Revista SEMANA, 14 DE JUNIO DE 2009;
Nación El general Freddy Padilla de León habla de sus desafíos como ministro encargado de Defensa y comandante general de las Fuerzas Armadas
Encargado del Ministerio de Defensa, el comandante general de las Fuerzas Militares atiende de lo que le toca y de lo otro. En los últimos días el general Freddy Padilla de León ha tenido que reunirse con el relator de Naciones Unidas, apersonarse de la oleada de traslados en Justicia Penal Militar y hasta ponerles el pecho a las amenazas de Salvatore Mancuso. ¿Qué tan a gusto se siente en un puesto donde la guillotina siempre está rondando el cuello?
GUSTAVO GÓMEZ: -¿A Philiph Alston, relator especial de Naciones Unidas, lo convenció el resultado de las medidas que ha tomado para evitar más falsos positivos?
FREDDY PADILLA: Tuve la oportunidad de mostrarle todas las actividades que se han realizado en el Ministerio de Defensa y en las Fuerza Militares en procura de garantizarles a los colombianos y a la comunidad internacional el correcto proceder de nuestras fuerzas. Hubo incluso dos reuniones, ambas más largas de lo programado, lo que indica amplitud y cordialidad del diálogo.
G.G.: ¿Qué tan satisfecho está él con el interés del gobierno en su tarea?
F.P.: El gobierno le ha abierto todas las puertas para que tenga la mayor información posible. El viernes estuvo en la VII División del Ejército en Medellín y agendamos visitas de ese tipo a Villavicencio y Bucaramanga. Ha tenido acceso a jueces, víctimas, organismos de control… como me lo dijo, nunca había encontrado en otro país tanta colaboración.
G.G.: ¿Ha pedido hablar con militares que están siendo juzgados?
F.P.: Esa solicitud no se hizo, y la tendría que tramitar con la Fiscalía.
G.G.: ¿Lo convenció la teoría de que muchos de los falsos positivos son parte de una campaña de desprestigio de la guerrilla?
F.P.: Se habló de las falsas denuncias que se hacen en procura de empañar los resultados de la Seguridad Democrática, pero me parece que es un asunto que debe descubrir en desarrollo de sus visitas.
G.G.: ¿Usted tiene esa seguridad?
F.P.: Es indiscutible. Hay comunicaciones de inteligencia que dan cuenta de que hay un aprovechamiento de las Farc de estas circunstancias para confundir a la opinión pública.
G.G.: ¿Lo preocupa el hecho de que el Presidente reconociera que los falsos positivos tienen frenada la firma de los tratados de libre comercio?
F.P.: Hay una difusión de información que martilla la mente de la comunidad internacional, así que la llamada 'diplomacia de las Farc' tiene que dejar algunos efectos. Canadá es uno de los países que han permitido mayor cantidad de refugiados. Es elemental comprender que muchos de ellos tienen tendencias ideológicas y seguramente es uno de los medios que utilizan las organizaciones interesadas en que haya una difusión de informaciones en contra de los propósitos que tiene el gobierno.
G.G.: Una cosa es que un refugiado tenga unas ideas políticas, y otra, que trabaje para la guerrilla. ¿Tiene establecida la presencia de agentes de la guerrilla en Canadá, haciéndose pasar por refugiados?
F.P.: No. Cuando hemos logrado establecer ese vínculo, el gobierno ha realizado las coordinaciones correspondientes y hemos obtenido respuestas positivas, como en el caso de México.
G.G.: ¿Quedó satisfecho con las recientes explicaciones que le dieron sobre los traslados de funcionarios de Justicia Penal Militar?
F.P.: El Ministerio de Defensa y el mando militar han sido respetuosos de la independencia de la justicia. El coordinador de Justicia Penal Militar decidió unos traslados, con autoridad y requisitos de ley, pero se le ha recomendado que verifique su decisión para que, de una forma más reposada, determine si en esos traslados hay necesidad de hacer algún tipo de rectificación.
G.G.: ¿Algunos podrían entorpecer investigaciones de falsos positivos?
F.P.: Él coronel Édgar Emilio Ávila me ha dicho que no es así, pero está haciendo, de conformidad con su mandato independiente, una revisión.
