar en la colonia 21 de Marzo, donde la guardia fue atacada a tiros. De aquí se llevaron a dos personas.
Para ese momento el pelotón del Octavo Batallón de Infantería ya estaba retenido y comenzaban a intensificarse mensajes de propagada negra contra los militares y la población civil.
En un audio se escuchaba que habían agarrado a las familias de militares y los tenían amarrados a una pipa que harían estallar si no liberaban a Ovidio. Otro mencionaba que si no lo soltaban “de uno por uno irían matando a los guachitos”. Un video donde se apreciaba a la distancia un hombre maniatado tirado en el piso, con vestimenta verde olivo tipo militar, mostraba cómo le destrozaban el cráneo a tiros. La autenticidad de las imágenes no pudieron ser corroboradas y se consideró parte de la propaganda criminal.
En la conferencia en palacio de gobierno de la capital sinaloense había dos altos mandos que nadie cuestionó y pocos supieron quiénes eran. Estaban sentados a la izquierda del general Luis Crescencio Sandoval, secretario de la Defensa.
El primero era el general Homero Mendoza Ruiz, jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional, el segundo era su colega, el general retirado Luis Rodríguez Bucio, comandante de la Guardia Nacional.
El general Sandoval identificó como efectivos de la Policía Ministerial Militar y de la Guardia Nacional los encargados de llevar a cabo el operativo. Este grupo actuó de forma precipitada y “con deficiente planeación” a lo que sumó una “falta de previsión sobre las consecuencias de la intervención”. Pero lo que resultó más grave, reconoció el funcionario, fue que se omitió “obtener el consenso de sus mandos superiores”.
Esto se tradujo en que se desestimó el poder de convocatoria y la capacidad de respuesta de la organización delictiva para evitar la captura de Ovidio.
El teniente de fuerzas especiales retirado y abogado militar Alberto Carrera Álvarez señala que los errores de los comandantes fueron: no tener un plan de defensa ante este tipo de situaciones, falta de coordinación con las autoridades civiles y no tener una fuerza mayor para este tipo de acciones.
LA MORAL DE LAS TROPAS
Los abogados César Gutiérrez Priego y Alberto Carrera Álvarez coinciden en que tres días después de los sucesos hay un malestar al interior del Ejército por el hecho de que los pistoleros se metieran a la unidad habitacional militar a amedrentar a las familias.
La moral de las tropas resultó afectada, es lógico, pero en el Ejército existe suficiente capacidad para hacerle frente a éste y otros desafíos, dijo Gutiérrez Priego.
“No veo esto como una derrota, sino una orden directa del comandante supremo ( el C. presidente) de no hacer frente a los delincuentes, veo al secretario molesto (…). No hay derrota alguna y menos de los diplomados (los diplomados de Estado Mayor, que son la mayoría de los altos mandos militares) o el Ejército, ya que un enfrentamiento como tal no hubo, sólo acciones de intimidación a la población”, dijo Carrera.
LO QUE VIENE
Para la fuente consultada en la tercera región militar, la operación fallida de Culiacán más allá de ocasionar la pérdida de confianza en el Ejército, Guardia Nacional o sus gobernantes, alentará aún más la política injerencista del vecino del norte.
“Usarán el pretexto de brindar asesoría y colaboración y seguramente impondrán a nuestro país aceptar que sus elementos de diversas agencias de inteligencia mantengan presencia permanente. Van a presionar más y un tema de seguridad interior pasará a convertirse en problema de seguridad nacional”, concluyó.
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LA FERIA/Salvador Camarena /
El Financiero
Durazo: nada qué festejar
En apenas cinco días, Alfonso Durazo, todavía secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, pasó de tratar de convencer a México de que el país ha llegado, en materia de violencia, a un “punto de inflexión” que vislumbra un mejor futuro, a ser el artífice de un fiasco monumental en Culiacán, que costará al gobierno reputación internacional y doméstica.
El lunes pasado, el gabinete de seguridad se presentó en la mañanera para dar un informe de los avances en esa materia. Durazo habló ese día largo de la tarea que le encargó el presidente López Obrador.
De su discurso, la prensa destacó que si bien algunos índices delictivos parecen haber tomado otra inercia, menos pronunciada de la que se padeció en los meses iniciales de la administración, el cambio estadístico es tan raquítico que no es tiempo de echar campanas al vuelo, y de ahí que trascendiera a encabezados periodísticos una frase usada ese día por el sonorense: “nada qué festejar” (también dijo “nada qué presumir”).
En su presentación, el todavía secretario Durazo recordó que en noviembre pasado habían presentado el Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024. En su corte de caja del lunes pasado, el todavía funcionario subrayó varias cosas que no muchas horas después la realidad pondría en duda.
Hace una semana Durazo destacó que:
-(han iniciado) Homologación progresiva de salarios, capacitación y equipamiento policial, de tal manera que los cuerpos estatales y municipales de seguridad puedan actuar a la par y con el nivel de profesionalismo que tiene la Guardia Nacional.
-Los cuerpos de seguridad actúan en el marco de un respeto irrestricto a los derechos humanos. No hemos recibido en este gobierno absolutamente ninguna recomendación por violaciones a los derechos humanos de los cuerpos federales de seguridad.
-Nos proponemos la recuperación y dignificación de las cárceles para terminar con el autogobierno, desde ellas se administra el 50 por ciento del crimen organizado en el país.
-Uso de la inteligencia sobre el uso de la fuerza para combatir al crimen organizado; es decir, no en el ámbito operativo, aunque también se incluye, pero no de manera prioritaria.
-La Marina tiene una aceptación del 86.5 por ciento; el Ejército, del 83.2 por ciento, y la Guardia Nacional, a cuatro meses de su constitución, tiene una aceptación de 70.9 por ciento. Pudiera decir que no hay institución en el país pública, social o privada que tenga estos índices de aceptación.
Antes de que terminara la semana, graves sucesos desmontaron el optimismo oficial. Vimos una matanza de policías mal equipados en Michoacán; una masacre de civiles en Guerrero, donde surgen dudas razonables sobre posible abuso de los militares; una cárcel que se sumó a la rebelión en Culiacán, donde quedó evidenciado que en el operativo para detener a un hijo del Chapo Guzmán hubo de todo, menos un ápice de inteligencia.
Encima, Durazo mintió a la ciudadanía en su primer comunicado respecto a la crisis de Culiacán, y en el caos de ese jueves, quienes hayan diseñado y aprobado tan deficiente operativo, que causó muertes, heridos y pánico, se llevaron entre las patas el prestigio del Ejército y la Guardia Nacional, esas aprobaciones que presumían apenas el lunes en Palacio Nacional.
A la luz de todo lo acontecido en la semana, podemos en efecto citar a Durazo y decir con puntualidad: en seguridad, de lo mostrado por este gobierno, “nada qué festejar”.
Hoy sólo depende del presidente López Obrador permitir que su todavía colaborador lo vuelva a llevar a una grave situación como la del jueves. En algunas materias, una oportunidad fallida es demasiado.
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JAQUE MATE/Sergio Sarmiento
/ Reforma
Batalla de Culiacán
"Sin importar la belleza de la estrategia, ocasionalmente hay que ver los resultados". Winston Churchill.
NUEVO VALLARTA, Nayarit. - Las respuestas del gobierno a la derrota en la batalla de Culiacán han sido fáciles: los responsables son los gobiernos anteriores y la prensa crítica.
Los mexicanos de buena voluntad deben unir esfuerzos y alabar la nueva estrategia del presidente López Obrador.
"No somos como el comandante Borolas", dijo el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, al periodista José Cárdenas.
"¿De qué periódico es usted?", reconvino molesto el Presidente al reportero Jorge Ricardo cuando este le preguntó si reconocía que la estrategia ha fracasado: "Vamos muy bien en la estrategia porque se están atendiendo las causas que originaron la violencia, pero está muy difícil que el Reforma acepte, reconozca que vamos bien, porque el Reforma es un periódico de la oposición, un periódico conservador...".
Mario Delgado, coordinador de los diputados de Morena, declaró en Twitter: "Respaldamos a nuestro presidente... y a su gabinete de seguridad en la lucha por la pacificación del país".
La presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, dijo que "una extrema derecha que no se atrevió a hablar en el momento en que su Presidente inició la guerra contra el narco... no tienen derecho a opinar, no pueden criticar".
El senador morenista Félix Salgado Macedonio tuiteó: "Eres un héroe mi querido AMLO... Es mejor barrer la basura de los medios que te linchan, que barrer la sangre de familias completas".
La verdad es que la batalla de Culiacán, así como las matanzas de Aguililla y Tepochica y el persistente crecimiento de los homicidios dolosos, demuestran que la estrategia de repartir abrazos y no balazos no está funcionando, si es que realmente existe.
Quizá la decisión de liberar a Ovidio Guzmán, el hijo de El Chapo, haya sido inevitable el 17 de octubre.
El propio secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, afirmó que "se actuó de manera precipitada, con deficiente planeación y falta de previsión sobre las consecuencias".
Cientos de pistoleros rodearon la casa en que Ovidio estaba asegurado, tomaron con violencia las calles de Culiacán y al parecer aseguraron como rehenes a militares y a sus familiares.
Si los guardias hubieran tratado de salir a tiros con Ovidio, seguramente se habría registrado un baño de sangre.
Esto subraya la debilidad del Estado mexicano ante la fuerza del verdadero crimen organizado (que no son los contribuyentes).
Fuera de la retórica, la estrategia del presidente López Obrador frente al crimen organizado no parece muy distinta a la de Calderón y Peña Nieto.
Una vez que se descarta la primera mentira, que la detención de Ovidio fue producto de una patrulla rutinaria, resulta que la Guardia Nacional mandó a 30 efectivos sin orden de cateo para detener al narcotraficante y extraditarlo a Estados Unidos.
No supongo que el propósito haya sido darle abrazos. Después de la batalla, la Sedena ha enviado a Culiacán a 230 nuevos efectivos del Ejército (ya no de la Guardia Nacional) sin que su objetivo parezca ser tampoco repartir abrazos.
Es verdad que Calderón empezó la guerra contra el narco en Michoacán en 2006 (a petición del entonces gobernador y hoy jefe de Asesores de la Presidencia, Lázaro Cárdenas Batel); pero, a pesar de las críticas, la estrategia de fondo sigue siendo la misma.
Suspender un operativo porque el crimen tiene mejor organización y mayor poder de fuego en una plaza no significa que haya una nueva estrategia. La guerra no ha terminado.
