El último del “grupo compacto”
Daniel Lizárraga
Proceso # 1759, 18 de julio de 2010;
El presidente Felipe Calderón anunció la renuncia de uno de sus mejores amigos en Los Pinos, Maximiliano Cortázar Lara, luego de que durante más de tres semanas se publicaron en diarios nacionales filtraciones en las que se denostó el papel de Patricia Flores como jefa de la Oficina de la Presidencia.
El anuncio se hizo la noche del viernes 16 sin que hubiera de por medio alguna conferencia de prensa o mensaje a los medios de comunicación, como ha ocurrido cuando cualquier otro amigo del mandatario entra o sale del gabinete.
Pese al hermetismo en torno al anuncio, trascendió que la renuncia está relacionada con la salida de Los Pinos de Patricia Flores, otra de las que fueron figuras cercanas del presidente Calderón.
Según versiones originadas en Los Pinos, el equipo cercano de Calderón se partió en dos frentes abiertamente confrontados. Por un lado el de Maximiliano Cortázar y por el otro el de Patricia Flores. El miércoles 14 el periodista Carlos Loret de Mola escribió en su columna Historias de reporteros, en El Universal, que dos grupos de influencia en el equipo de Calderón se habían separado en el último año:
“Por un lado”, dice la columna, “Los Rupturistas. La figura más relevante es la saliente Patricia Flores, jefa de la Oficina de la Presidencia. Le acompañan el encargado de las encuestas que es el coordinador de Opinión Pública, Rafael Giménez, y la coordinadora de Estrategia, Sofía Frech”. Tenían como objetivo, según Loret de Mola, “atizar conflictos” y alentar “la aspiración presidencial del secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio (...) Por el otro, Los Conciliadores”, encabezados por Maximiliano Cortázar y Alejandra Sota (ahora sustituta de Cortázar) y a la que se le identifica “detrás de los discursos en su calidad de coordinadora de Estrategia y Mensaje Gubernamental”.
Max Cortázar trabajó con Calderón desde la precampaña dentro del PAN en búsqueda de la Presidencia de la República. Durante los más de tres años de gobierno tuvo toda su confianza no sólo en el manejo de las relaciones públicas con los dueños de los medios de comunicación, sino también en el reparto discrecional de la publicidad y en la aplicación de una selectiva estrategia de comunicación social.
Prácticamente desde que se inició el actual sexenio Cortázar hizo sentir el abierto desacuerdo del gobierno federal hacia la labor de Proceso, al grado de obstaculizar la labor del reportero designado para informar de las actividades del presidente Calderón.
En su edición 1628, del 13 de enero de 2007, Proceso denunció la “guerra” contra la revista:
“–¿De qué se va a tratar? Es un golpe tras otro. Duro, duro, cada semana. No puede ser –reclamó manoteando (Cortázar) y sin dejar de mover la cabeza.
“–Aclaren lo que no esté fundamentado. ¿Qué texto se ha escrito con información que no esté documentada? –le respondió el reportero de Proceso.
“El problema es que no hay semana sin golpe. Uno tras otro. Dale y dale. Además hay portadas que no van, como esa del general Galván (Guillermo Galván, secretario de la Defensa Nacional) en la que lo sacaron de cerca abarcando casi todo. ¿Qué es eso? –se obstinó Cortázar.”
Con el tiempo, la posición de Los Pinos se endureció más. En septiembre de 2007, en su edición 1613, Proceso denunció la política de Felipe Calderón de “utilizar recursos públicos –los destinados a la publicidad oficial– para reconocer los méritos de los medios de comunicación que le son afines y castigar o golpear a los que asumen posturas editoriales críticas, como es el caso de este semanario”.
Aun desde los tiempos de la campaña presidencial, el exvocero de la Presidencia ya se encargaba de supervisar y censurar el trabajo de los reporteros que seguían la campaña de Calderón (Proceso 1571).
Cortázar también fue instrumento de presión para mantener a salvo los intereses del grupo Radio Centro en su conflicto con el periodista José Gutiérrez Vivó, según éste lo denunció a Proceso en su edición 1651.
Maximiliano Cortázar conoció a Felipe Calderón por su cercanía con la familia de Margarita Zavala Gómez del Campo.
Cuando los Zavala vivían en la zona del Desierto de los Leones, en el poniente de la Ciudad de México, Cortázar era su vecino. De hecho, él fue testigo de cómo Calderón cortejó a Margarita Zavala.
La amistad trabada con los años entre Calderón y Cortázar se sostuvo firme a pesar de las críticas. El ahora exjefe de Comunicación en Los Pinos es músico –fue baterista de la banda Timbiriche– y no tiene título universitario.
Sin embargo, este lazo de amistad aparentemente se vino abajo durante los últimos meses ante la severa crisis dentro del equipo que rodea a Calderón, sobre todo ante la conformación de los dos grupos, el encabezado por Flores y el liderado por Cortázar.
Así, el grupo compacto del primer círculo que rodeó y ayudó a gobernar a Calderón desde Los Pinos durante casi cuatro años –Juan Camilo Mouriño, Ernesto Cordero, Salvador Vega Casillas, César Nava y Maximiliano Cortázar– ya está desintegrado.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
17 jul 2010
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