Excarcelado,
“El Chaky” regresa a aterrorizar a La Laguna/ANABEL HERNÁNDEZ
Revista
Proceso No 1929, 19 de octubre de 2013
La
presencia en la comarca lagunera de Arturo Hernández González, El Chaky, hace
temer a las autoridades de Coahuila y Durango una escalada de violencia. Según
funcionarios de ambas entidades, el retorno del antiguo pistolero de Amado
Carrillo, y quien recuperó su libertad hace varios meses, tiene la finalidad de
recuperar la plaza, sobre todo ahora que ningún cártel parece tener la
hegemonía en esa caótica geografía criminal. Nadie se explica por qué salió
libre luego de 10 años de prisión.
Hace
tres meses reapareció en la comarca lagunera Arturo Hernández González, El
Chaky, el temido jefe de seguridad del fallecido Amado Carrillo Fuentes, líder
del Cártel de Juárez, lo que generó inquietud en la zona, sacudida en los
últimos meses por la violencia de las bandas criminales locales y las células
que les disputan el territorio.
En
2003 el temible pistolero, quien ahora ronda los 60 años, fue detenido en
Durango. En ese tiempo era el operador de Ismael El Mayo Zambada, uno de los
líderes del Cártel de Sinaloa. Durante su cautiverio le mataron a uno de
sus hijos, mientras otro cayó en
prisión.
La
Procuraduría General de la República (PGR) destacó su actitud sanguinaria y le
imputó varios homicidios, así como tráfico de drogas. En 2007 y 2008 fue
sentenciado por los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada.
Según los fallos, El Chaky debía purgar 10 años de cárcel por cada uno.
No
obstante, sin que nadie conociera las razones –ni las autoridades mexicanas ni
las de Estados Unidos, donde estaba incluido en la lista de los extraditables
desde 2007–, a mediados de este 2013 El Chaky recuperó su libertad. Lo primero
que hizo fue retornar a su antigua zona de influencia. Su fantasmal reaparición
encendió los focos rojos.
Funcionarios
de los gobiernos de Durango y Coahuila admiten su temor por la presencia del
pistolero porque, dicen a la reportera a condición de omitir sus nombres, puede
exacerbar la violencia sobre todo si él intenta recuperar su zona de
influencia. Eso, insisten, provocará nuevos reacomodos por los ajustes de
cuentas.
El
Chaky es el segundo criminal de alto perfil puesto en libertad en los primeros
meses del gobierno de Enrique Peña Nieto; el primero fue Rafael Caro Quintero,
líder del extinto Cártel de Guadalajara, quien abandonó la prisión el pasado 9
de agosto .
Narco,
espía, asesino
El
nombre de Arturo Hernández González saltó a la fama a finales de los noventa,
durante el llamado Maxiproceso que emprendió la PGR contra integrantes y
protectores del Cártel de Juárez. Quienes lo conocen hablan de su brutalidad y
le atribuyen múltiples asesinatos. En esa época tenía a su mando un grupo de
sicarios.
En
sus inicios, El Chaky fue comandante de la Policía Judicial Federal y, según el
expediente del Maxiproceso, era hijo de la lideresa de los comerciantes de
Acapulco, Guerrero. Durante algunos años vivió a una cuadra de la c asa de la
hermana de José Francisco Ruiz Massieu, gobernador de la entidad de 1987 a
1993.
Durante
el proceso judicial contra el general José de Jesús Gutiérrez Rebollo –efímero
zar antidrogas del gobierno de Ernesto Zedillo en 1996 y acusado de proteger a Amado Carrillo Fuentes–
salió a relucir El Chaky por su cercana relación con el militar. Según la
información consultada por Proceso, era él quien, por órdenes de Carrillo
Fuentes, presuntamente proporcionaba información para golpear a los grupos delincuenciales
rivales.
Juan
Galván Lara, chofer de Gutiérrez Rebollo, declaró el 16 de febrero de 1997 que
el mes anterior viajó a Acapulco y se reunió con El Chaky por instrucciones del
general para confirmar una información según la cual “en la playa de Acapulco
iban a bajar dos aviones con cargamento de cocaína”.
El
plan era hospedarse en una casa que había rentado El Chaky, quien le preguntó a
Galván Lara si conocía a un informante del general Gutiérrez Rebollo llamado El
Negro Corona.
Según
la declaración del chofer, de la cual tiene copia Proceso, el interpelado le
respondió que no lo conocía. El Chaky le comentó que “por órdenes de Amado
Carrillo Fuentes” había levantado al Negro Corona en Guadalajara y después lo
había ejecutado porque le estaba poniendo el dedo a Amado Carrillo.
Esa
vez, El Chaky presentó al chofer de Gutiérrez Rebollo con El Yanqui de la plaza
de Guerrero –el delegado de la Policía Judicial Federal–y con un comandante de
apellido Palacios.
“Arturo
El Chaky le presentó al de la voz al citado Yanqui y al comandante Palacios y
le dijo que esas personas eran gente de su apá, refiriéndose a Amado Carrillo,
y que el referido Yanqui y el comandante Palacios le dan protección a Amado
Carrillo cuando éste va a Acapulco”, expuso Galván Lara.