INCOMUNICADO
El Presidente no tomó las decisiones durante la batalla de Culiacán porque aparentemente estaba fuera de contacto. Lo hizo el gabinete de seguridad. Quizá lo haya hecho bien, pero no deja de preocupar que tengamos a un Presidente incomunicado en una crisis.
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TELÉFONO ROJO/José Ureña /
24 Horas
El cártel de Sinaloa fue advertido del operativo
Importa lo sucedido, pero más el futuro.
¿Qué nos espera después de Aguililla, Iguala y Culiacán?
Eso sin olvidar otros incidentes en diversos lugares del país como los ataques a instalaciones militares en Tamaulipas.
He aquí lo primero, lo sucedido:
Se filtró la información.
Datos de inteligencia confirman cómo el cártel de Sinaloa, o como se denomine ahora la organización de Joaquín El Chapo Guzmán y Joaquín El Mayo Zambada, tuvo información adelantada del operativo.
Lo interesante será saber quién la filtró y todo apunta hacia personal de la Fiscalía y Guardia Nacionales y el juzgado encargado de entregar la orden de aprehensión.
La investigación está en curso y, quizá, algún día conoceremos los detalles y, también quizá, los nombres de los involucrados.
Hablamos de un Estado infiltrado y putrefacto, agravado con otro elemento: el afán de protagonismo de huestes dependientes de Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana.
No se llevaron la medalla, hicieron el ridículo, se ganaron la vergüenza y merecen el castigo por ese “operativo fallido”, como lo calificó el propio Durazo.
El daño no puede quedar en el cese de un director penitenciario, acaso el menos culpable de una acción diseñada y operada por una instancia federal.
NI UN PÉSAME PARA LOS DEUDOS
Aquí viene la segunda parte.
Muchas voces quieren descargar la culpa en instancias estatales.
El gobierno de Quirino Ordaz no puede serlo: fueron funcionarios e instancias federales quienes desencadenaron el conflicto en Culiacán, a diferencia de Aguililla e Iguala.
Tampoco es culpable de las fallas exhibidas por fuerzas y el gobierno nacional: mientras el crimen se organizó y actuó hasta difundir información y videos en tiempo real, el gobierno federal tuvo 14 horas de silencio.
Ni acción ni voz.
Y luego, la contradicción.
En el inter, bandas delincuenciales en plena libertad, despliegue de su potencial, Culiacán sitiado, fugas de reos, una unidad habitacional militar rodeada, la Procuraduría estatal atacada, la policía municipal en jaque…
Y en Google tendencia mundial: Culiacán y Sinaloa las palabras más buscadas.
Pero ni un pésame a familiares de las víctimas.
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DÍA CON DÍA/Héctor Aguilar Camín /
Milenio
El día que no hubo Estado en Culiacán
El 17 de octubre de 2019 desapareció el Estado en Culiacán. Desaparecieron los tres órdenes de gobierno: el federal, el estatal y el municipal.
No solo el Ejército fue rebasado por ríos de delincuentes armados y entregó a su detenido, Ovidio Guzmán, hijo del Chapo Guzmán, sino que la ciudad, vacía de ciudadanos y de autoridades, quedó 24 horas en manos del crimen.
Como en un relámpago quedó claro quién tiene el poder real en Sinaloa. Los culiacanenses vieron por la noche, una y otra vez, pasar por sus calles convoyes de sicarios celebrando, portando algunos máscaras de neón de la Santa Muerte, y las armas con las que horas antes habían abrumado al Ejército en las calles de la ciudad.
Como siempre, desconocemos los detalles del hecho: dónde y cómo detuvieron a Ovidio Guzmán, adónde lo llevaron y cuál fue el momento crítico en que el gobierno decidió liberarlo para evitar lo que, en efecto, hubiera sido una masacre. Hay la versión de que los sicarios tenían en sus manos a ocho soldados y que Ovidio Guzmán fue soltado a cambio de sus vidas.
Hay la versión de que los sicarios sitiaron la unidad habitacional donde viven los familiares de las fuerzas armadas y dispararon contra ella, inclinando así, despiadadamente, la balanza a su favor.
La torpeza del operativo fue reconocida por el gobierno, aunque desconocemos también los detalles. El resultado fueron unas horas de terror en Culiacán y el sometimiento de los soldados a los pistoleros, una derrota en forma y fondo para la Guardia Nacional, para el Ejército, para el gobierno federal y para el gobierno local: para el Estado.
No creo que haya nada que celebrar en ello por parte de las oposiciones y de los críticos. Por el contrario, la derrota del Estado en Culiacán nos amenaza a todos.
En la lucha del gobierno contra el crimen, nuestra solidaridad ha de ser para el gobierno, para las fuerzas armadas, para las policías y las autoridades que luchan de este lado de la guerra, en defensa de todos. La crítica a los errores no debe borrar la toma de partido fundamental por el Estado contra el crimen.
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EL ASALTO A LA RAZÓN/Carlos Marín /
Milenio
Culiacán y la canija deslealtad
Impecable razonamiento presidencial: ninguna captura de un presunto delincuente justificaría una mayor masacre (el saldo fue de ocho) de civiles, policías, militares y familias de soldados, como pudo suceder en Culiacán.
Lo ocurrido, por desgracia, encuera un irresponsable desorden entre los titulares del gabinete de Seguridad que avalaron mentiras contumaces del secretario Alfonso Durazo para intentar explicar la batea de babas en que terminó lo que, presentado tramposamente como un incidente casual a partir de un falso “patrullaje de rutina”, se trató de un operativo deliberado para detener y extraditar a Estados Unidos a un poderoso y peligroso narcotraficante.
Como en casos anteriores y previendo costos adicionales por la previsible y violenta reacción de los criminales, quienes operaron in situ la detención fueron profesionales curtidos en aprehensiones detenciones análogas y a quienes, para vergüenza nacional, sus jefes inmediatos y superiores privaron de los apoyos tácticos, legales y logísticos de cajón.
En la desafortunada conferencia que concluyó con la derrotista frase “… acordamos suspender dichas acciones”, Durazo estuvo flanqueado por los cuatro jefes militares con responsabilidad solo superada por la de su comandante supremo, el presidente de la República: los secretarios de la Defensa y Marina Armada, general Luis Cresencio Sandoval y almirante José Rafael Ojeda; el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, y el titular del eufemístico Centro Nacional de Inteligencia, Audomaro Martínez Zapata.
Dentro de las áreas de cada uno de los mencionados y en la deficiente comunicación entre ellos está la maraña de fallas inauditas que se cometieron, entre éstas la inconcebible de que el comando a cargo no contara con una triste orden de cateo. Si esto motivó que la acción de captura y extracción se prolongara por horas, ello explica que las fuerzas federales terminaran siendo superadas en número y capacidad de fuego.
En la acción participaron veteranos curtidos en capturas como las de los hermanos Guerrero Covarrubias (banda Jalisco Nueva Generación, de El Mencho, en septiembre de 2015), autores de la masacre y el derribo de un helicóptero del Ejército en Ocotlán, o de Carlos Arturo Quintana, El 80 (del cártel de Juárez, en abril de este año), las cuales fueron secundadas (como suele suceder en ciudades tamaulipecas) por letales reacciones de sicarios.
¿Qué sucedió el jueves en y entre los altos mandos?: que sin la coordinación debida y con “el objetivo” asegurado, les faltó carácter para lidiar con la presión.
Para Ripley: en enero del último año del corrupto neoliberalismo, luego de un espectacular operativo militar en Los Mochis, la recaptura definitiva de El Chapo estuvo en manos de dos insobornables policías federales a quienes sus jefes, simplemente, les fueron leales…
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A FUEGO LENTO /Alfredo González /
El Heraldo de México
Culiacán: enojo y preguntas sin respuestas
Cuando parecía que las cosas iban mejor, Sinaloa dejó ver que la relación entre el ejército y la 4T está prendida de alfileres
Tras los enfrentamientos del jueves y la liberación de Ovidio Guzmán, ha trascendido que es notorio el enojo de los principales mandos militares por la forma en la que el gobierno decidió “resolver” las crisis del ya fatídico jueves 17 de octubre.
El mando militar, me dicen, no estuvo enterado ni fue tomado en cuenta en el “operativo” hasta que ya estaban con el agua al cuello y sin posibilidad de reaccionar adecuadamente.
Todo los tomó por sorpresa, sin nada preparado para hacer frente a la amenaza, no sólo contra la población, sino contra sus propias instalaciones.
Al tomar el mando de la situación, la Guardia Nacional dejó ver su falta de preparación y su inexperiencia para atender este tipo de contingencias.
Y lo que más ofendió al ejército fue que hayan desestimado la capacidad de respuesta del cártel de Sinaloa.
Los mandos que organizaron el operativo terminaron por doblar las manos y someterse a un vergonzoso acuerdo para dejar libre a Ovidio Guzmán.
Ésta es la primera vez que elementos del ejército son humillados, capturados, despojados de sus armas y vehículos, pero lo que más indignó a los altos mandos fue que los delincuentes se hicieran del control de la unidad habitacional, en donde tomaron como rehenes a las familias de los uniformados.
Mujeres y niños estuvieron en grave riesgo y fueron utilizados como moneda de cambio en la liberación del hijo del Chapo Guzmán. Ahora bien, más allá del enojo de los hombres de verde olivo, en términos legales también hubo flagrantes violaciones.
El Código de Justicia Militar, en su capítulo IV Bis, habla sobre la “Traición a las Fuerzas Armadas Mexicanas”, y en su artículo 275 Ter, establece: “Se sancionará con pena de prisión de 15 a 60 años y baja de la Fuerza Armada que corresponda, al militar que (…) ponga en libertad a cualquier miembro de la delincuencia organizada o asociación delictuosa, o proteja o facilite su fuga”.
Hasta el momento hay más preguntas que respuestas, pero me dicen que en el gobierno hay una guerra de baja intensidad porque nadie quiere asumir la responsabilidad.
El Presidente asumió el costo, aunque eso no es suficiente, porque poco o nada se ha dicho sobre la verdadera situación legal de Ovidio Guzmán.
El abogado de la familia de El Chapo, José Luis González, me dijo que Ovidio no está bajo ningún proceso en México, pero recientemente se ventiló que el gobierno de EU lo busca por tráfico de drogas y existe una orden de captura con fines de extradición.
Si eso es real y Ovidio estuvo retenido en instalaciones de la Fiscalía General, la responsabilidad también recae en otros funcionarios públicos, no sólo entre los encargados de la Seguridad. Y de esto nadie ha dicho nada, tampoco.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “La agilidad es una excelente condición para subir a los árboles, pero no para gobernar a los pueblos”.
