REVISTA R, 24 noviembre 2024
Advierte Ministro Aguilar: Corte retrocede a época priista
Víctor Fuentes; REPORTERO..
A unos días de su retiro, el Ministro Luis María Aguilar advirtió que la reforma de Morena para elegir a los Jueces por voto popular regresará a la Suprema Corte de Justicia a los tiempos del PRI, cuando los Ministros se cuidaban de no molestar al Presidente de la República con sus sentencias.
"Creo que se está regresando a esa época. Yo lo veía cuando fui secretario de Estudio y Cuenta de la Corte en 1978, yo veía las actitudes de los Ministros, la inclinación para no contradecir al Ejecutivo o al Legislativo, buscándole la forma. Las actitudes personales que había, de una ceremonia o reverencia al poder del Presidente, y eso se corrigió en la reforma de 1995", explicó en entrevista.
"Yo creo que se está regresando a esa época donde habrá esos compromisos políticos, que van a influir en la forma de tomar las decisiones en la Corte", dijo.
Para el Ministro, que concluye su periodo de 15 años el 30 de noviembre, luego de 56 años de carrera en el Poder Judicial, la Corte se verá limitada como tribunal Constitucional, ante la gran facilidad con la que Morena y sus aliados en el Congreso pueden reformar la Carta Magna en cuestión de días, tanto para prevenir sentencias adversas, como para corregirlas.
A sus 75 años, Aguilar manifestó que se va tranquilo, pero triste por los calificativos y ataques constantes que han padecido los Jueces durante los últimos seis años, y por la indiferencia de la gran mayoría de la población ante una reforma que transforma radicalmente la operación de la justicia.
Hasta hace unos meses, la despedida de Aguilar, ex Presidente de la Corte, hubiera sido de rutina.
Desde 2003, 12 Ministros y Ministras se han retirado luego de cubrir todo el periodo para el que fueron designados, y si bien algunas salidas y sus relevos, tuvieron impactos decisivos en el rumbo del tribunal, cada ceremonia de despedida incluía la certeza de que habría un reemplazo y la Corte seguiría operando más o menos como siempre, desde la reforma de 1995.
Estas certezas ya no existen. La reforma judicial de Morena es un terremoto para el Poder Judicial, y uno de sus primeros efectos es que ya no hay manera de que el Senado y el Ejecutivo designen a un reemplazo para Aguilar. A la Corte ya no puede llegar ningún Ministro o Ministra que no sea electo por voto popular, y la primera elección será en junio de 2025.
Con 56 años de carrera en el PJF, Aguilar es la esencia misma de todo lo que la reforma morenista desprecia. Es la única persona que ha cubierto todos los puestos de la carrera judicial, desde mecanógrafo en un juzgado en 1968, hasta presidente de la Corte entre 2015 y 2018, pasando por secretario de juzgado y tribunal colegiado, secretario de Estudio y Cuenta, Juez de Distrito, Magistrado de Circuito, Oficial Mayor y consejero de la Judicatura.
En el sexenio pasado, Aguilar fue quien más votó contra las reformas y políticas del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que dedicó repetidas conferencias mañaneras para atacarlo.
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Clama Ministro Aguilar independencia a juzgadores
Hasta hace unos meses, la despedida de Aguilar, ex Presidente de la Corte, hubiera sido de rutina. Desde 2003, 12 Ministros y Ministras se han retirado luego de cubrir todo el periodo para el que fueron designados, y si bien algunas salidas y sus relevos, tuvieron impactos decisivos en el rumbo del tribunal, cada ceremonia de despedida incluía la certeza de que habría un reemplazo y la Corte seguiría operando más o menos como siempre, desde la reforma de 1995.
Estas certezas ya no existen. La reforma judicial de Morena es un terremoto para el Poder Judicial, y uno de sus primeros efectos es que ya no hay manera de que el Senado y el Ejecutivo designen a un reemplazo para Aguilar. A la Corte ya no puede llegar ningún Ministro o Ministra que no sea electo por voto popular, y la primera elección será en junio de 2025.
