'Fue un gran piloto'
Álvaro Sánchez
Nota de Rolando Herrera
Álvaro Sánchez
Nota de Rolando Herrera
A Isabel Guadalupe Campos Cué se le quiebra la voz cuando define lo que para ella, sus dos hijas y su nieto, representa su esposo, el piloto aviador Álvaro Sánchez Jiménez, quien perdió la vida el martes al desplomarse la aeronave en la que también viajaba el Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.
"El fue un gran piloto, un gran hombre, un gran padre, y ahora también era un gran abuelo; esto pasó y nos duele mucho, así lo quiso Dios", dice en entrevista telefónica.
Por eso, asegura, es una infamia que ahora se sospeche que él tuvo alguna responsabilidad en el siniestro, por el que hasta el momento han fallecido 15 personas.
"No se vale que digan eso de él, no sé de donde sacaron esa información, pero no es justo que se manche así, que se difame la trayectoria de una persona que ahora está muerta", señala.
REFORMA publicó ayer que una de las hipótesis que investigan las autoridades aeronáuticas es que el Learjet se accidentó al acercarse mucho a la turbulencia que iba generando un Boing 767 que iba delante de él.
A dos días de la tragedia, los restos de su esposo no le han sido entregados, y eso, resalta, aún cuando el Presidente Felipe Calderón le prometió agilizar todos los trámites.
"Pero no nos los han entregado, no lo hemos podido velar. Hoy fue mi hija, dejó sangre para que le hagan la prueba de ADN y le dijeron que hay que esperar 72 horas", señala.
Sánchez Jiménez, quien tenía 58 años, trabajaba en la industria de la aviación desde 1972; primero, como mecánico, y desde hace 31 años como piloto aviador.
Esta formación, asegura, le permitía conocer a fondo las aeronaves que operaba y contar con una experiencia que además es avalada por cientos de horas que estuvo en vuelo.
"Volaba mucho, viajaba a muchos lugares, tenía toda la experiencia del mundo.
"Me encontró en el homenaje a la sobrecargo (Gisel Carrillo). Su mamá me dijo que Gisel no se subía al avión si no veía a mi marido, a pesar de que tenían poco de conocerse esa era ya la confianza que le tenía", recuerda.
Sánchez Jiménez y Campos Cué se casaron en 1974, procrearon dos hijas, que ahora tienen 28 y 32 años, y el miembro más reciente de la familia es un bebé de 2 años.
"Era una persona normal, tranquila, no bebía, no tenía ningún vicio. Tocaba con sus amigos, tocaba rock, música de nuestra época.
"Era un hombre intachable, no se vale que se hable mal de él, sobre el dolor que ya teníamos por su muerte, ahora salen con eso que no sé de dónde lo sacaron porque la investigación no ha terminado", indica.
Todos quienes conocieron a su esposo, muchos de ellos compañeros de trabajo, asegura, pueden constatar su profesionalismo y la dedicación que tenía con su trabajo.
"Fue un gran hombre, un gran piloto, quiero que así se le recuerde, como un hombre sin tacha", señala.
"El fue un gran piloto, un gran hombre, un gran padre, y ahora también era un gran abuelo; esto pasó y nos duele mucho, así lo quiso Dios", dice en entrevista telefónica.
Por eso, asegura, es una infamia que ahora se sospeche que él tuvo alguna responsabilidad en el siniestro, por el que hasta el momento han fallecido 15 personas.
"No se vale que digan eso de él, no sé de donde sacaron esa información, pero no es justo que se manche así, que se difame la trayectoria de una persona que ahora está muerta", señala.
REFORMA publicó ayer que una de las hipótesis que investigan las autoridades aeronáuticas es que el Learjet se accidentó al acercarse mucho a la turbulencia que iba generando un Boing 767 que iba delante de él.
A dos días de la tragedia, los restos de su esposo no le han sido entregados, y eso, resalta, aún cuando el Presidente Felipe Calderón le prometió agilizar todos los trámites.
"Pero no nos los han entregado, no lo hemos podido velar. Hoy fue mi hija, dejó sangre para que le hagan la prueba de ADN y le dijeron que hay que esperar 72 horas", señala.
Sánchez Jiménez, quien tenía 58 años, trabajaba en la industria de la aviación desde 1972; primero, como mecánico, y desde hace 31 años como piloto aviador.
Esta formación, asegura, le permitía conocer a fondo las aeronaves que operaba y contar con una experiencia que además es avalada por cientos de horas que estuvo en vuelo.
"Volaba mucho, viajaba a muchos lugares, tenía toda la experiencia del mundo.