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DUDA RAZONABLE/ Carlos Puig
Milenio
¿Y ahora, tras la derrota, qué hacer?
Bogotá, Colombia. Cuando me subí al avión el jueves por la tarde para viajar por trabajo a esta ciudad, Culiacán vivía momentos de terror por la movilización de los integrantes del cártel de Sinaloa disparando, intimidando, bloqueando, tomando control de la ciudad. Ya a esas horas se sabía que aquella movilización era porque las fuerzas federales habían ido a detener a un hijo de El Chapo.
La noche del jueves, después de cuatro horas y media de vuelo, cuando aterricé, el escándalo era otro. Y era de tal tamaño que desde la persona de migración en el aeropuerto, hasta quien me recibió en el hotel, me preguntaban sobre Culiacán, El Chapo y el Ejército mexicano. Momentos similares se repitieron el fin de semana en conversaciones con colegas periodistas, profesores universitarios, empresarios.
Es Colombia: algo saben de las decisiones, sus consecuencias en las guerras entre gobierno y crimen organizado. Y es aleccionador escuchar las preguntas y algunas opiniones de quienes por estar lejos no tiznan todo, como hoy en las discusiones mexicanas, con la dicotomía anti o pro presidente, sin matices.
Mi fin de semana entre colombianos me deja con una pregunta que escuché muchas veces: ¿Y ahora qué va a hacer el gobierno?.
La pregunta parte de que aquí aprendieron que ninguna derrota es inconsecuente. Y lo del jueves fue una derrota. En una batalla de una larga guerra, puede ser, pero una derrota, y esas derrotas tienen consecuencias en todos los bandos.
Un ejemplo: en Colombia, como seguro en otras partes del mundo, se imaginaba que el cártel de El Chapo estaba o debilitadísimo. Algo que, parece, pensaban las fuerzas federales que fueron a cumplir la orden de arresto. La demostración del jueves dice que no, y eso podría cambiar, por ejemplo, la dinámica entre organizaciones criminales.
Lo que también aprendieron aquí es que un derrota de ese tamaño no es una anécdota. Es resultado de una estrategia que evidentemente no funcionó. Si no hay ajustes y cambios a esa estrategia, se multiplicarán las anécdotas.
Y por último: aquí aprendieron que después de una derrota, el gobierno, las policías, los ciudadanos, la tropa necesitan victorias. Decir, de alguna manera clara, quién manda, al menos en Culiacán.
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A PUERTA CERRADA/Marcela Gómez Zalce /
Milenio
No mentir
U na mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como un peligro. Semana trágica para el gobierno y para el país. No existen las argumentaciones difíciles porque el objetivo es comunicarlas para que los otros entiendan.
Únicamente es difícil de explicar aquello que no se entiende colocando el debate, tal y como está planteado en estos momentos, a consecuencias no deseadas.
La 4T enfrenta su crisis interna más delicada en la relación civil-militar y ésta trastoca los ámbitos más críticos en la esfera de la cooperación internacional sobre cuestiones de seguridad.
Al cúmulo de sucesos de humillación, vejación y agresiones a soldados por delincuentes disfrazados de pueblo bueno y sabio, se suman las mentiras y contradicciones del gabinete de seguridad en torno al fracaso que derivó en la toma de decisión del Presidente en la claudicación del Estado frente a una organización criminal en Culiacán, Sinaloa, y que ha colocado a México en un escenario de suma complejidad externa pero sobre todo interna.
Es un falso dilema colocar en el centro del debate la detención de un criminal versus la vida de los ciudadanos si ambos son responsabilidad del Estado.
La maniobra mediática del control de daños de la derrota oscilando entre el abandono de la idea del “daño colateral”, el humanismo de López Obrador, la sinceridad en admitir precipitación, novatez e ineficacia en la planeación del operativo para detener al delincuente desestimando su estado de fuerza y la mentira del “patrullaje de rutina” frente a la nación son motivo suficiente para acciones muy drásticas.
El daño en el núcleo verde olivo es un hecho. La señal para otras organizaciones criminales está enviada. La suerte de regiones controladas por la delincuencia muy organizada está echada.
La confianza en las autoridades está lastimada. La respuesta de Estados Unidos pese a tuits y llamadas dista mucho de ser clara. El gobierno generó por incompetente su crisis que por cierto se suma a la del ámbito migratorio. De visas, empleos y bienvenidas a persecución, maltrato y expulsión.
La contradicción, el desorden, la precipitación e ignorancia en estos 10 meses hicieron implosión en el gabinete de seguridad.
Y esto no es un dato menor.
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Irresponsables/Macario Schettino
Fuera de la Caja
EL FINANCIERO..
macariomx
El jueves pasado, los habitantes de Culiacán sufrieron directamente la irresponsabilidad del gobierno federal. No hay otra manera de calificar lo ocurrido. Tratar de detener al hijo del Chapo Guzmán en Culiacán, a mediodía, sin respaldo suficiente, sin labor de inteligencia, sin planeación, fue una acción estúpida e irresponsable.
Según la información con que contamos, que ha sido ofrecida a cuentagotas, ha cambiado y es insuficiente, la detención ocurrió antes de contar con una orden de aprehensión, que apareció poco después de los hechos. Sin ese apoyo legal indispensable, los miembros de las Fuerzas Armadas que detuvieron a Ovidio Guzmán no tenían manera de entregarlo a la fiscalía. Adicionalmente, fueron rodeados por partidarios del delincuente (es acusado en Estados Unidos), que además tomaron como rehenes a familiares de militares en la colonia en que viven.
Los habitantes de Culiacán afirman que el enfrentamiento que siguió al intento de detención fue muy superior a cualquiera ocurrido anteriormente. La ciudad se convirtió en escenario de guerra. En esas circunstancias, la decisión de devolver a Ovidio Guzmán fue correcta, aunque pueda parecer distinto. No se trataba de arriesgar una vida humana a cambio de una detención (ilegal) como dijo el Presidente. Se trataba de cientos o miles de vidas, puestas en peligro por un gobierno irresponsable. Había que evitar la catástrofe.
Queda por aclarar el origen de la irresponsabilidad. Hay indicios de que la acción fue solicitada por agencias estadounidenses, que aportaron algo de inteligencia. Las Fuerzas Armadas hicieron su parte. Ambos se desmarcaron del gobierno federal el fin de semana: los militares con un video transmitido por Ciro Gómez Leyva, el embajador estadounidense con un tuit.
El encargado de Seguridad es Alfonso Durazo. El operativo debió ser autorizado por él. Lo llevó a cabo mientras el Presidente volaba a Oaxaca, en vuelo comercial, como acostumbra. Si Durazo decidió hacerlo en ese momento, sin informar a su jefe, debe irse. Si López Obrador viajó sabiendo del operativo, el principal irresponsable es él. De hecho, lo es desde que decidió utilizar viajes comerciales, como parte de su eterna campaña populista, y hacer a un lado las herramientas que su puesto exige.
Sus seguidores han hecho un gran esfuerzo por salvar la cara del Presidente. Desde elevarlo a la categoría de “héroe” hasta promover mensajes de gobernadores a su favor, pasando por solicitar unidad en torno a él. Piden un comportamiento que jamás tuvieron en la oposición, ni han tenido en el poder. Baste mencionar la declaración de Polevnsky afirmando que nadie tiene derecho a opinar en contra. O al mismo Presidente, descalificando a Reforma en la mañanera del viernes.
Al respecto, creo que es necesario hacer un reconocimiento a los periodistas que se jugaron la vida en Culiacán el jueves pasado, así como a todos los que están enfrentando al poder desde la trinchera que tienen: las conferencias de prensa. Eso, y los reportajes de investigación, es lo que está sosteniendo lo poco que queda de democracia.
El grupo que llegó al poder acompañando a López Obrador es muy heterogéneo y sus integrantes provienen de muy diversas tradiciones, costumbres e ideologías. Sólo coinciden en su lealtad (sumisión) a López Obrador, y en su intención de no dejar jamás ese poder que han alcanzado. Hemos perdido casi todas las instituciones que podían impedirlo. Nos queda ese aroma a sociedad civil que surge del periodismo, o soluciones extremas, representadas en esos dos actores que se desmarcaron.
Tenemos un gobierno profundamente incapaz e irresponsable, pero también demostradamente autoritario. Es necesario reconocerlo para construir defensas y alternativas. No es lo que conocíamos, es otra cosa.
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Columnas políticas a 22 de octubre de 2019...
FRENTES POLÍTICOS/Excélsior
1. Contraofensiva. Es realmente de escándalo cómo tiran bala los delincuentes en Sinaloa. Decenas de sicarios accionaron sus armas y se grabaron, sin molestarse siquiera en taparse el rostro. Son amos y señores de su región. Por ello, el gobierno federal, en colaboración con autoridades municipales, estatales y especialistas en seguridad, trabajan en un Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica para homologar la actuación de los cuerpos policiales, señaló el titular del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Leonel Cota.
Entre los objetivos están lograr óptimos niveles de desempeño y profesionalismo, pues este nuevo modelo incluye a la Guardia Nacional, explicó durante su participación en el panel Ciudades Seguras. No pedimos mucho: acaso que se acerquen al nivel de reacción que muestran esos jovencitos de Sinaloa. Gracias, gobernador Quirino Ordaz.
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RAZONES/La Razón
• Culiacán a debate en San Lázaro
Hoy, legisladores de la Cámara de Diputados sostendrán un debate sobre los hechos de violencia ocurridos el pasado 17 de octubre en Culiacán, Sinaloa, el cual comenzó el pasado jueves luego de que la diputada del PAN, Adriana Dávila Fernández, subiera el tema a tribuna cuando se discutía el Paquete Económico, en el que pidió la renuncia de miembros del Gabinete por haber permitido que la situación se desbordara, además de que confirmó que Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, había sido liberado por presiones y amenazas del crimen organizado, señalamientos que la bancada de Morena tardó 24 horas en responder, ya que enfocó sus respuestas en acusaciones en contra de la presidenta de la Mesa Directiva, Laura Angélica Rojas, por permitir que naufragara la discusión económica; Morena fue el más entusiasta en apoyar en la Jucopo que se formalice el debate, por lo que los nombres de Felipe Calderón, Vicente Fox y Enrique Peña mantendrán su vigencia en el recinto legislativo de San Lázaro.
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SACAPUNTAS /El Heraldo de México
Adelantan comparecencia
El titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo, adelantará su comparecencia en el Senado para explicar a los congresistas el operativo de la semana pasada en Culiacán, Sinaloa, que derivó en la liberación de Ovidio Guzmán. Nos dicen que su cita estaba programa para el día 31 de octubre, pero por un acuerdo de la Jucopo, se adelantó para el lunes 28.