G.G.: Gustavo Petro sostiene que el coronel Ávila tiene nexos con paramilitares. ¿Atendió usted esa denuncia?
F.P.: Consultamos con la Procuraduría y la Fiscalía, y no tiene ningún tipo de investigación.
G.G.: ¿El coronel Ávila cuenta con su confianza y su respaldo?
F.P.: Lo nombró el ministro Santos y no tengo nuevos elementos de juicio para modificar esa decisión. Pero quisiera subrayar que este es un nombramiento en encargo, y esta semana están estudiando las hojas de vida para nombrar un funcionario en propiedad.
G.G.: En la carta al Presidente que se hizo pública hace unos días, Mancuso dice que los nexos de militares con las autodefensas serán más escandalosos que la para-política. ¿Lo inquietó?
F.P.: Desde cuando me posesioné como comandante general comenzó un rumor de que iba a haber un desastre porque los miembros de las autodefensas sometidos iban a señalar oficiales. Lo dije en su momento y lo repito: si se presenta el caso, se trata de responsabilidades individuales.
G.G.: ¿Encenderá Mancuso el ventilador?
F.P.: Si hay un caso, vergonzoso; si son 10, vergonzoso, pero la institución actuó con transparencia. Es que las autodefensas no se desmovilizaron porque estuvieran felices bailando la conga, sino porque militarmente estaban cercadas.
G.G.: ¿Buscaba Mancuso presionar para que lo nombren gestor de paz?
F.P.: Usted como periodista podrá responder eso, y con mayor amplitud.
G.G.: ¿Por qué la guerrilla ha incrementado acciones en departamentos como Huila, Tolima y Arauca?
F.P.: En el fin del fin donde nos encontramos optan por el terrorismo que no necesita de mayores recursos y que se manifiesta a través de los medios de comunicación. Una acción que no registran los medios, por terrible que sea, es como si no hubiera existido. El terrorismo necesita de los medios de comunicación para llegar hasta cada colombiano.
G.G.: ¿De la misma manera en que la acción del Estado necesita de los medios de comunicación?
F.P.: No estoy criticando a los medios, que hacen su oficio. Simplemente quiero explicar cuál es la mecánica que utiliza el terrorismo. Si usted compara el secuestro del concejal de Garzón con lo que ocurrió en Cali hace unos años, hay una diferencia muy grande. Pero si este secuestro del concejal hubiera ocurrido cuando lo de Cali, los medios ni siquiera lo habrían registrado. A los colombianos no les habría importado, porque había tantas cosas terribles, que este crimen atroz se habría convertido en detalle. Por eso hoy es el propio Presidente el que asumió la voluntad de que el Estado utilice todos sus recursos para lograr la libertad del concejal.
G.G.: ¿Saben si habitantes de Garzón colaboraron con la guerrilla?
F.P.: Hay una investigación en curso que está andando muy bien.
G.G.: ¿Qué tan complicada es la vida de un ministro de Defensa?
F.P.: Los soldados tenemos un ritmo de trabajo endemoniado, así que por el canal de la carga de trabajo no vienen las complicaciones. Vienen por el canal de la responsabilidad.
G.G.: ¿Más fácil atender esa responsabilidad con uniforme que con Everfit?
F.P.: Creo que no hay queja de mi desempeño hasta este momento.
G.G.: ¿Cuándo fue la última vez que habló con el ex ministro Santos?
F.P.: Cuando llamé a preguntarle si él había dado algún instructivo en relación con los traslados de Justicia Penal Militar.
G.G.: ¿Le dio algún consejo, ahora que está encargado del Ministerio?
F.P.: No, pero cuando necesite consejo, lo llamo.
G.G.: ¿Amañado en el Ministerio?
F.P.: Un soldado no se amaña en los cargos, un soldado desempeña una función.
G.G.: ¿Pediría la baja para aspirar a quedarse?
F.P.: En este momento no es un asunto que esté considerando. Los soldados juramos el cumplimiento del deber u ofrecer la vida, si es del caso. Quiere decir que uno luce el uniforme, pero también está dispuesto a dejarlo.