"Me encontró en el homenaje a la sobrecargo (Gisel Carrillo). Su mamá me dijo que Gisel no se subía al avión si no veía a mi marido, a pesar de que tenían poco de conocerse esa era ya la confianza que le tenía", recuerda.
Sánchez Jiménez y Campos Cué se casaron en 1974, procrearon dos hijas, que ahora tienen 28 y 32 años, y el miembro más reciente de la familia es un bebé de 2 años.
"Era una persona normal, tranquila, no bebía, no tenía ningún vicio. Tocaba con sus amigos, tocaba rock, música de nuestra época.
"Era un hombre intachable, no se vale que se hable mal de él, sobre el dolor que ya teníamos por su muerte, ahora salen con eso que no sé de dónde lo sacaron porque la investigación no ha terminado", indica.
Todos quienes conocieron a su esposo, muchos de ellos compañeros de trabajo, asegura, pueden constatar su profesionalismo y la dedicación que tenía con su trabajo.
"Fue un gran hombre, un gran piloto, quiero que así se le recuerde, como un hombre sin tacha", señala.
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En las instalaciones del Servicio Médico Forense se logró identificar plenamente el cuerpo de Martín de Jesús Oliva Pérez, quien era el piloto del avión Learjet 45de 54 años de edad.
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Permanece esperanza hasta el final
Imelda García y Alma Paola Wong
Reforma, 7 noviembre 2008).- No perdían la esperanza. Aún ayer, antes de que les entregaran los restos, su familia confiaba en que Martín de Jesús Oliva no hubiera abordado el avión que lo llevaría a su muerte.
La imagen en la televisión les habló de una tragedia. La incertidumbre se agravó cuando el que fuera copiloto de la aeronave donde viajaba el Secretario de Gobernación, no contestó sus teléfonos móviles.
Marisela, su esposa desde hace 15 años, trató entonces de encontrar información sobre la suerte de Martín. Nadie le decía nada.
Sus insistentes llamadas para confirmar lo que presentía tuvieron respuesta hasta las 2:00 horas, cuando el jefe de su esposo le informó que Martín venía en el avión.
"Nunca perdimos la esperanza, la esperanza permaneció hasta el final. Queríamos creer que hubiera habido un cambio en la tripulación, que de último momento él no lo hubiera piloteado, esa era nuestra esperanza.
"Llamamos a su celular y no contestaba. Llamamos al nextel y tampoco. A pesar de que su jefe nos había confirmado que él iba en vuelo, aún así, queríamos tener la esperanza de que hubiera habido un cambio en el vuelo", relató Rocío, tía de Martín.
Los que conocieron a Martín de Jesús, originario de Iguala, Guerrero, lo definen como un hombre bueno, en cuyos ojos se notaba la pasión por volar, inculcada desde el seno familiar.
Su padre, Raúl, también piloto aviador, le inyectó desde pequeño a Martín, el amor por las alturas.
Lo mismo hacía Martín con sus dos hijos, de 8 y 6 años, cuando les compraba avioncitos y les hablaba de la maravilla que era volar para él.
Imelda García y Alma Paola Wong
Reforma, 7 noviembre 2008).- No perdían la esperanza. Aún ayer, antes de que les entregaran los restos, su familia confiaba en que Martín de Jesús Oliva no hubiera abordado el avión que lo llevaría a su muerte.
La imagen en la televisión les habló de una tragedia. La incertidumbre se agravó cuando el que fuera copiloto de la aeronave donde viajaba el Secretario de Gobernación, no contestó sus teléfonos móviles.
Marisela, su esposa desde hace 15 años, trató entonces de encontrar información sobre la suerte de Martín. Nadie le decía nada.
Sus insistentes llamadas para confirmar lo que presentía tuvieron respuesta hasta las 2:00 horas, cuando el jefe de su esposo le informó que Martín venía en el avión.
"Nunca perdimos la esperanza, la esperanza permaneció hasta el final. Queríamos creer que hubiera habido un cambio en la tripulación, que de último momento él no lo hubiera piloteado, esa era nuestra esperanza.
"Llamamos a su celular y no contestaba. Llamamos al nextel y tampoco. A pesar de que su jefe nos había confirmado que él iba en vuelo, aún así, queríamos tener la esperanza de que hubiera habido un cambio en el vuelo", relató Rocío, tía de Martín.
Los que conocieron a Martín de Jesús, originario de Iguala, Guerrero, lo definen como un hombre bueno, en cuyos ojos se notaba la pasión por volar, inculcada desde el seno familiar.