No habrá otro Ayotzinapa
Y a propósito de Culiacán, el titular de la Fiscalía General, Alejandro Gertz, puso la vara muy alta y anunció que lo ocurrido en Sinaloa no será el “Ayotzinapa” de este gobierno, por lo que las investigaciones irán a fondo por “las conductas de cada uno de los servidores públicos y los delincuentes”.
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TELÉFONO ROJO/José Ureña /
24 Horas
Culiacán: familiares de los militares al paredón
A cada momento surgen nuevos datos.
The New York Times reportó ayer, con base en información confiable a sus fuentes, sobre la liberación de dos hijos de Joaquín El Chapo Guzmán.
Ayer en este espacio hablamos sobre una línea de investigación –rechazada por algunos funcionarios- sobre filtraciones al cártel de Sinaloa.
Tardaremos en conocer toda la información de lo sucedido en Culiacán el jueves pasado, al principio confusa por el silencio oficial y el gran manejo de masas y redes sociales de los delincuenciales.
Pero un dato fue clave para liberar, haya sido solamente a Ovidio Guzmán López o a él y a su medio hermano Iván Archivaldo Guzmán Salazar.
La versión del periódico neoyorkino tiene mucho sustento más allá del de las grabaciones interceptadas y la validez otorgada por las agencias estadunidenses.
Ellas sí conocieron todo en tiempo real, como no lo registraron quienes debieron organizar el “operativo fallido” –confesión de secretario Alfonso Durazo- y reportar al máximo nivel.
¿Por qué es creíble?
Porque en la confusión habría escapado Iván Archivaldo y luego se puso al frente del rescate de su fraterno –El Jefe, reconocido por su subordinados- contra las fuerzas federales.
ENTRARON, SACARON A LA GENTE Y…
Pero son espeluznantes los datos corroborados.
Fueron la base para hacer retroceder a todos: a miembros de la Guardia Nacional, del Ministerio Público, del Ejército Mexicano… de todos.
¿Y qué fue?
Los criminales sacaron de sus hogares a cientos de esposas, hijos, sobrinos y soldados retirados, a quienes pusieron a su disposición.
-Retaron al poder: “Uno de usted por cada uno de nosotros” –narró una fuente de muy alto nivel y con relación presidencial-. Hubiera sido una matazón.
Esto no se dijo, aunque sí lo analizó el gabinete de seguridad y fue transmitido al comandante supremo de las Fuerzas Armadas.
-Más de 200 -según refirió el secretario de Relaciones Exteriores, aunque Marcelo Ebrard habló de unidades habitacionales rodeadas, no de desalojo y colocados para ejecución ante un paredón.
Estos son los elementos base de la decisión presidencial de perdonar a quien postró al Estado mexicano para no ser extraditado.
Hacia delante queda el riesgo: cualquier pelafustán puede rodearse de 40 ó 60 asesinos y, en caso de detención, tomar una escuela, un hospital u otra instalación y amagar con una masacre si no es liberado.
LOS ESFUERZOS POR RECUPERAR PAZ
1.- Tras la desgracia, se emprenden acciones para dejar atrás ese capítulo tan humillante para el país.
A nivel internacional el sitio de Culiacán sensibilizó al gobierno de Donald Trump y esto permitirá a México apretar para controlar el flujo de armas desde Estados Unidos.
El canciller Marcelo Ebrard tiene un interlocutor muestras de sensibilidad, el embajador Christopher Landau.
A nivel local, el gobernador Quirino Ordaz manda mensajes de tranquilidad con asistencia a eventos públicos: el domingo estuvo en un partido de béisbol y se apresta a acudir a otro de futbol.
Y 2.- registramos un gazapo: ayer llamamos Ernesto a Néstor Núñez.
El rendirá hoy su primer informe como alcalde de Cuauhtémoc, donde se asientan los Poderes de la Unión y del gobierno capitalino.
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Culiacán, la penumbra y la mentira
Razones/JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
Culiacán, la penumbra y la mentira
• Es una falacia la disyuntiva de hacernos elegir entre una masacre o la fuga de un narcotraficante. La verdadera pregunta es por qué se tuvo que llegar a esa disyuntiva, qué ocurrió y quién tomó las decisiones.
El problema es la mentira. Decía el italiano Silvio Pellico que “cuando se comete un error, no mientas para negarlo o atenuarlo. La mentira es una torpe debilidad. Acepta que te has equivocado; en ello hay magnanimidad”.
El gran tema que gira en torno a lo sucedido en Culiacán es si se está mintiendo o no. Si hubo un error o una suma de mentiras.
Lo que sí es seguro es que cinco días después de los hechos no hay una historia verosímil de lo ocurrido.
Es una falacia la disyuntiva de hacernos elegir entre una masacre o la fuga de un narcotraficante. La verdadera pregunta es por qué se tuvo que llegar a esa disyuntiva,qué ocurrió y quién tomó las decisiones. Las versiones oficiales son inverosímiles: primero, desmentida desde el propio gabinete de seguridad un día después, fue la versión original de que en un patrullaje de rutina (con nada menos que 30 elementos militares) se encontraron algo así como por casualidad con Ovidio Guzmán López.
Ya sabemos que la detención del hijo de El Chapo Guzmán fue el fruto de un operativo hacia un objetivo de seguridad, de un hombre con pedido de extradición de Estados Unidos, cuya orden se quería cumplimentar. Sabemos también que la tesis de que tardó en llegar la orden de cateo no tiene sentido: Ovidio estuvo detenido por lo menos cuatro horas, se le hicieron todos los estudios antropomórficos para confirmar su identidad e incluso se le tomaron fotos que se distribuyeron a redes y medios. Según el New York Times, junto con él fue detenido, en una marisquería, su medio hermano, Iván Archivaldo Guzmán, quien también habría sido liberado.
Es difícil de creer que un equipo de militares altamente entrenado hayan cometido en un operativo con este tipo de características errores de improvisación. No estamos hablando de amateurs: son gruposque han detenido a muchos de los principales narcotraficantes del país, en muchos de los casos sin disparar un solo tiro.
Es desconcertante que éstos y muchos otros datos no hayan podido ser esclarecidos tantos días después. Para la gente lo peor no es el error, sino la mentira. Y la sensación es que se le está mintiendo. Pasa, como decíamos ayer, incluso con la llamada de Trump. Primero, el Presidente no puede estar incomunicado tantas horas: lo estuvo durante, por lo menos, una hora mientras volaba a Oaxaca en plena crisis de Culiacán, cuando se estaba decidiendo el destino del hijo de El Chapo y de muchas familias mexicanas. Estuvo sin comunicación cuando lo llamó el presidente Trump el viernes, con el que se enlazó hasta el sábado. Resulta insólito que un presidente no pueda participar de una toma de decisiones porque está en un vuelo comercial o que pase más de 24 horas sin comunicarse con el presidente de Estados Unidos cuando lo están buscando porque está visitando Putla y no hay celular, como si un teléfono satelital estuviera fuera del alcance de un mandatario. El problema no es tecnológico, es político.
Hay muchos problemas de diseño en la estrategia de seguridad, incluso en el ámbito legal y de toma de decisiones.
Primero, el Presidente no puede ser el jefe operativo del gabinete de seguridad: él es el Presidente. Debe haber mandos que, como en todas las democracias, deben ser los encargados de implementar las medidas que, le guste o no al Presidente, se deben tomar por una razón de Estado, y no nos engañemos, para hacerse responsable de que se implemente esa
razón de Estado es que se elige a un presidente.
Un gobierno puede tomar medidas muy duras, incluso de vida o muerte, pero debe haber espacios que implementen esas medidas, expertos alejados del sentimentalismo o la conveniencia política coyuntural de un mandatario.
Segundo, no se puede contraponer la fe a la legalidad. Como se ha dicho, no se elige un presidente para saber cuáles son sus convicciones humanistas o religiosas ante una crisis, sino para que haga cumplir la ley. El humanismo, la fe y la paz son sentimientos compartibles por todos, pero la aplicación del Estado de derecho es una obligación legal (incluso cualquier juez estricto podría iniciar acción penal contra una autoridad que haya ordenado la liberación de un delincuente detenido sin que existiera una orden judicial que lo autorizara).
Un presidente, más allá de defender una acción, controvertida o no, lo que debe garantizar es la transparencia en el accionar gubernamental y el cumplimiento de la ley. En el caso de Culiacán, lo que tenemos es penumbra y falta de claridad.
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Columna EN PRIVADO/Joaquín López Dóriga
Milenio
Culiacán: para fallos, los de comunicación
Del punto de inflexión al de genuflexión. Florestán.
Los hechos, el jueves en Culiacán, pueden convertirse en el verdadero punto de inflexión del que el gobierno hablaba tres días antes, al presentar su programa contra el crimen organizado.
Primero, el operativo para detener con fines de extradición, a solicitud del gobierno de Estados Unidos, de un ciudadano mexicano, hijo de Joaquín Guzmán Loera, era como otro más de los centenares que se han ejecutado.
Segundo, no sé si el Presidente de la República estaba informado y aprobó ese operativo del que no tiene por qué estar al tanto y menos autorizar cada movimiento que se haga en ese sentido.
Tercero, que fue un desastre que incendió Culiacán, donde se desarrollaron 14 tiroteos, 19 bloqueos, la fuga de 54 reos y la muerte de 13 de personas, en una tarde de horror.
Desconozco las fallas en la operación táctica para detener a Ovidio Guzmán, pero tengo claro algunos de los errores de información que agravaron la confusión.
El primero fue ese mismo jueves cuando informó que una patrulla de la Guardia Nacional había sido atacada al pasar frente a una casa de seguridad del cártel de Sinaloa, en una zona habitacional de Culiacán y por la noche dijeron que todo había estallado al llevar a cabo un operativo de la GN, para detener a una persona con fines de extradición, lo que provocó que decenas o centenares de delincuentes salieran a la calle a hacer valer su ley y, al final, lograr que se los devolvieran para evitar, ha reiterado el Presidente, una masacre.
Ya después, el general secretario Luis Cresencio Sandoval calificó el operativo de fallido y deficiente, y se comprometió a revisarlo.
Este es, pues, el punto de inflexión del que le hablaba y que quien más lo debe celebrar es Nemesio Oseguera, (a) El Mencho, jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación, pues si a uno de los nueve hijos de Guzmán Loera lo soltaron como lo hicieron el jueves en Culiacán, no quiero pensar en la guerra que desataría su hasta ahora imposible captura.