G.G.: Lancero, muchas gracias.
A usted, señor, muy amable. ¡Firmeza y honor!
Encargado del Ministerio de Defensa, el comandante general de las Fuerzas Militares atiende de lo que le toca y de lo otro. En los últimos días el general Freddy Padilla de León ha tenido que reunirse con el relator de Naciones Unidas, apersonarse de la oleada de traslados en Justicia Penal Militar y hasta ponerles el pecho a las amenazas de Salvatore Mancuso. ¿Qué tan a gusto se siente en un puesto donde la guillotina siempre está rondando el cuello?
GUSTAVO GÓMEZ: -¿A Philiph Alston, relator especial de Naciones Unidas, lo convenció el resultado de las medidas que ha tomado para evitar más falsos positivos?
FREDDY PADILLA: Tuve la oportunidad de mostrarle todas las actividades que se han realizado en el Ministerio de Defensa y en las Fuerza Militares en procura de garantizarles a los colombianos y a la comunidad internacional el correcto proceder de nuestras fuerzas. Hubo incluso dos reuniones, ambas más largas de lo programado, lo que indica amplitud y cordialidad del diálogo.
G.G.: ¿Qué tan satisfecho está él con el interés del gobierno en su tarea?
F.P.: El gobierno le ha abierto todas las puertas para que tenga la mayor información posible. El viernes estuvo en la VII División del Ejército en Medellín y agendamos visitas de ese tipo a Villavicencio y Bucaramanga. Ha tenido acceso a jueces, víctimas, organismos de control… como me lo dijo, nunca había encontrado en otro país tanta colaboración.
G.G.: ¿Ha pedido hablar con militares que están siendo juzgados?
F.P.: Esa solicitud no se hizo, y la tendría que tramitar con la Fiscalía.
G.G.: ¿Lo convenció la teoría de que muchos de los falsos positivos son parte de una campaña de desprestigio de la guerrilla?
F.P.: Se habló de las falsas denuncias que se hacen en procura de empañar los resultados de la Seguridad Democrática, pero me parece que es un asunto que debe descubrir en desarrollo de sus visitas.
G.G.: ¿Usted tiene esa seguridad?
F.P.: Es indiscutible. Hay comunicaciones de inteligencia que dan cuenta de que hay un aprovechamiento de las Farc de estas circunstancias para confundir a la opinión pública.
G.G.: ¿Lo preocupa el hecho de que el Presidente reconociera que los falsos positivos tienen frenada la firma de los tratados de libre comercio?
F.P.: Hay una difusión de información que martilla la mente de la comunidad internacional, así que la llamada 'diplomacia de las Farc' tiene que dejar algunos efectos. Canadá es uno de los países que han permitido mayor cantidad de refugiados. Es elemental comprender que muchos de ellos tienen tendencias ideológicas y seguramente es uno de los medios que utilizan las organizaciones interesadas en que haya una difusión de informaciones en contra de los propósitos que tiene el gobierno.
G.G.: Una cosa es que un refugiado tenga unas ideas políticas, y otra, que trabaje para la guerrilla. ¿Tiene establecida la presencia de agentes de la guerrilla en Canadá, haciéndose pasar por refugiados?
F.P.: No. Cuando hemos logrado establecer ese vínculo, el gobierno ha realizado las coordinaciones correspondientes y hemos obtenido respuestas positivas, como en el caso de México.
G.G.: ¿Quedó satisfecho con las recientes explicaciones que le dieron sobre los traslados de funcionarios de Justicia Penal Militar?
F.P.: El Ministerio de Defensa y el mando militar han sido respetuosos de la independencia de la justicia. El coordinador de Justicia Penal Militar decidió unos traslados, con autoridad y requisitos de ley, pero se le ha recomendado que verifique su decisión para que, de una forma más reposada, determine si en esos traslados hay necesidad de hacer algún tipo de rectificación.
G.G.: ¿Algunos podrían entorpecer investigaciones de falsos positivos?
F.P.: Él coronel Édgar Emilio Ávila me ha dicho que no es así, pero está haciendo, de conformidad con su mandato independiente, una revisión.
