Perfil de Juan Silva Meza |
Víctor Fuentes Ciudad de México (3 enero 2011).- Silva ha sido un verdadero azote para las administraciones federales del PAN, y también para las estatales del PRI, aunque en los 70 fue militante de ese partido. En 2002 fue artífice de la derrota de Fox en la disputa con el Congreso por el Reglamento de la Ley de Energía Eléctrica; un año antes, se había pronunciado por echar abajo decenas de normas emitidas por funcionarios del Ejecutivo, "porque no fueron electos por el voto popular". También estuvo en minorías que se opusieron a los permisos para casinos entregados por Santiago Creel y que rechazaron avalar la cadena perpetua, paso indispensable para agilizar la extradición de narcos a Estados Unidos, así como en mayorías que avalaron las bodas gay, la despenalización del aborto y la píldora del día siguiente. El nuevo Presidente es el único Ministro que ha sostenido públicamente que todos los tribunales mexicanos tienen que acatar los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; su afán en este tema es tal, que en 2003 propuso aplicar retroactivamente la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y Lesa Humanidad para juzgar a Echeverría por delitos de la guerra sucia. Nadie lo apoyó. En 2007, Silva presidió la comisión investigadora del caso Lydia Cacho, llegando al extremo de ordenar a la PGR que solicitara a una juez la intervención de comunicaciones de decenas de funcionarios de los gobiernos de Puebla y Quintana Roo, incluido el Gobernador Marín. La maniobra enfureció a varios Ministros y llevó a la Corte a emitir reglas para este tipo de investigaciones, que el Congreso le acaba de quitar con una reforma Constitucional. Su proyecto para señalar por grave violación de garantías a Marín fue rechazado, pero Silva no cejó. En 2009 estuvo en el grupo de tres Ministros que votó por condenar a Enrique Peña Nieto y Medina Mora por abusos en los disturbios de San Salvador Atenco, y ese mismo año, otra vez en minoría, consideró que se debía señalar no sólo a Ulises Ruiz, sino también a Vicente Fox, por su negligencia para controlar a la APPO en Oaxaca. Nadie se sorprendió cuando Silva apoyó el proyecto derrotado de su colega Arturo Zaldívar en el caso de la Guardería ABC, que mencionaba a Juan Molinar y Daniel Karam entre los involucrados en grave violación de garantías, o cuando con sus colegas de la Primera Sala, ordenó liberar a una veintena de acusados por la matanza de Acteal. Pero sí llamó la atención su tono al ensalzar a Ignacio del Valle, el dirigente de Atenco, preso por secuestrar y amenazar de muerte a funcionarios del Estado de México, a quien describió como víctima de represión por su oposición al Gobierno de Peña, quien de llegar a la Presidencia, estará sentado junto a Silva cuando éste rinda su segundo informe de labores al frente de la Corte en diciembre de 2012. Donde Silva pintó su raya fue en el amparo del SME contra la extinción de Luz y Fuerza. Encargado del proyecto de sentencia, el Ministro no encontró ilegalidad alguna en el decreto Presidencial que liquidó a la paraestatal. Biografía De 66 años, hijo del abogado Juan Silva Vega y egresado de la UNAM en 1969, Silva es poco afecto a la prensa y podría continuar la costumbre de no dar entrevistas, mantenida por Mariano Azuela y Guillermo Ortiz. Inició su carrera judicial en 1971, como secretario en el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del DF, pero la interrumpió en 1974 para emigrar a la Secretaría de Hacienda, que dirigía entonces José López Portillo. El año de la campaña presidencial de López Portillo, 1976, fue también el de registro de Silva como militante del PRI. El Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales del tricolor lo envió como delegado a Sonora y Tlaxcala, y en el cambio de sexenio, quedó como secretario auxiliar del director general de Banrural. De Banrural, Silva pasó a la Procuraduría Fiscal, como director de la Unidad Jurídica, y para 1980 era secretario auxiliar, ahora de Everardo Espino en la dirección de la Comisión Nacional de la Industria Azucarera, donde coincidió con Luis Eduardo Zedillo, hermano del futuro Presidente. En 1982, Espino fue acusado de peculado -después fue absuelto-, y la CNIA desapareció. Mario Vallejo le ofreció la dirección de Servicios Migratorios en Gobernación. El Ministro Fernando Castellanos, clásico del derecho penal, fue quien reactivó su carrera judicial. En 1984 lo contrató como secretario de estudio y cuenta en la Corte, y en 1986, en tiempos en que los Ministros todavía nombraban jueces, lo envió al Juzgado Octavo de Distrito en materia penal del Distrito Federal. De los actuales Ministros de la Corte, Juan Silva es el único que ha sido juez dedicado sólo a casos penales, aunque apenas dos años, porque para 1988 ya era magistrado de circuito, y luego pasaría al Tribunal Federal Electoral. Fue designado Ministro tras la reforma judicial de 1994-95. Su hijo, Fernando Silva García, es juez federal adscrito a Cuernavaca desde el año pasado, mientras que su hermano Héctor es magistrado del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa. |
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