Su padre, Raúl, también piloto aviador, le inyectó desde pequeño a Martín, el amor por las alturas.
Lo mismo hacía Martín con sus dos hijos, de 8 y 6 años, cuando les compraba avioncitos y les hablaba de la maravilla que era volar para él.
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Descartan que la turbulencia haya provocado el accidente
Problema con timón, posible causa: pilotos
Miguel Ángel Valero, presidente del Colegio Mexicano aduce que hubo falla mecánica. “Poco probable”, la hipótesis del error humano; colaborará en las investigaciones.
Milenio, 7-Noviembre-08
Milenio, 7-Noviembre-08
Nota de Víctor Hugo Michel y Zenyazen Flores
Por las características del accidente, el tiempo de caída y la altitud a la que se desplazaba, el avión en el que viajaba el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, sufrió con toda probabilidad la pérdida del control sobre el timón derivado de una falla mecánica, advirtió ayer el presidente del Colegio Mexicano de Pilotos (CMP), Miguel Ángel Valero.
Por las características del accidente, el tiempo de caída y la altitud a la que se desplazaba, el avión en el que viajaba el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, sufrió con toda probabilidad la pérdida del control sobre el timón derivado de una falla mecánica, advirtió ayer el presidente del Colegio Mexicano de Pilotos (CMP), Miguel Ángel Valero.
En entrevista con MILENIO y luego de que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes pidiera al Colegio integrarse a los peritajes del accidente, Valero descartó que la turbulencia generada por un Boeing 767 que se desplazaba a unos kilómetros adelante del LearJet de Mouriño haya tenido relación alguna con la caída de la aeronave. “He oído la versión de que la turbulencia tuvo algo que ver. Pero la separación entre uno y otro avión era la adecuada. Un Learjet puede experimentar una turbulencia muy severa, muy fuerte incluso, pero que provoque que se vaya hasta el suelo como supuestamente se dice, lo veo poco probable”, dijo.
El problema, insistió, bien pudo ser mecánico.“Hipotéticamente diría que fue una pérdida de control de vuelo. Puede ser una pérdida de controles, que los dos motores se hayan parado”, sostuvo el capitán, con 27 años de carrera y 4 mil horas de vuelo en Learjets idénticos al que cayó el pasado martes.
Colaborador en los peritajes del accidente en que también costó la vida a Ramón Martín Huerta, ex secretario de Seguridad Pública, el capitán de vuelo advirtió que la hipótesis de error humano es poco probable.
Calculó que la caída del vuelo de Gobernación pudo haber durado entre 10 y 30 segundos, es decir, un breve instante.
Valero informó que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes convocó al Colegio de Pilotos para que a partir de hoy forme un grupo de trabajo denominado Factores Humanos, que tendrá como objetivo indagar la situación del piloto y de la tripulación.“Con este grupo tendremos acceso a sus expedientes, a sus horas vuelo, registros médicos e incluso sus relaciones familiares”, a fin de contribuir a las investigaciones y descartar cualquier culpabilidad del piloto.
Aseguró que si se trata de buscar culpables, también se tendrían que investigar las acciones del controlador de aproximación en el momento en que visualizó cercanía entre el Learjet en el que viajaban nueve personas y el Boeing procedente de Argentina.“Rechazo rotundamente que se señale al piloto como culpable. El que pudiera haberse acercado a la aeronave no es factor para acusarlo, porque en primer lugar: no sería únicamente su responsabilidad, ya que también tiene que ver el controlador, y si el controlador hubiera visto esa aproximación, de inmediato lo hubiera alertado y le hubiera dado otra instrucción para evitar que se acercara”, explicó.
Aunque, agregó, hasta ahora el controlador tampoco puede ser señalado como culpable, pues en las grabaciones que dio a conocer la SCT entre piloto y controlador, así como las transferencias, los reportes entre ambos son “normales”, sin ningún apresuramiento y sin indicación alguna.
Al señalar que hay investigaciones que tardan hasta 3 años en esclarecerse, el aviador no quiso dar un plazo para dar a conocer los resultados de la investigación.-
Claves
Condolencias• El papa Benedicto XVI envió al presidente Felipe Calderón el pésame por el fallecimiento del secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y de las otras 13 víctimas que fallecieron en el accidente aéreo del pasado martes.
• La carta fue enviada por el secretario de Estado, Tarciso Bertone, en la que el Papa expresó su más sentido pesar.
• En tanto, la embajada de México en España abrió un libro de condolencias por la muerte del titular de Gobernación.
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