G.G.: Gustavo Petro sostiene que el coronel Ávila tiene nexos con paramilitares. ¿Atendió usted esa denuncia?
F.P.: Consultamos con la Procuraduría y la Fiscalía, y no tiene ningún tipo de investigación.
G.G.: ¿El coronel Ávila cuenta con su confianza y su respaldo?
F.P.: Lo nombró el ministro Santos y no tengo nuevos elementos de juicio para modificar esa decisión. Pero quisiera subrayar que este es un nombramiento en encargo, y esta semana están estudiando las hojas de vida para nombrar un funcionario en propiedad.
G.G.: En la carta al Presidente que se hizo pública hace unos días, Mancuso dice que los nexos de militares con las autodefensas serán más escandalosos que la para-política. ¿Lo inquietó?
F.P.: Desde cuando me posesioné como comandante general comenzó un rumor de que iba a haber un desastre porque los miembros de las autodefensas sometidos iban a señalar oficiales. Lo dije en su momento y lo repito: si se presenta el caso, se trata de responsabilidades individuales.
G.G.: ¿Encenderá Mancuso el ventilador?
F.P.: Si hay un caso, vergonzoso; si son 10, vergonzoso, pero la institución actuó con transparencia. Es que las autodefensas no se desmovilizaron porque estuvieran felices bailando la conga, sino porque militarmente estaban cercadas.
G.G.: ¿Buscaba Mancuso presionar para que lo nombren gestor de paz?
F.P.: Usted como periodista podrá responder eso, y con mayor amplitud.
G.G.: ¿Por qué la guerrilla ha incrementado acciones en departamentos como Huila, Tolima y Arauca?
F.P.: En el fin del fin donde nos encontramos optan por el terrorismo que no necesita de mayores recursos y que se manifiesta a través de los medios de comunicación. Una acción que no registran los medios, por terrible que sea, es como si no hubiera existido. El terrorismo necesita de los medios de comunicación para llegar hasta cada colombiano.
G.G.: ¿De la misma manera en que la acción del Estado necesita de los medios de comunicación?
F.P.: No estoy criticando a los medios, que hacen su oficio. Simplemente quiero explicar cuál es la mecánica que utiliza el terrorismo. Si usted compara el secuestro del concejal de Garzón con lo que ocurrió en Cali hace unos años, hay una diferencia muy grande. Pero si este secuestro del concejal hubiera ocurrido cuando lo de Cali, los medios ni siquiera lo habrían registrado. A los colombianos no les habría importado, porque había tantas cosas terribles, que este crimen atroz se habría convertido en detalle. Por eso hoy es el propio Presidente el que asumió la voluntad de que el Estado utilice todos sus recursos para lograr la libertad del concejal.
G.G.: ¿Saben si habitantes de Garzón colaboraron con la guerrilla?
F.P.: Hay una investigación en curso que está andando muy bien.
G.G.: ¿Qué tan complicada es la vida de un ministro de Defensa?
F.P.: Los soldados tenemos un ritmo de trabajo endemoniado, así que por el canal de la carga de trabajo no vienen las complicaciones. Vienen por el canal de la responsabilidad.
G.G.: ¿Más fácil atender esa responsabilidad con uniforme que con Everfit?
F.P.: Creo que no hay queja de mi desempeño hasta este momento.
G.G.: ¿Cuándo fue la última vez que habló con el ex ministro Santos?
F.P.: Cuando llamé a preguntarle si él había dado algún instructivo en relación con los traslados de Justicia Penal Militar.
G.G.: ¿Le dio algún consejo, ahora que está encargado del Ministerio?
F.P.: No, pero cuando necesite consejo, lo llamo.
G.G.: ¿Amañado en el Ministerio?
F.P.: Un soldado no se amaña en los cargos, un soldado desempeña una función.
G.G.: ¿Pediría la baja para aspirar a quedarse?
F.P.: En este momento no es un asunto que esté considerando. Los soldados juramos el cumplimiento del deber u ofrecer la vida, si es del caso. Quiere decir que uno luce el uniforme, pero también está dispuesto a dejarlo.
G.G.: Lancero, muchas gracias.
A usted, señor, muy amable. ¡Firmeza y honor!
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