Se desintegró
Nota de Carlos Loret de Mola y Aída Ulloa
Nota de Carlos Loret de Mola y Aída Ulloa
El Universal (www.eluniversal.cm.mx) Viernes 07 de noviembre de 2008;
Las grabaciones sugieren falla del controlador aéreo
Testigos civiles y militares describieron a las autoridades federales un accidente de pesadilla. El avión Lear Jet en el que viajaba el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, cayó en línea recta en menos de 20 segundos a una velocidad que llegaba en su picada a 400 kilómetros por hora. Tocó tierra en la segunda sección del bosque de Chapultepec y comenzó a desintegrarse.
Los testigos dijeron a las autoridades que el cuerpo central de la nave siguió a trompicones por casi 100 metros hasta estrellarse contra una torre de oficinas. El avión se quebró en dos partes, dejó una de sus turbinas en la entrada del edificio y más de 80% del jet siguió su carrera final hasta detenerse hecho una bola de fuego 50 metros delante.
Las declaraciones de los testigos son el primer relato público sobre el accidente que trastornó a México. Investigadores nacionales, de Estados Unidos y de Gran Bretaña recuperaron las dos cajas negras del avión y aunque se encuentran muy averiadas se espera que antes de una semana empiece a fluir información técnica que permita saber con precisión qué sucedió el martes pasado.
Análisis de las grabaciones que registran la conversación del controlador de tránsito aéreo a cargo del servicio del Lear Jet revelan la inexistencia de una alerta de tráfico pesado en el espacio aéreo, con lo cual se pudo omitir información vital para garantizar un aterrizaje seguro.
La instrucción de reducir la velocidad al mínimo en su aproximación al aeropuerto por tráfico le habría permitido al piloto extremar precauciones en materia de la distancia a la cual debía de ir del avión que lo antecedía. “Se le tenía que haber dicho fuerte y claro, y esperar su confirmación”, dijeron consultores en aviación que analizaron la grabación, “pero eso nunca sucedió”.
“Fuera de eso”, añadieron, “la labor del controlador fue impecable”.
No obstante, en la grabación dada a conocer ayer por las autoridades se escucha que el mismo controlador informó a un avión de Aeromar que redujera la velocidad.
Ángel Iturbe, vocero del Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo, dijo que el controlador sí pidió al piloto que disminuyera la velocidad pero no consideró necesario avisar expresamente del tráfico. La versión del por qué no lo hizo tendrá que esperar hasta que regrese del periodo de descanso que se le otorgó.
El Lear Jet en el cual fallecieron Mouriño, el ex subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos y otras siete personas, entró al espacio aéreo capitalino cerca de las 18:30 horas, 30 minutos después del inicio de la hora de mayor tráfico aeronáutico.
Analistas insistieron en que una de las hipótesis del accidente es que viajaba a 2.8 millas de distancia, muy cerca, de un Boeing 767 de Mexicana procedente de Buenos Aires y la estela de su turbulencia pudo ser la probable causa. Autoridades de SCT refutaron la versión y dijeron que siempre se mantuvo a más de 4 millas de separación.
Un accidente similar ocurrió en noviembre de 2001. Un Airbus 320 con 246 pasajeros y nueve tripulantes se desplomó en Nueva York, tres minutos después de despegar. El A320 iba atrás de un Boeing 747. El piloto habría sobrerreaccionado a la estela de la turbulencia.
Testigos civiles y militares describieron a las autoridades federales un accidente de pesadilla. El avión Lear Jet en el que viajaba el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, cayó en línea recta en menos de 20 segundos a una velocidad que llegaba en su picada a 400 kilómetros por hora. Tocó tierra en la segunda sección del bosque de Chapultepec y comenzó a desintegrarse.
Los testigos dijeron a las autoridades que el cuerpo central de la nave siguió a trompicones por casi 100 metros hasta estrellarse contra una torre de oficinas. El avión se quebró en dos partes, dejó una de sus turbinas en la entrada del edificio y más de 80% del jet siguió su carrera final hasta detenerse hecho una bola de fuego 50 metros delante.
Las declaraciones de los testigos son el primer relato público sobre el accidente que trastornó a México. Investigadores nacionales, de Estados Unidos y de Gran Bretaña recuperaron las dos cajas negras del avión y aunque se encuentran muy averiadas se espera que antes de una semana empiece a fluir información técnica que permita saber con precisión qué sucedió el martes pasado.
Análisis de las grabaciones que registran la conversación del controlador de tránsito aéreo a cargo del servicio del Lear Jet revelan la inexistencia de una alerta de tráfico pesado en el espacio aéreo, con lo cual se pudo omitir información vital para garantizar un aterrizaje seguro.
La instrucción de reducir la velocidad al mínimo en su aproximación al aeropuerto por tráfico le habría permitido al piloto extremar precauciones en materia de la distancia a la cual debía de ir del avión que lo antecedía. “Se le tenía que haber dicho fuerte y claro, y esperar su confirmación”, dijeron consultores en aviación que analizaron la grabación, “pero eso nunca sucedió”.
“Fuera de eso”, añadieron, “la labor del controlador fue impecable”.
No obstante, en la grabación dada a conocer ayer por las autoridades se escucha que el mismo controlador informó a un avión de Aeromar que redujera la velocidad.
Ángel Iturbe, vocero del Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo, dijo que el controlador sí pidió al piloto que disminuyera la velocidad pero no consideró necesario avisar expresamente del tráfico. La versión del por qué no lo hizo tendrá que esperar hasta que regrese del periodo de descanso que se le otorgó.
El Lear Jet en el cual fallecieron Mouriño, el ex subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos y otras siete personas, entró al espacio aéreo capitalino cerca de las 18:30 horas, 30 minutos después del inicio de la hora de mayor tráfico aeronáutico.
Analistas insistieron en que una de las hipótesis del accidente es que viajaba a 2.8 millas de distancia, muy cerca, de un Boeing 767 de Mexicana procedente de Buenos Aires y la estela de su turbulencia pudo ser la probable causa. Autoridades de SCT refutaron la versión y dijeron que siempre se mantuvo a más de 4 millas de separación.
Un accidente similar ocurrió en noviembre de 2001. Un Airbus 320 con 246 pasajeros y nueve tripulantes se desplomó en Nueva York, tres minutos después de despegar. El A320 iba atrás de un Boeing 747. El piloto habría sobrerreaccionado a la estela de la turbulencia.
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