Con 56 años de carrera en el PJF, Aguilar es la esencia misma de todo lo que la reforma morenista desprecia. Es la única persona que ha cubierto todos los puestos de la carrera judicial, desde mecanógrafo en un juzgado en 1968, hasta presidente de la Corte entre 2015 y 2018, pasando por secretario de juzgado y tribunal colegiado, secretario de Estudio y Cuenta, Juez de Distrito, Magistrado de Circuito, Oficial Mayor y consejero de la Judicatura.
En el sexenio pasado, Aguilar fue quien más votó contra las reformas y políticas del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que dedicó repetidas conferencias mañaneras para atacarlo.
En entrevista con Grupo REFORMA, el Ministro, de 75 años, reflexiona sobre su carrera y el futuro del Poder Judicial.
¿Qué es lo que más valora de los últimos 30 años en el Poder Judicial?
Uno de los más importantes elementos de los últimos años, a partir de la reforma de 94-95, es que se constituyó una Corte, yo conocí la anterior, pero ahora una Corte con mucho más independencia.
Realmente los que integraron en esa época el Pleno de la Corte, las Salas, actuaron siempre con mucha independencia. Yo estuve muy cerca de ellos, me tocó participar en la instalación del Consejo de la Judicatura, y realmente veía un trabajo muy técnico, muy independiente, de mucho argumento jurídico, sin los problemas que había antes.
Antes de 94 había muchos compromisos políticos, tenían la costumbre de que había grupos externos que imponían Ministros, y eso se eliminó en el 95. De los 11 Ministros que integraron la Corte, ocho eran de carrera judicial, era un ambiente de estudio jurídico muy importante.
Durante los últimos seis años, se ha insistido que la reforma judicial de 1995 fue un fracaso, ¿qué opina?No, al contrario, la veo como un éxito, y conocí la Corte antes, fui secretario de Estudio y Cuenta, estuve muy cerca de los Ministros en el Pleno, y ahora vi una independencia absoluta, no sólo en los criterios, que esto es fundamental, sino en la actuación personal en relación con los funcionarios del Ejecutivo y Legislativo, sobre todo del Ejecutivo, había una separación muy clara, en la que no se acudía, por ejemplo, a eventos que no hubiera una cuestión republicana, como antes.
La verdad es que se sintió, yo lo percibí así, como un ambiente mucho más independiente y más jurídico.
El Consejo de la Judicatura Federal desaparece con la reforma, ¿qué se le pudo mejorar?
Nació como una buena idea, creo que fue un poco limitado. Los primeros consejeros me preguntaban si debieron ser dos consejeros de cada Poder, desde mi punto de vista ninguno debía ser más que del Poder Judicial, porque van a juzgar a los pares.
Para entender lo que están haciendo bien o mal, inclusive para justificar algunas actitudes por cargas de trabajo, lo mejor es saber cómo se hacen las cosas y había que vivirlas previamente, y eso hubiera sido mejor.
¿Se pudo hacer algo en 2023 para evitar que se llegara a esta reforma, o era una decisión ya tomada, sin importar cómo resolviera la Corte los asuntos?
Creo que en parte sí, pero sí influyó la forma en que se resolvieron ciertos asuntos, que de alguna manera no convenían o no complacían, sobre todo al Ejecutivo. De esta manera se dispara un ambiente contrario al Poder Judicial, no sólo a la Suprema Corte, sino Jueces y Magistrados del Poder Judicial, también tenían esa problemática, porque a la hora de resolver asuntos o conceder suspensiones, no eran lo que se quería.
Las autoridades, por su naturaleza, en todo el mundo -no sólo en México-, tienen el deseo de hacer lo que ellos quieren. Pero para eso están creados los tribunales Constitucionales, precisamente para decirle a la autoridad: 'esto no lo puedes hacer, esto tiene que ser conforme a las normas Constitucionales', y esto es lo que les disgusta en general, y en todas partes, desde luego en México ha sido altamente significativo, con un resultado muy importante.
Algunos aspectos de la reforma parecen salidos de quejas del ex Presidente López Obrador en sus mañaneras. La nueva norma de resolver los asuntos fiscales en seis meses, por ejemplo, parece derivar del caso de impuestos de Elektra, que usted planteó atraer a la Corte, y por el que resintió tantos ataques, ¿qué efecto tuvieron en usted?