RETALES
1. REFUERZO. Hace poco, el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, inauguró una unidad con capacidad para 3 mil 500 policías militares que está vacía. De los 600 militares que tenía destacados en su estado, retiraron 500. Ya mandaron 300 de élite;
2. MORENA. Todo indica que Bertha Luján será la próxima dirigente nacional de Morena. El caos violento en el establecimiento de al menos 60 asambleas impidió que Mario Delgado pudiera registrarse como candidato. Ahí sigue la palabra del Presidente de que hagan encuestas, que ganaría el diputado de Morena; y
3. PLAZO. Una semana tiene la Suprema Corte para decidir la ley Bonilla, abiertamente inconstitucional al pretender ampliar a cinco años el gobierno cuando fue electo para dos. Todo indica que la Corte le dará palo.
Nos vemos mañana, pero en privado.
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ESTRICTAMENTE PERSONAL/Raymundo Riva Palacio
El Financiero,
La ilegalidad del Presidente
Las tres primeras preguntas de la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador el viernes pasado en Oaxaca, formuladas por el reportero Alberto Morales, de El Universal, fueron puntuales y provocaron una respuesta de consecuencias no vistas.
Morales preguntó su evaluación sobre los eventos en Culiacán, cómo le informó el gabinete de seguridad, quién tomó la decisión para liberar a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, y qué se valoró para liberarlo. Las respuestas merecen se transcritas:
“A mí me informaron por la tarde. (El viernes, jueves)) van a dar el relato sobre los acontecimientos en el tiempo… Comenzó alrededor de las tres de la tarde, un poco más. De inmediato se reunieron los integrantes del Gabinete de Seguridad para darle seguimiento a todo este asunto.
El secretario de la Defensa, el secretario de Marina, el secretario de Seguridad, se concentraron, se reunieron y le dieron seguimiento al problema, y tomaron decisiones que yo respaldo, que yo avalo, porque se tornó muy difícil la situación.
“Y estaban en riesgo muchos ciudadanos, muchas personas, muchos seres humanos, y se decidió proteger la vida de las personas. Y yo estuve de acuerdo con eso, porque no se trata de masacres, ya eso ya se terminó. No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas. Ellos tomaron esa decisión y yo la respaldé.
También decirles que se trató de un operativo que llevó a cabo el Ejército a partir de una orden de aprehensión de un presunto delincuente; pero, como ya lo expliqué, hubo una reacción muy violenta y se ponía en riesgo la vida de mucha gente”.
La respuesta del Presidente es moral, pero políticamente equívoca y legalmente una aberración. López Obrador mostró:
1.- Que la ley, para él, es discresional.
2.- Viola el artículo 16 de la Constitución, en cuyo párrafo cuatro establece: “La autoridad que ejecute una orden judicial de aprehensión, deberá poner al inculpado a disposición del juez, sin dilación alguna y bajo su más estricta responsabilidad. La contravención a lo anterior será sancionada por la ley penal”.
3.- Él no tenía atribuciones legales para liberar a Guzmán López. La Fiscalía General es quien las tiene.
4.- Las declaraciones del Presidente lo hace un delincuente confeso, al violar el artículo 150 del Código Penal Federal, que establece:
“Se aplicarán de seis meses a nueve años de prisión al que favoreciere la evasión de algún detenido, procesado o condenado. Si el detenido o procesado estuviese inculpado por delito o delitos contra la salud, a la persona que favoreciere su evasión se le impondrán de siete a quince años de prisión, o bien, tratándose de la evasión de un condenado, se aumentarán hasta veinte años de prisión.
“Si quien propicie la evasión fuese servidor público, se le incrementará la pena en una tercera parte de las penas señaladas en este artículo, según corresponda. Además será destituido de su empleo y se le inhabilitará para obtener otro durante un período de ocho a doce años”.
5.- Violó convenios internacionales suscritos por México, como el Estatuto de Roma, de la Corte Penal Internacional, que establece en su artículo 28:
“El jefe militar o el que actúe efectivamente como jefe militar, será penalmente responsable por los crímenes de la competencia de la Corte que hubieren sido cometidos por fuerzas bajo su mando y control efectivo, o su autoridad y control efectivo, según sea el caso, en razón de no haber ejercido un control apropiado sobre esas fuerzas cuando:
1.- i) Hubiere sabido o, en razón de las circunstancias del momento, hubiere debido saber que las fuerzas estaban cometiendo esos crímenes o se proponían cometerlos; y
2.- ii) No hubiere adoptado todas las medidas necesarias y razonables a su alcance para prevenir o reprimir su comisión o para poner el asunto en conocimiento de las autoridades competentes a los efectos de investigación y enjuiciamiento”.
6.- Violó tres convenciones de Naciones Unidas, sobre Prevención del Delito y Justicia Penal, Contra la Delincuencia Organizada Transacional, y Contra la Corrupción.
Las declaraciones del Presidente no dan lugar a duda sobre la violación en la que incurrieron el gabinete de seguridad y él mismo. Aceptar un chantaje del crimen organizado lo desnuda como un Presidente débil al frente de un Estado débil, y sometido por acciones terroristas. El argumento moral sólo se sostiene en términos religiosos, no en el mandato de la Constitución.
Esta discusión es sensible porque quienes apoyan la decisión de López Obrador lo ubican en la coyuntura del jueves, sin considerar los mensajes previos de claudicación ante el crimen organizado –amnistía o no confrontarlos–, ni lo que vendrá después.
Las primeras planas de la prensa nacional e internacional sobre los sucesos en Culiacán tenían como común denominador el énfasis de que se capturó a Guzmán López y luego se le dejó en libertad. Lo que resaltaron fue la capitulación del Estado de derecho y la oficialización de un país sin leyes. Esto tiene consecuencias inmediatas. El mensaje es el de la Pax Narca, donde las organizaciones criminales deciden la suerte de la nación.
Este interlineado llevará a inversionistas a considerar si sus inversiones en México, actuales o en planeación, son una buena idea. Adicionalmente, refuerza el viejo argumento del presidente Donald Trump, de que si las Fuerzas Armadas no pueden con los cárteles de la droga, el Pentágono se encargará de ello.
Todo esto no es una hipótesis. Desde el jueves ya hay preguntas de inversionistas en ese sentido y señales desde Estados Unidos sobre este país sin Estado de derecho, por decisión del presidente López Obrador, y mensajes de la familia Trump de que México es un país sin leyes.
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¡En Culiacán empezó la amnistía de AMLO al crimen!
ITINERARIO POLÍTICO/ RICARDO ALEMÁN
El Debate,
Como muchos saben, el secuestro, crimen y posterior incineración de “los 43 de Iguala” se llevó a cabo por instrucción de un alcalde impuesto por AMLO, en un municipio y un estado gobernados por el entonces partido de López Obrador.
Aún así –y a pesar de que en toda la ruta del crimen nunca participó ninguna autoridad vinculada al PRI y menos al Gobierno federal–, lo cierto es que el maniqueísmo de la claque lopista, la distorsión dolosa y el gusto de Obrador por la mentira y el engaño terminaron por responsabilizar de la masacre al gobierno de Peña Nieto.
Dicho de otro modo, resulta que “los magos del engaño y la mentira” se salieron con la suya; convirtieron una derrota política de grandes proporciones –como el crimen de los 43 de Ayotzinapa–, en una victoria que incluso los empujó al poder presidencial.
Hoy, luego del escandaloso ridículo y del grosero montaje que vimos en Culiacán por parte del gobierno de López –luego de la detención y posterior liberación del Chapito–, regresaron no solo el cinismo de Obrador, sino el maniqueísmo, la distorsión dolosa y el gusto por la mentira y el engaño.
Y es que “los magos del engaño y la mentira” parecen dispuestos a intentar la misma apuesta “engañabobos” y convertir una derrota en victoria.
La diferencia es que López Obrador y su gobierno pueden engañar a muchos durante mucho tiempo pero, al final, no engañarán a todos todo el tiempo.
¿Por qué?
Porque hoy el presidente Obrador podrá decir misa y pontificar contra imaginarios “molinos de viento” de la derecha y el conservadurismo; podrá acusar al pasado de sus fracasos y hasta podrá sublimar su cinismo pero, al final, no podrá ocultar que su gobierno enlutó a todo el país y que en solo diez meses convirtió al territorio mexicano en el mayor cementerio de la historia y terminará calificado como el peor gobierno de todos los tiempos.
Y es que la realidad, demoledora por su peso específico, resultará aún más terca que el terco presidente mexicano.
Como saben, en una suerte de control de daños, dicen el presidente, la propaganda oficial y los corifeos de su fallido gobierno que “el supuesto fracaso de Culiacán” en realidad fue un acierto y una respuesta humanitaria que evitó “una matazón de ciudadanos indefensos”.
Lo que no dicen, por ejemplo, es que solo en Tlahuelilpan la irresponsabilidad oficial provocó más de la mitad de las 200 vidas que se habrían salvado en Culiacán; no dicen que la irresponsabilidad de López ha cobrado más de cien vidas a causa de la falta de vacunas para el dengue; que son decenas de muertos por la carencia de medicamentos contra el cáncer y por el servicio deficiente en el sector salud.
Lo que no dicen el presidente, su gabinete, sus aliados e incondicionales es que en 10 meses de gobierno de AMLO, el número de policías asesinados en todo el país casi alcanza los 400 y que, como nunca, el crimen organizado ha dado muerte a presidentes municipales, síndicos y legisladores locales.
Pero “la joya de la corona” del mal gobierno y del fracaso en la contención de la violencia, en todo el país, son las 31 mil muertes violentas, en solo los primeros 10 meses del gobierno de Obrador.
Esa cifra de 31 mil muertos en 10 meses es la más alta de todos los tiempos en México; es una muestra del fracaso en la estrategia contra la violencia y es la confirmación de que el de López Obrador es un gobierno que no solo rindió la plaza ante el narcotráfico y el crimen organizado sino que pactó con los distintos cárteles criminales.
Pero existe un mensaje aún más preocupante.
¿Cuál es ese mensaje?
Que la rendición de la plaza en Culiacán y el pacto con bandas como la del Chapo explican la razón por la que el entonces candidato y hoy presidente prometió por todo el país una amnistía a los grupos criminales.
En los hechos y violando la Constitución, el presidente mexicano ya perdonó a los jefes de bandas como la del Chapo.
Pero el mensaje resultaría aún más escalofriante si se confirma que todos los barones de la droga serán perdonados.