En
la ampliación de su declaración, el 19 de febrero de 1997, Galván Lara aclaró
que ese no había sido su primer encuentro con El Chaky, pues anteriormente se
había reunido con él en un departamento de Tamarindos, en Lomas de Chapultepec,
en la Ciudad de México:
…
Me ordenó mi general que fuera a ver a Eduardo González (Quirarte) porque tenía
una información, y fui al departamento de Tamarindos. Ahí estaba Arturo, alias
El Chaky, quien me enseñó un expediente de fotografías y un audiocasete. En las
fotografías se observaban todos los telefónica (sic) donde se escuchaba que dos
pájaros iban a bajar en la playa… Y como la grabación fue en Acapulco, se
entendía que eran dos aviones o avionetas que bajarían en la playa de Acapulco.
Pero le dije a Arturo El Chaky que mejor fuera él personalmente con mi general
y se las entregara y le explicara lo relacionado con otras fotografías que
fueron tomadas en Monterrey, tratándose de una casa del excomandante de la
Judicial Federal Polo Rentería, quien estaba relacionado con los
narcotraficantes Arellano Félix, por ser quien les manejaba los negocios en
Monterrey.
Llegamos
al instituto y mi general ya se iba; me dijo súbete, tú manejas. Durante el
camino El Chaky le explicó lo del expediente y el audiocasete, luego nos
orillamos en Periférico y Reforma para bajarnos El Chaky y yo, al otro día me dijo que me hicieran un
oficio de comisión y que viera a quién me llevaba, y así fue como me dirigí a
Acapulco con Cereseo Vázquez Tafoya.
Aun
cuando El Chaky era de Guerrero, sus vínculos con el Cártel de Juárez lo
llevaron a Durango, Chihuahua y Coahuila, donde se encargó de imponer a sangre
y fuego la voluntad de su jefe: Amado Carrillo Fuentes.
En
abril de 2003, tras su detención en Gómez Palacio, Durango, el procurador general
de la República, Rafael Macedo de la Concha, vinculó al Chaky con el asesinato
de testigos protegidos, entre ellos José Tomás Colsa McGregor, un joyero y lavador de dinero del
cártel de Carrillo Fuentes, y José Jaime Olvera Olvera, excomandante de la
Judicial Federal al servicio de la organización criminal.
Cuando
fue aprehendido El Chaky, dijo Macedo de la Concha, era “jefe de una célula de
contrainteligencia” del Mayo Zambada, a través de la cual logró penetrar
distintas instituciones para proteger al Cártel de Sinaloa.
Según
el procurador, el excomandante Olvera tenía tal poder que pensó en apoderarse
del liderato del Cártel del Golfo cuando Osiel Cárdenas Guillén fue detenido en
2003, en el marco de la guerra de La Federación contra el Cártel del Golfo.
En
esa época existía una alianza entre el Cártel de Juárez, liderado por Vicente
Carrillo Fuentes, y el de Sinaloa, encabezado por Joaquín Guzmán Loera, El
Chapo, y El Mayo Zambada.
Diez
años después
El
Chaky llevaba cinco años preso cuando comenzó a obtener triunfos legales. En
mayo de 2008, por ejemplo, el magistrado Fermín Rivera, titular del Primer
Tribunal Unitario, cerró en definitiva la acusación dentro del denominado
Maxiproceso y absolvió al detenido de los delitos contra la salud y
delincuencia organizada. Con ello, El Chaky se anotó su principal victoria
legal
Un
año después, en mayo de 2009 el periódico Reforma publicó que el Tercer
Tribunal Unitario Penal del Distrito Federal impuso al detenido una condena de
10 años de prisión por lavar –entre el 22 de marzo de 1995 y el 9 de enero de
1997– 10.4 millones de pesos a través de
tres cuentas bancarias que abrió en BBVA-Bancomer en Ciudad Juárez.
No
obstante, el diario apuntó que sobre El Chaky pesaba ya una condena por
delincuencia organizada diferente al caso del Maxiproceso que estaba en
apelación.
Los
últimos diez años, mientras El Chaky estuvo en prisión, las cosas cambiaron a
raíz de los enfrentamientos entre el Cártel del Golfo y La Federación que,
iniciados en el sexenio de Vicente Fox, se prolongaron durante el sexenio de
Felipe Calderón, cuya “guerra contra el narcotráfico” provocó la separación de
células criminales que ahora son independientes y disputan la zona de la laguna
a los cárteles.
De
acuerdo con documentos del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen)
consultados por Proceso, la caída del Chaky trajo reacomodos y violencia a la
comarca lagunera.
“…Quedando
libre la plaza –dice uno de los reportes consultados–, en semanas pasó bajo el
control de Sergio Enrique Villarreal Barragán”.