Yo he estado tranquilo, sé que no estoy haciendo nada indebido. En ese asunto de Elektra se trataba de un trámite, ni siquiera era una cuestión de fondo. Cuatro tribunales colegiados plantearon que la Corte conociera de esos asuntos, en el último de los cuatro faltaba el trámite en el Tribunal de Justicia Administrativa, por eso se tardó.
Cuando se recibió el último, unos días después, hice el planteamiento a la Sala, yo no sé si porque el ambiente ya estaba muy contaminado por ese asunto, no aprobaron que se atrajera.
Ya se hubieran resuelto si los hubieran atraído...
Ya se hubieran resuelto, y además, la ventaja es que, con un solo criterio, y no con cuatro distintos criterios de los tribunales colegiados. Pero bueno, ahí el fondo, por lo que veo en la prensa, es que hay una enemistad entre el empresario y la Presidencia, y uno queda a la mitad, y pues ni modo.
Esta es una reforma radical, en otros países, las reformas radicales al Poder Judicial provocan protestas masivas, pero el Poder Judicial en México está solo, fuera del gremio jurídico, creo que a la gente realmente no le interesa...
No, y eso me preocupa y me entristece, que no pase eso que tú dices. Realmente todos los ciudadanos, y todos somos ciudadanos, nos vamos a ver afectados por esto. La justicia federal tiene como finalidad juzgar a la autoridad. Esa es su función. En el fuero común, que es muy importante para la vida cotidiana, se resuelven los problemas entre personas, conflictos del que robó o maltrató, pero son entre personas.
La justicia federal se creó, desde que se inventó el juicio de amparo (Con Manuel Crescencio Rejón) , para enfrentar a la autoridad, para cumplir con la máxima de Morelos de tener un tribunal que ampare y proteja contra el poderoso.
Esa es la gran labor del Poder Judicial Federal, o debe ser, y eso es lo que generalmente hace un enfrentamiento inevitable con la autoridad, porque se les está corrigiendo lo que hacen.
¿Su opinión del proyecto del Ministro González Alcántara para invalidar parte de la reforma? Hay quien lo criticaba por ser un intento de negociación, pues aceptaba la elección popular de la Corte, pero rechazaba la de Jueces y Magistrados...
Yo voté por la procedencia de la acción. Me recordaban en el Pleno que en 2016 dije que no procedía contra reformas a la Constitución, pero omitían lo que dije en ese entonces, que si se trataba de una cuestión excepcional, extraordinaria, yo por supuesto consideraría importante revisar una reforma Constitucional, y lo dije en el Pleno, si se está tratando de destruir al Poder Judicial, creo que es un caso excepcional que debemos revisar.
Estaba de acuerdo en la mayor parte con el proyecto del Ministro, pero no con esa parte sobre los Ministros.
¿Usted rechazaba el voto popular para todos los cargos?
Claro, claro. El Ministro, en un ánimo conciliador o de menor enfrentamiento, lo decía el proyecto, sugería que eso por lo menos no se hiciera. Yo en mi dictamen, que ya no se vio, estaba en contra de esa propuesta.
Ahora, con la elección por voto popular, probablemente con Ministros con compromisos políticos, ¿cree que la Corte volverá a ser lo que era antes de 1995, un tribunal que a veces podía dictar una sentencia incómoda, pero siempre se cuidaba de no contradecir al Presidente de la República?
Sí, yo creo que eso va a volver a pasar, creo que se está regresando a esa época. Yo lo veía cuando fui secretario de Estudio y Cuenta, en 1978, mucho antes de la reforma de hace treinta años. Yo veía las actitudes de los Ministros, la inclinación para no contradecir al Ejecutivo o al Legislativo, buscándole la forma.
Las actitudes personales que había, de una ceremonia o reverencia al poder del Presidente, y eso se corrigió en la reforma de 95, yo creo que se está regresando a esa época donde habrá esos compromisos políticos, que van a influir en la forma de tomar las decisiones en la Corte.