Y, ¿a cambio de qué sería el perdón?
En su columna de ayer, el periodista Pablo Hiriart desliza una escalofriante hipótesis; los matarifes del crimen organizado se podrían encargar de los enemigos y críticos del régimen.
Es decir, un narco-estado, el mayor riesgo para la democracia.
Al tiempo..
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TERCER GRADO/Leopoldo Gómez /
Milenio
México dividido
Que el operativo para capturar a Ovidio Guzmán fue un fracaso, hasta el gobierno lo reconoce. La mala planeación dejó efectos desastrosos: una ciudad en pánico, secuestrada por el crimen organizado, fuga de reos, muertos, heridos y el detenido, libre.
A juzgar por lo que ha circulado en redes y por las columnas en los diarios, el saldo fue extraordinariamente adverso para el gobierno.
Y, sin embargo, las encuestas que se han difundido hasta ahora presentan un panorama distinto, con una opinión pública nacional dividida casi a la mitad en lo que toca a las evaluaciones sobre el manejo de la situación por parte del gobierno.
De entrada, hay importantes diferencias regionales. Según una encuesta telefónica de Consulta Mitofsky (http://consulta.mx/…/mexico-op…/item/1177-culiacan-seguridad), en Sinaloa las opiniones son mucho más favorables a la decisión de liberar al detenido que en el resto del país. Allí es prácticamente unánime la opinión de que el saldo habría sido peor de haberse actuado de otra manera.
Pero el dato más interesante es que las evaluaciones en general están drásticamente definidas por las identidades partidistas. Mientras 97 por ciento de los simpatizantes de Morena cree que el gobierno hizo bien en liberar al detenido, 90% de los panistas y priistas piensa lo contrario.
En cuanto al presidente López Obrador, 97% de los morenistas dice que su imagen mejoró o se mantuvo igual de bien, mientras que 95% de los panistas estima que empeoró o se mantuvo igual de mal. Y así con el resto de las evaluaciones sobre la actuación del Gobierno.
La situación es muy parecida a la que prevalece en Estados Unidos. Eventos que, a juzgar por lo publicado en los medios, serían muy negativos para Trump no suelen afectar su popularidad entre su base.
Allá como acá, la identidad partidista filtra y acomoda los hechos.
Nada muy grave mientras solo sean diferencias de opinión sobre una realidad compartida. Mucho más serio, sin embargo, si, como ya pasa en Estados Unidos, esas filiaciones fracturan el consenso sobre la realidad misma, pues es entonces cuando el debate se torna irracional.
Ojalá que México se aleje de esa ruta y no quede así de dividido.
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¿Aún quieren legalizar mota y coca?
EL ASALTO A LA RAZÓN/CARLOS MARÍN
Milenio...
Alejandro Gertz Manero informó ayer que la Fiscalía General de la República bajo su mando “ha asumido plenamente la investigación” del desastre interinstitucional del jueves en Culiacán, “la cual será ejemplar”, y prometió que no habrá impunidad para los responsables.
Sin indicios conocidos para relacionar o, mucho menos, equiparar casos tan distintos, alardeó que lo sucedido en la capital de Sinaloa “no va a ser otro Ayotzinapa...”.
Incomprensible, la invocación de lo sucedido hace un lustro en Guerrero con los estudiantes victimados por narcotraficantes, lejos de alentar el optimismo de que se sabrá lo que pasó, permite especular: ¿acaso el fiscal sospecha o tiene datos que apunten hacia la probabilidad de que los matones de Sinaloa fueron apoyados por servidores públicos, como lo hicieron los policías municipales que levantaron a Los 43 para entregárselos a los asesinos?
Suposiciones aparte, Gertz informó que en lo que va del año y en promedio, ha sido capturado y extraditado un delincuente por semana, lo que totaliza unos 40. ¿Qué ocurrió para que el hijo de El Chapo Guzmán encarne la excepción de la regla?
El innegable poder que la delincuencia organizada tiene en vastas regiones de México nunca se había manifestado con la fuerza que lo hizo en Culiacán. El trasiego y venta de drogas constituye un fabuloso negocio que da a las pandillas una multimillonaria capacidad de compra, ante la cual sucumbe lo que sea que quiera oponer el Estado. Entre jóvenes de amplias capas sociales no prende la consigna “becarios sí, sicarios no”, como tampoco los insistentes mensajes de amor y paz que la 4T les dedica a los “maleducados”.
Por eso mismo, aun si se aprueban, están destinadas al fracaso iniciativas como la del diputado morenista Mario Delgado para crear una empresa del gobierno (CannSalud, por la cannabis) que regule la compra-venta de mariguana, y que quien lo desee, sin sufrir la monserga de tramitar licencias o permisos, pueda cultivar sus propias matas. O peor: como pide el gobernador de Guerrero, que lo mismo se haga con los plantíos y derivados de la amapola (solo falta que se pretenda enriquecer la insensata idea con el establecimiento de precios de garantía, como sucede con algunos comestibles de primera necesidad).
Reglamentadas que fueran las drogas, imagínese a cualquiera de los matones de Sinaloa visitando una parcela del triángulo dorado, feudo de los herederos de El Chapo, y niéguese la elevada probabilidad de un diálogo así:
–¿Qué tal, don Apolinar, ya me tiene mi paquete?
–No, jovencito, ahora no, y ya no se lo podré vender. Fíjese que vinieron de la Cofepris, no, de la CannSalud, y se lo llevaron ya.
–¡Órale pinche viejo! Qué retependejo es usted. Al patrón nadie le ve la cara, ¿pues no sabe lo que pasó en Culiacán? Aquí le dejo la cabecita de su nieto Jaime y nos vemos para la siguiente, ¿va?
Nos vemos luego, no se pase de lanza y que Dios me lo bendiga...
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ALHAJERO/Marta Anaya
El Heraldo de México,
Ejército-Durazo
El operativo fallido en Culiacán llevó al borde del rompimiento de la relación entre los militares y Alfonso Durazo.
La relación de por sí no ha sido fácil. Mucho menos cuando el Congreso definió que la Guardia Nacional estaría bajo el resguardo de un mando civil (se llamara como se llamara) y no de un militar.
Alfonso Durazo podrá aparecer como el secretario de Seguridad y considerarse formalmente como el jefe del gabinete de Seguridad –a veces ni eso le permiten-, pero lo cierto es que el sonorense es desdeñado por el Ejército y la Marina.
Lo sucedido en Culiacán con el fallido operativo para detener, con fines de extradición, a Ovidio Guzmán López (hijo del Chapo Guzmán) fue, ya no una banderilla como tantas que ha recibido en estos meses, sino una estocada.
Por más que el Presidente de la República defienda a Durazo y rechace su renuncia al cargo, los uniformados apuntaron el índice hacia el sonorense desde aquella misma tarde del humillante episodio, y exigieron: ¡que dé la cara…!
Y lo dejaron hundirse solo esa noche.
Al día siguiente, con el general secretario Luis Cresencio Sandoval, partícipe y en conferencia de prensa, mencionaría varias cosas de llamar la atención:
—Primero que nada, ¡que el gabinete de Seguridad no estaba informado del operativo para detener al hijo del Chapo!
¿Hacia quién apunta el señalamiento de esta omisión?
—Segundo, que el operativo fue “precipitado y mal planeado”, dado que no calcularon —personal de la Policía Ministerial y la División Antidrogas de la extinta Policía Federal, hoy Guardia Nacional— el tiempo que tardaron en obtener la orden de cateo.
¿Por qué tardó la orden? ¿Quién tenía que librarla?
Sean quienes fueren responsables de ello con nombre y apellido, lo cierto es que el dedo flamígero apunta hacia al Poder Judicial. Terreno civil, de nueva cuenta.
El propio Durazo reafirmaría que “la orden de aprehensión no llegó con la oportunidad que habría sido planeada en el diseño del operativo” y eso llevó a modificar las decisiones finales.
Pero ni esto le salvaría ante los ojos de los militares.
Distintos videos que aparecieron en las redes sociales desde el fin de semana, buscaban una sola cosa: salvar el honor de los militares, de los policías, incluso, pero, sobre todo, del ejército. De un ejército de por sí dividido.
¿Salvarlos de quién? La respuesta está implícita: de los civiles. Y la imagen de los civiles —en esta área y en este episodio— se singulariza en una persona: Alfonso Durazo.
Si las imágenes a la vista no fueran suficientes, no hay más que hablar con algunos mandos del ejército y de la Marina para tener clara, muy clara, la ruptura entre los uniformados y el titular de Seguridad.
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GEMAS: Obsequio del fiscal general, Alejandro Gertz Manero: “Esto (lo ocurrido en Culiacán) no va a ser otro Ayotzinapa eh, se los digo con esa claridad, aquí se van a establecer las responsabilidades con toda precisión, con todo apego a la ley y con toda transparencia”.
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Ni renuncias ni cambio de ‘estrategia'/Pablo Hiriart
Uso de Razón
El Financiero...
López Obrador ya admitió que otros se equivocaron y se precipitaron en la captura y posterior liberación del hijo del Chapo.
Muy bien, ¿y las renuncias de los que fallaron, provocaron la muerte de doce personas y dejaron en ridículo a nuestras Fuerzas Armadas?
A la vista del mundo, el Estado mexicano fue doblegado en Culiacán por una fuerza superior.
¿Cómo va a recuperar el Estado el monopolio del uso de la fuerza?
Es cierto que desde hace muchos años los grupos criminales le disputan al Estado ese monopolio, no es un fenómeno nuevo. Pero nunca el gobierno se había visto sometido.
Por eso era importante un aspecto de la política seguida por los presidentes Calderón y Peña Nieto: combatir a los grandes cárteles para que ninguno de ellos tenga la fuerza de desafiar al Estado. Lo habían logrado.
Se equivocaron en muchas áreas de la seguridad pública y la seguridad nacional, pero en esa no: si un grupo delictivo doblega al Estado, éste pierde su razón de existir.
Cuando eso ocurre, el poder pasa automáticamente a manos del más fuerte.
No fue un capricho perseguir, detener y disminuir fuerza de los capos de Los Zetas, Cártel del Pacífico y Cártel del Golfo. Era una razón de Estado.
Al llegar el nuevo gobierno se desmantelaron los órganos de inteligencia, incluyendo los más sofisticados y eficaces que había, en la Marina por ejemplo.
El Presidente dijo que no se perseguiría a los grandes capos.
Para ellos habría, abrazos y otras frases demagógicas.
Dijo que la nueva estrategia sería golpear las redes financieras de los grupos delictivos.