Villarreal
Barragán, El Grande, se estableció como contrario a la organización delictiva
del Chaky y, según el Cisen, fue responsable de “diversos hechos violentos
registrados en el estado de Durango, el cual se había caracterizado por ser una
entidad tranquila hasta su llegada. La violencia en el estado se inició el 3 de
marzo de 2005, cuando Jesús Reyes Espino, El Churro, agente de la PGR, fue
levantado y ejecutado, presuntamente porque intentó quedarse con dinero de Villarreal
Barragán”.
Y
agrega: “A partir de 2003 (Villarreal Barragán) construyó una red de protección
y empezó a operar en el estado de Durango, teniendo a su cargo el control de la
distribución de cocaína al menudeo de las ciudades de Gómez Palacio, Ciudad
Lerdo y Durango, adquiriendo la droga en el estado de Chiapas a 6-7 mil pesos
el Kg y reventa a 13 mil”.
Tras
la detención del Grande en 2010, la comarca lagunera se quedó sin jefe visible.
Eso provocó una disputa entre el Cártel de Juárez en alianza con Los Zetas y el
de los Beltrán Leyva; el del Golfo y el de Sinaloa, así como células locales
por el control del territorio de Coahuila y Durango.
En
otro documento del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para
el Combate a la Delincuencia (Cenapi) de mediados del 2012 consultado por la
reportera, se indica que el Nuevo Cártel de Juárez (NCJ), encabezado hasta hace
unos meses por Alberto Carrillo Fuentes. Betty la Fea (Proceso 1906), hermano de Amado y Vicente Carrillo
Fuentes), “hizo alianzas con los Beltrán Leyva en Sonora y Sinaloa, y con Los
Zetas en Durango, en los accesos al llamado Triángulo Dorado”.
Durante
su gestión en Coahuila, el gobernador Humberto Moreira denunció públicamente la
presencia de Los Zetas y, según el gobierno federal, en octubre de 2012 el capo
de esa organización Heriberto Lazcano supuestamente murió durante un
enfrentamiento en Sabinas.
El
mismo documento del Cenapi menciona los puntos de Durango donde el NCJ mantiene
la fraternidad con Los Zetas: Peñón Blanco, Gómez Palacio, Santiago
Papasquiaro, Tepehuanes, Nuevo Ideal y la ciudad de Durango.
También
identifica como líderes de esa alianza a Felipe Jáquez García, El Ratón, y
Armando Corral Olaguez: “Se presume que su estructura se compone de al menos 50
personas”.
Y
expone: El NCJ y Los Zetas son los responsables de secuestros y levantones.
Como parte de las células del Cártel de Sinaloa, en la región están René Alonso
Sandoval Aragón y Ruperto Ruancho Valles, en tanto que El Toluco opera en la
región de Tepehuanes.
También
estaba el grupo local liderado por Daniel García Ávila, El Danny, quien
trabajara en la célula que estaba bajo el control del Chaky. Pero cuando éste
fue detenido, optó por independizarse.
En
abril pasado, El Danny fue arrestado por la Policía Federal, en tanto que Betty
la Fea fue capturado, también por federales, en Nayarit, lo que sacudió la
estructura del NCJ.
El
Chaky reaparece en un momento crítico y es probable que intente llenar el vacío
en la zona lagunera.
Saga
criminal
Tras
la detención del Chaky, dos de sus hijos siguieron sus pasos criminales:
Emmanuel Hernández, El Pepino, y Christian Arturo Hernández, El Cris.
El
primero murió en 2009, cuando fue a visitar a un comandante de la Policía
Ministerial en Acapulco; iba borracho. Tenía 26 años. Al segundo, el mayor, lo
detuvo la Policía Federal en 2011en la misma ciudad. Terminó por declarar que
en 2005 abandonó Ciudad Juárez por diferencias con La Línea, el brazo armado
del Cártel de Juárez encabezado por José Luis Ledezma, El JL.
El
Cris expuso también que trató de desplazarse a Gómez Palacio, Durango, pero El
Grande ya había comenzado una guerra contra las huestes del Chaky. Ante la
falta de alternativas, dijo, optó por irse a Guerrero, donde lo cobijó la
organización de los Beltrán Leyva y Édgar Valdez Villarreal, La Barbie.
Sn
embargo, contó, tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva en diciembre de 2009, la
organización se fracturó en Guerrero. La ruptura se agudizó en 2010, con la
detención de La Barbie. Entonces irrumpieron
grupos como La Barredora y El Cártel Independiente de Acapulco.
“…
En el grupo liderado por Carlos Montemayor González y de su célula La Oficina
–señala el documento del Cenapi– operaban Heber Jair Sosa Carvajal El
Metro o El Cremas –a quien se identifica
como el presunto líder de La Barredora, aliada del Cártel del Pacífico–,
Christian Hernández, El Cris, y Víctor Galeana El Gordo”.
Cuando
fue detenido por elementos de la Policía Federal, El Cris se ufanó de ser líder
de La Barredora.
Ahora,
con la reaparición de Chaky en la comarca lagunera, inmersa en las trifulcas de
las organizaciones criminales que se disputan la zona, las autoridades de
Coahuila y Durango toman sus precauciones ante lo que consideran un inminente
recrudecimiento de violencia.
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