Columna Itinerario Político, El Universal, 1 de octubre de 2012
¿Qué pensaría usted, ciudadano de a pie, si en uno de los primeros días del gobierno de Enrique Peña Nieto –que arranca el 1 de diciembre–, despierta con la noticia de que la Suprema Corte de Justicia ordenó liberar, de inmediato, a Florence Cassez, la secuestradora francesa que cumple una condena de 60 años de prisión?.
¿Creería usted que, en el caso de la secuestradora francesa, la justicia mexicana habría sido pronta y expedita, y que Florence Cassez habría pagado la pena corporal suficiente por su culpa?.
Pues lo crea usted o no, el caso de Florence Cassez está a punto de
dar un vuelco espectacular e histórico que –si no existen contratiempos o
imponderables–, podría poner a la francesa fuera de la cárcel mexicana, fuera
de nuestro país y de vuelta en Francia, ya sentenciada y con la pena
compurgada. Es decir, en libertad absoluta.
¿Y que tiene que ocurrir para que se haga realidad esa suerte de
milagro de la justicia mexicana?.Poca cosa, que la ciudadana francesa –detenida el 8 de diciembre de 2005 como presunta responsable de pertenecer a la banda de secuestradores conocida como Los Zodiaco–, modifique su versión de los hechos, se declare culpable del delito de secuestro y asociación para cometer un delito, se acoja a la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada que –según los artículos 35 y 36 de ese ordenamiento–, la obligaría a declarar en contra de sus socios en la actividad delictiva.
Si se acoge a esa figura legal, de inmediato la pena de 60 años de prisión –pena que inicialmente fue de 90 años, pero que se redujo a 60 luego de una apelación de sentencia–, se reduciría en dos terceras partes, para quedar en 20 años de prisión.
Todo ello, claro, siempre y cuando cambio su versión de inocencia –que ha sostenido desde que fue detenida–, y se declare culpable de los cargos de secuestro que le imputa la autoridad federal. Y siempre y cuando señale a sus cómplices como parte de la banda de secuestradores.
El paso siguiente –ya con una pena de 20 años–, sería acogerse a los beneficios de la Ley de Normas Mínimas y Libertad Preparatoria –que, entre otras cosas, estipula la reducción de penas por buenas conducta, trabajo y apoyo a la comunidad penitenciaria, entre otras–, lo cual al día de hoy le permitiría a la señora Cassez, reducir la pena a no mas de siete u ocho años de prisión, según sea el caso.
Y si recordamos que la francesa Florence fue privada de su libertad el 8 de diciembre de 2005 y que, para el 8 de diciembre de 2012 habrá cumplido siete años en prisión, entonces resulta que para esos días podría alcanzar la libertad inmediata, bajo la figura procesal de sentenciada y compurgada. Es decir, que podría gozar de libertad absoluta, sea en México, sea en Francia, porque según las leyes mexicanas habría pagado su pena por el delito de secuestro.
Y en el caso hipotético de que se produzca esa "feliz alineación astral" –que paradójicamente hundiría aún más a la banda de secuestradores Los Zodiaco–, entonces el gobierno de Enrique Peña Nieto arrancaría con otro problema resuelto, el de la crisis diplomática entre México y Francia.
Vale recordar que la mayor crisis diplomática entre los dos países –en los últimos años–, se generó precisamente a causa de la sentencia de 60 años de prisión a que fue sentenciada la secuestradora Florence Cassez, a quien el 21 de marzo pasado los magistrados de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación negaron un amparo contra los actos de autoridad –y con ello le negaron la libertad inmediata–, por irregularidades evidentes en su proceso.
A pesar de todo lo anterior, una pregunta sigue sin respuesta. ¿Qué falta para que Florence Cassez y sus abogados avances en la ruta descrita anteriormente?. Dos cosas.
Uno, que deje el gobierno el presidente Felipe Calderón, lo que implica que se hayan ido de sus cargos funcionarios como Genaro García Luna –titular de la secretaría de Seguridad Pública federal–, y buena parte de sus muchachos.
Y dos, que finalmente la señora Cassez decida, en conciencia, vivir toda la vida en prisión –porque 60 años de cárcel es toda la vida–, amparada en la versión de su inocencia o, en caso contrario, gozar de la libertad con el "sambenito" que la acompañará también toda la vida, de que fue una secuestradora que, sin embargo, pagó su culpa según la ley mexicana. Sin duda decisión íntima, de vida. Al tiempo.
EN EL CAMINO.
Dicen que la izquierda espera reeditar, en 2013, las alianzas PRD-PAN. ¿A poco es "Día de los Inocentes"?. Cosa de preguntar: ¿Qué ganó el PAN con esas alianzas?.
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