Sonaba lógico y plausible esto último, pero la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda está abocada a perseguir a los adversarios ideológicos del gobierno.
¿Cuánto dinero le han quitado al Cártel Pacífico, al Jalisco Nueva Generación o a Los Zetas?
No tienen la menor idea de quién es quién ni dónde están parados. Tan es así que el SAT le condonó impuestos por casi cien millones de pesos a Los Zetas en agosto de este año, de acuerdo con el reportaje de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
Al Ejército lo exponen a que lo cacheteen los miembros de grupos criminales y hasta malandrines de pueblo.
En lugar de usar las tropas para debilitar a ejércitos irregulares de los narcos, las usan para perseguir migrantes que hacen lo que toda su vida han hecho: cruzar por México a Estados Unidos.
Ya Trump felicitó a nuestro gobierno por desplegar a 27 mil soldados en la frontera con Estados Unidos, para cuidarlos a ellos.
¿Qué vergüenza es esa? Se entiende que haya tropas en la frontera sur para vigilar la entrada a nuestro país. Pero ¿veintisiete mil soldados mexicanos en la frontera norte para impedir la salida?
El resultado de todos esos entuertos e improvisaciones se vio, de manera afrentosa, en Culiacán.
Ahí se sumaron otros errores que pusieron en ridículo al Estado ante un grupo delictivo.
El gobierno no tenía idea de cómo había crecido la capacidad de fuego y el poder logístico del Cártel de Sinaloa, a partir de que lo dejaron de perseguir.
Se lanzaron como El Borras. O para citar al Presidente: patearon el avispero... y se echaron a correr.
La explicación de por qué no utilizaron apoyo aéreo (ahí en Culiacán está la sede de la Novena Zona Militar, que cuenta con helicópteros artillados), fue de párvulos, que desnuda su total ignorancia e impericia: los podían derribar. ¿Cómo, si son blindados?
El incentivo que recibieron los grupos delictivos de todo el país con los hechos del jueves va a marcar un antes y un después. Si presentas combate y atacas al Ejército o a la Guardia, el gobierno va a ordenar repliegue.
Ya lo saben desde los grandes cárteles, hasta las pandillas delictivas. Por eso era de esperarse que ayer el Presidente anunciara un giro en su política de seguridad y el cese de los incompetentes.
Fíjense que no. Ni despidos ni cambios en seguridad.
Aunque ahora hay más muertos que antes, más delitos que antes, y nuevos y perversos incentivos para delinquir: el gobierno se replegará si actúas de manera violenta.
ón de su parte.
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JUEGOS DE PODER/Leo Zuckermann Excélsior
De cómo el Presidente se contradice
• Dos días antes del operativo fallido para capturar al hijo de El Chapo Guzmán en Culiacán, un supuesto enfrentamiento entre el Ejército y civiles armados arrojó un saldo de 14 personas y un militar muertos en Tepochica, Guerrero.
Dijo ayer el Presidente en su conferencia matutina de prensa: “Nuestros adversarios, los conservadores, corruptos, que se padecieron en los pasados gobiernos aplicaron una política de confrontación y de violencia para supuestamente garantizar la paz y la tranquilidad.
Y esa política insensata, inhumana, produjo más violencia, mucho sufrimiento, masacres.
Había hasta la decisión de arrasar, de exterminar; y lo muestran así los datos de letalidad, de cómo fueron más siempre los muertos que los heridos y los detenidos”.
Tiene toda la razón en cuanto a los datos del índice de letalidad que mide la relación de civiles muertos versus los miembros de fuerzas federales muertos en enfrentamientos.
De acuerdo con un artículo de Catalina Pérez Correa, Carlos Silva Forné y Rodrigo Gutiérrez Rivas, publicado en julio de 2015 en Nexos, para el Ejército el índice de letalidad mayor ocurrió en 2011: 32.4 civiles por cada militar.
Paul Chevigny, quien a lo largo de su carrera investigó los abusos de las fuerzas del Estado, sostiene que la muerte de más de diez o quince civiles por cada agente de seguridad fallecido en enfrentamientos puede considerarse como un indicador de que la fuerza letal podría haberse utilizado para otros propósitos diferentes a la protección de la vida. El profesor emérito de la Universidad de Nueva York sugiere que los altos índices de letalidad denotan posibles abusos de poder.
En otras palabras, podríamos estar frente a casos, como dice López Obrador, de decisiones para “arrasar” o “exterminar”.
Después del primer artículo que publicó Nexos sobre los índices de letalidad, la Secretaría de la Defensa Nacional decidió ya no divulgar los datos que les permitieron a los autores calcular este índice.
No obstante, en 2014 fuimos testigos de un evento donde quedó clarísimo este fenómeno. Me refiero a la masacre en Tlatlaya. De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), una patrulla del Ejército se enfrentó a un grupo de civiles armados que “se rindieron rápidamente”. Sin embargo, 22 personas murieron.
La CNDH encontró que 12 de ellos fueron ejecutados. Este asunto, con toda razón, se convirtió en un escándalo en el sexenio pasado de Peña Nieto. Siendo opositor, López Obrador lo caracterizó como un ejemplo de la corrupción y decadencia del país.
En el contexto de lo ocurrido el jueves en Culiacán, el ahora Presidente dijo sobre la política que él mismo caracterizó como de exterminio: “Nosotros dejamos en claro desde el principio –está escrito en el Plan Nacional de Desarrollo– que íbamos a cambiar esa política absurda, inhumana e ineficaz, porque no dio resultados”. Muy bien.
Sin embargo, se le olvidó a López Obrador mencionar que el martes de la semana pasada, dos días antes del operativo fallido para capturar al hijo de El Chapo Guzmán en Culiacán, un supuesto enfrentamiento entre el Ejército y civiles armados arrojó un saldo de 14 personas y un militar muertos en Tepochica, Guerrero.
El índice de letalidad de este evento es mayor a diez. De acuerdo al criterio de Chevigny, resulta muy sospechoso. Nuestro colega Héctor de Mauleón, experto en temas de seguridad, escribió en su columna del jueves pasado en El Universal que Tepochica podría haber sido la primera masacre del Ejército en tiempos de la Cuarta Transformación.
“El Ejército aplicó la fuerza desde una lógica de guerra: está entrenado para enfrentar contextos de conflicto bélico y no funciones de seguridad pública. El resultado de esto ya lo conocemos. Lo hemos vivido durante años y se había asegurado que no volvería a ocurrir”.
Pero sucedió. Un día después de Tepochica, López Obrador informó en su conferencia matutina que fue “producto de una rutina de vigilancia de una patrulla del Ejército con un grupo, con una célula de presuntos delincuentes; y se encuentran frente a frente, le disparan a un cabo que va adelante con ametralladora, el que va encabezando el convoy, y lo hieren, él es el que al final pierde la vida; y él con la ametralladora, todavía herido, dispara y le quita la vida a los agresores.
Ése es el informe que tengo, desde luego, la autoridad competente tiene que llevar a cabo la investigación”.
El Presidente un día dice una cosa y otro otra. Por un lado, justifica la alta letalidad del Ejército en un enfrentamiento y, por el otro, asegura que estas prácticas ya se terminaron en su gobierno. ¿A cuál de las dos versiones le creemos?
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De cómo el Presidente se contradice
Juegos de poder/LEO ZUCKERMANN
De cómo el Presidente se contradice
• Dos días antes del operativo fallido para capturar al hijo de El Chapo Guzmán en Culiacán, un supuesto enfrentamiento entre el Ejército y civiles armados arrojó un saldo de 14 personas y un militar muertos en Tepochica, Guerrero.
Dijo ayer el Presidente en su conferencia matutina de prensa: “Nuestros adversarios, los conservadores, corruptos, que se padecieron en los pasados gobiernos aplicaron una política de confrontación y de violencia para supuestamente garantizar la paz y la tranquilidad. Y esa política insensata, inhumana, produjo más violencia, mucho sufrimiento, masacres.
Había hasta la decisión de arrasar, de exterminar; y lo muestran así los datos de letalidad, de cómo fueron más siempre los muertos que los heridos y los detenidos”.
Tiene toda la razón en cuanto a los datos del índice de letalidad que mide la relación de civiles muertos versus los miembros de fuerzas federales muertos en enfrentamientos. De acuerdo con un artículo de Catalina Pérez Correa, Carlos Silva Forné y Rodrigo Gutiérrez Rivas, publicado en julio de 2015 en Nexos, para el Ejército el índice de letalidad mayor ocurrió en 2011: 32.4 civiles por cada militar. Paul Chevigny, quien a lo largo de su carrera investigó los abusos de las fuerzas del Estado, sostiene que la muerte de más de diez o quince civiles por cada agente de seguridad fallecido en enfrentamientos puede considerarse como un indicador de que la fuerza letal podría haberse utilizado para otros propósitos diferentes a la protección de la vida. El profesor emérito de la Universidad de Nueva York sugiere que los altos índices de letalidad denotan posibles abusos de poder.
En otras palabras, podríamos estar frente a casos, como dice López Obrador, de decisiones para “arrasar” o “exterminar”.
Después del primer artículo que publicó Nexos sobre los índices de letalidad, la Secretaría de la Defensa Nacional decidió ya no divulgar los datos que les permitieron a los autores calcular este índice. No obstante, en 2014 fuimos testigos de un evento donde quedó clarísimo este fenómeno. Me refiero a la masacre en Tlatlaya. De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), una patrulla del Ejército se enfrentó a un grupo de civiles armados que “se rindieron rápidamente”. Sin embargo, 22 personas murieron.
La CNDH encontró que 12 de ellos fueron ejecutados. Este asunto, con toda razón, se convirtió en un escándalo en el sexenio pasado de Peña Nieto. Siendo opositor, López Obrador lo caracterizó como un ejemplo de la corrupción y decadencia del país.
En el contexto de lo ocurrido el jueves en Culiacán, el ahora Presidente dijo sobre la política que él mismo caracterizó como de exterminio: “Nosotros dejamos en claro desde el principio –está escrito en el Plan Nacional de Desarrollo– que íbamos a cambiar esa política absurda, inhumana e ineficaz, porque no dio resultados”. Muy bien. Sin embargo, se le olvidó a López Obrador mencionar que el martes de la semana pasada, dos días antes del operativo fallido para capturar al hijo de El Chapo Guzmán en Culiacán, un supuesto enfrentamiento entre el Ejército y civiles armados arrojó un saldo de 14 personas y un militar muertos en Tepochica, Guerrero.