¿Cuál es ya el punto de un Tribunal Constitucional, si la Constitución se puede reformar en dos semanas para contrarrestar o prevenir sentencias de la Corte? ¿Tendremos ya más bien una Corte de mera legalidad, dado que cualquier sentencia se la pueden corregir, se ha devaluado la Constitución?
Exacto. Es que ahí hay una confusión. El Constituyente permanente, que le llaman, es un órgano derivado del Constituyente original, y el Constituyente original estableció los principios básicos del País, estableciendo eso que antes se llamó las cláusulas pétreas, que finalmente son las cláusulas inamovibles de nuestra Constitución, como el sistema de gobierno, la votación universal, la división de Poderes.
Esas cláusulas o esos principios a que se refiere el 136 Constitucional, son los que deberían ser los parámetros que juzgue la Corte. Si le quitas esa facultad, en realidad se pueden hacer modificaciones a lo que quieran, y no hay modo de corregirlo ni de revisarlo. Y esa es la importancia de los Tribunales Constitucionales, que puedan revisar esas actuaciones, que afectan la esencia misma de la Constitución.
El nuevo Tribunal de Disciplina Judicial va a poder revisar las sentencias, y sus decisiones las va a revisar el mismo Tribunal, ¿cómo ve esto para la independencia y cómo se sentirán los jueces que vean asuntos delicados?
-Mal, porque los tribunales disciplinarios no deben revisar los criterios jurídicos de las sentencias, para eso están los recursos, y esos son los que deben revisarlo con toda autoridad, pero no un tribunal disciplinario, que a criterio de ese tribunal resulte que la sentencia no estaba bien, no les gustó, y sancionen a los juzgadores por ese motivo. Me parece que ningún tribunal disciplinario debe meterse en el criterio jurídico.
...Es como una forma de control, que tampoco existía antes de la reforma de 95...
No, había la posibilidad de que el Pleno de la Corte -no existía el CJF- pudiera revisar alguna de las actitudes o conductas de Jueces o Magistrados, pero no criterios jurídicos.
Su salida genera una afectación a la operatividad de la Corte, porque nadie lo va a reemplazar, no habrá mayorías de ocho en casos relevantes, habrá empates en la Segunda Sala, ¿esto es una falta de previsión de la reforma?
Yo creo que sí debió preverse eso en los transitorios. Es más, creo que la reforma Constitucional debió hacerse operativa una vez que estuvieran las leyes secundarias que regulen todos esos aspectos, ahí si les faltó prever esto.
Después de 56 años en el Poder Judicial, ¿con qué sentimiento se va?
Con dos. El externo es la preocupación y la tristeza de ver que están pasando estas cosas, de que se califique a la Suprema Corte y a los tribunales federales con estos calificativos, que no se los merecen. Al contrario, han sido jueces buenos, inteligentes, capaces, a los que se eligió con procedimientos verdaderamente estrictos de selección. Esto me entristece y me afecta, por el cariño que he tenido al Poder Judicial desde que mi padre fue secretario en la Corte.
En lo personal, me voy con la tranquilidad de haber hecho lo que me tocaba hacer, con la independencia de un juzgador, sin que nadie interviniera en mis decisiones. Nunca tuve la preocupación de que me quisieran dar línea de alguna autoridad.
¿Qué les dice a Jueces y Magistrados que se quedan, y a los que van a llegar?
El mensaje esencial para todo juzgador, sobre todo a quienes enfrentamos actos de autoridad, es la independencia. Si tú tienes independencia como juzgador, que no haya influencia externa de ninguna naturaleza.
Es más, ni siquiera del propio gusto pensamiento personal, porque hay cosas que en lo personal no te agradan, pero están en la Constitución y hay que cumplir con la ley. Yo creo que mientras se mantengan independientes, sería lo mejor.
Si se van a dejar influir por peticiones, influencias políticas, por la popularidad, por el temor de que pueda pasarles algo o los puedan sancionar, entonces están perdiendo independencia, y un Juez que no tiene independencia, no es un Juez, es el que hace lo que otro quiere, pero eso no es un Juez.
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