El índice de letalidad de este evento es mayor a diez. De acuerdo al criterio de Chevigny, resulta muy sospechoso. Nuestro colega Héctor de Mauleón, experto en temas de seguridad, escribió en su columna del jueves pasado en El Universal que Tepochica podría haber sido la primera masacre del Ejército en tiempos de la Cuarta Transformación. “El Ejército aplicó la fuerza desde una lógica de guerra: está entrenado para enfrentar contextos de conflicto bélico y no funciones de seguridad pública. El resultado de esto ya lo conocemos. Lo hemos vivido durante años y se había asegurado que no volvería a ocurrir”.
Pero sucedió. Un día después de Tepochica, López Obrador informó en su conferencia matutina que fue “producto de una rutina de vigilancia de una patrulla del Ejército con un grupo, con una célula de presuntos delincuentes; y se encuentran frente a frente, le disparan a un cabo que va adelante con ametralladora, el que va encabezando el convoy, y lo hieren, él es el que al final pierde la vida; y él con la ametralladora, todavía herido, dispara y le quita la vida a los agresores. Ése es el informe que tengo, desde luego, la autoridad competente tiene que llevar a cabo la investigación”.
El Presidente un día dice una cosa y otro otra. Por un lado, justifica la alta letalidad del Ejército en un enfrentamiento y, por el otro, asegura que estas prácticas ya se terminaron en su gobierno. ¿A cuál de las dos versiones le creemos?
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DÍA CON DÍA/Héctor Aguilar Camín
Milenio
Vidas salvadas y muertes creadas
“No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas”, dijo el presidente López Obrador para justificar la liberación de Ovidio Guzmán en la inminencia de una batalla que hubiera producido muchas muertes.
No hay duda de que se evitaron muertes. No sabemos cuántas, como tampoco sabemos cuántas costará en el tiempo la libertad de Ovidio Guzmán.
Sabemos que Ovidio es parte del cártel más mortífero del narco mexicano. Según Guillermo Valdés, para 2013, a ese grupo podían atribuirse 67 por ciento de todas las muertes de la guerra del narco, más de 40 mil homicidios. (Historia del narcotráfico en México, Aguilar, 2013).
No sabemos cuántas debe Ovidio y cuántas deberá en el futuro. En todo caso, esta es precisamente la cuestión central que debe responder el Estado: cuál es la estrategia a seguir contra el crimen organizado que cuesta menos vidas.
Sabemos que la seguida hasta antes del actual gobierno no disminuyó sino disparó el número de muertes.
¿Cuál estrategia fue esa? Descabezar a los cárteles, capturar o matar a los jefes de las bandas grandes, para fragmentarlas y hacerlas más controlables. Han capturado o matado a prácticamente todos los capos de las bandas, y las bandas se han fragmentado, pero los muertos han subido antes que bajar y el crimen organizado se ha extendido por toda la República en la forma de hasta 280 pandillas locales, según la última cifra que recuerdo de Eduardo Guerrero.
Los grandes cárteles tampoco han desaparecido. El cártel de Sinaloa se disputa la hegemonía con el Jalisco Nueva Generación y la puja sangrienta es mayor que nunca.
El nuevo gobierno abandonó esa estrategia, el Presidente dijo que no sería su misión capturar capos, que su mensaje sería de paz, no de guerra.
Pero los muertos tampoco bajaron, su estrategia tampoco funcionó hasta ahora: debe cambiarla.
En todo caso, la captura de Ovidio Guzmán en Culiacán contradice la estrategia pregonada: la fuerza pública fue a capturar un cabecilla, en la lógica de la estrategia anterior.
Y produjo lo que la estrategia anterior: más violencia, y la desaparición por unas horas del Estado en Culiacán.
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TOUCHÉ/Alejandro Cacho
El Heraldo de México
Doble humillación a la 4T
Iván Archivaldo Guzmán López, hijo de El Chapo y hermano de Ovidio, también fue capturado por la Guardia Nacional.
Hace apenas unas horas, The New York Times reveló que Iván Archivaldo Guzmán López, hijo de El Chapo Guzmán y hermano de Ovidio, también fue capturado por elementos de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano en Culiacán, el jueves pasado.
De hecho, la primera versión esa tarde fue que Iván Archivaldo Guzmán había sido capturado o abatido por el Ejército. Minutos después, la versión cambió. Ya se hablaba de que “cayeron” los dos hermanos. Como casi siempre pasa en esos casos, la información caía en cascada, de manera imprecisa.
Finalmente, la primera versión oficial quedó en que Ovidio Guzmán López había sido detenido, casi por casualidad, en una casa por una patrulla del Ejército y la Guardia Nacional. Hago esta cronología porque la publicación de NYT revela también la serie de mentiras y omisiones en que incurrió Alfonso Durazo, secretario de seguridad pública y cabeza del gabinete de seguridad de la 4T.
The New York Times informó lo que el gobierno federal mexicano ocultó: que Iván Archivaldo Guzmán López fue localizado, retenido, capturado o como quiera llamarlo la 4T, junto a su hermano Ovidio.
El diario cita a un ex funcionario estadounidense y otra persona muy bien informadas del asunto.
Ambos confirmaron que la rápida respuesta de los sicarios de Iván Archivaldo sometió a los soldados mexicanos y logró liberarlo en pocos minutos. De inmediato, el hijo mayor de El Chapo asumió el mando de la operación para liberar a su hermano Ovidio. El diablo estaba suelto aquella tarde en Culiacán.
Alfonso Durazo Montaño mintió, porque no encontraron a Ovidio Guzmán López por casualidad. Ocultó que se trató de un operativo para capturarlo por una orden de aprehensión en su contra del gobierno de Estados Unidos.
Omitió que también fue capturado Iván Archivaldo Guzmán y que fue rescatado rápidamente por sus sicarios. Como en tiempos del neoliberalismo, tuvimos que enterarnos de ese pequeño detalle por un medio estadounidense.
No sólo eso. Alfonso Durazo aún tiene muchas explicaciones pendientes. ¿Quién planeó el operativo? ¿Quién falló en su ejecución? ¿Se utilizó información de inteligencia? ¿Por qué no se diseñó y ejecutó una estrategia de salida? ¿Por qué no se desplegó apoyo por tierra y aire? ¿Por qué no se bloquearon las señales celulares para dificultar la comunicación de los narcotraficantes?
La periodista Lourdes Mendoza dió a conocer que el hijo de Alfonso Durazo, Alfonso Durazo Chávez, fue compañero de generación de Ovidio Guzmán López en un colegio fifí.
El secretario de Seguridad Pública ha guardado silencio.
Lo mejor de todo es que Culiacán recobró la normalidad. Se reanudarán las clases y el transporte público. Los negocios reabrieron y la gente volvió a sus trabajos. El gobernador Quirino Ordaz realizó distintos recorridos y eventos públicos.
La vida debe seguir.
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JAQUE MATE/Sergio Sarmiento
Reforma
Humano o débil
"Ni perdón ni Ovidio". Alarcón, caricaturista.
Puede entenderse que un gobierno débil -y México siempre ha sufrido gobiernos débiles- tome decisiones pragmáticas que no son las óptimas.
Evitar una matanza es una buena razón para hacerlo, aunque esto signifique liberar a un peligroso criminal. Lo que no tiene mucho sentido es enorgullecerse de esta debilidad y afirmar que la decisión ha sido muy humana.
"Acabamos de tomar una decisión muy difícil, pero muy humana, en el conflicto de Culiacán, Sinaloa -declaró el presidente Andrés Manuel López Obrador el 20 de octubre-. No nos importa que los conservadores, autoritarios, quieran que se gobierne de otra manera".
Sin embargo, quienes tomaron la decisión de liberar a Ovidio Guzmán, el hijo de El Chapo, cometieron un delito. El artículo 150 del Código Penal Federal establece una sanción de "seis meses a nueve años de prisión al que favoreciere la evasión de algún detenido, procesado o condenado.
Si el detenido o procesado estuviese inculpado por delito o delitos contra la salud, a la persona que favoreciere su evasión se le impondrán de siete a quince años de prisión...
Si quien propicie la evasión fuese servidor público, se le incrementará la pena en una tercera parte... Además, será destituido de su empleo y se le inhabilitará para obtener otro durante un período de ocho a doce años".
El único funcionario que ha sido destituido y que está siendo investigado por los hechos de Culiacán, no obstante, es Eduardo Bailleres Mendoza, quien fue despedido de su cargo como director del penal de Aguaruto de Culiacán por la fuga de 55 reos el 17 de octubre. Parece injusto.
Las decisiones pragmáticas que no se ajustan a la ley suelen tener costos elevados.
La liberación de Ovidio, por ejemplo, manda un mensaje no solo al Cártel de Sinaloa sino a otros grupos criminales que la mejor forma de liberar a sus jefes cuando son detenidos es pegar de balazos y quemar vehículos para bloquear avenidas y carreteras.
Ningún capo importante podrá ya ser detenido en México.
Preocupa también el mensaje de que la ley solo se aplica en ciertos casos y a determinadas personas.
Muchísima gente está detenida en nuestro país por acusaciones diversas, incluso antes de ser juzgada.
El Congreso ha aprobado además modificaciones legales que convierten por decreto en miembros del crimen organizado a contribuyentes acusados de evasión fiscal por más de 7.8 millones de pesos.
A estos se les despojará de sus garantías individuales y de la presunción de inocencia: se les congelarán las cuentas bancarias, se les decretará prisión preventiva oficiosa y se les confiscarán sus bienes antes de empezar el juicio.
En México a los verdaderos criminales se les libera, pero a los contribuyentes se les castiga severamente ante una simple acusación.
Un gobernante siempre tendrá que tomar decisiones difíciles.
Había argumentos a favor y en contra de la liberación de Ovidio tras su detención.
Entiendo que cuando un gobernante depende de un Estado débil debe hacer concesiones a la realidad si quiere evitar pérdidas de vidas.
Pero esta no es una decisión humanista ni puede ser la base de una estrategia que nos permita esperar que pronto se resolverá el reto que representa el crimen organizado.
Es, en todo caso, una decisión pragmática forzada por la debilidad de las instituciones, pero que lleva a una situación problemática en la que el gobierno tendrá que decidir constantemente a quiénes aplicará la ley y a quiénes dejará vivir en la impunidad.
No hay panorama que genere mayor incertidumbre, sobre todo a quienes quieren vivir en un real Estado de derecho.
JUSTICIA PARCIAL
Ovidio Guzmán fue liberado por las amenazas del Cártel de Sinaloa. Rosario Robles sigue en la cárcel a pesar de que no se ha iniciado el juicio en su contra. No parece que se esté sirviendo la causa de la justicia.
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